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Las guerras religiosas.

Introducción del tema y decir cómo surgió brevemente.

son recordadas como un periodo clave de principios de la modernidad europea.

Las Guerras de religión de Francia fueron una serie de enfrentamientos civiles que se


desarrollaron en el Reino de Francia durante la segunda mitad del siglo 16 se distinguen hasta
ocho guerras distintas acontecidas entre 1562 y 1598, si bien la violencia fue constante
durante todo el período.

El detonante de las Guerras de Religión fueron las disputas religiosas entre católicos y
protestantes calvinistas, conocidos como hugonotes, exacerbadas por las disputas entre las
casas de la nobleza, en especial los Borbón y los Guisas

Los principales protagonistas.

-Valois-Angulema: La casa real gobernante en Francia era una rama menor de la dinastía
Valois, a su vez rama menor de los Capeto. Estaba formada por la reina madre Catalina de
Médicis, viuda de Enrique II.

-Los Borbón: descendientes directos de San Luis 9, los borbones eran príncipes de sangre y
herederos de Valois. Estaban divididos entre católicos y protestantes por lo que era difícil
encumbrar a un verdadero jefe.

-Los Guisa: primos del duque Carlos III de Lorena, ascendieron políticamente gracias a los dos
primeros duques de Guisa (Claudio y Francisco de Lorena). Lidiaron el catolicismo francés,
fueron muy famosos y además también sirvieron de apoyo a la dinastía de Valois que se está
muy débil.

-Los Montmorency: una de las familias con más abolengo y poder de Francia. Esta familia se
encontraba dividida entre católicos y protestantes, pero se unieron debido a las creciente
influencia de sus rivales los Guisas. Su pugna en el poder hizo que, la primera fase de las
Guerras de religión fuera una guerra privada entre ambas familias. Los Montmorency fueron
los grandes perdedores de este conflicto, ya que casi todos sus miembros murieron en el
combate, asesinados, encarcelados y exiliados.

La Primera Guerra de Religión

sucedió entre 1562 y 1563. Los hugonotes contaban con la ayuda de Suiza, Inglaterra y los
protestantes del Sacro Imperio Germánico, mientras que los católicos fueron apoyados por
España y los estados italianos. Fue un enfrentamiento cruento que acabó por descabezar
ambos ejércitos.

El duque de Guisa murió y el Príncipe de Condé fue capturado por los católicos, lo que propició
el inicio de las conversaciones de paz, que se culminarían con el Edicto de Amboise el 19 de
marzo de 1563.

Esta guerra tuvo duras consecuencias. A causa de la violencia sufrida, ciudades como Ruan,
Orleans y Lyon pasarán a ser la sede del catolicismo más intransigente. El final de la guerra
induce a muchos católicos a vengarse de los protestantes. Durante 1563 se entablaron muchos
pleitos para tratar de condenar a los hugonotes que habían saqueado las iglesias. Al final, la
paz impuesta por la reina madre resultó ser muy precaria. El odio de los católicos hacia los
protestantes aumentó por la terrible destrucción que estos habían causado en las ciudades.

En cuanto a los calvinistas, siguieron convencidos de que se les sometía a una posición
subordinada y que era necesario reformar Francia. A pesar de la paz, ninguno de los partidos
se desarmó, y los rencores y los deseos de venganza se tradujeron en numerosos asesinatos.

La segunda guerra de religión

Tras cuatro años de paz, se reiniciaron las hostilidades en 1567 por  tres razones: el fracaso de
la aplicación del edicto de Amboise en las provincias, las tensiones internacionales y la
rivalidad cortesana entre el Príncipe de Condé y el joven hermano del rey, Enrique, duque de
Anjou, de apenas dieciséis años.

Los líderes hugonotes, dirigidos por el Condé intentaron apoderarse de la familia real. La reina
madre, confiada en su política de concordia, se sintió ultrajada por el ataque de Condé,
decidiéndose a castigar violentamente a los traidores. Los dos ejércitos se vuelven a enfrentar
y otra vez los protestantes son derrotados en la Batalla de Saint-Denis, pero el Condestable de
Montmorency muere en la batalla

. La reina madre nombró entonces a su adorado hijo Enrique de Anjou teniente general del
ejército, a pesar de las protestas. El joven de 16 años fue incapaz de detener el avance
hugonote, y, finalmente, el debilitamiento de los dos bandos llevó a la firma de la Paz en
Longjumeau el 22 de marzo de 1568. A cambio de licenciar a los mercenarios suizos y volver a
imponer sin restricciones el Edicto de Amboise, los hugonotes se comprometieron a devolver
sus conquistas.

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