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Joaquín Balaguer en el
Palacio del Congreso (1966)
Cuando Rafael Leónidas
Trujillo hubo de cesar a su
hermano de la presidencia a
causa de su impopularidad en
el interior y en el exterior,
cedió el poder a Balaguer
(1960); estrechamente vigilado por el dictador, Balaguer trató de suavizar el
régimen del que se sentía «prisionero». El posterior asesinato de Trujillo (1961)
dejó a Balaguer como único poder en el país, con el difícil reto de desmantelar
la dictadura. Tras varias semanas de manifestaciones contra la continuación de
las estructuras represivas del trujillismo, el 16 de enero de 1962 Balaguer fue
derrocado en un golpe de Estado encabezado por el general Pedro Rodríguez
Echevarría, y se exilió en Nueva York.
La grave crisis de 1965, en la que los partidarios y los detractores del
presidente izquierdista Juan Bosch (depuesto en 1963) se enzarzaron en una
suerte de guerra civil, quedó zanjada con una intervención militar de los
Estados Unidos y el compromiso de las partes de celebrar elecciones, lo que
permitió el regreso de Balaguer a Santo Domingo. Joaquín Balaguer concurrió
a las elecciones como candidato del Partido Reformista (el PR, que había
fundado en junio de 1964 en Nueva York) y derrotó en la jornada electoral del 1
de junio de 1966 a Juan Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD),
en lo sucesivo su más enconado rival.
Tras ocho años en la oposición, Balaguer ganó las elecciones de 1986 con el
41% de los votos, no sin la impugnación del candidato del PRD, Jacobo
Majluta. Prácticamente ciego y con la salud muy quebrantada, Balaguer fue
reelegido en 1990 con sólo un punto de ventaja sobre el también anciano Juan
Bosch, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien acusó al PRSC
(partido surgido de la fusión del Partido Reformista de Balaguer y el Partido
Revolucionario Social Cristiano, que desde ese momento pasó a llamarse
Partido Reformista Social Cristiano) de haber cometido fraude.
Aún insistió Balaguer, pese a los achaques propios de su avanzada edad (86
años), en un último mandato presidencial. Los resultados oficiales lo dieron
como vencedor con el 42,5%de los votos, pero aquellas elecciones de 1994
destacaron como las más sucias de los últimos años; fue evidente que sin el
fraude habría ganado el perredista José Francisco Peña Gómez. El gran
revuelo generado, más la mala imagen internacional, forzaron a Balaguer a
modificar la Constitución para prohibir la reelección y a convocar nuevas
elecciones en 1996, a las que no se presentaría.
Balaguer reciprocó ese respeto hacia Trujillo durante los treinta años de
dictadura como uno de los colaboradores más eficientes del régimen, sin
parecer perturbado ni mostrar el menor gesto de disgusto por los excesos y
aberraciones que eran comunes en aquella época. Balaguer fue, sin duda, un
ministro útil de Trujillo.
Cuando Trujillo fue asesinado en 1961 y a pesar de haber sido durante mucho
tiempo colaborador del dictador, Balaguer tomó medidas para liberar al país del
régimen con la concesión de algunas libertades civiles y suavizando la estricta
censura a que Trujillo tenía sometida la prensa. La OEA se mostró satisfecha y
levantó las sanciones económicas impuestas a la República Dominicana,
debido al intento de asesinato que Trujillo tramó en contra del presidente
venezolano Rómulo Betancourt. Sin embargo, las reformas provisionales de
Balaguer fueron rechazadas por gran parte de la sociedad, ya que era
presionado por la derecha, por los militares, por la izquierda, por la oposición,
era abucheado en las calles por la ciudadanía y llamado entre otras cosas
muñequito de papel.
Por otro lado, desde el mes de julio en que fue juramentado, el doctor Balaguer
promovió una estrategia que perseguía limitar las actividades de los
constitucionalistas y de los partidos de izquierda. Se dio inicio a un programa
de allanamientos en busca de armas de fuego y se tomaron medidas para
“suprimir el terrorismo”, las que también incluía restringir las actividades
políticas en actos públicos y una “campaña para recoger textos comunistas”.
El 26 de noviembre Bosch se
marchó vía Curazao de donde
pasó a Caracas y desde allí
viajó a España. Extrañamente,
y esto puede dar una señal
sobre el interés puesto por el
gobierno a la salida del líder del
PRD, su traslado a Punta
Caucedo, como era llamado el
Aeropuerto Las Américas en
aquellos tiempos, lo hizo
escoltado por una Comisión de funcionarios civiles y militares, mientras los
dirigentes de su partido lo esperaban en la terminal aérea. En la Comisión
oficial se encontraban Víctor Hidalgo Justo, secretario de Educación, Fernando
Álvarez Bogaert de Agricultura, y el subjefe de la policía nacional.
Una coyuntura favorable en los precios internacionales del azúcar, el auge del
turismo estadounidense, las inversiones privadas foráneas, y los programas de
obras públicas produjeron una fase de expansión económica, favoreciendo la
emergencia en la sociedad dominicana de clase media. Balaguer eludió
siempre su responsabilidad en los crímenes cometidos por La Banda Colorá y
otras irregularidades vinculadas con las Fuerzas Armadas, siempre achacó la
violencia política a sectores incontrolados del oficialismo y a la subversión de
izquierdas, cuya verdadera fuerza exageró enormemente.
El tercer gobierno de Balaguer fue mucho más liberal que el anterior. En este
periodo Balaguer era mucho más tolerante a los partidos de oposición y los
derechos humanos.
Para el 1984, el Partido Reformista se alía con el Partido Revolucionario Social
Cristiano, formando así el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
En 1990, con una abstención del 40%, Balaguer logra reelegirse con el 35.1%
de los votos, contra el 33.9% de Juan Bosch del Partido de la Liberación
Dominicana, y un Partido Revolucionario Dominicano que mantenía una crisis
interna. Este proceso se caracterizó por la expresión de amplios sectores de la
vida política y social, que criticaban la legitimidad de dichas elecciones, a lo
que Balaguer respondió lanzando los militares a la calle y decretando un toque
de queda.
Esta campaña fue una de los peores de la historia dominicana. Balaguer con
frecuencia utilizaba la ascendencia haitiana de Peña Gómez a su favor. El
dominicano históricamente tiende a desconfiar de cualquier persona con
sangre haitiana. Por ejemplo, Balaguer llegó a decir que Peña anexionaría el
país con Haití en caso de ganar. Con igual capacidad de maniobra en las
elecciones, se impuso con un 42.3%, contra un PRD que obtuvo el 41.6% de
los votos, donde se asegura que ocurrieron alteraciones de actas y del padrón
electoral en la misma Junta Central Electoral. Peña alegó fraude, y llamó a una
huelga general. Las manifestaciones tuvieron lugar en apoyo a la huelga.
Tres días después de que Narciso fue absuelto por las imploraciones de
nuestro padre, Vitico, un muchacho del barrio cuya única “infracción”, en el
arrogante mundo de los forajidos pagados por la política de turno fue ser joven,
cayo en manos de la banda, y le dejaron irreconocible: los ojos hinchados, los
pómulos alterados, marcas de los eslabones de la cadena en el cuerpo, y
vomitando sangre. Como Vitico, cientos de jóvenes fueron abusados en sus
derechos, sin razón alguna en la mayoría de los casos.
La golpiza propinada a Vitico por miembros de La Banda “Colorá” fue una entre
muchas, pues hubo muchos jóvenes dominicanos que no vivieron para contar
su experiencia, pues fueron condenados a la muerte por ese grupo de
vándalos. Con ése “ejemplo” que dio ese grupo para-policial, sirvió para que
en el ensanche La Fe nos enteramos de la llegada al sector del tenebroso
brazo armado, formado en abril de 1971 con el nombre de Frente Joven
Democrático Anticomunista y Antiterrorista.
Pero hay uno de estos y otros métodos que reviste mayor crueldad que
cualquier otro y es el de la desaparición física de un ciudadano. Ni el derecho a
una tumba.
Henry Segarra
Mario Balderas
Los servicios militares y de inteligencia al servicio del gobierno así como los
servicios de espionajes extranjeros le dieron seguimiento y ubicación a Mario
Baldera, quien con valentía y coraje desarrollaba sus trabajos organizativos sin
importarle las consecuencias que ello tuviera.
Los esfuerzos por ver a su esposo con vida resultaron inútiles hasta que al día
siguiente de su detención, el 29 de junio, le comunicaron que el mismo estaba
en la morgue del hospital San Vicente luego que ¨se ahorcara¨, versión que fue
rechazada por sus familiares y reclusos que atestiguaron escuchar en horas de
la noche como era golpeado inmisericordemente el agricultor asesinado.
El velatorio de Mario Balderas estuvo matizado por una fuerte presencia
policíaco-militar pese a lo cual decenas de personas participaron en el mismo y
poste-riormente le acompañaron hasta su última morada donde fueron
pronunciados encendidos discursos denunciando el asesinato del dirigente
campesino.
Orlando Martinez
Su pluma pisaba papel para denunciar los atropellos, para denunciar el robo
descarado de las multinacionales yanquis. Eso no le perdonaron. Si hubiese
escrito farándula o deportes no estuviera muerto. De seguro que no. Pero no se
dedico a eso, aunque se divertía con ello.
Es que no podía ocultar que los estudiantes eran ametrallados por el crimen de
robar el saber. Que los obreros perdían la vida en lo salado de su sudor. No
podía ocultar que nuestros campos desaparecían junto con sus moradores.
Como no denunciar la corrupción del gobierno balaguerista y las bandas de
asesinos a sueldo que lo sostenía. No podía callarlo porque era revolucionario
y aprendió que la verdad es siempre revolucionaria.
Mama Tingo
Fue una lider campesina de nuestro pais que, se destacó por defender el
derecho que tiene el hombre del campo de labrar la tierra, esta lucha era por la
recuperacion de tierras que estaban en manos de terratenientes , politicos y
militares que las habian adquirido de manera fraudulenta, adueñandose de
prados y hatos que habian sido cuna y medio de trabajo y subistencia para
unas 350 familias congregadas en La Liga Agraria Cristiana.