Está en la página 1de 15

Tema 16.

1 Concepto de familia.

La familia es un sistema abierto en constante interacción con los entornos histórico, social, económico
y cultural; no es una unidad homogénea en su conformacion, lo cual indica que no todas están
integradas de igual manera.

Por tanto, hay una gran variedad de ellas; la prevalencia de los distintos tipos de familias, sus
características sociodemográficas y las formas de organización hogareña y familiar varían con el
tiempo y según las transformaciones económicas, demográficas y culturales del contexto social.

1.1 Ciclo vital de la familia.

A lo largo de su vida, la composición de una familia va cambiando, al igual que también cambian las
relaciones interpersonales que en ella se establecen.

En toda familia se dan situaciones de crisis como muertes, pérdidas de empleo, cambios de hogar y
los cambios evolutivos de los hijos, como por ejemplo la entrada en la adolescencia o su emancipación
cuando son adultos.

Son estos cambios y transiciones lo que conocemos como ciclo de vida familiar, existiendo
varios modelos que especifican cuáles son las etapas por las que la mayoría de familias pasan y qué
es lo que hace que se transiciones de una a otra.

El ciclo de vida familiar son todas las etapas por las que pasa una familia a lo largo de su vida.

Estas etapas son progresivas, asociadas a cambios en la composición del núcleo familiar y, también,
en las relaciones entre sus miembros. Toda familia puede verse influida y alterada por factores internos
y externos, como por ejemplo el sistema cultural, los valores, las expectativas sociales y los cambios
políticos.

El concepto de ciclo de vida familiar se compone por varias etapas, las cuales, aunque varían según el
autor que se consulte, se supone que se corresponden con los períodos por los que la mayoría de
familias pasan en el seno de una sociedad. Estas etapas empiezan y acaban con la experiencia de
diferentes eventos vitales, acontecimientos que son los que se espera que la mayoría de familias vivan
en algún momento de su existencia.

El concepto de ciclo de vida familiar ha sido abordado desde varias ciencias sociales, como la
psicología social y la sociología. Dependiendo a quién se le pregunte, se coincide en que todas las
familias pasan por unas etapas u otras. Entre los modelos más populares tenemos dos: el de Wells y

1
Gubar y el de Duvall. A continuación mencionaremos todas las etapas que se proponen en sus
modelos:

1. Ciclo de vida familiar según Wells y Gubar (1966)

El modelo de William W. Wells y George Gubar se compone de 8 etapas que se diferencian en


cuanto a la presencia de hijos en el hogar y su edad.

• Etapa de soltería: Jóvenes solteros que viven por separado.

• Pareja recién casada: Parejas jóvenes casadas sin hijos.

• Nido lleno I: Parejas jóvenes con niños menores de 6 años.

• Nido lleno II: Parejas jóvenes con niños de más de 6 años.

• Nido lleno III: Parejas mayores con hijos dependientes.

• Nido vacío I: Ya no hay hijos en el hogar. El o la cabeza de familia sigue trabajando.

• Nido vacío II: La persona cabeza de familia se ha retirado/jubilado.

• Sobreviviente solitario: Trabajando o retirado.

2. Ciclo de vida familiar según Duvall (1988)

El modelo de Evelyn Millis Duvall se compone también de 8 etapas. En este modelo también se toma
en especial consideración la edad de los niños, pero en este caso se centra en el estadio
evolutivo en el que se encuentran.

• Parejas casadas: Sin hijos.

• Familias en la crianza inicial: Primogénito/a de menos de 30 meses.

• Familias con niños en edad preescolar: Primogénito/a entre 2,5 y 6 años.

• Familias con niños en edad escolar: Primogénito/a entre 6 y 13 años.

• Familias con adolescentes: Primogénito/a entre 13 y 20 años.

• Familias como plataforma de lanzamiento: Desde que el primogénito/a deja el hogar hasta que
el hijo más joven también lo hace.

• Padres de mediana edad: Desde el nido vacío hasta el retiro laboral.

• Familia con miembros ancianos: Desde el retiro laboral hasta el fallecimiento de ambos
miembros de la pareja.

2
1.2 Transiciones y crisis.

A lo largo de su ciclo de vida, las familias pasan por diferentes crisis y problemas que, aunque no
suelen ser graves ni hacer que el núcleo familiar se desintegre, implican cambios en la vida familiar.

Con el paso de los años todas las familias tienen que enfrentarse a varios eventos naturales,
como nacimientos, muertes y el crecimiento de sus hijos, situaciones que pueden implicar
mayor estrés si hay una crisis económica o problemas relacionales de fondo. Son eventos que alteran
la estructura de la familia y ponen a prueba su adaptabilidad.

A continuación, y tomando el modelo de Duvall como referencia, podemos ver cuáles son las crisis y
estresores que una familia cisheteronormativa puede encontrar a lo largo de su existencia:

1. Pareja recién casada

Esta es la etapa en la que se da comienzo a todo, siempre y cuando prospere la relación. Es ese
momento en el que dos personas se conocen, establecen una relación amorosa, hacen planes de vida
y se casan.

En sí misma la etapa supone varias crisis de identidad, puesto que ambos miembros de la pareja
tienen que asumir que ya no son personas solteras, sino la “mitad” de un todo. Ambos miembros
de esta nueva pareja deben negociar qué creencias y expectativas adoptar para crear una nueva
identidad como pareja y como futura familia.

2. Familias en la crianza inicial

En esta etapa la crisis se da cuando dos personas que están en una relación van a pasar a ser
tres (o cuatro) porque la mujer está embarazada. Los padres primerizos tienen que adaptarse a sus
nuevos roles como progenitores, establecer un vínculo con su hijo y coordinarse en tareas
relacionadas con la crianza.

3. Familias con niños en edad preescolar

En este caso la crisis está relacionada con la infancia, momento en el que los hijos primogénitos
adquieren un poco de autonomía y se vuelven difíciles de controlar para sus padres, sobre todo si
los niños son curiosos y quieren explorar el mundo que los rodea. Además, en esta etapa pueden
haber tensiones por desajustes en los roles laborales y familiares.

4. Familias con niños en edad escolar

La crisis se da por el inicio de la escuela. El niño tiene que aprender a relacionarse con otros niños
y otras figuras de autoridad a parte de sus padres, mientras que los padres tienen que relacionarse
con otros padres y los docentes del centro. Es una etapa en la que aparecen los deberes, las
actividades extraescolares, los suspensos y aprobados, las reuniones de padres...

3
5. Familias con adolescentes

El principal motivo de crisis en las familias con adolescentes está relacionado con los conflictos de
identidad propios de la adolescencia. La familia tiene que ajustarse al inicio de la pubertad y la
madurez sexual, hacer frente a las ansias de independencia y rebeldía de su hijo y discusiones que se
mantendrán con él o ella por varias divergencias.

6. Familias como plataforma de lanzamiento

Aquí la crisis se produce con la inminente partida de los hijos. Los padres tienen que aceptar que
sus pequeños han crecido, que buscan formar ser dueños de su propia vida, mayor
independencia y tomar decisiones propias sobre su formación no obligatoria y profesión a ejercer.

7. Padres de mediana edad

Ya no hay hijos en casa. Los padres tienen que reajustar su identidad puesto que durante muchos
años gran parte de su rutina consistía en cuidar de sus hijos y, ahora que ya no están, se tiene que
llenar ese espacio vacío, el espacio que deja dejar de ser padre 24/7.

Ahora, sin hijos en casa, tienen que asumir roles diferentes, entre ellos el de ejercer de abuelos de sus
recién nacidos nietos o afrontar su jubilación.

8. Familia con miembros ancianos

Finalmente, la última etapa del ciclo de vida familiar se establece con una crisis provocada por la
percepción de que se ha perdido la juventud, la vitalidad, la salud y la pareja, en caso de que ya
haya fallecido. Los dos miembros de la pareja o el viudo se preparan psicológicamente para
enfrentarse a la última etapa de sus vidas antes de la inevitable llegada de la muerte.

1.3 Tipologías de familia.

Ya que la familia parte de la sociedad, es una estructura que puede cambiar a lo largo del tiempo, y de
hecho lo hace. La estructura familiar no indica si una familia es funcional o no, sino que simplemente
tiene que ver con la forma de ésta y los miembros que la integran. Algo que tiene mucho que ver con el
contexto histórico, económico y cultural.

Esta variedad de formas incluyen las siguientes.

1. Familia nuclear (biparental)

La familia nuclear es lo que conocemos como familia típica, es decir, la familia formada por un
padre, una madre y sus hijos. Las sociedades, generalmente, impulsan a sus miembros a que formen
este tipo de familias.

4
2. Familia monoparental

La familia monoparenta consiste en que solo uno de los padres se hace cargo de la unidad familiar,
y, por tanto, en criar a los hijos. Suele ser la madre la que se queda con los niños, aunque también
existen casos en en que los niños se quedan con el padre. Cuando solo uno de los padres se ocupa
de la familia, puede llegar a ser una carga muy grande, por lo que suelen requerir ayuda de otros
familiares cercanos, como los abuelos de los hijos. Las causas de la formación de este tipo de familias
pueden ser, un divorcio, ser madre prematura, la viudedad, etc.

3. Familia adoptiva

Este tipo de familia, la familia adoptiva , hace referencia a los padres que adoptan a un niño. Pese a
que no son los padres biológicos, pueden desempeñar un gran rol como educadores, equivalente al
de los padres biológicos en todos los aspectos.

4. Familia sin hijos

Este tipo de familias, las familias sin hijos , se caracterizan por no tener descendientes. En
ocasiones, la imposibilidad de procrear de los padres lleva a éstos a adoptar a un hijo. En cualquier
caso, podemos perfectamente imaginar una unidad familiar en la que, por un motivo u otro, no se haya
querido o podido tener hijos. No hay que olvidar que lo que define a una familia no es la presencia o
ausencia de hijos.

5. Familia de padres separados

En este tipo de familia, que podemos denominar familia de padres separados , los progenitores se
han separado tras una crisis en su relación. A pesar de que se nieguen a vivir juntos deben seguir
cumpliendo con sus deberes como padres. A diferencia de los padres monoparentales, en los que uno
de los padres lleva toda la carga de la crianza del hijo sobre sus espaldas, los padres separados
comparten funciones, aunque la madre sea, en la mayoría de ocasiones, la que viva con el hijo.

6. Familia compuesta

Esta familia, la familia compuesta , se caracteriza por estar compuesta de varias familias nucleares.
La causa más común es que se han formado otras familias tras la ruptura de pareja, y el hijo además
de vivir con su madre y su pareja, también tiene la familia de su padre y su pareja, pudiendo llegar a
tener hermanastros.

Se trata de un tipo de familia más común en entornos rurales que en los urbanos, especialmente en
contextos en los que hay pobreza.

5
7. Familia homoparental

Este tipo de familia, la familia homoparental , se caracteriza por tener a dos padres (o madres)

homosexuales que adoptan a un hijo. También puede haber familias homoparentales formadas por
dos madres, obviamente. Aunque esta posibilidad suscita un amplio debate social, los estudios han
demostrado que los hijos de padres o madres homoparentales tienen un desarrollo psicológico y
emocional normal, como por ejemplo explica este informe de la APA.

8. Familia extensa

Este tipo de familia, la familia extensa , se caracteriza porque la crianza de lo hijos está a cargo de
distintos familiares o viven varios miembro de la familia (padres, primos, abuelos, etc.) en la misma
casa. También puede suceder que uno de los hijos tenga su propio hijo y vivan todos bajo el mismo
techo.

2 La separación.
La separación o divorcio de los padres puede tener efectos -más o menos importantes, dependiendo
de las circunstancias- en todos los miembros de la familia. En muchos casos, la desintegración
familiar da lugar a una situación indeseable e insostenible que afecta principalmente a los más
pequeños.

La manipulación y las faltas de respeto quizás son las primeras tentaciones en las que ninguna pareja
debería caer. Por tanto, es fundamental limpiar el lenguaje de insultos hacia el otro, intentando que
prime el bienestar de los menores por encima del propio.
Asimismo, es muy perjudicial para la salud mental de los niños, el hecho de que se sientan forzados a
posicionarse del lado de uno o de otro. No hay que demonizar al otro, sino tratar de facilitar la
transición hacia la nueva realidad familiar.
La separación de los padres y su impacto en los hijos según su edad
¿Cuáles son los errores más comunes en un proceso de separación? En diversas ocasiones y de
manera inconsciente los progenitores podemos cometer una serie de errores que perjudican a los
hijos. Entre los más comunes:

1. Transmitir al menor la idea de que deber elegir entre un padre u otro. De esta manera, el menor se
verá presionado produciendo distancia emocional. Al final se sentirá más cercano del que le muestre
cariño y amor.

2. Expresar comentarios que dañen la figura del padre ... La separación de los padres y su impacto en
los hijos según su edad
3. Presentar diferentes parejas de manera continua y frecuente y establecer una temprana
convivencia. Los niños necesitan conocer la nueva pareja de una manera progresiva respetando su
tiempo y generando espacios en común donde se puedan compartir actividades para generar un

6
vínculo. De esta manera, se puede obtener un equilibrio entre el desarrollo óptimo de los menores y la
consolidación de la nueva pareja.

3 El sistema familiar.
Hay muchas definiciones de “sistema”, pero en términos prácticos se adopta la de Von Bertalanffy: “Un
sistema es un conjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar un conjunto de objetivos”

Otra definición que aporta otras características señala que “un sistema es un conjunto de unidades
interrelacionadas entre sí, cada una de ellas con diferente nivel de complejidad, límites de
permeabilidad variables, sistema de comunicación interno y medio de comunicación exterior".
Con estas definiciones es posible imaginar una enorme variedad de ejemplos. Un sistema puede ser
una célula, un ser humano, una familia, un equipo de fútbol, el sistema solar. Todos estos sistemas
tienen unas interrelaciones e intercambian “energía” hacia los sistemas superiores (suprasistemas) y
hacia los inferiores (subsistemas).
Al concebir a la familia como sistema, estamos dando por hecho que constituye una unidad, una
integridad, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características de sus miembros, es decir,
la familia no se puede ver como una suma de individualidades, sino como un conjunto de
interacciones.

Esta concepción de la familia como sistema, aporta mucho en relación con la causalidad de los
problemas familiares, los cuales, tradicionalmente, se han visto de manera lineal (causa-efecto) lo cual
es una visión errónea, puesto que en una familia no hay un “culpable”, sino que los problemas y
síntomas se deben precisamente a deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad de la
familia como sistema. El funcionamiento familiar debe verse no de manera lineal, sino circular, es decir
lo que es causa puede pasar a ser efecto o consecuencia o viceversa.
La familia, como sistema abierto, tiene las propiedades de todos los sistemas de este tipo. Ejemplo,
podemos mencionar que, de acuerdo con la totalidad, el comportamiento de todo el sistema familiar no
puede ser explicado con la suma de las conductas de todos sus miembros; lo que ocurre a un miembro
de la familia afecta a todos los demás.

La equifinalidad está presente cuando identificamos que las familias pueden alcanzar el mismo
resultado final a partir de condiciones iniciales diferentes. Las relaciones entre los miembros de una
familia se presentan como circuitos de interacción repetidos y recíprocos; un comportamiento
desencadena otro en otro miembro y así sucesivamente, se construyen progresivamente, pautas de
interacción que van definiendo a la familia. Así mismo, el sistema familiar tiene una organización y una
jerarquía que le permite diferenciar el desempeño de sus funciones a través de subsistemas. Cada
individuo es un subsistema en el interior de una familia y, a la vez, forma parte de diversos
subsistemas familiares como el conyugal (esposos), el parental (padres-hijos) o el fraterno (hermanos).
La familia también es un sistema en constante transformación, que cambia y se adapta a las diferentes
exigencias del medio externo como las derivadas de sus propias etapas evolutivas. Para ello mantiene

7
un constante equilibrio entre sus fuerzas homeostáticas y sus capacidades de transformación, siempre
con el propósito de asegurar continuidad y crecimiento en sus integrantes.

4 Técnicas e instrumentos.
Genograma. Es una de las técnicas diagnósticas más utilizadas en Trabajo Social, (perteneciente al
Modelo Sistémico) y que permite condensar la información familiar en una sola imagen. Se trata de un
mapa visual que refleja la configuración de la familia, sus características biológicas y los lazos que
unen a sus integrantes, así como las relaciones que se establecen entre los mismos.

Ecomapa. Es una técnica gráfica de diagnóstico perteneciente al Modelo Ecológico, y donde se


representa a la familia rodeada por un círculo en la parte central de la figura, seguidamente se van
añadiendo otros círculos alrededor del primero y que representan los apoyos sociales disponibles en
cada caso.

Mapa de Redes. Es otra de las técnicas gráficas de diagnóstico perteneciente al Modelo Ecológico, y
que representa los apoyos sociales existentes en los miembros de la familia, en forma de redes
concéntricas.

Culturograma. Es una técnica gráfica de diagnóstico perteneciente al Modelo Ecológico, en el que se


representan gráficamente los datos culturales de la familia. Es una herramienta eficaz para analizar las
fortalezas y debilidades culturales que posee la familia.

Cronograma. Es una técnica diagnóstica perteneciente al Modelo Sistémico, y que permite recoger en
orden cronológico los acontecimientos más relevantes del sistema familiar.

5 Genograma.
El genograma es una representación gráfica (en forma de árbol genealógico) de la información básica
de, al menos, tres generaciones de una familia. Incluye información sobre su estructura, los datos
demográficos de los miembros y las relaciones que mantienen entre ellos. De esta forma, proporciona
a “golpe de vista” una gran cantidad de información, lo que permite no sólo conocer a la familia, sino
realizar hipótesis acerca de la relación entre el problema y el contexto familiar, la evolución del
problema a lo largo del tiempo, su relación con el ciclo vital de la familia, etc.

La construcción de un genograma familiar se compone de tres fases sucesivas:

1) trazado de la estructura familiar;

2) recogida de la información básica sobre la familia; y

3) delineado de las relaciones familiares.

8
Trazado de la estructura familiar

Esta primera fase supone el eje central del genograma, ya que representa cómo los diferentes
miembros de una familia están biológica y legalmente unidos entre sí. En esta representación, las
figuras (p. ej. cuadrado, círculo) simbolizan personas y las líneas simbolizan las relaciones que
mantienen entre ellas. Además, se emplea una línea de puntos para indicar la convivencia de los
diferentes miembros, “rodeando” en un mismo círculo aquellas personas que comparten domicilio.

Construcción de los genogramas:

En relación a la evaluación, hay que tener en cuenta que los genogramas, son tan solo una parte de un
proceso más general. Mónica McGoldrick y Randy Gerson proponen la creación de los genogramas
estructurándolo en tres niveles:

1. El trazado de la estructura familiar: La columna vertebral de un genograma es una descripción


gráfica de cómo diferentes miembros de la familia están biológica y legalmente ligados entre sí de una
generación a otra. Este trazado es la construcción de figuras que representan personas y líneas que
describen sus relaciones.

2. Registro de la información sobre la familia: Una vez trazada la estructura familiar, se empieza a
agregar información sobre la familia en particular:

a) información demográfica;

b) información sobre el funcionamiento; y

c) sucesos familiares críticos.

La información demográfica incluye edades, fechas de nacimiento y muertes,… La información


funcional incluye datos más o menos objetivos sobre el funcionamiento y de comportamiento de los
distintos miembros de la familia. (Ausentismo en el trabajo, alcoholismo…). Y en relación a los sucesos
familiares críticos estos incluyen transiciones importantes, cambios de relaciones, migraciones,
fracasos y éxitos.

3. Demostración de las relaciones familiares: Este comprende el trazado de las relaciones entre los
miembros de una familia. Dichas caracterizaciones están basadas en el informe de los miembros de la
familia y en observaciones directas. Se utilizan distintos tipos de líneas para simbolizar los diferentes
tipos de relaciones entre dos miembros de la familia.

Interpretación de los genogramas:

En relación a la interpretación de los genogramas, los autores Mónica McGoldrick y Randy Gerson,
consideran que lo más adecuado para interpretar correctamente los genogramas es necesario

9
estructurarlo en seis categorías, y donde cada una de estas categorías representa un conjunto general
de suposiciones de las cuales se pueden generar hipótesis sobre las pautas familiares.

Categoría 1: Estructura familiar: De la estructura familiar se pueden obtener numerosas hipótesis solo
con la observación de la estructura vincula, incluyendo la composición familiar, las constelaciones
fraternas y las configuraciones familiares inusuales. Al estudiar esta categoría, se pueden formular
hipótesis sobre ciertos temas, roles y relaciones que pueden ser verificadas buscando más información
sobre la familia.

Categoría 2: Adaptación al ciclo vital: Las edades y las fechas que aparecen en el genograma nos
permiten ver a qué transiciones en el ciclo vital se está adaptando la familia y si los sucesos del ciclo
vital y las edades se dan dentro de las expectativas normativas. Cuando ello no sucede, se puede
investigar más a fondo las posibles dificultades en el manejo de esa fase del ciclo vital.

Categoría 3: Repetición de pautas a través de las generaciones: El principio para interpretar la


repetición de pautas a través de las generaciones, pautas reiterativas de funcionamiento, de relación y
la estructura familiar en un genograma sugiere la posibilidad de que las pautas continúan en el
presente y continuarán en el futuro. El reconocimiento de estas pautas ofrece la posibilidad de ayudar
a los miembros de la familia a alterarlas.

Categoría 4: Sucesos de la vida y funcionamiento familiar: Investigar los sucesos críticos y los cambios
en el funcionamiento familiar, permite realizar conexiones sistemáticas entre coincidencias aparentes,
evaluar el impacto de cambios traumáticos en el funcionamiento de la familia y su vulnerabilidad a
futuras tensiones, estudiar las reacciones de aniversario y luego tratar de comprender dichos sucesos
en un contexto social, económico y político más amplio.

Categoría 5: Pautas vinculares y triángulos: El genograma permite detectar relaciones intensas en una
familia y, dada la estructura familiar y la posición en el ciclo vital, también formular hipótesis sobre
importantes lazos y pautas triangulares de esa familia. Comprender dichas pautas triangulares resulta
esencial para el planeamiento de la intervención. La “destriangularización” es un importante proceso en
el que se les enseña a los miembros de una familia a liberarse de rígidas pautas triangulares.

Categoría 6: Equilibrio y desequilibrio familiar: Estudiar el genograma en busca de pautas de contraste


y equilibrio en la estructura, roles, funcionamiento y recursos de la familia, le permite al profesional
deducir hipótesis sobre cómo la familia se adapta a los desequilibrios que pueden estar tensionando el
sistema.

10
6 Estilos de disciplina y efectos en los menores.

1. Estilo autoritario

El estilo autoritario se basa en la disciplina severa , donde los padres establecen las reglas y
esperan que los niños las sigan sin excepción. También se conoce como estilo de crianza militar,
porque el padre o madre emplea reglas muy estrictas en la familia, fomentando la obediencia.

Los padres con este estilo parental son controladores, prestan poco apoyo a sus hijos y son

propensos al castigo , las amenazas e incluso pueden ejercer la violencia. Si el hijo infringe las
normas familiares, será castigado severamente sin escuchar su explicación.

Pese a que los niños autoritarios siguen las reglas la mayor parte del tiempo, suelen desarrollar
problemas de autoestima, puesto que los padres nunca han tenido en cuenta sus necesidades o sus

sentimientos y emociones. También pueden convertirse en niños hostiles o agresivos , que no


saben tomar decisiones y resolver problemas. Varios estudios sugieren que los niños criados con este
estilo de educativo tienen un buen desempeño académico, pero corren el riesgo de desarrollar
habilidades sociales pobres, por lo que se considera un estilo de crianza negativo.

2. Estilo permisivo

El estilo permisivo puede parecer un buen estilo parental porque muchos padre lo emplean pensando
que así su hijo o hija será más feliz; sin embargo, a la larga, puede traer consigo consecuencias

emocionales serias. Los padres permisivos tratan de proteger a sus hijos de incidentes dañinos ,
no establecen ningún estándar para el comportamiento de sus pequeños y son muy tolerantes.

Estos padres se caracterizan por ser poco firmes y tener poco control sobre la situación . Los
estudios demuestran que los niños que crecen en entornos con este estilo de crianza tienden a tener
un bajo rendimiento académicamente, y pueden presentar más problemas de comportamiento, ya que
probablemente no harán caso a la la autoridad y las reglas. A menudo tienen baja autoestima y
pueden experimentar tristeza. Suelen convertirse en personas caprichosas y consentidas.

3. Estilo democrático

Este es, sin duda, uno de los estilos educativos más saludables para la crianza de los hijos. Los
padres democráticos suelen ser firmes pero también brindan apoyo y cariño a sus pequeños.
Establecen límites, pero también consideran el punto de vista del infante. Dicho de otro modo, ponen
reglas que esperan que los hijos sigan; sin embargo, consideran que existen excepciones en estas
reglas.

Los padres democráticos suelen explicar las consecuencias que tiene la conducta negativa de sus

hijos en vez de aplicar castigos. Asimismo, emplean el refuerzo positivo para los buenos

11
comportamientos y pueden estar más dispuestos que los padres autoritarios a usar sistemas de
recompensa y elogios.

Los estudios muestran que los niños criados con este estilo educativo tienden a ser más felices y

exitosos . A menudo son buenos para tomar decisiones y gozan de una mayor autoestima, y de
mayores son más responsables y se sienten cómodos expresando sus opiniones.

4. Estilo negligente o indiferente

Este estilo se caracteriza porque los padres no están implicados en crianza de sus hijos y, por
tanto, no proporcionan el apoyo necesario a sus niños ni les sirven de guía. No muestran ningún
cariño o disciplina y, en resumidas cuentas, no prestan atención a sus pequeños.

Las investigaciones muestran que este es un estilo muy dañino para los jóvenes, y la conducta de los

padres tiene un impacto negativo a nivel global en el desarrollo de sus hijos tanto en el presente
como en el futuro.

Los padres indiferentes ponen en riesgo la salud emocional de sus hijos y su autoestima y  causan

serios problemas psicológicos en diferentes ámbitos de su vida futura , por ejemplo, las
relaciones interpersonales o el trabajo.

7 La comunicación como estrategia de intervención en el ámbito familiar.

Teniendo en cuenta las nuevas situaciones de comunicación y la necesidad de adaptarse a ellas con
garantías de éxito exponemos a continuación algunos principios básicos que debemos considerar.

1) Es importante construir las relaciones padres/hijos en positivo. Tomar conciencia sobre el valor
socializador de la familia. La familia es el primer grupo social en el que el niño se mueve, sus primeras
pautas de relación social se adquieren aquí bajo una gran presión afectiva (Yubero, Bodoque y
Larrañaga, 2006). Esto va a formar parte del nivel más profundo de la consciencia del individuo. El niño
llegará a ser como los otros le ven. Por eso es importante dar pautas positivas.

2) Valorar adecuadamente el peso del aprendizaje vicario. El niño aprende también por imitación, no se
debe caer en el engaño de que “por una vez no importa” o creer que lo que se está haciendo mal (por
ejemplo: mentir) como tiene una causa justificada para el adulto, va a ser entendido de esa manera por
el niño. Es, por tanto, importante, compartir efectivamente las normas y los valores. En la medida en
que es efectivo y real el punto anterior se impone el compartir unas normas que han de ser cumplidas
por todos en la medida en que están establecidas por grupos de edad o sean generales. La familia es
el medio natural en el que el niño experimenta los valores (Ortega y Mínguez, 2004).

12
3) El ambiente, el clima emocional en la familia, está muy relacionado con la formación de los sujetos
(Pichardo, 1998). La expresión y comprensión adecuada de sentimientos es muy importante por lo que
se ha de procurar un clima de seguridad (Domínguez, Cuña y Rodríguez Machado, 2003) en el que el
niño se sienta cómodo al expresarse. Es bueno crear un ambiente en el que todos los miembros de la
familia puedan demostrar sus sentimientos afectivos, no hay que descuidar la proximidad, los abrazos,
las expresiones de cariño. También hay que permitir que emerjan los sentimientos negativos en el
sentido de que podamos hablar de ellos y canalizar la ira o la rabia. Además hemos de consolar, es
importante apoyar antes de censurar o aconsejar.

4) Otro elemento que hay que tener en cuenta es el de crear espacio para el crecimiento personal
(Domínguez Cuña y Rodríguez Machado, 2003). Hemos de entender que los hijos no son copias de
nosotros mismos por mucho que nos guste el momento en el que reconocemos un gesto o un rasgo
que lo identifica como “nuestro”. Son personas y solamente se pertenecen a sí mismas por eso tienen
derecho a ser diferentes. Debemos evitar expresar sentimientos de desilusión o frustración respecto de
su persona (son las acciones concretas las que pueden estar mal no las personas en sí). Esto resulta
muy importante ya que la familia nos ayuda a crear nuestra identidad y nuestra escala de valoración
personal (Lila y Marchetti, 1995).

5) Los sentimientos positivos de autopercepción se construyen desde las relaciones respetuosas entre
los individuos. Los padres no pueden exigir respeto si antes no han respetado a los jóvenes. Todo el
grupo debe respetarse de forma recíproca. El espacio del sujeto, su cuerpo, las relaciones con sus
amigos. Se trata de crear un ambiente amable en el que se encuentre tranquilidad y sosiego (Beltrán,
J. y Pérez, L., 2000).

LA PRÁCTICA DE LA COMUNICACIÓN DIALÓGICA

Debemos construir desde la comunicación, desde el diálogo, una buena práctica y así procurar las
condiciones más favorables para que se produzca la transmisión efectiva de valores (López Lorca,
2005). Estos actuarán como elemento de cohesión creando cultura de grupo y espacios comunes de
pertenencia.

Autores como Fernández Millán y Buela-Casal (2002) han elaborado resúmenes de principios básicos
que deben tenerse en cuenta en un buen proceso de comunicación dialógica. Nosotros proponemos
las siguientes pautas de actuación:

• Distribución de tareas, responsabilidades y normas que previamente han sido


comunicadas, analizadas y comprendidas en la medida de su importancia y de las
posibilidades y aptitudes de los individuos implicados.

13
• Petición y valoración de opiniones de forma que podamos realizar una toma conjunta de
decisiones utilizando el diálogo.

• Desarrollo de las habilidades asertivas. Esto es la habilidad para decir cómo se es,
aquello que se considera un derecho propio, la manera de pensar sin molestar a los
demás. Es la forma acertada de pedir lo que necesitamos. Esta habilidad también incluye
el dominio de la expresión en positivo de nuestras impresiones sobre las acciones o
pensamientos de otra persona y, además, abarca la coherencia del discurso.

• Cuidar algo más que las palabras. Atender al gesto, a la postura, a todos esos elementos
del lenguaje no verbal que, algunas veces, lo contradicen y generan situaciones de
ambigüedad en la comprensión del mensaje. En esta misma línea se entiende el uso
adecuado de los espacios y los tiempos de comunicación. Hay que saber elegir los
momentos y las situaciones. El tiempo y el espacio son elementos que pueden ayudar o
entorpecer la comunicación dependiendo de la pericia que demostremos en su utilización.

• Atender a la coherencia entre “teoría y práctica”. El ejemplo no debe contradecir el


mensaje del discurso. Debemos actuar con la lógica que se desprende de lo que decimos,
de lo contrario, lo único que estamos transmitiendo es que nuestras palabras no tienen
valor.

• Empatizar, ponerse en el lugar del otro, intentar comprender realmente lo que el otro
pretende explicar. Intentar compartir emociones. Colocarse en el lugar del otro implica
escuchar con atención, no en función de lo que se quiere contestar. Se trata de hacer
realmente eficaz el diálogo. Esta escucha activa también facilita nuestra capacidad de
atención para prestar ayuda y apoyo emocional.

• - El diálogo permite a la persona expresarse con autenticidad por ello se incluyen aquellos
aspectos que tienen que ver con el reconocimiento de los errores. Esto significa que
hemos de pedir disculpas o reconocer ese error de forma adecuada. Esta misma
autenticidad también lleva a elogiar expresamente el esfuerzo del otro. Y, por encima de
todo, significa expresar y compartir sentimientos.

Estos elementos en su conjunto ayudan en la creación de un clima emocional que facilita la


comunicación. Algunos autores como González Ramírez (2000), Costa y Costa (2000), Fox y Frankell
(2007) o Franco (2010), para comprobar el nivel comunicativo real, sugieren incluir algún elemento de
evaluación para visualizar el tipo de comunicación que se tiene en la familia. Así aconsejan el registro
en audio de alguna conversación familiar para analizar las pautas de actuación que se están siguiendo.

14
FORMAS DE ACTUAR QUE DIFICULTAN LA COMUNICACIÓN

A la vista de todos los principios expuestos con anterioridad, entendemos que existen algunas formas
de actuar que dificultan la creación de un espacio de comunicación. Las formas de expresión de una
conducta comunicativa inadecuada pueden ser muy variadas y no podríamos enumerarlas todas, pero
podemos establecer que tienen que ver con:

• Una percepción diferencial de los estatus de los interlocutores en el proceso comunicativo en la


familia. Esto imposibilita la comunicación horizontal. Tendemos a ver al otro como el sujeto que
debe responder y por ello no escuchamos de forma activa. Realmente prestamos atención
solamente a nuestro discurso, mientras “el otro” habla nosotros nos preocupamos de elaborar
una contestación en vez de ponernos en su situación. Se produce también un menosprecio de
las ideas externas y, por extensión, un menosprecio de la persona. Podemos no estar de
acuerdo y transmitir este sentimiento aportando nuestro juicio de forma que no implique falta de
respeto u ofensa. Esta falta de sensibilidad también suele hacer menos visible el esfuerzo de
los demás cuando éste no tiene como consecuencia una acción o conducta que nosotros
consideramos como la más acertada.
Dentro de esta percepción diferencial de la posición del otro también es frecuente recordarle
que siempre actúa igual. Usamos las etiquetas y generalizamos con lo que damos por sentado
que ese (el erróneo) es el tipo de actuación que esperamos de esa persona. Todos tenemos
virtudes (visión positiva) pero, cuando actuamos de la manera que venimos exponiendo,
únicamente tomamos en cuenta los defectos (visión negativa). Esta visión negativa acaba por
ser la que define al sujeto en sí, es decir, extendemos el juicio de lo negativo de las acciones
hasta la propia persona. Esto hace que el cambio de actitud sea percibido por ambas partes
como más difícil puesto que lo que está mal no es simplemente la acción (susceptible de
cambio) sino el propio sujeto (dudoso cambio).
• Falta de comprensión de los mecanismos y diferentes elementos que forman parte del proceso
de diálogo. Esto dificulta la posibilidad de mantener un clima positivo durante el transcurso de
la comunicación. Existen unas pautas de actuación, unos modos y maneras que en muchas
ocasiones ignoramos u olvidamos.

15

También podría gustarte