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¿Cómo fue la relación de Dios con su pueblo?

La biblia dice que, desde el principio de la creación de la humanidad, nuestro Dios deseaba
tener comunión directa e íntima con el hombre, por esa razón lo hizo a su imagen y
semejanza. Según Génesis 1:28, Dios hablaba con ellos de forma directa, dándoles
instrucciones precisas de cómo administrar todo lo que había creado y dándoles autoridad,
sobre todo.

Pero cuando Adán y Eva pecaron, la comunión que había entre Dios y ellos se rompió, y al
escuchar la voz de Dios que se paseaba en el huerto, tuvieron miedo y se escondieron de su
presencia. Así comenzó el hombre a alejarse de Dios porque sus pecados le separaban y le
hacían alejarse cada vez más.

A pesar de que el hombre ya no gozaba de comunión directa con Dios, Él siempre trató de
reconciliar dicha relación, y a pesar de los muchos pecados de la humanidad, Dios seguía
teniendo compasión de ellos al no exterminar por completo a la especie humana.

Tan grande fue el amor de Dios para con la humanidad que escogió a un hombre llamado
Abram, según Génesis 12:1 para que saliera de la tierra de su padre, la cual era una tierra de
idolatría; a una tierra que Dios había escogido para hacer de Abram una nación grande y
prometiéndole que allí le bendeciría y engrandecería su nombre si él era obediente a Dios y
donde podría tener una comunión directa con Él, una tierra donde pudiera apartarse de la
idolatría y de toda especie de mal.

Abraham fue un hombre obediente a Dios y hoy en día es considerado el padre de la fe, fue
de su segunda generación que surge el pueblo de Israel, cumpliéndose la promesa en su
nieto Jacob, de quien salen las 12 tribus que relata la biblia.

Sin embargo, a pesar del gran amor que Dios había mostrado por el pueblo de Israel, éste
siempre caía en desobediencia y se alejaba del Señor haciendo lo malo, según el deseo de su
corazón, por lo cual Dios los entrego a la esclavitud en Egipto por 400 años.

Pero a causa del indescriptible amor que Dios tenía por el pueblo, escogió a un libertador que
sacara al pueblo de la esclavitud, siendo este Moisés hijo de Jocabed, quien recibió el llamado
del Señor. Vemos una vez más a Dios queriendo reconciliar su relación con el hombre, pero; a
raíz del pecado del pueblo, éste no quiso tener comunicación directa con Dios, y pidieron a
Moisés que fuera intermediario para poder comunicarse con Dios según Éxodo 20:19.

Dios prometió al pueblo de Israel que su presencia estaría con ellos, siempre y cuando ellos
fueran obedientes a sus mandamientos, los cuales dio a conocer por medio de Moisés. Entre
estos mandatos les estipuló la manera en que vivirían cada día delante de su presencia,
dándoles también soluciones para cuando pecaran contra Él.

En Levítico capítulos 1 al 16, se da a conocer la forma en que el pueblo quedaba en armonía


con Dios por medio de sacrificios que cubrían sus pecados, los cuales eran anunció del
maravilloso sacrificio expiatorio de Jesucristo.
Dios también escogió una tribu para que se consagrarán y pudieran ofrecerle a Él las ofrendas
de paz, de gratitud, holocaustos para expiación de pecados, etc. que el pueblo traería para
Dios.
Antes de su muerte, Moisés anunció al pueblo de Israel bendiciones si obedecían a Dios y
maldiciones si le desobedecían los cuales encontramos en Deuteronomio 28.

Según Josué Capítulo 1 después de la muerte de Moisés, fue Josué hijo de Núm quien guio al
pueblo de Israel y durante ese tiempo el pueblo caminó en obediencia a Dios y comenzaron a
conquistar la tierra que Dios había prometida a su siervo Abraham, y Dios estaba con ellos y
les daba la victoria y cada vez más se convertían en una nación grande y fuerte.
Posteriormente el pueblo fue gobernado por jueces, siendo en este tiempo que el pueblo
comenzó a descarriarse de una forma desastrosa y cada quien hacía lo que bien les parecía a
sus propios ojos según Jueces 17:16.

El pueblo no tenía reverencia ante la presencia de Dios y comenzó a actuar impíamente sin
temor del Señor en su corazón, siguiendo la idolatría de los otros pueblos gentiles, de manera
que su relación con Dios estaba muy deteriorada.

Más tarde el pueblo fue gobernado por medio de reyes, los cuales eran escogidos por Dios
por medio de sus profetas, entre los cuales podemos mencionar a David, quien era un rey
conforme al corazón de Dios. Este período de los reyes, era de gloria para los Israelitas
porque estaban gozando de las bendiciones prometidas a sus patriarcas.

Israel se convirtió en una nación poderosa porque estaban obedeciendo a Dios, pero el
antiguo testamento también describe la corrupción cada vez mayor y la idolatría en esos
tiempos. Muchos profetas advirtieron a los israelitas que las maldiciones que Moisés había
profetizado se cumplirían si no se arrepentían delante del Señor, pero esas advertencias
fueron ignoradas.

Finalmente, la Palabra del Señor en Deuteronomio 28:49 se cumplió cuando Israel fue
conquistado por el imperio Babilónico, el cual destruyó y quemó la ciudad y el templo, llevando
cautivo al pueblo hacia la nación de Babilonia en donde los humillaban y les imponían trabajos
duros y forzados, ya no tenían la libertad de antes para adorar a Dios, a menudo vivieron en
condiciones peligrosas, siendo conquistados por otras naciones y llevados de un lugar a otro.

Todo esto aconteció a causa de su desobediencia e infidelidad hacia Dios, y se cumplió lo


dicho por Moisés en Deuteronomio 29:24-27 “…más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué
hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira? Y responderán: Por
cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los
sacó de la tierra de Egipto, y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses
que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado. Por tanto, se encendió la ira de Jehová
contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro…” 

En conclusión, nuestro Dios creo la humanidad para tener una relación plena y maravillosa,
pero ha sido el pecado que ha deformado esa relación, a pesar de eso Dios en su infinito
amor y misericordia tiene un plan desde antes de la creación, para que esa relación rota sea
restaurada y podamos por medio del sacrificio de Jesucristo tener paz con Dios. ¡Que dicha
tan grande, somos bienaventurados!

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