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UNIVERSIDAD YACAMBU

PROGRAMA DE ESTUDIOS POR COMPETENCIAS


CARRERA-DERECHO

TRABAJO 3

TRABAJO MONOGRÁFICO

Facilitadora: Prof. Armando Jesús Briceño Sánchez


Asignatura: DERECHO PÚBLICO
Participante: Jesús Rafael Cadenas C.
C.I.V-19985210

Chaguaramas, 07 de Julio de 2017


INTRODUCCIÓN

Cualquiera que esté familiarizado con el funcionamiento de la


estructura política y jurídica internacional, sabe que la noción de
soberanía desempeña un rol decisivo. Si bien es verdad que, en este
último tiempo, al consolidarse varios procesos de integración, el concepto
de soberanía ha tomado nueva forma, la sentencia pronunciada por la
Corte de Justicia Internacional en 1979 sigue, en lo esencial, siendo
válida
El respeto por la integridad territorial, el principio de no intervención,
la defensa de la auto-determinación así como la igualdad jurídica de los
Estados, principios que vemos invocar a diario en el ámbito internacional,
se derivan del concepto de soberanía. Por otro lado, la discusión actual
sobre hasta qué punto debe respetarse la soberanía de una nación o de
una región cuando se trata de un atropello a los derechos humanos o de
una transgresión del medio ambiente, no hace más que confirmar la
inobjetable actualidad, ya en el siglo XXI, del longevo principio de
soberanía.
Históricamente, el concepto de soberanía se ha prestado para diversos
usos y abusos políticos. Ha servido tanto para salvaguardar
legítimamente los derechos de un Estado como para escudar los actos
más aberrantes cometidos por éste.
En los últimos tiempos, se acusa al principio de soberanía de
haberse convertido en un verdadero obstáculo a la hora de habilitar la
intervención extranjera en caso de crisis humanitaria. Sin embargo, y
contrariamente, se argumenta que la noción de soberanía ha probado ser
un remedio efectivo contra el abuso político al que a veces puede dar
lugar la intervención humanitaria. En efecto, en la historia sobran
ejemplos de cómo la búsqueda más cruda del interés realista de un
Estado o grupos de Estados se ha disfrazado de intervención ejercida en
nombre de los derechos humanos.
1. Definición de la soberanía,

La Soberanía (del latín “super amus”, ‘señor supremo’) es la voluntad


política que posee un Pueblo con derecho a tomar decisiones para
determinarse, manifestarse, y tomar decisiones con independencia de
poderes externos.

Para abordar los aspectos constitucionales relacionados la


soberanía nacional, acotar lo contemplado en el art. 11 de la CRBV que
al respecto plantea:

“La soberanía plena de la República se ejerce en los espacios


continentales e insulares, lacustres y fluviales, mar territorial, áreas
marinas interiores, históricas y vitales y las comprendidas dentro de las
líneas de base rectas que ha adoptado o adopte la República ; el suelo y
subsuelo de éstos; el espacio aéreo continental, insular y marítimo y los
recursos que en ellos se encuentran, incluidos los genéticos, los de las
especies migratorias, sus productos derivados y los componentes
intangibles que por causas naturales allí se hallen.

El espacio insular de la República comprende el archipiélago de Los


Monjes, archipiélago de Las Aves, archipiélago de Los Roques,
archipiélago de La Orchila , isla La Tortuga , isla La Blanquilla ,
archipiélago Los Hermanos, islas de Margarita, Cubagua y Coche,
archipiélago de Los Frailes, isla La Sola , archipiélago de Los Testigos,
isla de Patos e isla de Aves; y, además, las islas, islotes, cayos y bancos
situados o que emerjan dentro del mar territorial, en el que cubre la
plataforma continental o dentro de los límites de la zona económica
exclusiva.

Sobre los espacios acuáticos constituidos por la zona marítima


contigua, la plataforma continental y la zona económica exclusiva, la
República ejerce derechos exclusivos de soberanía y jurisdicción en los
términos, extensión y condiciones que determinen el derecho
internacional público y la ley.

Lo descrito en esta cita, determina claramente cuál es el alcance de


la soberanía de la República en relación a los espacios territoriales
nacionales y parte de la división geográfica; pero es bueno hacer notar
que ya la Constitución de 1961, así como otras Constituciones que la
antecedieron, han destacado la significancia y la legitimidad jurídica que
sin discusión alguna en materia de soberanía territorial, marítima y aérea,
que históricamente le han correspondido a la República de Venezuela

2. EXPLIQUE LA SOBERANÍA EN LA ANTIGÜEDAD Y EN LA EDAD


MEDIA.

LA TEORÍA DE LA SOBERANÍA EN LA ANTIGÜEDAD

A. La teoría de la soberanía en la Grecia Clásica

Este estudio “histórico-teórico” de la idea de soberanía remite en


primera instancia a la Antigüedad, dado que, como dijimos en la
introducción, es por entonces que se encuentran los primeros
antecedentes del concepto. Es ya tópico señalar que la antigua
Grecia se constituyó como la cuna del espíritu teórico del Occidente.
A esa cultura inquieta le debemos gran parte del desarrollo
intelectual de nuestra civilización. Sabido es que los griegos incursionaron
exitosamente por el ámbito de la filosofía, de la física, de la
medicina y de la matemática. De igual modo, el pensamiento griego
dio abundantes frutos en el terreno de la teoría política. De ahí que
también los primeros gérmenes del concepto de soberanía los
encontremos en la Antigua Grecia.

Primeramente, ha de advertirse al lector que es un tanto abusivo


hablar de la existencia de una teoría o de un concepto de soberanía
en Grecia. Por el período, más que de teorías, habría que hablar de
ciertas conceptualizaciones tendientes a configurar lo que, parados en
este tiempo histórico, visualizamos como la noción soberanía. En este
capítulo nos dedicaremos a hacer una reseña lacónica de las
contribuciones más destacables que dio la Antigüedad. En ese
sentido, comenzaremos por la reflexión griega, que tendrá como
exponentes máximos a Platón y Aristóteles, para luego seguir por el
pensamiento romano.

a. La teoría de la soberanía en Platón

En la antigua Grecia, estaba bien extendida la alabanza de la ley


como la entidad jurídico-política de carácter superior, esto es, “soberana”.
Ese endiosamiento de la ley es constatable en diversos ámbitos, siendo
un espacio compartido tanto por la literatura como por la filosofía 3. En
términos generales, para los griegos, la fuente originaria de la le y, o
arjé,era nada menos que la recta razón. Se deducía de ello que la ley
debía ser, como la razón misma, universal, eterna y evidente.

Sin embargo, esta adoración de la ley comenzó a flaquear durante la


llamada Ilustración ateniense. A eso ayudó tanto la obra de los sofistas,
que defendían a ultranza el relativismo como la apertura de Atenas hacia
los pueblos que habitaban el Mediterráneo. Con la enorme pluralidad de
leyes que esos pueblos desplegaban, la concepción de la ley que la
entendía como portadora de principios racionales universales, tuvo que
ceder ante una visión mucho más pluralista que al tiempo comulgaría
perfectamente con el relativismo profesado por la filosofía sofista. De ese
modo, la ley dejó de ser visualizada como el espejo de una realidad
universal e inmutable para no ser más que una suerte de techné humana,
de carácter convencional, que no debe recoger ningún ideal objetivo de
justicia sino más bien construirlo a partir de la práctica misma.
b. La teoría de la soberanía en Aristóteles

Aristóteles señala (1962, 98) que sería un total desacierto que los
pobres, es decir, los muchos, ejerciendo el poder soberano, cayeran en la
tentación de repartirse entre ellos los bienes de los ricos. No menos
injusto, dice el filósofo, sería que el poder supremo cayera en las manos
de un tirano que, amparándose en ése poder, utilizara la violencia para
hacer pasar su propia voluntad e interés por algo justo y bueno para
todos. Si, en cambio, se depositase la soberanía en ciudadanos
distinguidos, apunta el filósofo, también habría problemas: ¿qué reacción
despertaría en las demás clases de la sociedad? Mismas dificultades
presentaría la soberanía de la ley. Para Aristóteles, las normas no
dependen sino de la constitución del Estado y de ello se sigue que una ley
puede ser, como el Estado, oligárquica o democrática e incorporar así los
defectos propios de esos regímenes.

Por lo tanto, sea donde sea que se radique la soberanía siempre


existirán riesgos que son inherentes a cada modalidad. Sin embargo,
haciendo una suerte de balance, Aristóteles sostendrá que habría menos
riesgo de que el ejercicio del poder soberano se degenerara si ése poder
se le adjudicara a los muchos ciudadanos. Efectivamente, “Reunidos en
asamblea general [argumenta el filósofo], hay en la masa una inteligencia
suficiente [...] Pero cada ciudadano por sí solo es incapaz de juzgar”
(ibídem, 100) Con esto quiere decir que el poder soberano debe estar en
manos del conjunto de ciudadanos en vista de que éstos suelen juzgar
mejor el bien común que los individuos sueltos. Este poder soberano, que
le correspondería al conjunto de ciudadanos, no sería otro que el poder
de deliberación

. En este punto hay que recalcar que el hecho de que Aristóteles


confiera a la masa ciudadana la capacidad deliberativa, consagra a este
cuerpo como el verdadero poder soberano dentro de una nación, puesto
que, para el filósofo, la esencia de la soberanía consiste precisamente en
detentar la potestad de deliberar y decidir. Dado el carácter soberano de
la asamblea, le compete tomar decisiones en los temas de guerra y paz,
de alianzas con potencias extranjeras, de leyes, de sentencias a muerte,
etc.

B. La teoría de la soberanía en la Roma Clásica

En lo que respecta al pensamiento de la Roma antigua en


relación a la soberanía, el jurista Georg Jellinek aduce que los romanos
fueron totalmente ajenos a la misma o, al menos, como se la comprende
en su sentido moderno. Ello lo explica por dos razones.

1. En primer lugar, como su poder se mantuvo incontestado durante


muchísimo tiempo, los romanos no se vieron en la necesidad de
dilucidar cuál era exactamente la differentia specifica de ése mismo
poder. Dado su sentimiento de superioridad, Roma no requería que
ningún otro poder foráneo la reconociera. Con ello, la posibilidad
de gestar una perspectiva comparada, de la cual emergiera
eventualmente alguna teorización vinculada al poder soberano,
como sucedió en la Grecia antigua.
2. En segundo lugar, el concepto de soberanía no habría echado
raíces en la Roma antigua debido a la inexistencia de poderes
internos que rivalizaran con el del Estado. Cuando se estudia el
desarrollo de la idea de soberanía se pone de relieve que la misma
tuvo un inusitado auge por el siglo XVII, que es cuando las
fuerzas feudales están dando la batalla final y cuando suceden
las guerras de religión. Tanto los ejércitos feudales como los
bandos religiosos se habían convertido así en poderes al interior del
Estado que amenazaban con debilitar su poder. Frente a esto aparece
como respuesta la noción de soberanía, que aboga por la unidad del
Estado y que legitima la superioridad de su poder. En ese sentido, el
argumento de Jellinek apunta a que como en el Imperio.

3. LA TEORÍA DE LA SOBERANÍA EN LA EDAD MEDIA

Algunas consideraciones previas Antes de comenzar a recorrer el


concepto de soberanía durante la Edad Media debe dejarse
asentada la siguiente aclaración. Si bien, como se dijo en la
introducción, la perspectiva que aquí adoptamos rehúye de hacer un
racconto histórico de los hechos que propiciaron la configuración de los
poderes soberanos europeos, en este punto en particular sí nos
vemos obligados a servirnos de ciertos elementos históricos en la
medida en que, por este período, la idea de soberanía comienza a
moldearse a partir de ciertos acontecimientos puntuales. Como
veremos, la noción se nutre, para nombrar algunos, de discusiones
teológicas-políticas, de los enfrentamientos entre el Papa y
Emperador y de la consolidación de los Estado-nación.

b. La teoría de la soberanía y la recuperación del Derecho romano

Como ya apuntásemos, los primeros rudimentos del concepto de


soberanía medieval proceden de la recuperación del Derecho romano
tardío, acaecida, fundamentalmente, por el siglo XI. Este es un
proceso que se dio simultáneamente en todas partes de Europa y
constituyó una forma de racionalización y ordenación del Derecho.
Merced a ése redescubrimiento, se forjaron nuevas perspectivas con
respecto a las relaciones entre gobernante y gobernado, por un lado, y al
de gobernante y Derecho, por otro.

Viejas nociones romanas, como la de “potestas” o la de “iurisdictio”,


pasaron a ocupar un lugar importante en la discusión jurídica, viniéndose
a sumar al ya vasto herramental conceptual utilizado por los denominados
legistas en la búsqueda de la comprensión de las vinculaciones jurídicas
entre los diferentes poderes dentro de las sociedades que
componían la gran República Cristiana. A partir de allí, el esfuerzo
jurídico se encaminó a tratar de arrojar luz sobre el conjunto de
relaciones que articulaban el complejo mundo político medieval y que,
hasta entonces, no habían sido teorizadas en un sistema coherente por la
disciplina jurídica.

c. La teoría de la soberanía y el Papado

Pero no sólo por la vía de la dogmática jurídica romana se construyó el


camino hacia el concepto de soberanía. También desde el Derecho
Canónico se contribuyó a llegar a dicha conceptualización. En efecto,
es posible trazar la idea de soberanía a partir de ciertas premisas
provenientes de la concepción jurídico-religiosa. Conviene empezar por
la ya señalada idea romana de la “plenitudo potestatis”, utilizada para
proclamar la omnipotencia papal. La tesis de la “plenitudo potestatis” es
expuesta en el “Dictatus Papae” de Gregorio VII, en el año 1075.
De los varios puntos que expone el “Dictatus”, el que aquí más interesa
es el que señala que el Papa es el señor supremo del mundo, estando
por encima de todos los reyes y, por supuesto, del Emperador.

d. Sobre el poder absoluto del soberano en el discurso medieval.

Como vimos, la Edad Media fue un período especialmente fértil en la


configuración de la idea de soberanía, perfilando lo que en la Modernidad
se habrá de convertir en uno de los conceptos medulares de la teoría
política. En ese proceso de construcción, el discurso jurídico-político
medieval hará un aporte significativo al sentar las bases de lo que será
una de las características más distintivas de esa noción, a saber, la
absolutidad. Si bien es un largo camino el que recorrerá, la idea de
que el soberano posee una capacidad no limitada por barrera jurídica o
política alguna comienza, grosso modo, con la referida puja de poder
suscitada entre el Papa y el Emperador.

e. Hacia la formulación religiosa del concepto de soberanía

Más allá del origen jurídico-romano, vemos que en la


configuración del concepto de soberanía interviene el pensamiento
religioso, sea a través del Derecho Canónico o sea a través de analogías
místicas. No son pocos los autores que han señalado que el
concepto de soberanía posee una fuerte raigambre religiosa. Veamos
algunos.

3. Desarrollo de la tesis de soberanía de Bodino y sus críticas.

En 1576, Bodin publicó en francés su obra más importante “Les Six


Livres de la Republique”. Posiblemente una de las obras más grandes
sobre filosofía política jamás escrita Primer intento moderno de crear un
sistema completo de ciencia política. El centro de la teoría del absolutismo
de Bodin, escrita ante el desafío de la rebelión hugonote, estaba en la
noción de soberanía: el indiscutible poder de mando del monarca
gobernando sobre el resto de la sociedad.

Con la citada obra Bodin trascendió en la historia del pensamiento


político. Ya en el prefacio, se sirvió a través de una metáfora propia de un
hombre de mar, para mostrar al mundo la transfiguración del estado
medieval al estado nacional, la crisis de la autoridad monárquica y
sobretodo el hundimiento del Reino de Francia en el desorden, la
violencia y el separatismo provocado por la crisis de la religión.

Bodin se encuentra comprometido y elabora sus pensamientos


necesarios para reaccionar ante una situación tan comprometida. “El
objeto que persigue enérgicamente en los seis libros de La Republique es
restaurar el prestigio de la monarquía volviéndola al camino de la justicia
Es necesario contemplar como muy bien apunta Bodin en la
concepción y concepto que aplica a una “república”, antes de penetrar de
lleno en la concepción y concepto que nos legaría en su definición de
“soberanía”.

“República es un recto gobierno de varias familias, y de lo que les es


común, con poder soberano”.

La soberanía es el elemento por medio del cual se habrá de


conseguir el “recto gobierno de varias familias, y de lo que les es común”.

Con la frase recto gobierno, introdujo Bodin, en primer lugar, una


consideración de justicia que domina toda su concepción”.

Cuando Bodin habla de recto gobierno, lo hace -según sus propios


comentarios “a causa de la diferencia que existe entre las repúblicas y las
bandas de ladrones y piratas”.

Abundando en el tema, Bodin argumenta que el ámbito de las


relaciones entre los ladrones y piratas, aunque parezcan vivir en amistad
y sociedad repartiéndose por igual el botín, no se sostiene en términos de
derecho (9), ya que el principal punto en el que reside el verdadero
atributo de la amistad, y del que ellos carecen, es el recto gobierno según
las leyes de la naturaleza.
Para Bodin, pues, y como él mismo manifiesta en el Prefacio de la
República, el recto gobierno es aquel que desarrolla plenamente el ideal
de justicia: “Cuando digo justicia quiero decir la prudencia de mandar con
rectitud e integridad”.

El principio de autoridad sustenta a Bodin su desarrollo sobre el


gobierno al manifestar “toda república, toda corporación, todo colegio y
toda familia se gobierna por mando y obediencia”. Es por ello que,
buscando fundamentos a estas tesis, profundiza en el ámbito de la
relación familiar para extraer e incorporar el modelo a sus teorías: el recto
gobierno de la casa es el verdadero modelo del gobierno de la república.

“la nota característica de la ciudadanía es la obediencia y


reconocimiento del súbdito libre hacia su príncipe soberano, y la tutela,
justicia y defensa del príncipe hacia el súbdito”.

El apoyo sobre la familia como base principal sobre la que se


construye toda república.

Cuando en Occidente se empieza a hablar de la soberanía es


para aplicar a los poderes humanos atributos hasta entonces reservados
a Dios.
Mientras la Iglesia pudo ostentar un efectivo poder, los príncipes
no fueron soberanos. En esos momentos era la Iglesia y no el príncipe la
soberana.

El significado etimológico de la palabra sobraría, proviene del latín


“super” y “omnia” que viene a traducirse como sobretodo.

Es el poder que esta sobre el resto de poderes y que no admite


otro poder superior a él.

Característicamente, Bodin definía la soberanía como “el poder


más alto, absoluto y perpetuo sobre los ciudadanos y súbditos en una
república”. Esencial para la soberanía en Bodin era la función soberana
como dador de leyes a la sociedad y “la esencia de la emisión de leyes
era el mando, el ejercicio de la voluntad con fuerza vinculante”.

Como el soberano es el creador de la ley, debe por tanto estar por


encima de la ley, que se aplica sólo a sus súbditos y no a sí mismo. Por
tanto, el soberano es una persona que crea orden de lo amorfo y del
caos.

Sin embargo Bodin pedía al príncipe que confiara en el consejo de


un pequeño número de asesores sabios, hombres que, supuestamente
por no tener motivos egoístas, serían acaeces de ayudar al rey a legislar
para el bien público de toda la nación. En resumen, una pequeña élite de
hombres sabios compartiría el poder soberano detrás del escenario,
mientras que públicamente el soberano emitiría decretos como si fueran
producto de su sola voluntad.
Los aspectos más notables de la soberanía son que ni se cede ni
se enajena, solo se delega en la actualidad en algunos funcionarios para
que la ejerzan pero no que la detenten, ya que será en todo momento es
el pueblo y solo el pueblo el titular de dicha soberanía.

Frecuentemente es cierto que los analistas políticos son más


agudos en revelar los fallos de los sistemas con los que están en
desacuerdo. En este caso, una de las observaciones más agudas de
Bodin fue su examen de las democracias populares del pasado.
Comentando que si miramos con atención todos los anteriores estados,
encontraremos que el supuesto gobierno del pueblo fue siempre el
gobierno de una pequeña oligarquía. “el pueblo sólo sirve como disfraz”.

Anticipándose, sin querer, a esa percepción de la élite del poder o


la clase gobernante del siglo XIX, Bodin apuntaba que en realidad el
gobierno siempre lo ejerce una oligarquía. Sin embargo se le critica una
laguna en el programa de poder absolutista proclamado por él, se trata de
un área principal en el ejercicio `practico del poder del estado, la
fiscalidad. No olvidemos que Bodin publicó libros sobre dinero, derecho,
método histórico, ciencias naturales, religión y ocultismo.

A pesar de existir un sistema impositivo regular y opresivo en


Francia al principio del siglo XVI, tanto los teóricos reales como los
absolutistas eran reacios a otorgar al monarca el derecho ilimitado a
imponer tributo. En esa línea también Bodin era reacio a esa forma de
recaudar defendiendo los derechos de propiedad privada, y la falta de
validez de que el rey impusiera tributos a sus súbditos sin su
consentimiento

Fuera del ámbito estrictamente impositivo y más en temas generales


de carácter económico, Bodin ha sido considerado como uno de los
pioneros de la teoría cuantitativa del dinero (*),

(*)La teoría cuantitativa del dinero, parte de una identidad, la ecuación de


cambio, según la cual el valor de las transacciones que se realizan en una
economía ha de ser igual a la cantidad de dinero existente en esa
economía por el número de veces que el dinero cambia de manos.

De hecho en su obra “ Paradoxes de M. de Malestroit touchant le


fait des monnaies et l'enrichissement de toutes choses (1568). Malestroit
había atribuido los aumentos inusuales y crónicos de los precios en
Francia a la degradación de la moneda, pero Bodin atribuyó la causa al
aumento de oferta de especie proveniente del Nuevo Mundo.

Jean Bodin también teorizo con tino en la influencia de los líderes


sociales sobre la demanda de bienes y por tanto sobre su precio. Al
explicar porque subían los precios de todo lo que a los señores gustaba;
para después una vez que los grandes señores ven que sus súbditos
tienen una abundancia de cosas que a ellos gustaban, despreciarlas
causando entonces una caída de dichos precios.

Sin embargo fue ultra ortodoxo en relación con usura, con su tajante
opinión cobre la percepción de intereses al considerarla prohibida por
Dios.
En conclusión con Jean Bodin se elabora la primera teoría
sistemática de la Administración Pública del Estados absolutistas; aunque
aún no exista una ciencia de la administración como las los indios y la de
los musulmanes. Con él existe la primera sistematización del
conocimiento de la administración monárquica, tanto al desarrollo de su
origen como a las funciones.

En siglos posteriores, aunque fue evidente que uno de los objetivos


de Bodin fue cimentar el concepto de monarquía en cuanto elemento
consolidador tanto de la unión nacional como del poder en general.

4. EXPLIQUE QUIEN ES EL TITULAR DE LA SOBERANÍA


(DIFERENTES TEORÍAS)

La Soberanía.

Principio por el que todos los poderes soberanos del Estado residen en
el pueblo y se manifiestan en el ejercicio del poder constituyente.
Elemento integrante y esencial del Estado de Derecho. Rousseau lo
refería en su obra El Contrato Social. CE, art. 1.

La soberanía es un concepto, que a pesar de estar expuesto a las


diversas corrientes de la globalización financiera, cultural y legislativa
que caracteriza al contexto internacional actual, debe ser defendida para
garantizar la seguridad del Estado.

Históricamente, el principio de la soberanía popular ha quedado


asociado con la extensión del sufragio, así como con un entendimiento de
la democracia, en la que la participación popular no puede limitarse o
condicionar su actuación. Excluida la democracia directa, el principio
favorece la introducción, en el Estado representativo, de institutos de
democracia semidirecta o de democracia participativa.
El reconocimiento de la soberanía popular no implica la atribución al
pueblo de un poder desprovisto de límites; el «pueblo» ha de
considerarse como poder constituido y sólo puede actuar fuera del
derecho para restablecerlo (derecho de resistencia). Dejando de oponerse
a la soberanía popular y se llega, en las modernas Constituciones, a
formulaciones sintéticas de una y otra; así, el artículo 1.2 de la nuestra
establece: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que
emanan los poderes del Estado». En la medida en que el contenido del
principio de soberanía popular es equivalente al del principio democrático,
que se halla expresamente recogido en nuestro texto constitucional (art.
1.1), carecería de sentido oponer a éste aquella formulación del artículo
1.2.

Para entender cabalmente el significado del moderno Estado


representativo tenemos que ahondar un poco en las teorías de la soberanía
popular y de la soberanía nacional.

1.- La teoría de la soberanía popular


Soberanía cuyo titular es el pueblo considerado como la totalidad
concreta de los ciudadanos, cada uno de los cuales tiene una
fracción de esta. Concepción formulada por J. J. ROUSSEAU en el
Contrato social, y cuyas consecuencias son el derecho de sufragio
(necesariamente universal) y la democracia directa (ya que la
elección de diputados no es sino un mal mayor que debe ser
corregido admitiendo el mandato imperativo y recurriendo a los
procedimientos de la democracia semidirecta). V. Electorado,
Mandato político.

Principio legitimador del poder estatal que, en la evolución


constitucional, sustituye el principio de la soberanía nacional. Así
como ésta ha servido para legitimar la actuación del Estado, la
soberanía popular presiona para lograr una auténtica organización
democrática en la que el consentimiento del pueblo sea factor
decisivo en la acción estatal. Desde una perspectiva histórica, la
formulación de la soberanía popular coincide con la extensión del
derecho de sufragio. Excluida la democracia directa, el Estado
representativo se enriquece, al calor de las formulaciones de la
soberanía popular, con instituciones de democracia participativa que,
en definitiva, llevan a sus últimas consecuencias práctic as y posibles
los postulados de la representación y de la participación.
Esta teoría encuentra asidero en el pensamiento de Rousseau..
Según el autor ginebrino la soberanía, en cuanto ejercicio de la voluntad
general, jamás puede enajenarse y el soberano, en cuanto ser colectivo,
no puede representarse más que por sí mismo. Puede transmitirse el poder,
pero no la voluntad. Aunque es cierto que una voluntad particular puede,
a veces, concordar sobre algún punto con la voluntad general, es imposible
que tal acuerdo sea duradero y constante, pues la voluntad particular tiende,
por naturaleza, a sus preferencias, y la voluntad general a la igualdad. Es
imposible que se dé un garantizador de este acuerdo que exista
permanentemente. El soberano puede decir: quiero lo que ahora quiere
tal hombre o, al menos, lo que él dice que quiere; pero no puede afirmar que lo
querrá mañana o lo que querrá siempre, pues es absurdo que la voluntad se
encadene en el futuro. No depende de ninguna voluntad consentir a nada
contrario al bien del ser que quiere. Si el pueblo promete obedecer
simplemente, se disuelve por este acto, pierde su cualidad de pueblo;
desde el momento que hay un amo y ya no existe el soberano y entonces se
destruye el cuerpo político.
Por consiguiente, no pueden admitirse diputados, sino comisionados.
Es decir, la configuración russoniana de la sociedad se caracteriza porque
sólo existe un conjunto de ciudadanos, de manera que a cada uno de
ellos le corresponde una parte alícuota de la soberanía. O sea que ésta se
concibe por Rosseau como la suma de fracciones de soberanía que
corresponden a cada ciudadano. A partir de aquí se deduce que el sufragio es
un derecho pre-estatal, innato a la personalidad. Por eso, el derecho al
voto no se le puede quitar a los ciudadanos.
Como consecuencia lógica de lo anterior, la teoría de la soberanía
popular desemboca en el mandato imperativo, pues la voluntad general
no admite límites. Por otra parte, según Rousseau, es necesariio un
cuerpo político fluido, pero continuo, lo que implica la condenación de los
grupos políticos. La selección de los gobernantes debe hacerse ajustándose al
principio de identidad con los gobernados; por consiguiente, el mandato debe
ser imperativo y los elegidos son simples comisionados de sus electores
(LUCAS VERDÚ).

Esta concepción de la soberanía popular lógicamente es contraria al


sistema de gobierno representativo.

2-. La teoría de la soberanía nacional

Principio relativo a la titularidad de la soberanía en el Estado, que


organiza y legitima el poder estatal sobre el axioma de su titularidad en la
Nación. En el ámbito organizativo, el principio asegura la primacía del órgano
u órganos que representan a la Nación; en su vertiente legitimadora, justifica
y reclama la obediencia que proclama y de su organización conforme a tal
postulado. En realidad, se trata sobre todo de un principio de legitimación, ya
que, en el aspecto organizativo, no exige tanto de todo poder se edifique
sobre el consentimiento de la Nación cuanto que todo poder se presente
como representante de ella.
El gran teórico de la soberanía nacional es Siéyes. Según este autor, la
soberanía no recae en los sujetos que componen la colectividad
aisladamente considerados, sino en la nación en su conjunto. Nadie, en
consecuencia, tiene derecho a ejercitar individualmente ninguna función
soberana.
Dado que la nación es un ente abstracto que no puede decidir por
sí mismo y actúa a través de representantes, éstos, que no son soberanos
-porque soberana es sólo la nación lo que sí hacen es expresar, operando
libremente, la voluntad de la nación (PEDRO DE VEGA) De lo anterior se
derivan dos consecuencias inmediatas: los diputados dejan de representar al
grupo que los elige para convertirse automáticamente en representantes de la
nación entera y, en segundo lugar, que su mandato, por vincularse
directamente a la nación, y no a las personas o grupos que realizan la
elección, no puede en ningún caso ser revocado por éstos (CARRE DE
MALBERG).
La Nación es concebida como algo distinto de la simple suma de los
individuos que la componen: es una entidad objetivada, fruto de su reunión,
no de su adición y, por ello, la soberanía nacional no es tampoco el resultado
de sumar voluntades individuales. Puede ser expresada por órganos no
democráticos en su formación y, en general, no es preciso que concurran a
determinarla todos los ciudadanos: la teoría justifica restricciones sociales al
derecho de sufragio, para que sólo elijan al órgano formador de la voluntad
nacional quienes «merecen» hacerlo en atención al concepto normativo de
Nación.
Moderadamente, desaparecidas o privadas de sentido las anteriores
vertientes polémicas, el principio de la soberanía nacional tiene significados
específicos en cada ordenamiento y no contiene contradicciones con el
principio democrático. La Constitución francesa de la V República, por
ejemplo, muestra la relativización de la oposición entre la soberanía nacional
y la popular: «La soberanía nacional pertenece al pueblo francés, que la
ejerce por medio de representantes y por la vía del referéndum». La
Constitución italiana acoge el principio de la soberanía popular, pero recurre
también al concepto de Nación en su artículo 67: «Cada miembro del
Parlamento representa a la Nación y ejerce sus funciones sin mandato
imperativo».
En España, el principio de la soberanía nacional se opuso, en el siglo
pasado, al postulado moderado de la soberanía compartida entre el Rey y
las Cortes. La fórmula actual del artículo 1.2 de la Constitución («La
soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes
del Estado») no debe considerarse como fuente de contradicciones con el
principio democrático plenamente acogido en la misma definición del Estado
(art. 1.1).
Por lo demás, la expresión «soberanía nacional» ha de considerarse en
relación con el artículo 2 cuando hace de la «indisoluble unidad de la Nación
española» el fundamento de la Constitución. En este contexto, aquella
fórmula de «soberanía nacional» afirma la unidad del pueblo constituyente y
convierte a misma unidad en elemento necesario, normativo, de la noción de
«pueblo» elevado a Nación. Esto excluye la consideración de la Constitución
como fruto de la confluencia de varias voluntades constituyentes, la
posibilidad de que el poder constituyente o de revisión sea ejercido por
partes del pueblo (autodeterminación) o la reforma de la Constitución en tal
sentido.

5. Explique lo límites de la soberanía. Basamento Constitucional.

CONCEPTO

Antes de citar y explicar lo que la Carta Magna Venezolana


contempla en materia de territorio, he considerado pertinente conceptuar,
en primer lugar, el término espacios geográficos. La bibliografía existente
sobre este tema es innumerable, pero ninguna de ellas llega a determinar
con la suficiente claridad el concepto de espacio geográfico, sin embargo
al respecto podríamos citar a los siguientes autores:

Manuel Briceño Méndez: ” El espacio es una unidad compleja


multidimensional, que adquiere múltiples formas y comportamientos
dentro de la totalidad global de la sociedad“
Elías Méndez Vergara: “El espacio geográfico es parte indisociable
de los procesos económicos, sociales y naturales, es decir, si la relación
Sociedad-Naturaleza comprende básicamente un propósito de
subsistencia y reproducción que se organiza (en un espacio determinado),
como un “metabolismo” entre los sistemas sociales y los naturales, donde
aquellas utilizan su basé de sustentación ecológica para asegurar su
supervivencia y reproducción y devuelven a la naturaleza sus desechos,
entonces el proceso de acumulación de excedentes económicos,
configura un eje central de esa relación”

En tal sentido, considero que el espacio geográfico es parte de un


conjunto de procesos y no está aislados de ellos y en consecuencia lo
defino como una parte indisociable de un proceso conjunto de acciones
sociales y naturales que se expresan a través de las configuraciones que
adoptan estas acciones en una unidad territorial.

Una vez aclarado el termino, quiero presentar lo que la Constitución


Bolivariana de Venezuela, refiere en relación con cuál es su territorio y
espacio geográfico. Sobre esta materia ella establece lo siguiente:

TÍTULO II DEL ESPACIO GEOGRÁFICO Y LA DIVISIÓN POLÍTICA

Capítulo I. Del Territorio y demás Espacios Geográficos

Artículo 10. El territorio y demás espacios geográficos de la República


son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de
la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las
modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbítrales no viciados
de nulidad.

En consecuencia, se hace necesario conocer la ubicación geográfica


de la Republica. Venezuela se encuentra situada entre los 0º43′ de latitud
norte, en su punto más meridional (catarata Hua), y los 12º11′ de latitud
norte, en el cabo de San Román (península de Paraguaná). En cuanto a
la longitud, su extremo este se encuentra en la confluencia de los ríos
Barima y Marumara (59º48′ de longitud occidental) y el oeste en el
nacimiento del río Intermedio (73º25′ de longitud occidental). Como se
puede apreciar, la nación se encuentra por completo dentro del hemisferio
norte y al oeste del meridiano de Greenwich. Venezuela limita por el norte
con el mar Caribe y el océano Atlántico, al sur con Colombia y Brasil, al
este con Guyana y al oeste con Colombia y ejerce su soberanía sobre los
912.050 km² del territorio nacional, el cual comprende no sólo la porción
continental del país, sino también las islas incorporadas al mismo, sobre
la plataforma continental y el mar territorial, junto a la zona económica
exclusiva.

Soberanía: Categoría central en la teoría clásica del Estado que supone


la existencia de un poder final e ilimitado que rige, en consecuencia, la
comunidad política. El principio de soberanía ha sido adaptado a las
democracias actuales para que exprese el momento político fundante en
el que los ciudadanos, sin ninguna autoridad previa ni superior a ellos,
permiten a los poderes públicos que ejerzan como tales.

El concepto de soberanía se refiere al uso del poder de mando o del


control político que se ejerce en distintas formas de asociación humana y
que implica la existencia de algún tipo de gobierno independiente que se
apoya en la racionalización jurídica del poder. La soberanía incorpora la
noción de legitimidad en oposición al uso arbitrario del poder por parte de
los actores que se amparan en la fuerza y en la coerción para imponerse
sobre los demás. Implica entonces la transformación de la fuerza en
poder legítimo. El paso del poder de hecho al poder de derecho.

Soberanía Popular: Principio teórico en el que se basan todas las


concepciones de la democracia y que hoy tiene aceptación prácticamente
universal como fuente de todo poder y autoridad. Como doctrina política
moderna, proviene de Rousseau. Un pueblo es una unidad histórica de
costumbres y hábitos de vida en común, cuyos integrantes acuerdan
formar un Estado para gobernarse mejor en forma soberana (sin otro
poder por encima de él). El pueblo constituye el Estado, y debe después
controlarlo y cambiarlo si lo cree conveniente. El pueblo no debe nada a
sus gobernantes, que son servidores, escribientes o mensajeros de la
voluntad popular. Al mismo tiempo, el pueblo tiene gran poder sobre los
individuos, solo compensado por la reciprocidad de la situación de éstos.

El derecho a la libre determinación de los pueblos garantiza la libre


decisión de un pueblo sobre su estatus político (Art. 1.1.2 de los Pacto
internacionales de derechos humanos). Ello significa el derecho de un
pueblo a decidir sobre la organización estatal de su existencia política. El
derecho a la libre determinación de los pueblos ordena la vigencia del
principio de soberanía popular y abarca el poder constituyente del pueblo.
La libre determinación de los pueblos resulta ser con ello, “a corollary of
the democratic principle of government with the consent of the
governed”32. Sólo podemos hablar de verdadera libre determinación de
un pueblo en el caso de auténtico autogobierno. La libre determinación
exige pues una amplia participación política, ya que sólo ésta asegura el
dominio del pueblo.

El principio democrático juega un papel vital en la realización de la


vertiente interna del derecho a la libre determinación, que va más allá del
acto soberano de la proclamación de la Constitución. Así como el principio
preconstitucional de la soberanía popular se concreta jurídicamente en el
principio democrático, el Art. 25 del Pacto internacional de derechos
civiles y políticos, interpreta de forma consecuente la vertiente interna del
derecho a la libre determinación, reconociéndole al individuo el derecho
de participación activa en la formación de la voluntad del Estado y
garantizando que los órganos estatales sean elegidos por los respectivos
pueblos (Diccionario Enciclopédico Océano, 1997)
Soberanía Política: Facultad de ser reconocido como la institución de
mayor prestigio y poder en un territorio determinado. Hoy en día también
se habla de soberanía en el ámbito externo, es decir internacional,
quedando está limitada al Derecho Internacional, organismos
internacionales y al reconocimiento de los Estados del mundo.
(Diccionario Enciclopédico Océano, (1997)

Soberanía Nacional: La soberanía nacional significa, desde el punto de


vista del derecho internacional dos cosas: Primero el reconocimiento del
derecho exclusivo y universal del Estado a promulgar en su territorio
normas jurídicas que vinculan a sus nacionales (soberanía territorial y
personal), es decir el reconocimiento del poder de tomar la última decisión
sobre personas y cosas en su territorio y de decidir sobre el estatus de las
personas físicas y jurídicas (soberanía interior). En segundo lugar, en las
relaciones exteriores la no sumisión a otros Estados, pues a todos ellos
les reconoce el derecho internacional igual autoridad: par in parem non
habet imperium (la llamada soberanía exterior. (Diccionario Enciclopédico
Océano, 1997)

Soberanía Alimentaria: La soberanía alimentaria es un concepto que fue


introducido con mayor relevancia en 1996 por Vía Campesina en Roma,
con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización
para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Se entiende como la facultad de cada Estado para definir sus propias


políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo
sostenible y seguridad alimentaria. Ello implica la protección del mercado
doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos
en el mercado internacional, y contra la práctica del dumping (venta por
debajo de los costos de producción).
Este nuevo concepto, constituye una ruptura con relación a la
organización actual de los mercados agrícolas puesta en práctica por la
OMC. En contraste a la seguridad alimentaria definida por la FAO, que se
centra en la disponibilidad de alimentos, la soberanía alimentaria incide
también en la importancia del modo de producción de los alimentos y su
origen. Resalta la relación que tiene la importación de alimentos baratos
en el debilitamiento de producción y población agraria locales.
(Diccionario Enciclopédico Océano, 1997)

Soberanía Territorial: La soberanía territorial es el conjunto de los


poderes que el Estado ejerce sobre su propio territorio. El Estado ejerce
facultades jurisdiccionales sobre su territorio, rige el principio de
inmunidad de jurisdicción, que se manifiesta por una imposibilidad de
actuación directa de los jueces de otros países, lo único que pueden
proporcionar los jueces nacionales a otros países es la ayuda judicial en
notificaciones, emplazamientos, exhortos, Entre otros 
 La soberanía
territorial es el poder de actuación exclusiva que el Estado tiene sobre un
territorio.

Soberanía Económica: Dícese de la capacidad que tiene un ente político


-normalmente un Estado- para determinar por sí mismo la Política
Económica. La soberanía económica implica la existencia de aduanas y la
Emisión de Moneda, así como también la potestad -normalmente limitada
por la ley- para imponer diversas regulaciones a las actividades
económicas.( Diccionario Enciclopédico Océano, 1997)

Soberanía Espacial: La soberanía espacial es el poder o ejercicio pleno


de las competencias del Estado en el marco espacial que constituye su
territorio garantizando su independencia, tanto en lo interno como en lo
internacional. (Diccionario Enciclopédico Océano, 1997)
Soberanía Jurídica: Diversos autores han tratado de resolver la
pretendida contradicción entre el concepto de Soberanía y su sumisión al
Derecho, por la idea de auto limitación. Afirman que la soberanía tienen
un carácter absoluto pero que el estado, acepta limitar el mismo su poder
soberano dictando las reglas a las que quedara sometido.

No es satisfactoria esta doctrina ya que la soberanía no es un


derecho del estado si no un atributo de su esencia, y si fuera absoluta la
teoría no tendría sentido que la volviera relativa por un acto de propia
voluntad. Además si la soberanía, en principio es absoluta, no podría
quedar restringida en ese carácter ni aun por su propia decisión, la
sumisión del estado al derecho viene no de su decisión voluntaria de
acatarlo, si no que se deriva de la realidad misma, de la naturaleza propia
del Estado, tal como aparece o debe aparecer en su existencia histórica.(
Diccionario Enciclopédico Océano, 1997)

Soberanía Petrolera: La soberanía es un concepto esencialmente


territorial. El pueblo soberano ejerce su control sobre determinado
territorio nacional, con todos sus componentes. Entre dichos
componentes cabe destacar los minerales y, por ende, el petróleo. De
manera que cuando nos referimos a la soberanía petrolera, hablamos del
petróleo como recurso natural. (Diccionario Enciclopédico Océano, 1997)

1.1 Marco Constitucional en materia de Soberanía

La nueva Constitución postula y abre cauces a una nueva dimensión


de la democracia, al puntualizar que la soberanía reside de manera
intransferible en los ciudadanos. Soberanía que obliga a los órganos del
Estado a someterse a su voluntad. Orientación que se expresa en la
reivindicación del protagonismo de los ciudadanos en la formulación,
definición e instrumentación de las políticas (art. 62), así como en la
contraloría social de las mismas, mediante mecanismos e instancias de
participación que trascienden el marco electoral (art. 70). Procesos que,
en términos ideales, se deberán concretar en espacios de diálogo directo
entre ciudadanos e instancias de gobierno que garanticen la permanente
legitimación de las decisiones, acciones y representaciones a través del
consenso discursivo construido de manera directa.

Por ejemplo, en el caso de la educación este diálogo es asumido


como encuentro de perspectivas entre escuela (docentes, personal
administrativo y obrero), familias, comunidades y alumnos, como garantía
de la vinculación de las dinámicas educativas con las transformaciones
sociales (art. 5). Concepción que valora de manera especial la formación
del ciudadano para su integración a los colectivos sociales, lo cual
demanda una atención y protagonismo sin delegaciones. Para ello,
postula la necesidad de promover el máximo potencial creativo de cada
ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad.

1.1.2 Preámbulo: El preámbulo constitucional es considerado


doctrinalmente como la parte no normativa, básicamente ideológica del
texto constitucional, en ella se expresan las causas del texto, así como los
principios y los valores básicos de la sociedad. La doctrina que sirvió de
fundamento a esta parte del texto fue la del Pacto o Contrato Social,
expresivo de la voluntad general del Pueblo o Nación, que decidía darse
una Constitución para fundamentar jurídicamente la creación del poder y
limitarlo en su ejercicio en beneficio de la libertad individual.

Dicho de otro modo el preámbulo de una Constitución puede definirse


como una declaración solemne de los propósitos del constituyente que
expresa los valores, principios y necesidades de un pueblo (o de una
nación), el cual será el ordenamiento superior que le servirá de
programación de su futuro.
Una de las principales motivaciones expresadas en el Preámbulo de
la Constitución Bolivariana, se corresponde, con el fin supremo de
refundar la República para establecer una sociedad democrática, cuando
dice “Con el fin supremo de refundar la República para establecer una
sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y
pluricultural”. Ya no sólo es el Estado el que debe ser democrático, sino
también la sociedad. Siendo democrática la sociedad, todos los
elementos que la integran deben estar signados por los principios
democráticos y someterse a ellos.

Como te decía el preámbulo significa algo así como un enunciado


previo a las formulaciones de reglas y normativas numeradas de la
constitución, aquí se exponen los de fines y principios permanentes de
una población con organización y conciencia políticas. Es por ello que
debe reconocerse que necesariamente un preámbulo presenta un
contenido ideológico, que refleja el momento histórico que ha vivido y vive
una nación y la ideología que, por lo menos, imaginariamente aparece
como dominante.

Por ejemplo al invocarse en el preámbulo del texto constitucional


venezolano el ejemplo de la legendaria y paradigmática figura de Simón
Bolívar, se recoge el sentimiento popular que lo distingue como símbolo
emblemático de unidad nacional, de lucha incesante y abnegada por la
libertad, la independencia, la justicia, el decoro y el bienestar común. El
ideario de Simón Bolívar está presente cuando se define
constitucionalmente que la nación venezolana se denomina República
Bolivariana de Venezuela, y que se constituye jurídica y políticamente en
un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia.
Se exponen además los valores superiores del ordenamiento jurídico
del Estado y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la democracia, la responsabilidad individual y social, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética pública y el pluralismo
político. Los fines supremos contenidos en el preámbulo de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, persiguen
establecer una sociedad democrática donde el pueblo ejerza su voluntad
soberana, a través de la participación activa y protagónica en todos los
niveles de dirección estatal; desarrollar una sociedad multiétnica, y
pluricultural atendiendo a las características propias del país; lograr un
estado de justicia donde cada cual reciba lo que le corresponda; adoptar
una estructura estatal federal y descentralizada basada en los principios
de cooperación, solidaridad corresponsabilidad y concurrencia, y
garantizar la protección y el ejercicio universal e indivisible de los
derechos humanos.

1.2 Soberanía en términos de espacios aéreo, lacustre, marítimo,


territorial Lacustre (adj. De los lagos o relativo a ellos: paisaje lacustre.
Que habita, está o se desarrolla en un lago o en sus cercanías:
vegetación lacustre; viviendas lacustres.

Espacio Aéreo

Sobre el espacio aéreo de la República, se hace importante,


primeramente, destacar que en materia de derecho aeronáutico, y/o
aeroespacial internacional existen diversas teorías relativas al espacio
ultraterrestre. El Derecho espacial se rige por una serie de principios
generales, que se hallan plasmados, básicamente, en el Tratado de 27 de
enero de 1967 (“Tratado sobre los principios que deben regir las
actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio
ultraterrestre, incluidas la Luna y otros cuerpos celestes”). Si bien la
normativa existente sobre Derecho del espacio debe atenerse a estos
principios generales, estos mismos principios deben estar subordinados al
Derecho Internacional general, así como también las propias actividades
que los Estados realizan en el espacio.

Curiosamente, no existe precepto ni disposición que defina el


“espacio ultraterrestre”, y no se facilita la determinación de sus límites con
relación al espacio aéreo. Es la doctrina la que se ha encargado de
intentar conceptuar y delimitar los dos espacios, si bien se encuentra
dividida entre los partidarios de una distinción “geográfica” o “científica”, y
los partidarios de una distinción “funcional” o que siguen la noción de
“actividades espaciales”. Los primeros hablan de separar las dos zonas
de modo objetivo, siguiendo criterios de altitud, es decir, una delimitación
física.

Considerase que el espacio ultraterrestre comienza allá donde se


desvanece la atmósfera terrestre o, más concretamente, a partir de los
300 a 400 kilómetros de altitud (por debajo de cualquiera de estos límites
hablaríamos de espacio aéreo y, consecuentemente, de soberanía
estatal). Sin embargo, parece más aceptado seguir los criterios
“funcionales ” o de “actividades espaciales”, por cuanto que la delimitación
geográfica supondría un grave atentado a la libertad de circulación de las
naves que evolucionen por debajo de la altitud límite.

Desde el punto de vista jurídico se considera que el espacio aéreo


tiene límites horizontales y verticales y se define la expresión se refiere a
la columna de aire por sobre el territorio y el mar territorial de un Estado.
Durante mucho tiempo se consideró que estaba sometido a la soberanía
del Estado sin límite superior alguno, pero hoy está dividido en espacio
atmosférico y espacio ultraterrestre. El primero está sujeto a la soberanía
del Estado que lo domina, mientras que el segundo está considerado por
algunos juristas como libre, común a todos.
Teoría que no es reconocida por Venezuela. No puede trazarse un
límite neto entre los dos, pues las características físicas del primero se
atenúan lentamente, a medida que aumenta la altitud y que las
características físicas del segundo comienzan a aparecer. De manera
general, puede admitirse que el espacio atmosférico llega hasta los 400
Km., altitud por encima de la cual comenzaría el espacio ultraterrestre.

El espacio en sentido horizontal está limitado por la distancia del mar


territorial, esto es 12 millas marinas de extensión en las cuales se ejerce
por los Estados subyacentes una soberanía absoluta, tomando en cuenta
la existencia de la zona económica exclusiva o mar patrimonial (188 millas
marinas), donde se ejerce la soberanía restringida. En sentido vertical
existe un problema jurídico en virtud de que no se ha determinado cual es
el límite y al respecto han surgido diversas teorías Concluyendo, podemos
afirmar que el límite de ejercicio de la soberanía de los Estados
subyacentes sobre su espacio, no se ha fijado hasta la fecha.

AMBITO ACUATICO: En cuanto al espacio geográfico Venezuela cuenta


con la siguiente distribución de Zonas de ámbito Acuático de acuerdo al
marco legal respectivo.

ALTA MAR: Parte no perteneciente a la Zona Exclusiva Económica, al


Mar Territorial ni a las aguas interiores de un Estado. Ésta se encuentra
abierta a todas las naciones y por ende, ningún Estado puede pretender
legítimamente someter cualquier parte de ella a su soberanía. [Ley
Orgánica de los Espacios Acuáticos e Insulares, Artículo No. 69]

ZONA/FRANJA MARÍTIMA: Aquella comprendida entre la línea de costa


o ribera [nivel del mar] y los 80m. de tierra [Ley General de Marina y
Actividades Conexas, Art. 5]

AGUAS INTERIORES: Son las comprendidas dentro del territorio


nacional y entre las Líneas de Base Recta y la costa [Ley sobre Mar
Territorial, Plataforma Continental y Espacio Aéreo, artículo no. 2;
Convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua del 26JUL1961,
art. no. 4 y 5]

MAR TERRITORIAL: Abarca, a todo lo largo de las costas continentales e


insulares de la República una anchura de doce millas náuticas (12 Mn) y
se medirá ordinariamente a partir de la línea de más baja marea. La
soberanía nacional en el Mar Territorial se ejerce sobre el espacio aéreo,
las aguas, el suelo y subsuelo, y sobre todos los recursos que en ellos se
encuentren [Ley Orgánica de los Espacios Acuáticos e Insulares, Artículo
No. 10 y 11]

ZONA CONTIGUA: Para fines de vigilancia marítima y resguardo de sus


intereses, la República tiene, contigua a su Mar Territorial, una zona que
se extiende hasta veinticuatro millas náuticas (24 mn), contados a partir
de las líneas de más baja marea o las líneas de base desde las cuales se
mide el Mar Territorial. [Ley Orgánica de los Espacios Acuáticos e
Insulares, Artículo No. 50]

PLATAFORMA CONTINENTAL: Aquella parte del suelo y subsuelo,


comprendida desde la costa hasta los 200m. de profundidad [Ley
Orgánica de los Espacios Acuáticos e Insulares, Artículo No. 61]

ZONA EXCLUSIVA ECONÓMICA: Aquella comprendida entre la costa y


las 200mn. mar adentro, sobre la cual se ejercen derechos de explotación
y fines comerciales [Ley sobre Zona Exclusiva Económica del 03JUL78]

Soberanía Territorial: La soberanía territorial es el conjunto de los


poderes que el Estado ejerce sobre su propio territorio. El Estado ejerce
facultades jurisdiccionales sobre su territorio, rige el principio de
inmunidad de jurisdicción, que se manifiesta por una imposibilidad de
actuación directa de los jueces de otros países, lo único que pueden
proporcionar los jueces nacionales a otros países es la ayuda judicial en
notificaciones, emplazamientos, exhortos, Entre otros La soberanía
territorial es el poder de actuación exclusiva que el Estado tiene sobre un
territorio.

1.3 PRINCIPIOS EN MATERIA DE SEGURIDAD DE LA NACION

SEGURIDAD

De igual forma la Constitución Bolivariana de Venezuela prevé lo


relativo a la seguridad de la Nación

TÍTULO VII DE LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN

Capítulo I De las Disposiciones Generales

Artículo 322. La seguridad de la Nación es competencia esencial y


responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de
ésta y su defensa es responsabilidad de los venezolanos y venezolanas;
también de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público
como de derecho privado, que se encuentren en el espacio geográfico
nacional.

Capítulo II. De los Principios de Seguridad de la Nación

Artículo 327. La atención de las fronteras es prioritaria en el cumplimiento


y aplicación de los principios de seguridad de la Nación. A tal efecto, se
establece una franja de seguridad de fronteras cuya amplitud, regímenes
especiales en lo económico y social, poblamiento y utilización serán
regulados por la ley, protegiendo de manera expresa los parques
nacionales, el hábitat de los pueblos indígenas allí asentados y demás
áreas bajo régimen de administración especial.
Así mismo, la Constitución se establece muy específicamente cuál es la
responsabilidad de la Fuerza Armada en cuanto a la defensa del espacio
geográfico.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

COSTA, Pietro. (2010) La soberanía en la cultura político-jurídica


medieval: imágenes y teorías. En: Res publica [online] 17 pp.33-58.
2007 [citado 5 de junio 2010]. Disponible en Internet:
http://saavedrafajardo.um.es/WEB/archivos/respublica/numeros/17/
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AZCÁRATE, Patricio. 1873. Obras de Aristóteles. [online] Madrid [citado
18 de diciembre 2010] Disponible en Internet:
http://www.filosofia.org/cla/ari/azc03101.htm •

BALLÉN, Rafael. 2005. Estudio sobre el político de Platón. [online]


[citado 28 de diciembre 2010] Disponible en
Internet:http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1454515

Historia del pensamiento económico, vol. 1, El pensamiento económico


hasta Adam Smith. Murray N. Rothbard

Heller, H., (1.995) La soberanía. Contribución a la teoría del derecho


estatal y del derecho internacional, México, FCE. 1995

Origen y naturaleza de la Administración Pública: Revista Paraninfo.


http://paraninfouniversitario.com/doc/2/Ensayos/Ensayo_p89.pdf

Jean Bodin (2000) ““Los seis libros de la República” Copyright by


Aguilar Reproducción parcial de Libro Primero, Capítulo VIII, para:
Materiales de derecho constitucional Septiembre, 2000

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