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KOTLER
Existe una antigua historia sobre una vieja compañía norteamericana de zapatos que
mandó a un representante de ventas a una isla del Pacífico para investigar si la empresa
podía vender zapatos allí. Después de algunos días, el hombre de ventas envió un mensaje a
la compañía diciendo: “La gente aquí no usa zapatos. No existe mercado. Es una pérdida de
tiempo”
El gerente, de todas maneras, pensó en verificar esta conclusión y envió a uno de sus
mejores vendedores a la isla. A los pocos días, el segundo representante llamó a la empresa
y dijo: “La gente aquí no usa zapatos. Existe un mercado enorme. Nos vamos a forrar”.
Y aunque la historia normalmente termina aquí, Kotler añade una tercera vía:
Confundido por las dos conclusiones opuestas, el gerente decidió mandar a su mejor
vendedor a esta isla. Este hombre, se tomó más tiempo y finalmente, llamó diciendo: “La
gente tiene mal los pies y usar zapatos les beneficiaría. Nosotros, podríamos diseñar
Tendremos que invertir en publicidad para informar a la gente sobre los beneficios de
usar zapatos. Necesitaremos la cooperación del jefe de la tribu antes de empezar. La gente
no tiene dinero, pero cultivan los ananás más dulces que yo jamás haya probado. Estimé el
potencia de ventas y todos los costos; además, estimé la posibilidad de vender ananás a una
cadena de supermercados australiana que paga en dólares y pienso que podemos obtener un
comprobación que realizó fue si llevaban zapatos o no. Al ver que no llevaban zapatos
usaba zapatos comprobó que se abría un mercado de grandes posibilidades. Sus funciones
se limitan a ser un buen comercial y su único objetivo es realizar ventas sin importarle la
Por último, el tercer vendedor tiene claramente una visión de negocio a medio-largo
plazo, en cuanto a que se preocupa por detectar cuáles son las necesidades reales de sus
clientes, no sólo teniendo en cuenta los deseos visibles, sino los que pueden llegar a tener.
SIN TITULO
no doy fe de que sea cierta ni textual, ya que además la conferencia era en inglés):
vidrio se produjo un hecho realmente extraño para la época: un vendedor de primer año se
“Tienen que pasar muchos años para que un vendedor figure entre los 50 mejores de la
empresa y usted, en menos de un año ha conseguido, no solo estar entre ellos, sino llegar a ser
idea que fuera uno de los mejores, yo soy el primer sorprendido”, respondió él, nervioso y sin
poder dar otra explicación (años 60, no había información alguna y para él fue una auténtica
Descubrieron que todo su éxito se basaba en la venta de vidrios de seguridad, que habían
sido introducidos unos años atrás para los parabrisas de los coches, pero que fuera de ese
ámbito apenas se vendían, hasta que este nuevo vendedor lo había conseguido, y con gran
éxito.
transparente entre dos piezas de vidrio y, como resultado, no se hacía añicos de la forma en
Esa investigación descubrió que este joven vendedor había aplicado, sin el saberlo, ni
haberlo compartido con nadie, su propio método, que él explicó del siguiente modo:
“Hice que la fábrica cortara algunos vidrios de seguridad en muestras de tamaño de medio
folio. Luego conseguí un martillo, que llevaba conmigo a mis visitas de ventas. Cuando estaba
con el prospecto, preguntaba: “¿Le gustaría ver un pedazo de vidrio que no se hace añicos?”.
Instintivamente el prospecto saltaba hacia atrás y se llevaba las manos a la cara para
protegerse los ojos. Cuando volvía a mirar y veía que el vidrio no se había hecho añicos, se
asombraba. Después de eso, el asunto era sencillo. Yo preguntaba: “¿Cuántos quiere y de qué