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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación.


U.E.C.D. Mons. Francisco M. Seijas.
San Carlos – Cojedes.

Profesor: Estudiante:

Yonis Betancourt Yenderis Palma

C.I 32.766.984

2do año “U”


En 1890 prácticamente ninguna mujer tenía prerrogativas electorales a nivel
nacional. A principios de la década de 1910, la igualdad en el sufragio (es decir, que
las mujeres pudieran votar en igualdad de condiciones que los hombres) hizo
rápidos progresos. Entre los primeros lugares que ampliaron el voto a las mujeres se
encuentran la isla de Man, que permitió el voto femenino en su Parlamento local (el
Tynwald) a partir de 1881; diversos estados de la frontera occidental de Estados
Unidos (con autoridad para conceder el sufragio en todos los niveles electorales); y
los gobiernos semisoberanos de Nueva Zelanda y Australia. En 1930, más de treinta
países habían ampliado la igualdad de sufragio; y en 1950, todas las nuevas
constituciones que preveían derechos de sufragio masculino incluían también a las
mujeres en las mismas condiciones.

Hubo claros patrones regionales en la concesión del sufragio en todo el mundo.


Los países europeos fueron los primeros que ampliaron el derecho de sufragio a las
mujeres, rápidamente a partir de 1910 y ampliándolos por segunda vez hacia el final
de la Segunda Guerra Mundial (cuando Francia e Italia otorgaron el derecho de voto
a las mujeres). La primera oleada europea incluye a países que se integrarían en la
Unión Soviética tras el final de la Primera Guerra Mundial. La adopción del sufragio
despegó en Asia oriental y el Pacífico, así como en los países latinoamericanos, en
la década de 1940. Casi todos los países de América Latina habían concedido ya el
derecho de voto a las mujeres en la década de 1960, pero varios países de Asia
oriental y el Pacífico resistieron hasta más avanzado el siglo. El África subsahariana
vio en torno a la década de 1950 una gran expansión de los derechos de las
mujeres, con un punto álgido coincidiendo con los grandes esfuerzos
descolonizadores y el cambio hacia la independencia en la década siguiente.

Además de la variación regional en el ritmo de concesión del sufragio femenino, los


países también tomaron caminos diferentes para llegar a él: universal, impuesto,
gradual e híbrido. En los países que siguieron el camino universalista, se concedió el
sufragio universal a hombres y mujeres al mismo tiempo, y en la primera vez que se
otorgó el sufragio. La ruta impuesta se produjo cuando la metrópoli colonial decretó el
sufragio femenino en sus territorios, o cuando una potencia ocupante insistió en el
sufragio (p.ej., al final de una guerra). La vía gradualista implica una alternancia entre
la inclusión de hombres y mujeres. Existen diversas variantes, pero un curso típico ha
sido la concesión limitada a los hombres, luego a todos los hombres y luego el
sufragio universal. Por último, hay casos híbridos en los que los países permitieron en
un principio el voto a algunos hombres, y luego, tras una nueva Constitución adoptada
como consecuencia de un cambio de régimen (o tras dictaduras), permitieron el
sufragio universal. En el mundo en su conjunto, el sufragio gradual ha sido el más
común (alrededor de un 44% de los países), seguido por el sufragio impuesto (28%).
El sufragio universal se aplicó en un 15% de los países, y la categoría híbrida, en un
14%.

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