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El Diario Veterinario 238 (2018) 27–40

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Técnicas de anestesia regional para el miembro pélvico y la pared abdominal en pequeños

animales: revisión de la literatura y descripción de la técnica DA Portelaa, *, N. Verdierb

, PE Oterob
aDepartment of Large Animal Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, University of Florida, Gainesville, FL, USA
bUniversidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Veterinarias, Cátedra de Anestesiología y Algiología, Buenos Aires, Argentina

INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO RESUMEN

Palabras clave: Es evidente el creciente interés en el uso de bloqueos nerviosos periféricos en pequeños animales, dados los numerosos estudios
gatos publicados recientemente sobre este tema en importantes revistas veterinarias. Inicialmente, la investigación se centró en la analgesia
Perros intraoperatoria del miembro pélvico, y en los estudios se han descrito varias descripciones de bloqueos del plexo lumbosacro, femoral y
Bloqueos de los nervios femoral y ciático
del nervio ciático. Existe un interés reciente en el desarrollo de técnicas para el bloqueo somatosensorial de la pared abdominal. Este
anestesia regional
artículo es la segunda parte de una revisión en dos partes de la anestesia regional (AR) en pequeños animales, y su objetivo es discutir
Bloque de toque
los estudios más relevantes en la literatura veterinaria, donde se han utilizado métodos objetivos de localización de nervios, e ilustrar en
imágenes las técnicas utilizadas actualmente para proporcionar AR a la pared abdominal y al miembro pélvico en pequeños animales.

© 2018 Elsevier Ltd. Todos los derechos reservados.

Introducción biomarcadores en perros sometidos a procedimientos ortopédicos en

Este artículo es la segunda parte de una revisión de dos partes sobre
anestesia regional (AR) en animales pequeños. La primera parte se centró en la
literatura actual sobre la AR que involucra la extremidad torácica y el tórax, y
esta segunda parte se centra en los bloqueos de nervios periféricos que se
utilizan para proporcionar analgesia y anestesia a la pared abdominal y la extremidad pélvica.
Numerosos estudios sobre este tema en los últimos años muestran el interés
actual por la AR en pequeños animales. Inicialmente, la investigación se centró
en la anestesia intraoperatoria del miembro pélvico; desde entonces, los
horizontes para el uso de RA se han ampliado. Los bloqueos de nervios
periféricos para procedimientos quirúrgicos en el miembro pélvico han ganado
aceptación en lugar de técnicas neuroaxiales. También se han descrito técnicas
objetivas para proporcionar anestesia a la pared abdominal de animales, y esto
ha ampliado el alcance de los tratamientos analgésicos.
Se ha demostrado que la incorporación de AR en protocolos anestésicos
balanceados promueve mejores resultados perioperatorios y reduce el consumo
de opioides, la morbilidad, la mortalidad y el tiempo de hospitalización en
humanos (Stundner y Memtsoudis, 2012; Bugada et al., 2017) , así como
mejores resultados en resultado de los pacientes veterinarios en comparación
con los protocolos sin AR (Mosing et al., 2010; Romano et al., 2016; Congdon
et al., 2017). Además, la incorporación de AR se ha asociado con niveles
estables de estrés perioperatorio
* Autor correspondiente.
Correo electrónico: dportela@ufl.edu (DA Portela).
comparación con el uso de anestesia general y opioides, donde estos niveles se
triplicaron (Romano et al., 2016).
El objetivo de esta revisión es discutir los estudios más relevantes en la
literatura veterinaria que examinan el uso de métodos objetivos de localización
de nervios, e ilustrar en imágenes las técnicas utilizadas actualmente para
proporcionar AR de la pared abdominal y la extremidad pélvica en pequeños
animales.
Anestesia regional de la pared abdominal
El bloqueo del plano del transverso del abdomen (TAP) guiado por ecografía
(US), que se ha descrito recientemente en medicina veterinaria, se utiliza para
proporcionar analgesia perioperatoria a la pared abdominal (Schroeder et al.,
2010; Portela et al., 2014). En humanos, este bloqueo se utiliza para reducir el
consumo perioperatorio de opioides en varias cirugías abdominales, como
laparotomía exploratoria, cesárea, herniorrafia inguinal, prostatectomía,
apendicectomía e histerectomía (Ma et al., 2017). En la Tabla 1 se presenta una
descripción general de los usos del bloque TAP en animales pequeños .
Anatomía relevante de la pared abdominal
La pared abdominal lateral consta de tres capas de músculos: el oblicuo
externo del abdomen, el oblicuo interno del abdomen y el músculo transverso
del abdomen (Fig. 1). Entre los músculos obliquus internus abdominis y
transversus abdominis, existe un plano fascial conocido como plano transversus
abdominis.

https://doi.org/10.1016/j.tvjl.2018.07.003
1090-0233/© 2018 Elsevier Ltd. Todos los derechos reservados.
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28 DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40

tabla 1
Nervios bloqueados, indicaciones y comentarios relevantes de los bloqueos de nervios periféricos del miembro pélvico y abdomen.

Técnica Nervios bloqueados Indicaciones notas

miembro pélvico

PL paravertebral, 3 puntos
(estimulación nerviosa
(NS))
PL paravertebral, 1 punto
(NS)
Abordaje preilíaco lateral
(ultrasonido (US) o NS)
Bloqueo del nervio femoral
inguinal (US o NS)
Bloqueo del nervio safeno
(EE.UU
lumbosacra parasacra
Bloque troncal (EE. UU. o NS)
Bloqueo del nervio ciático (US o
NS)
L4, L5 y L6 (Lateral cutáneo femoral, miembro pélvico Se recomienda la combinación con un bloque de tronco lumbosacro parasacro
femoral, obturador) amputación
Cirugía de cadera
Cirugía de fémur
cirugía de sofocación
L5 (obturador femoral) miembro pélvico Se recomienda la combinación con un bloque de tronco lumbosacro parasacro
amputación
Cirugía de cadera
Cirugía de fémur
cirugía de sofocación
femoral y obturador miembro pélvico Se recomienda la combinación con un bloqueo del tronco lumbosacro parasacro para procedimientos
amputación proximales al fémur medio o con un bloqueo del nervio ciático para procedimientos distales al fémur medio.
Cirugía de cadera
Cirugía de fémur
cirugía de sofocación
femoral y safena cirugía de sofocación Se recomienda la combinación con un bloqueo del nervio ciático
cirugía tibial
Cirugía del tarso
Safena cirugía de rodilla Se recomienda la combinación con un bloqueo del nervio ciático
cirugía tibial
Cirugía del tarso
Tronco lumbosacro (ciático, glúteo, miembro pélvico Se recomienda la combinación con un bloque de plexo lumbar
caudal femoral cutáneo) amputación
Cirugía de cadera
Cirugía de fémur
Ciático cirugía de sofocación Se recomienda la combinación con un bloqueo del plexo lumbar o bloqueo del nervio femoral
cirugía tibial
Cirugía del tarso

Bloque de toque

Bloque TAP subcostal T10, T11, T12 y T13 Cirugía de la pared Debe realizarse bilateralmente para incisiones en la línea media.
abdominal craneal Se recomienda la combinación con TAP abdominal medio para incisiones abdominales grandes.
Craneal
mastectomía
Bloqueo TAP T13, L1 y L2 Pared abdominal Debe realizarse bilateralmente para incisiones en la línea media.
medioabdominal media a caudal Se recomienda la combinación con TAP subcostal para incisiones abdominales grandes
cirugía
Caudal
mastectomía

LP, plexo lumbar; TAP, plano del transverso del abdomen.

a
No hay estudios clínicos publicados, por lo que las recomendaciones se basan en la experiencia de los autores.

Figura 1. (A) Disección de la pared abdominal en un perro que muestra los nervios de la pared abdominal después de resecar y voltear el músculo oblicuo interno. (B) Ilustración esquemática de un hemiabdomen que muestra
la relación de los nervios abdominales con los músculos de la pared abdominal. FT, fascia transversalis; OEA, músculo oblicuo externo del abdomen; OIA, músculo oblicuo interno del abdomen; PP, peritoneo parietal; RA,
músculo recto del abdomen; TA, músculo transverso del abdomen; TAP, plano transverso del abdomen; VB, rama ventral del nervio espinal; VP, peritoneo visceral. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.
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DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40 29

(Castañeda-Herrera et al., 2017), donde se incrustan las ramas ventrales
de los nervios intercostal caudal (T9 a T12), costoabdominal (T13),
iliohipogástrico craneal (L1), iliohipogástrico caudal (L2) e ilioinguinal (L3).
Estos nervios inervan los músculos abdominales, el tejido subcutáneo,
las glándulas mamarias, la piel abdominal y el peritoneo parietal
subyacente (Evans y de Lahunta, 2013). La contribución de las ramas
ventrales de T7 y T8 a la inervación abdominal es variable y el nervio
ilioinguinal no alcanza la línea media ventral cutánea.
Un estudio que evaluó la anatomía del TAP encontró que las ramas
ventrales de los nervios T10, T11, T12, costoabdominal, iliohipogástrico
craneal, iliohipogástrico caudal e ilioinguinal se ubicaron en el TAP en el
100% de las paredes abdominales evaluadas, mientras que las ramas
ventrales de T7, T8 y T9 estuvieron presentes en el 20%, 60% y 95% de
los casos, respectivamente (Castañeda-Herrera et al., 2017). Varias
variaciones anatómicas y diferentes combinaciones de ramas comunicantes
contenidas en el TAP se encontraron entre los nervios adyacentes de T7
a L3, formando una red nerviosa que podría denominarse plexo TAP
(Castañeda-Herrera et al., 2017).
Bloqueo del plano del transverso del abdomen
El bloqueo TAP consiste en el depósito de anestésico local a lo largo
del TAP con el fin de bañar todos los nervios que inervan la pared
abdominal (Schroeder et al., 2011). Es importante considerar que, aunque
el bloqueo TAP no parece proporcionar analgesia visceral, en la
experiencia de los autores es un componente útil de un plan analgésico
multimodal para animales sometidos a laparotomías, en los que el dolor
somatosensorial que se origina en la pared abdominal es determinante
en la calidad de la recuperación (McDonnell et al., 2007; Smith et al.,
2015).
El primer reporte de esta técnica en medicina veterinaria fue publicado
por Schroeder et al. (2010) en el que se utilizó con éxito un bloqueo
1
guiado por ecografía inyectando
hemiabdomen
0,4 mlcomo
kg departe
bupivacaína
de un plan
al 0,125
analgésico
% por
multimodal en un lince sometido a una laparotomía exploradora. La
primera descripción del bloqueo TAP en perros se realizó en cadáveres
colocados en decúbito lateral y con el transductor de ultrasonido colocado
en una orientación transversal a medio camino entre la cresta ilíaca y la
última costilla, y
aproximadamente 5 cm lateral a la línea media (Schroeder et al., 2011).
En este estudio, el TAP se visualizó como una línea hiperecoica y se
abordó utilizando una técnica en el plano. Una sola inyección de 1 mL kg
1
de una solución
en el colorante
60%, 100%,tiñó100%
las ramas
y 90%
ventrales
de los casos,
de T12,
respectivamente.
T13, L1 y L2
Según Bruggink et al. (2012), el número medio de raíces nerviosas
cubiertas por la solución de tinción aumentó significativamente de 2,9 a
1
4,2 a medida que el volumen inyectado aumentó de 0,25 a 1 ml kg ,
respectivamente, lo que muestra una correlación entre el volumen y el
número de nervios teñidos. Sin embargo, cuando se requiere un gran
volumen, puede ser necesaria la dilución del anestésico local para evitar
la inyección de una dosis tóxica. La disección abdominal después de la
inyección de la solución de colorante en el TAP reveló que una gran
cantidad de material inyectado parecía acumularse en el lugar de la
inyección en lugar de esparcirse (Schroeder et al., 2011). Se observaron
1
resultados similares utilizando tomografías computarizadas (TC) después
de inyectar 0,5 o 1 mL kg de una solución anestésica local mejorada con contraste (
Para mejorar la distribución del anestésico local en el aspecto craneal
del TAP, se describió una técnica de bloqueo subcostal guiada por
ecografía (Drozd_ zy_ nska et al., 2017). Con los perros colocados en
decúbito dorsal y el transductor colocado paralelo al arco costal y oblicuo
a la línea media, se introdujo la aguja utilizando una técnica en el plano y
se avanzó hasta que su punta estuvo en el plano fascial entre el recto
abdominal y el transverso abdominal. músculos (Fig. 2). Se inyectó un
volumen total de 0,6-0,9 mL·kg en tres alícuotas en el borde caudal 1de fuela
bolsa resultante de la inyección anterior, que produjo una hidrodisección
longitudinal del plano diana. Este estudio mostró una tasa limitada de
diseminación craneal a T9 y una alta tasa de éxito de diseminación a T10,
T11 y T12, pero tasas de éxito de diseminación de solo 61 %, 33 % y 11
% a T13, L1 y L2, respectivamente. Por lo tanto, es razonable realizar
dos inyecciones diferentes por hemiabdomen: una craneal subcostal
como describen Drozd_ zy_ nska et al. (2017) y uno caudal en el abdomen
medio como lo describen Schroeder et al. (2011), para producir un área
más amplia de desensibilización en los casos en los que se planean
incisiones abdominales largas (Fig. 2). Esta combinación de dos bloqueos
por hemiabdomen es la técnica de elección de los autores, utilizando
agujas espinales de 22 G y 90 mm para inyectar un volumen de 0,25-0,3
1
ml kg por sitio de bupivacaína al 0,25%.

Figura 2. A) Ventana acústica de la pared abdominal obtenida con un transductor lineal posicionado caudal y paralelo a la última costilla. El cuadro muestra el bolsillo visto
después de la inyección de anestésico local (D, Dorsal; V, Ventral; L, Lateral; M, Medial). (B) Ventana acústica de la pared de la línea alba obtenida con un transductor lineal (10
MHz) colocado caudal al cartílago tifoideo sobre la línea media abdominal. (C) Perro colocado en decúbito dorsal para un bloqueo del plano del transverso del abdomen. El
transductor lineal se coloca caudal y paralelo a la última costilla para el abordaje subcostal y luego se desliza caudalmente hacia el abdomen medio para la inyección abdominal
media. La aguja se introduce en plano desde el borde craneal del transductor. LA, Anestésico local; OEA, músculo oblicuo externo del abdomen; OIA, músculo oblicuo interno del
abdomen; PP, peritoneo parietal; RA, músculo recto del abdomen; TA, músculo transverso del abdomen. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.
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30 DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40

Un estudio retrospectivo realizado en 11 perros sometidos a mastectomías

radicales unilaterales mostró que un bloqueo TAP combinado con bloqueos de
nervios intercostales (T4 a T12) proporcionaba una antinocicepción intraoperatoria
adecuada y puntuaciones bajas de dolor posoperatorio durante al menos 2 horas
después de la extubación (Portela et al., 2014) . El bloqueo TAP consistió en dos
1
inyecciones separadas de 0,3-0,35 ml kg de bupivacaína al 0,25%, una en la
región abdominal caudal, craneal a la cresta ilíaca, y una segunda inyección en
la región abdominal craneal, justo caudal a la última costilla. Tres de los 11 casos
mostraron una reacción nociceptiva durante la ligadura de los vasos del canal
inguinal.
El canal inguinal contiene el proceso vaginal (eversión del peritoneo), vasos
pudendos externos, grasa y el nervio genitofemoral; por lo tanto, un componente
nociceptivo visceral podría ser el motivo de esta respuesta cardiovascular
transitoria (Portela et al., 2014). En estos casos no se observaron complicaciones
asociadas a la técnica anestésica regional.
Figura 3. Abordajes descritos para bloqueos nerviosos de miembros pélvicos. Modificado de
Una publicación reciente informó el uso de catéteres epidurales comerciales Otero y Portela (2017). Usado con permiso.
colocados bilateralmente en el TAP para proporcionar un bloqueo abdominal
continuo en tres perros que sufrían dolor relacionado con pancreatitis aguda y plexos: el plexo lumbar y el plexo sacro. El plexo lumbar proporciona las raíces
extirpación de masa pancreática y esplénica posoperatoria (Freitag et al., 2018). para el nervio cutáneo femoral lateral (L3 y L4), el nervio genitofemoral (L3 y L4),
El catéter se colocó con una aguja Tuohy de 18 G, a medio camino entre la el nervio femoral/safeno (L4, L5 y L6) y el nervio obturador (L4, L5 y L6). El plexo
última costilla y la cresta ilíaca, y se dejó colocado entre 42 y 156 h. Los autores sacro está formado por el tronco lumbosacro (L6 y L7) y S1, y proporciona las
informaron que la inyección de 0,3 mL kg por hemiabdomen de bupivacaína al raíces de las que parten el nervio ciático (L6, L7 y S1), los nervios glúteos craneal
1 y caudal (L6, L7 y S1) y el cutáneo caudal. nervio femoral (S1 y S2) se originan.
0,5% produjo un alivio satisfactorio analgesia
del dolor de
abdominal
rescate adicional.
sin necesidad de

El bloqueo TAP guiado por ecografía también se describió en gatos, utilizando

1 Bloqueo del plexo lumbar (LP)
1,5 ml (0,3-0,46 ml kg ) por hemiabdomen
% y lidocaína
de al
una2%
mezcla
(Skouropoulou
de bupivacaína
et al., 2018).
al 0,5
El estudio mostró que la inyección de TAP bilateral fue efectiva como parte de
un protocolo analgésico multimodal, produciendo hasta 24 horas de analgesia
postoperatoria en gatas sometidas a ovariectomía.
Es importante señalar que el grosor de la pared abdominal en un perro de
tamaño medio suele ser de 5-10 mm, por lo que las posibilidades de punción
intraabdominal son altas si se utiliza una técnica inadecuada. Zoff et al. (2017)
observaron punciones intraabdominales en cadáveres de perros después de una
inyección de TAP a una tasa del 23 %, lo que destaca la importancia de un
entrenamiento adecuado en bloqueos guiados por ecografía y visualización
continua de la aguja mientras se avanza e inyecta el anestésico local, para
minimizar el riesgo de iatrogenia. punción intraabdominal o de órganos.
Anestesia regional para el miembro pélvico
Durante los últimos 10 años se han realizado varios estudios anatómicos,
experimentales y clínicos para desarrollar técnicas de anestesia regional para el
miembro pélvico en animales de compañía (Gurney y Leece, 2014). La
experiencia adquirida en la práctica clínica con el uso de la estimulación nerviosa
(EN) y la ecografía ha alentado a más médicos a incorporar bloqueos de nervios
periféricos como alternativa a las técnicas neuroaxiales en pequeños animales
sometidos a cirugías de extremidades pélvicas (Campoy et al., 2012b; Caniglia
et al. ., 2012; Bartel et al., 2016).
Los nervios del miembro pélvico pueden bloquearse en diferentes lugares a
lo largo de su recorrido, desde su origen en el agujero intervertebral hasta sus
ramas distales en la región del muslo. En la figura 3 se presenta una descripción
general de los diferentes enfoques guiados por la NS y la ecografía, que se
resumen en la tabla 1.
Anatomía relevante del miembro pélvico
El miembro pélvico recibe su inervación motora, sensorial y autonómica del
plexo lumbosacro, el cual está formado por las ramas ventrales de L4, L5, L6, L7
y S1, con una contribución variable de L3 y S2 (Evans y de Lahunta, 2013) . El
plexo lumbosacro también se puede clasificar en dos partes separadas.
Después de salir de los agujeros intervertebrales, las ramas ventrales de L4,
L5 y L6 penetran en el músculo iliopsoas y se interconectan para formar el LP
(Fig. 4). Los músculos iliopsoas y psoas menor forman una vaina conocida como
compartimento del psoas donde se ubica el LP (Portela et al., 2013a). Antes de
salir del compartimento del psoas, el nervio femoral envía una rama articular
que, junto con ramas originadas en los nervios obturador, glúteo craneal y ciático,
inerva la articulación de la cadera en perros (Huang et al., 2013).
El bloqueo del plexo lumbar se ha logrado en perros con la ayuda de SN a
través de un abordaje paravertebral sagital de un punto (Campoy et al., 2008) y
tres puntos (Portela et al., 2010), así como a través de un abordaje preilíaco
lateral. enfoque (Portela et al., 2013a); todos estos se conocen como bloqueo
del compartimiento del psoas. Una aguja introducida en el nivel intervertebral L5-
L6 a través de la musculatura epaxial hacia el músculo psoasilíaco, y avanzada
hasta que se provocó la contracción del músculo cuádriceps femoral, se definió
como el único punto de inyección utilizado por Campoy et al. (2008).
1
La inyección de 0,4 mL kg de azul de metileno resultó en una diseminación que
afectó los nervios femoral y obturador en seis perros; mientras que 0,1 mL kg
1
tiñeron solo trespropagación
de los ocho epidural
nervios femorales.
y abdominal
Endel
este
contraste
estudio,ensedos
encontró
de 22
perros. En un estudio retrospectivo realizado por Vettorato et al. (2012), se
mostró una tasa de éxito del 76 % con el bloqueo LP de inyección única, y solo
uno de 95 casos mostró signos de déficit motor bilateral, muy probablemente
debido a la diseminación epidural. El enfoque de tres puntos descrito por Portela
et al. (2010) tuvo como objetivo bloquear individualmente las ramas ventrales de
L4, L5 y L6 que forman el LP. A diferencia del enfoque de un punto, en el que se
inyecta un gran volumen de anestésico local en el compartimento del psoas para
bañar todo el LP, el enfoque paravertebral de tres puntos requiere un pequeño
volumen de anestésico local por sitio de inyección. Los dermatomas de los
nervios safeno y femoral cutáneo lateral se desensibilizaron durante más de 300
min cuando se inyectaron 0,05 mL kg de bupivacaína al 0,5% por sitio (Portela
et al., 2010).
1
Portela et al. también obtuvieron resultados positivos con este enfoque . (2008),
confirmado por una reducción del 20% en el intraoperatorio
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DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40 31

Figura 4. (A) Vista ventral de una región lumbar diseccionada, después de dividir el músculo iliopsoas. Obsérvense las ramas ventrales de los nervios espinales lumbares que convergen para formar el plexo
lumbar. (B) Representación esquemática de las estructuras observadas en (A). F, nervio femoral; GF, nervio genitofemoral; LT, tronco lumbosacro; O, nervio obturador; QL, músculo cuadrado lumbar; S,
Nervio safeno. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

Fig. 5. Bloqueo del nervio femoral asistido por estimulación nerviosa a través de un abordaje preilíaco lateral, contracción muscular dirigida a la estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado.
(A) L5, L6 y L7: 5ª, 6ª y 7ª apófisis espinales lumbares. La línea continua curva representa la cresta ilíaca, una línea punteada corre perpendicular a la columna a nivel de L6 y la otra línea punteada va
desde la parte más craneal de la cresta ilíaca a craneal, paralela a la columna. El punto de inyección está marcado con una 'X'. (B) El perro colocado en decúbito lateral. La aguja se introduce en el lugar de
la inyección con un ángulo de 30 a 45° respecto a la piel hasta que se obtiene una respuesta muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la
inyección si se percibe resistencia a la inyección. (C) Trayecto de la aguja entre la séptima apófisis transversa lumbar y la cresta ilíaca.
Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

requisitos de isoflurano en comparación con la administración de metadona
sistémica en perros sometidos a cirugía de miembros pélvicos. Del mismo
modo, Congdon et al. (2017), al combinar el bloqueo LP de tres puntos con
un bloqueo del tronco parasacro lumbosacro, mostró una reducción
significativa en la necesidad de analgesia de rescate en el período
intraoperatorio y postoperatorio temprano en perros sometidos a amputación
de la extremidad pélvica.
El abordaje preilíaco lateral asistido por NS descrito por Portela et al.
(2013a) tiene como objetivo bloquear el nervio femoral en la cara caudal del
compartimiento del psoas, donde está desprovisto de cualquier estructura
vascular o fascial (Echeverry et al., 2012a). En este caso, la aguja abordó el
compartimento del psoas a través de la cara lateral de los músculos lumbares
(iliocostalis lumborum) y craneal al ala del ilion, para alcanzar el nervio
femoral antes de que salga del compartimento del psoas (fig. 5). La inyección
1
de 0,1 mL·kg de una solución colorante logró teñir tanto el nervio
como femoral
el
obturador, y la inyección de bupivacaína al 0,5% combinada con bloqueo del
nervio ciático fue adecuada para evitar una respuesta a estímulos en cirugías
ortopédicas, evitando así la necesidad de analgesia de rescate
en el postoperatorio temprano y reduciendo los niveles séricos de cortisol y
glucosa perioperatorios (Portela et al., 2013a; Romano et al., 2016). Los
autores recomiendan este abordaje, combinado con un bloqueo del tronco
parasacro lumbosa cral, para proporcionar analgesia al fémur proximal y al
área de la cadera (Tabla 1).
Un estudio retrospectivo que comparó el efecto de un bloqueo LP con
un abordaje preilíaco lateral o paravertebral sagital en perros sometidos a
cirugía ortopédica de miembros pélvicos mostró una tasa de éxito del 82,3
% y del 74,7 % para los bloqueos preilíaco lateral y paravertebral sagital.
respectivamente, sin alcanzar diferencias estadísticamente significativas
(Vettorato et al., 2013). Sin embargo, el volumen de anestésico local utilizado
1
fue de 0,15 mL·kg para ambos abordajes, inferior a los 0,4 mL·kg sugeridos
para el
1
abordaje paravertebral sagital de punto único (Campoy et al., porcentaje
2008). El de
perros que requirieron analgesia de rescate postoperatoria fue menor en el
grupo preilíaco lateral (27,1 %) en comparación con el grupo paravertebral
sagital (33,7 %), pero no alcanzó diferencias estadísticamente significativas
(Vettorato et al., 2013). Según Vettorato y Corletto (2016), estas mismas
técnicas pueden
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32 DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40

Figura 6. Bloqueo de plexo lumbar guiado por ecografía, contracción muscular dirigida a estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado. (A) Imagen ecográfica
obtenida con un transductor lineal (10 MHz) de la región sublumbar a nivel de L7, obtenida con un transductor lineal colocado en la pared abdominal, orientado perpendicular al eje
longitudinal de la columna (L, Lateral; M, Medial; Cr, Craneal; Cd, Caudal). (B) Ilustración esquemática de las estructuras presentes en (A). (C) Perro colocado en decúbito lateral
con la extremidad que se bloqueará hacia arriba, abducida y extendida caudalmente. La aguja se introduce en el plano y se avanza en dirección medial hacia el nervio femoral en
el compartimento del psoas hasta que se provoca la contracción muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección
si se percibe resistencia a la inyección. DAF, Fascia abdominal profunda; EIA, arteria ilíaca externa; FN, nervio femoral; IF, fascia ilíaca; L7b, séptima vértebra lumbar; proceso
tranversal; OEA, músculo oblicuo externo del abdomen; OIA, músculo oblicuo interno del abdomen; PP, peritoneo parietal; QL, músculo cuadrado lumbar; TA, músculo transverso
del abdomen; VP, peritoneo visceral. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

también se puede usar de manera segura en gatos para proporcionar analgesia perioperatoria para
cirugía de extremidades pélvicas.
Los nervios del LP también se han visualizado y abordado mediante
guía ecográfica en el compartimento del psoas (Echeverry et al., 2012a;
Mahler, 2012). Cuando se coloca un transductor lineal de alta frecuencia
(es decir, 10 MHz) en la cara ventral de los músculos lumbares craneales a
la cresta ilíaca, el nervio femoral aparece como una estructura hipoecoica
redondeada rodeada por un borde hiperecoico dentro del músculo iliopsoas
(Fig. 6 ). ). La ubicación del nervio femoral dentro del músculo iliopsoas
cambia de craneal a caudal, desde una posición medial y dorsal a una
posición más ventral y lateral, donde finalmente emerge a través de la
laguna muscular (Mahler, 2012). En la parte caudal del músculo iliopsoas
se puede visualizar el nervio obturador dorsal y medial al nervio femoral
(Graff et al., 2015). La arteria ilíaca externa se encuentra medialmente al
músculo iliopsoas y podría ayudar a identificar el nervio femoral (Mogicato
et al., 2015). Para abordar el nervio femoral en el compartimento del psoas,
la aguja puede introducirse desde la cara lateral del músculo lumbar craneal
a la cresta ilíaca (abordaje suprainguinal ventral), en dirección perpendicular
a la columna (Echeverry et al., 2012a; Mahler , 2012); en una orientación
caudal oblicua (Tayari et al., 2017); o mediante un abordaje preilíaco dorsal
(Graff et al., 2015). Cuando la aguja se introduce desde la cara lateral del
músculo lumbar, el nervio femoral está lejos de los vasos sanguíneos; por
lo tanto, se reduce el riesgo de punción vascular inadvertida (Echeverry et
al., 2012a; Mahler 2012).
1
Echeverry et al. (2012b) demostraron que la inyección de 0,2 ml kg en
cadáveres de perros a través de un abordaje suprainguinal ventral en el
compartimento del psoas tiñó constantemente los nervios obturador y
femoral, pero el nervio cutáneo femoral lateral se vio afectado en un bajo
porcentaje de perros. Graf et al. (2015) compararon tres abordajes diferentes
del compartimento del psoas y demostraron que las inyecciones realizadas
en la parte más caudal del músculo iliopsoas se asociaron con una mayor
tasa de tinción de los nervios femoral y obturador. Del mismo modo, Tayari
et al. (2017) obtuvieron una tinción uniforme de los nervios femoral y
obturador mediante un abordaje preilíaco guiado por ecografía en el plano
en la porción más caudal del compartimento del psoas. Esta técnica
combinada con un bloqueo del nervio ciático en perros
sometidos a una osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO), bajo
un plano ligero de anestesia general, proporcionó una analgesia capaz de
reducir la necesidad de opioides sistémicos intraoperatorios y retrasar la
analgesia de rescate hasta 11 h después de realizado el bloqueo.
Se ha demostrado que un abordaje lateral y dorsal del LP en el
compartimento del psoas en cadáveres de perros en L6 afecta el nervio
obturador en solo el 26 % de las inyecciones cuando se inyectaron 0,1 ml 1
kg de una solución colorante (Graff et al., 2015) . Este hallazgo es
interesante porque, según O'Connor y Woodbury (1982), en el 11-27% de
los perros, el nervio obturador contribuye a la inervación de la cara medial
de la rodilla. Por lo tanto, aunque hasta la fecha no existen estudios clínicos
que respalden el bloqueo del nervio obturador en perros sometidos a cirugía
de rodilla, puede producirse una desensibilización parcial de la cara medial
de la rodilla si no se bloquea el nervio obturador.
Monticelli et al. (2016) describieron una técnica para colocar un catéter
para bloqueo LP continuo en perros, demostrando que el abordaje preilíaco
lateral guiado por ecografía era fácil de realizar, repetible y altamente
exitoso.
Se ha descrito y validado un abordaje dorsal guiado por ecografía del
nervio femoral en el músculo iliopsoas de gatos (Haro et al., 2013; Haro et
al., 2016). El transductor se colocó perpendicular a la columna vertebral y
craneal a la cresta del ilion, y la aguja se introdujo en el plano en dirección
dorsoventral entre las apófisis transversas de las vértebras lumbares 6 y 7.
Un volumen inyectado de 1 ml de solución se extendió craneal y
caudalmente dentro del músculo iliopsoas y alrededor de la musculatura
sublumbar, sin evidencia de que llegara al canal espinal, según tomografías
computarizadas.
Bloqueo del nervio femoral en la región inguinal
Lemke and Dawson (2000) y Echeverry-Bonilla et al. (2017). Además,
se han descrito dos técnicas que tienen como objetivo una localización más
precisa y un riesgo reducido de daño nervioso iatrogénico, una que usa NS
(Mahler y Adogwa, 2008) y otra que usa guía de EE . UU . (Campoy et al.,
2010).
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DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40 33

Fig. 7. Bloqueo del nervio femoral guiado por estimulación nerviosa a través de un abordaje inguinal, contracción muscular dirigida a la estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado.
El perro se coloca en decúbito lateral con la extremidad que se va a bloquear hacia arriba y abducida 90 Con la mano.no dominante, palpe las pulsaciones de la arteria femoral. La aguja se introduce
cranealmente a la arteria femoral y se avanza hasta obtener una respuesta muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección si se
percibe resistencia a la inyección.

Una vez que el nervio femoral sale del músculo iliopsoas a través
de la laguna muscular, cruza lateral a la arteria circunfleja ilíaca
superficial y entra en el músculo cuádriceps femoral entre el vasto
medial y el recto femoral. El nervio safeno se ramifica desde el nervio
femoral antes de dejar el músculo iliopsoas en la región inguinal y
discurre distalmente, cranealmente a la arteria femoral (Evans y de
Lahunta, 2013).
La estimulación nerviosa se ha utilizado con éxito para localizar
el nervio femoral en perros (Mahler y Adogwa, 2008) (Fig. 7). La
arteria femoral se encuentra caudal al nervio femoral y se utiliza
como referencia anatómica; sin embargo, no existe un punto de
referencia confiable que sugiera qué tan profundo debe avanzar la
aguja. En el triángulo femoral, el nervio femoral está cubierto por el músculo
la fascia ilíaca, por lo que esta fascia debe ser perforada para
asegurar una inyección perineural (Fig. 8). De igual forma, la SN
también se puede utilizar en gatos para localizar el nervio femoral en
1
la región inguinal (Evangelista et al., 2017a y b). El análisis
dispersión
de la
de 0,1 ml kg de bupivacaína al 0,5 % utilizando imágenes por
resonancia magnética (IRM) en gatos demostró una distribución
exitosa alrededor del nervio femoral, ya sea proximal, cerca o distal
a la emergencia del nervio safeno. Dado que la SN se basa en las
contracciones musculares del músculo cuádriceps, las inyecciones
realizadas distalmente a la bifurcación del nervio safeno pueden
producir un bloqueo del componente muscular principal del nervio
femoral sin afectar el nervio safeno, como observaron Evangelista et
al. sartorio
(2017a)ydando como resultado un bloqueo sensorial incompleto de la babill

Fig. 8. Bloqueo del nervio femoral guiado por ecografía en la región inguinal, objetivo de la contracción muscular a la estimulación del nervio y volumen de anestésico local utilizado. (A) Vista
ecográfica de la región inguinal, obtenida con un transductor lineal (10 MHz) colocado en el área proximal del triángulo femoral y orientado perpendicularmente al eje largo de la extremidad (L,
Lateral; M, Medial; Cr, Craneal; CD, caudal). (B) Ilustración esquemática de las estructuras presentes en (A). (C) Posición del transductor lineal para visualizar y bloquear el nervio femoral en la
región inguinal. La aguja se introduce en el plano y se avanza en dirección craneocaudal a través del vientre del músculo sartorio hasta que se obtiene una respuesta muscular adecuada con >0,3
mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección si se percibe resistencia a la inyección. F/S, complejo del nervio safeno femoral; FA, arteria femoral; FV, vena
femoral; IF, fascia ilíaca; PI, músculo iliopsoas; MFF, Fascia femoral medial; P, músculo pectíneo; S, Músculo sartorio (porción caudal); VM, Músculo vasto medial. Modificado de Otero y Portela
(2017). Usado con permiso.
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34 DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40

solución tiñó adecuadamente todos los nervios femorales objetivo.

Echeverry et al. (2010) no lograron encontrar el nervio femoral en esta ubicación
en el 50 % de las piernas escaneadas, y esto podría deberse a que el nervio
femoral está rodeado de tejido graso y estructuras de fascia con propiedades
ecogénicas similares al nervio, lo que reduce su contraste (Silvestri et al. 1995).
Por lo tanto, el uso simultáneo de SN podría facilitar la localización del nervio en
la región inguinal (Vassiliou et al., 2012). Sin embargo, McCally et al. (2015)
informaron que el nervio femoral era difícil de localizar incluso con el uso de SN
además de US.

Bloqueo del nervio safeno en la región distal del muslo

El nervio safeno, que es la principal rama sensitiva del nervio femoral, también
se puede bloquear para proporcionar anestesia en la cara medial y craneal de la
rodilla sin afectar la función motora del músculo cuádriceps. Por lo tanto, cuando
se bloquea el nervio safeno en combinación con un bloqueo del nervio ciático, se
puede preservar la función del músculo cuádriceps.

Figura 9. Imagen ecográfica de la región inguinal, obtenida con un transductor lineal

colocado en la zona proximal del triángulo femoral y orientado perpendicularmente
al eje longitudinal del miembro. Obsérvese la arteria ilíaca circunfleja superficial
(SCIA), la arteria femoral (FA), la fascia ilíaca (IF) y el complejo del nervio femoral-
safeno (F/S). En el recuadro, el modo Doppler color resalta SCIA y FA (L, Lateral; M,
Medial; Cr, Craneal; Cd, Caudal). Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con
permiso.
Debido a la proximidad del nervio femoral a las arterias circunflejas ilíaca superficial
y femoral, la punción iatrogénica de estos vasos es una complicación potencial de
esta técnica.
La ecografía se ha utilizado para identificar el nervio femoral en la región
inguinal (Campoy et al., 2010; Echeverry et al., 2010). El nervio se puede observar
como una estructura triangular hiperecoica más profunda al músculo sartorio,
cubierta por la fascia ilíaca lateral y craneal a la arteria femoral (Fig. 8). La arteria
ilíaca circunfleja superficial se ramifica cranealmente desde la arteria femoral
cerca de donde el nervio femoral sale del músculo iliopsoas (Done et al., 2009);
es superficial al nervio femoral (Fig. 9) y podría ayudar a localizar el nervio femoral
en la región inguinal (Garcia-Pereira et al., 2018). Usando US, Campoy et al.
(2010) demostraron que el nervio femoral se localiza a 0,9 cm y 0,6 cm de
profundidad en perros sabueso y beagle, respectivamente, y que 0,1 mL kg de un
colorante
1
El bloqueo del nervio safeno mediante técnica ciega ha tenido una tasa de
éxito variable (Rasmussen et al., 2006a yb; Echeverry Bonilla et al., 2017). Otros
estudios han descrito el bloqueo del nervio safeno guiado por ecografía (Shilo et
al., 2010; Costa-Farré et al., 2011). Distal a donde se puede visualizar el nervio
femoral, el nervio safeno se puede identificar como una estructura ovalada
hiperecoica y pequeña (0,8-1 mm de diámetro), situada inmediatamente craneal a
la arteria femoral dentro del mismo plano fascial (Fig. 10). Aunque la visualización
ecográfica del nervio safeno no siempre es posible (Shilo et al., 2010), la inyección
perivascular de 0,1 mL·kg de lidocaína al 2% produjo un bloqueo completo en el
1
100% de los animales estudiados (Costa-Farré et al., 2011). ). Incluso
actualmente
si no
existen estudios clínicos que evalúen la eficacia del bloqueo del nervio safeno en
perros, según la experiencia de los autores, este bloqueo, en combinación con un
bloqueo del nervio ciático, proporciona una analgesia adecuada en perros
sometidos a cirugía de rodilla.
Bloque de tronco lumbosacro parasacro
El tronco lumbosacro se origina en las ramas ventrales de
nervios L6, L7 y S1, con aporte variable de S2, y da

Figura 10. Bloqueo del nervio safeno guiado por ecografía y volumen de anestésico local utilizado. (A) Ventana acústica de la región inguinal obtenida con un transductor lineal
(10 MHz), colocado perpendicular al eje largo de la extremidad, a nivel del tercio medio del fémur. Obsérvense la arteria y la vena femorales y el nervio safeno craneal a ellas
(L, Lateral; M, Medial; Cr, Craneal; Cd, Caudal). (B) Ilustración esquemática de las estructuras presentes en (A). (C) Perro colocado en decúbito lateral con la extremidad que
se bloqueará hacia arriba, abducida 90 y extendida caudalmente. La aguja se introduce en un abordaje en el mismo plano y se avanza en dirección craneocaudal. A, Músculo
aductor; FA, arteria femoral; FV, vena femoral; MFF, Fascia femoral medial; P, músculo pectíneo; RF: Músculo recto femoral; S, músculo sartorio; SN, nervio safeno; VI, vasto
intermedio; VM, vasto medial. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.
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DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40 35

Figura 11. A) Imagen anatómica transversal de la región pélvica a nivel de la 2.ª vértebra coccígea (L, Lateral; M, Medial; Cr, Craneal; Cd, Caudal). (B) Ilustración esquemática de las
estructuras presentes en (A). Cd, vértebras caudales; CGA, arteria glútea caudal; DG, músculo glúteo profundo; IO, músculo obturador interno; ES, Isquión; LT, tronco lumbosacro; MG,
músculo glúteo medio; P, músculo piriforme; PF, fascia pélvica; PP, peritoneo parietal; SC, músculo sacrococcígeo; SG, Músculo glúteo superficial.
Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

Figura 12. Bloqueo del tronco lumbosacro parasacro asistido por estimulación nerviosa, contracción muscular dirigida a la estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado.
Perro colocado en decúbito lateral con la extremidad a bloquear hacia arriba. El lugar de la inyección se encuentra en la intersección entre el tercio medio y el tercio craneal de una línea
trazada desde la cara dorsal de la cresta ilíaca hasta la tuberosidad isquiática. La aguja se introduce perpendicular a la piel y se avanza suavemente a través de los músculos de los glúteos
hasta que se obtiene una respuesta muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección si se percibe resistencia a la
inyección. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

origen a los nervios glúteos ciático, craneal y caudal (Evans y de Lahunta, 2013). la prueba del pellizco, un método que aún no ha demostrado ser adecuado como
A través de su trayecto intrapélvico, el tronco lumbosacro se ubica en la cara sustituto de la analgesia quirúrgica. Un volumen de 10,15
0,5 %)
ml kg
y 0,1
(bupivacaína
ml kg al
medial del ilion cerca de los vasos glúteos debajo de los músculos glúteos (Fig. (bupivacaína1alparasacro
0,75 %) utilizado
proporcionó
parauna
un bloqueo
analgesia
delperioperatoria
tronco lumbosacro
adecuada
11). cuando se combinó con un bloqueo del plexo lumbar en perros sometidos a
El bloqueo del tronco lumbosacro mediante un abordaje parasacro mediante cirugía de rodilla y amputación de miembros posteriores, respectivamente
SN en perros se muestra en la figura 12 (Portela et al., 2010). ( Romano et al., 2016; Congdon et al., 2017).
Con esta técnica, el anestésico local se inyecta en el origen del nervio ciático,
desensibilizando toda la zona de inervación ciática incluida la cadera. El efecto También se ha descrito un abordaje parasacro guiado por ecografía del
sensorial y motor de un bloqueo del tronco lumbosacro parasacro utilizando tronco lumbosacro utilizando una vista longitudinal del nervio objetivo (Shilo et
diferentes volúmenes y concentraciones de una solución de bupivacaína se al., 2010). Este estudio resultó en una baja tasa de éxito del bloqueo sensorial
evaluó en perros de experimentación, en los que la calidad del bloqueo parecía (67%) que podría explicarse por el uso de un transductor de ultrasonido de baja
estar significativamente relacionada con la concentración de la solución frecuencia, una visualización a veces inadecuada de la distribución del anestésico
anestésica local (Portela et al. al., 2010). Sin embargo, en este estudio, la local y la evaluación del efecto desensibilizante. usando la respuesta a la prueba
evaluación del bloqueo se realizó en animales conscientes utilizando del pellizco. En la experiencia de los autores, el uso de un enfoque en el plano
con un
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36 DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40

Fig. 13. Bloqueo del tronco lumbosacro parasacro guiado por ecografía, contracción muscular dirigida a la estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado. (A) Ventana
acústica obtenida con un transductor lineal (10 MHz) posicionado sobre la región glútea, a nivel de la escotadura isquiática mayor, orientada transversalmente al ilion. En el cuadro,
la misma vista con el modo Doppler color activado (L, Lateral; M, Medial; Cr, Craneal; Cd, Caudal). (B) Ilustración esquemática de las estructuras presentes en (A). (C) Perro
colocado en decúbito lateral con la extremidad a bloquear hacia arriba. La aguja se introduce en un enfoque en el mismo plano y se avanza en dirección ventrolateral hasta que se
provoca la contracción muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección si se percibe resistencia a la inyección.
CGA, arteria glútea caudal; CGV, vena glútea caudal; DG, músculo glúteo profundo; LT, tronco lumbosacro; MG, músculo glúteo medio; P, músculo piriforme; SG, Músculo glúteo
superficial. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

la vista transversal del tronco lumbosacro podría facilitar la ejecución de esta
técnica (Fig. 13).
En un estudio retrospectivo con 96 perros sometidos a cirugías ortopédicas,
Vettorato et al. (2013) utilizaron un abordaje paravertebral lumbar al nervio
ciático, donde se introdujo una aguja estimulante lateralmente a las apófisis
espinosas y medialmente al ala del ilion, a nivel del espacio intervertebral
lumbosacro. La aguja se dirigió caudomedialmente hacia la cara ventral del
cuerpo del sacro, hasta que se provocó una contracción de los músculos
bíceps femoral, tibial craneal o gastrocnemio. Se sugirió un volumen de
0,1-0,17 mL·kg de anestésico local para bloquear la rama ventral de L7 y
1
obtener una extensión suficiente para llegar a L6 y S1. Sin embargo, aún
se han
no
realizado estudios experimentales para determinar la distribución anatómica
del inyectado a este nivel. En este estudio, una combinación de un bloqueo
del nervio ciático paravertebral lumbar con un bloqueo del nervio femoral
preilíaco lateral resultó en una tasa de éxito del 82,3 %.
o el músculo semimembranoso/semitendinoso pueden indicar estimulación
muscular directa o estimulación de la rama muscular del nervio ciático, y no
deben utilizarse como criterios de valoración positivos para la inyección.
Según Campoy et al. (2008), inyectando 0,05 mL de una solución colorante
cuando se obtuvo una respuesta muscular adecuada resultó en una distribución
satisfactoria alrededor del nervio ciático, mientras que volúmenes superiores
a 0,1 mL kg podrían haber producido un efecto de tinción excesivo. 1
Se describió una técnica similar para abordar el nervio ciático usando NS
en gatos (Evangelista et al., 2017a). Tras la evaluación por resonancia
magnética, el patrón de distribución de 0,1 ml kg de bupivacaína1 alinyectado
0,5 %
cuando se obtuvo la respuesta muscular adecuada con >0,2 mA y <0,4 mA
fue exitoso en cinco de seis inyecciones. Un estudio retrospectivo realizado
en gatos sometidos a varios tipos de cirugía de miembros pélvicos examinó el
uso de diferentes abordajes del nervio ciático (Vettorato y Corletto, 2016). Este
estudio mostró una tasa de éxito global del 81,2%, con un efecto ahorrador
intraoperatorio de isoflurano, un bajo requerimiento intraoperatorio de fentanilo
y ketamina y la ausencia de complicaciones neurológicas postoperatorias.

Bloqueo del nervio ciático en el muslo proximal

El nervio ciático también puede bloquearse mediante un abordaje
transglúteo (Mahler y Adogwa, 2008) o lateral proximal del muslo (Campoy et
al., 2008) .
Se describió el abordaje transglúteo introduciendo la aguja estimuladora a
través del músculo glúteo superficial, justo craneal al ligamento sacrotuberoso,
en un ángulo de aproximadamente 60 con orientación ventrocraneal. Las
contracciones musculares gastrocnemio (extensión del tarso), flexor o extensor
digital (flexión o extensión de los dedos) se consideraron criterios de valoración
adecuados para SN (Mahler y Adogwa, 2008). No se han publicado
evaluaciones clínicas de este enfoque.
Varios estudios clínicos en perros (Vettorato et al., 2012; Portela et al.,
2013a; McCally et al., 2015) y gatos (Evangelista et al., 2017a yb) utilizaron el
abordaje lateral proximal mediante NS, descrito por Campoy et al. (2008). Esta
técnica consiste en el bloqueo del nervio ciático entre el trocánter mayor del
fémur y la tuberosidad isquiática, donde es recubierto por el músculo bíceps
femoral (Fig. 14). Es importante tener en cuenta que las contracciones del
bíceps femoral
Caniglia et al. (2012) reportaron un déficit motor que duró 18 h en uno de
1
10 perros, luego de realizar un bloqueo del nervio ciático con 0,3 mL kg de una
solución que contenía lidocaína al 1% más bupivacaína al 0,25%; los signos
se resolvieron por completo 30 h después del tratamiento.
Las inyecciones subepineurales se pueden asociar con un bloqueo prolongado
sin disfunción nerviosa a largo plazo (Bigeleisen, 2006; Sala-Blanch et al.,
2009; Sala-Blanch et al., 2011), pero la presión alta durante las inyecciones
se ha asociado con signos histológicos de daño nervioso en perros
(Mornjakovic et al., 2005; Kapur et al., 2007). En una evaluación retrospectiva
de 265 bloqueos del nervio ciático en perros, no se identificaron complicaciones
neurológicas en los exámenes de seguimiento postoperatorios de 6 semanas
(Vettorato et al., 2012). La automutilación de la cara dorsal de la región del
metatarsiano se informó en un perro que recibió un bloqueo del nervio peroneo
común y tibial a ciegas (Rasmussen et al., 2006b). Múltiples factores podrían
haber contribuido a esta complicación, como la parestesia por una inyección
intraneural, el daño neural previo por el trauma vehicular que requirió la
reparación de la fractura o el daño nervioso producido por el vendaje en la
extremidad operada.
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DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40 37

Fig. 14. Bloqueo del nervio ciático asistido por estimulación nerviosa, contracción muscular dirigida a la estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado. Perro colocado
en decúbito lateral con la extremidad a bloquear hacia arriba. La aguja se introduce perpendicular a la piel en el tercio craneal de una línea trazada desde la tuberosidad isquiática
hasta el trocánter mayor del fémur, y se avanza suavemente a través del músculo bíceps femoral hasta que se obtiene la respuesta muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. .
Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección si se percibe resistencia a la inyección. Modificado de Otero y Portela (2017). Usado con permiso.

(Rasmussen et al. 2006b). Para minimizar el riesgo de lesión nerviosa, se
recomienda evitar la inyección de anestésico local cuando se percibe
presión alta y cuando se obtienen respuestas musculares con corrientes
eléctricas inferiores a 0,3 mA (De Andrés y Sala-Blanch, 2001; Mornjakovic
et al., 2005). ; Voelckel et al., 2005). Sin embargo, un estudio realizado en
perros mostró que cuando la punta de la aguja estimulante estaba en
contacto directo con el epineuro del nervio ciático, no siempre se podía
provocar una respuesta motora con intensidades de corriente bajas (es
decir, <0,3 mA), y en algunos casos fue necesaria una corriente eléctrica
de 1,5 mA para obtener una respuesta muscular; esto demostró que la NS
no es lo suficientemente sensible para proteger el nervio del daño de la
aguja (Portela et al., 2013b).
Por lo tanto, cuando se realiza un bloqueo nervioso mediante SN y US, se
debe interpretar cuidadosamente la falta de respuesta muscular. Además,
evaluar visualmente la posición de la punta de la aguja es más importante que
moviendo la aguja en exceso para intentar provocar una respuesta muscular
con corrientes eléctricas bajas. Mover la aguja en un intento de encontrar
una respuesta muscular con corrientes por debajo de 0,5 mA puede ser
innecesario y debe evitarse (Portela et al., 2013b).
La guía ecográfica para bloquear el nervio ciático a nivel del muslo
proximal se ha descrito tanto en perros como en gatos (Campoy et al.,
2010; Echeverry et al., 2010). Con el transductor posicionado
perpendicularmente al eje largo de la extremidad pélvica e inmediatamente
distal al trocánter mayor, el nervio ciático puede identificarse caudal al
fémur, entre el bíceps femoral y los músculos abductores, y rodeado por la
fascia del muslo ( Benigni et al., 2007; Campoy et al., 2010). Se puede
visualizar como un borde exterior hiperecoico con una estructura tubular
interior hipoecoica de doble elipsoide, que representa la vaina común y los
nervios tibial y peroneo común, respectivamente (Fig. 15) (Benigni et al.,

Fig. 15. Bloqueo del nervio ciático guiado por ecografía, contracción muscular dirigida a la estimulación nerviosa y volumen de anestésico local utilizado. (A) Ventana acústica
obtenida con un transductor lineal (10 MHz) posicionado distal al trocánter mayor del fémur, con una orientación transversal al eje largo de la extremidad (L, Lateral; M, Medial; Cr,
Craneal; Cd, Caudal). (B) Ilustración esquemática de las estructuras presentes en (A). (C) Perro colocado en decúbito lateral con la extremidad a bloquear hacia arriba. La aguja se
introduce en plano y se avanza en dirección craneal a través del músculo semitendinoso, hasta que su punta se coloca cerca de los tejidos perineurales. Si se utiliza estimulación
nerviosa, debe obtenerse una respuesta muscular adecuada con >0,3 mA y <0,5 mA. Compruebe la colocación de la aguja extravascular y evite la inyección si se percibe resistencia
a la inyección. A, Músculo abductor; BF, músculo bíceps femoral; PC, nervio peroneo común; G, músculo Gracilis; SM, músculo semimembranoso; T, nervio tibial. Modificado de
Otero y Portela (2017). Usado con permiso.
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38 DA Portela et al. / The Veterinary Journal 238 (2018) 27–40
2007). Usando NS además de la guía de EE. UU., Campoy et al. (2010)
1
demostraron que 0,05 mL·kg producían ciáticouna
hasta
tinción
una longitud
satisfactoria
mediana
del nervio
de 2,8 cm.
Otro estudio de investigación realizado en perros vivos que evaluó la función
motora y sensorial (pellizcar la piel) mostró que la inyección fuera del plano de
0.1 mL kg de lidocaína al 2% no resultó en un bloqueo motor y sensorial
completo del1nervio
observó
ciático
un déficit
en todos
motor
losciático
animales.
durante
(Costa-Farré
más de 12 et hal.,
en2011).
perrosSe
cuando se emplearon 0,3 ml kg de bupivacaína al 0,75 %, lo que sugiere que se
deben preferir volúmenes más pequeños (Gatson et al., 2016); mientras que 0,1
mL·kg de ropivacaína1 al
et 0,74
al., 2017).
% produjo solo 5 h de déficit propioceptivo (Trein
1
Se ha utilizado una prueba de pellizco de diferentes áreas anatómicas y
función motora en pacientes veterinarios como método indirecto para juzgar el
éxito de un bloqueo nervioso (Portela et al., 2010; Shilo et al., 2010).
Sin embargo, estos métodos no han sido validados como sustitutos de la eficacia
clínica del bloqueo nervioso y, por lo tanto, se han informado resultados
variables (Portela et al., 2010; Shilo et al., 2010; Costa-Farré et al., 2011; Trein
et al., 2017). Recientemente, se ha propuesto el uso del índice de perfusión
como método objetivo para evaluar el bloqueo del nervio ciático en perros
(Gatson et al., 2016).
Dada la vasodilatación y el consiguiente aumento del flujo sanguíneo que se
produce en áreas bajo un bloqueo simpático, un aumento en la medición del
índice de perfusión podría indicar un bloqueo exitoso, como se muestra en
perros en los que el índice de perfusión en el dedo del pie aumentó en un 104
% después de un bloqueo exitoso. bloqueo del nervio ciático (Gatson et al., 2016).
Aspectos clínicos del uso de bloqueos nerviosos femorales y ciáticos
Se han realizado varios estudios que comparan los efectos analgésicos
perioperatorios de la combinación de bloqueos de los nervios femoral y ciático
con anestesia epidural en perros sometidos a cirugía de rodilla (Campoy et al.,
2012b; Caniglia et al., 2012; McCally et al., 2015; Bartel et al. ., 2016). Aunque
Caniglia et al. (2012) afirmaron que estas técnicas dieron como resultado efectos
analgésicos comparables en perros sometidos a cirugía de rodilla, Campoy et
al. (2012b) encontraron que los perros tratados con bloqueos de nervios
periféricos consumían menos hidromorfona en las primeras 24 h después de la
cirugía, junto con una menor necesidad de uso intraoperatorio de vasopresores.
Además, la administración epidural de bupivacaína más morfina se asoció con
un aumento significativo de la retención urinaria posoperatoria (44 %) en
comparación con los animales tratados con bloqueos de los nervios femoral y
ciático (0 %) (Campoy et al., 2012b). Recientemente, el uso de un bloqueo de
los nervios femoral y ciático se asoció con menos analgesia de rescate
intraoperatoria y una mejor calidad de recuperación en comparación con la
analgesia epidural o la anestesia no regional en un estudio retrospectivo
realizado en 87 perros sometidos a cirugía de rodilla (Boscan y Wennogle,
2016) . Estos estudios respaldan el uso clínico del bloqueo de los nervios
femoral y ciático como alternativa a la anestesia epidural en perros sometidos a
cirugía de sofocación.
Se informó que la sedación para procedimientos usando una infusión
1 1
conjunta de propofol (0.07-0.15
proporciona mg kg min)
condiciones y dexmedetomidina
quirúrgicas (1 cuando
satisfactorias mg kg h)se
usa con
un bloqueo de los nervios femoral y ciático en perros sometidos a cirugía de
rodilla (Campoy et al. , 2012a). Ninguno de estos perros requirió conversión a
anestesia general como resultado de un movimiento intencional en respuesta a
la estimulación quirúrgica, y no se administraron analgésicos adicionales durante
la operación o en las 10 horas posteriores al bloqueo; El 60 % de los perros no
requirieron analgesia adicional durante las primeras 24 h posteriores al bloqueo
(Campoy et al., 2012a).
Se ha propuesto que la adición de dexmedetomidina a un bloqueo nervioso
periférico aumenta la duración del bloqueo sensorial, pero esto aún sigue siendo
controvertido (Vorobeichik et al., 2017). La dexmedetomidina añadida a la
bupivacaína al 0,75% aumentó la duración del bloqueo sensorial en la safena
área de inervación en un grupo de perros después de recibir inyecciones
femorales perineurales guiadas por ecografía (Trein et al., 2017). Sin embargo,
la prolongación del bloqueo no alcanzó significación estadística.
Además, en un estudio de investigación experimental realizado en gatos que
recibieron un bloqueo de los nervios femoral y ciático, Evangelista et al. (2017b)
no pudieron demostrar ningún beneficio al agregar dexmeda tomidina (1 mg kg
1 1
por bloque) o buprenorfina (2,5 mg kg por bloque) a la bupivacaína al 0,5 %.
Dado que la mayoría de las estructuras intraarticulares asociadas con la
enfermedad del ligamento cruzado craneal se encuentran en la cara medial de
la rodilla, que está inervada por el nervio femoral y safeno, McCally et al. (2015)
diseñaron un estudio de investigación de perros sometidos a cirugías TPLO para
comparar la eficacia de la bupivacaína en el período posoperatorio temprano,
proporcionada por tres métodos diferentes: administrada a través de un bloqueo
del nervio femoral solo, bloqueo combinado de los nervios femoral y ciático, o
anestesia epidural. Este estudio no mostró diferencias en el tiempo requerido
para la primera intervención analgésica de rescate. Sin embargo, los perros que
recibieron solo un bloqueo del nervio femoral mostraron puntajes de dolor más
altos en el momento de la extubación y una proporción significativamente mayor
de perros requirió analgesia de rescate en la extubación en comparación con
los perros que recibieron bloqueo del nervio femoral y ciático (McCally et al.,
2015). Estos resultados podrían sugerir que un bloqueo del nervio femoral por
sí solo no proporciona la misma analgesia completa a la babilla que una
combinación de bloqueo de los nervios femoral y ciático o anestesia epidural.
Sin embargo, dado que el número de dosis de intervenciones analgésicas de
rescate por perro no difirió entre los tratamientos, y la diferencia en la puntuación
de la escala compuesta de dolor de Glasgow fue solo un punto más alta para el
bloqueo del nervio femoral solo, y aún estaba por debajo de la puntuación
umbral para requerir analgesia de rescate, los autores no excluyeron el uso
clínico del bloqueo del nervio femoral como única técnica anestésica regional en
perros sometidos a cirugías TPLO (McCally et al., 2015).
Discusión
Desde las primeras etapas de la evolución de los bloqueos de nervios
periféricos en el miembro pélvico, se han incorporado importantes avances
tecnológicos, con el objetivo de aumentar la objetividad de las técnicas de
bloqueo de nervios y reducir el riesgo de complicaciones asociadas a la AR.
Las complicaciones neurológicas asociadas con la AR en personas son
raras, y la tasa informada de lesiones a largo plazo está en el rango de 2 a 4
por 10 000 bloques (Neal et al., 2015). Aunque aún se desconoce el riesgo
potencial asociado con el uso rutinario de AR en animales pequeños, los
métodos similares utilizados en animales y personas nos llevarían a esperar
una tendencia similar en estas especies. Un estudio retrospectivo realizado en
265 perros que evaluó la tasa de éxito y las complicaciones asociadas con la
PL y el bloqueo del nervio ciático mostró solo un 1,05 % de déficit nervioso
bilateral transitorio, sin complicaciones neurológicas a las 6 semanas del
postoperatorio (Vettorato et al., 2012). Es importante señalar que los animales
que se someten a procedimientos de AR generalmente se encuentran bajo
anestesia general, lo que podría enmascarar la aparición y retrasar el tratamiento
de complicaciones relacionadas con el daño nervioso. Por lo tanto, se
recomienda encarecidamente utilizar técnicas adecuadas, equipos adecuados
y agujas específicas diseñadas específicamente para la AR (Read, 2013).
La creciente popularidad de los bloqueos de nervios periféricos para la
cirugía de la extremidad pélvica está llevando a muchos anestesiólogos a
suplantar el uso de técnicas neuroaxiales para bloqueos de nervios femorales y
ciáticos para proporcionar analgesia perioperatoria en cirugías ortopédicas de
extremidades. También es interesante señalar que los bloqueos de nervios
periféricos proximales, como la combinación de un bloqueo del plexo lumbar
con un bloqueo del tronco lumbosacro, también se pueden usar para proporcionar
analgesia perioperatoria para la amputación de la extremidad trasera, evitando
el bloqueo motor de la extremidad contralateral, y permitir que el animal use la
pata no bloqueada poco después de la cirugía.
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Los animales son frecuentemente sometidos a cirugía abdominal y
su cuidado perioperatorio depende en gran medida del control del
componente somatosensorial del dolor. Según la literatura actual sobre
estudios experimentales, el bloqueo TAP podría desempeñar un papel
fundamental en el manejo multimodal de la analgesia en estos casos.
Sin embargo, faltan estudios clínicos a gran escala que demuestren sus
beneficios en la cirugía abdominal en animales.
Conclusiones
A pesar del continuo desarrollo de nuevas técnicas y la realización
de estudios cada vez más completos, el análisis de la literatura actual
en AR veterinaria todavía muestra una heterogeneidad sustancial con
respecto a los medios utilizados para administrar bloqueos nerviosos y
los métodos utilizados para evaluar objetivamente los resultados del
bloqueo. Por lo tanto, la posibilidad de llegar a un consenso sobre los
resultados parece estar comprometida. Aunque los pocos estudios
clínicos disponibles muestran resultados prometedores con respecto a
los beneficios de la incorporación de la AR, se justifica un enfoque más
estandarizado y estudios clínicos a gran escala para dilucidar la eficacia
y el impacto real de la AR en el resultado perioperatorio y el bienestar
animal y, en última instancia, establecer pautas. , para técnicas de
anestesia regional en pequeños animales.
Declaracion de conflicto de interes
Ninguno de los autores de este documento tiene una relación
financiera o personal con otras personas u organizaciones que puedan
influir de manera inapropiada o sesgar el contenido del documento.
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