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Sociedades sin dios:

De alguna manera, poco a poco, se va construyendo alrededor nuestro una sociedad sin dios. Para
los creyentes la idea de Dios implica un acto de fe. Para los no creyentes la idea de dios no pasa de
ser una simple idea. La simple idea de dios (la filosófica) comprende lo inmutable, lo eterno, lo
bueno, la esencia de las virtudes, la causa primera, etc. Creo que dios (o Dios) sirve al
pensamiento, al menos como piedra de toque. Una piedra de toque es una piedra que se usa para
determinar la calidad de un mineral, generalmente el oro. La RAE la define también como:
“Aquello que permite calibrar el valor preciso de una cosa”. Como piedra de toque, la idea de dios
tiene una cualidad esencial: es externa a nosotros. ¿Cómo podríamos calibrar el valor preciso de
un pensamiento si no es con algo que tenga cualidades conocidas, permanentes y de significado
compartido? Si usáramos para eso ideas tan volubles como “me gusta”, “mi libertad”, “lo
políticamente correcto”, en definitiva cualquier subjetividad, ¿qué precisión tendría nuestra
valoración? ¿tendría validez universal; personal? ¡¡Hasta para afirmar “Dios ha muerto”, hizo falta
la idea de dios!!

Por eso creo que una sociedad construida sin dios, aún en minúsculas, intrínsecamente no puede
ser duradera.

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