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En tiempos arcaicos se encontraron 

cocodrilos del Nilo, una especie


reducida actualmente, fueron encontrados en el sur de Europa, tras haber
nadado a través del Mediterráneo. Estos cocodrilos desviados pudieron ser
un elemento de inspiración para los mitos de dragones. Es posible que
tanto esqueletos de ballenas como de dinosaurios, así como fósiles de
mamíferos gigantes, hayan sido confundidos de igual manera por los
huesos de estas criaturas aladas y otros seres mitológicos. Por ejemplo, el
descubrimiento en el año 300 a. C., en Wucheng, Sichuan, China, fue
marcado como uno de ese estilo por Chang Qu.

Adrienne Mayor ha escrito del tema de los fósiles como una inspiración
para los mitos en su libro «Los primeros cazadores de fósiles». En una
sección de la Enciclopedia de Geología ella escribió: «Los restos fósiles
crearon una vasta variedad de geomitos, especulando en la identidad de
las criaturas, desde China e India hasta Grecia, América y Australia,
contando historias de dragones, monstruos y héroes gigantes».

Para el caso de Australia, las historias de los dragones pueden tener su


origen en la tierra de los cocodrilos Quinkana, los cuales eran terrestres,
de cinco a siete metros de largo. Otro lagarto gigante que habitaba en esa
región era el Varanus priscus, un reptil carnívoro que vivió en Australia
Meridional, en el Pleistoceno, hace 40,000 años, y que también llegaba a
medir siete metros de longitud, y peso de 1,940 kilogramos
aproximadamente. O bien, las extintas serpientes arcoíris que
posiblemente pertenecían al grupo de las Wonambi naracoortensis. Hoy el
mismo reptil Varanus komodoensis es conocido en español como Dragón
de Komodo.
En el libro An Instinct for Dragons, el antropólogo David E. Jones propone
una hipótesis acerca de que los humanos, al igual que los monos, hemos
desarrollado reacciones instintivas contra las serpientes, los felinos
gigantes y las aves de rapiña. Los dragones tienen caracteres que son
combinación de esos tres taxones, por lo que ese instinto de miedo podría
explicar por qué los dragones con descripciones similares aparecen en
historias de diferentes culturas en todos los continentes.

Finalmente, en Eslovenia, en The Glory of the Duchy of Carniola, el


historiador natural Janez Vajkard Valvasor recopiló historias populares
acerca del Olm (una salamandra subterránea). Este es mencionado como
un bebé dragón que fue empujado a la superficie por las fuertes lluvias de
Eslovenia, dando origen a la creencia popular de que los grandes
dragones vivieron en la corteza terrestre, y que los olms fueron los
descendientes no desarrollados de estas míticas criaturas.

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