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BOLETÍN 13 CORTE CONSTITUCIONAL abril 27 de 2022 4

Corte Constitucional. De tal suerte, la Sala Plena no estimó necesario llevar a cabo
un cotejo entre las razones que llevaron a la Corte a expulsar la disposición del
ordenamiento en dicha ocasión con los nuevos argumentos que se plantearon en
esta oportunidad. Lo anterior, por cuanto, al margen de las razones que fueron
tenidas en cuenta por el tribunal, lo cierto es que los artículos 23 y 45 de la Ley 2080
de 2021 no forman parte ya del ordenamiento, lo que impide la realización del
juicio de constitucionalidad.

Con fundamento en lo anterior, la Corte declaró la configuración del fenómeno


de la cosa juzgada formal y absoluta y, en consecuencia, dispuso estarse a lo
resuelto en la Sentencia C-091 de 2022.

4. Aclaración de voto

La magistrada PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA aclaró su voto con el propósito de


señalar que, en su momento, no acompañó la decisión adoptada por la Sala Plena
en la Sentencia C-091 de 2022. En dicha oportunidad, la magistrada salvó su voto
por las dos siguientes razones: en primer lugar, la demanda no satisfizo los requisitos
oponibles a las acciones públicas de inconstitucionalidad; en segundo término, la
Sala Plena analizó un problema jurídico enteramente distinto de aquel que
proponía el escrito de demanda.

Sobre este último asunto, llamó la atención sobre la evidente incongruencia que
se presentó, en dicha ocasión, entre los argumentos planteados en el escrito de
demanda y aquellos que fueron tenidos en cuenta por la Sala Plena para declarar
la inconstitucionalidad de las normas demandadas. Con fundamento en una
errónea comprensión de la figura del derecho viviente, la Sala Plena acabó por
analizar la constitucionalidad de las disposiciones a la luz del artículo 29 superior,
pese a que el cargo formulado en la demanda planteaba el desconocimiento del
artículo 13. La magistrada Meneses Mosquera recordó que este proceder
desconoce el carácter rogado de la justicia constitucional y, muy especialmente,
la índole democrática que la Constitución ha atribuido al juicio de
constitucionalidad que se realiza por vía de acción pública.

SENTENCIA C-148-22
M.P. DIANA FAJARDO RIVERA
Expediente: D-14417

CORTE DECLARÓ INCONSTITUCIONAL LA PESCA DEPORTIVA Y DIFIRIÓ LOS


EFECTOS DE SU PRONUNCIAMIENTO POR UN AÑO

1. Norma acusada

a. Decreto 2811 de 1974, por el cual se dicta el Código Nacional de Recursos


Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente.
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“Artículo 273.- Por su finalidad la pesca se clasifica así:


1. Comercial, o sea la que se realiza para obtener beneficio económico y puede
ser:

a) Artesanal, o sea la realizada por personas naturales que incorporan a esta


actividad su trabajo o por cooperativas u otras asociaciones integradas por
pescadores, cuando utilicen sistemas y aparejos propios de una actividad
productiva de pequeña escala;
b) Industrial, o sea la realizada por personas naturales o jurídicas con medios y
sistemas propios de una industria de mediana o grande escala.
2. De subsistencia, o sea la efectuada sin ánimo de lucro, para proporcionar
alimento a quien la ejecute y a su familia.
3. Científica, o sea la que se realiza únicamente para investigación y estudio.
4. Deportiva, o sea la que se efectúa como recreación o ejercicio, sin otra finalidad
que su realización misma.
5. De control, o sea la que se realiza para regular determinadas especies, cuando
lo requieran circunstancias de orden social, económico o ecológico.
6. De fomento, o sea la que se realiza con el exclusivo propósito de adquirir
ejemplares para establecer o mantener criaderos particulares de especies
hidrobiológicas.”

b. Ley 13 de 1990, Por la cual se dicta el Estatuto General de Pesca

“Artículo 8. La pesca se clasifica:

1) Por razón del lugar donde se realiza, en:


(…)
2. Por su finalidad, la pesca podrá ser:
(…)
c) Deportiva;”

c. Ley 84 de 1989, Por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección de los


Animales y se crean unas contravenciones y se regula lo referente a su
procedimiento y competencia.

“Artículo 8: Quedan exceptuados de lo dispuesto en los literales a, c, d, r del artículo


6 los actos de aprehensión o apoderamiento en la caza y pesca deportiva,
comercial, industrial, de subsistencia o de control de animales silvestre, bravíos o
salvajes, pero se someterán a lo dispuesto en el Capítulo VII de esta Ley y a los
reglamentos especiales que para ello establezca la entidad administradora de
recursos naturales.”2

2
Este artículo fue declarado condicionalmente exequible bajo el entendido de que la caza deportiva no
constituye una excepción a lo dispuesto en los literales a), c), d) y f) del artículo 6º de la misma ley, en la
Sentencia C-045 de 2019. M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo. SV. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV. Cristina
Pardo Schlesinger. AV. Carlos Bernal Pulido. AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. AV.
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2. Decisión

Primero. Declarar INEXEQUIBLE el numeral 4 del artículo 273 del Decreto Ley 2811 de
1974.

Segundo. Declarar INEXEQUIBLE el literal c) del numeral 2 del artículo 8 de la Ley 13


de 1990.

Tercero. Declarar EXEQUIBLE el vocablo “deportiva,” contenido en el artículo 8 de


la Ley 84 de 1989, bajo el entendido de que la pesca deportiva no constituye una
excepción a lo dispuesto en los literales a), c), d) y r) del artículo 6º de la misma ley.

Cuarto. DIFERIR los efectos de las inexequibilidades declaradas en los numerales


anteriores, por el término de un (1) año contado a partir de la notificación de la
presente sentencia.

3. Síntesis de los fundamentos

La Corte examinó la demanda de inconstitucionalidad formulada contra el


numeral 4 del artículo 273 del Decreto Ley 2811 de 1974; el literal c) del numeral 2
del artículo 8 de la Ley 13 de 1990; y el artículo 8 (parcial) de la Ley 84 de 1989, por
(i) el desconocimiento de los deberes del Estado en materia de protección de los
recursos naturales y el medio ambiente, que deriva específicamente en la
prohibición del maltrato animal; y (ii) la violación del derecho a la educación
ambiental. Ante la solicitud de inhibición presentada por el Ministerio Público, se
estudió de forma preliminar la aptitud sustantiva de la demanda y se concluyó que
los cargos eran aptos para proferir un pronunciamiento de fondo.

La Sala Plena encontró, al solucionar los problemas jurídicos propuestos, que la


pesca deportiva es una actividad que vulnera el principio de precaución y la
prohibición de maltrato animal, y por tanto, debe excluirse del ordenamiento
jurídico. En concreto, recordó que el mandato de protección a los animales se
desprende del principio de constitución ecológica, la función social de la
propiedad y la dignidad humana; y señaló que, en ese contexto, el Legislador y la
Corte han considerado a los animales como seres sintientes.

Admitió entonces que, si bien no existe consenso acerca de si los peces son seres
sintientes, lo cierto es que en virtud del principio de precaución, de acuerdo con el
cual, aun en ausencia de certeza científica en torno a un daño o su magnitud,
cuando existen elementos que preliminarmente permiten evidenciar el riesgo de
que se produzca un daño al ambiente, del que hacen parte los animales a los que
se refiere la demanda, producido por una actividad determinada, resulta
necesaria la intervención del Estado a efectos de evitar la degradación del medio
ambiente. En esa medida, aunque no es posible definir con certeza absoluta las

Antonio José Lizarazo Ocampo. AV. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Alberto Rojas Ríos. AV. José Fernando
Reyes Cuartas.
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consecuencias nocivas de la pesca deportiva, en términos de los principios de


protección y bienestar animal ni el impacto y deterioro de los recursos
hidrobiológicos, pero sí existe información científica relevante que exige evitar
impactos nocivos en estos seres y su entorno, debe preferirse la exclusión de la
actividad.

Adicionalmente, concluyó que la finalidad recreativa de la pesca deportiva


vulnera la prohibición de maltrato animal derivada de los mandatos de protección
al medio ambiente y no tiene sustento en las excepciones al maltrato animal
avaladas constitucionalmente por razones religiosas, alimentarias, culturales o
científicas. No obstante, difirió los efectos de su pronunciamiento un año.

En consecuencia, declaró inconstitucional el numeral 4 del artículo 273 del Decreto


Ley 2811 de 1974 y el literal c) del numeral 2 del artículo 8 de la Ley 13 de 1990 al
incluir como una categoría la pesca deportiva y condicionalmente
exequible el vocablo “deportiva” contenido en el artículo 8 de la Ley 84 de
1989, bajo el entendido de que la pesca deportiva no constituye una
excepción a lo dispuesto en los literales a), c), d) y r) del artículo 6º de la
misma ley, pues no pueden avalarse excepciones al maltrato animal
cuando se trata de la práctica de la pesca deportiva.

4. Salvamento y aclaraciones de voto

La magistrada CRISTINA PARDO SCHLESINGER salvó el votó, mientras que las magistradas
DIANA FAJARDO RIVERA y GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO y los magistrados JORGE ENRIQUE
IBÁÑEZ NAJAR, ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO y JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS aclararon
el voto. Por su parte, las magistradas PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA y NATALIA ÁNGEL
CABO y el magistrado ALEJANDRO LINARES CANTILLO se reservaron la posibilidad de
presentar una aclaración de voto.

La magistrada Cristina Pardo Schlesinger puso de presente que la providencia se


fundamenta en un deber de protección de los animales conforme al cual, aun sin
la certeza científica sobre su condición de seres sintientes en ciertos casos, como
en el de los peces, en aplicación del principio de precaución debe prohibirse que
se les cause daño injustificado.

A su juicio, dentro del contexto de la jurisprudencia de la Corte Constitucional


relativa a la protección de la vida humana, contenida en las sentencias C-355 de
2006, SU-096 de 2018 y C-055 de 2022, la protección animal en los términos del fallo
del cual se aparta termina concediendo mayor protección a la vida animal que a
la vida de los seres humanos concebidos no nacidos, aun en el caso de aquellos
con un período de gestación cercano a las 24 semanas, lo cual contradice el
principio constitucional de dignidad humana, entendido este como el
reconocimiento de la particular eminencia de la condición humana y de su radical
diferencia con el resto de seres y del mundo de las cosas.
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Respecto de los animales, la Corte ha prohibido la disposición innecesaria de su


vida, e incluso su solo maltrato físico. Frente al animal, sostiene que su vida es
indisponible y protegida, y su cuerpo inmune a cualquier maltrato, cuando no
media la necesidad. No se puede disponer fútilmente de la vida animal ni causar
lesión corporal innecesaria. En cambio, frente al no nacido, el evidente maltrato
físico que supone un aborto se torna irrelevante y se permite disponer de la vida
humana sin aducir razón alguna hasta la semana 24 de gestación.

El Magistrado Jorge Enrique Ibáñez Najar comparte la decisión adoptada por la


Sala Plena en el sentido que la pesca deportiva es una forma de maltrato animal
que vulnera el derecho a la protección del ambiente sano, en su faceta de
prohibición del maltrato animal como una obligación constitucional. Lo anterior,
esencialmente en atención a que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha
señalado que “el interés superior del medio ambiente implica también la
protección de la fauna ante el padecimiento, el maltrato y la crueldad, lo cual
refleja un contenido moral político y conciencia de la responsabilidad que deben
tener los seres humanos respecto de los otros seres sintientes”, tal como lo son los
animales quienes reciben una garantía específica por parte del ordenamiento
jurídico.

Empero, el Magistrado Ibáñez Najar aclaró su voto en relación con la importancia


que tiene esta línea jurisprudencial que propugna por la relevancia de la
protección de la fauna a efectos de la necesidad de replantear igualmente el
tratamiento jurídico y la protección de los derechos de los individuos de la especie
humana que están por nacer, respecto de los cuales, en las decisiones más
recientes proferidas por esta Corporación a partir del año 2006 se ha venido
generando un déficit de protección, sobre todo, con la Sentencia C-055 de 2022
en la que se desamparó por completo la vida embrionaria y en buena parte la vida
fetal. En otros términos, cada vez más se protege y ampara cada vez más los
derechos de los animales y correlativamente se deja de proteger y amparar los
derechos de la especie humana que está por nacer.

Con este pronunciamiento, la Corte reitera que los animales como seres sintientes
merecen una garantía constitucional derivada de la responsabilidad de cuidado
que tienen los humanos respecto de esos otros seres, lo cual está conforme con la
Constitución. No obstante, a juicio del Magistrado Ibáñez Najar, en el Estado Social
de Derecho en el cual debe respetarse tanto el principio de la dignidad humana
como el derecho a la vida humana, resulta más que curioso y por lo tanto
contradictorio que la jurisprudencia constitucional termine por otorgarle mayores
derechos a los animales que los que tiene el ser humano en gestación. Claro que
se deben respetar y garantizar los derechos de los animales como seres sintientes y
por ello se respalda esta decisión, pero también se deben respetar y garantizar en
toda su extensión los derechos del ser humano que está por nacer; lo contrario, se
traduce en un desconocimiento de valores trascendentales del ordenamiento
constitucional, como lo son la protección a la vida humana y la dignidad humana,
en relación con los cuales la jurisprudencia y la doctrina universalmente aceptada
han entendido que ningún bien o derecho es prevalente o resulta más universal
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que del derecho fundamental a la vida, en tanto que la vida humana es anterior
al derecho.

Así las cosas, en atención a la conciencia de la responsabilidad que deben tener


los seres humanos sobre los seres sintientes, y más aún cuando se trata de garantizar
los derechos del que está por nacer, la Corte Constitucional debe revaluar la
protección que se otorga al nasciturus como un ser sintiente de la especie humana,
quien es titular de derechos y se encuentra protegido por el espectro de privilegios
que la Constitución y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos consagra
en relación con los individuos de la especie humana que están por nacer.

¡No puede ser posible que en Colombia se proteja y garantice más la vida de un
animal que el derecho a la vida de la especie humana que está por nacer!

Por su parte, la magistrada Gloria Stella Ortiz Delgado aclaró su voto para reiterar
su posición (AV C-045-19 y AV C-467-16) acerca de la necesidad de que la Corte
profundice en la relación entre dignidad humana y el estatuto y la protección de
los animales. En efecto, la protección de estos seres vivos en nuestro ordenamiento
surge no sólo de un reconocimiento derivado del cuidado del ambiente y de la
fauna, sino del deber humano de evitar el sufrimiento de los seres sintientes como
parte de una posición reflexiva y racional, producto de la dignidad humana. Esa
postura intermedia es la consecuencia de que nuestro ordenamiento no sea
completamente antropocéntrico, pero tampoco defienda la idea de que los
animales tienen derechos. De esa manera considera que sería más claro el estatuto
de los animales y la fuente de su protección.

El magistrado José Fernando Reyes Cuartas también aclaró su voto. Señaló que la
pesca deportiva es una invisible y silenciosa agonía. El paso que ha dado la Sala
Plena y que he compartido sobre la pesca deportiva al referir a uno de los principios
rectores del derecho ambiental, a saber, el de precaución, que implica su
fortalecimiento bajo el criterio superior del in dubio pro ambiente o pro natura,
estimo sin embargo que ha dejado de lado la discusión y, con ello, el desarrollo
jurisprudencial sobre el concepto de sintiencia en los peces, cuando la actividad
de pesca obedece exclusivamente a motivos de ocio, turismo, recreo,
entretenimiento o esparcimiento. Era imperioso delimitar qué se entiende por pesca
deportiva, esto es, dónde se hace, en qué condiciones y quiénes lo hacen, con sus
efectos adversos al ecosistema marino, continuidad de ciclos de vida, procesos
ecosistémicos, responsabilidad ambiental. Los peces son seres sintientes por lo que
no deben ser objeto de maltrato y se deben adoptar medidas de protección. Los
anzuelos y demás formas de captura empleadas no han llegado a eliminar el
sufrimiento de los animales, siendo sus últimos minutos momentos de tortura para los
mismos.

Finalmente, el magistrado Antonio José Lizarazo Ocampo manifestó que, si bien


acompaña la declaratoria de inexequibilidad, aclara su voto en relación con dos
aspectos de la parte motiva. En primer lugar, en cuanto al análisis de los cargos de
inconstitucionalidad, pues en su opinión no debió hacerse en términos análogos a
los de la caza deportiva, esto es, a partir de la prohibición del maltrato animal, por
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tratarse de actividades que no resultan equiparables. Ello es así por cuanto en el


estado actual de la investigación científica, como se reconoce en la sentencia, no
es posible establecer con certeza si las especies ícticas son o no sintientes. A su
juicio, el estudio debió fundarse en el deber que, conforme a la Constitución, tiene
el Estado de proteger el ambiente, razón por la que el deber de protección animal
no se deriva necesariamente de su sintiencia, sino de formar parte de la naturaleza.

En segundo lugar, advirtió que la sentencia incurrió en una imprecisión al afirmar


que durante el término de fijación en lista se recibieron intervenciones tales como
la de FEDAMCO -entidad que intervino en calidad de invitada, conforme al auto
admisorio-, la Universidad de Cartagena y la Asociación Sunangel, sin aclarar la
calidad en la que concurrieron al proceso. La sentencia asume como
intervenciones ciudadanas, escritos presentados por personas jurídicas durante el
término de fijación en lista, no obstante que, de acuerdo con los artículos 40-6, 241
y 242 de la Constitución, y el inciso segundo del artículo 7 del Decreto 2067 de 1991,
en los procesos de constitucionalidad sólo pueden intervenir ciudadanos
colombianos. Las personas jurídicas sólo pueden concurrir al proceso de
constitucionalidad cuando son invitadas por el magistrado sustanciador a rendir
concepto sobre puntos relevantes para la decisión, en los términos del artículo 13
del Decreto 2067 de 1991.

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Presidenta
Corte Constitucional de Colombia

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