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25 de mayo 2022

Señores Colegio Alemán

Medellín

Hablo en nombre propio y deseo que también se haga pública esta comunicación sobre la carta
que envió un grupo indeterminado de padres de familia a la Junta Directiva de ese Colegio para
rechazar la aceptación de las hijas del Alcalde Daniel Quintero a esa institución. La carta
mencionada toma la vocería de los padres de familia y trata de interpretar abusivamente los
fundamentos normativos y ético-académicos por los cuales tomamos la determinación de que
nuestra hija estudiara allí.

Tomamos esa decisión de modo libre y en la convicción de que el Colegio Alemán respeta los
principios de la democracia de una nación que desde hace 75 años superó su pasado negro nazi y
adoptó constitucionalmente los principios democráticos y la declaración de los derechos humanos.
Esto significa que la tolerancia política y la diversidad de todo tipo, racial, sexual y religiosa son la
base de sus prácticas institucionales y de sus enseñanzas pedagógicas.

La carta que circula el día de hoy va en contra de esos principios democráticos y del respeto por la
diversidad en todos los planos de la vida política y civil. Solo he podido corroborar en el curso de
los diez años que mi hija ha estudiado allí, que el material educativo y didáctico es
correspondiente con estas normas plurales y he leído fuentes históricas, que allí se imparten, que
confirma el multiculturalismo de nuestra nación colombiana. No creo haber percibido prácticas
nocivas o de degradación, en cualquier caso. La alta exigencia académica es indiscutible y los
estándares de calidad académica (que no dejan de ser un desafío al alumno), una distinción
incuestionable.

La oleada de indignación pública que motivó esa desafortunada carta, no sin razón, es una prueba
de la irrespetuosa postura de ese grupo de padres de familia, que, a todas luces, no ha leído la
normatividad del Colegio ni comprende el giro histórico del Estado alemán desde su derrota en
1945, pero tampoco la respuesta institucional contribuye a despejar los interrogantes y
cuestionamientos de las redes sociales.

Reitero mi convicción de que la carta que circula solo habla mal de este grupo de padres, que no
me representan en nada ni creo, tampoco, al Colegio Alemán; que es una carta agresiva y que
atiza los odios políticos y sociales que tanto daño han hecho y siguen haciendo daño a nuestra
sociedad, sobre todo en un instante crucial para nuestra vida nacional.

Juan Guillermo Gómez García

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