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Civilización caral

Civilización Caral

Localización geográfica aproximada

Datos

Cronología 3000 a.C. - 1800 a.C.

Localización Barranca, Costa central del Perú

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La civilización Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C., siendo la expresión


más nítida del surgimiento de las primeras sociedades complejas y Estados en
el área norcentral peruana.
El área norcentral comprende los valles costeños desde el Santa hasta el
Chillón, los callejones andinos de Huaylas y Conchucos y el altiplano de Junín,
y las cabeceras de los ríos amazónicos Huallaga, Marañón y Ucayali. Destaca
claramente el valle del Supe, ubicado en Barranca, al norte de Lima, donde en
apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 25 asentamientos de
esa civilización, siendo la de mayor dimensión y complejidad la Ciudad
Sagrada de Caral, de la que se derivó el nombre de la civilización, de la
sociedad y de la cultura.
Civilización Caral refiere al sistema de entidades políticas complejas que
manejaron sus propios territorios en el área norcentral peruana, con
gobernantes y gobernados asentados en centros urbanos y ciudades.
Sociedad Caral trata sobre la organización social compleja centrada en el valle
de Supe durante el tiempo de la civilización Caral.
Cultura Caral nombra a las formas culturales (materiales e interpretaciones a
partir de esa materialidad) identificadas a partir de las investigaciones
arqueológicas sobre la sociedad Caral.
Ciudad Sagrada de Caral es el nombre de la ciudad principal, ubicada en el
valle de Supe, durante la civilización Caral.
La existencia de esta civilización fue propuesta a partir de 1997, a partir de los
trabajos de un equipo de arqueólogos encabezados por Ruth Shady, directora
del entonces Proyecto Arqueológico Caral, posteriormente convertido
al Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe. Los estudios rigurosos han
demostrado que esta civilización fue contemporánea de otras civilizaciones
primigenias del mundo, como la de Egipto, India, Sumeria, China, pero a
diferencia de ellas (que intercambiaron sus logros), Caral se desarrolló en
completo aislamiento de aquellas civilizaciones.
En América, Caral es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas,
antecediendo en 1500 años a la civilización olmeca, otro importante foco
civilizatorio situado en Mesoamérica. En el Perú, supera en antigüedad al
fenómeno cultura chavín (1200-200 a. C.), que durante mucho tiempo había
sido considerada como la primera alta cultura o cultura madre del Perú.
Actualmente, según todos los indicios, se puede afirmar que desde la
civilización Caral se origina la civilización andina.

Ubicación geográfica.
El área de desarrollo e influencia de la civilización caral, llamada área
norcentral peruana, es de 400 por 300 km, y comprende los valles de la costa
(Santa, Nepeña, Sechín,
Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón), los
callejones serranos de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y
las cuencas de los ríos Marañón, Huallaga y las cabeceras del Ucayali en la
selva.
En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en la provincia
de Barranca, departamento de Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el
mar, se han identificado 20 asentamientos de esta civilización,1 cuyas
extensiones van de 0,16 hectáreas hasta casi 80 hectáreas.2 Ocho de ellos son
los de mayor tamaño, entre los que destaca nítidamente por su complejidad la
ciudad sagrada de Caral, de la que deriva el nombre de la cultura. Fue, sin
duda, la capital de la región. Los otros asentamientos con construcciones
monumentales son Pueblo Nuevo, Cerro Colorado, Allpacoto y Llapta (en la
margen derecha del Supe); y Lurihuasi, Miraya y Chupacigarro (en la margen
izquierda).3 En el litoral cercano a la desembocadura del Supe destaca Áspero,
que fue según todos los indicios la ciudad pesquera de Caral.4
Hasta antes del descubrimiento de esta cultura, ya se conocía la existencia de
diversos asentamientos precerámicos a lo largo de esa área norcentral
peruana, a partir de los cuales se había planteado la existencia de
organizaciones sociales de nivel jefatural. Destacan los de La Galgada, en el
callejón de los Conchucos, Piruro en el Marañón, Huaricoto en el callejón de
Huaylas, Kotosh en el Huallaga, Las Haldas en Casma, Los Gavilanes en
Huarmey, Áspero en Supe, Bandurria y Río Seco en Huaura y El Paraíso en el
Chillón.

Cronología.
En la cronología arqueológica, la civilización caral corresponde al denominado
Formativo Inicial (antes Arcaico Tardío o Precerámico Tardío),
aproximadamente entre el 3000 y 1800 a. C.5
Esa antigüedad se ha confirmado a través de múltiples fechados radio
carbónicos realizados en los Estados Unidos.6
El hallazgo de Caral cambió así los esquemas que hasta entonces se tenían
sobre el surgimiento de las antiguas civilizaciones en el Perú y la América en
general. Anteriormente se consideraba a Chavín de Huántar como el foco
cultural de más vieja data en el Perú, con un máximo de 3200 años de
antigüedad (1200-200 a. C.).7

Características generales.
Aunque en lugares como Valdivia, en Ecuador, se producía cerámica desde
4000 a. C., en Caral no se utilizó; de allí viene la denominación de precerámica,
aunque la doctora Ruth Shady, su descubridora, prefiere hablar
de acerámica (sin cerámica), pues al disponer los antiguos pobladores de Caral
de una gran cantidad de mates (cucurbitáceas) que usaban como recipientes,
no necesitaban de la alfarería.8
El logro más impactante de esta primera civilización fue la construcción de
extensas ciudades, con edificios monumentales, construidos de una manera
muy ingeniosa con piedra, barro y materiales vegetales, en cestos tejidos y
cerrados con dimensiones y pesos muy variados (shicras) pero bastante
homogéneos para facilitar las labores de acuerdo a la fortaleza física de sus
albañiles y constructores. Las formas predominantes son las pirámides
escalonadas, las plazas circulares o semicirculares hundidas en los frentes,
con escaleras que daban acceso a la cima, donde se observan habitaciones y
espacios para rituales y ceremoniales.91011
La evidencia arqueológica muestra también una significativa producción
agrícola de algodón para redes de pesca y prendas tejidas en técnica torzal, 12
así como muy sofisticadas expresiones de arte musical en la confección de
flautas con figuras incisas de animales míticos que sugieren un carácter
religioso. 13
Las diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus edificios evidencian
jerarquía entre las poblaciones que los ocuparon, e incluso la existencia de una
organización política que hizo posible su construcción.

Descubrimiento.

Los arqueólogos conocían la existencia de sitios monumentales en el valle de


Supe desde principios del siglo XX (por ejemplo, Áspero fue estudiado por Max
Uhle en 1905 y Julio César Tello en 1937, y por Willey y Moseley en los 60's.14)
El mismo sitio arqueológico fue explorado en 1948 por Paul Kosok y Richard
Schaedel, y publicada con su nombre original Chupacigarro, 17 años después,
aunque ninguno de los dos exploradores pudo determinar su
antigüedad. Frederic Engel estudió el lugar en los años 1970, e informó de la
naturaleza precerámica del sitio en 1987, sin embargo, sus afirmaciones no
fueron aceptadas por los arqueólogos, como puede verse en la literatura
arqueológica, hasta 1997.
En 1994 Ruth Shady inició una prospección en el valle de Supe, con
excavaciones en 1996, cuyos resultados publicó en 1997, afirmando
abiertamente la naturaleza precerámica de la ciudad sagrada de Caral, y de la
primera civilización andina.15 Esta afirmación fue nuevamente recibida con
escepticismo y rechazo por parte de los arqueólogos. Sin embargo, con el
avance de las investigaciones, y nuevas publicaciones,16 así como las varias y
sucesivas decenas de pruebas de radio carbono 14, quedaría finalmente
demostrada la antigüedad, originalidad y naturaleza acerámica de la civilización
caral.

El Área Norcentral Peruana, territorio formativo de


la civilización andina.
El Antiguo Perú ha sido reconocido como una de las seis áreas del mundo
donde tuvo lugar el desarrollo indígena de la civilización, siendo una de las
únicas dos zonas del Hemisferio Occidental, junto con Mesoamérica, donde tal
evento se desarrolló pero en forma aislada una de otra por el espacio y el
tiempo: los Olmecas aparecieron 1500 años más tarde que Caral. Lo cierto es
que Caral-Supe ha ampliado el horizonte de las civilizaciones complejas en la
región peruana por más de una docena de siglos. La cultura Chavín, ca.
900 a. C., durante mucho tiempo fue considerada la primera civilización del
subcontinente sudamericano y es aún citada como tal, de una manera regular
en numerosos trabajos generales.1718
El descubrimiento de Caral ha cambiado el foco de atención de las zonas altas
de los Andes (donde Chavín, Wari, Tiahuanaco y los Incas tuvieron sus
mayores centros) hacia la Costa o la región litoral. Caral-Supe se ubica en el
área norcentral de la costa, a aproximadamente 182 km al norte de Lima,
extendida aproximadamente hasta el valle de Casma hacia el norte y hasta el
de Lurín por el sur. Comprende cuatro valles
costeños: Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza. Los sitios conocidos se
encuentran entre los últimos tres valles, que se forman en una llanura costera
común. Los tres valles principales cubren solo 1.800 km², y las investigaciones
han enfatizado la densidad de los centros poblados.19 La costa peruana
aparece como un candidato "improbable, incluso aberrante" para el desarrollo
"prístino" de la civilización, comparado a otros centros mundiales.20 Es
extremadamente árido, lindado por dos sombras orográficas (causadas por los
Andes al este y el anticiclón del Océano Pacífico por el este). De cualquier
modo, la región es cruzada por más de 50 ríos que transportan el agua de la
cordillera, y el desarrollo de la irrigación extensiva a partir de estas fuentes
parece ser decisivo en la emergencia de Caral-Supe.2122 Todos los yacimientos
de arquitectura monumental fueron hallados cerca de canales de irrigación.
El fechado con radiocarbono hecho por Jonathan Haas y colaboradores halló
que 10 de 95 muestras tomadas en las áreas de Pativilca y Fortaleza dieron
fechas anteriores al 3500 a. C.. El más antiguo, fechado al 9210 a. C., provee
"limitadas indicaciones" del asentamiento humano durante el Arcaico
Temprano. Dos fechas del 3700 a. C. están asociadas con arquitectura
comunal, pero parecen ser anómalos. Es a partir del 3200 a. C. en adelante
que aparecen claramente el asentamiento humano a larga escala y la
construcción comunitaria. Mann, en una revisión de la literatura en el 2005,
sugiere "algún momento antes del 3200 a. C., y posiblemente antes del
3500 a. C." como fecha inicial del periodo formativo de Caral-Supe. Su trabajo
nota que la fecha más temprana asociada con certeza a una ciudad es el
3500 a. C., en Huaricanga, en el área norteña de Fortaleza, basado en las
fechas de Hass.20
Las fechas tempranas del tercer milenio de Haas sugieren que el desarrollo de
sitios costeros e interiores ocurrió paralelamente. Pero, de 2500 a 2000 a. C.,
durante el período de mayor expansión, la población y el desarrollo cambiaron
decisivamente hacia los lugares interiores, como Caral, aunque estos
permanecieron dependientes de la pesca y recolección de mariscos de la
costa.23 Estas fechas están en consonancia con las fechas de Shady en Caral,
que muestra una plena habitabilidad de 2627 a 2020 a. C.16
Hacia 1800 a. C., la civilización caral comenzó a declinar, lo que coincide con la
aparición de centros más poderosos al sur y al norte, a lo largo de la costa, y al
este dentro del cinturón de los Andes.22 Los caralinos abandonaron sus centros
poblados, desconociéndose las razones (posiblemente se debió a catástrofes
naturales, como terremotos y el fenómeno de El Niño, que colapsaron su
economía agrícola).24 Pero la continuidad de la civilización andina se mantuvo y
siglos después surgió otra gran cultura peruana, la Chavín.
Caral, cuna de la civilización andina.

Los caralinos desarrollaron la actividad cinegética. En la imagen, vértebras de ballena azul usadas
como asientos.

Se ha planteado sobre Caral, que fue sede de una comunidad formada por
varios linajes y dirigida por los jefes o representantes de dichos linajes en
donde uno de ellos sería el Curaca principal y los otros sus contrapartes. Los
Curacas de estos linajes conducirían y organizarían la vida de los habitantes de
las diversas ciudades y pueblos contemporáneos a Caral como Áspero,
Allpacoto, Miraya, Kotosh y La Galgada entre otros. Todos ellos compartían
una misma tradición y formaron una amplia y bien organizada red de
reciprocidad e intercambio. Caral debió ser la cabeza de toda esta red. 25
El factor de integración social y cultural que mantuvo unidos a los habitantes
del valle Caral-Supe ha de haber sido la religión, que quizá se utilizó como un
medio de cohesión y coerción. La religión en esa época fue la política del
Estado para el control de la población, de la producción de bienes y su
circulación. Ello está representado en los grandes monumentos de carácter
religioso (las pirámides) con sus plazas, atrios y altares del fuego sagrado en
donde se llevaron a cabo las diferentes festividades del calendario ceremonial,
símbolo de su identidad cultural. Las periódicas reuniones y actividades
conjuntas como la renovación de las pirámides permitían el reconocimiento del
poder y fortalecían la identidad cultural. Sin embargo, ello ha de haber
gravitado de una manera no menos significativa en la generación de lo que
podríamos denominar una civilización de paz pues no se observan ni se han
encontrado armas ofensivas ni estructuras defensivas. En cambio, parecería
ser que el arte y el comercio fueron utilizados de manera pródiga para
mantener la producción económica de una manera activa y efectiva.26
Todo lo anteriormente expuesto serviría de base para la ulterior civilización
andina en el caso de Wari, así como en los Quechuas del Cuzco, y están
presentes en Caral como los exponentes más antiguos de las principales
instituciones peruanas de la época prehispánica, tales como la reciprocidad
(sistema de intercambio y circulación de bienes y servicios), el calendario
ceremonial (ligado a la producción, el cultivo y la pesca) o la construcción y
renovación de los templos e infraestructura comunal, entre las más destacadas.

Manifestaciones culturales.

Una vista del valle de Supe, sede de la civilización Caral.

Organización económica.
La sociedad de Caral formaba parte de una red de sitios que se extendían y
articulaban a lo largo de la cuenca del río Supe. En esta red había
asentamientos costeros y otros ubicados en zonas más altas (sierra); entre
todos ellos se dio un intercambio de productos (comercio de trueque), siendo la
Ciudad de Caral evidentemente el centro de toda esa red.27 Visto así, se
vislumbra la importancia que alcanzó la especialización, es decir, la aparición
de grupos especializados en determinadas actividades económicas.28
Pesca.
La extracción de productos marinos (pescado y mariscos) fue la principal
proveedora de proteínas. Se desarrolló principalmente en la localidad costera
de Áspero, desde donde se repartía el producto marino hacia todos los
asentamientos del valle. Eran muy buenos pescadores y pescaban anchoveta.
Agricultura.
Los hombres de Caral desarrollaron una agricultura intensiva en el valle de
Supe. Emplearon herramientas sencillas como palos y astas para cavar.
Construyeron también canales de riego muy simples que llevaban el agua del
río hacia los campos de cultivo. Las plantas alimenticias que cultivaron fueron:
mate o calabaza, achira, pacae, pajuro, maní, ají, guayaba, lúcuma, papa,
pallar, camote, frijol, palta y maíz. Y de especial importancia fue el cultivo del
algodón, cuya fibra aprovecharon en gran escala.29
Comercio.
Los pobladores intercambiaban su producto mediante el trueque: los del litoral,
brindaban sus productos extraídos del mar (pescado y mariscos), los de los
valles costeños, algodón y frutas, y los de las zonas altas, sus productos
agrícolas (cultivos alimenticios) y de pastoreo (camélidos). El centro de toda
esa red era indudablemente la Ciudad Sagrada de Caral.
Es también evidente que dicha red se prolongó a lugares más lejanos, pues en
la zona de Caral-Supe se han hallado productos de la sierra (palos de lloque,
plumas de cóndor), la selva (congompe, pieles de primates, plumas de aves) y
la costa ecuatorial (spondylus). No solo intercambiaron productos materiales
sino también conocimientos y elementos culturales.30
Organización Política.
Cada asentamiento estaría representado por una autoridad o curaca, además
de los principales de sus ayllus o grupos de familias; lo que constituiría el
germen de una forma de gobierno que habría de prolongarse milenariamente
en todas las sociedades andinas. La clase dirigente se conformaba con recibir
la tributación de los habitantes, tanto en bienes como en prestación de
servicios.31
Organización Social.
Se ha determinado que existía una gran diferenciación social, es decir, la
población se dividía en clases sociales, cada una de las cuales cumplían
determinadas funciones y estaban organizadas de manera jerárquica. Unos
grupos se encargaban de la planificación y la toma de decisiones (gobernantes
y sacerdotes), y otros de las tareas manuales, como la pesca, la construcción,
la agricultura, etc.32
Arte.
Arquitectura.

Pirámide de Caral.
Los ejemplos más relevantes de arquitectura monumental se dan en la Ciudad
Sagrada de Caral. Sus edificios principales son pirámides escalonadas o
templos, hechas a base de adobe y piedra; como elementos complementarios,
se usaban troncos y fibras vegetales. Son estructuras de diverso tamaño. El
más imponente, tanto en altura como en volumen, es el llamado Edificio
Piramidal Mayor (o simplemente la Pirámide Mayor de Caral).33
Las paredes de la estructura piramidal están enlucidas con barro y pintadas de
blanco o amarillo claro, y, raramente, de rojo. Cada edificio tenía una escalera
central que conducía hacia la parte superior, donde se hallaban varios cuartos.
En el cuarto principal había plataformas bajas ubicadas en dos o tres de sus
lados, y en el centro, un fogón compuesto por un hoyo en el suelo, recubierto
con barro. Los indicios indican que el fogón tenía una función ritual; allí se
quemarían diversos alimentos como ofrendas.34
Escultura.
En Caral no se desarrolló la técnica alfarera (esto es, piezas modeladas en
arcilla y cocidas al fuego). Y es que, en la práctica, los caralinos no necesitaban
de cerámica pues contaban con mates de calabaza como recipientes, cucharas
talladas en madera y platos tallados en piedra.8
Aunque si modelaban pequeños ídolos antropomorfos en arcilla, dejándolos
secar al sol. Estas estatuillas, que representan figuras masculinas y femeninas,
se han encontrado fragmentadas y formarían parte de rituales relacionados con
la renovación de los edificios y el culto de la fertilidad. A base de estas
representaciones se puede inferir la vestimenta, el tocado y el peinado de los
habitantes de Caral.35
Música de caral / instrumentos.
Se descubrieron tres conjuntos musicales conformados por instrumentos de
viento:13

• Un conjunto de 38 cornetas, hecho de


huesos de huanaco y venado.
• Un conjunto de 32 flautas traversas, de
huesos de cóndor y pelícano, con diseños
zoomorfos.
• Un conjunto de 4 antaras (flauta de pan), de
carrizo e hilos de algodón.
Este descubrimiento sugiere la práctica musical colectiva, así como una
organización compleja de la sociedad de Caral. Posiblemente, la música
acompañaba a las prácticas rituales y sociales.
Ornamentación personal.
Los caralinos se adornaban con collares de cuentas y dijes elaborados con
conchas marinas (como el choro y el mullu o spondylus), huesos de animales
marinos, piedras semipreciosas, minerales como la crisocola, andesita y
rodocrosita. Muchos de estos productos eran traídos desde regiones lejanas.
Las conchas eran alisadas, pulidas, y algunas veces grabadas con diseños
sencillos, como el espiral. Otros collares tenían plumas amarradas con hilos de
algodón.36
Ciencia.
Matemática.
Es evidente que contaron con conocimientos de aritmética y geometría,
necesarios para el diseño y construcción de sus edificios.37
Astronomía.

Piedra o huanca en Caral.


Se han encontrado evidencias de que los hombres de Caral contaban con
conocimientos de astronomía, que aplicaban en la elaboración del calendario,
relacionado con la celebración de festividades y otras actividades económicas,
religiosas y cívicas. Dichos conocimientos lo aplicaron también en la
orientación de los edificios públicos. Se han hallado, por ejemplo, geoglifos y
líneas esparcidos en las planicies desérticas, al lado de piedras talladas
dispersas; así como un recinto subterráneo originalmente techado, que parece
ser un observatorio. Es de destacar también un monolito o huanca hincado en
el suelo de una plaza pública, que habría sido un instrumento de observación
astronómica.37
Sistema de registro (quipus).
En la pirámide La Galería se ha hallado un resto textil que ha sido interpretado
como un quipu, el conjunto de hilos con nudos que los incas utilizaban como
instrumento mnemotécnico (es decir, como medio de conservación de
información estadística o mensajes para comunicarse). Sería pues, el más
antiguo quipu hallado en el Perú y evidenciaría la antigüedad milenaria de su
uso. Como para corroborar el uso del quipu en Caral, se descubrieron
representaciones pictóricas de dichos objetos sobre tres bloques líticos de las
plataformas de la pirámide Menor de Caral.37
Medicina.
El conocimiento médico está evidenciado por la presencia recurrente de
plantas medicinales, muchas de ellas halladas en contextos funerarios. Por
ejemplo, son numerosos los paquetes de tallos y hojas de sauce, usado contra
los dolores de cabeza (es el mismo árbol que contiene el principio activo de la
aspirina).38
Tecnología.
Tecnología constructiva.

Restos de shicras en Caral.

Los constructores de Caral usaban la técnica de las shicras, bolsas hechas con
fibras vegetales y llenas de bloques de piedra, con las que rellenaban las
plataformas de los templos, colocándolos ligeramente separadas. De esa
manera lograban estabilidad en las estructuras. Al ocurrir un fuerte sismo o
terremoto, ese núcleo de shicras que hacía de base del edificio se movía con la
vibración, pero de manera limitada, pues las piedras eran contenidas en las
bolsas. Luego, las shicras se reacomodaban encontrando un nuevo punto de
estabilidad. La shicras tenían pues, una función antisísmica.1139
Tecnología agrícola.
Las evidencias halladas indican que hubo grupos especializados en mejorar las
especies y el rendimiento de los cultivos alimenticios e industriales. Mediante la
experimentación y la manipulación genética de las diversas variedades de
plantas, se produjeron semillas mejoradas. Ello permitió la producción de
plantas con frutos de mejor calidad y tamaño, y más resistente a las plagas. Un
ejemplo sería el algodón, que pasó por un proceso de mejoramiento genético
para lograr una fibra más larga, variedad de colores (pardo, marrón, crema y
beige) y mayor rendimiento.40
Tecnología textil.
El desarrollo que alcanzó la textilería se evidencia por el hallazgo de cantidad
de semillas y motas de algodón. Con las fibras de este producto se tejían los
vestidos, que eran piezas llanas, sin decoración. Se empleaba la técnica del
entrelazado y el torzal. También elaboraron calzado, bolsas, sogas, redes de
pescar, cordeles, etc. Conjuntamente con la fibra de algodón se usaron las de
otros vegetales, como totora, junco, cabuya, etc.1241
Religión.
El Altar del Fuego Sagrado en Caral.

La religión, como ya se ha dicho, debió ser el factor de integración social y


cultural que mantuvo unidos a los habitantes del valle Caral-Supe. La clase
dirigente debió ser la mediadora entre el grupo social que representaban el
poder sobrenatural de los ancestros y dioses.42
Por la monumentalidad de sus templos o pirámides escalonadas, la Ciudad
Sagrada de Caral debió ser el centro religioso de esta civilización. Allí debía
afluir gente venida de otros sitios del valle, e incluso de regiones más lejanas,
para participar de las ceremonias rituales. Estas tendrían como centro los
fogones de los templos, donde se quemaban ofrendas, que consistían sobre
todo en alimentos (peces y moluscos), algodón, cuarzo, mechones de cabello y
otros objetos. También se enterraban con carácter votivo estatuillas de arcilla
(previamente rotas), y conglomerados de vegetales.4341

Fin de Caral.
Todo indica que hacia el 1800 a. C. todos los asentamientos de la cultura caral
en el valle de Supe fueron abandonados. Se ignora las razones exactas, pero
se presume que fue a consecuencia de eventos naturales, como terremotos y
el fenómeno de El Niño, que obligaron a los pobladores a emigrar a otros
lugares.24
Efectivamente, se han hallado indicios de fuerte actividad sísmica en diversos
templos monumentales, como en la Huaca de Sacrificios de Áspero y el
Templo Piramidal Mayor de Caral. Muestran grandes grietas y desniveles entre
los pisos que posteriormente fueron cubiertos por nuevas construcciones. Esos
sismos debieron ser de una magnitud de 7 a 8 grados en la escala de Richter.24
Pero posiblemente lo que más afectó fue uno o varios eventos catastróficos de
El Niño, caracterizado por lluvias torrenciales y desbordes de ríos, que
causarían sin duda un gran colapso en la economía agrícola, al quedar
convertidos en ciénagas y pantanos las zonas dedicadas al cultivo; otra
consecuencia sería el arenamiento de las playas. También los vientos
inusitados por El Niño ocasionarían grandes tormentas de arena que cubrirían
los campos de cultivo del valle de Supe.24
Los pobladores se verían así obligados a emigrar a otros lugares donde
construyeron sin duda nuevos asentamientos y aplicaron sus tecnologías.
Coincidentemente, surgieron por esa época otros templos y centros
administrativos en los valles costeros cercanos a Caral, así como más al norte
y en la sierra. Entre ellos están Vichama (Végueta, Huaura), Sechín, La
Galgada y Huaricoto (Áncash), y Kotosh (Huánuco). Estos centros demuestran,
efectivamente la continuidad de la civilización andina, cuyo foco primigenio es
indudablemente Caral.24
Las culturas del formativo.

Cultura chavín

Chavín

Información histórica

Periodo Formativo/Horizonte Temprano

Primeros registros 1200 a.C.

Decadencia 400 a.C.

Causa Desconocido (posiblemente la pérdida de prestigio del oráculo y la religión


chavín)

Información geográfica

Área cultural Andes Centrales


Equivalencia actual Perú

Información antropológica

Idioma Desconocido (posiblemente protoquechua)

Religión Religión chavín

Asentamientos importantes

• Chavín de Huántar
• Pallka
• La Cantina

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Chavín de Huántar o cultura chavín es una cultura arqueológica del Antiguo


Perú que se desarrolló durante el Horizonte Temprano (1200 a. C.-400 a. C.)12
Tuvo su centro de desarrollo en la ciudad de Chavín de Huántar, que está
ubicada a 2 km de la confluencia de los ríos Huachecsa y Mosna, en la cuenca
alta del río Marañón (en el actual departamento de Áncash).
El concepto de "cultura chavín" no debe confundirse con un espectro artístico
denominado "chavinoide", que abarca expresiones anteriores al propio Chavín.
Tradicionalmente, el desarrollo principal de Chavín se considera como un
«horizonte cultural» debido a sus influencias artísticas y religiosas presentes en
otras culturas contemporáneas a ella. Gran parte de aquel desarrollo histórico
corresponde al Periodo Formativo específicamente al Formativo Medio y
al Formativo Superior que tiene como características la intensificación del culto
religioso, la aparición de la cerámica estrechamente relacionada con los
centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del maíz y la papa, el
perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el desarrollo de la metalurgia y
la textilería.
Fue el arqueólogo Julio César Tello quien la descubrió y consideró como la
«cultura matriz» o «madre de las civilizaciones andinas»,3 y que eran de origen
amazónico. Sin embargo, descubrimientos recientes sugieren que la civilización
de Caral ―del periodo Precerámico Tardío― es más antigua que Chavín.4
Julio Cesar Tello planteó que la cultura chavín2 fue de origen amazónico debido
a las múltiples representaciones de la iconografía selvática en sus
manifestaciones artísticas, especialmente en la cerámica. En su máximo
apogeo Chavín de Huántar, centro principal chavín, actual Patrimonio Cultural
de la Humanidad,5 fue un importante centro ceremonial y centro de irradiación
cultural cuya influencia se extendió por gran parte de la costa y sierra de los
Andes del Perú.

Ubicación geográfica

La cultura chavín tuvo su núcleo de desarrollo en la provincia de Huari (región


Áncash), abarcando diversos pisos ecológicos, en la vista la laguna de Parón
en la región natural de Janca.
El centro ceremonial de la cultura chavín, Chavín de Huántar, se encuentra
ubicado en la Zona de Conchucos, en el lado oriental de la Cordillera Blanca,
en la confluencia de los ríos Mosna y Huachecsa, afluentes del río Marañón; en
el actual distrito de Chavín de Huántar,6 en la provincia de Huari (región
Áncash). Tiene como coordenadas 9° 35′ 33.99″ S, 77° 10′ 42.43″ O y una
altitud de 3150 m s. n. m.
La cultura Chavín se extendió por gran parte de la región andina abarcando por
el norte hasta los actuales departamentos peruanos
de Lambayeque y Cajamarca y por el sur hasta los actuales departamentos
peruanos de Ica y Ayacucho, por ello es considerada una cultura panandina.
No está claro que en todos los lugares donde se aprecia la cultura chavín, fuera
predominante la lengua y la etnicidad de los habitantes de Chavín de Huántar.

Organización sociopolítica.
De acuerdo a algunas teorías, en la sociedad teocrática, chavín, los más
hábiles por sus conocimientos astronómicos, ambientales del tiempo y del
clima se destacaron en su comunidad y terminaron convirtiéndose en
autoridades político-religiosas. Se distinguen dos clases bien diferenciadas:

Los sacerdotes: La casta sacerdotal, la clase dominante, poseía


conocimientos de la astronomía, del tiempo y del clima lo que les
proporcionaba gran influencia y poder, también eran grandes técnicos
agrícolas, ingenieros y especialistas en las artes.

El pueblo: La clase dominada, conformaba la masa popular, es decir, los


agricultores y ganaderos, al servicio de la casta sacerdotal.

Actividades económicas.
Desarrollaron notablemente la agricultura, la ganadería y el comercio a base
de trueques entre los pueblos serranos, costeños y posiblemente con los
pueblos amazónicos.
Agricultura.
Cultivaron diversos productos entre los que figuran el maíz y la papa, otros
productos agrícolas fueron:

Tubérculos: camote, mashua, oca, olluco

Leguminosas: frijoles, pallares

Oleaginosas: maní

Condimentos: achiote, ajíes

Granos: kañiwa, quinua

Hortalizas: palta, pepino, tomate

Grano:maíz
Entre las técnicas agrícolas destaca el uso de los canales; también se inició la
construcción de los primeros andenes y el uso de la chaquitaclla (arado de pie),
que acrecentó la productividad agrícola.
Ganadería.
Desarrollaron la ganadería a base de los camélidos
sudamericanos (llamas y alpacas), así como la crianza de cuyes.

Manifestaciones culturales.
Arte chavín

Trompeta Incisa de Strombus, 400-200 a. C., Museo de Brooklyn. Esta


trompeta de concha probablemente fue hecha para uso ceremonial. Los
diseños incisos representan a una persona de alto rango, indicado por sus
tatuajes faciales y adornos en el tobillo, tocando una trompeta de concha. La
figura está rodeada de serpientes, incluida una que emana del instrumento. Las
serpientes retorcidas y entrelazadas pueden indicar el poder de la trompeta
para comunicarse con seres sobrenaturales.
El Lanzón en Chavín, imagen fija.
La cultura Chavín representa el primer estilo artístico reconocido y difundido en
los Andes. El arte de Chavín se puede dividir en dos fases: la primera fase
correspondiente a la construcción del "Templo Viejo" en Chavín de Huántar (c.
900-500 a. C.); y la segunda fase correspondiente a la construcción del
"Templo Nuevo" de Chavín de Huántar (c. 500-200 a. C.).
El arte de Chavín es conocido por su compleja iconografía y su "realismo
mítico".7 Hay constantes evidencias en todos los tipos de arte (cerámica,
alfarería, esculturas, etc.) de interacciones entre humanos y animales, lo que
refleja las interconexiones sociales y cómo la gente de Chavín se veía a sí
misma conectada con "el otro mundo".8
Alguna otra iconografía encontrada en el arte de Chavín continúa dando una
idea de cómo era la cultura, como la evidencia general del uso de plantas
psicoactivas en el ritual. El cactus de San Pedro se ve a menudo en varias
formas de arte, a veces en manos de humanos, lo que se usa como evidencia
para respaldar el uso de la planta.9
Un estudio general de la alfarería costera de Chavín con respecto a la forma
revela dos tipos de vasijas: una tipo tallada poliédrica y una tipo pintada
globular.10 Estilísticamente, las formas de arte de Chavín hacen un uso
extensivo de la técnica de la rivalidad de los contornos. El arte es
intencionalmente difícil de interpretar y comprender, ya que solo estaba
destinado a ser leído por los sumos sacerdotes del culto Chavín, quienes
podían comprender los diseños intrincadamente complejos y sagrados. La
estela de Raimondi es uno de los principales ejemplos de esta técnica. Sin
embargo, la cerámica no parece representar las mismas características
estilísticas que se encuentran en las esculturas.7
El arte de Chavín decora las paredes del templo e incluye tallas, esculturas y
alfarería. Los artistas representaron criaturas exóticas que se encuentran en
otras regiones, como jaguares y águilas, en lugar de plantas y animales
locales. La figura felina es uno de los motivos más importantes del arte chavín.
Tiene un significado religioso importante y se repite en muchas tallas y
esculturas. Las águilas también se ven comúnmente en todo el arte de Chavín.
Hay tres artefactos importantes que son los principales ejemplos del arte
Chavín. Estos artefactos son el Obelisco Tello, las cabezas clavas y el Lanzón.
El Obelísco Tello es un eje rectangular vertical con una muesca en forma de
escalón en la parte superior. El obelisco está tallado en relieve en los cuatro
lados y consta de dos representaciones de una criatura de un solo tipo. La
cabeza, el cuerpo y la cola ocupan uno u otro lado ancho, mientras que las
piernas, los genitales y otros elementos subsidiarios ocupan los lados
estrechos. Estas criaturas han sido interpretadas como un tipo de criatura
"gato-dragón" (por Tello) y como un caimán (por Rowe y Lathrop).11 El gran
artefacto puede representar un mito de la creación.
Las cabezas clavas se encuentran en todo Chavín de Huántar y son una de las
imágenes más conocidas asociadas con la civilización Chavín. Las cabezas
clavas son enormes tallas de piedra de cabezas de jaguar con colmillos que se
proyectan desde la parte superior de las paredes interiores.
Posiblemente el artefacto más impresionante de Chavín de Huántar sea el
Lanzón. El Lanzón es un fuste de granito tallado de 4,53 metros de largo que
se exhibe en el templo. El eje se extiende a través de todo un piso de la
estructura y el techo. Está tallado con una imagen de una deidad con colmillos,
una imagen recurrente en toda la civilización Chavín.12 El Lanzón se encuentra
en una galería dentro del Templo Viejo. La escultura se ve reforzada por las
cuatro aberturas de la cámara en la que se encuentra, de modo que solo
permite vistas parciales y segmentadas. En los dibujos desplegables, las
figuras representadas son coherentes para los intérpretes, pero es importante
tener en cuenta que no es así como debe verse el Lanzón.13
Orfebrería.

Ornamento de oro hallado en Chongoyape, perteneciente a tradición


cupisnique.
Moldeaban mediante el martillado y el repujado, confeccionando coronas,
brazaletes, aretes, orejeras, cuentas de collar y pequeños adornos. Algunas
muestras de estos trabajos fueron halladas en Chongoyape y Kuntur Wasi. La
alta ley del oro hace suponer que procedían de los lavaderos de los ríos
amazónicos.
Textilería.
Utilizando como materia prima el algodón y la lana, se hacían tapices y tejidos.
Estos podían ser simples bordados y con adornos a base de orlas y flecos. En
la costa, según Julio C. Tello:
...aparecenvestigios de hilandería y textilería, como piruros del huso y
fragmentos de tejidos de lana y de algodón. Estos son de técnica primitiva a
base de red de malla, gasa, acordonado, anudado, trenzado, calado, etc.,
según las muestras encontradas en las cavernas de Cerro Colorado en
Paracas, un trozo anudado procedente de las tumbas de Cerro San Pedro de
Ancón y multitud de objetos de cestería y petatería.
Julio C. Tello

Otro tejido encontrado en Ica es la tela pintada donde se observan los


personajes religiosos de la cultura chavín que, según algunos arqueólogos,
sería un catecismo destinado a difundir el culto religioso de aquella cultura.
Cerámica.

La cerámica chavín es de forma globular, con asa, estribo, y base plana.


La cerámica fue extraordinaria. Es generalmente monocroma, en algunas
ocasiones es decorado con colores rojo y negro-plata. Con añadido de una
serie de puntos. Entre los seres más representados figuran: seres zoomorfos
(felinos, monos, lagartos, serpientes y aves), fitomorfos (tubérculos) y
antropomorfos. Los colores más usados fueron: gris, marrón y negro.
De acuerdo al uso, se puede distinguir dos tipos de cerámica: 14

Cerámica utilitaria: para el uso común de la gente del pueblo.

Cerámica ceremonial: para las prácticas rituales y ceremonias.


Asimismo de acuerdo al desarrollo temporal, existen dos tipos:

Época rocas. Cuyas características son: forma globular, base plana, asa estribo
terminando en pico además de vasijas y tazones de hasta 50 cm de diámetro.

Época ofrendas. En esta fase los golletes (cuellos) son más delgados y su
forma es acampanulada.

Escultura.
La escultura chavín se caracterizaba por el uso de piedra (arte lítico), siendo
usualmente de naturaleza monolítica con énfasis religioso. Las esculturas más
relevantes son los monolitos, las estelas y las cabezas clavas. Destaca también
las columnas y la losa voladiza en la Portada de las Falcónidas.
El lanzón monolítico.
Véase también: Lanzón monolítico
El lanzón monolítico representa a un dios antropomorfo con boca de felino y
cabellera de serpientes. Tiene la forma de una gigantesca punta de proyectil y
posee una longitud de 5 metros. Se encuentra en uno de los corredores del
Templo de Chavín de Huántar.
El lanzón monolítico ―que representa al Dios Sonriente (según John Rowe) o
a un dios con el rostro fiero― es una escultura de 5 m de altura que está
clavada en medio de un espacio reducido de forma cuadrangular, dentro de un
crucero que está debajo de la tierra, en la parte céntrica del Templo Antiguo del
complejo arqueológico de Chavín de Huántar. Fue bautizado como el «lanzón»
por su forma de punta de proyectil gigantesca, aunque esta denominación es
errónea, pues en realidad se trata de un huanca (wanka en quechua) o ‘piedra
sagrada’, de primordial importancia en el culto religioso. La razón de su peculiar
forma es todavía materia de discusión; posiblemente fue tallado para simular la
forma de un colmillo. En su superficie está labrada la imagen de un dios con
rasgos antropomorfos y zoomorfos (entre estos últimos destacan los cabellos y
cejas en forma de serpientes, la boca con dos grandes colmillos y las manos
con garras felinas). El ser antropomorfo representado lleva la mano derecha
alzada y la izquierda apoyada en el muslo. Posiblemente era la principal
divinidad del Templo Viejo de Chavín de Huántar y al parecer es similar al dios
representado en la estela Raimondi (su principal diferencia con esta es que no
lleva báculos).
El obelisco Tello.
Véase también: Obelisco Tello
El obelisco Tello (en cuya superficie se halla labrada la representación de dos
deidades míticas, o en todo caso, un dios doble) es una escultura lítica de
forma de prisma, de 2,52 m, esculpido en las cuatro caras. Representa a una
divinidad compleja, existiendo diversas interpretaciones sobre su naturaleza:
una «doble divinidad» o dios hermafrodita con cabeza de felino (Tello); la unión
de dos caimanes (Rowe); o un dios ave con boca de felino o «felino volador»,
desdoblado lateralmente (Kauffmann). En toda su superficie se representan
multitud de otros elementos: hombres, aves, serpientes, felinos y plantas
(calabaza, ají, maní, yuca, etc.). La fama del obelisco Tello es atribuible a la
riqueza iconográfica chavín que contiene; se trata de la figura iconográfica más
compleja de los objetos chavines. Como ya señalamos, el arte chavín es
básicamente naturalista, y los temas principales son los seres humanos, aves,
serpientes, felinos, otros animales, plantas y conchas. Formas idealizadas de
estos elementos están cubiertas con abundantes elementos más pequeños, a
menudo como sustitución metafórica, en algunas secciones del cuerpo
representado en el obelisco Tello.15
El obelisco Tello representaba los ciclos de la naturaleza y al jaguar, era
hermafrodita, es decir, que tenía dos sexos. Esta es la representación más
complicada de la escultura chavín. Sin embargo, tiene más sentido que el felino
representado sea un puma, debido a que fue este quien compartía territorios
con la antigua civilización chavín, no el jaguar.
La estela Raimondi.
Véase también: Estela de Raimondi

La estela Raimondi representa a un dios con dos báculos, que según Federico
Kauffmann Doig es básicamente similar al dios representado en el lanzón. Tuvo
mucha influencia tanto en el espacio como en el tiempo como testimonian
los paracas luego los tiahuanacotas y finalmente los huaris.
La estela Raimondi (que representa a un dios con dos báculos en las manos)
es un monolito de granito pulido de 1,98 m de largo por 0,74 m de ancho,
tallado en solo una de sus caras. Representa a un dios con rasgos felínicos con
los brazos extendidos sosteniendo en cada mano una vara o báculo. Similar
representación aparece también en otras esculturas de culturas andinas
posteriores, como la Tiahuanaco y Huari, al cual se conoce como Viracocha, la
«Divinidad de los dos báculos» o «Dios de las varas».
Este monolito recibe su nombre como homenaje al naturalista italiano Antonio
Raimondi (1824-1890), quien impulsó su traslado a Lima para su estudio y
conservación (1874). Fue exhibida en el antiguo Parque de la Exposición. Se
salvó del pillaje de las tropas de ocupación chilenas en 1881, al caerse al suelo
mostrando solo su parte posterior, que es lisa, por lo que los saqueadores
pensaron que se trataba de una simple losa de piedra sin ningún valor. Es por
esta fortuita ocurrencia que el Perú pudo conservar esta valiosísima pieza
escultórica. Actualmente se conserva en el patio del Museo Nacional de
Arqueología Antropología e Historia del Perú.
La estela de Yauya.
Véase también: Estela de Yauya
La estela de Yauya es un monolito en forma de prisma en una de cuyas caras
se halla labrada la figura de un ser mítico. Actualmente está quebrantada en
cuatro partes. Su fragmento principal fue descubierto cerca de la localidad
de Yauya (Áncash) por Tello en 1919, quien lo bautizó con dicho nombre. Los
otros fragmentos fueron descubiertos entre los años 1960 y 1990. De estos
fragmentos se infiere una idea cabal de la forma original del monolito. Medía
3 m de alto, 50 cm de ancho y 18 cm de grosor. Sobre sus relieves existen
diversas interpretaciones. Según Tello, se trata de la representación de una
divinidad ictiomorfa o con forma de pez; se basa principalmente en los diseños
que parecen vértebras del espinazo de un pez y escamas estilizadas. Según
Rowe es la imagen de un caimán. Según Federico Kauffmann Doig representa
a un felino volador, interpretando como plumas lo que a Tello le parecieron
escamas.
Cabezas clavas.
Véase también: Cabezas clavas

Cabeza clava. Las cabezas clavas son esculturas líticas que exornaban los
muros de los templos chavines.2
Las cabezas clavas son bultos escultóricos que representan a cabezas de
deidades, hechas en diferentes tamaños. Todas cuentan con una estructura
alargada en su parte posterior, con la que eran insertadas en los muros del
templo principal o castillo de Chavín. En unos casos presentan
rasgos antropomorfos y en otros zoomorfos (felino y ave de rapiña), o bien una
combinación de ambos, al estilo de la figura del lanzón monolítico.
Sobre su función, algunos investigadores afirman que hacían el papel de fieros
guardianes de los templos, o posiblemente ahuyentaban a los malos espíritus.
Según Tello, representan cabezas trofeos de sus enemigos, costumbre muy
arraigada en las zonas selváticas, lo que encajaba en su tesis del origen
selvático de la cultura chavín. Otros estudiosos piensan que podrían ser
retratos de los sacerdotes chavines (en el marco de rituales religiosos en donde
se usaban sustancias alucinógenas, cuyos efectos en los rostros de los
sacerdotes estaría retratado alegóricamente en cada cabeza clava, a manera
de secuencia).

Arquitectura.

Maqueta del sitio arqueológico de Chavín de Huántar.


Chavín de Huántar fue el lugar de origen de la segunda entidad política a gran
escala en los Andes centrales, y esto se debe principalmente a la extensa
arquitectura del sitio16 así como la arquitectura se considera un logro de
ingeniería.17 TEl sitio utiliza arquitectura interna y externa. La arquitectura
interna se refiere a galerías, pasillos, habitaciones, escaleras, conductos de
ventilación y canales de drenaje. La arquitectura externa se refiere a plazas,
montículos de plataforma y terrazas.18 La construcción del "Templo Viejo" tuvo
lugar alrededor del 900 al 500 a. C., y la construcción del "Templo Nuevo", la
estructura que fue construida y agregada al "Templo Viejo", tuvo lugar
alrededor del 500 al 200 a. C. La falta de estructuras residenciales, depósitos
ocupacionales, armamento generalizado y evidencia de almacenamiento hacen
que la arquitectura del sitio sea más interesante, ya que se enfoca
principalmente en los templos y lo que hay dentro de ellos.19
El centro monumental de Chavín de Huántar se construyó en al menos 15
fases conocidas, todas las cuales incorporan los 39 episodios conocidos de
construcción de galerías. La primera etapa de construcción conocida, la etapa
de montículo separado, consistió en edificios separados18 y no se ajustan,
necesariamente, al patrón en forma de U visto en el Período del Horizonte
Inicial y el Período del Horizonte Temprano. Durante la etapa de expansión, la
construcción integró plataformas escalonadas y creó una forma contigua en
forma de U conectando los edificios, que ahora rodean espacios abiertos. En
esta etapa, las galerías están elaboradas en forma y características. Durante la
Etapa Blanco y Negro se construyeron todas las plazas conocidas (Plaza
Mayor, Plaza Menor y Plaza Circular). Cuando la construcción llegó a su fin, las
galerías adquirieron un aspecto más estandarizado.18 Al final del proceso de
crecimiento, los edificios se convierten en plazas con una disposición en forma
de U y un eje este-oeste que biseca el espacio cerrado. El eje también se
intersecta con el Lanzón.16
Se realizaron modificaciones durante todas las etapas de la construcción para
mantener el acceso a la arquitectura interna del sitio.18 La inclusión de un
crecimiento lateral y asimétrico permitió que estos elementos sagrados
permanecieran visibles, incluido el Lanzón.
La Galería del Lanzón se creó a partir de una estructura independiente anterior
que luego se transformó en un espacio interno con techo de piedra al construir
a su alrededor. El Lanzón posiblemente estuvo presente antes del techado, ya
que es probable que el Lanzón sea anterior a la construcción de montículos y
plazas.16 En general, las galerías siguen patrones de construcción, lo que
indica un esfuerzo masivo en diseño y planificación. Mantener estas galerías a
lo largo del tiempo fue importante para los arquitectos.18 Se sabe que las
galerías no tienen ventanas, tienen callejones sin salida, curvas cerradas y
cambios en la altura del piso, todo lo cual fue diseñado para desorientar a la
gente que camina en ellas.20
Se utilizó una combinación de simetría y asimetría en el diseño y planificación
de la construcción del sitio y, de hecho, guió el diseño. Hubo ubicaciones
centradas de escaleras, entradas y patios, todos los cuales fueron
consistentemente prominentes. En las últimas etapas de la construcción,
debido a las limitaciones, el centrado ya no era posible, por lo que los
arquitectos pasaron a construir pares simétricos. Externamente, los edificios
eran asimétricos entre sí.18
Los principales materiales de construcción utilizados fueron cuarcita y arenisca,
granito blanco y piedra caliza negra. En las plataformas principales se utilizó un
curso alternativo de cuarcita, mientras que la piedra arenisca blanca y el granito
blanco se utilizaron indistintamente en la arquitectura, y casi siempre se
cortaron y pulieron. El granito y la piedra caliza con vetas negras fueron las
materias primas utilizadas en casi todo el arte lítico grabado en el sitio. El
granito también se utilizó ampliamente en la construcción de la Plaza Circular. 16
Los montículos de plataforma con caras de piedra en el sitio se hicieron usando
un relleno ordenado de bloques rectangulares de cuarcita en capas niveladas.
Las plataformas se construyeron directamente sobre las piedras de la pared
caídas de construcciones anteriores, ya que hubo poco o ningún intento de
eliminar los escombros.16
Vista frontal del castillo en el sitio arqueológico de Chavín de
Huántar (fotografía de agosto de 2007).

Lengua.
La lengua hablada de los chavín2 no es conocida, pero con seguridad es
una lengua muerta, que como mucho está relacionada con las lenguas
modernas documentadas en la región.21 Algunos antropólogos han sugerido,
que su lengua podría haber estado emparentada con el idioma protoquechua,
razonando que las lenguas quechuas tienen una morfología y una sintaxis
altamente regular comparada con otras lenguas cercanas, lo cual podría haber
sido el resultado de un proceso de criollización o estandarización, al haberse
formado una lingua franca que comunicara la región.22 Aunque existen dudas
sobre esta teoría, Alfredo Torero sitúa el protoquechua en los primeros siglos
del I milenio, que es un período mucho más tardío que los orígenes de la
cultura chavín.
Religión.
El pueblo chavín fue al parecer politeísta. Según Julio C. Tello, la religión
chavín habría tenido influencia amazónica, ya que sus esculturas muestran
seres sobrenaturales, con rasgos felínicos como del jaguar o puma, caimanes,
serpientes y diversas aves andinas como el cóndor y el halcón, o amazónicas
como el águila harpía y la anaconda. El culto chavín se estimuló debido al
progreso técnico alcanzado en la producción agrícola, en el desarrollo textil, en
la pesquería (uso de grandes redes de pesca), en la orfebrería y
la metalurgia del cobre. Estos avances técnicos impulsaron el desarrollo
económico y condujeron a la construcción de muchos centros ceremoniales.
El sitio sagrado de Chavín de Huántar fue indudablemente un punto central
para los rituales religiosos. La vestimenta y la música tenían parte importante
en las ceremonias. La religión chavín tuvo como cabeza principal a una casta
sacerdotal; es probable que existiese la figura de un «gran sacerdote», como
en la jerarquía religiosa incaica.23
Para Julio Cesar Tello, el llamado «dios de los báculos» o «dios felino»,
considerado el principal del panteón chavín, era la más antigua versión de la
imagen de dios Viracocha, que tiempo después aparece difundida en todo el
mundo andino. La más imponente de las representaciones de este dios chavín
aparece en la Estela de Raimondi: tiene una forma antropomorfa en posición
frontal con los brazos extendidos en los cuales sostiene dos báculos, presenta
cabellos en forma de serpientes extendidos y una boca felínica. Pero todo
indica que esta deidad no fue una creación chavín, pues modernos
descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz representaciones de
deidades similares, con colmillos de felino, en diversos sitios cronológicamente
anteriores al santuario de Chavín (como en Sechín Bajo y Huaca de los
Reyes). Sin embargo, es probable que fueran los chavines los que difundieron
su culto por gran parte del mundo andino. Se le ve también presente en el arte
de la cultura paracas, que coincide con la fase final de Chavín. En el Horizonte
Medio ese mismo dios (o tal vez otro con rasgos similares) se halla
representado en el arte tiahuanaco y en el arte huari.
Según una teoría del arqueólogo Richard Burger,24 la religión chavín implicaba
la transformación del ser humano a otro a través del uso de
sustancias alucinógenas. Muchas esculturas representan la transformación de
una cabeza humana a una cabeza de jaguar. El uso de sustancias
alucinógenas para fines religiosos era común según los hallazgos
arqueológicos encontrados. Los sacerdotes chavines utilizaban el cactus de
San Pedro y las semillas de la Anadenanthera, dada sus propiedades
alucinógenas. Son a menudo representadas en las imágenes talladas, por
ejemplo en la estela del portador del cactus se representa un ser antropomorfo
que lleva el cactus en la mano como un báculo.25 Hay imágenes que
representan figuras humanas con fugas de mucosidad de la nariz (un efecto
secundario resultante de la utilización de esos alucinógenos). Las sustancias
psicotrópicas contenidas en las plantas catalizaban en los sacerdotes el estado
de trance, y por lo tanto el estar «más cerca de las divinidades», y otros
beneficios, que les permitió mejorar su visión (dilatación de las pupilas) y
penetrar en las profundidades del templo en la oscuridad absoluta.[cita requerida]
La iconografía de figuras antropomórficas con rasgos de felino, serpientes y de
otros animales es una característica importante de la cultura chavín. Todas
estas deidades son representadas en las diferentes manifestaciones culturales
como en la cerámica, la metalurgia, la textilería y las esculturas en piedra y
hueso.

Iconografía
Al no haberse conservado los relatos míticos de esa lejana época (hacia 1000-
200 a. C.) existe una diversidad de interpretaciones sobre las figuras
representadas en las esculturas chavines. Se habla así de un «dios jaguar»
importado de la selva; otros han visto representaciones estilizadas de caimán,
ave o araña. El arqueólogo Federico Kauffmann Doig ha hecho notar que esas
interpretaciones dispares surgen de la contemplación aislada, fuera del
contexto iconográfico andino del que forma parte Chavín.
Comparando con otras iconografías contemporáneas y posteriores, Federico
Kauffmann Doig sostiene que la divinidad representada en los monolitos de
Chavín es básicamente un ser híbrido: mitad hombre con boca atigrada y mitad
ave de rapiña, al cual ha denominado piscoruna-pumapasim (en quechua:
‘hombre-ave con boca atigrada’). Este «felino volador» estaría relacionado con
el culto al agua, de tanta importancia en las civilizaciones agrícolas del Perú
antiguo.

Galería.

Oro chavín, en el Museo Larco (Lima).


Cabeza de cóndor, en el Museo Nacional de Chavín de Huántar.

Cabeza clava empotrada en uno de los muros del templo de Chavín de


Huántar.
Estela chavín, en el Museo Nacional Chavín
de Huántar.

Estela chavín con la imagen de un ser ornitológico (un ave).


La cultura tihuanaco.

Cultura tiahuanaco
Cultura tiahuanaco
Tiwanaku

Localización geográfica aproximada

Datos

Cronología 1580 a. C. — 1187 d. C.

Localización Centro y sur de los Andes centrales. Partes de los actuales países de Bolivia, Perú y Chile.

[editar datos en Wikidata]

Cultura tiahuanaco (en aimara: Tiwanaku) es la denominación de una cultura


arqueológica que se expandió en los actuales países de Bolivia, Perú y el norte
de Chile entre los años 1500 a. C. y 1187 d. C. Su área de influencia, visible en
objetos con una peculiar iconografía, comprende la cuenca del lago
Titicaca como región nuclear, desde donde se distribuye hacia los valles y
costa del océano Pacífico por el oeste, la región del Chapare por el este y el
oasis de San Pedro de Atacama por el sur. Su capital y principal centro
religioso fue la ciudad de Tiwanaku, ubicada en las riberas del río homónimo,
pocos kilómetros al sur del lago Titicaca, en el actual departamento boliviano
de La Paz. Se cree que Tiahuanaco obtuvo una serie de bienes y recursos de
ecosistemas diferentes al del Titicaca a través del intercambio con diversas
sociedades locales de regiones altiplánicas y vallunas, aunque también
manejaron enclaves poblacionales en zonas como el departamento de
Cochabamba en los valles orientales bolivianos. El sitio de Tiwanaku se
caracteriza por una amplia infraestructura ceremonial que atestigua
pensamiento, difundidos a través de objetos más ligeros
como cerámica y textiles.

Kero tiahuanacota, 400 - 1000.


Precisamente estas dos formas de expresión material son las que encuentran
mayor perfección técnica, siempre sujeta a cambios cronológicos y sobre todo
a variación espacial. SI bien inicialmente se pensó que la cerámica más tosca
de Tiwanaku sería la más tardía o "decadente", el hallazgo en el año 2006 de
más de cuatro centenas de piezas cerámicas de gran perfección y colorido en
la isla de Pariti, en la porción menor del Titicaca, datadas por radiocarbono en
el 1000 d. C., permite discutir esta idea. Así, todavía se discute el significado de
la variedad cerámica de Tiwanaku. Existe una notable variedad entre zonas de
la propia cuenca del Titicaca, por no mencionar los estilos derivados de
Tiwanaku en zonas como Azapa (Chile) o Cochabamba (Bolivia). Tiwanaku
también destacó en el arte textil, con predominio del uso de lana de camélidos
andinos, generando tapices polícromos y estilos propios y originarios como el
gorro de cuatro puntas (ch'uku),12 utilizado por la clase social alta, a principios
del 500 d. C, posteriormente, debido a la influencia tiahuanacota, aparece
en 700 d. C. en el estado wari, estos textiles fueron sumamente complejos
observables en zonas secas como el norte de Chile o el altiplano boliviano
meridional. Usaron ampliamente la tecnología del bronce, destacando su uso
en la arquitectura ceremonial de piedra en forma de grapas de sujeción. Otros
materiales trabajados por Tiwanaku o por regiones sujetas a su influencia
ideológica fueron ornamentos de oro laminado y plata, tallas de madera,
objetos de hueso pirograbado, cestería y cuentas de collar en piedras
semipreciosas, hueso y concha.
El primer europeo en encontrar los restos arqueológicos de Tiwanaku fue el
cronista español Pedro Cieza de León en el siglo XVI. Sin embargo, las visitas
de estudiosos al sitio se dieron mayormente desde el siglo XIX, con personajes
como Alcide D'Orbigny, Ephraim Squier, Charles Weiner, y posteriormente
arqueólogos más formales como Alphonse Bandelier o Max Uhle, ya a
comienzos del siglo XX. Posteriormente, el arqueólogo aficionado Arthur
Posnansky estudió la zona planteando diversas teorías, sumamente
especulativas, sobre los orígenes y desarrollo de Tiwanaku. Durante el siglo XX
destacaron los estudios del estadounidense Wendell Bennett en la década de
1930; el boliviano Carlos Ponce Sanginés entre los años '60 y '80; y los
estadounidenses Alan Kolata, David Broman y Marc Bermann, así como los
bolivianos Juan Albarracín-Jordán y Sonia Alconini, en los años 1990. En el
presente siglo destacan los aportes de los estadounidenses John Janusek,
Charles Stanish, Nicole Couture, Deborah Blom y Alexei Vranich; el finlandés
Antti Korpisaari; y los bolivianos Javier Escalante, Claudia Rivera, Jédu
Sagárnaga y Juan Villanueva.

Ubicación geográfica
La cultura tiahuanaco, de origen Uru-Puquina,3 se desarrolló a orillas del lago
Titicaca. Según el arqueólogo Carlos Ponce Sanginés, surgió entre el año 1580
a. C. y se prolongó hasta el año 1187 d. C. El centro principal de esta cultura
estuvo ubicado a una altitud de 3842 msnm. Por su carácter expansivo,
Tiahuanaco abarcó parte de los territorios actuales de Bolivia y Perú.
Cronología.

Zona arqueológica de Tiwanaku. Cronología.


Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área sur andina del Lago Titicaca;
por tanto, la periodización evolutiva tuvo distintas teorías y postulados que han
ido variando a través de la historia. En un principio Wendell Bennett dividió
Tiahuanaco en tres periodos: temprano, clásico y decadente. Esta división
cronológica fue replanteada con estudios posteriores. Basándose en la división
de Benett, Wallace definió al periodo tiahuanacota temprano como cultura Keya
o Qeya.4
Posteriormente Ponce Sanginés propuso una cronología en cinco fases; las
dos primeras anteceden al periodo temprano que había planteado Benett y
corresponden al periodo formativo tardío de América, posteriormente
denominado periodo aldeano.4Aunque, según algunos estudios, sugieren que
el inicio de la ciudad tiahuanacota fue más tardío: entre 400 a. C. y colapsó
alrededor del año 900 o 1200 d. C.5678
La forma en la que Carlos Ponce Sanginés, relata los períodos tiahuanacotas,
están basados en estudios tipográficos, radiocarbónicos y estilísticos, de unas
33 piezas cerámicas y expresiones artísticas tiahuanacotas, piezas extraídas
de los pozos en los que trabajó (principalmente Kalasasaya y alrededores),
piezas que según la datación mediante la técnica del carbono 14, dan una
variabilidad de entre 1600-1500 a. C.9
En el año 1967, la CIAT (Centro de Investigaciones Arqueológicas de
Tiwanaku) realizó un proyecto de colección de especímenes de flechas
de obsidiana de la cultura tiahuanaco, en las cuales se recolectaron 414
muestras, (64 perdidas), de las cuales, según la datación de artefactos de
obsidiana, presentaban una cronología similar a la de los fechados
radiocarbónicos, siendo el ejemplar 179 concerniente al año 1250 a.n.e.10
La cultura tiahuanaco fue iniciada aproximadamente en 1500 a. C. (época
aldeana), como una pequeña área con vestigios de arte en cerámica y técnicas
agrícolas, las primeras construcciones de piedra y tallados se forjaron cuando
la aldea creció a proporciones grandes entre el 374 y el 900 d. C, consiguiendo
un importante poder regional en el Altiplano o Meseta del Collao. En su máxima
extensión (900-1200) d.C., ya convertido en ciudad cubría aproximadamente 6
km², y tuvo un máximo de 40 000 habitantes.
Colapsó repentinamente aproximadamente en el año 1200. La ciudad fue
abandonada y su estilo artístico se desvaneció (se perdió o desapareció).

Antecedentes.

Monolito Ponce, denominado así en homenaje al arqueólogo boliviano Carlos


Ponce Sanginés, uno de los principales estudiosos de la cultura tiahuanacota.
Los comienzos tiahuanacotas (horizonte formativo entre 1500 a. C. 100 d. C.),
corresponden a un periodo aldeano en el que comparte el altiplano con otras
dos culturas geográficamente cercanas: Wankarani (1.100 a. C.)
y Chiripa (1500 a. C. - 100 a. C.). Entre ambas, destaca la cultura Chiripa, por
haber mantenido una fuerza creativa importante y de acuerdo a las
investigaciones arqueológicas, fue la precursora directa de Tiahuanaco.
Chiripa, es una de las culturas más antiguas de la región andina, cuyos restos
aparecen desde la península de Taraco por el sur, hasta Santiago de Huata por
el norte, incluso en la Península de Copacabana, en las riberas del Lago
Titicaca, Bolivia. Según los últimos estudios que se han realizado en la
península de Taraco, se le ha asignado a la cultura Chiripa tres fases:

Chiripa Temprano: 1500 a.C. - 1000 a. C.

Chiripa Medio: 1000 a.C. - 800 a. C.

Chiripa Tardío: 800 a.C. - 100 a. C.


El Periodo principal de esta cultura se puede situar, según las muestras radio
carbónicas entre los años 591-116 a. C. y 31 d. C. Según esta cronología la
cultura Chiripa en su fase más importante (tardía), es contemporánea a la
época I de Tiahuanaco y Fomativo tardío de Pukará.
Chiripa originó lineamientos en arquitectura (templetes semisubterráneos),
diseños iconográficos (tradición Yaya-mama), posteriormente replicados y
reconocibles en Tiahuanaco y en Pukará, lo que indica que las principales
realizaciones de Tiahuanaco fueron iniciadas por los chiripenses.

Extensión Norte a Sur de la Cultura Pukara y Tiwanaku.


La cultura Pukará se desarrolló en el sector nor-occidental de la cuenca
del Lago Titicaca, y tuvo como centro al sitio de Pukará de donde justamente
deriva el nombre dado a la cultura que, según los especialistas de la región
(Tantaleán, etc.) tuvo dos fases de desarrollo dentro del período llamado
Formativo: Formativo Medio (1400 a 550 a.C), y Formativo Tardío (550 a.C. a
400 d.C.). Desarrollaron, especialmente en la segunda fase, una escultura y
una cerámica vigorosas muy particulares (esta última posee excelente cocción,
gran acabado superficial, y bellas formas y decoraciones), sobre todo con
propósitos religiosos según se puede notar.11
Durante el período conocido como Formativo Tardío, Pukará –formación social
de la cuenca norte del Titikaka– produjo una estatuaria lítica cualitativa y
cuantitativamente importante. Siempre se ha dicho que cuando
los incas llegaron a Tiwanaku, ya en ruinas para entonces, quedaron
maravillados y lo tomaron como un lugar sagrado. Parece que similar cosa
ocurrió siglos antes cuando fueron los tiahuanacotas los que posiblemente se
maravillaron ante Pukará. Por eso, una vez ocupados los asentamientos
pukará por gente de Tiwanaku, es probable que los mandatarios de esta
formación social hubiesen tomado al sitio de Pukará como un lugar sagrado, y
hasta tal vez lo asumieron como su paqarina o lugar de origen, como un
imaginario. Copiaron su modelo arquitectónico y lo trasladaron a su capital en
el valle de Tiwanaku, en la cuenca Sur. Es posible que en ese momento, las
esculturas de Pukará se hubiesen convertido en objetos de gran valor religioso
y ritual, siendo su posesión símbolo de poder y prestigio.12
Este masivo traslado de esculturas desde la cuenca Norte del lago, hacia la
capital estatal de Tiwanaku, hay que entenderlo –por tanto– como un gran
Proyecto de Estado promovido por las élites dirigentes y ejecutado por
contingentes humanos dirigidos por los sabios de la época que bien podrían
llamarse ingenieros. Hay que añadir, que no solo las esculturas de Pukará
fueron objeto de veneración y apetencia durante la época clásica de Tiwanaku.
También lo fueron esculturas del Formativo Medio que han sido encontradas
entre sus ruinas. El caso más claro y mejor documentado se refiere al llamado
“monolito barbado” o estela 15 que en las excavaciones que Bennett practicó
en el templete semisubterráneo en 1932, apareció junto al gigante monolito
llamado precisamente “Bennett” o estela 10.
La colección que se posee de esculturas pukará en Tiwanaku, debe proceder
de distintos asentamientos de la esfera Pukará, procedente de una época
anterior al desarrollo de Tiwanaku.13 Siglos después Tiwanaku, al parecer,
también incorporó en su culto, y para el mantenimiento de su hegemonía,
estrategias similares a las de Pukará. Un ejemplo notable de ello serían los
llamados “chachapumas”, aparentemente sacerdotes con el rostro cubierto por
una máscara felínica que sacrificaban individuos cortándoles la cabeza. Un
singular estilo escultórico de esta cultura nos sirve hoy de testigo de aquello.
Período Aldeano: épocas I y II 1580 a. C. - 45 d. C.

Restos de edificios de la primera época.


En este periodo el sitio de Tiwanaku estaba ocupado por una pequeña aldea
con casas rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto
circular, posiblemente destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los
muros de adobe; pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han
encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental, ni tampoco hay
indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban
directamente en cestas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se
practicaba la deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo
de papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se
conoce como chuño; así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos
decisivos fue la domesticación de la llama, lo que permitió el pastoreo;
formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana
fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento.
Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas
de obsidiana, tan características de la cultura Wankarani. Se traía
la sodalita para la manufactura de cuentas que utilizaban como ornamento;
también se traía helio basalto de las canteras de Querimita. Se conocía
el cinabrio, cuyo color rojo se utilizaba en los enterramientos. Se trabajaba el
cobre incluyendo el vaciado. Asimismo se trabajaban el oro y la plata. En el
periodo aldeano hay dos tipos de cerámica; uno de ellos —que tiene similitud
con la Pucara— es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo
castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica;
algunas presentan un felino con el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de
frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y
algunas de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica (figura
humana).
Urbano: Épocas III y IV 45 d. C. - 700 d. C.
En el siglo II, Tiahuanaco dejó de ser la aldea concentrada de los primeros
tiempos para convertirse en una gran urbe ceremonial que tiene dos centros
dominantes: el conjunto de Akapana con los edificios que la rodean y el Puma
Punko situado al suroeste de Akapana. Ambos muestran la estructura doble de
Tiwanaku, que evidencia la visión propia de la sociedad andina, división que
pervive hasta la llegada de los españoles y aun después. Todas las urbes
andinas, incluyendo Cuzco, se dividían en dos: Anan (los de arriba) y Urin (los
de abajo).
Se desarrolla un estilo alfarero realista y único, que influenciaría a otras
culturas como la wari.
Este estilo se caracteriza por el uso del zig-zag y las formas geométricas, se
emplea las formas antropomorfas y la representación de la fauna nativa al
estilo tiahuanaco, se plasma la creencia y religión de tiahuanaco en sus
esculturas y cerámicas.

Alfarería estilos Tiawanaku. Museo de La Plata

Imperial: Época V 700 d. C. - 1187 d. C.


En el siglo VIII, Tiahuanaco se expande sobre la base de los enclaves
preexistentes, tanto en la costa como en los valles interandinos; así mismo,
extiende su influencia sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión territorial se
argumenta que fue posible gracias a diversas estrategias como la
«verticalidad»,nota 1 el control directo de la actividad agrícola y una economía
basada en la producción e intercambio de bienes de prestigio de corte
religioso.15 La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y
elementos tiahuanacotas, que aparece en la cerámica y los textiles de todo el
ámbito conquistado. Esta expansión llegaría hasta el norte de Chile (San Pedro
de Atacama), deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el
oeste hasta Cerro Baúl, en la moderna Moquegua, donde entran en contacto
con el imperio huari, con el que se relaciona económicamente e
ideológicamente. Ante la caída del imperio huari en el siglo X, Tiahuanaco
también entra en decadencia, sucede una grave crisis política y social, debido a
las malas cosechas realizadas acarreadas por las sequías del lago titicaca.16
En el siglo XII se da una cruenta guerra civil,1716 debido a esto el colapso es
inevitable y la región del imperio de tiahuanaco queda fragmentada en estados
regionales aimaras entre los que se destacan el reino colla, el reino lupaca y el
reino pacajes.
Organización política.
La política de Tiahuanaco fue de tipo teocrático, es decir que no utilizó la fuerza
militar en sus conquistas territoriales. Hacia los años 400 y 500 d. C. los
tiahuanacotas refuerzan su poder religioso concentrando el culto en la ciudad
de Tiahuanaco, ampliando su dominio territorial hacia la costa por occidente y
el bosque tropical por el oriente.18

Economía.
La economía tiahuanacota se basó en actividades agrícolas, ganaderas y
artesanales. Tuvieron enclaves agrícolas en las yungas marítimas y fluviales,
además de los valles interandinos y la puna. Aunque se tiene evidencia del
manejo intensivo de la agricultura, no hay estimaciones consensuadas de la
cantidad de su producción.18
La acumulación de la riqueza se dio a través de las cabezas de ganado. Las
evidencias muestran que las élites tiahuanacotas manejaron grandes rebaños
de camélidos que sirvieron para la confección de textiles de gran calidad, como
lo demuestran los descubrimientos en la costa sur. Sus tapices polícromos
fueron una demostración de prestigio y poder de las élites. La élite
tiahuanacota al manejar grandes rebaños, también manejaron el transporte
comercial de la hoja de coca y el maíz que viajaban desde las zonas cálidas
hasta el centro ceremonial de Tiwanaku.18

Religión.

La puerta del sol, se observa la deidad de los báculos tallada en altorrelieve.


El denominado "Dios Wiracocha o del Báculo" fue el dios principal de los
tiahuanacotas, este representa a un dios celestial y según algunas hipótesis,
esta deidad podría ser el mismo Tunupa de los posteriores reinos aimaras, o
el Wiracocha de los tardíos incas.18
Históricamente la deidad de los báculos es adorada en la meseta del
Collao desde tiempos anteriores a los tiahuanacotas y aparece tardíamente en
los wari.18
Iconográficamente, la representación mejor lograda y conservada del Dios de
las Varas se encuentra en la Puerta del sol, en donde la deidad aparece en
posición central rodeada de seres alados.18
Se tiene evidencia arqueológica, que indican que los tihuanacotas habrían
adorado a una deidad exclusiva de esta cultura, esta deidad sería el
"Chachapuma", una deidad con características peculiares, siendo la
representación de una persona con una mascará de felino con una nariz
alargada en referencia al uso de alucinógenos, con un hacha en una mano y
una cabeza trofeo en la otra, esta deidad era adorada como "el sacrificador",
representada en esculturas y k'eros, esta deidad gozaba de relevancia en la
vida de los tiahuanacotas, al cumplir también el rol de protector de sus templos
de importancia, esta deidad sería de influencia para la construcción de "el
degollador" de Pucará.19
Los monolitos de tiahuanaco, realizados con bajorrelieves que representaban a
sus deidades, en estos qalawawas o monolitos se puede distinguir a las
deidades tiahuanacotas de Amaru y Mallku, estas deidades, que en mayoría
cumplían un rol acuatíco y agricultor, posteriormente fueron heredadas por
los señoríos aymaras y los Incas.
Se tiene evidencia que los ritos tiahuanacotas fueron de mucha complejidad y
asociados al consumo de sustancias alucinógenas. Las sustancias utilizadas,
además de las hojas de coca, fueron las semillas de huilca (Anadenanthera
colubrina) o el parica (Anadenanthera peregrina) y eran consumidas
en tabletas; las tabletas fueron representadas en las esculturas tiahuanacotas
como el monolito de Bennet y de Ponce, además de haber sido encontradas en
las tumbas de Tiahuanaco y San Pedro de Atacama. Aparentemente estos
alucinógenos se conseguían en enclaves tiahuanacotas en el chapare y eran
consumidas tanto por los sacerdotes como por seres humanos sacrificados. 18
Sacrificios.
En excavaciones realizadas en el sitio arqueológico de Akapana se han
encontrado materiales como ofrendas, alfarería, fragmentos de cobre, huesos
de camélidos y entierros humanos. Estos objetos fueron encontrados en el
primer y segundo nivel de la pirámide de Akapana y la cerámica adjunta
corresponde a la fase III de los tiahuanacotas.20
En la base del primer nivel de Akapana se hallaron hombres y niños
desmembrados a los cuales les faltaba el cráneo; estos restos humanos
estaban acompañados de camélidos desarticulados además de cerámica. En el
segundo nivel se encontró un torso humano completamente desarticulado. En
total se encontraron 10 entierros humanos, de los cuales 9 eran varones. Estos
sacrificios corresponden, aparentemente, a ofrendas dedicadas a la
construcción de la pirámide.20
Ciudades tiahuanacotas
Durante el periodo urbano (fases III y IV), la cultura tiahuanacota desarrolló
importantes centros urbanos e incluso se expandió fuera del valle de Tiwanaku:
Khonkho Wankane en el valle inmediato al sur, Lukurmata y Pajchiri al norte de
Tiwanaku, y Ojje en la península de Copacabana son 4 ciudades que cuentan
con plataformas aterrazadas, patios hundidos y monolitos. Además existieron
un número todavía no calculado de enclaves fuera de la meseta del Collao,
sólo en el sur del Perú (departamentos de Tacna y Moquegua) en el año 2000
se contabilizaron 20 enclaves permanentes atribuidos a la cultura tiahuanaco.

Ciudades y sitios arqueológicos Tiahuanacotas

Tiwanaku.

Tiwanaku: Centro espiritual y político de la cultura Tiwanaku

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Templo semisubterraneo de Kalasasaya, dentro del complejo arqueológico de Tiwanaku.

Artículo principal: Tiwanaku


Es el principal centro religioso y urbano de los tiahuanacotas, según Lumbreras
fue un foco de peregrinación con influencia en todos los andes centrales, fue el
principal símbolo del poder religioso y político. Actualmente se ubica en las
riberas del río Tiwanaku (afluente del lago Titicaca), al sur de la ciudad de La
Paz. La ciudad se ubica en el área denominada altiplano boliviano a
3840 msnm. nos damos cuenta el templo esta hecho de expresiones artísticas
de los tiempos a.C.
Actualmente se sabe que la ciudad y sus principales edificios se construyeron
en diferentes fases aunque el orden en el que fueron construidas sus
estructuras todavía no está clara. Todos los monumentos constructivos de la
ciudad de Tiwanaku tienen una rigurosa planificación y tecnologías
constructivas innovadoras para la época. Esta ciudad se caracteriza por las
plataformas, patios hundidos y pirámides escalonadas.
En la ciudad destacan la pirámide de Akapana, el Puma Punku, Kalasasaya,
templete semisubterráneo, Kori Kala y Putuni, aunque también tiene
construcciones menores como Chunchukala, Laka Kollu y la Karana.
Algunas obras maestras de la escultura tiahuanacota en la ciudad de Tiwanaku
lo componen la Puerta del Sol, los monolitos de Ponce, Fraile y Bennett, las
cabezas clavas y algunas estelas.
Khonkho Wankane.
Artículo principal: Khonkho Wankane

Mapa de ubicación de las ciudades tiahuanacotas de Ojje, Lukurmata, Pajchiri y Khonkho Wankane.

Khonkho Wankane (o Khonkho Wankani) es un centro administrativo


tiahuanacota que se encuentra en una formación aluvial del valle del río
Desaguadero por debajo de las faldas de la cordillera de Chilla-Kimsachata, a
unos 25 kilómetros directamente al sur de Tiwanaku.
El sitio ocupa una porción de la pampa Machaca cercano a la comunidad de
Qhunqhu Liquiliqui (municipio de Jesús de Machaca, en el departamento de La
Paz) entre las estribaciones de la cordillera y el río Bravo o Jach'a Jawira,
afluente sur del río Desaguadero.
Se aprecian dos montículos rodeados por varios montículos más pequeños. El
montículo principal Wankane consiste en una plataforma artificial que se ha
planteado sobre una loma natural. Estos montículos fueron habitados
probablemente desde el 200 a. C. hasta tiempos de los señoríos Pacajes
(1470 d. C.). Sin embargo las construcciones habitacionales que transformaron
la fisonomía del montículo fueron realizadas por los pobladores tihuanacotas
(formativo tardío), quizá entre los años 200 a 400 d. C. En este periodo los
pobladores de Wankane hicieron profundas transformaciones del tipo de
organización social, de sus ideales, valores, hábitos y visión de su futuro.
Las habitaciones son de tipo trapezoidal, con una estructura circular y patios
rectangulares construidas de piedra y arcilla. En el centro del asentamiento se
descubrió la construcción de un canal subterráneo, trabajado con piedras
angulares en las paredes y largos bloques transversalmente dispuestos a modo
de techo. Las dimensiones de este interesante ducto es de: 55 centímetros de
ancho en la base, 45 cm a la altura del techo, 70 cm de la base al techo y
sobrepasan los cien metros de largo que se dirigen hacia el sur del montículo.
En el lugar se encuentran cinco monolitos: el Wila Kala (piedra roja) erigido en
la ladera Sureste, Jinchun Kala (piedra con orejas) parado al Sur, los dos
bloques parados en la ladera Oeste y el Tata Kala que se halla tendido en la
parte central del montículo y es la estela de mayor tamaño con una longitud de
aproximadamente 5,20 metros. Asimismo, disperso en toda la superficie se
hallan fragmentos de materiales antiguos de naturaleza cerámica, ósea, lítica,
que ahora se los puede observar en el Museo A. Portugal que se encuentra en
el centro poblado de Qhunqhu Liquiliqui.
Conchamarca.
Localizada en el valle de Yaco, provincia de Loayza en el departamento de La
Paz, está compuesta por una fortaleza y dos caminos tallados en roca.
Pajchiri y Lukurmata.
Pajchiri y Lukurmata, aparte de Tiwanaku, son las ciudades tiahuanacotas más
estudiadas en Bolivia. Ambas ciudades están ubicadas en el valle norte
inmediato a la ciudad de Tiwanaku (Pampa Koani), correspondiente al río
Katari. Pajchiri y Lukurmata distan apenas 8 kilómetros la una de la otra y
destacan por el gran número de camellones creados por la cultura tiahuanacota
para intensificar la agricultura a 3800 msnm.
Ojje
Se encuentra ubicada en el extremo sur de la península de Copacabana, desde
esta zona se domina el archipiélago de Wiñaymarka (Islas de Anapia y
Yusipiqui) y presenta terrazas de cultivo (andenes) de factura tiahuanacota.
Otros,
Otras áreas arqueológicas vinculadas a la cultura tiahuanaco fueron:

• Pampa Koani (La Paz - Bolivia).


• Omo (Moquegua - Perú).
• San Pedro de Atacama (Antofagasta -
Chile).
• Humahuaca (Jujuy-Argentina)
Los descubrimientos de Pariti.

Cerámica escultórica descubierta en la isla de Pariti.


Pariti es una isla ubicada en el segmento del lago Titicaca denominado Lago
Menor o Huiñaymarca, y que forma parte del departamento de La Paz en
Bolivia.21El 11 de agosto de 2004 dos arqueólogos, el boliviano Jedú
Sagárnaga y el finlandés Antii Korpisaari,22descubrieron más de un centenar de
piezas de cerámica de inusitado perfeccionalismo y colorido. Los
descubrimientos de la isla de Pariti fueron fechados entre el 900 y el 1050 d. C.
Hasta antes de este descubrimiento, en la cerámica tiahuanacota primaba el
color ocre y las representaciones iconográficas simbólicas, en cambio en Pariti
se descubrieron cerámicas escultóricas (huacos retratos) de gran perfección y
realismo, además de una utilización realista del color en sus decorados. 23En las
representaciones destacan los pumas, cóndores, rostros y seres humanos,
además de personajes mitad animales y mitad humanos.22
De todas las muestras sobresale en perfección la denominada "Señor de los
patos",21que representa a un anciano llevando un pato en uno de sus brazos.
La cerámica descubierta en Pariti es custodiada en el Centro artesanal de la
isla de Pariti, en el cual se exponen 368 piezas de cerámica recuperada. 24

Decadencia.
La decadencia política y religiosa de Tiahuanaco ocurrió entre el 950, 1000 y
1100 d. C.25La evidencia en el valle de Azapa (Chile) da cuenta de que los
sitios de la élite tiahuanacota fueron destruidos sangrientamente, se
observaron tumbas arrasadas y cuerpos que fueron profanados y
despedazados. En Moquegua, también se observaron sitios tiahuanacotas
destruidos violentamente, aunque en el caso de Moquegua también existe la
hipótesis de una destrucción por la invasión del estado huari (hipótesis
planteada por Moseley en 1991).25
En el caso del altiplano, la pérdida del poder se da de manera menos violenta,
esto evidenciado por la continuidad de los estilos alfareros tiahuanacotas
alrededor del Titicaca, así como la continuidad de las tradiciones funerarias y
cotidianas; lo que hace pensar que el estado Tiahuanaco primero perdió su
poder en la periferia (casos de Azapa y Moquegua) y luego en el altiplano.
Según Pärssinen la pérdida del poder hizo vulnerables a las colonias a los
ataques de etnias locales.25
En el siglo XI, la capital de Tiahuanaco fue abandonada y empezaron a
aparecer varios asentamientos menores en toda la meseta del Collao. El inicio
de estos asentamientos menores empieza a aparecer hacia el año 900 d. C.
pero a la par los sitios tiahuanacotas (Pajchiri, Khonkho, Lukurmata) continúan
siendo habitados. Antes de eso, la ciudad de Tiahuanaco concentraba una
población que se estima entre 25 000 y 50 000 habitantes25y la evidencia
arqueológica de conjuntos habitacionales fuera de la ciudad es escasa. Al
parecer ante la pérdida del poder político, grupos poblacionales decidieron
emigrar de la ciudad y agruparse en poblaciones independientes por toda la
meseta del Collao. El incremento de poblaciones pequeñas se incrementa en
función al abandono de la ciudad de Tiahuanaco, en un proceso que termina
con el abandono total de la ciudad y la pérdida absoluta del poder periférico.25
Los estilos alfareros del Collao nos revelan otros aspectos de la decadencia de
Tiahuanaco, aunque todavía son escasos los estudios radiocarbónicos en la
mayoría de asentamientos en el valle de Tiahuanaco, para poder determinar
con exactitud los asentamientos de la fase V de Tiahuanaco y los pueblos
fundados post-Tiahuanaco. Esta problemática en los estudios de la civilización
tiahuanacota hace que muchos autores fijen el ocaso de Tiahuanaco en los
años 1150 o 1200 (Bermann, Mujica, Ponce Sanginés y Janusek). 25
En el caso de la alfarería, la desaparición del estilo tiahuanacota es gradual,
por lo menos así lo demuestran estudios hechos en las áreas de Machaca y
Caquiaviri, esta última posterior capital de Pacajes.
El colapso tiahuanacota en Machaca.
El área de Machaca fue habitada por Tiahuanaco de manera temprana, se
encontraron llorones de tradición «Yaya Mama» (presentes desde la época de
la cultura Chiripa); algunos autores afirman que los monolitos y construcciones
en Machaca se iniciaron en la fase III de Tiahuanaco. Sin embargo, el estilo
alfarero de Tihuanaco en su fase V pervive en Machaca hasta periodos post-
tiahuanacotas. Al respecto, en el año 1955 Rigoberto Paredes, recogió
tradiciones orales de Machaca en las que afirmaban que un cataclismo había
acabado con Tiahuanaco y que sus sacerdotes y líderes decidieron trasladarse
hasta la zona de Machaca cargando sus ídolos. En este caso la evidencia
arqueológica coincide con la tradición oral; las excavaciones en Khonkho y
Kjula Marca, nos revelan construcciones del periodo pre-clásico de Tiahuanaco
(45 d. C.) pero cerámica del periodo V (700 al 1100 d. C.). Al mismo tiempo, las
excavaciones de Kjula Marca, revelan que la mayoría de asentamientos en esa
región fue fundada posterior a Tiahuanaco e incluso durante la época Inca, esto
se explica porqué antes del ocaso de Tiahuanaco casi toda la población
colindante se concentraba en la ciudad, luego de la decadencia de Tiahuanaco,
la zona de Machaca fue llenándose de pueblos pequeños.25
Decadencia agrícola.
Por intermedio de los datos recopilados por Adams (1997),26 otro aspecto que
podría haber implicado en la decadencia de Tiahuanaco es que su agricultura
se vio fuertemente afectada por las constantes crecidas y desbordes del lago
Titicaca, producto de las consecuencias del Fenómeno de Niño. Evento
climático cíclico que genera un cambio de las aguas frías de Océano Pacífico
por aguas más cálidas desplazando a la zona continental fuertes tormentas con
lluvias torrenciales.
Debido a las condiciones geográficas de la zona, los sistemas de irrigación
artificial eran de las únicas posibilidades de hacer productiva la tierra. Esto
implicaría el uso de acequias que eran zanjas o canales a cielo abierto que
cumplían la doble función de irrigar la tierra y crear una especie de neblina que
protegía a las plantas de las heladas.
El uso excesivo de estos sistemas de irrigación habría provocado una gran
salinidad de los suelos dejando a la tierra no apta para la agricultura, lo que
generó la posibilidad del abandono de los habitantes de la zona buscando
nuevas tierras fértiles y en consecuencia, la desaparición de la ciudad.
El colapso tiahuanacota en Caquiaviri.
Las investigaciones en la zona de Caquiaviri demuestran que durante el
periodo tiahuanacota, sólo existieron construcciones en las orillas del río
Desaguadero, en Nazacara y en el cerro Chicha; el resto del área se
encontraba libre de evidencias arqueológicas tiahuanacotas. En el caso del
cerro Chicha, existió un adoratorio con evidencias de haber sido utilizado por
Tiahuanaco, Pacajes e Incas.25
Caquiaviri, durante el periodo de Tiahuanaco, tenía una población escasa y con
la progresiva decadencia de los tiahuanacotas, la población en Caquiaviri
aumentó a 30 llajtas, en donde el estilo cerámico de Tiahuanaco ya no era
puro, si no que denotaba un periodo de transición. Esto quiere decir que con la
decadencia de Tiahuanaco se inició un periodo migratorio desde el centro de la
ciudad hacia las periferias.25

Galería.

Coordenadas: 16°33′24″S 68°40′26″O (mapa)


Cultura tiahuanaco
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Cultura tiahuanaco
Tiwanaku

Localización geográfica aproximada

Datos

Cronología 1580 a. C. — 1187 d. C.

Localización Centro y sur de los Andes centrales. Partes de los


actuales países de Bolivia, Perú y Chile.

[editar datos en Wikidata]

Cultura tiahuanaco (en aimara: Tiwanaku) es la denominación de una cultura


arqueológica que se expandió en los actuales países de Bolivia, Perú y el norte
de Chile entre los años 1500 a. C. y 1187 d. C. Su área de influencia, visible en
objetos con una peculiar iconografía, comprende la cuenca del lago
Titicaca como región nuclear, desde donde se distribuye hacia los valles y
costa del océano Pacífico por el oeste, la región del Chapare por el este y el
oasis de San Pedro de Atacama por el sur. Su capital y principal centro
religioso fue la ciudad de Tiwanaku, ubicada en las riberas del río homónimo,
pocos kilómetros al sur del lago Titicaca, en el actual departamento boliviano
de La Paz. Se cree que Tiahuanaco obtuvo una serie de bienes y recursos de
ecosistemas diferentes al del Titicaca a través del intercambio con diversas
sociedades locales de regiones altiplánicas y vallunas, aunque también
manejaron enclaves poblacionales en zonas como el departamento de
Cochabamba en los valles orientales bolivianos. El sitio de Tiwanaku se
caracteriza por una amplia infraestructura ceremonial que atestigua
pensamiento, difundidos a través de objetos más ligeros
como cerámica y textiles.

Kero tiahuanacota, 400 - 1000.

Precisamente estas dos formas de expresión material son las que encuentran
mayor perfección técnica, siempre sujeta a cambios cronológicos y sobre todo
a variación espacial. SI bien inicialmente se pensó que la cerámica más tosca
de Tiwanaku sería la más tardía o "decadente", el hallazgo en el año 2006 de
más de cuatro centenas de piezas cerámicas de gran perfección y colorido en
la isla de Pariti, en la porción menor del Titicaca, datadas por radiocarbono en
el 1000 d. C., permite discutir esta idea. Así, todavía se discute el significado de
la variedad cerámica de Tiwanaku. Existe una notable variedad entre zonas de
la propia cuenca del Titicaca, por no mencionar los estilos derivados de
Tiwanaku en zonas como Azapa (Chile) o Cochabamba (Bolivia). Tiwanaku
también destacó en el arte textil, con predominio del uso de lana de camélidos
andinos, generando tapices polícromos y estilos propios y originarios como el
gorro de cuatro puntas (ch'uku),12 utilizado por la clase social alta, a principios
del 500 d. C, posteriormente, debido a la influencia tiahuanacota, aparece
en 700 d. C. en el estado wari, estos textiles fueron sumamente complejos
observables en zonas secas como el norte de Chile o el altiplano boliviano
meridional. Usaron ampliamente la tecnología del bronce, destacando su uso
en la arquitectura ceremonial de piedra en forma de grapas de sujeción. Otros
materiales trabajados por Tiwanaku o por regiones sujetas a su influencia
ideológica fueron ornamentos de oro laminado y plata, tallas de madera,
objetos de hueso pirograbado, cestería y cuentas de collar en piedras
semipreciosas, hueso y concha.
El primer europeo en encontrar los restos arqueológicos de Tiwanaku fue el
cronista español Pedro Cieza de León en el siglo XVI. Sin embargo, las visitas
de estudiosos al sitio se dieron mayormente desde el siglo XIX, con personajes
como Alcide D'Orbigny, Ephraim Squier, Charles Weiner, y posteriormente
arqueólogos más formales como Alphonse Bandelier o Max Uhle, ya a
comienzos del siglo XX. Posteriormente, el arqueólogo aficionado Arthur
Posnansky estudió la zona planteando diversas teorías, sumamente
especulativas, sobre los orígenes y desarrollo de Tiwanaku. Durante el siglo XX
destacaron los estudios del estadounidense Wendell Bennett en la década de
1930; el boliviano Carlos Ponce Sanginés entre los años '60 y '80; y los
estadounidenses Alan Kolata, David Broman y Marc Bermann, así como los
bolivianos Juan Albarracín-Jordán y Sonia Alconini, en los años 1990. En el
presente siglo destacan los aportes de los estadounidenses John Janusek,
Charles Stanish, Nicole Couture, Deborah Blom y Alexei Vranich; el finlandés
Antti Korpisaari; y los bolivianos Javier Escalante, Claudia Rivera, Jédu
Sagárnaga y Juan Villanueva.

Índice

• 1Ubicación geográfica
• 2Cronología
o 2.1Antecedentes
o 2.2Período Aldeano: épocas I y II 1580 a. C.
- 45 d. C.
o 2.3Urbano: Épocas III y IV 45 d. C. - 700 d.
C.
o 2.4Imperial: Época V 700 d. C. - 1187 d. C.
• 3Organización política
• 4Economía
• 5Religión
o 5.1Sacrificios
• 6Ciudades tiahuanacotas
o 6.1Tiwanaku
o 6.2Khonkho Wankane
o 6.3Conchamarca
o 6.4Pajchiri y Lukurmata
o 6.5Ojje
o 6.6Otros
• 7Los descubrimientos de Pariti
• 8Decadencia
o 8.1El colapso tiahuanacota en Machaca
o 8.2Decadencia agrícola
o 8.3El colapso tiahuanacota en Caquiaviri
• 9Galería
• 10Véase también
• 11Notas
• 12Referencias
• 13Bibliografía

Ubicación geográfica[editar]
La cultura tiahuanaco, de origen Uru-Puquina,3 se desarrolló a orillas del lago
Titicaca. Según el arqueólogo Carlos Ponce Sanginés, surgió entre el año 1580
a. C. y se prolongó hasta el año 1187 d. C. El centro principal de esta cultura
estuvo ubicado a una altitud de 3842 msnm. Por su carácter expansivo,
Tiahuanaco abarcó parte de los territorios actuales de Bolivia y Perú.

Cronología[editar]
Zona arqueológica de Tiwanaku. Cronología.

Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área sur andina del Lago Titicaca;
por tanto, la periodización evolutiva tuvo distintas teorías y postulados que han
ido variando a través de la historia. En un principio Wendell Bennett dividió
Tiahuanaco en tres periodos: temprano, clásico y decadente. Esta división
cronológica fue replanteada con estudios posteriores. Basándose en la división
de Benett, Wallace definió al periodo tiahuanacota temprano como cultura Keya
o Qeya.4
Posteriormente Ponce Sanginés propuso una cronología en cinco fases; las
dos primeras anteceden al periodo temprano que había planteado Benett y
corresponden al periodo formativo tardío de América, posteriormente
denominado periodo aldeano.4Aunque, según algunos estudios, sugieren que
el inicio de la ciudad tiahuanacota fue más tardío: entre 400 a. C. y colapsó
alrededor del año 900 o 1200 d. C.5678
La forma en la que Carlos Ponce Sanginés, relata los períodos tiahuanacotas,
están basados en estudios tipográficos, radiocarbónicos y estilísticos, de unas
33 piezas cerámicas y expresiones artísticas tiahuanacotas, piezas extraídas
de los pozos en los que trabajó (principalmente Kalasasaya y alrededores),
piezas que según la datación mediante la técnica del carbono 14, dan una
variabilidad de entre 1600-1500 a. C.9
En el año 1967, la CIAT (Centro de Investigaciones Arqueológicas de
Tiwanaku) realizó un proyecto de colección de especímenes de flechas
de obsidiana de la cultura tiahuanaco, en las cuales se recolectaron 414
muestras, (64 perdidas), de las cuales, según la datación de artefactos de
obsidiana, presentaban una cronología similar a la de los fechados
radiocarbónicos, siendo el ejemplar 179 concerniente al año 1250 a.n.e.10
La cultura tiahuanaco fue iniciada aproximadamente en 1500 a. C. (época
aldeana), como una pequeña área con vestigios de arte en cerámica y técnicas
agrícolas, las primeras construcciones de piedra y tallados se forjaron cuando
la aldea creció a proporciones grandes entre el 374 y el 900 d. C, consiguiendo
un importante poder regional en el Altiplano o Meseta del Collao. En su máxima
extensión (900-1200) d.C., ya convertido en ciudad cubría aproximadamente 6
km², y tuvo un máximo de 40 000 habitantes.
Colapsó repentinamente aproximadamente en el año 1200. La ciudad fue
abandonada y su estilo artístico se desvaneció (se perdió o desapareció).
Antecedentes[editar]
Monolito Ponce, denominado así en homenaje al arqueólogo boliviano Carlos Ponce Sanginés, uno
de los principales estudiosos de la cultura tiahuanacota.

Los comienzos tiahuanacotas (horizonte formativo entre 1500 a. C. 100 d. C.),


corresponden a un periodo aldeano en el que comparte el altiplano con otras
dos culturas geográficamente cercanas: Wankarani (1.100 a. C.)
y Chiripa (1500 a. C. - 100 a. C.). Entre ambas, destaca la cultura Chiripa, por
haber mantenido una fuerza creativa importante y de acuerdo a las
investigaciones arqueológicas, fue la precursora directa de Tiahuanaco.
Chiripa, es una de las culturas más antiguas de la región andina, cuyos restos
aparecen desde la península de Taraco por el sur, hasta Santiago de Huata por
el norte, incluso en la Península de Copacabana, en las riberas del Lago
Titicaca, Bolivia. Según los últimos estudios que se han realizado en la
península de Taraco, se le ha asignado a la cultura Chiripa tres fases:

• Chiripa Temprano: 1500 a.C. - 1000 a. C.


• Chiripa Medio: 1000 a.C. - 800 a. C.
• Chiripa Tardío: 800 a.C. - 100 a. C.
El Periodo principal de esta cultura se puede situar, según las muestras radio
carbónicas entre los años 591-116 a. C. y 31 d. C. Según esta cronología la
cultura Chiripa en su fase más importante (tardía), es contemporánea a la
época I de Tiahuanaco y Fomativo tardío de Pukará.
Chiripa originó lineamientos en arquitectura (templetes semisubterráneos),
diseños iconográficos (tradición Yaya-mama), posteriormente replicados y
reconocibles en Tiahuanaco y en Pukará, lo que indica que las principales
realizaciones de Tiahuanaco fueron iniciadas por los chiripenses.
Extensión Norte a Sur de la Cultura Pukara y Tiwanaku.

La cultura Pukará se desarrolló en el sector nor-occidental de la cuenca


del Lago Titicaca, y tuvo como centro al sitio de Pukará de donde justamente
deriva el nombre dado a la cultura que, según los especialistas de la región
(Tantaleán, etc.) tuvo dos fases de desarrollo dentro del período llamado
Formativo: Formativo Medio (1400 a 550 a.C), y Formativo Tardío (550 a.C. a
400 d.C.). Desarrollaron, especialmente en la segunda fase, una escultura y
una cerámica vigorosas muy particulares (esta última posee excelente cocción,
gran acabado superficial, y bellas formas y decoraciones), sobre todo con
propósitos religiosos según se puede notar.11
Durante el período conocido como Formativo Tardío, Pukará –formación social
de la cuenca norte del Titikaka– produjo una estatuaria lítica cualitativa y
cuantitativamente importante. Siempre se ha dicho que cuando
los incas llegaron a Tiwanaku, ya en ruinas para entonces, quedaron
maravillados y lo tomaron como un lugar sagrado. Parece que similar cosa
ocurrió siglos antes cuando fueron los tiahuanacotas los que posiblemente se
maravillaron ante Pukará. Por eso, una vez ocupados los asentamientos
pukará por gente de Tiwanaku, es probable que los mandatarios de esta
formación social hubiesen tomado al sitio de Pukará como un lugar sagrado, y
hasta tal vez lo asumieron como su paqarina o lugar de origen, como un
imaginario. Copiaron su modelo arquitectónico y lo trasladaron a su capital en
el valle de Tiwanaku, en la cuenca Sur. Es posible que en ese momento, las
esculturas de Pukará se hubiesen convertido en objetos de gran valor religioso
y ritual, siendo su posesión símbolo de poder y prestigio.12
Este masivo traslado de esculturas desde la cuenca Norte del lago, hacia la
capital estatal de Tiwanaku, hay que entenderlo –por tanto– como un gran
Proyecto de Estado promovido por las élites dirigentes y ejecutado por
contingentes humanos dirigidos por los sabios de la época que bien podrían
llamarse ingenieros. Hay que añadir, que no solo las esculturas de Pukará
fueron objeto de veneración y apetencia durante la época clásica de Tiwanaku.
También lo fueron esculturas del Formativo Medio que han sido encontradas
entre sus ruinas. El caso más claro y mejor documentado se refiere al llamado
“monolito barbado” o estela 15 que en las excavaciones que Bennett practicó
en el templete semisubterráneo en 1932, apareció junto al gigante monolito
llamado precisamente “Bennett” o estela 10.
La colección que se posee de esculturas pukará en Tiwanaku, debe proceder
de distintos asentamientos de la esfera Pukará, procedente de una época
anterior al desarrollo de Tiwanaku.13 Siglos después Tiwanaku, al parecer,
también incorporó en su culto, y para el mantenimiento de su hegemonía,
estrategias similares a las de Pukará. Un ejemplo notable de ello serían los
llamados “chachapumas”, aparentemente sacerdotes con el rostro cubierto por
una máscara felínica que sacrificaban individuos cortándoles la cabeza. Un
singular estilo escultórico de esta cultura nos sirve hoy de testigo de aquello.
Período Aldeano: épocas I y II 1580 a. C. - 45 d. C.[editar]

Restos de edificios de la primera época.

En este periodo el sitio de Tiwanaku estaba ocupado por una pequeña aldea
con casas rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto
circular, posiblemente destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los
muros de adobe; pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han
encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental, ni tampoco hay
indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban
directamente en cestas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se
practicaba la deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo
de papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se
conoce como chuño; así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos
decisivos fue la domesticación de la llama, lo que permitió el pastoreo;
formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana
fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento.
Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas
de obsidiana, tan características de la cultura Wankarani. Se traía
la sodalita para la manufactura de cuentas que utilizaban como ornamento;
también se traía helio basalto de las canteras de Querimita. Se conocía
el cinabrio, cuyo color rojo se utilizaba en los enterramientos. Se trabajaba el
cobre incluyendo el vaciado. Asimismo se trabajaban el oro y la plata. En el
periodo aldeano hay dos tipos de cerámica; uno de ellos —que tiene similitud
con la Pucara— es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo
castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica;
algunas presentan un felino con el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de
frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y
algunas de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica (figura
humana).
Urbano: Épocas III y IV 45 d. C. - 700 d. C.[editar]
En el siglo II, Tiahuanaco dejó de ser la aldea concentrada de los primeros
tiempos para convertirse en una gran urbe ceremonial que tiene dos centros
dominantes: el conjunto de Akapana con los edificios que la rodean y el Puma
Punko situado al suroeste de Akapana. Ambos muestran la estructura doble de
Tiwanaku, que evidencia la visión propia de la sociedad andina, división que
pervive hasta la llegada de los españoles y aun después. Todas las urbes
andinas, incluyendo Cuzco, se dividían en dos: Anan (los de arriba) y Urin (los
de abajo).
Se desarrolla un estilo alfarero realista y único, que influenciaría a otras
culturas como la wari.
Este estilo se caracteriza por el uso del zig-zag y las formas geométricas, se
emplea las formas antropomorfas y la representación de la fauna nativa al
estilo tiahuanaco, se plasma la creencia y religión de tiahuanaco en sus
esculturas y cerámicas.

Alfarería estilos Tiawanaku. Museo de La Plata

Imperial: Época V 700 d. C. - 1187 d. C.[editar]


En el siglo VIII, Tiahuanaco se expande sobre la base de los enclaves
preexistentes, tanto en la costa como en los valles interandinos; así mismo,
extiende su influencia sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión territorial se
argumenta que fue posible gracias a diversas estrategias como la
«verticalidad»,nota 1 el control directo de la actividad agrícola y una economía
basada en la producción e intercambio de bienes de prestigio de corte
religioso.15 La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y
elementos tiahuanacotas, que aparece en la cerámica y los textiles de todo el
ámbito conquistado. Esta expansión llegaría hasta el norte de Chile (San Pedro
de Atacama), deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el
oeste hasta Cerro Baúl, en la moderna Moquegua, donde entran en contacto
con el imperio huari, con el que se relaciona económicamente e
ideológicamente. Ante la caída del imperio huari en el siglo X, Tiahuanaco
también entra en decadencia, sucede una grave crisis política y social, debido a
las malas cosechas realizadas acarreadas por las sequías del lago titicaca.16
En el siglo XII se da una cruenta guerra civil,1716 debido a esto el colapso es
inevitable y la región del imperio de tiahuanaco queda fragmentada en estados
regionales aimaras entre los que se destacan el reino colla, el reino lupaca y el
reino pacajes.

Organización política[editar]
La política de Tiahuanaco fue de tipo teocrático, es decir que no utilizó la fuerza
militar en sus conquistas territoriales. Hacia los años 400 y 500 d. C. los
tiahuanacotas refuerzan su poder religioso concentrando el culto en la ciudad
de Tiahuanaco, ampliando su dominio territorial hacia la costa por occidente y
el bosque tropical por el oriente.18

Economía[editar]
La economía tiahuanacota se basó en actividades agrícolas, ganaderas y
artesanales. Tuvieron enclaves agrícolas en las yungas marítimas y fluviales,
además de los valles interandinos y la puna. Aunque se tiene evidencia del
manejo intensivo de la agricultura, no hay estimaciones consensuadas de la
cantidad de su producción.18
La acumulación de la riqueza se dio a través de las cabezas de ganado. Las
evidencias muestran que las élites tiahuanacotas manejaron grandes rebaños
de camélidos que sirvieron para la confección de textiles de gran calidad, como
lo demuestran los descubrimientos en la costa sur. Sus tapices polícromos
fueron una demostración de prestigio y poder de las élites. La élite
tiahuanacota al manejar grandes rebaños, también manejaron el transporte
comercial de la hoja de coca y el maíz que viajaban desde las zonas cálidas
hasta el centro ceremonial de Tiwanaku.18

Religión[editar]

La puerta del sol, se observa la deidad de los báculos tallada en altorrelieve.

El denominado "Dios Wiracocha o del Báculo" fue el dios principal de los


tiahuanacotas, este representa a un dios celestial y según algunas hipótesis,
esta deidad podría ser el mismo Tunupa de los posteriores reinos aimaras, o
el Wiracocha de los tardíos incas.18
Históricamente la deidad de los báculos es adorada en la meseta del
Collao desde tiempos anteriores a los tiahuanacotas y aparece tardíamente en
los wari.18
Iconográficamente, la representación mejor lograda y conservada del Dios de
las Varas se encuentra en la Puerta del sol, en donde la deidad aparece en
posición central rodeada de seres alados.18
Se tiene evidencia arqueológica, que indican que los tihuanacotas habrían
adorado a una deidad exclusiva de esta cultura, esta deidad sería el
"Chachapuma", una deidad con características peculiares, siendo la
representación de una persona con una mascará de felino con una nariz
alargada en referencia al uso de alucinógenos, con un hacha en una mano y
una cabeza trofeo en la otra, esta deidad era adorada como "el sacrificador",
representada en esculturas y k'eros, esta deidad gozaba de relevancia en la
vida de los tiahuanacotas, al cumplir también el rol de protector de sus templos
de importancia, esta deidad sería de influencia para la construcción de "el
degollador" de Pucará.19
Los monolitos de tiahuanaco, realizados con bajorrelieves que representaban a
sus deidades, en estos qalawawas o monolitos se puede distinguir a las
deidades tiahuanacotas de Amaru y Mallku, estas deidades, que en mayoría
cumplían un rol acuatíco y agricultor, posteriormente fueron heredadas por
los señoríos aymaras y los Incas.
Se tiene evidencia que los ritos tiahuanacotas fueron de mucha complejidad y
asociados al consumo de sustancias alucinógenas. Las sustancias utilizadas,
además de las hojas de coca, fueron las semillas de huilca (Anadenanthera
colubrina) o el parica (Anadenanthera peregrina) y eran consumidas
en tabletas; las tabletas fueron representadas en las esculturas tiahuanacotas
como el monolito de Bennet y de Ponce, además de haber sido encontradas en
las tumbas de Tiahuanaco y San Pedro de Atacama. Aparentemente estos
alucinógenos se conseguían en enclaves tiahuanacotas en el chapare y eran
consumidas tanto por los sacerdotes como por seres humanos sacrificados. 18
Sacrificios[editar]
En excavaciones realizadas en el sitio arqueológico de Akapana se han
encontrado materiales como ofrendas, alfarería, fragmentos de cobre, huesos
de camélidos y entierros humanos. Estos objetos fueron encontrados en el
primer y segundo nivel de la pirámide de Akapana y la cerámica adjunta
corresponde a la fase III de los tiahuanacotas.20
En la base del primer nivel de Akapana se hallaron hombres y niños
desmembrados a los cuales les faltaba el cráneo; estos restos humanos
estaban acompañados de camélidos desarticulados además de cerámica. En el
segundo nivel se encontró un torso humano completamente desarticulado. En
total se encontraron 10 entierros humanos, de los cuales 9 eran varones. Estos
sacrificios corresponden, aparentemente, a ofrendas dedicadas a la
construcción de la pirámide.20

Ciudades tiahuanacotas[editar]
Durante el periodo urbano (fases III y IV), la cultura tiahuanacota desarrolló
importantes centros urbanos e incluso se expandió fuera del valle de Tiwanaku:
Khonkho Wankane en el valle inmediato al sur, Lukurmata y Pajchiri al norte de
Tiwanaku, y Ojje en la península de Copacabana son 4 ciudades que cuentan
con plataformas aterrazadas, patios hundidos y monolitos. Además existieron
un número todavía no calculado de enclaves fuera de la meseta del Collao,
sólo en el sur del Perú (departamentos de Tacna y Moquegua) en el año 2000
se contabilizaron 20 enclaves permanentes atribuidos a la cultura tiahuanaco.

Ciudades y sitios arqueológicos Tiahuanacotas

Tiwanaku[editar]

Tiwanaku: Centro espiritual y político de la


cultura Tiwanaku

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Templo semisubterraneo de Kalasasaya, dentro del complejo


arqueológico de Tiwanaku.
Localización

País Bolivia

Coordenadas 16°33′24″S 68°40′26″O

Datos generales

Tipo Cultural

Criterios iii y iv

Identificación 567

Región Latinoamérica y Caribe

Inscripción 2000 (XXIV sesión)

En peligro Ninguno

[editar datos en Wikidata]

Artículo principal: Tiwanaku


Es el principal centro religioso y urbano de los tiahuanacotas, según Lumbreras
fue un foco de peregrinación con influencia en todos los andes centrales, fue el
principal símbolo del poder religioso y político. Actualmente se ubica en las
riberas del río Tiwanaku (afluente del lago Titicaca), al sur de la ciudad de La
Paz. La ciudad se ubica en el área denominada altiplano boliviano a
3840 msnm. nos damos cuenta el templo esta hecho de expresiones artísticas
de los tiempos a.C.
Actualmente se sabe que la ciudad y sus principales edificios se construyeron
en diferentes fases aunque el orden en el que fueron construidas sus
estructuras todavía no está clara. Todos los monumentos constructivos de la
ciudad de Tiwanaku tienen una rigurosa planificación y tecnologías
constructivas innovadoras para la época. Esta ciudad se caracteriza por las
plataformas, patios hundidos y pirámides escalonadas.
En la ciudad destacan la pirámide de Akapana, el Puma Punku, Kalasasaya,
templete semisubterráneo, Kori Kala y Putuni, aunque también tiene
construcciones menores como Chunchukala, Laka Kollu y la Karana.
Algunas obras maestras de la escultura tiahuanacota en la ciudad de Tiwanaku
lo componen la Puerta del Sol, los monolitos de Ponce, Fraile y Bennett, las
cabezas clavas y algunas estelas.
Khonkho Wankane[editar]
Artículo principal: Khonkho Wankane

Mapa de ubicación de las ciudades tiahuanacotas de Ojje, Lukurmata, Pajchiri y Khonkho Wankane.

Khonkho Wankane (o Khonkho Wankani) es un centro administrativo


tiahuanacota que se encuentra en una formación aluvial del valle del río
Desaguadero por debajo de las faldas de la cordillera de Chilla-Kimsachata, a
unos 25 kilómetros directamente al sur de Tiwanaku.
El sitio ocupa una porción de la pampa Machaca cercano a la comunidad de
Qhunqhu Liquiliqui (municipio de Jesús de Machaca, en el departamento de La
Paz) entre las estribaciones de la cordillera y el río Bravo o Jach'a Jawira,
afluente sur del río Desaguadero.
Se aprecian dos montículos rodeados por varios montículos más pequeños. El
montículo principal Wankane consiste en una plataforma artificial que se ha
planteado sobre una loma natural. Estos montículos fueron habitados
probablemente desde el 200 a. C. hasta tiempos de los señoríos Pacajes
(1470 d. C.). Sin embargo las construcciones habitacionales que transformaron
la fisonomía del montículo fueron realizadas por los pobladores tihuanacotas
(formativo tardío), quizá entre los años 200 a 400 d. C. En este periodo los
pobladores de Wankane hicieron profundas transformaciones del tipo de
organización social, de sus ideales, valores, hábitos y visión de su futuro.
Las habitaciones son de tipo trapezoidal, con una estructura circular y patios
rectangulares construidas de piedra y arcilla. En el centro del asentamiento se
descubrió la construcción de un canal subterráneo, trabajado con piedras
angulares en las paredes y largos bloques transversalmente dispuestos a modo
de techo. Las dimensiones de este interesante ducto es de: 55 centímetros de
ancho en la base, 45 cm a la altura del techo, 70 cm de la base al techo y
sobrepasan los cien metros de largo que se dirigen hacia el sur del montículo.
En el lugar se encuentran cinco monolitos: el Wila Kala (piedra roja) erigido en
la ladera Sureste, Jinchun Kala (piedra con orejas) parado al Sur, los dos
bloques parados en la ladera Oeste y el Tata Kala que se halla tendido en la
parte central del montículo y es la estela de mayor tamaño con una longitud de
aproximadamente 5,20 metros. Asimismo, disperso en toda la superficie se
hallan fragmentos de materiales antiguos de naturaleza cerámica, ósea, lítica,
que ahora se los puede observar en el Museo A. Portugal que se encuentra en
el centro poblado de Qhunqhu Liquiliqui.
Conchamarca[editar]
Localizada en el valle de Yaco, provincia de Loayza en el departamento de La
Paz, está compuesta por una fortaleza y dos caminos tallados en roca.
Pajchiri y Lukurmata[editar]
Pajchiri y Lukurmata, aparte de Tiwanaku, son las ciudades tiahuanacotas más
estudiadas en Bolivia. Ambas ciudades están ubicadas en el valle norte
inmediato a la ciudad de Tiwanaku (Pampa Koani), correspondiente al río
Katari. Pajchiri y Lukurmata distan apenas 8 kilómetros la una de la otra y
destacan por el gran número de camellones creados por la cultura tiahuanacota
para intensificar la agricultura a 3800 msnm.
Ojje[editar]
Se encuentra ubicada en el extremo sur de la península de Copacabana, desde
esta zona se domina el archipiélago de Wiñaymarka (Islas de Anapia y
Yusipiqui) y presenta terrazas de cultivo (andenes) de factura tiahuanacota.
Otros[editar]
Otras áreas arqueológicas vinculadas a la cultura tiahuanaco fueron:

• Pampa Koani (La Paz - Bolivia).


• Omo (Moquegua - Perú).
• San Pedro de Atacama (Antofagasta -
Chile).
• Humahuaca (Jujuy-Argentina)

Los descubrimientos de Pariti[editar]


Cerámica escultórica descubierta en la isla de Pariti.

Pariti es una isla ubicada en el segmento del lago Titicaca denominado Lago
Menor o Huiñaymarca, y que forma parte del departamento de La Paz en
Bolivia.21El 11 de agosto de 2004 dos arqueólogos, el boliviano Jedú
Sagárnaga y el finlandés Antii Korpisaari,22descubrieron más de un centenar de
piezas de cerámica de inusitado perfeccionalismo y colorido. Los
descubrimientos de la isla de Pariti fueron fechados entre el 900 y el 1050 d. C.
Hasta antes de este descubrimiento, en la cerámica tiahuanacota primaba el
color ocre y las representaciones iconográficas simbólicas, en cambio en Pariti
se descubrieron cerámicas escultóricas (huacos retratos) de gran perfección y
realismo, además de una utilización realista del color en sus decorados. 23En las
representaciones destacan los pumas, cóndores, rostros y seres humanos,
además de personajes mitad animales y mitad humanos.22
De todas las muestras sobresale en perfección la denominada "Señor de los
patos",21que representa a un anciano llevando un pato en uno de sus brazos.
La cerámica descubierta en Pariti es custodiada en el Centro artesanal de la
isla de Pariti, en el cual se exponen 368 piezas de cerámica recuperada. 24

Decadencia[editar]
La decadencia política y religiosa de Tiahuanaco ocurrió entre el 950, 1000 y
1100 d. C.25La evidencia en el valle de Azapa (Chile) da cuenta de que los
sitios de la élite tiahuanacota fueron destruidos sangrientamente, se
observaron tumbas arrasadas y cuerpos que fueron profanados y
despedazados. En Moquegua, también se observaron sitios tiahuanacotas
destruidos violentamente, aunque en el caso de Moquegua también existe la
hipótesis de una destrucción por la invasión del estado huari (hipótesis
planteada por Moseley en 1991).25
En el caso del altiplano, la pérdida del poder se da de manera menos violenta,
esto evidenciado por la continuidad de los estilos alfareros tiahuanacotas
alrededor del Titicaca, así como la continuidad de las tradiciones funerarias y
cotidianas; lo que hace pensar que el estado Tiahuanaco primero perdió su
poder en la periferia (casos de Azapa y Moquegua) y luego en el altiplano.
Según Pärssinen la pérdida del poder hizo vulnerables a las colonias a los
ataques de etnias locales.25
En el siglo XI, la capital de Tiahuanaco fue abandonada y empezaron a
aparecer varios asentamientos menores en toda la meseta del Collao. El inicio
de estos asentamientos menores empieza a aparecer hacia el año 900 d. C.
pero a la par los sitios tiahuanacotas (Pajchiri, Khonkho, Lukurmata) continúan
siendo habitados. Antes de eso, la ciudad de Tiahuanaco concentraba una
población que se estima entre 25 000 y 50 000 habitantes25y la evidencia
arqueológica de conjuntos habitacionales fuera de la ciudad es escasa. Al
parecer ante la pérdida del poder político, grupos poblacionales decidieron
emigrar de la ciudad y agruparse en poblaciones independientes por toda la
meseta del Collao. El incremento de poblaciones pequeñas se incrementa en
función al abandono de la ciudad de Tiahuanaco, en un proceso que termina
con el abandono total de la ciudad y la pérdida absoluta del poder periférico. 25
Los estilos alfareros del Collao nos revelan otros aspectos de la decadencia de
Tiahuanaco, aunque todavía son escasos los estudios radiocarbónicos en la
mayoría de asentamientos en el valle de Tiahuanaco, para poder determinar
con exactitud los asentamientos de la fase V de Tiahuanaco y los pueblos
fundados post-Tiahuanaco. Esta problemática en los estudios de la civilización
tiahuanacota hace que muchos autores fijen el ocaso de Tiahuanaco en los
años 1150 o 1200 (Bermann, Mujica, Ponce Sanginés y Janusek). 25
En el caso de la alfarería, la desaparición del estilo tiahuanacota es gradual,
por lo menos así lo demuestran estudios hechos en las áreas de Machaca y
Caquiaviri, esta última posterior capital de Pacajes.
El colapso tiahuanacota en Machaca[editar]
El área de Machaca fue habitada por Tiahuanaco de manera temprana, se
encontraron llorones de tradición «Yaya Mama» (presentes desde la época de
la cultura Chiripa); algunos autores afirman que los monolitos y construcciones
en Machaca se iniciaron en la fase III de Tiahuanaco. Sin embargo, el estilo
alfarero de Tihuanaco en su fase V pervive en Machaca hasta periodos post-
tiahuanacotas. Al respecto, en el año 1955 Rigoberto Paredes, recogió
tradiciones orales de Machaca en las que afirmaban que un cataclismo había
acabado con Tiahuanaco y que sus sacerdotes y líderes decidieron trasladarse
hasta la zona de Machaca cargando sus ídolos. En este caso la evidencia
arqueológica coincide con la tradición oral; las excavaciones en Khonkho y
Kjula Marca, nos revelan construcciones del periodo pre-clásico de Tiahuanaco
(45 d. C.) pero cerámica del periodo V (700 al 1100 d. C.). Al mismo tiempo, las
excavaciones de Kjula Marca, revelan que la mayoría de asentamientos en esa
región fue fundada posterior a Tiahuanaco e incluso durante la época Inca, esto
se explica porqué antes del ocaso de Tiahuanaco casi toda la población
colindante se concentraba en la ciudad, luego de la decadencia de Tiahuanaco,
la zona de Machaca fue llenándose de pueblos pequeños.25
Decadencia agrícola[editar]
Por intermedio de los datos recopilados por Adams (1997),26 otro aspecto que
podría haber implicado en la decadencia de Tiahuanaco es que su agricultura
se vio fuertemente afectada por las constantes crecidas y desbordes del lago
Titicaca, producto de las consecuencias del Fenómeno de Niño. Evento
climático cíclico que genera un cambio de las aguas frías de Océano Pacífico
por aguas más cálidas desplazando a la zona continental fuertes tormentas con
lluvias torrenciales.
Debido a las condiciones geográficas de la zona, los sistemas de irrigación
artificial eran de las únicas posibilidades de hacer productiva la tierra. Esto
implicaría el uso de acequias que eran zanjas o canales a cielo abierto que
cumplían la doble función de irrigar la tierra y crear una especie de neblina que
protegía a las plantas de las heladas.
El uso excesivo de estos sistemas de irrigación habría provocado una gran
salinidad de los suelos dejando a la tierra no apta para la agricultura, lo que
generó la posibilidad del abandono de los habitantes de la zona buscando
nuevas tierras fértiles y en consecuencia, la desaparición de la ciudad.
El colapso tiahuanacota en Caquiaviri[editar]
Las investigaciones en la zona de Caquiaviri demuestran que durante el
periodo tiahuanacota, sólo existieron construcciones en las orillas del río
Desaguadero, en Nazacara y en el cerro Chicha; el resto del área se
encontraba libre de evidencias arqueológicas tiahuanacotas. En el caso del
cerro Chicha, existió un adoratorio con evidencias de haber sido utilizado por
Tiahuanaco, Pacajes e Incas.25
Caquiaviri, durante el periodo de Tiahuanaco, tenía una población escasa y con
la progresiva decadencia de los tiahuanacotas, la población en Caquiaviri
aumentó a 30 llajtas, en donde el estilo cerámico de Tiahuanaco ya no era
puro, si no que denotaba un periodo de transición. Esto quiere decir que con la
decadencia de Tiahuanaco se inició un periodo migratorio desde el centro de la
ciudad hacia las periferias.25

Galería[editar]


Véase también
Cultura wari

Wari

Localización geográfica aproximada

Datos

Cronología 100-1200 d.C

Localización Parte central de los Andes centrales. En el actual Perú.

La cultura wari o huari era una civilización andina que floreció en el centro de
los Andes aproximadamente desde el siglo VII hasta el XIII d. C., llegando a
expandirse desde los actuales departamentos peruanos de Lambayeque por el
norte, Moquegua por el sur y hasta la selva del departamento del Cuzco por el
este.
La ciudad más grande asociada con esta cultura es Wari, que se encuentra
ubicada unos 20 kilómetros al noroeste de la actual ciudad de Ayacucho. Esta
ciudad fue centro de un imperio que cubría la mayor parte de la sierra y la costa
del Perú actual. El Imperio wari estableció centros arquitectónicos distintivos en
muchas de sus provincias, tales como Cajamarquilla o Piquillacta. Es, junto
al Imperio incaico, una de los dos únicas culturas consideradas «imperiales»
aparecidas en el hemisferio sur.
Su principal actividad era de carácter militar. Combatieron a lo largo y ancho
del territorio peruano, conquistando los diversos señoríos de su tiempo.
También tuvieron grandes centros religiosos como Pachacámac en Lima.

Vasija wari.

Huaco wari.

Periodificación de la cultura wari.


La cultura wari fue una cultura política y social estatal que surge entre el
550 d. C. y el 900 d. C. (aunque existen discrepancias sobre los fechados entre
algunos investigadores). Dorothy Menzel dividió a la cultura wari en
seis etapas: 1A, 1B, 2A, 2B, 3 y 4.1
La etapa 1ª.
Brazalete wari (600-850).

Vaso wari.
En la etapa 1A surge la ciudad capital denominada Wari, que dio el nombre a
esta cultura. En este periodo se nota una elevada influencia de la mitología
tiahuanacota deducida de las vasijas halladas en Qonchopata (Ayacucho), en
donde se representa repetitivamente el tema plasmado en la Portada del
Sol de Tiwanaku.1
Existen dos estilos alfareros waris representativos de este periodo,
denominados «qonchopata» y «chakipampa A». La influencia tiahuanacota se
evidencia también en el templete semisubterráneo encontrado en la ciudad de
Wari. También durante este periodo destacan enclaves en la costa
de Ica y Moquegua.
La etapa 1B/3.
En esta etapa la característica principal son los grandes cambios en la
estructura sociopolítica wari. La ciudad de Wari crece debido a la migración
procedente de las zonas rurales. En el campo político, el Estado wari se
fortalece y se expande; se desarrollan los centros provinciales de Honqo
pampa y Willcawaín, en el callejón de
Huaylas; Wiracochapampa y Marcahuamachuco en La Libertad y Pikillaqta en
el Cuzco. Evidencias arqueológicas afirman el posicionamiento wari en la costa
central y sur; y algunas evidencias arqueológicas en el valle del Santa.1
Asimismo se fundan sitios como Wariwilca, Jincamoco y Waywaka, todos estos
sitios estuvieron interconectados por redes viales.
Los sitios al norte de Wari evidencian la adaptación de los estilos
arquitectónicos de los waris a los estilos locales, alterando algunos conceptos y
asimilando otros.
En la alfarería destacan los estilos denominados «Robles moqo»,
«Chakipampa B» y «Pacheco», este último asociado a un sitio arqueológico de
importancia en la zona de Nazca.1
Las etapas 2A y 2B.
Durante la etapa 2A y 2B existen evidencias de una reestructuración política y
una última expansión; destacando por centralizar aún más el poder en la
ciudad de Wari. Esto origina que la ciudad alcance su máxima extensión y su
mayor índice demográfico, naciendo nuevas urbes periféricas como
Jargampata y Azángaro en San Miguel y Huanta respectivamente.1
Los estilos alfareros predominantes durante el periodo 2A fueron «viñaque»,
«atarque» y «pachacamac». Surgen además los sitios costeños de Socos (en
el valle del río Chillón) y Conoche (en Topará).
En la época 2B, la cultura wari se expande hasta la ciudad de Cajamarca, se
consolida en la serranía de La Libertad y Moquegua, y avanza hasta Sicuani.1
En cuanto a religión, sitio de Pachacamac gana prestigio durante el periodo 2A,
y para el periodo 2B propaga su influencia estilística hacia la zona
de Ica y Huancayo.1
Etapas 3 y 4.
Estas son las etapas de la decadencia de la cultura wari. En la etapa 3 se inicia
la decadencia de la ciudad de Wari; sin embargo el sitio de Pachacámac
mantiene su prestigio religioso, además de surgir en Huarmey un sitio
influenciado en la arquitectura por los waris.1
En la etapa 4 se inicia un periodo de desecamiento de la sierra, un cambio
climático que perduraría por un largo espacio de tiempo y que posiblemente
sea la causa del colapso del Estado panandino wari1

El Imperio wari (600 a 1200 d. C.).


Artículo principal: Imperio Tiahuanaco-Wari
La presencia del Dios de las Varas en las vasijas rotas wari, que se asemeja a
una divinidad que aparece grabada en la «Puerta del Sol» de Tiwanaku,
indicaría influencia cultural tihuanaquense. Esta imagen aparece dibujada en
unas grandes urnas ayacuchanas que se conocen como estilo conchopata,
pues este es el sitio donde se les encontró por primera vez. La influencia
de Tiahuanaco, así como la de Nazca sería crucial en la formación cultural y
religiosa de esta cultura.
En Ayacucho existió la cultura huarpa, que desarrolló importantes contactos
económicos con Nazca, permitiendo que en Ayacucho se produjera un notable
desarrollo de la producción artesanal y cultural. Los huarpas abandonaron sus
pueblos para reunirse en la ciudad de Wari y otras cercanas. Estos pobladores
tenían una larga tradición militar debido a las constantes luchas por los
recursos en las montañas.
Estas son las condiciones que permiten el tránsito de huarpa a wari, entre los
años 560 a 600; se desarrolló una cerámica ceremonial conocida como «robles
moqo» que tiene un área mayor, que involucra al menos las regiones de
Ayacucho, Ica, Nazca, el valle del Santa y por la sierra hasta el Callejón de
Huaylas.
En la ciudad de Wari se pueden observar edificaciones monumentales como
edificios públicos de varios tipos, mausoleos, templos y residencias, siendo las
más conocidas las del sector denominado Uspa Qoto, Capillayoq, en el sector
llamado Cheqowasi hay unas cajas de piedra muy bien labradas, son una
especie de mausoleos con varias cámaras; son subterráneos.
Debieron servir para la preservación de cadáveres de importantes dignatarios
de la ciudad. Al pie de los muros que delimitan los edificios hay una gran red de
canales para el abastecimiento del agua.
Cubre una extensión aproximada de 120 hectáreas en su parte más densa,
donde vivieron algunos miles de familias. La ciudad está construida con piedras
rústicas, con murallas muy altas hechas de piedra y barro, con terrazas y
plataformas hechas también con ese material.
En la ciudad de Wari se producía fina cerámica policroma, bellos tejidos
también polícromos, pequeñas esculturas de turquesa, joyas y otras
artesanías.

Influencia Tiahuanaco.
La cultura tiahuanaco se desarrolló en el altiplano entre los años 1580 a.C.2
Influenció en los waris sobre todo en el aspecto religioso y cultural. En algunas
de sus cerámicas se aprecia la representación de divinidades con
rasgos antropomorfos y zoomorfos, similar a Wiracocha (dios de los báculos)
de los tiahuanacos. Esta divinidad se ve en las culturas posteriores
tiahuanacas, que aparece representado en la conocida Puerta del Sol, ubicada
en el complejo de Kalasasaya (en Bolivia).
Monolitos.

Monolitos waris, en Ayacucho (Perú).


Arquero wari.
Los monolitos waris tienen influencia tiahuanacota, sin embargo sus personajes
no muestran las posiciones severas que caracterizan a los monolitos de la
civilización del collao.3
A diferencia de los monolitos de Tiwanaku, no portan cetros ni armas, y
además son robustos. La similitud con Tiwanaku son los lagrimones en los ojos
(presentes también en los monolitos de Ponce y Bennet).3
Los monolitos waris descansan sobre un pedestal y se guardaban en una
antigua hacienda en Huacaurara hasta su traslado a la ciudad de Ayacucho, en
donde se conservan en la actualidad.3

Expansión wari.

Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).

Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).


Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).

Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).

Petroglifos wari en Toro Muerto (Arequipa).


Dentro de las tres grandes épocas de los waris, la segunda época
(siglo VII a X) es de máximo apogeo y está representado por el estilo de
cerámica llamado propiamente wari, con sus variedades regionales:

• Viñaque,
• Atarco,
• Pachacámac,
• Qosqopo, y otros.
Esta es la época imperial wari, cuando su expansión
alcanza Lambayeque y Cajamarca (por el Norte) y llega
hasta Moquegua y Cuzco (por el Sur). Desde Cuzco hasta Chile y este de
Bolivia se extendía Tiahuanaco.
Los waris lucharon y conquistaron los pueblos cercanos mediante un ejército
cuyas principales armas fueron las hachas de piedra, porras de metal, arcos y
flechas. Los waris introducen una concepción nueva de la vida urbana,
implantando el modelo de gran centro urbano amurallado.
Las ciudades wari más conocidas son Pikillaqta (en el Cusco)
y Wiracochapampa (en Huamachuco), que a su vez son los territorios extremos
del imperio.
La ciudad de Wari basó principalmente su economía en la explotación imperial,
es decir en la explotación de las colonias que fue conquistando mediante la
guerra, tanto los tributos de las colonias como otros factores de dominación,
permitieron el mantenimiento de esta gran ciudad.
La tercera época es de declinación y descomposición política económica de los
waris, con el abandono de la ciudad y la pérdida de su control sobre las
antiguas colonias.
Después del siglo XI, los pueblos sometidos al Imperio wari retoman su camino
independiente de desarrollo, y Ayacucho ingresa a una etapa de franco
subdesarrollo con abandono del patrón de vida urbano y retorno a una reducida
población rural aldeana, similar a las tempranas fases de Huarpa.
Las diferentes regiones del imperio se fueron independizando del poder de la
capital y finalmente esta quedó abandonada y acabó siendo saqueada. Luego
de desaparecer el poder imperial las grandes ciudades fueron abandonadas y
en muchas regiones se regresó a la vida basada en aldeas poco desarrolladas,
Otras regiones, sin embargo se embarcaron en un nuevo florecimiento regional
fundándose de esta manera los reinos y señoríos del periodo intermedio Tardío
tales como Lambayeque, Chimú, Cajamarca, Chancay, el señorío chincha o el
proto señorío inca.
Sin embargo, los enfrentamientos entre estos grupos no acabaron y la
formación de ejércitos, batallas e intentos de conquista continuaron hasta el fin
del Imperio Incaico.
Presencia wari en el litoral.
Bolsa para hojas de coca (LACMA M.74.151.16).

Gorro wari de cuatro puntas (LACMA M.79.81.2).

Vincha para la cabeza (LACMA M.74.151.17).


Gorro wari de cuatro puntas (LACMA M.79.81.5).

Cerámica wari hallada en Aplao, situado en el valle del río


Majes (departamento de Arequipa).
La costa de las actuales regiones Ica y Arequipa muestran contactos con las
culturas de las serranías contiguas desde tiempos anteriores a los waris, y
durante el apogeo de los waris la presencia en esta zona es innegable, aunque
las evidencias manifiestan que luego del ocaso de los waris las sociedades de
esta zona cambiaron patrones culturales y reorientaron sus contactos hacia
otros centros costeros. En esta zona surge el estilo alfarero «atarco» de gran
influencia tiahuanacota y que es uno de los estilos característicos del periodo
«2A» de Wari.1
Pero si bien en la costa sur no se discute la presencia wari, el problema surge
al tratar de vincular la cultura wari con las sociedades de la costa central y
norte, correspondiente a los departamentos de Lima, Áncash, La Libertad y
Lambayeque. En esto existen desacuerdos entre los que investigan estas
zonas aunque entre los años 90s e inicios del primer decenio del siglo XXI se
han descubierto nuevas evidencias de la incursión wari en la costa de la
actual región Lima.
En la costa central del actual Perú floreció la cultura Lima y en la costa norte
la cultura Moche, que durante el periodo 1B, 2A y 2B de Wari se evidencian
cambios que probarían la injerencia wari a pesar de no encontrarse centros
urbanos con características arquitectónicas waris.
En la costa norte los estilos alfareros clásicos de wari están ausentes, aunque
se han encontrado cerámicas wari en tumbas moche, pero a manera de
ofrendas. Kauffmann Doig sostiene que la presencia de los waris en el territorio
mochica aceleró el proceso de decadencia de esta última en tanto que los
mochicas ya se encontraban en un proceso de declive. Esto se evidenciaría a
partir de la cerámica moche correspondiente a esta época que deja de ser
bicolor y adopta patrones rojo-negro-blanco de wari. Además el rostro del dios
del agua moche tomó características tiahuanacoides traídas al norte por wari. Y
si bien es cierto que no se construyeron centros administrativos, bien pudieron
ser administrados desde el centro provincial de Wiracochapampa en
la provincia de Sánchez Carrión en las serranías de La Libertad.3 Aunque la
arquitectura wari no se impuso en el territorio moche, existen evidencias que
durante el periodo V de Moche (periodo que coincide con la expansión wari) los
patrones arquitectónicos de los moches cambiaron, como lo evidencian los
restos arqueológicos de «Pampa Grande» y «Galindo».
En el caso de la región Lambayeque, además de la influencia moche y wari,
convergen la cultura Cajamarca y otras formas locales, pero existen evidencias
de la presencia wari hasta el 850 d. C. aproximadamente, cuando florece en
esa zona la denominada cultura Lambayeque, a la que Shimada denomina
«Sicán». Esta cultura basa su religión en un dios denominado «Naylamp», que
no presenta rasgos ni influencias tiahuanacoides.

Telar wari. 600-800.


Más al sur, en Pachacamac, su oráculo tomó importancia durante el periodo 2
de Wari. Según John Rowe, Pachacámac pudo haber nacido como una colonia
que mantuvo vínculos con Wari. Sin embargo no se ha encontrado en
Pachacamac la clásica arquitectura wari. Según algunos autores Pachacámac
toma independencia de Wari aunque otros asocian la presencia wari en la
representación de un ser mitológico denominado «El grifo de Pachacámac» de
características ornitomorfas; según las investigaciones de Menzel, los orígenes
de este personaje están en Qonchopata, otros autores argumentan sus
vínculos iconográficos con Tiwanaku. Luego del ocaso wari, el oráculo de
Pachacamac continúa vigente prevaleciendo incluso hasta el tiempo de
los incas, de la cual quedan los más evidentes restos arqueológicos en el sitio. 1
Otro caso de incursión podría representar el sitio de Cajamarquilla, el cual
presenta evidencias de haber sido ocupado anteriormente por lo cual algunos
autores afirman que fue desocupado antes de los waris y reutilizado por estos;
otros autores niegan la incursión wari en Cajamarquilla.1
Fardo funerario wari.
En agosto de 2008 se encontró un fardo funerario wari en la huaca Pucllana al
cual se le denominó «La Dama de la Máscara», lo que demostraría que
conquistaron a la cultura Lima en sus años de decadencia.[cita requerida]
Fragmento de la túnica de un varón (600-850).

Incursión wari en la selva.


El interés de los waris por la selva está ligado al consumo y producción de
la hoja de coca. Existen evidencias del ingreso de la cultura wari por la cuenca
del río Apurímac; esta incursión se dio para el manejo de áreas de cultivo de
cocales, estos cultivos fueron manejados desde los sitios de «Vista Alegre» y
«Palestina», ambos investigados por S. Raymond.1
«Vista Alegre» y «Palestina» fueron dos centros construidos bajo los patrones
arquitectónicos clásicos de wari, que tuvieron una extensión entre 15 y
30 hectáreas y que a su vez articularon otros centros administrativos más
pequeños en la cuenca del río Apurímac. Estos dos centros distan 20 km el uno
del otro; «Vista Alegre» a la margen izquierda río abajo y «Palestina» en la
margen contraria; sus restos arqueológicos no se encuentran bien conservados
pero la cerámica hallada tiene similitud con la hallada en Jargampata y Wari;
por otra parte sus construcciones cuadrangulares y sus edificios ortogonales
son clásicos de la arquitectura wari.1
La colonización de la selva por parte de los waris fue una labor costosa por
tratarse de un territorio de difícil acceso, lo que manifiesta una administración
eficiente y un poder muy centralizado.1
Además de la hoja de coca, también se cree que los waris pudieron estar
interesados en los cultivos de algodón, plumas y aves exóticas, monos, plantas
alucinógenas y patas de tapir; esto se deduce debido a que estos elementos
estuvieron asociados al arte y la cultura en la ciudad de Wari.1
Economía y política.
La sociedad wari no tuvo posesión de la moneda ni el mercado, el estado
monopolizó el abastecimiento, producción y distribución de los principales
recursos. Además los waris utilizaron varias modalidades de producción,
tributación e intercambio, el control de la economía se logró a través del
establecimiento de centros administrativos provinciales.
El manejo político fue distinto en todo el ámbito nacional e internacional,
teniendo en cuenta que los waris convivieron con otra entidad política y
religiosa compleja como lo fue Tiahuanaco, al sur.
Wari implementó el sistema de adjudicación de trabajo. Se piensa que dio
origen a la mita. Exigía tributos en trabajo (días de trabajo para el Estado), en
donde se repartían las horas y el trabajo a desarrollar, y se lo retribuía con
alimento y alojamiento. Esta forma de organización de trabajo luego fue
adoptada por los incas. 4

Metalurgia.
Existen vestigios de trabajos metalúrgicos wari en oro, cobre y bronce,
utilizando las técnicas del vaciado, forjado, laminado, martillado y repujado.
Algunos autores sostienen que el trabajo metalúrgico en Wari tuvo
antecedentes tiahuanacotas, en cuanto a las técnicas utilizadas; otros
sostienen que la metalurgia en Wari tiene sus orígenes en Waywaka, un sitio
arqueológico ubicado en Andahuaylas e investigado por Grossman, en donde
se encontraron piezas de metal de mucha antigüedad.1
Algunos de los trabajos metalúrgicos más complejos de la cultura wari fueron
hallados en el sitio de Conchopata por Denise Pozzi-Escot5y analizados
por Ríos. Se trataría de un taller metalúrgico dedicado al trabajo del oro y el
cobre, cuyo principal producto fueron los «tupus» o «topos», la cantidad de
estos «tupus» es abundante en el sitio de Conchopata, pero estos tupus de
similares características también fueron encontrados en Huamachuco,
Jargampata y Azángaro, por lo cual se piensa que Conchopata fue un centro
de producción a gran escala de estos artefactos.1
La ciudad de Wari.

Vista del complejo arqueológico Wari.


Piedra wari.

Momia wari en el Museo Antropológico.


La ciudad de Wari fue la capital del estado del mismo nombre. Se encuentra a
unos 15 km de la actual ciudad de Ayacucho. El núcleo urbano de Wari alcanzó
durante la «época 2» un área de ocupación de unas 2000 hectáreas (su mayor
expansión) de la cual quedan como vestigios arqueológicos varias callejuelas
con templos amurallados, patios ocultos, tumbas reales y edificios de viviendas
de varios pisos1 que forman actualmente el complejo arqueológico Wari.
La mayoría de los edificios estaban cubiertos de yeso blanco, con lo cual la
ciudad resplandecía al sol de las montañas.
A medida que su población fue creciendo (algunos arqueólogos creen que llegó
a tener unos 70 000 habitantes),[cita requerida] también creció en importancia como
ciudad sede del poder político.
Inicialmente la ciudad debió reducirse a un centro administrativo con funciones
políticas y religiosas. Según la evidencia arqueología, la cultura wari declinó en
importancia hacia el 1000 d. C., desconociéndose a ciencia cierta cómo y por
qué fue finalmente abandonada.
Ante la baja productividad de la tierra se realizaron importantes obras
de canalización y drenaje y sobre todo se crearon terrazas agrícolas que
ampliaron notablemente la superficie cultivable. Estos andenes, construidos en
las laderas de los cerros, suelen ubicarse cerca de los complejos urbanos,
principales y secundarios, ya que satisfacían las necesidades de consumo de
estos.
Sectores de la ciudad.
Varios de los investigadores que han estudiado la cultura wari han dividido la
zona central del asentamiento (que abarca 18 kilómetros cuadrados) en
12 diferentes sectores:
Monqachayoc.
En este sector se encuentran las galerías subterráneas con techos formados
por grandes bloques de piedra de una sola pieza y paredes recubiertas con
lajas alargadas a manera de enchape, además de unos tubos labrados en
piedras que se sospecha fueron usados para el transporte de agua a la ciudad.
Era utilizado con fines funerarios ya que presenta mausoleos, galerías
subterráneas, un patio hundido y fosas. El principal hallazgo de este sector fue
un mausoleo construido con piedras finamente labradas que constituyen
compartimientos orientados hacia un espacio central a una profundidad de 8
metros dentro una estructura arquitectónica en forma de “D”.
Lamentablemente, ninguna de las tumbas develadas hasta el momento ha sido
encontrada intacta.6
Vegachayuq Mogo
Es una de las áreas ceremoniales más importantes de Wari. El hallazgo de una
arquitectura especial, sin precedentes en la zona a mediados de marzo de
2015, lleva a pensar en una probable capital de la cultura huarpa.6
Capillapata.
Sector formado por grandes muros dobles de entre 8 y 12 metros de altura. En
la base tiene un ancho de 3 metros y en la cima entre 0,80 y 1,20 m,
alcanzando 400 m de largo. Estos muros forman grandes cercados o
'canchones'.
Turquesayoc.
Llamado así por la presencia de restos de turquesa, sea en cuentas de collar o
pequeñas esculturas. Debido a la alta concentración de este material se cree
que en este sector estuvieron los talleres dedicados al trabajo de este material.
La Casa de Blas.
Por toda el área se encuentran desperdigados abundantes restos de artefactos
líticos, como puntas de proyectil, punzones y pedernales. La principal materia
prima era la obsidiana, el pedernal y la pelvis de cuy.
Canterón.
Llamado así porque se presume que este sector fue usado como cantera.
Ushpa Qoto.
Edificios diversos cercanos a una plaza. Tres murallas grandes corren de forma
paralela, estructuras semicirculares y ambientes subterráneos.
Robles Moqo.
Esta área presenta tiestos de cerámica y artefactos líticos fragmentados. Un
estilo de cerámica característico de wari toma el nombre de Robles Moqo, ya
que fue aislado tomando en cuenta los fragmentos hallados en este sector por
un guía local de apellido Robles.
Campanayoq.
Recintos circulares y trapezoidales. Están en mal estado de conservación,
totalmente derruidos, solo se pueden identificar los cimientos.
Trankaqasa.
16 petroglifos grabados en piedra. Se labraron surcos sobre superficies planas
que luego fueron ligeramente pulimentadas. Se representan líneas
concéntricas, volutas, serpientes, círculos y figuras geométricas.
Ushpa.
En ese lugar se han encontrado figuras humanas moldeadas que delatarían
áreas específicas de servicios, talleres y almacenes.
Gálvezchayoq.
Cavidad circular de 11 metros de diámetro y 10 de profundidad, excavada
intencionalmente. En el interior dos túneles cuidadosamente excavados tienen
orientación norte y sur respectivamente.
Churucana.
Muros similares a los de Capillapata forman recintos trapezoidales y
rectangulares.
Sitios provinciales de la cultura wari.
Otros centros provinciales de los waris fueron:

Centro administrativo de Pikillaqta, construido por la cultura wari en el Cusco .

• Ichabamba
• Wiracochapampa
• Honqo pampa
• Huilcahuaín
• Huarihuilca
• Chimú Cápac
• Socos
• Pachacámac
• Maymi
• Pacheco
• Atarco
• Azángaro
• Conchopata
• Jargampata
• Vista Alegre
• Palestina
• Jincamoqo
• Pikillaqta
• Cerro Baúl
• Espíritu Pampa (Vilcabamba).
Castillo de Huarmey.
Artículo principal: Castillo de Huarmey

Placa wari en forma de cóndor (600-900).


En septiembre de 2012, los arqueólogos procedieron a excavar entre los
escombros que aún quedaban en la parte más alta de la pirámide escalonada.
Al limpiar los pozos de los huaqueros notaron que en el fondo se extendía una
capa de ripio (piedras pequeñas) de aproximadamente 100 cm de grosor. Se
procedió a retirar esa capa, cuyo peso total fue de unas 33 toneladas. Debajo
encontraron seis esqueletos humanos que serían ofrendas humanas, pero el
momento cumbre fue cuando apareció la cámara funeraria con un rico ajuar, la
primera de la cultura wari hallada intacta. Dicha cámara funeraria mide 4.5 m
de largo, 3.5 de ancho y 1.5 de profundidad, y guardaba 57 fardos con
osamentas en posición sentada. En el lado norte de la misma cámara se
hallaron tres pequeñas tumbas que corresponderían a mujeres de la nobleza
wari. Todas ellas tenían joyas que demostraban su nivel social, pero la del
centro parecía tener mayor importancia que las demás. Serían probablemente
las esposas principales. Las demás osamentas, en número de 57, serían de
otras damas nobles, quizá las esposas secundarias o miembros de la corte,
enterradas conjuntamente.7
Se hallaron también asociados diversos objetos, como orejeras de oro, plata y
de otras aleaciones metálicas, recipientes de cerámica, objetos de piedra
tallada, cuchillos ceremoniales, un quero de piedra de Huamanga, agujas,
ovillos de colores, entre otros, haciendo un total de 1200 objetos en buen
estado de conservación, de inconfundible estilo wari. Todos estos hallazgos se
dieron a conocer en junio de 2013.7
El Señor de Wari.
Artículo principal: Señor Huari de Vilcabamba
Es un hallazgo arqueológico8 dado a conocer en febrero de 2011.9En efecto,
en Espíritu Pampa, distrito de Vilcabamba, provincia de La Convención,
departamento del Cuzco, se encontró un complejo funerario en cuya tumba
principal, perteneciente a un dignatario del Imperio wari,10 se hallaron un
pectoral, una máscara de plata, 223 cuentas del mismo metal, 17 piezas de oro
y más de 100 piezas de cerámica.
El hallazgo del Señor Wari de Vilcabamba ha sido comparado en importancia
con la del Señor de Sipán.

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