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Tópico del Carpe Diem

Horacio (s.I a.C.) Oda a Leuconoe (I, 11):

Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi No indagues (no es lícito saberlo) qué fin, a mí y a
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios ti, los dioses nos reservan, ni consultes, Leucónoe,
temptaris numeros. Ut melius quicquid erit pati! las tablas babilonias. ¡Será mejor sufrir lo que
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam viniere! Ya Júpiter te dé muchos inviernos o el
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare último sea éste, que fatiga el mar Tirreno, ahora,
Tyrrhenum, sapias, vina liques et spatio brevi
entre las rocas, ten sensatez, filtra tu vino y ciñe, a
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit
este tan breve espacio, una larga esperanza. Huye,
invida aetas: carpe diem, quam minimum credula
mientras hablamos, envidiosa la edad: agarra el
postero.
día, no te fíes apenas del dudoso mañana.

[Ausonio, s. II d.C.], De rosis nascentibus: Nos quejamos, Naturaleza, de que sea efímera la
belleza de las flores:
Conquerimur, Natura, brevis quod gratia florum: les arrebatas rápidamente las gracias mostradas a
ostentata oculis ilico dona rapis. los ojos.
quam longa una dies, aetas tam longa rosarum, La edad de las rosas es tan larga como un solo día,
quas pubescentes iuncta senecta premit. la vejez inminente las agobia, aun jóvenes.
quam modo nascentem rutilus conspexit Eoos, A la que el lucero brillante vio nacer,
hanc rediens sero vespere vidit anum. […] a ésa la vio anciana al regresar por la tarde. […]
collige, virgo, rosas dum flos novas et nova pubes, Recoge, doncella, las rosas mientras la flor está
et memor esto aevum sic properare tuum.(40-49) lozana y la juventud fresca,
y acuérdate de que así se apresura también tu edad.

Horacio, Oda a Ligurino (IV, 10): Oh, tú, esquivo y orgulloso por los favores de
O crudelis adhuc et Veneris muneribus potens, Venus.
Cuando la barba impensadamente sobrevenga a tu
insperata tuae cum ueniet pluma superbiae soberbia
et, quae nunc umeris inuolitant, deciderint comae, Y se te cayeren los cabellos, que ahora ondean por
tus hombros
nunc et qui color est puniceae flore prior rosae Y cuando ese color, mejor que el de la encarnada
mutatus Ligurinum in faciem uerterithispidam, rosa
Mudándose, convirtiere al hermoso Ligurino en
dices, heu, quotiens te speculo uideris alterum: velludo y feo:
'Quae mens est hodie, cur eadem non puero fuit, Ah! Cuántas veces, mirándote muy otro en el
espejo, dirás:
uel cur his animis incolumes non redeunt genae?' ¿Por qué no tengo ahora la misma intención, que
cuando niño?
¿O por qué con este ánimo mis mejillas no vuelven
a su estado?
Bernardo Tasso (1493-1569):

Mentre che l’aureo crin v’ondeggia intorno Mientras vuestro áureo pelo ondea en torno
a l’ampia fronte con leggiadro errore; de la amplia frente con gentil descuido;
mentre che di vermiglio e bel colore mientras que de color bello, encarnado,
vi fa la primavera al volto adorno. la primavera adorna vuestro rostro.

Mentre che v’apre il ciel puro il giorno, Mientras que el cielo os abre puro el día,
cogliete, o giovinette, il vago fiore coged, oh jovencitas, la flor vaga
de vostri più dolci anni; e con amore de vuestros dulces años y, amorosas,
state sovente in lieto e bel soggiorno. tened siempre un alegre y buen semblante.

Verrà poi’l verno, che di bianca neve Vendrá el invierno, que, de blanca nieve,
soul i poggi vestir, coprir la rosa suele vestir alturas, cubrir rosas
e le pioggie tornar aride e meste. y a las lluvias tornar arduas y tristes.

Cogliete, ah stolte, il fior, ah siate preste, Coged, tontas, la flor, ¡ay, estad prestas!:
che fugaci son l’ore, è’l tempo lieve fugaces son las horas, breve el tiempo
e veloce a la fin corre ogni cosa. y a su fin corren rápidas las cosas.

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