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¿Qué es el Evangelio?

El Evangelio es toda la información relevante acerca de eventos que nos conciernen, información de la cual podemos
decir que es motivo de gozo para las naciones. Ésta es también la definición de noticia, y si de la misma podemos decir
que es motivo de gozo, ampliemos el concepto a “buenas noticias”.

¿Cuáles son los eventos que nos conciernen?

Los eventos que nos conciernen podemos dividirlos en dos grupos: noticias viejas y malas, y noticias buenas y nuevas.
Las primeras son los antecedentes para las segundas como el pacto vigente: El Pacto de Gracia.

1. Creación

En la mente de Dios fue concebida la creación del hombre y la de todo lo que existe con un propósito: Glorificar
a Dios con su existencia. Dios llamó a existencia, puso nombre y confirió un propósito a todo lo que existe en
cielos y tierra, lo visible y lo invisible.

El hombre fue creado en un estado de inocencia, y en bendición se le mandó ser fructífero, multiplicarse, llenar
la tierra y sojuzgar sobre ella. También se le mandó labrar y guardar el huerto de Edén, y se le trajo a los
animales para que viera cómo los había de llamar. Por último, respecto de su alimentación se le mandó que
salvo por el árbol del conocimiento del bien y del mal, podía comer de todo árbol del huerto; con la advertencia
de que el día que de aquel árbol comiera, moriría.

2. Caída

Satanás, quien primero había sido un majestuoso ángel de Dios, cual no había semejante, se había rebelado
contra Dios pretendiendo Su trono. En consecuencia, había sido arrojado con sus huestes, y en la tierra, dando
continuidad a su enemistad con Dios, tentó a la mujer para que comiera del árbol que se le había prohibido.

Después de escuchar los engaños de la serpiente, que no era sino Satanás, a la mujer le pareció que el fruto
era bueno para comer, agradable a los ojos, y codiciable para alcanzar sabiduría. Así tomó la decisión que
pondría fin a su libertad al comer y dar también a su marido.

La consecuencia de introducir el pecado en la humanidad fue de la siguiente manera: La serpiente fue maldita
y condenada a arrastrarse, comer polvo y ser herida de muerte por la mujer con quien siempre tendría
enemistad. La mujer en adelante sufriría sus preñeces, daría a luz con dolor, y su marido se enseñorearía de
ella. El hombre sufriría una creación sujeta a vanidad por obedecer a la mujer antes que a Dios, esta le
produciría espinos y cardos, y le permitiría tomar de ella el alimento no sin causarle dolor, estrés y fatiga
primero.

Conocer el bien y el mal le permitió a los hombres conocer su desnudez, avergonzarse por su condición de
pecado, saberse responsables de tener que rendir cuentas delante de un Dios justo, y saberse merecedores
del juicio de Dios que a ellos les significaba un castigo eterno del cual habían sido advertidos, y del cual solo
podrían librarse por la misericordia y el perdón de Dios. El pecado fue escrito en la genética de Adán para que
cada hombre llevara la ley del pecado en sus miembros y supiera que le es imposible cumplir la ley porque es
esclavo del pecado que está en él.

3. Catástrofe

Los patrones erráticos de la humanidad levantaron la señal de alerta pues la tierra había sido colmada de su
maldad. El pecado había tomado control de cada proceso cognitivo, lo que los hombres pensaban y hacían,
sus hábitos, sus costumbres, sus tradiciones, y todo lo que procedía de sus corazones no solo llevaba el sello
de su pecaminosidad, sino que no había ya rastro de algo ajeno al pecado en todo ello.

Dios vio que en la tierra toda carne había corrompido su camino y de ello no había retorno posible. Pero Noé
halló gracia delante de Dios y le fue instruido construir un arca, pues Dios había hecho pacto en favor de Noé
para preservación de la esperanza de Sus designios y propósitos.

En el arca, fueron preservados dos seres de cada especie de aves y animales junto con Noé y toda su casa. Y
con el juicio por agua Dios obró misericordia quitando de la tierra todo lo que era merecedor de Su ira para que
el temor de Dios volviera a iluminar con sabiduría el pensamiento de los hombres. Dios hizo del arcoiris su
sello al pactar con Noé el no volver a juzgar por agua como en el diluvio, y en aquel día estableció
mandamientos en favor de la dignidad humana y el derecho a la vida; instituyendo incluso la pena de muerte
en favor de la dignidad humana.

Había quedado demostrado que el hombre no podía obrar el bien de manera que pusiera freno al pecado en sí
mismo y buscara a Dios de su propio albedrío, y que la dignidad humana se debía magnificar aún en un
castigo implacable, con justicia en reciprocidad.

4. Confusión

Una vez más los hombres mostraron su naturaleza en explícita rebeldía y enemistad con Dios. Al pactar Dios
con Noé, había instruido que poblaran la tierra, con la implicación de dispersarse a lo ancho y largo de su
extensión. En lugar de eso, la pretensión fue levantar un imperio en abierta oposición contra los mandamientos
de Dios. Y como emblema de este imperio quisieron edificar una ciudad con un zigurat tan grande y alto que
“llegue al cielo”, y también hacerse un nombre, “por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”.

El progreso que lograron en su soberbia culminó el segundo ciclo en que después de Dios haber mostrado su
favor con un hombre, la naturaleza inicua en su descendencia resurgió hasta que Dios tuviera que obrar juicio
y misericordia para preservar la esperanza de sus propósitos. Ahí donde la responsabilidad del hombre
evidenció su fracaso, Dios exhibió Su soberanía confundiendo las lenguas de los hombres obteniendo por
resultado que se dispersaran y poblaran la tierra.

5. El Pacto de la Promesa

Aconteció que Dios llamó a Abraham y le ordenó que saliera de la tierra de Ur de entre su parentela para
heredar la tierra que Dios le había prometido. El pacto en favor de Abraham lo selló Dios después de decir a
Abraham que fuera delante de Él y sea perfecto como condición para poner Su pacto entre Él y Abraham. El
momento en que Abraham se postró entendiendo que esto solo sería posible si él se rendía en adoración, no
pudiendo haber obra alguna que pudiera ofrecer como perfecta delante de Dios sino la que Dios hiciera en
favor suyo, dijo Dios que Su pacto era con Abraham habiéndose presentado así Dios a sí mismo como todas
las partes pactantes, con Abraham incluido en Cristo en la eternidad pasada.

En el acto de postrarse, Abraham creyó a Dios, de manera que ninguna obra sino su fe le fue contada por
justicia, por aquella perfección que Dios demandaba de él. Dios se mostró lleno de amor y de dádivas con
quien Él había escogido Con el pacto de la promesa, Dios se muestra como el proveedor del sacrificio
sustituto, el garante del pacto, y el Dios que anhela amistad y comunión con Su siervo a través de quien quiere
bendecir a las naciones. La bendición en la promesa era para Abraham, para su descendencia, y para las
naciones.

Dios escogió a un hombre, una familia, y un pueblo, y de esta manera dio a conocer Su interés por un linaje
escogido que le reconociera como su único Dios y Salvador. Hoy conocemos al padre de la fe en Abraham, al
hijo de la promesa en Isaac, y al pueblo que pelea con Dios en Israel. Conocemos también en José la
soberanía y la fidelidad de Dios, Su carácter y Su perdón. También en cada uno de ellos vemos una
humanidad errática, y una necesidad de perdón, de misericordia y de la gracia de Dios de generación en
generación.

6. El Pacto de la Ley

Por medio de Moisés Dios trajo liberación a Su pueblo escogido, mostró Su diestra poderosa y se glorificó en el
desierto de manera que se restaurara el temor de Dios en medio de Su pueblo y en medio de los pueblos. Con
tal precedente dejó Su ley a Su pueblo y demandó su santificación por medio de la señal del pacto: la
circuncisión, y también con la ley ceremonial que los distinguía de entre todos los pueblos.

Dios desechó una generación en el desierto, diciendo que no heredarían la tierra prometida porque no quitaron
su esclavitud de sus corazones sino que protestaron contra Dios y fueron descritos como rebeldes..

7. El Pacto del Reino

En David y en su linaje Dios confirma el trono para siempre anticipando el advenimiento del Mesías en quien
se centraría la promesa y el mensaje de Dios a Su pueblo. David pecó, y esto fue resaltado en la genealogía
de Jesús para hacer referencia a Su linaje según la carne, mostrando en paralelo la fidelidad de Dios y la
naturaleza caída aún en el rey.
8. Cautiverio

Sucedió como se había anticipado, que a quien se rebelara contra Dios y desobedeciera Su consejo le sería
cortado el linaje y no se sentaría en el trono su descendencia, sin que esto truncara la promesa hecha a David.
Israel se dividió en dos reinos y ambos se extraviaron de los caminos de Dios, yendo tras los ídolos. En
consecuencia, Dios permitió que dos imperios llevaran al pueblo cautivo y que después otros fueran
dispersados para que tuvieran haztiasgo con los ídolos de sus captores.

9. Cristo y la Cruz

Hasta este evento, el más importante y el corazón del Evangelio, se han venido desarrollando dos noticias. Las
malas noticias: A lo largo de generaciones, todos los hombres evidenciaron una naturaleza inclinada al pecado
y una incapacidad para buscar a Dios sin que Dios mismo intervenga. Dios es justo y dará al pecador su
merecido. La paga del pecado es muerte, y todos somos merecedores de la ira de Dios porque hemos pecado.
La ira de Dios y el lago de fuego están reservados como castigo eterno para quienes han pecado. El estándar
de perfección para evitar tal desenlace jamás podría ser satisfecho por hombre alguno. Pero uno fue hallado
digno: Cristo.

Cumpliendo un sinnúmero de profecías, Jesús nació, padeció como hombre, y fue santo durante toda su vida
terrenal también como hombre. Toda la historia señala a Cristo. En Getsemaní Jesús oró que se haga la
voluntad del Padre, a pesar de lo amargo de la copa. Su obediencia en el huerto nos fue imputada. Su sangre
derramada en la cruz intercede por nuestra salvación y perdón para que no suframos el castigo eterno. Fue
sacrificado por nosotros, sufriendo la separación del Padre como el precio más alto que pudiera pagar. Nos
hizo partícipes de su muerte para que al nosotros tener aflicción como heridas de gracia de un Dios amoroso
que nos disciplina pudiéramos también participar de su resurrección y la vida abundante que hay en Él. Jesús
murió y resucitó, y a la diestra del Padre intercede por nuestro perdón, dándonos acceso al trono de gracia
para que recibamos el oportuno socorro. Jesús es mediador del pacto de gracia, la que nos fue dada,
requiriendo de nosotros solo creer por la fe que también nos fue dada y por la cual podemos ser llamados hijos
de Dios. Jesús es el cordero inmolado, el sacrificio perfecto ofrecido por el perdón de nuestros pecados.

Esta es la buena noticia: El justo por la fe vivirá, y si confesamos que Jesús es el Señor y creemos que el
resucitó de entre los muertos como nuestro salvador en quien tenemos redención de pecados podemos ser
llamados hijos de Dios y como hijos ser herederos de sus promesas y de la vida eterna donde conoceremos y
proseguiremos conociendo al Dios que abrió una brecha en eternidad para tener una historia de amos con
nosotros.

10. Consumación

En la cruz fue dicho consumado es. Pero falta que percibamos la totalidad de nuestra esperanza. En el día
postrero Cristo volverá a juzgar a los vivos y a los muertos. Todos los que creyeron su mensaje disfrutarán la
eternidad en una nueva creación, pero aquellos que no se arrepintieron sino que vivieron en enemistad con
Dios serán arrojados al castigo eterno en el lago de fuego donde toda la eternidad sufrirán la ira de Dios. No
pudieron cumplir la condicionalidad del pacto de obras ni abrazaron la fe del pacto de gracia por tanto son
merecedores del castigo eterno.

Conclusión:

El hombre es responsable a partir de que es consciente, distingue lo bueno de lo malo pero ha decidido
cauterizar su conciencia a lo largo de la historia mostrando que es totalmente depravado si la gracia de Dios no está
para que el temor de Dios esté en medio de su pueblo. Mientras haya un pueblo de Dios la iniquidad real de la raza
humana no será conocida en el mundo por causa de los hijos escogidos de Dios. Aquellos que son hijos no lo son por
ningún mérito de obras, sino porque les amaneció Cristo por medio de la predicación del Evangelio. Cristo murió por
quienes creyeron, sin embargo la muerte de Cristo no la podrán aprovechar quienes rechazan el Evangelio para seguir
satisfaciendo su carnalidad. La gracia de Dios ha puesto límites en favor de Sus escogidos quienes una vez dejan de
ser enemigos de Dios son salvos por siempre e hijos por siempre. Esto se evidencia en que su nueva naturaleza los
lleva a perseverar en su santificación. Solo Cristo hace, solo por gracia se recibe, solo por fe se consuma la obra, sólo
la Palabra de Dios y no hay ningún otro mensaje de salvación, y solo Dios se glorifica sin compartir Su gloria con
hombre alguno.

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