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Ingeniería en Administración

Comportamiento Organizacional

Tarea 2.1
Personalidad, Formación y Características

Daniel Rodríguez González

Diana Helena Aguilar Vega

Teocaltiche Jalisco a 04 de Mayo de 2022


Concepto.

El concepto de personalidad se proviene del término “persona”, denominación que


se utilizaba en el latín clásico para la mascara que portaban los actores de teatro en
la antigüedad.

Para el DSM-IV-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales),


los rasgos de la personalidad son patrones persistentes de forma de pensar,
relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo y que se presenta en
distintos entornos sociales.

La personalidad se modela y supone un conjunto de rasgos flexibles (dimensión


perdurable o persistente), que caracterizan a un individuo, explican su conducta y
lo hacen distinto de los demás. La personalidad es la tendencia estable de una
persona a pensar, sentir y actuar de una determinada manera.

Hay un componente en el constructo psicológico, que explica nuestra personalidad


y que está en nuestra materia prima bilógica. A este componente heredado se le
conoce como “temperamento”.

El segundo componente es el carácter. Este, a diferencia del temperamento, hace


referencia a lo que no nos viene dado biológicamente, sino que es fruto de los
modelos de aprendizaje y experiencias que vivimos desde que nacemos, y nuestros
propios mecanismos de aprendizaje.

Los estilos de personalidad marcarían una tendencia en el individuo por actuar o


pensar de determinada manera, ya que la formación de un estilo de personalidad
es inherente al desarrollo evolutivo de todo ser humano e influye en la interacción
de la persona con su entorno. Estas características no son consideradas como
patológicas, pues no están acentuadas y son los suficientemente flexibles como
para permitir que la persona modifique y adapte sus respuestas a las demandas
específicas de la situación y el contexto. Es decir, son funcionales y no ocasionan
ningún deterioro en algún área vital (personal, social, profesional, etc.).
Formación.

Para establecer una cronología de las etapas del desarrollo de la personalidad


resulta interesante partir de la clasificación de las principales etapas de la vida.

Partiendo de ellas como referencia, veamos de qué manera se va desarrollando la


estructura psicológica de los seres humanos.

• Primeros momentos.

En el momento en que un bebé nace no podemos considerar que tenga una


personalidad marcada, ya que el nuevo individuo no ha tenido experiencias
concretas que le hagan ser, pensar o actuar de una manera determinada. Sin
embargo, sí que es cierto que según pasan los días vamos viendo como el infante
tiene una tendencia a comportarse de una manera determinada.

Como lo dije anteriormente, estas primeras características forman parte de lo que


se viene a llamar temperamento, el cual forma parte de la constitución innata de la
persona y que posteriormente puede ser moldeado mediante el aprendizaje. Siendo
un componente vinculado principalmente a la afectividad, se trata de un componente
primigenio que va a actuar como base para la construcción de la personalidad.

• Infancia.

Según el sujeto va creciendo, va desarrollando poco a poco diferentes capacidades


cognitivas y físicas que le van a permitir captar la realidad, empezar a intentar
entender cómo funciona el mundo y cómo el propio ser puede influir y participar en
el.

Esta etapa se caracteriza por la adquisición de valores, creencias y normas


provenientes del exterior, de una manera inicialmente imitativa y con pocos tintes
críticos. La personalidad empieza a formarse según las características del
temperamento van siendo confrontadas a la realidad, adquiriendo patrones de
comportamiento y maneras de ver el mundo formándose el carácter.

En esta etapa la autoestima tiende a ser inicialmente elevada debido al elevado


nivel de atención que suele prodigar al menor en el entorno familiar. Sin embargo,
en el momento de la entrada al mundo escolar tiende a disminuir, debido a que se
deja atrás el entorno familiar para entrar en uno desconocido en el confluyen
numerosos puntos de vista.

• Pubertad y adolescencia.

La adolescencia, el punto en el que pasamos de ser niños a ser adultos, es una


etapa clave en la formación de la personalidad. Se trata de una etapa vital compleja
en el que el organismo se encuentra en proceso de cambio, al tiempo que se
aumentan las expectativas respecto al comportamiento del individuo y este empieza
a experimentar diferentes aspectos y realidades.

Se trata de un momento vital caracterizado por la necesidad de diferenciarse, siendo


frecuente que aparezca una ruptura o separación respecto a los adultos a cargo y
un cuestionamiento continuo de todo lo que hasta entonces se le ha inculcado.

Se aumenta el número de entornos en los que la persona participa, así como el


número de personas con las que interactúa, propiciando junto a los cambios
hormonales y el aumento en la capacidad de abstracción propia de la maduración
cognitiva hará que experimente diferentes roles que le enseñaran que le gusta y
que se espera de él o ella. Se da una potenciación de la búsqueda de vinculación
social y aparecen las primeras relaciones. El adolescente busca una identidad
propia a la vez que un sentimiento de pertenencia al entorno social, intentando
insertarse como parte de la comunidad y el mundo.

En esta etapa la autoestima tiende a variar producto de las inseguridades y los


descubrimientos propios de la adolescencia. A través de la experimentación el
adolescente va a ir probando diferentes maneras de ver la vida, quedándose e
inyectando algunos aspectos y variando otros. Se busca una identidad propia,
búsqueda que con el tiempo cristaliza en una personalidad diferenciada.

• Adultez.
Se considera que es a partir de la adolescencia cuando podemos hablar de
personalidad propiamente dicha, habiéndose forjado ya un patrón relativamente
estable de conducta, emoción y pensamiento.

Esta personalidad aun va a variar a lo largo de la vida, pero a grandes rasgos la


estructura va a ser semejante salvo que suceda algún acontecimiento muy relevante
para el sujeto que le empuje a realizar cambios en su manera de visualizar el mundo.

En relación a otras etapas vitales, la autoestima tiende a subir y en general el


autoconcepto del adulto tiende a intentar acercar su yo real con el ideal, por lo que
la timidez disminuye, en caso de haber sido elevada anteriormente.

Como consecuencia, deja de tener tanta importancia lo que los demás opinen de
uno mismo, y puedan llevarse a cabo actividades que en etapas anteriores darían
vergüenza.

• Ancianidad.

Si bien en general la personalidad sigue siendo estable la llegada a la vejez supone


la progresiva vivencia de situaciones como la perdida de habilidades, actividad
laboral y seres queridos, cosa que puede afectar en gran medida a nuestra forma
de relacionarnos con el mundo. Se registra una tendencia a la disminución de la
extraversión y la autoestima.

Características.

Son aquellas características permanentes que describen el comportamiento de un


individuo. En la medida que mas consientes sean y con mas frecuencia se presente
la característica en diferentes situaciones, mas importante se vuelve al describir al
individuo. Existen 16 factores de la personalidad que son fuentes del
comportamiento de una persona.

1. Reservado vs Extrovertido
2. Menos inteligente vs Más inteligente
3. Sumiso vs Dominante
4. Afectado por sentimientos vs Estable emocionalmente
5. Serio vs Alegre y afortunado
6. Egoísta vs Consciente
7. Tímido vs Aventurado
8. Realista vs Sensitivo
9. Confiado vs Suspicaz
10. Práctico vs Imaginativo
11. Directo vs Astuto
12. Seguro de sí mismo vs Aprensivo
13. Conservador vs Experimentador
14. Dependiente del grupo vs Autosuficiente
15. Sin control vs Controlado
16. Relajado vs Tenso

Bibliografía.

Eduardo Amorós. (N/A). Comportamiento Organizacional En Busca del Desarrollo


de Ventajas Competitivas. Chiclayo. Lambayeque. Perú: USAT - Escuela de
Economía.

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