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La contaminación atmosférica se presenta en diferentes sustancias que se derivan

fundamentalmente de cinco focos de actividades humanas: la industria, la agricultura, los


residuos, los hogares y el transporte. Una concentración elevada de gases de efecto invernadero
es altamente nocivo para la salud del planeta y sus habitantes. Estas son los principales gases
contaminantes:
El monóxido de carbono
El dióxido de carbono
El dióxido de nitrógeno
El óxido de nitrógeno
El ozono a nivel del suelo
El material particulado
El dióxido de azufre
Los hidrocarburos
El plomo
Estas emisiones tienen cinco focos básicos producidos por el ser humano:
Industrias
En muchos países, la producción de energía es la fuente principal de la contaminación del aire,
aunque no la única. La quema de carbón por parte de centrales eléctricas o aquellas plantas
basadas en diésel, son dos de las fuentes de emisión más frecuentes y nocivas. De la misma
manera, aunque en menor medida en comparación con las anteriores, los procesos industriales y
el uso de solventes en industrias químicas contribuyen a la contaminación del aire y el
calentamiento global.

Transporte
Cerca de 25% de todas las emisiones de CO2 (dióxido de carbón) relacionadas con la energía
provienen del transporte. Estas emisiones producen aproximadamente cerca de 400.000 muertes
prematuras al año por la mala calidad del aire. La mitad de ellas son consecuencia de la emisión de
diésel debido a la emisión de óxidos de nitrógeno. No cabe duda que el transporte actual es
ineficiente, caro e insostenible al no poderse mantener al mismo ritmo sin comprometer a las
generaciones futuras.
Solo en España la contaminación ha provocado la muerte de cerca de 100.000 personas en la
última década.  Y es que, según datos de Naciones Unidas, el coche causa el 13% de la
contaminación del aire en los países miembros de la Unión Europea. La soberanía del coche frente
a otros medios más sostenibles es una tarea pendiente para todos.

Agricultura
En este sector hay dos fuentes principales que producen el 24% de todos los gases de efecto
invernadero. Por un lado, la quema de residuos agrícolas y, por otro, el metano y amoníaco que
genera la ganadería. Las emisiones de metano son especialmente destacables, puesto que afectan
al ozono a ras de suelo. Esta contaminación del aire es causante de enfermedades respiratorias y
aumenta el asma. El metano, es además un gas de efecto invernadero (aunque no siempre se
refuerce esta idea) que tiene un impacto mayor que el CO2 a largo plazo (por ejemplo, en períodos
de 100 años).

Residuos
Se calcula que el 40% de los residuos generados en el mundo y los desechos orgánicos se queman
al aire libre, lo que genera emisiones a la atmósfera de dioxinas nocivas, furanos, metano y
carbono negro. Una problemática que afecta especialmente a aquellas regiones o zonas que están
en proceso de urbanización o a países en vías de desarrollo.

Entre las estrategias para evitar los efectos de este tipo de contaminación atmosférica se
encuentra la mejora en la recolección, separación y eliminación de desechos sólidos. Con ello
podría reducirse la cantidad de materiales depositados en vertederos y posteriormente quemados
al aire libre.

Hogares
La contaminación del aire desde el ámbito doméstico es nociva en dos maneras. Por un lado,
porque es el aire que las personas respiran en sus hogares de manera directa, produciendo a
medio y largo plazo enfermedades respiratorias; por otro lado, porque repercute en el aire
exterior. La fuente de esta contaminación proviene de la quema de madera y combustibles fósiles
para actividades como cocinar, calentar o iluminar los hogares.
Cuidar de una mascota familiar puede ser genial para los niños, ya que les enseña la
responsabilidad, el trato amable y el respeto por los seres vivos. 

Pero, al igual que las personas, las mascotas pueden trasmitir infecciones. Aquí encontrará
cómo proteger a su familia. 

¿Cómo contagian infecciones las mascotas?


Al igual que nosotros, todos los animales son portadores de gérmenes. Pero las
enfermedades más habituales entre las mascotas (como el moquillo, el parvovirus canino y la
enfermedad del gusano del corazón o dirofilariosis) no las pueden trasmitir a los seres
humanos. 

Algunos tipos de bacterias, virus, parásitos y hongos que pueden trasmitir las mascotas
pueden causar enfermedades en los seres humanos a través de mordeduras o arañazos o
bien al entrar en contacto con los excrementos, la saliva o la caspa de los animales. Los
bebés, los niños menores de 5 años de edad, las mujeres embarazadas y las personas con
sistemas inmunitarios débiles tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de
enfermedades. 
Precauciones con las mascotas 
Considere el tipo de mascota, así como el estado de salud y la edad de sus hijos antes de
adquirir una mascota. Por ejemplo, los niños con sistemas inmunitarios débiles debido a una
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la quimioterapia para tratar el
cáncer o la toma de medicamentos esteroides) no deben estar cerca de perros y gatos con
infecciones por tiña. Los niños con eccema deben evitar los acuarios. Los reptiles y los
anfibios no son una buena idea para aquellas familias donde haya bebés, niños pequeños o
personas inmunodeprimidas. 
Perros y gatos
Los perros y los gatos pueden ser portadores de infecciones como:

 La infección por campylobacter (o campilobacteriosis): Esta infección bacteriana


provoca diarrea, dolor abdominal y fiebre en los seres humanos. 
 La enfermedad por arañazo de gato: Entre sus síntomas, se incluyen la inflamación,
las molestias en los ganglios linfáticos, fiebre, dolor de cabeza y fatiga. 
 La rabia: Esta grave enfermedad es sumamente infrecuente en Estados Unidos,
gracias a la vacunación generalizada de perros y gatos. 
 Las enfermedades trasmitidas por garrapatas: Las enfermedades trasmitidas por
garrapatas pueden ocurrir cuando las garrapatas pican a las mascotas en el exterior.
Use productos para prevenir las picaduras de garrapata en sus mascotas y elimine con
seguridad cualquier garrapata que detecte en ellas lo antes posible. 
 La tiña: Los niños la pueden contraer al tocar perros y gatos infectados. La tiña puede
causar un área redonda, seca y escamosa, rodeada por un contorno rojo y que
sobresale en la superficie de la piel. 
 La toxocariasis: Los huevos de una lombriz parasitaria presentes en los intestinos de
gatos y perros pueden pasar de sus heces a la tierra donde juegan los niños. Un niño
infectado puede tener fiebre, tos o resuello, agrandamiento del hígado, erupción y
ganglios linfáticos inflamados. 
 La toxoplasmosis: Una infección debida a un parásito presente en las heces de los
gatos no suele causar ningún síntoma en las personas sanas, pero puede causar
graves problemas en las mujeres embarazadas y en sus bebés. Por eso, las mujeres
embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios débiles deben evitar entrar en
contacto con excrementos de gato. 
Aves
Las aves, incluso las que viven en jaulas, pueden trasmitir las siguientes enfermedades:

 La criptococosis: un hongo o levadura contenida en las heces de las aves, sobre


todo en las de las palomas, puede causar neumonía y meningitis en personas con el
sistema inmunitario débil, sobre todos en las personas infectadas por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) o con el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia
adquirida). 
 La psitacosis: hay un tipo de bacteria que puede infectar a las aves, y las personas
que entran en contacto con las heces de aves infectadas o con el polvo que se
acumula en sus jaulas pueden contraer esta enfermedad, también conocida como
fiebre del loro. Sus síntomas incluyen tos, fiebre alta y dolor de cabeza. 
Las aves de corral, como la gallinas y el pato, también pueden ser portadoras de gérmenes
nocivos, como la Salmonella. Los niños pequeños y las personas con sistemas inmunitarios
débiles no deben tocar estas aves ni cualquier otro tipo de ave de corral. 
Reptiles y anfibios
Los reptiles (que incluyen los lagartos, las lagartijas y las tortugas) y los anfibios (como las
ranas, los sapos y las salamandras) no son recomendables como mascotas para niños
menores de 5 años debido a la salmonelosis. Esta infección causa síntomas como dolor
abdominal, diarrea, vómitos y fiebre. Los niños pequeños se pueden poner muy enfermos y
tener deshidratación, meningitis, y septicemia (infección de la sangre) debido a la
salmonelosis. 
Otros animales
La manipulación y el cuidado de roedores o peces pueden exponer al riesgo de contraer:

 La coriomeningitis linfocítica. La gente puede contraer el virus de la coriomeningitis


linfocítica cuando se expone a la orina, las heces o la saliva de roedores infectados. Los
ratones, los jerbos, los hámsters y los cobayas domésticos no suelen ser portadores de
este virus, pero se pueden infectar cuando se relacionan con ratones salvajes en los
criaderos, las tiendas de animales o dentro de casa. La coriomeningitis linfocítica puede
causar síntomas gripales, como fiebre, fatiga, cefaleas, dolores musculares, náuseas y
vómitos, y puede conducir a desarrollar meningitis o encefalitis. Puede causar graves
problemas a mujeres embarazadas y sus fetos. 

 La infección por Mycobacterium marinum. La pueden contraer personas que se


cortan o se hacen una herida en la piel y se exponen a aguas contaminadas de acuarios o
piscinas. Estas infecciones suelen ser leves y afectan solo a la piel, pero pueden ser más
graves en personas con una infección por el VIH, el SIDA o sistemas inmunitarios débiles.
¿Cómo podemos cuidar de una mascota de una manera
segura?
He aquí una serie de consejos para ayudar a su familia a cuidar de su mascota con seguridad:

 En cuanto elijan a la mascota de su familia, llévenla al veterinario para que le ponga


las vacunas pertinentes y le haga una exploración física. Programe revisiones
regulares y vacúnela según se lo recomiende el veterinario. Así mantendrá sana a su
mascota y reducirá las probabilidades de que pueda trasmitir infecciones a su familia. 

Enseñe a su hijo a lavarse las manos después de tocar a la mascota, manipular su comida, limpiarle
la jaula o los recipientes para los excrementos. Pónganse guantes cuando limpien o recojan los
excrementos de su mascota. Si se trata de un ave, pónganse una mascarilla anti-polvo sobre la
boca y la nariz cuando limpien la jaula del animal. No deje que sean los niños quienes se
encarguen de limpiar la jaula o el cajón de los excrementos hasta que sean lo bastante mayores
como para proceder con seguridad y responsabilidad. 

 Haga que su hijo se lave las manos después de visitar zoológicos infantiles, granjas o las
casas de amigos donde vivan animales. 

 Recuerde a los miembros de su familia que eviten besar a las mascotas o tocarles la boca
porque las infecciones se pueden trasmitir a través de la saliva. 

 Mantengan limpia y libre de excrementos el área donde vive su mascota. Si su mascota


hace sus excrementos en el exterior, recójalos y no permita que sus hijos jueguen en ese
lugar. 
 De ser posible, no deje entrar a su mascota a lugares donde se preparen o se manipulen
alimentos, y no la bañe ni limpie su jaula o acuario en el fregadero de la cocina ni en la
bañera. Lave a su mascota fuera de casa o considere la posibilidad de acudir a un
peluquero de animales profesional. 

 Eviten los animales desconocidos o aquellos que parezcan estar enfermos. No adopten
nunca a un animal salvaje como si fuera doméstico.

 Observe atentamente a sus hijos cuando se relacionen con mascotas. Los niños pequeños
son muchos más proclives a contraer infecciones procedentes de las mascotas porque
gatean por el suelo, las besan, comparten alimentos con ellas y les meten los dedos y otras
cosas en la boca, que puede estar contaminada. 

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