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En 1890, prácticamente ninguna mujer tenía derecho al voto a nivel nacional. A principios de la década de 1910, el sufragio femenino avanzó rápidamente en algunos lugares como la isla de Man, estados del oeste de EE.UU. y Nueva Zelanda. En 1930, más de 30 países habían otorgado el derecho al voto a las mujeres. Los países europeos fueron los primeros en ampliar el sufragio femenino a partir de 1910, seguidos por países de Asia, Latinoamérica y África en las décadas de
En 1890, prácticamente ninguna mujer tenía derecho al voto a nivel nacional. A principios de la década de 1910, el sufragio femenino avanzó rápidamente en algunos lugares como la isla de Man, estados del oeste de EE.UU. y Nueva Zelanda. En 1930, más de 30 países habían otorgado el derecho al voto a las mujeres. Los países europeos fueron los primeros en ampliar el sufragio femenino a partir de 1910, seguidos por países de Asia, Latinoamérica y África en las décadas de
En 1890, prácticamente ninguna mujer tenía derecho al voto a nivel nacional. A principios de la década de 1910, el sufragio femenino avanzó rápidamente en algunos lugares como la isla de Man, estados del oeste de EE.UU. y Nueva Zelanda. En 1930, más de 30 países habían otorgado el derecho al voto a las mujeres. Los países europeos fueron los primeros en ampliar el sufragio femenino a partir de 1910, seguidos por países de Asia, Latinoamérica y África en las décadas de
U.E.C.D. Mons. Francisco M. Seijas. San Carlos – Cojedes.
Profesor: Estudiante:
Yonis Betancourt Yenderis Palma
C.I 32.766.984
2do año “U”
En 1890 prácticamente ninguna mujer tenía prerrogativas electorales a nivel nacional. A principios de la década de 1910, la igualdad en el sufragio (es decir, que las mujeres pudieran votar en igualdad de condiciones que los hombres) hizo rápidos progresos. Entre los primeros lugares que ampliaron el voto a las mujeres se encuentran la isla de Man, que permitió el voto femenino en su Parlamento local (el Tynwald) a partir de 1881; diversos estados de la frontera occidental de Estados Unidos (con autoridad para conceder el sufragio en todos los niveles electorales); y los gobiernos semisoberanos de Nueva Zelanda y Australia. En 1930, más de treinta países habían ampliado la igualdad de sufragio; y en 1950, todas las nuevas constituciones que preveían derechos de sufragio masculino incluían también a las mujeres en las mismas condiciones.
Hubo claros patrones regionales en la concesión del sufragio en todo el mundo.
Los países europeos fueron los primeros que ampliaron el derecho de sufragio a las mujeres, rápidamente a partir de 1910 y ampliándolos por segunda vez hacia el final de la Segunda Guerra Mundial (cuando Francia e Italia otorgaron el derecho de voto a las mujeres). La primera oleada europea incluye a países que se integrarían en la Unión Soviética tras el final de la Primera Guerra Mundial. La adopción del sufragio despegó en Asia oriental y el Pacífico, así como en los países latinoamericanos, en la década de 1940. Casi todos los países de América Latina habían concedido ya el derecho de voto a las mujeres en la década de 1960, pero varios países de Asia oriental y el Pacífico resistieron hasta más avanzado el siglo. El África subsahariana vio en torno a la década de 1950 una gran expansión de los derechos de las mujeres, con un punto álgido coincidiendo con los grandes esfuerzos descolonizadores y el cambio hacia la independencia en la década siguiente.
Además de la variación regional en el ritmo de concesión del sufragio femenino, los
países también tomaron caminos diferentes para llegar a él: universal, impuesto, gradual e híbrido. En los países que siguieron el camino universalista, se concedió el sufragio universal a hombres y mujeres al mismo tiempo, y en la primera vez que se otorgó el sufragio. La ruta impuesta se produjo cuando la metrópoli colonial decretó el sufragio femenino en sus territorios, o cuando una potencia ocupante insistió en el sufragio (p.ej., al final de una guerra). La vía gradualista implica una alternancia entre la inclusión de hombres y mujeres. Existen diversas variantes, pero un curso típico ha sido la concesión limitada a los hombres, luego a todos los hombres y luego el sufragio universal. Por último, hay casos híbridos en los que los países permitieron en un principio el voto a algunos hombres, y luego, tras una nueva Constitución adoptada como consecuencia de un cambio de régimen (o tras dictaduras), permitieron el sufragio universal. En el mundo en su conjunto, el sufragio gradual ha sido el más común (alrededor de un 44% de los países), seguido por el sufragio impuesto (28%). El sufragio universal se aplicó en un 15% de los países, y la categoría híbrida, en un 14%.