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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD VALLE DEL MOMBOY
VICERRECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS, POLITICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO

MODIFICACIÓN JURISPRUDENCIAL AL PROCESO LABORAL


VENEZOLANO

Trabajo especial de grado para optar al título de Abogado

AUTORES:
Adriana Valentina Rondón López
CI:V-24.786.464
Ariana Paola Abreu Soler
CI: V-26.094.066

TUTOR:
Abog. Marcos Aurelio Guerrero
C.I: V- 9.497.450

Valera, Noviembre de 2018


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INDICE

ACEPTACION DEL TUTOR................................................................................................5


APROBACION DEL TUTOR...............................................................................................6
INTRODUCCIÓN...............................................................................................................7
DERECHO PROCESAL LABORAL................................................................................9
AUDIENCIA PRELIMINAR.............................................................................................25
DESPACHO SANEADOR..............................................................................................37
AUDIENCIA DE JUICIO.................................................................................................38
PROCEDIMIENTO DE SEGUNDA INSTANCIA.........................................................43
RECURSO DE CASACION...........................................................................................45
CARGAS PROCESALES...............................................................................................49
CONCLUSION.....................................................................................................................54
BIBLIOGRAFIA....................................................................................................................58

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REPUBLICA BOLIVARIA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD VALLE DEL MOMBOY
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS, POLITICAS Y SOCIALES
VICERRECTORADO ACADEMICO
VALERA, ESTADO TRUJILLO

ACEPTACION DEL TUTOR

Por la presente, hago constar que he leído el proyecto de


Trabajo de Grado, presentado por las Ciudadanas Adriana Valentina Rondón
López y Ariana Paola Abreu Soler titulares de las Cédulas de Identidad
números V- 24.786.464 y V- 26.094.066 respectivamente, para optar al
Grado de Abogados, cuyo título es“Modificación Jurisprudencial al
Proceso Laboral Venezolano”; y que acepto asesorar a las estudiantes, en
calidad de tutor, durante la etapa de desarrollo del Trabajo, hasta su
presentación y evaluación.

En la Ciudad de Valera, a los Veintitrés (23) días del mes de Junio del
2018.

ABOGADO MARCOS AURELIO GUERRERO


C.I V- 9.497.450

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REPUBLICA BOLIVARIA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD VALLE DEL MOMBOY
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS, POLITICAS Y SOCIALES
VICERRECTORADO ACADEMICO
VALERA, ESTADO TRUJILLO

APROBACION DEL TUTOR

Yo, MARCOS AURELIO GUERRERO, cedula de identidad N°


V- 9.497.450, me dirijo ante usted en la oportunidad de informarle que en mi
carácter de Tutor del Trabajo Especial de Grado presentado por las
ciudadanas ADRIANA VALENTINA RONDON LOPEZ y ARIANA PAOLA
ABREU SOLER, cedulas de identidad N° V-24.786.464 y N°V-26.094.066
respectivamente, para optar al título de ABOGADO, y que lleva por nombre:
MODIFICACIONES JURISPRUDENCIALES AL PROCESO LABORAL
VENEZOLANO; considero que dicho Trabajo reúne los requisitos y méritos
suficientes para ser sometido a la evaluación por parte del jurado
examinador que se designe.

En la ciudad de Valera, al día uno (01) del mes de Noviembre


de 2018.

ABOGADO MARCOS AURELIO GUERRERO


C.I V- 9.497.450

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INTRODUCCIÓN

En el Derecho venezolano, aunque no existe una disposición que


contenga las Fuentes del Derecho, en la Constitución de la República de
Venezuela de 1.961 se establece en un primer término el denominado deber
de cumplimiento y obediencia. Este mandato se refiere a lo establecido en el
artículo 52 ejusdem, que reza lo siguiente:

"Tanto los venezolanos como los extranjeros deben cumplir y


obedecer la Constitución y las leyes, y los decretos, resoluciones y órdenes
que en el ejercicio de sus atribuciones dicten los órganos legítimos del Poder
Público"

También precisa nuestro Código Civil vigente en su Artículo 4° que


cuando no hubiere disposición expresa de la Ley se aplicará la analogía y si
aún hubiere dudas sobre la controversia habrán de aplicarse los principios
generales del Derecho.

El verdadero estudio de la ciencia jurídica comienza con la


comprensión del origen de las normas jurídicas que dan forma al derecho
positivo de un territorio, en un tiempo y lugar determinados.

La idea de una crisis de la jurisprudencia es un tema que hace tiempo


se ha planteado, enfocado a distintas directrices, en relación a la función de
interpretación en la aplicación que debe hacer el juez frente al marco legal,
en cuanto a la labor de integración de la normativa, en cuanto razonamiento
propio que debe conllevar la dictación de la sentencia en el caso concreto y
más general aún, el valor que puede tener la jurisprudencia dentro del marco
del derecho.

Es por esto que hoy en día se ha visto criticada debido a su forma de


aplicación y la manera en que ha influenciado en el derecho venezolano

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como una fuente netamente vinculante para la resolución de controversias
judiciales, dando lugar a la violación de principios garantes de un debido
proceso tales como el principio de imparcialidad de los jueces.

Como consecuencia a esta problemática en el Derecho Venezolano, la


labor del juez de administrar justicia de manera inexcusable se ha visto
vulnerada en cada campo del derecho y particularmente en este caso
queremos abordar la influencia de la misma en el procedimiento laboral,es
por esta razón, que en la presente investigación se busca realizar un estudio
analítico de la Ley Orgánica Laboral Venezolana, con el fin de identificar las
modificaciones que han surgido a su posterior entrada en vigencia desde el
año 2002 como consecuencia de vacíos legales o inconsistencias que el
legislador ha dejado a la vista. Es por esto que en definitiva es necesario
abordar la siguiente temática:¿Cómo las disposiciones legales vigentes en
materia de procedimiento laboral han sido matizadas por la jurisprudencia?

Del mismo modo, lo que se busca con el presente trabajo es


determinar si como consecuencia de la modificación jurisprudencial del
Proceso Laboral Venezolano, se garantiza la tutela judicial efectiva, el debido
proceso y el derecho a la defensa.

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DERECHO PROCESAL LABORAL

El derecho procesal del trabajo puede definirse como aquella rama de


las ciencias jurídicas que dicta las normas instrumentales para la actuación
del derecho del trabajo, y que regula la actividad del juez y de las partes, en
todos los procedimientos concernientes a la materia del trabajo.

Y, de una manera más amplia, puede definirse como el conjunto de


normas referentes a la constitución, la competencia del juez, la
disciplinadelprocedimiento, la sentencia y los medios de impugnación para la
resolución de las controversias colectivas, intersindicales no colectivas e
individuales del trabajo yde toda otra controversia referente a normas
sustantivas del trabajo.

El procedimiento del trabajo es el medio con el cual se actúan las


normasdel trabajo. Si toda disciplina procesal pertenece al derecho público,
en ladisciplina del proceso del trabajo tal carácter resulta acentuado,
teniendo lascontroversias del trabajo un objeto que las diferentes de las
otras, siendo lafinalidad de la disciplina procesal del trabajo también social y
económica, comoparticularmente ocurre en cuanto a las controversias
relativas a la formación denuevos pactos de trabajo. (Litala, 1.949: 23,24,25).

Es por esto que es necesario abordar los inicios del derecho del
trabajo en Venezuela en el siglo XX, el cual se orientó la creación de una
jurisdicción especial de trabajo en julio de 1936, cuando se promulgó la
primera Ley del Trabajo y se estableció la figura de la jurisdicción del trabajo,
la cual inicialmente estuvo integrada por un inspector del trabajo quien
actuando solo o con dos asesores designados por las partes contendientes,
conocía de todos los asuntos contenciosos del trabajo distintos a la
conciliación y el arbitraje, dictaba sentencia y la ejecutaba, aun cuando las
excepciones dilatorias y las de inadmisibilidad, al igual que las apelaciones,

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eran conocidas por la oficina nacional del trabajo pero el procedimiento se
regía por el Código de Procedimiento Civil de 1916, observándose así la
mezcla que había de órgano y de ley de procedimiento.

Asimismo, en 1936 se crearon por primera vez cuatro (4) tribunales de


trabajo, de los cuales uno era superior con sede en Caracas y competencia
Nacional; dos (2) de Primera Instancia con sede en Caracas y otro en
Maracaibo, Estado Zulia, hasta que en el año 1940, con la promulgación de
la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos del Trabajo, cuando se
estableció por primera vez un sistema procesal para los asuntos
contenciosos laborales, aunque su trámite se remitía al procedimiento de los
juicios breves contemplados en el Código de Procedimiento Civil y se
consagró la dependencia del proceso laboral del Procedimiento Civil, al
contemplarse como fuente general y supletoria.

Luego las reformas hechas a la mencionada ley en 1956 y 1959, no


acometieron reforma procesal en esta materia, por el contrario, la primera de
ellas se limitó principalmente a suprimir la relación de la causa tanto en
primera como en segunda instancia y a aumentar la cuantía para casación a
diez mil bolívares, siguiéndose en lo no expresado la aplicación del proceso
civil.

Seguidamente en agosto de 1976, la comisión del Ministerio del


Trabajo, presentó un proyecto de Ley Orgánica Procesal del Trabajo, debido
a la prolongación de las instancias y la excesiva paralización de las causas,
la cual se preocupó por evitar el trasplante de esas experiencias sin que se
tuvieran en cuenta las peculiaridades de la realidad jurídica nacional y
postularon por el contrario un sistema oral adaptado a nuestra idiosincrasia,
moderno y ajustado al debido proceso (Duque, 2004. 411).

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Sin embargo, a pesar de no llevarse a cabo la reforma del proceso
laboral, mediante el proyecto de ley citado, a nivel internacional la
Organización Internacional del Trabajo, a través de los convenios 151 y 154
y la resolución N° 92, insistió a los países cambiar su sistema procesal
laboral, por cuanto el mismo debe centrarse en los procedimientos de
conciliación y mediación para la solución de los conflictos laborales y cuyo
objetivo consiste en asistir a las partes a alcanzar un acuerdo negociado en
condiciones que sean lo más parecido posible a las imperantes en un
proceso normal de negociación (González, 2004, 74)

Es por ello que la esfera del derecho comparado en Costa Rica, en el


año 1997, aprobó el proyecto de ley N° 7727 de resolución alternativa de
conflictos y promoción de la paz social, cuyo objetivo primordial es que toda
persona tiene el derecho de recurrir al dialogo, la negociación, la mediación,
la conciliación, el arbitraje y otras técnicas similares para solucionar sus
diferencias patrimoniales de naturaleza disponible. De igual manera sucedió
en Ecuador, República del Salvador y Argentina (González, 2004, 90)

Asimismo, puede señalarse que el Código de Procedimiento Civil


actual, también es fuente o antecedente, en el cual se encuentra previsto el
procedimiento oral, el cual resulta aplicable a las causas que no excedieran a
doscientos cincuenta mil bolívares (Bs. 250.000,00), ahora reformada con la
Resolución del Tribunal Supremo de fecha 15 de marzo de 2009, con el N°
2009-0006, que extendió la cuantía de tres mil unidades tributarias (3.000UT)
y aplicable en los procedimientos de tránsito, procedimiento que resulta ser
fuente inspiradora de la nueva ley, en lo que se respecta a la audiencia de
juicio concretamente, más no así a lo referido a la audiencia preliminar.

Siguiendo con los lineamientos de los Convenios Internacionales en


esta materia en el año 1999, la nueva Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en su disposición cuarta, numeral cuarto ordenó a

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la Asamblea Nacional sancionar una Ley Orgánica Procesal del Trabajo que
garantice el funcionamiento de una jurisdicción laboral autónoma y
especializada y la protección del trabajador o trabajadora en los términos
previstos en esta Constitución y en las leyes.

Es por ello, que el Artículo 257 de la Constitución prevé que el


proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la
justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad, y
eficacia de los trámites y adoptará un procedimiento breve, oral y público. No
se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales.

De igual manera, en el mismo año, la reforma del reglamento de la ley


orgánica del trabajo (1999), refiere por primera vez, dos modalidades de
intervención de un tercero interesado en coadyuvar a la autocomposición de
un conflicto, así lo señala en su Artículo 194, que expresa: “donde un tercero
interviene en la negociación para coadyuvar a las partes a alcanzar un
acuerdo, mediante el restablecimiento del diálogo y la búsqueda de
soluciones. Por su parte la mediación refiere a la interacción donde el tercero
interviene en la negociación y somete a consideración de las partes las
formulas específicas de arreglo.

En virtud de lo anteriormente citado y en procura de alcanzar un


proceso laboral, que respondiera a la exigencia que la nueva Constitución
reclamaba, el Tribunal Supremo de Justicia, presentó en el año 2000 un
anteproyecto de ley orgánica procesal del trabajo, inspirado por el Centro de
Desarrollo e Investigaciones Laborales de la Asociación Iberoamericana de
Juristas de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, como primeras
iniciativas, sin embargo, al mismo le faltó publicidad, participación y
consenso de los sectores involucrados, siendo el mismo cerrado (Sainz,
2002,32).

Finalmente, en el año 2002, fue promulgada la Ley Orgánica Procesal

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del Trabajo, la cual prevé el nuevo proceso laboral, señalando dos fases
articuladas como lo son la audiencia preliminar y la audiencia de juicio, con
objetivos disímiles y bajo la dirección de distintos jueces.

Es evidente entonces que para ese entonces, se cumplió con lo


previsto en la Constitución y no quedaba más que darle vida a sus
postulados, entre estos el Artículo 26, que establece la obligación del Estado
de garantizarle a todos los venezolanos “… una justicia gratuita, accesible,
imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable,
equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, in formalismos o reposiciones
inútiles”.

Por estas razones, es importante la humanización y modernización de


la justicia, complementando con esto la finalidad constitucional del proceso
regulado en el artículo 257 ejusdem, donde su objetivo primordial es servir de
instrumento fundamental para la realización de la justicia. Igualmente, es un
mandato constitucional que los nuevos procesos y los cambios que se hagan
de las leyes procesales deben estar inspirados en los principios establecidos
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; y en particular
la justicia laboral que debe tener por norte, la misión de proteger el hecho
social trabajo.

Estos principios de los cuales se hablará posteriormente, deberán


orientarse a regular la simplificación, uniformidad y eficacia de los actos
procesales implementando un proceso breve, oral y público. Esta oralidad
debe entenderse como un instituto procesal fundamental, en virtud del cual el
proceso judicial sea un instrumento que permita la efectiva realización de la
justicia y el cumplimiento del fin social de la misma (Mora, 2005, 133).

De esta manera entendemos que el actual Proceso Laboral


Venezolano fue la consecuencia directa de la disposición transitoria cuarta
de la Constitución vigente, lo cual significó un nuevo esquema bajo el cual se

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ha de desarrollar el procedimiento laboral, poniendo fin al anterior proceso,
que solo logro frustraciones de los trabajadores que acudían ante los
órganos judiciales en busca de ayuda y se encontraban con un
procedimiento lento y tardío, que lejos de solventar la situación, implicaba
que cuando por fin se condenaba al pago de prestaciones sociales o
cualquier otro concepto laboral resultaban que las mismas ya estaban
devaluadas por los tantos años de espera.

Con la implementación de la actual Ley Orgánica Procesal del


Trabajo, se originó un cambio trascendental en Venezuela, pues significaba
un nuevo paradigma, a través de proceso breve, oral, inmediato y gratuito. El
proceso laboral venezolano sufrió una modificación significativa, pasando de
ser casi totalmente escrito a ser predominantemente oral, aun cuando, por
formalidad y seguridad jurídica, se mantienen ciertos actos escritos, en
función del principio de la oralidad actuada.

Los cambios en el Derecho del Trabajo estriban en gran parte, en


hacer valer los derechos del trabajador, que por mucho tiempo ha estado
subyugado a la voluntad de su patrono, muchas veces con arbitrariedad, y
aun así, no se pretende combatir a la persona del patrono, sino a los hechos
que producen detrimento a la persona del trabajador en su acervo moral,
económico y/o social.

La incorporación de nuevas herramientas en el proceso laboral,


pretende lograr la transición de una administración de justicia lenta,
ineficiente, atiborrada, obstruida y desalentadora, a otra que contempla el
desarrollo de principios que rijan el proceso laboral.

A pesar de las diversas transformaciones que ha sufrido el derecho


laboral en Venezuela, las leyes no han logrado por si solas conseguir su
finalidad, siendo por tal motivo necesario la aplicación de la jurisprudencia
entendiendo esta como un conjunto de sentencias de los tribunales y

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doctrina que contienen; criterio sobre un problema jurídico establecidos por
una pluralidad de sentencias acordes.

Para Covián, citado por Rafael de Pina Vara (2001), la jurisprudencia


es la interpretación que la autoridad judicial da ordinariamente a una ley, y
así se opone la jurisprudencia a la doctrina como expresión de la ciencia.

De la misma manera, Eduardo García Máynez (2003) dice que la


palabra jurisprudencia posee dos acepciones, en una de ellas equivale a
ciencia del derecho o teoría del orden jurídico positivo. En la otra sirve para
designar el conjunto de principios y doctrinas contenidas en las decisiones de
los tribunales.

La importancia que tiene la jurisprudencia dentro del ámbito del


Derecho laboral es fundamental porque gracias a ella se consiguen salvar las
imperfecciones que tiene el sistema jurídico mediante la creación de lo que
serían contenidos jurídicos para futuros casos que pueden tener un parecido
sustancial.

Se puede establecer que la jurisprudencia se encarga de llevar a cabo


el estudio de un precepto jurídico aplicado o utilizado en un caso concreto y
de cubrir las lagunas o las carencias que se dan en el Derecho cuando no
hay una ley que aborde una cuestión determinada.

Es por esta razón que la jurisprudencia tiene como finalidad brindar a


un Estado de Derecho contenido al Sistema Jurídico como tal para permitir la
resolución de casos análogos así como también busca esclarecer o brindar
mayor comprensión de las normas para así conseguir Seguridad Jurídica. En
este caso en específico, la jurisprudencia flexibiliza el proceso laboral a
través de sus pronunciamientos con el objeto de llenar los vacios legales no
considerados por el legislador. Del mismo modo es a través de ésta que se
ha logrado adaptar o en cualquiera de los casos moldear las leyes

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establecidas a las circunstancias sociales actuales garantizando así
principios constitucionales fundamentales para el buen desarrollo del proceso
tal como tutela judicial efectiva que no es más que el cumplimiento y respeto
cabal de Derechos Humanos en general. Es un derecho constitucional por el
que toda persona puede ejercer libremente la defensa de sus derechos e
intereses legítimos ante la jurisdicción. Garantía jurisdiccional a la no
indefensión y al libre acceso a los tribunales a fin de obtener una resolución
fundada en Derecho, a su ejecución y a la utilización del sistema de
recursos. Supone una garantía procedimental que impone la observancia de
las reglas del proceso y el derecho a un proceso eficaz y sin dilaciones
indebidas.

La Tutela Judicial Efectiva, se enmarca en los Artículos 19, 26 y 49 de


la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cuales señalan
lo siguiente:

Artículo 19. El Estado garantizará a toda persona, conforme al


principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio
irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su
respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de
conformidad con la Constitución, los tratados sobre derechos humanos
suscritos y ratificados por la República y las leyes que los desarrollen.

Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de


administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso
los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con
prontitud la decisión correspondiente.

Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones


judiciales y administrativas y, en consecuencia:

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1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo
estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho
a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las
pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su
defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido
proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo,
con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley.

2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo


contrario.

3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de


proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado
legalmente, por un tribunal competente, independiente e imparcial
establecido con anterioridad. Quien no hable castellano o no pueda
comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un intérprete.

4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales
en las jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas
en esta Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio
sin conocer la identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por
tribunales de excepción o por comisiones creadas para tal efecto.

5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o


declarar contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente
dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad.

La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de


ninguna naturaleza.

6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que


no fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.

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7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos
en virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente.

8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o


reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u
omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de
exigir la responsabilidad personal del magistrado o magistrada, juez o jueza y
del Estado, y de actuar contra éstos o éstas.

El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial,


idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y
expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.”

Aun cuando la carta magna establece las formas correctas de


desarrollar un proceso, el derecho laboral en su ley adjetiva tiene como
finalidad garantizar el acceso a la justicia, pero es gracias a la aplicación de
la jurisprudencia que se ha logrado matizar el debido proceso. Favoreciendo
a las partes brindando una mejor compresión, sencillez y dinamismo al
interés perseguido.

En tal caso el proceso laboral vigente, lejos de colidir con los principios
rectores del proceso tradicional, se apega a la Carta Magna y a la doctrina
moderna considerando las innovaciones en orden prevalente y necesario, y
se encuentra fundamentado en el Artículo 257, estableciendo lo siguiente:

“El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización


de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación,
uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve,
oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no
esenciales”.

Rafael Ortiz-Ortiz (2004) señala en su texto Teoría General del


Proceso que los principios procesales laborales son aquellas reglas

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de valoración que se deducen del ordenamiento jurídico adjetivo
laboral y que sirven de fundamento para la interpretación y aplicación
de las normas procesales en atención a un criterio axiológico primario como
lo esla realización de la justicia.

Principio de uniformidad: El proceso analizando el principio de


uniformidad, alude a la necesidad de que la pretensión será abordada en un
único proceso y el mismo debe incluir lo necesario para su consecución y no
se contemplan procedimientos especiales luego de este.

Principio de brevedad: este principio propicia que se realicen los


actos en un tiempo específico, con simplicidad en los mismos, que no se
extienda más de lo que corresponde. Tal como se evidencia en el proceso
laboral por sus cortos lapsos de tiempo.

Principio de oralidad: representa para la ley vigente laboral un factor


fundamental y preponderante ya que el proceso es desarrollado por
audiencia, en el cual se materializa este principio, el cual se desarrolla en
dos audiencias fundamentales a saber:

a.- la audiencia preliminar y

b.- la audiencia de juicio.

Principio de publicidad: Es un principio asociado a la transparencia


que debe existir en los procesos y se expresa en el acceso que tienen los
ciudadanos acoplándose al sistema democrático en virtud del control popular
de la administración de justicia, siendo una especia de fiscalización colectiva
y necesaria para reforzar la imagen del sistema judicial en torno a su
idoneidad y promoción de la seguridad jurídica

Existe una excepción a este principio, la cual se da en el caso de la


audiencia preliminar donde es idóneo que solo sean las partes y el juez

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quienes participen en ella para garantizar la oportuna mediación o
conciliación como método alternativo a la resolución de conflictos

Principio de gratuidad: es un principio arraigado en la regla general


de no poder exigir pago alguno para acceder a la justicia, y asistir a los
trabajadores de manera gratuita como parte de las obligaciones que tiene el
Estado y sus distintos órganos, con ocasión de elevar al trabajador a una
condición favorable frente a los conflictos que surgen en el ámbito legal

Principio de celeridad: Es un principio que contempla el mínimo


retardo o dilaciones en el proceso brindando la posibilidad de apartar
cualquier estorbo o de prolongaciones excesivas e indebidas que afectan
negativamente los derechos y garantías de los ciudadanos. Se promueve
una justicia sin formalismos o reposiciones inútiles que ineludiblemente
repercuten en la tutela judicial efectiva.

Principio de inmediación: la aplicación de este principio se asume


como mecanismo propicio para la retroalimentación, el contacto directo del
Juez en el proceso que permita formar en él un criterio sólido mediante la
percepción que obtiene a través de los receptores sensoriales, que
representan la capacidad de reconocer los hechos y pruebas aportados al
proceso para poder elaborar un juicio sobre ellos, sin influencia de terceros o
de informaciones que el juez no pueda percibir por sí mismo..

A favor de estos principios la disposición transitoria 4ª de la Carta


Magna establece:

“Dentro del primer año, contado a partir de su instalación, la Asamblea


Nacional aprobará: Una Ley Orgánica Procesal del Trabajo que garantice el
funcionamiento de una jurisdicción laboral autónoma y especializada, y la
protección del trabajador o trabajadora en los términos previstos en la
Constitución y en las Leyes. La Ley Orgánica del trabajo estará orientada por

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los principios de gratuidad, celeridad, oralidad, inmediatez, prioridad de la
realidad de los hechos, la equidad y rectoría del juez o la jueza en el
proceso”.

Las innovaciones en el proceso laboral venezolano procuran superar


la marcada deficiencia anterior, en cuanto a procesos que se caracterizaban
por un estilo y desenvolvimiento tardío, o en otras palabras: “escrito, lento,
pesado, formalista, mediato, oneroso y no obsequioso para nada a la
justicia”. (Exposición de Motivos del Proyecto de Ley Orgánica Procesal
el Trabajo, 2002).

La derogada Ley Orgánica de Tribunales y Procedimiento del Trabajo


(1959), no materializaba la especialidad de la jurisdicción laboral que hoy
rige, porque reseñaba en el articulo 31 la aplicación supletoria del Código de
Procedimiento Civil (1987) en cuanto a la sustanciación y decisión de los
procesos, y también de los recursos legales, que habían sido interpuestos
ante los tribunales del trabajo.

Ahora bien es importante destacar que a pesar de la visión del


legislador para la realización de una nueva normativa laboral para combatir
todos los vicios del proceso podría decirse que no logro su cometido, puesto
que, Hoy día una ley parcialmente en desuso por no poseer la capacidad de
adaptación social, ni ser lo suficientemente clara para su interpretación.
Conllevando así a la problemática a plantear la modificadora presencia de la
jurisprudencia en el procedimiento laboral.

En esta ley denominada Ley Orgánica Procesal del Trabajo decretada


según Gaceta Oficial Número: 37.504 del 13 de agosto del año 2002. Se
estableció el siguiente procedimiento:

“Los Tribunales del Trabajo se organizarán en cada circuito judicial,


en dos instancias:

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Una primera instancia integrada por los Tribunales de Sustanciación,
Mediación y Ejecución del Trabajo, y los Tribunales de Juicio del Trabajo.
Una segunda instancia integrada por los Tribunales Superiores del Trabajo.
Su organización, composición y funcionamiento se regirá por las
disposiciones establecidas en esta Ley y en las leyes respectivas.”

Claramente, existe una distinción entre el novedoso proceso laboral


frente al procedimiento ordinario, y refleja un objetivo claro: replantear la
estructura del proceso laboral para adaptarlo a las situaciones de un modo
mucho más realista, reforzando los principios constitucionales.

Dicha ley establece sistemáticamente las etapas del proceso iniciando


desde la introducción de la demanda en Primera Instancia a partir del
Artículo 123 que establece lo siguiente:

Artículo 123. Toda demanda que se intente ante un Tribunal del


Trabajo de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución se
presentará por escrito y deberá contener los siguientes datos:

1. Nombre, apellido y domicilio del demandante y del demandado. Si el


demandante fuere una organización sindical, la demanda la intentará quien
ejerza la personería jurídica de esta organización sindical, conforme a la ley y
a sus estatutos.

2. Si se demandara a persona jurídica, los datos concernientes a


denominación, domicilio y los relativos al nombre y apellido de cualesquiera
de los representantes legales, estatutarios o judiciales.

3. El objeto de la demanda, es decir, lo que se pide o reclama.

4. Una narrativa de los hechos en que se apoye la demanda.

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5. La dirección del demandante y del demandado, para la notificación a la
que se refiere el artículo 126 de esta Ley.

Cuando se trate de demandas concernientes a los accidentes de


trabajo o enfermedades profesionales, además de, lo indicado anteriormente,
deben contener los siguientes datos:

1. Naturaleza del accidente o enfermedad.

2. El tratamiento médico o clínico que recibe.

3. El centro asistencial donde recibe o recibió el tratamiento médico.

4. Naturaleza y consecuencias probables de la lesión.

5. Descripción breve de las circunstancias del accidente.

Parágrafo Único: También podrá presentarse la demanda en forma oral ante


el Juez del Trabajo, quien personalmente la reducirá a escrito en forma de
acta, que pondrá como cabeza del proceso.

Posteriormente encontramos en el marco legal laboral en su


Artículo 124

Si el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo,


comprueba que el escrito libelar cumple con los requisitos exigidos en el
artículo anterior, procederá a la admisión de la demanda, dentro de los dos
(2) días hábiles siguientes a su recibo. En caso contrario, ordenará al
solicitante, con apercibimiento de perención, que corrija el libelo de la
demanda, dentro del lapso de los dos (2) días hábiles siguientes a la fecha
de la notificación que a tal fin se le practique. En todo caso, la demanda
deberá ser admitida o declarada inadmisible dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes al recibo del libelo por el Tribunal que conocerá de la
misma. La decisión sobre la inadmisibilidad de la demanda deberá ser
publicada el mismo día en que se verifique.

23
De la negativa de la admisión de la demanda se dará apelación, en
ambos efectos, por ante el Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución
del Trabajo y para ante el Tribunal Superior del Trabajo competente, si se
intenta dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes al vencimiento del
lapso establecido para la publicación de la sentencia interlocutoria que
decidió la inadmisibilidad de la demanda. Al siguiente día de recibida la
apelación, el Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo
remitirá el expediente al Tribunal Superior del Trabajo competente.

El Artículo anterior permite evidenciar que debido a los términos


utilizados es sujeto a interpretación para esclarecer cual es el fin del
legislador en este momento del procedimiento, por esta razón el Tribunal
Supremo de Justicia se pronunció en Sentencia Nº 380, con fecha 24 de
marzo de 2009, Caso: Compañía Brahma

(…) alega el formalizante que la recurrida infringió el artículo 124 ejusdem,


por falsa aplicación, en los siguientes términos:

  Ciudadanos Magistrados, no son equivalentes los


términos INADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA Y PERENCIÓN DEL
PROCEDIMIENTO, porque la declaración de INADMISIBILIDAD se produce,
a modo de ejemplo, cuando el Juez declara su Falta de Jurisdicción o la
caducidad de la acción o la prohibición legal de admitir la demanda, o
considera que la pretensión es contraria a la ley, al orden público o a las
buenas costumbres. En supuestos como los anotados en el pronunciamiento
del Tribunal, al quedar definitivamente firme, produce cosa juzgada material y
la demanda no puede ser intentada nuevamente; mientras que la declaratoria
de PERENCION DEL PROCEDIMIENTO, como en el caso de falta de
subsanación de las omisiones indicadas por el Juez de Sustanciación.
Mediación y Ejecución, produce sólo cosa juzgada formal y el demandante

24
sólo tiene que esperar el transcurso de 90 días continuos, para intentar
nuevamente su demanda.

(…) Para decidir, se observa:

(…) De la norma anteriormente transcrita se observa que lo pretendido por el


legislador es que la falta de corrección oportuna -dentro del lapso de los dos
(2) días hábiles siguientes a la fecha de la notificación que a tal fin se le
practique- de los defectos de forma observados por el Juez produce la
perención de la instancia. Ahora bien, si por el contrario el demandante
efectivamente corrige la demanda, pero no lo hace en los términos
solicitados por el Juez o lo realiza de forma errónea, la consecuencia jurídica
es la inadmisibilidad de la demanda.

AUDIENCIA PRELIMINAR

Es la oportunidad procesal en la que debe generarse el primer


encuentro entre las partes y el Juez, que en este caso, es el Juez de
Sustanciación, Mediación y Ejecución. El fin principal de la Audiencia
Preliminar Laboral es lograr que las partes negocien y logren a través de la
mediación del Juez llegar a un acuerdo para poner fin al proceso. El carácter
obligatorio está fundamentado en la Exposición de Motivos LOPT, y es para
garantizar que las partes puedan ser impulsadas a resolver la controversia
por medios alternativos, como lo establece también la exposición de motivos
de la Constitución Nacional.

Ricardo Henríquez La Roche (2003), indica que ésta audiencia tiene


como fin principal evitar el litigio, limitar su objeto, depurar el procedimiento y
recibir las pruebas. Esta audiencia es privada, pues el autor infiere que la
confidencialidad de los actos de mediación resultan convenientes para lograr

25
la transacción asistida” que supone la conciliación de las partes o un acuerdo
de arbitraje a los cuales reconduce el juez en su función mediadora, como
vías alterna de solución de conflictos.

Artículo 129. La audiencia preliminar será en forma oral, privada y


presidida personalmente por el Juez de Sustanciación, Mediación y
Ejecución, con la asistencia obligatoria de las partes o sus apoderados. En la
misma no se admitirá la oposición de cuestiones previas.

La Roche en cuanto a esto establece que en la audiencia preliminar


debe concurrir necesariamente el Juez de Sustanciación, Mediación y
Ejecución, ya que sin su inmediación la procura de avenimiento estaría
condenada al fracaso, al no estar presente el mediador.

Con respecto a la no admisión de cuestiones previa, el mismo autor


señala en su texto que este precepto en realidad lo que pretende prohibir es
el trámite específico de cuestiones previas a los fines de lograr celeridad
procesal. Por tanto, ninguna excepción procesal o de inatendibilidad de las
pretensiones capaz de generar un procedimiento incidental para que sea
dirimido antes de la promoción de pruebas o antes de la contestación de la
demanda. Sin embargo esto no impide que el demandado alegue ante el juez
cuestiones de carácter previo que deben ser decididas sumariamente a
través de un despacho saneador.

¿Qué sentido tendría promover pruebas y contestar la demanda o,


incluso, llegar a decidir la causa en la audiencia de juicio, si el tribunal debe
declinar su conocimiento por razones de falta de jurisdicción, falta de
competencia y acumulación prohibida de pretensiones; o cuando la demanda
ha sido impetrada con base en un instrumento poder no autentico, o se
cuestiona la legitimidad del representante putativo del empleador? Las

26
cuestiones previas, son formas que depuran el proceso y en tal sentido
resultan inexcusables para la validez y eficacia del proceso y de su sentencia
terminal. De allí que el precepto en comento deba entenderse en sentido
restringido, es decir, en el sentido de que no está permitidito dilucidarlas por
un trámite procedimental ad hoc, siendo competencia del Tribunal de
Sustanciación, Mediación y Ejecución decidirla mediante una summaria
cognitio.

Artículo 130. Si el demandante no comparece a la audiencia


preliminar se considerará desistido el procedimiento, terminando el proceso
mediante sentencia oral que se reducirá en un acta, la cual deberá publicarse
en la misma fecha. Contra esta decisión, el demandante podrá apelar a dos
(2) efectos por ante el Tribunal Superior del Trabajo competente, dentro de
los cinco (5) días hábiles siguientes.

Parágrafo Primero: El desistimiento del procedimiento solamente


extingue la instancia, pero el demandante no podrá volver a proponer la
demanda antes que transcurran noventa (90) días continuos.

Parágrafo Segundo: Dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes al


recibo del expediente, el Tribunal Superior del Trabajo decidirá oral e
inmediatamente la apelación previa audiencia de parte, pudiendo ordenar la
realización de una nueva audiencia preliminar, cuando a su juicio existieren
fundados y justificados motivos o razones de la incomparecencia del
demandante por caso fortuito o fuerza mayor plenamente comprobables, a
criterio del Tribunal. La decisión se reducirá a forma escrita y contra la misma
será admisible el recurso de casación, si alcanzare la cuantía a que se
refiere el artículo 167 de esta Ley y se intentare dentro de los cinco (5) dios
hábiles siguiente a dicha decisión.

Parágrafo Tercero: Si el recurrente no compareciere a la audiencia


fijada para resolver la apelación, se considerara desistido el recurro de

27
casación y se condenará al apelante en las costas del recurso.

En concordancia con el artículo 129 ejusdem, la asistencia a la


audiencia preliminar es obligatoria para las partes porque el proceso oral
tiene que desarrollarse con la presencia de los interesados, sea que acudan
personalmente o por medio de apoderados judiciales. Si los actos
fundamentales del proceso, como son la audiencia preliminar, la audiencia
de juicio y los actos de juzgamiento que realiza la alzada y la Sala de
Casación Social se realizaran sin la presencia de las partes o de una de
ellas, establece la ley que quedarían desvirtuados en su naturaleza propia,
pues la inmediación del juez tiene por norte averiguar la verdad, inquirir a los
mismos litigantes sobre los hechos alegados, la procura de avenimiento, la
procura de arbitraje como medio alterno de solución del conflicto y el control
de las pruebas por parte del antagonista.

La obligatoriedad a la comparecencia de esta audiencia preliminar, es


con el objeto de garantizar la posibilidad de un primer encuentro ante el Juez
de Primera Instancia de Sustanciación y Mediación y Ejecución, el cual
estimule los medios alternos de resolución de conflictos, tal como lo señala la
Exposición de Motivos de la Constitución.

Artículo 131. Si el demandado no compareciere a la audiencia


preliminar, se presumirá la admisión de los hechos alegados por el
demandante y el tribunal sentenciará en forma oral conforme a dicha
confesión, en cuanto no sea contraria a derecho la petición del demandante,
reduciendo la sentencia a un acta que elaborará el mismo día, contra la cual,
el demandado podrá apelar a dos efectos dentro de un lapso de cinco, (5)
días hábiles a partir de la publicación del fallo.

El Tribunal Superior del Trabajo competente decidirá oral e


inmediatamente y previa audiencia de parte, dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes contados a partir del día de recibo del expediente,

28
pudiendo confirmar la sentencia de Primera Instancia o revocarla, cuando
considerare que existieren justificados y fundados motivos para la
incomparecencia del demandado por caso fortuito o fuerza mayor
plenamente comprobables, a criterio del tribunal.

La decisión se reducirá a forma escrita y contra la misma será


admisible el recurso de casación, si alcanzare la cuantía a la que se refiere el
artículo 167 de esta Ley, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes a
dicha decisión.

En todo caso, si el apelarte no compareciere a la audiencia fijada para


decidir la apelación, se considerará desistido el recurso intentado.

Artículo 132. La audiencia preliminar podrá prolongarse en el mismo


día, una vez vencidas las horas de despacho, hasta que se agotare el
debate, previa aprobación del Juez. En todo caso, si no fuere suficiente la
audiencia fijada para agotar completamente el debate, éste continuará el día
hábil siguiente y así cuantas veces sea necesario, hasta agotarlo

El Artículo 130 y el siguiente establecen la sanción procesal en caso


de inasistencia de la parte a la audiencia preliminar. No se trata desde luego
de una obligación jurídica, en el sentido que la entienden las categorías
conceptuales iusprivadisticas. Se trata de una carga de comparecencia, de
un deber final, de cuyo incumplimiento devienen consecuencias adversas en
el proceso: el desistimiento del procedimiento para el actor el cual se traduce
en la extinción del proceso sin que signifique la renuncia o extinción del
derecho subjetivo sustancial cuyo reconocimiento y satisfacción se pretende;
y la confesión ficta y sentencia en rebeldía para el demandado si no
compareciere, se presumirá la admisión de los hechos alegados por el
demandante y el Tribunal sentenciara en forma oral conforme a dicha

29
confesión en cuanto no seacontraria a derecho la petición del demandante.

Cuando son varios los demandados no pueden sentenciarse en


Rebeldía contra los co-demandados comparecientes, ya que los efectos de
la inasistencia no pueden perjudicarles de acuerdo al principio de autonomía
de actuación de los litisconsortes.

Sin embargo, respecto a esto, existen diversos cambios originados por


el medio jurisprudencial, dando cabida en esta etapa del proceso cierta
flexibilidad en cuanto a la comparecencia y las causas justificables para la
misma. Por esta razón la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia se pronunció a través de sentencia N° 115 dictada el 17 de Febrero
de 2.004 en el caso Arnaldo Salazar Otamendi contra Publicidad Vepaco,
C.A. con ponencia del Dr. Omar Mora Díaz.

“La Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia,


consciente de las vicisitudes que en algunos momentos pueden ocurrir a las
partes o a sus apoderados y que no se enmarcan dentro de lo que es un
hecho fortuito o de fuerza mayor ha sostenido el criterio de flexibilización de
los motivos que eventualmente puedan justificar las incomparecencias de las
partes a las audiencias, incluyendo dentro de estos, aquellos hechos que
devienen del quehacer diario del hombre y que en algunas ocasiones pueden
imposibilitar el cumplimiento de la carga de asistencia a determinados actos.
La flexibilización de los motivos que justifiquen la incomparecencia no debe
entenderse como un medio de protección de las partes ante un eventual
incumplimiento de sus cargas procesales, sino deben concebirse como un
medio para no sacrificar, entre otros derechos, el derecho a la defensa que
eventualmente se puede ver lesionado por la insistencia a algún acto por
motivos justificados.

Por su parte el artículo 164 de la LOPT (sic), establece las


consecuencias jurídicas sobre la incomparecencia a la audiencia de

30
apelación pero de esta norma reguló el no supuesto factico (sic) referido a la
incomparecencia de las partes recurrentes por motivos justificados al acto de
la audiencia de apelación, trayendo consigo una omisión que trae una
desigualdad procesal. En este orden de ideas tenemos que en los casos
donde se produzca la incomparecencia a la audiencia de apelación y el
recurrente no argumentare que el motivo de la incomparecencia se produjo
por una causa justificada se consuman los efectos del artículo 164 ejusdem
referidos al desistimiento del recurso de apelación. Ahora bien, en el caso
contrario, cuando la incomparecencia se produzca por una causa justificada
y el recurrente así lo manifestare y demostrare al Tribunal, éste estará en la
obligación según su percepción y de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 11 de la LOPT (sic) de aplicar por analogía las consecuencias
jurídicas de los supuestos facticos (sic) regulados en los artículos 131 y/o
151 ejusdem para así permitirle al recurrente la oportunidad procesal para
demostrar las causas justificadas que imposibilitaron su asistencia a la
audiencia de apelación y de esa forma mantener la igualdad procesal, la
estabilidad del juicio y por vía de consecuencia garantizar los preceptos
constitucionales referidos al derecho a la defensa, derecho a la tutela judicial
efectiva, el proceso como instrumento para la materialización de la justicia, el
debido proceso legal y el principio pro actione en materia recursiva.

En cuanto a las causas extrañas no imputables que configuran el


incumplimiento involuntario del deudor, previstas en el artículo 131 de la Ley
adjetiva laboral, esta sentencia, ratificada mediante otra dictada en fecha 16
de noviembre del año 2015, bajo el N° 1046 con ponencia de la Magistrada
Marjorie Calderón Guerrero (caso: Junnior Alexander Castro Santiago contra
las sociedades mercantiles Grupo Mira, C.A. y Constructora Oreka, C.A.)
estableció:

Toda causa, hecho, obstáculo o circunstancia no imputable que limite


o impida el cumplimiento de la obligación, debe necesariamente probarse.

31
Tal condición limitativa o impeditiva debe resultar de orden práctico.
Asimismo, tal imposibilidad plena en ejecutar la obligación necesariamente
debe instaurarse como sobrevenida, es decir, que se consolida o materializa
con posterioridad a contraerse legítimamente la obligación. De otra parte, la
causa externa (no imputable) generadora del incumplimiento no puede
resultar previsible, y aun desarrollándose en imprevisible, la misma debe ser
inevitable, a saber, no subsanable por el obligado. Igualmente y de manera
conclusiva, debe especificarse que la causa del incumplimiento no puede
responder a una actitud volitiva, consciente del obligado (Dolo o
intencionalidad). Así, conforme a los lineamientos precedentes, e
insertándolos al asunto en debate, esta Sala asume tal como lo estimará el
Juez de la recurrida, que la causa motora para la incomparecencia del
demandado a la audiencia preliminar no constituye jurídicamente un
eximente de la obligación de asistencia, pues, la misma entre otras cosas,
aun siendo imprevisible resultaba evitable, máxime cuando la representación
judicial de la demandada se formó de manera plural (se constituyeron como
apoderados dos (2) profesionales del derecho). No obstante, y como quiera
que la incomparecencia se consolida en un acto de prolongación de la
audiencia preliminar, al cual acude la representación judicial de la
demandada con retardo aproximado de siete (7) minutos (evidenciándose
con ello el “animus” de someterse a los procesos alternos de resolución de
conflictos que componen el fin estelar de la audiencia preliminar), (…); se
considera prudente y abnegado con los fines del proceso (instrumento para
la realización de la justicia), el flexibilizar el patrón de la causa extraña no
imputable no solo a los supuestos de caso fortuito y fuerza mayor, sino, a
aquellas eventualidades del quehacer humano que siendo previsibles e
incluso evitables, impongan cargas complejas, irregulares (que escapan de
las previsiones ordinarias de un buen padre de familia) al deudor para
cumplir con la obligación adquirida. Del criterio jurisprudencial parcialmente
transcrito, se desprende que toda causa o circunstancia no imputable que

32
limite o impida el cumplimiento de la obligación, debe necesariamente
probarse, ser sobrevenida, no previsible, ni puede responder a la voluntad
del obligado. Además, esta Sala flexibilizó el patrón de causas extrañas no
imputables a las partes, considerando también aquellas eventualidades del
quehacer humano que siendo previsible e incluso evitables, imponen cargas
complejas que escapan de la voluntad del deudor para cumplir con la
obligación adquirida.

Entonces, se permite también, que puedan las partes comparecer


personalmente o por medio de apoderado, para que pueda tener lugar la
Audiencia Preliminar con las partes y el Juez, y al realizarse, cabe la
posibilidad legalmente de prolongarse para agotar el debate en su totalidad.
(Artículo 132 LOPT), todo esto para contribuir con el fin de la Audiencia, que
es evitar o limitar el objeto de la controversia.

Otra razón para resaltar esta oportunidad procesal, llamada Audiencia


Preliminar, es que el Juez, mediante el despacho saneador, que será
precisado más adelante con mayor amplitud, puede corregir vicios
procesales, depurando de este modo el proceso, y disminuyendo en gran
medida las probabilidades de tener que reponer la causa.

Siendo así, la Audiencia Preliminar cumple dos funciones: la función


conciliadora para evitar en la medida de lo posible, tener que llegar a la fase
de Juicio, y la función saneadora, para depurar de obstáculos dentro del
proceso, y que pueda instaurarse en adecuadas condiciones.

Es obligatorio para el Juez intentar que las partes, mediante la


audiencia preliminar, logren un acuerdo conciliatorio, y uno de los
antecedentes jurisprudenciales, incluso antes de entrar en vigencia las
disposiciones que en esta ocasión son precisadas y profundizadas, lo
constituye la sala constitucional del tribunal supremo de Justicia, en
sentencia N° 963, de fecha 5 de junio de 2001, estableció que:

33
“La justicia alternativa arbitramientos, justicia por conciliadores, es
ejercida por personas cuya finalidad es dirimir conflictos, de una manera
imparcial, autónoma e independiente, mediante un proceso contradictorio;
produce sentencia que se convierten en cosa juzgada, ejecutables y por
tanto es parte de la actividad jurisdiccional, pero no por ello pertenece al
poder judicial, que representa otra cara de la jurisdiccional”.
La Ley hace referencia a una Conciliación Contenciosa, definida
como: “Todo tipo de composición amigable por medio de un convenio o
acuerdo que suscriben las partes intervinientes en un proceso debido a la
mediación del Juez, lográndose dar por terminado el juicio y produciendo los
efectos de una sentencia pasada con autoridad de cosa juzgada” Luna
(2005)

Otro aspecto a resaltar es que en la Audiencia Preliminar Laboral no


se permite la sustanciación de la incidencia de cuestiones previas como se
realiza en el proceso civil, aunque si se puede denunciar la existencia de
alguno de estos vicios en el proceso, tales como falta de jurisdicción, defecto
de forma, no se tramitan como cuestiones previas, por ello la ley en su
artículo 129 expresa que no se admite la oposición de cuestiones previas.

La Audiencia Preliminar no podrá exceder de cuatro meses, así lo


dispone el artículo 136 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo:

"El Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución al día siguiente de


transcurrido el lapso para contestar la demanda remitirá el expediente al
Tribunal de juicio, a los fines de la decisión de la causa. La Audiencia
Preliminar en ningún caso podrá exceder de cuatro (04) meses"

En este articulo, se busca hacer efectivo el Principio Procesal de


Brevedad el cual propicia que se realicen los actos en un tiempo específico,
con simplicidad en los mismos, que no se extienda más de lo que
corresponde. Es un principio que va ligado al de Concentración debido a que

34
el último se refiere a reunir todos los actos con la finalidad de que se realicen
con prontitud.

De igual manera, las partes deben promocionar las pruebas a evacuar


en la Audiencia de Juicio, porque es la única oportunidad que tienen para
hacerlo de conformidad con lo establecido en el Artículo 73 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo.

Luego de concluida la Audiencia Preliminar nos encontramos frente a


dos hipótesis una de ellas es que si se lograse arribar a una solución
producto de la mediación, el Juez dará por concluido el proceso,

Entonces al hablar de la mediación en el sistema venezolano, existe


una preeminencia sobre la autocomposición de conflictos, que se orienta a
evitar el litigio, y aumentar las probabilidades de satisfacción de pretensiones
en un grado aceptable y equitativo, en el que priva la reflexión, el acuerdo, y
la armonía entre las partes respecto a sus intereses de una manera más
efectiva y menos costosa traduciéndose en la agilidad del proceso. Fernando
Villasmil y María Villasmil (2003, 112) resaltan la importante misión del juez
laboral como mediador de la siguiente manera: “Es indudable que en el
ejercicio de la función mediadora, el juez de sustanciación, mediación y
ejecución debe tener amplias facultades de dirección y disciplina para
asegurar el propósito de la audiencia preliminar”.

Según la experiencia y datos recopilados, es de vital importancia


conceptualizar la mediación, que en un amplio sentido, no es más que la vía
alterna para resolver conflictos, de una manera no judicializada, en el que las
partes no se enfrenten, sino dialoguen para descubrir por sí mismas la
solución más conveniente., debe ser un método que se caracterice por la
facilidad, la comunicación, el poco o nulo impacto económico (debido a que
no existe la condenación en costas procesales) y la agilidad y eficacia del
procedimiento.

35
Oscar Franco (2001), expresa las reglas de oro de la mediación:

a. El mediador controla el proceso, las partes controlan la


solución.

b. El resultado que se quiere obtener en la búsqueda de la


solución de un conflicto, no es siempre el que se necesita para estar
satisfecho.

c. Es muy importante no anclar el conflicto en el pasado, el futuro


sin la disputa es lo que importa.

Ventajas:

• Solidez en los acuerdos: Ya que son las partes las que


protagonizan y asumen la responsabilidad de su situación, son contemplados
los intereses de cada uno, ya que la inconformidad inicia entre las partes y
son ellas quienes modulan su rivalidad en favor de un acuerdo pacífico que
resulta beneficioso para todas, en un consenso que logre satisfacer a ambas
partes desde un ángulo inclusivo.

• Perdurabilidad de los acuerdos: La mediación correctamente


encaminada se perfila como un mecanismo que evita que los conflictos
suban más peldaños, y transmite un sentimiento de comprensión recíproca y
este es mucho más probable de sostenerse en el tiempo y evitar
desacuerdos por actitudes testarudas, renuentes, y muchas veces
irracionales, o enemistades futuras con implicación jurídica.

Por otro lado de no llegar a un acuerdo mediado el Juez deberá


realizar el despacho saneador, a instancia de parte o de oficio.

36
DESPACHO SANEADOR

El Despacho Saneador tiene como propósito depurar al proceso de


todos los vicios que puedan afectar al procedimiento y que el mismo
continúe.

Es de hacer notar que para admitir la demanda se realiza un


Despacho saneador de apertura o inicial contemplado en el contenido del
Artículo 124 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. De conformidad con lo
previsto en el citado artículo, si el juez de sustanciación, mediación y
ejecución comprueba que el escrito liberado cumple con los requisitos
exigidos en el mismo procederá a la admisión de la demanda dentro de los
dos (2) días hábiles siguientes a su recibo, en caso contrario, ordenará al
solicitante con apercibimiento de perención que corrija el libelo de la
demanda dentro del lapso de dos (2) días hábiles siguientes a la fecha de su
notificación. En todo caso la demanda deberá ser admitida o declarada
inadmisible dentro de los cinco días hábiles siguientes, al recibo del libelo por
el Tribunal que conoce de la misma.

El artículo referido contempla el Despacho Saneador de Apertura o


Inicial, es decir, la potestad correctora del juez tendente a garantizar que el
libelo de demanda satisfaga plenamente los requisitos legalmente exigidos,
enervando vicios que pudieran comprometer el buen desenvolvimiento del
proceso

“El despacho saneador constituye un filtro para purgar al proceso de


los vicios o anomalías que atenten contra su normal desarrollo. Pero, aún
con todas estas previsiones legales, es posible que en su trámite surja algún
error y es por eso que de no llegarse a un acuerdo entre las partes en la
Audiencia preliminar el Juez deberá realizar el despacho saneador, a
instancia de parte o de oficio, tal como lo establece el Artículo 134 de la

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LOPT “Si no fuera posible la conciliación, el Juez de Sustanciación,
Mediación y Ejecución deberá, a través del despacho saneador, resolver en
forma oral todos los vicios procesales que pudiere detectar, sea de oficio o a
petición de parte, todo lo cual reducirá en un acta” - Álvarez, 2009.

En virtud a lo anterior expuesto, los Jueces de Sustanciación,


Mediación y Ejecución tienen la facultad de dictar despachos saneadores,
cuando a su juicio fuere necesario, desde el inicio de la controversia hasta
justo antes de enviar la causa a juicio, en aquellos casos en los cuales no
haya sido posible la mediación entre las partes y con el despacho saneador
poner la causa en estado de entrar al mérito del asunto, sin que existan,
como ya se dijo, obstáculos que impidan el conocimiento del fondo del
mismo.

AUDIENCIA DE JUICIO

Concluido el lapso de la Audiencia Preliminar, se le otorgaran al


demandado cinco días hábiles para dar contestación a la demanda por
escrito y de no dar contestación a la demanda se le tendrá por confeso y se
enviará el expediente al Juez de Juicio para que sentencie al tercer día de
recibidas las actas procesales. (Art 135 LOPT)

De acuerdo con la contestación de la demanda la Sala Constitucional


se pronuncio al respecto a través de la Sentencia Nº 823, de fecha 16 de
mayo del 2008, Caso Consorcio Hermanos Hernández.

Ha sostenido la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia


en sentencia de fecha 16/05/2.008, caso: Consorcio Hermanos Hernández C.
A, la obligación de no aplicar mecánicamente la consecuencia jurídica de la
confesión, sino que el Juez debe examinar el material probatorio consignado,
con independencia que de que hubiere operado la confesión ficta por falta de
contestación de la demanda. Es así, que el efecto de no dar oportuna

38
contestación a la demanda es el de producirse la confesión ficta, en el
proceso laboral el demandado puede incurrir en confesión ficta en 3
oportunidades: 1. La primera de ellas cuando no asiste a la Audiencia
Preliminar. 2. Cuando no consigne la contestación de la demanda en forma
escrita o la contesta en forma tan vaga que se tienen por admitidos todos los
hechos alegados en el libelo y 3. Cuando no asiste a la Audiencia de Juicio.
La Ley sanciona con rigor la falta de comparecencia de las partes a los actos
fijados por los Tribunales, y la confesión ficta en la generalidad de los
sistemas procesales, es una sanción al demandado contumaz, es decir aquel
que no atiende a la orden de comparecencia emitida por el Tribunal,
conducta que es sancionada mediante el establecimiento de una presunción,
cuál es la de que los hechos afirmados en la demanda son ciertos, en tanto
ellos no sean contrarios a derecho y si bien el contumaz confeso, no puede
alegar hechos o defensas nuevas en contra del libelo de la demanda, si
puede hacer la contraprueba de los hechos contenidos en el mismo, es decir
tiene la oportunidad de desvirtuar la presunción establecida en su contra,
probando la falsedad de los hechos comprendidos en la misma; (…)

Sentencia Nº 810 de Sala Constitucional, de fecha 18/04/2006, Caso:


Víctor Sánchez.

Aunado a lo anterior, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia, al pronunciarse sobre la solicitud de nulidad del artículo 135 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en sentencia No. 810, de fecha
18/04/2006, estableció la obligación del Juez de analizar el material
probatorio que se encuentre agregado a las actas procesales,
desprendiéndose de ello que el juez, aún en los casos de que la demandada
no sea un ente privilegiado, no puede aplicar en forma mecánica la
consecuencia jurídica de la confesión, sin antes analizar el material
probatorio que, para ese momento de la celebración de la audiencia de juicio,

39
se encuentre agregado a las actas procesales. A continuación se cita un
extracto de la referida decisión, cuyo texto es del tenor siguiente:“...Ya antes
la Sala también señaló que se trata de dos momentos distintos –personación
en el juicio y contestación de la demanda- respecto de las cuales el
legislador puede disponer, indistintamente, la consecuencia jurídica de la
confesión ficta. De manera que no es argumento suficiente para la
sustentación de la violación al derecho a la defensa el que aun habiendo
comparecido en la primera oportunidad (Audiencia preliminar) ante la falta de
contestación oportuna de la demanda, opere nuevamente la contumacia.

En caso de hacer la contestación se enviara el expediente al Juez de


Juicio, quién al quinto día hábil siguiente deberá fijar la audiencia de juicio, la
cual no podrá fijar sino dentro de los treinta días siguientes al día que dictó el
auto. (Art 150 LOPT)

Llegado en día de la Audiencia Oral, deberán asistir ambas partes con


sus abogados y de no asistir el demandante se tendrá como si hubiese
desistido de la acción y si no comparece el demandado se entenderá como
confeso, contra dichas presunciones existe recurso de apelación en dos
efectos. Si ambas partes asisten a la Audiencia cada una deberá exponer
sus alegatos y no se permite alegar nuevos hechos al proceso.

Seguidamente deberán evacuar las pruebas cada una de las partes,


en esta Audiencia no se permite la lectura o presentación de escritos, salvo
que se trate de documentos promovidos en la Audiencia Preliminar y sea
necesario mencionar dentro de la exposición oral, se deberán presentar los
testigos promovidos para declarar de los hechos debatidos y éstos podrán
ser repreguntados por la contraparte, sin notificación alguna.

Así mismo deberán presentarse los expertos promovidos y si no


comparecen y no justifican su ausencia, en caso de ser Funcionario Público
será destituido y en supuesto de ser perito privado, se entenderá su

40
contumacia como un desacato a las órdenes del Tribunal y podrá ser
multado hasta con diez unidades tributarias.

Evacuada la prueba de una parte, el Juez concederá un tiempo breve


a la parte contraria a fin de que realice las observaciones que a bien tenga
por realizar, en el ejercicio del derecho a la defensa.

Concluida la evacuación de las pruebas de ambas partes, el juez


deberá retirarse de la Sala para hacer un estudio de todo lo acaecido en el
proceso y así decidir de conformidad a lo alegado y mostrado por las partes,
dicha decisión deberá realizarla en un tiempo máximo de sesenta minutos.

Luego de sentenciar en forma oral y pública en presencia de las


partes, se le concede al Juez de Juicio, un lapso de cinco (5) días para
reproducir la decisión dictada por escrito en una publicación que deberá
agregar a las actas, con el objeto de que el Juez en dicha acta le presente al
Auditorio la motivación del fallo dictado.

De la sentencia definitiva dictada por el Juez de Juicio se admitirá


apelación dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes al vencimiento del
lapso para la publicación del fallo en forma escrita. Esta apelación se
propondrá en forma escrita ante el Juez de Juicio, quien remitirá de
inmediato el expediente al Tribunal Superior del Trabajo competente.

Siendo así, es menester indicar el criterio establecido por esta Sala en


sentencia núm. 569 del 20 de marzo de 2006, mediante la cual se asentó lo
siguiente:

“(…) La falta de actividad de los sujetos procesales durante un


prolongado período de tiempo, paraliza la causa y rompe la estadía a
derecho de las partes, ya que incluso resulta violatorio de derechos y
garantías constitucionales, mantener indefinidamente arraigadas las partes al
proceso, sujetas a que éste continúe sin previo aviso, cuando no se

41
encuentran en el país o en la sede del Tribunal de la causa, lo que viene a
constituir una infracción al derecho de defensa, e indirectamente puede
convertirse en una infracción al derecho al libre tránsito debido al arraigo
inseguro de las partes en el lugar del juicio (…)”.

De igual forma, en un caso análogo al de autos, esta máxima Instancia


mediante Sentencia N°. 1519 del 20 de julio de 2007, señaló lo que sigue:

“Ahora bien, se advierte que los actos procesales que correspondían al


Juzgado de Primera Instancia tienen un lapso establecido en la ley adjetiva
laboral, toda vez que en su artículo 161 establece que ‘De la sentencia
definitiva dictada por el Juez de Juicio, se admitirá apelación dentro de los
cinco (5) días hábiles siguientes al vencimiento del lapso para la publicación
del fallo en forma escrita. Esta apelación se propondrá en forma escrita ante
el Juez de Juicio, quien remitirá de inmediato el expediente al Tribunal
Superior del Trabajo competente (…)

En este sentido, debe acotarse que si bien la Ley Orgánica Procesal


del Trabajo, en los artículos 163 al 166 que establecen la tramitación del
procedimiento de segunda instancia, no señala que para el acto de la
audiencia de apelación se requiera la notificación previa de las partes, el
Juez del Trabajo como director del proceso debe procurar la consecución de
los fines fundamentales del mismo (Vid. Artículo 11 ejusdem) y, siendo que la
estadía a derecho de las partes no es infinita, ni por tiempo determinado.
Verificándoseos la poca claridad de la ley adjetiva siendo indispensable el
pronunciamiento del máximo tribunal en cuanto a la normativa a seguir
cuando no se de remisión inmediata que nos estable el articulo 161 y
siguientes de la mencionada ley.

42
PROCEDIMIENTO DE SEGUNDA INSTANCIA

La segunda instancia se inicia con el escrito de interposición del


recurso de apelación (que puede ser fundado o no, según lo disponga el
ordenamiento jurídico), y concluye con la notificación a las partes de la
sentencia del tribunal de apelaciones que le da respuesta. Pueden existir
otras instancias si las admite el ordenamiento jurídico. El proceso, en
cambio, se inicia con la demanda (principal o incidental); pero termina con la
sentencia firme que decide esa demanda original. Un proceso, entonces,
puede comprender una o varias instancias.

La sentencia de segunda instancia, entonces, es la que da respuesta


al recurso de apelación que se haya interpuesto contra el fallo de primera
instancia.

Sin embargo, el problema fundamental de esa regulación consiste en


que la ley no es clara acerca de cómo se efectuará efectivamente la vista de
la segunda instancia. De ahí que los doctrinarios están divididos en dos
posiciones al respecto, pues algunos, como Iván Darío Torres y Ricardo
Henríquez La Roche opinan que el procedimiento de segunda instancia ha
de consistir en un debate oral acerca de lo sucedido en el juicio oral de
primera instancia, ya sea sobre la base de los expedientes o del video del
debate, en tanto que otros autores, entre los que me cuento, opinamos que
la segunda instancia debe ser una repetición total o parcial del juicio oral de
primera instancia según el agravio denunciado por el recurrente. Lo único
que aparece claramente de la Ley, es que dicha segunda instancia tiene que
verificarse en audiencia oral, pues así lo establece claramente el artículo 163
de la LOPT, cuyo tenor es el siguiente:

43
Artículo 163. Al quinto (5°) día hábil siguiente al recibo del
expediente, el Tribunal Superior del Trabajo competente fijará, por auto
expreso, el día y la hora de la celebración de la audiencia oral, dentro de un
lapso no mayor a quince (15) días hábiles, contados a partir de dicha
determinación.

Con relación a los expertos, el Tribunal ordenará su comparecencia,


previa notificación de los mismos.

Esta norma no es muy clara respecto al modo como se desarrollará el


procedimiento de apelación. Tanto es así, que Iván Darío Torres, la interpreta
en el sentido de que:

“La norma transcrita, da a entender que en las audiencias a celebrarse


por ante el Tribunal Superior del Trabajo, deberá leerse el contenido del
expediente que le haya remitido el Juez de Juicio; y así debe ser”.

La existencia del juicio oral, como forma decisiva del conocimiento en


primera instancia, determina, de suyo, una enorme dificultad para la
realización de una verdadera segunda instancia. En el procedimiento escrito,
en cambio, la segunda instancia era una simple re-lectura por el Juez
Superior del expediente de la causa, mismo que leyó en su día el juez de
primera instancia para dictar su sentencia definitiva.

Sin embargo, en los procedimientos orales, una verdadera segunda


instancia supone reproducir el juicio ante el tribunal de alzada, y practicar
ante él las mismas pruebas que se practicaron ante el tribunal a quo. No
obstante, hay doctrinarios que afirman, que en tal caso, el tribunal ad quem
(Superior) ya no estaría juzgando acerca de los mismos elementos de
prueba del juicio de primera instancia, sino sobre la base de la prueba
practicada ante él, ya que se trataría en realidad de un nuevo juicio sobre los
mismos hechos, pero efectuado ante un tribunal superior, pues, si como dijo

44
el filósofo heleno: «nadie se baña dos veces en el mismo río», los testigos y
expertos no declaran todos los días en la misma forma, de lo que se deduce
que la percepción de sus dichos puede ser distinta si se les declarasen en
una segunda oportunidad ante otro tribunal. Por ello, algunos opinan que en
este caso no estamos ante una verdadera segunda instancia, sino ante una
«segunda primera instancia», lo cual hace más aconsejable que los
tribunales de alzada procedan a revisar los fallos de primera instancia a
través de recursos fundados en puntos de Derecho y anulen los juicios
donde se hayan producido resultados dudosos, ordenando la celebración de
un nuevo juicio por otro tribunal de primera instancia.

RECURSO DE CASACION

La casación laboral venezolana es, según la LOPT, un recurso


ordinario respecto a la cosa juzgada, pues se interpone contra decisiones
que no han ganado firmeza y, precisamente, con la finalidad de evitarlo. No
es, por tanto, un recurso contra decisiones pasadas en autoridad de cosa
juzgada, como la invalidación (CPC) o la revisión (COPP). Pero al mismo
tiempo es un recurso extraordinario respecto a la motivación exigida para su
interposición y admisión, en tanto sólo puede establecerse por los motivos
que el legislador autoriza y no por cualquier razón. Es también y, en
consecuencia, un recurso en doble efecto, pues tiene tanto efecto
suspensivo como devolutivo.

El artículo 167 de la LOPT establece lo que doctrinalmente se


denomina, las cotas objetivas de procedencia del recurso de casación. La
procedencia del recurso de casación consiste en la relación objetiva, general
y abstracta que establece el legislador respecto a aquellas decisiones que
declara susceptibles de dicho recurso. Es decir, la procedencia del recurso
de casación es la autorización conferida en abstracto por el legislador para

45
impugnar decisiones concretas y determinadas por esa vía. La procedencia
del recurso de casación es siempre un problema de impugnabilidad objetiva,
pues se refiere al derecho abstracto que tienen las partes, de impugnar sólo
determinadas decisiones con ese medio, todo de conformidad con la ley Al
mismo tiempo es general, porque el legislador define las decisiones
impugnables designándolas de manera genérica, ya sea por el tipo de
órgano de que proceden, por la naturaleza del objeto del proceso o por la
función que cumplen en el proceso.

Como bien afirma el procesalista italiano Leone, la procedencia, como


razón de impugnabilidad objetiva, es decir, como autorización legislativa del
recurso en orden a un tipo determinado de decisiones, es una cuestión
siempre prejudicial. Y es lógico, porque la procedencia del recurso es un
requisito de admisibilidad que tiene como fuente a la ley en abstracto y antes
de toda concreción casuística que amerite la intervención de juez o
magistrado alguno, aun cuando sea el juez el llamado a decretarla.

Este artículo 167 de la LOPT declara procedente el recurso de


casación sólo contra las sentencias de segunda instancia que pongan fin al
proceso y contra los laudos arbítrales, siempre y cuando el interés principal
de la controversia exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.), en
ambos casos.

En cuanto a las sentencias, este artículo 167 de la LOPT establece


tres requisitos para la procedencia del recurso de casación, a saber:

1. Tiene que tratarse de decisiones de los Tribunales Superiores del


Trabajo, pues son éstos los únicos que pueden producir sentencias de
segunda instancia.

2. Tiene que tratarse de sentencias definitivas o interlocutorias con


fuerza de definitivas, que pongan fin al proceso haciendo imposible su

46
continuación. Por tanto, no cabe recurso de casación contra las sentencias
interlocutorias que resuelven una mera incidencia que no pone fin al proceso,
ni contra sentencias definitivas formales que ordenen eventuales
reposiciones de la causa. En particular, no procede el recurso de casación
contra ninguna de las siguientes decisiones:

a. Las que resuelvan sobre inhibiciones o recusaciones (Art. 45);

b. Las que confirmen o rechacen la perención breve del artículo 130;

c. Las que resuelven sobre la negativa admisión de pruebas (Art. 76);

3. El interés principal de la causa tiene que exceder de tres mil


unidades tributarias (3.000 U.T). Y cuando la ley dice que debe exceder, ello
quiere decir que si dicho interés es igual o menor a la cifra que para el
momento resulte equivalente a las 3.000 U.T., entonces no habrá casación
posible.

Los laudos arbítrales, como ya sabemos, son aquellos dictados con


arreglo al procedimiento arbitral establecido en esta la (Art. 148), pero para
que sean pasibles de casación, es menester que el interés principal de la
causa exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T).

Sin embargo, precisa Ricardo Henriquez La Roche (2003), que a los


fines de establecer la cuantía del recurso es necesario tomar en cuenta que,
cuando existe un litisconsorcio activo, cada pretensión debe ser calificada
independientemente en su cuantía. De manera que sólo será admisible el
recurso respecto a aquellos demandantes cuya pretensión exceda del valor
indicado en este Artículo. (www.tsj.gob.ve, Sent. 17-5-2000, Num. 00-034;
tmbien TSJ-SCS Sent. 17-10-2002, Num. 574)

Cuando el aparte de este artículo 167 de la LOPT expresa que «Al


proponerse el recurso contra la sentencia que puso fin al juicio, quedan

47
comprendidas en él las interlocutorias que hubieren producido un gravamen
no reparado por ella», está reconociendo la llamada capacidad absorbente
del recurso de casación, respecto a todos los vicios in procedendo o in
iudicando que pudieron afectar el juzgamiento en detrimento de las partes a
lo largo de todo el proceso.

Efectivamente, lo que el aparte de este artículo quiere decir, es que al


recurrir en casación puede denunciar cualquier agravio que le haya
producido una interlocutoria, de ésas que no tienen casación, pero siempre y
cuando sea accionante quien lo alegue y que lo denunciado haya sido
realmente un agravio que no haya sido previamente subsanado, habiendo
por ende trascendido a juzgamiento final, lo cual no obsta para que también
dicho agravio pueda ser apreciado de oficio, si fuere menester hacerlo para
lograr una justicia de fondo. Así, por ejemplo, si para el accionante ha sido
rechazada una prueba en la instancia y tal situación fue confirmada por el
Tribunal Superior, pero al final este obtuvo una sentencia definitiva favorable
en primera y segunda instancia, entonces, finalmente, no sufrió agravio
alguno. Pero si el rechazo de aquella prueba le perjudicó, porque las
pretensiones no fueron satisfechas en la extensión de lo pedido o porque el
accionante perdió el pleito, todo por falta de aquella prueba, entonces el
mismo podrá reproducir la cuestión de la inadmisión de aquel medio
probatorio en casación.

Artículo 168. Se declarará con lugar el recurso de casación:

1. Cuando en el proceso se hayan quebrantado u omitido formas


sustanciales de los actos que menoscaben el derecho a la defensa.

2. Cuando se haya incurrido en un error de interpretación acerca del


contenido y alcance de una disposición expresa de la ley o aplicada
falsamente una norma Jurídica; cuando se aplique una norma que esté
vigente o se le niegue aplicación y vigencia a una que lo esté o cuando se

48
haya violado una máxima de experiencia. En estos casos, la infracción tiene
que haber sido determinante de lo dispositivo en la sentencia.

3. Por falta, contradicción, error, falsedad o manifiesta ilogicidad de la


motivación.

En este sentido, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de


Justicia en fallo de fecha 28 de abril de 2005, No. 336, con ponencia de la
Magistrado Carmen Elvigia Porras de Roa, estableció que conforme al
artículo 167 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, refiere a que el recurso
de casación puede proponerse contra los fallos definitivos de segunda
instancia y que de igual forma, establece la referida norma que el recurso de
casación solo podrá interponerse contra las sentencias interlocutorias con
fuerza de definitiva, que tengan como efecto la extinción del proceso, es
decir, que no pueden proponerse contra otro tipo de sentencia interlocutoria.

Ahora bien, observa el Tribunal que la Sala Constitucional del


Tribunal Supremo de Justicia en sentencia No. 1573/2005 del 12 de julio
(Caso Carbonell Thielsen, C.A.), a los fines de preservar la seguridad
jurídica, la tutela judicial efectiva y el debido proceso, estableció que la
cuantía necesaria para acceder a casación, debe ser la misma que imperaba
para el momento en que se interpuso la demanda, pues es en ese momento
en el cual el actor determina el derecho a la jurisdicción y la competencia por
la cuantía y por ello considera cumplido el quantum requerido por el
legislador para acceder en sede casacional, pues las partes no están en
disposición de prever las modificaciones de la cuantía a que hubiere lugar
durante ala tramitación del proceso para acceder en casación.

CARGAS PROCESALES

Según Narváez, C (2001), una carga procesal son actos que


realizamos para obtener resultados procesales favorables de acuerdo a

49
nuestros intereses legales y evitar en ese sentido que sobrevenga un
perjuicio procesal.

La carga procesal es en ese sentido, un derecho que la Ley otorga


para realizar un acto dentro de un procedimiento que a través de él
consigamos ciertos beneficios a nuestro favor.

¿LA CARGA PROCESAL ES UNA OBLIGACIÓN?

De ninguna manera, las cargas procesales son derechos que otorga la


ley para que lleves a cabo un acto a favor de tu defensa jurídica, mientras
que una obligación como su nombre lo indica es un acto procesal que debes
de llevar a cabo necesariamente, pues su incumplimiento te generará una
sanción.

La obligación procesal existe cuando la Ley ordena a alguien tener


determinado comportamiento para satisfacer un interés ajeno, sacrificando el
propio. El incumplimiento de una obligación procesal puede dar lugar a la
imposición de sanciones, como son los medios de apremio, la condena en
costas o el pago de los daños y perjuicios. En la carga procesal, la Ley fija la
conducta que debe asumir quien quiera conseguir un resultado favorable a
su propio interés.

El incumplimiento de una carga procesal de ninguna manera producirá


una sanción o penalización, sino que en función de su naturaleza procesal,
constituye una omisión en la verificación de un requisito procesal.

La carga de la prueba en sentido procesal, tal como lo define el


maestro Couture es la “conducta impuesta a uno o a ambos litigantes, para
que acrediten la verdad de los hechos enunciados por ellos” (1981: 241).
Ahora bien, en el Ordenamiento Jurídico Civil Venezolano, ni el Código Civil
ni el Código de Procedimiento Civil señalan a cuál de las partes (demandante
o demandado) corresponde la carga de probar los hechos alegados por

50
estos; limitándose a indicar que la parte que alega algún hecho debe
probarlo; así que como quien lo niega debe demostrar que la obligación que
pesaba sobre ella ha sido extinguida.

En materia Laboral, se presenta como un principio especialísimo del


Derecho Procesal Laboral, la inversión de la prueba, esto a partir de la
presunción de laboralidad establecido en el artículo 65 de la LOTTT al ésta
expresar que “Se presumirá la existencia de una relación de trabajo entre
quien preste un servicio personal y quien lo reciba”. Así establecida esta
presunción iuris tantum en beneficio del trabajador, este no asumirá la carga
de probar la existencia de la relación laboral, reconociéndosele su situación
social y económica, que en algunos caso podría impedirle debatir
judicialmente frente a su empleador. Esto claro está, con la aplicación del
artículo 120 de la LOPT que establece que “Cuando la ley presuma una
conclusión con carácter relativo, la carga de la prueba corresponderá a quien
pretenda desvirtuar la presunción”, es decir; que en caso de que el
empleador pretenda desvirtuar esta presunción, será él quien asuma la carga
de la prueba.

Además de acuerdo al contenido del artículo 72 de la LOPT con


respecto a la carga de la prueba en materia laboral, se puede concluir lo
siguiente:

1.- Se mantiene el principio de que quien alega un hecho debe probarlo, que
quien pretenda haberse liberado de una obligación, debe por su parte, probar
el pago o el hecho que extinguió tal obligación.

2.- El patrono debe probar las causas de despido y del pago de sus
obligaciones laborales, respecto del trabajador que lo demandó.

51
3.- Que el trabajador, cuando le corresponda probar la relación laboral,
gozará de la presunción de laboralidad en la prestación de sus servicios al
patrono.

Procesalmente hablando, la inversión de la carga de la prueba en


materia laboral lo que persigue es establecer un equilibrio entre los sujetos
laborales, para intentar compensar la desigualdad económica del trabajador
frente al patrono que puede existir; pero en la praxis, este intento de
equilibrio buscado con este especialísimo principio, amerita una objetiva
apreciación por parte del Juez, para asegurar que este anhelado balance sea
en verdad efectivo.

En este caso, la jurisprudencia ha buscado flexibilizar las cargas


procesales en cuanto a las distintas etapas del Proceso Laboral. Dentro de la
Audiencia Preliminar en los Artículos de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, en los aspectos relativos de las cargas de las pruebas es donde la
misma se ha pronunciado ya que en el Artículo 130 y siguientes,
anteriormente mencionados,establece la sanción procesal en caso de la
inasistencia de las partes a dicha Audiencia, tratándose de una carga de
comparecencia, de un deber formal y de un indicativo del manejo que debe
tener el juez frente a éstas circunstancias. En el que la Sala de Casación del
Tribunal Supremo de Justicia estableció flexibilidad en cuanto a las Cargas
Procesales referentes a las causas justificables procedentes en el proceso
para alguna de las partes, no para simplemente proteger a las partes sino
también para no sacrificar entre otros Derechos el Derecho a la Defensa.

Por su parte, de acuerdo también a la comparecencia a la Audiencia


de Apelación, el Artículo 164 ejusdem, establece la consecuencias jurídicas
de la Incomparecencia dando lugar a las causas que pueden ser justificadas
en el proceso con el fin de mantener la igualdad procesal, la estabilidad del
juicio y garantizar la Tutela Judicial efectiva.

52
De acuerdo con la contestación de la demanda, la ley establece que
no dar la oportuna contestación producirá la confesión ficta, la misma
sanciona con rigor la falta de comparecencia; no obstante, la jurisprudencia
ha flexibilizado las consecuencias producidas por dicha confesión, en la que
estableció la obligación del Juez de analizar el material probatorio que se
encuentre agregado a las actas procesales, desprendiéndose de ello que el
Juez no puede aplicar en forma mecánica las consecuencias jurídicas de la
confesión.

53
CONCLUSION

Como se desprende en el informe, el Proceso Laboral Venezolano ha


sido materia de múltiples cambios, ya que antiguamente, estaba
caracterizado por ser un proceso excesivamente escrito, lento, pesado,
formalista, mediato, oneroso y no obsequioso para nada a la justicia, motivo
por el cual la reforma del mismo en el año 2002 tenía como fin principal
constituir un cambio total en los paradigmas que tradicionalmente
caracterizaban el Proceso Venezolano, dándole a la justicia un rostro
humano donde el contacto directo del Juez con los hechos y con las partes
apuntaran a lograr que la verdad prevaleciera sobre las apariencias.

En este sentido, cabe mencionar que dicho proceso logró instaurarse


y en sus características busca como principio fundamental la Oralidad, el
cual permite que los actos procesales se realicen de viva voz, en dos (2)
Audiencias como se estudió anteriormente en el informe: La Audiencia
Preliminar y la Audiencia de Juicio, reduciendo drásticamente las
actuaciones escritas que se limitan a lo estrictamente necesario. Con este
Proceso Oral Laboral Venezolano, se permite que las partes conjuntamente
con el Juez interactúen, se humanicen, se sinceren, logrando así a través del
descubrimiento de la verdad verdadera, la solución del conflicto a través de
un medio alterno como lo es la Mediación.

El Derecho Laboral a pesar de las distintas problemáticas bien sea


política, económica o social, ha luchado para la preservación de los
principios dentro del proceso y una interpretación favorable de las normas
tanto sustantivas como adjetivas. La aplicación de un sistema con fallas de
fácil detección ha permitido promover y poner en práctica cambios que
coadyuven a dilucidar posibles conflictos en las relaciones laborales, es por
esto que, la Ley Orgánica del Proceso Laboral, ha encontrado mayores

54
resultados a través de la jurisprudencia, la cual se ha convertido en
herramienta fundamental para quienes se desarrollan en esta área.

Las lagunas que se encuentran en la Ley Orgánica Procesal Laboral;


evidencia la no perfectibilidad en base a esta especialidad como lo es la
materia Procesal Laboral, donde no se le establecen al Juez claramente las
fuentes y sus órdenes de aplicación así como la discrecionalidad del Juez
para la aplicación de fuentes análogas.

Lo que se busca entonces a través de la Ley Orgánica Procesal


Laboral y sus modificaciones jurisprudenciales no es más que una
administración de justicia rápida y equitativa y es por ello que en cuanto al
corto tiempo de los lapsos, las Audiencias tanto preliminar como de juicio son
la parte fundamental del mismo y la asistencia de las partes según la ley
resulta indispensable. Sin embargo, la interpretación jurisprudencial de estas
etapas trae a colación la flexibilización de la incomparecencia y los efectos
de la misma que establece la ley, en razón de que las causas extrañas no
imputables podrán ser prácticamente cualquiera que imposibilite la asistencia
y se logre probar, incluso el quehacer humano.

Por otro lado, el máximo tribunal se ha pronunciado sobre la


notificación de las partes más específicamente a la estadía de derecho la
cual nos ha indicado que la misma no es ilimitada ni por tiempo
indeterminado, apuntando en específico que a lo que incumbe esta decisión
es en el momento en que puede existir la apelación, ya que la ley en su
artículo 161 establece que ‘De la sentencia definitiva dictada por el Juez de
Juicio, se admitirá apelación dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes al
vencimiento del lapso para la publicación del fallo en forma escrita. Esta
apelación se propondrá en forma escrita ante el Juez de Juicio, quien remitirá
de inmediato el expediente al Tribunal Superior del Trabajo competente.
Debido a que en la práctica existen causas que pueden retardar e incluso

55
dilatar del proceso, generando que no se remita dicho expediente en la
oportunidad señalada al tribunal superior deberá el juez del proceso realizar
la notificación a la partes, cosa no establecida en la ley que puede ocasionar
una infracción al derecho a la defensa.

De acuerdo con el recurso extraordinario de casación en materia


laboral la ley es clara con el tipo de fallos que pueden ser procedentes al
mismo. Pero la jurisprudencia ha señalado la importancia de la cuantía en
este caso, estableciendo que se debe determinar dicha cuantía en el
momento oportuno y una vez establecida deberá prevalecer sin ser
modificada respetando los términos fijados.

En síntesis resulta necesario acotar que las jurisprudencia respecto al


procedimiento laboral, ha logrado moldear las etapas del mismo siempre
buscando el fin inicial de la creación de la vigente ley que es la sencillez y la
simplicidad, a través de la flexibilidad que le ha otorgado siendo ventajoso
para quienes recurren al proceso pero al mismo tiempo desvirtuando la ley
con tal y dando siempre mayor interés e importancia a una fuente indirecta
del derecho.

Del mismo modo, la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela consagra el derecho de la tutela judicial efectiva como resultado
final de la existencia de un proceso judicial, el cual se da sólo posteriormente
a la noción de un debido proceso, toda vez que la afirmación de la
efectividad de la protección jurisdiccional sólo se puede concretar después
del desarrollo de un proceso adecuado, cuyo acto esencial y final pueda
producir el vencedor en juicio, eficaces resultados, en el sentido de que como
señala la doctrina la tutela judicial no será efectiva si el órgano jurisdiccional
no reúne ciertas condiciones y antes de dictar una sentencia sigue un
proceso investido de los derechos que hagan posible la defensa de las
partes.

56
De ahí que la tutela judicial efectiva presupone un debido proceso
pero sin negar con ello que ambas se hayan íntimamente relacionadas entre
sí, formando parte de un todo. En tal sentido, logramos determinar que en el
Proceso Laboral Venezolano junto con sus matices jurisprudenciales, han
logrado garantizar el cumplimiento de los principios como son la Tutela
Judicial Efectiva, el debido proceso y el derecho a la defensa. Puesto que es
relevante destacar que es a través de la flexibilización de la ley que ha
surgido como consecuencia de sus modificaciones la efectividad, mayor
manejo y funcionalidad tanto a los jueces como a las partes en materia
Laboral.

57
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Oficial No.26.226. Caracas, a los diecinueve (19) días del mes de
Noviembre 1.959

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 Tribunal Supremo de Justicia, Sentencia nº 1776 Sala Casación Social


de 06 de diciembre de 2005 expediente 05-1037-Pablo JoséNegrín La
Torre contra Cervecería Polar C.A.

 Tribunal Supremo de Justicia, Sentencia: N° 569 fecha 19 de marzo


2006. Sala Constitucional. Asunto: Estadía a derecho de las partes.

59
 Tribunal Supremo de Justicia Sentencia 0510 Sala de Casación Social
de 25 de mayo de 2010 José Agustín Blanco.

 Tribunal Supremo de Justicia en sentencia No. 1573. Sala


Constitucional del 12 de junio 2005 (Caso Carbonell Thielsen, C.A.)

 Tribunal Supremo de Justicia. Sentencia N° 1380 de Sala


Constitucional de 29 de octubre de 2009 José Martin Medina López

 Tribunal Supremo de Justicia Sentencia. N°. 034 de fecha 17 de mayo


de 2000.

 Tribunal Supremo de Justicia Sentencia N°574. Sala de Casación


Social de fecha 17 de octubre de 2002

 Tribunal Supremo de JusticiaSentencia N°. 1519 del 20 de julio de


2007,

 Tribunal Supremo de JusticiaSentencia núm. 569 del 20 de marzo de


2006,

 Tribunal Supremo de Justicia sentencia N° 963, de fecha 5 de junio de


2001, Sala Constitucional

 Tribunal Supremo de Justicia Sentencia N°1704Sala de Casación


Social de fecha 17de mayo de 2016.

 Tribunal Supremo de Justicia Sentencia No. 115 de fecha 17 de


Febrero de 2.004 en el caso Arnaldo Salazar Otamendi contra
Publicidad Vepaco, C.A.

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