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Finalmente se describen los rasgos actuales del pensamiento contable con especial énfasis
en su capacidad de servir a través del suministro de información útil para la toma de
decisiones.
Este periodo se extiende en el siglo XVIII, hasta que surge el determinado programa de
investigación económica a comienzos del siglo XX.
Teoría Contista
Esta escuela no pretende sino explicar y justificar las reglas que rigen los
movimientos de las cuentas. Por esto Delaporte acuña el principio de la
personalidad moral de la empresa, distinguiéndola de su propietario y expresando
un conjunto de reglas, cuya síntesis es la siguiente:
1. En todos los actos y contratos toman parte continua necesaria mente dos personas:
unas que recibe o debe entregar un valor y otra que entrega o debe recibir un valor
equivalente.
A finales del siglo XVIII se destaca en Gran Bretaña la llamada teoría del propietario, que
gira entorno a la aportación de Huscraft Stephens quien con el nombre de Ownership
theory, expuso las siguientes reglas del funcionamiento de los movimientos de cuentas:
La aportación de Huscraft Stephens es importante por dos motivos. Por un lado, puede
apreciarse una mayor abstracción en el tratamiento conceptual de los movimientos
contables. Por otro, es un claro antecedente de la denominada, “teoría de la agencia”, muy
utilizada en planteamientos actuales de nuestra disciplina, especialmente en los
relacionados con los diferentes enfoques de la investigación empírica.
La escuela Lombarda
El siglo XIX presenció el florecimiento del pensamiento contable en Italia, con una
preeminencia intelectual que habría de permanecer hasta bien entrado el siglo XX. Todas
las escuelas italianas tienen un objetivo común, el propósito de elaborar teorías científicas
para nuestra disciplina, normalmente basadas en la relación entre la contabilidad y la
administración empresarial.
Con ello, la contabilidad es para Villa una doctrina de orden superior, destinada a
interpretar la dinámica de las haciendas, para la cual son necesarios los conocimientos
administrativos y de orden varios, combinados con los conceptos puramente contables y a
una disciplina propia para la utilización de medios instrumentales adecuados para poder
realizar los fines previstos para la administración económica.
La escuela Personalista
Al mismo tiempo Cerboni realiza un planteamiento formalizado que puede calificarse como
pionero, con seis axiomas, a cada uno de los cuales acompañan varios corolarios.
La escuela Controlista
Fabio Besta, creador de la escuela controlista o materialista, formula su postura como una
oposición a las escuelas que personalizan las cuentas, poniendo también especial énfasis en
el carácter económico de la disciplina contable, al centrarla en el estudio y control de la
hacienda a través del analisis de sus diferentes valores a los que se les abre una cuenta y no
a las personas subyacentes.
Besta distingue tres frases de Administración hacendal: gestión, dirección y control. Las
funciones de la contabilidad se refieren a esta última etapa, por ser su característica el
control de la riqueza hacendal.
La aportación de Fabio Besta podría haberse situado dentro de este último planteamiento,
pero el hecho de poner su atención especialmente en el control económico y no en el
concepto del valor, nos ha llevado a considerarla como una escuela previa al Neocontismo
propiamente dicho.
No obstante, a medida que avanza el siglo XX, progresivamente cobra mayor importancia
la segunda de estas características y pierde importancia la tercera, a la vez que se progresa
en el avance hacía intentos formalizadores de las disciplinas contables
Paralelamente las escuelas económicas también tienen sus manifestaciones en Estados
Unidos, si bien con un talante mucho más pragmático que pronto habría que tomar una
dirección muy clara: la búsqueda, basada en la teoría económica del cálculo del beneficio
empresarial, con ellos el Neocontismo da lugar en Estados Unidos, a la línea de
pensamiento que puede englobarse con la denominación de “búsqueda del beneficio
verdadero”.
Como representantes del Neocontismo francés pueden citarse a Jean Bournisien, René
Delaporte y especialmente Jean Dumarchey.
Al igual que otros autores de esta escuela, el concepto de valor es básico en Delaporte, de
modo que Al igual que otros autores de esta escuela, el concepto de valor es básico en
Delaporte, de modo que:
La contabilidad, para este autor, es la ciencia de las cuentas, representando los movimientos
de los valores de cambio clasificados en sus funciones principales y accesorias.
Si bien las tres ramas presentan una unidad lógica indisoluble, en coexistencia armónica, de
modo que ninguna de ellas puede ni presentarse aisladamente, ni escindirse de las restantes.
Estos planteamientos dieron lugar en Italia a una virulenta diatriba, con posturas
irreconciliables, tendiente a dilucidarsi aquella trilogía integraba una única ciencia con tres
partes distintas, o si, por el contrario, cada una constituía una ciencia independiente.
En la primera mitad del siglo XX, las manifestaciones del pensamiento contable en
Estados Unidos tratan especial-mente de justificar la práctica contable, más que de
explicarlas razones de los movimientos de las cuentas o de construir teorías que expliquen
qué es la contabilidad con base en tales razones. Existen aquí dos posibles direcciones, en
torno a las que se agrupan los tratadistas. La primera, de carácter eminentemente
pragmático, implica explicar la contabilidad por referencia a la propia práctica de la misma:
las reglas de nuestra disciplina son producto de la experiencia, más que de la lógica
Surgen así compilaciones de principios y reglas contables, normal-mente de carácter
eminentemente inductivo y basados en la observación de lo que hacen los expertos en la
práctica.