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ARTÍCULO O LIBRO

CONTENIDO:LOS INFORMES DE RECONSTRUCCIÓN DE ACCIDENTE DE TRÁNSITO SE CONSTITUYEN COMO UNA


HERRAMIENTA TÉCNICA Y CIENTÍFICA EN LOS PROCESOS PENALES, CIVILES Y ADMINISTRATIVOS. TIENEN EL
PROPÓSITO DE ESTABLECER, MEDIANTE EL ANÁLISIS CIENTÍFICO DE LA EVIDENCIA RECOPILADA, CÓMO SUCEDIÓ UN
EVENTO DE TRÁNSITO Y SERVIR DE SOPORTE SUSTENTABLE A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN EL MOMENTO DE
TOMAR DECISIONES EN UN PROCESO. ESTOS INFORMES NO SE LOGRAN CON LA SIMPLE UTILIZACIÓN DE FÓRMULAS O
SOFTWARE, NI SON RESULTADOS CUALITATIVOS O BASADOS EN VERSIONES.

TEMAS ESPECÍFICOS:PERITAZGO, CARGO DE PERITO, MATERIAL DE PRUEBA, ELEMENTOS MATERIALES DE PRUEBA, PERITO,
ACCIDENTES DE TRÁNSITO

TÍTULO:EL ANÁLISIS FORENSE DE LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO: EL PERITO Y EL


INFORME PERICIAL
AUTOR:ALEJANDRO RICO L. Y DIEGO M. LÓPEZ M.
AÑO:2019
ISSN:1692-1682
IDIOMA ORIGINAL:ESPAÑOL
IDIOMA DE PUBLICACIÓN:ESPAÑOL
PAÍS DE LA EDICIÓN:COLOMBIA
TEMAS
GENÉRICOS:INVESTIGACIÓNACCIDENTESEVIDENCIARECONSTRUCCIÓNPERITOEXPER
TICIAFÍSICAMODELO.
REVISTA DERECHO PENAL N°:66, ENE.-MAR./2019, PÁGS. 67-75

El análisis forense de los accidentes de tránsito: el perito y el informe


pericial

Revista Nº 66 Ene.-Mar. 2019

Alejandro Rico L.

Físico, Universidad de los Andes. Especialista en Investigación Criminal, dinae-ponal,

Especialista en Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, Universitat de Valencia.

Perito físico desde 2007 en compañías privadas


y Grupo Criminalística Tránsito Bogotá.

Diego M. López M.

Físico y Magíster Universidad Amistad de los Pueblos (Moscú).


Docente universitario. Físico forense desde 1994 en compañías privadas
y en Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
(Colombia)

Sumario

Los informes de reconstrucción de accidente de tránsito se constituyen como una herramienta


técnica y científica en los procesos penales, civiles y administrativos. Tienen el propósito de establecer,
mediante el análisis científico de la evidencia recopilada, cómo sucedió un evento de tránsito y servir de
soporte sustentable a la administración de justicia en el momento de tomar decisiones en un proceso.
Estos informes no se logran con la simple utilización de fórmulas o software, ni son resultados
cualitativos o basados en versiones.

Temas relacionados

Investigación; accidentes; evidencia; reconstrucción; perito; experticia; física; modelo.

Como herramienta auxiliadora de la justicia en los procesos, tanto penales como administrativos y
civiles, la prueba técnica pericial se presenta como la herramienta que —elaborada por una persona
idónea en este arte o ciencia mediante un procedimiento completamente sustentable y objetivo— apoya
a la administración de justicia en el esclarecimiento de los hechos investigados o motivo de debate.

En relación con los accidentes de tránsito, se elaboran varias pruebas técnicas o informes periciales
en torno a un siniestro, tales como la valoración y descripción de lesiones, experticia a vehículos,
informes de policía judicial de tránsito (informe de accidente, inspección a lugares, inspección a
cadáver, informe ejecutivo, álbum fotográfico, bosquejos, entre otros), que van conformando las bases
del proceso investigativo y que se consolidan en un informe pericial de reconstrucción de accidente de
tránsito o informe de física forense. Este analiza de manera técnica y científica los resultados de los
anteriores reportes o informes periciales y los involucra dentro en un modelo físico, cuyos resultados
cuantitativos —ya que un informe de reconstrucción no se basa en opiniones cualitativas o de opiniones
personales— permitan reconstruir el hecho y establecer, de la manera más cercana y probable, cómo
este ocurrió, cuál es la correlación de todas las evidencias identificadas y su rol o momento dentro del
siniestro vial para identificar la o las causas probables desde la seguridad vial, sin la pretensión o el
deber de establecer culpabilidades o responsabilidades (Hurtado, 2007).

Este denominado modelo físico del accidente se basa en las leyes de la física (en su correcta
interpretación y aplicación), en la ingeniería, en resultados de experimentación técnica y científica; usa
como expresión un lenguaje matemático que involucra elementos de análisis como las ecuaciones,
funciones, variables, constantes y operadores, y tiene como soporte la idoneidad, pericia y experiencia
del perito para formar con lo anterior un sistema que resuelva el problema, es decir, que cuantifique de
manera objetiva las incógnitas relevantes del siniestro desde el punto de vista técnico-científico.

Con esto, se puede establecer que no existe un único sistema que se constituya como un único
modelo físico que resuelva todos los informes de accidentes de tránsito, ya que, aunque existan
generalidades o similitudes en los eventos, cada accidente es único y particular, y el proceso
investigativo, aunque estandarizado y tecnificado, está sujeto tanto a condiciones o características del
momento y lugar de ocurrencia, como a las labores técnicas de recolección de información, a su calidad
y a la cantidad.

Es relevante determinar que el modelo físico del siniestro no es la utilización indiscriminada de


fórmulas matemáticas extraídas de libros divulgativos, manuales o de programas de reconstrucción
que, bajo títulos específicos, recreen de manera genérica hechos de forma genérica o encasillen
determinadas fórmulas a una única situación.

Este es el caso puntual de la fórmula, comúnmente divulgada, de la velocidad con huella de frenado
que permite calcular en metros por segundo la velocidad de un vehículo al inicio de una huella de
frenado. Aunque el uso de esta fórmula es común, no es única e infalible para establecer la velocidad
de un rodante; esta ecuación es simplemente el resultado del modelo físico en el cual, mediante leyes
de cinemática

, de dinámica (sumatoria cuerpo libre a = – µN / m = – µց), un vehículo desacelera a lo largo de una
distancia sobre una superficie plana y queda detenido en su totalidad al final de esa distancia.

Entonces, atendiendo al concepto físico expuesto, es posible ampliar el margen de acción de dicha
ecuación a, por ejemplo, siniestros en donde no exista como evidencia una huella de frenado, y donde
lo que se requerirá es la pericia e idoneidad del perito para establecer el coeficiente que mejor se ajuste
y la distancia que soporte la evidencia.

El anterior es solo un ejemplo de un modelo que puede utilizarse para resolver una incógnita en un
accidente; sin embargo, en la medida en que cambien las condiciones físicas o se involucren
situaciones que ameriten la inclusión de otras leyes físicas, los modelos y sus respectivas ecuaciones
pueden ir variando su forma y complejidad para poder responder a las preguntas planteadas.

Por ejemplo, si el proceso de desaceleración o frenado se desarrolla a lo largo de dos superficies


con pendientes diferentes y al final de este no hay una detención total o se presenta un impacto del
vehículo contra otro o contra un objeto fijo, la ley cinemática del anterior ejemplo no satisface el proceso
de creación del modelo físico. Se requeriría, entonces, involucrar la ley de la conservación de la
energía, donde se entrelaza el concepto de la trasformación de la energía total (E) inicial en un evento
o proceso, junto con el trabajo (W) realizado por fuerzas no conservativas que tienen injerencia en la
energía cinética asociada con un cuerpo (Einicialtotal = Efinaltotal) y (W = ߡEcinética= 1/2 MߡV 2), identificando la
leve influencia, para este caso, de la energía potencial. En paralelo, en el efecto dinámico de la
aceleración en una superficie inclinada a = – ց(µcosa +sinα) se logra obtener una ecuación que ofrece
una solución a la incógnita específica de la velocidad, bajo las condiciones mencionadas al inicio del
párrafo

; sin embargo, identificar el valor de la variable Vimp dependerá de la situación física que se haya
presentado o de la creación de un nuevo modelo que pueda representar esa incógnita (transformación
de energía en deformación estructural por impacto, movimiento semiparabólico, choque con otro
vehículo, volcamiento, entre otros).

; sin embargo, identificar el valor de la variable Vimp dependerá de la situación física que se haya
presentado o de la creación de un nuevo modelo que pueda representar esa incógnita (transformación
de energía en deformación estructural por impacto, movimiento semiparabólico, choque con otro
vehículo, volcamiento, entre otros).

Aun cuando es cierto que existe en la bibliografía sobre investigación y reconstrucción de accidentes
un amplio espectro de modelos en el caso de colisiones, publicado por teóricos como estadísticos y
experimentales para cálculos de velocidades; estos dependen de tareas investigativas muy técnicas y
de acceso a información detallada. Además, estos modelos, en la realidad de nuestro país,
desafortunadamente casi nunca son realizados por los investigadores técnicos de la policía judicial.
Ejemplo de lo anterior son las experticias técnicas en las que se extraigan, con medidas y registros
que cumplan los parámetros técnicos, el perfil de deformación estructural del o de los vehículos
involucrados en una colisión, lo que reduce sustancialmente la posibilidad de realizar cálculos
numéricos para obtener rangos de valores probables de energía consumida en deformación y
velocidades asociadas con el siniestro, siguiendo las leyes físicas pertinentes.

Ante tal situación, debe sobreponerse la pericia y el conocimiento de las leyes físicas para proponer
modelos físicos, que sin esa información, coadyuven o permitan aproximarse de manera científica a las
velocidades o energías involucradas. No basta con responder en un informe pericial que no es posible
calcular la velocidad o que no es posible hacer cálculos por falta de información, si junto con el
conocimiento científico y forense se puede hacer una aproximación sustentable. Tal ese el caso de un
modelo físico presentado y expuesto por los suscritos para el World Reconstruction Exposition 2016
(Orlando, FL) en el que, haciendo uso de leyes físicas como la conservación de la energía y velocidad
equivalente por resultados de pruebas de choque controladas, se logra hacer un acercamiento dentro
de un margen lógico y probable a la energía de deformación, velocidades de impacto y un par de
variables determinantes de las colisiones, el delta-V y la velocidad relativa. Dicho modelo se sobrepone
a la ausencia de los registros técnicos de daños de muchos de los casos presentados en el país. Sin
embargo, estos modelos no se logran solamente con crear un conjunto de ecuaciones y sustentándolas
porque responden un interrogante. Además, dicho modelo debe validarse, compararse, ajustarse y
sustentarse ante la comunidad científica para usarse en los informes periciales.

Los anteriores serían solo unos ejemplos de los cientos que pueden surgir, por ello se puede
identificar que hay un sin número de posibilidades desde la perspectiva científica para la solución de
problemas físicos asociados con los accidentes de tránsito. Existirán desde modelos sencillos hasta
modelos muy complejos que no podrán resolverse con un simple cálculo, sino con simuladores o
herramientas de cálculo que realicen procesos iterativos, como programas de computación que
necesitan de un manejo profesional.

A pesar de ser la investigación y reconstrucción de accidentes un arte no tan joven (existen


antecedentes desde 1940-1950, aproximadamente), es aún, en nuestro país, un poco incipiente y quizá
mal interpretada. Hace falta más profesionalización y certificación en el área, pues no basta con
conocer sobre accidentes, manejar un programa de dibujo o de animación y hacer uso de fórmulas
preestablecidas en programas de reconstrucción o en manuales o en libros divulgativos sin soportes
científicos para catalogarse como perito, como experto e idóneo en este tema.

Es necesario verificar los Artículos de la Ley 906 y las Sentencias de la Corte sobre los peritos,
expertos, testigos técnicos etc., y entender que la pericia no depende del rol o de la ubicación del perito
(defensa o ente acusador), sino de su preparación, experiencia, profesionalización y trabajo científico y
su análisis científico con perspectiva forense del elemento probatorio suministrado, de la evidencia
objetiva (fotografías, experticias técnicas, planos, etc.). Esto permite descartar de plano, y a estas
alturas del Sistema Penal Colombiano, el asociar los informes periciales de reconstrucción con la
realización de la denominada ‘reconstrucción de hechos’ (en donde se pretendía hacer valer las
versiones y recuerdos del hecho llevando a los testigos al lugar del suceso) y menos aún solicitar,
descartar o desvirtuar un informe de física forense por el hecho de no haber sido el perito testigo
presencial del siniestro (lo que en la realidad es prácticamente imposible) o por no haber tenido en
cuenta la versión de las víctimas o de los conductores.

Estos son elementos subjetivos y no concordantes con la esencia del sistema penal oral acusatorio
(SPOA), donde prevalece o debe prevalecer la prueba técnica y para lo cual se cuenta con funcionarios
de policía judicial, en este caso de tránsito, que deben poseer la formación e idoneidad en las labores
investigativas y de criminalística de campo para recopilar la mayor cantidad de evidencia objetiva (1).

El manejo profesional mencionado en el párrafo anterior trae a colación distintos niveles de


profesionalización (Limpert, 1999) en el área de la reconstrucción de accidentes de tránsito. Son niveles
de formación del perito que pretenda realizar análisis de accidentes y rendir informes que tengan
trascendencia en la administración de justicia. Es decir, existen en esta área quienes pueden llegar a
realizar informes de índole cualitativo o de opinión, basados en alguna experiencia adquirida en el área
(funcionarios de tránsito urbano o carreteras o analistas de siniestros), donde pueden hacer uso de
algunas fórmulas básicas para resolver casos no complejos o para aproximarse a la solución de una
incógnita dentro de un siniestro o aportar conceptos técnicos sobre este. Posteriormente, existen
quienes alcanzan una formación más avanzada, por la asistencia a seminarios, diplomados, cursos
técnicos de investigación de accidentes, técnicos o tecnólogos, con lo que tienen el dominio de
ecuaciones más complejas o sistemas de ecuaciones; sumado al conocimiento de algún software de
apoyo para elaborar planos o escenas a escala, hacer imágenes representativas, con lo que se emiten
conceptos menos subjetivos y se amplía el rango de respuestas.

Finalmente, se llega a un nivel superior con la completa formación académica profesional (ingeniería
mecánica, física) y especializada en el área de la investigación y reconstrucción de accidentes
(especializaciones, maestrías, cursos avanzados) y certificaciones, con la que se está en capacidad de
realizar producción académica certificada en publicaciones con rigor científico. En este nivel también se
cuenta con el conocimiento necesario para crear modelos físicos que permitan resolver las incógnitas
y/o problemas analíticos sobre el accidente, comoun caso complejo de análisis en el que no haya
huellas de frenado reportadas, ni ningún otro tipo de huella, o si no hay reporte técnico de
deformaciones, lesiones o evidencias. Además, se cuenta con la capacidad de sobreponerse a las
ausencias o falencias técnicas investigativas y a muchas otras generadas durante las labores de campo
por quienes tienen roles de policía judicial de tránsito o por quienes suministran la información.

Este grado de profesionalización avanzada también permite usar herramientas matemáticas para
lograr comprender el siniestro y resolver sistemas de ecuaciones, sustentar valores de variables y
ecuaciones desde la perspectiva de las leyes físicas, analizar conjuntamente resultados, establecer la
incertidumbre o márgenes de error (2) en los resultados consecuentes a todo proceso científico y
sistemático, plasmar con certeza que lo ocurrido el día de los hechos está dentro de los rangos
determinados (García, 2008), establecer la correlación entre estos y la evidencia (Rico, 2016).
Capacidades con las que se logra exponer el informe pericial de la manera más cercana y probable a
cómo ocurrieron los hechos, aproximarse objetiva y cualitativamente a la evitabilidad de estos y las
causas que desde la objetividad y seguridad vial dieron origen al hecho (causas que pueden tanto
diferir como validar las hipótesis sobre el accidente, planteadas inicialmente por los agentes de tránsito
o por quien cumpla esa función).

Es entonces el análisis profesional especializado el que permitirá emitir informes periciales de


calidad, completos, que tengan textos claros, diagramas ilustrativos y gráficas representativas, que
permitan establecer con certeza la o las causas del siniestro. Esto sin un lenguaje subjetivo o frases
cargadas de indicios de responsabilidad y, en caso de ser requerido en el proceso, sustentarlos en
audiencia haciendo uso de la objetividad y la idoneidad. Esto servirá como una herramienta sólida para
que, desde la perspectiva o el análisis jurídico, se puedan establecer las responsabilidades penales,
civiles o administrativas a las que haya lugar. Es en esta parte donde el juzgador con su experiencia,
actualización, preparación en leyes y en administración de justicia se encargará de valorar, desde la
perspectiva de los principios de la sana crítica, las conclusiones del informe y el aporte del perito, y
culminar así el proceso judicial de la manera más óptima y acertada posible, sin pretender entender a
fondo y apropiar los conceptos científicos-físicos o técnicos con los que el perito, por su preparación
académica, expone sus argumentos, o equipararlos con el saber común, pareceres o experiencia en un
oficio (como intentar entender, desde la mera experiencia de conducción, qué es momentum y por qué
se conserva, el concepto de impulso, de velocidad o rapidez relativa, el concepto real de inercia y leyes
de la dinámica, de la cinemática, cantidades vectoriales, la energía cinética y fuerzas no conservativas,
entre muchos otros).
No siendo otro el motivo de este artículo que el de exponer las formas generales de un oficio de
suma importancia en los procesos judiciales por su aporte científico, y dejar abierta las puertas al
debate y la mejora constante, agradecemos al lector sus aportes y consideraciones objetivas, con el fin
de fortalecer y consolidar una parte de la administración de justicia.

Bibliografía

García, A. et al. Fondo Editorial De La Pontificia Universidad Católica del Perú. Vías Humanas. Lima:
2008.

Hurtado, N. Accidentalidad y accidentología viales. Comlibros y cía. Medellín: 2007.

Limpert, R. Motor Vehicle Accident Reconstruction and Cause Analysis Fifth Edition. Lexis Publishing.
Charlotesville: 1999.

Rico, A., & López, D. Cuantificación de la probabilidad o chance de evitabilidad en un accidente de


tránsito cuando se supera la velocidad límite en un tramo de vía. En: Revista de la Escuela Colombiana
de Ingeniería Julio Garavito, 102 (abril-junio, 2016); 37-41.

(1) A pesar de los años de análisis de información, se identifica, desafortunadamente, que aún hace falta
profesionalización e idoneidad en un gran porcentaje de los funcionarios de policía judicial de tránsito; se identifican,
además, múltiples falencias en la elaboración de informes de accidentes, croquis o bosquejos; falta identificación de
evidencias en el lugar de los hechos, de vestigios en los vehículos; registro de información complementaria en el lugar de
los hechos; labores generales de criminalística de campo, entre otras, que dan para otro campo de análisis dentro del
ámbito penal y manejo de hechos punibles.

(2) Margen de error desde el punto de vista científico, como el resultado de mediciones e incertidumbres propagadas que
representan un rango en el que se ha estimado un valor, y no como resultado erróneo o carente de certeza u objetividad.

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