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Y dos de las que han tenido mayor impacto en las culturas de todo el mundo y a lo largo
de la historia son los mitos y las leyendas, dos formas narrativas ideadas para encontrar
el sentido a aquello que sucedía (y sucede) a nuestro alrededor o para contar la historia.
Los mitos y las leyendas forman parte de nuestra identidad cultural, social e histórica,
por no hablar que, ya desde tiempos remotos, asentaron las bases de todas las
manifestaciones literarias que existen hoy en día.
Pero, ¿sabías que los mitos y las leyendas son muy diferentes entre sí? Considerados
erróneamente como sinónimos, estas creaciones tienen orígenes y estilos muy
distintos, del mismo modo que la naturaleza de las historias que plasman son
diferentes. En el artículo de hoy nos adentraremos en ellas para analizar sus diferencias.
Por lo tanto, los mitos nacen de la necesidad de dar explicación a lo que sucede a
nuestro alrededor pero de la carencia de medios, conocimientos y recursos para
enfocarlo desde una perspectiva puramente científica.
Estos mitos son narraciones ficticias que forman parte de la cultura de la sociedad
que los creó en épocas antiguas y que están protagonizadas por seres extraordinarios
que, al serlo, poseen propiedades sobrehumanas y asombrosas. En este sentido, los
mitos suelen introducir personajes interpretados como deidades con un poder
inigualable sobre los seres humanos.
En este sentido, los mitos son relatos que tienen sus cimientos en la tradición oral (no se
escribieron) y que conforman la mitología de una cultura. Es lo que actualmente
consideramos como un cuento, en el sentido que, pese a que es cierto que pretendían dar
explicación a fenómenos naturales del mundo, tenían una clara finalidad de entretener.
Por lo tanto, los mitos son creaciones orales que, al transmitirse de generación en
generación por el habla, están sujetas a cambios y que tienen un enfoque filosófico,
tratan de responder a las preguntas existenciales del ser humano y del mundo, teniendo
una clara finalidad pedagógica pero también de entretenimiento. A lo largo de la
historia, hemos mitificado muchos sucesos.
En resumen, los mitos son creaciones narrativas de transmisión oral ideadas por
civilizaciones antiguas con el objetivo de dar respuesta a los fenómenos naturales del
mundo mediante el uso de historias fantásticas utilizando a los dioses como
protagonistas, relegando al ser humano a un papel de espectador
Una leyenda es una creación narrativa que nace de una historia real a la cual se le han
añadido aspectos fantásticos para magnificarla y conmemorar la vida de los
personajes que estuvieron involucrados en estos acontecimientos.
Las leyendas, pues, son relatos breves que se transmiten oralmente o por escrito y que
mezclan lo real con lo irreal. Es decir, parten de un acontecimiento histórico real
protagonizado por personajes también reales, aunque se modifica la historia del mismo
añadiendo sucesos ficticios y fantásticos y otorgándole a los personajes involucrados
cualidades o aptitudes más allá de lo humano.
Por lo tanto, en una leyenda partimos de unos eventos reales a los que se le han añadido
elementos fantásticos para aumentar la magnitud del suceso y rendir homenaje a las
personas que estuvieron involucradas en el mismo.
En este sentido, los protagonistas de las leyendas son seres humanos de carne y
hueso. Y el objetivo de estos relatos es asegurarse de que estos sucesos históricos no
queden enterrados en el olvido, sino que se mantengan de generación en generación.
Para conseguirlo, dotan al personaje principal (aquí entra en juego la figura clásica del
héroe) de unas aptitudes que, si bien nunca le hacen perder su naturaleza más humana,
le otorgan unas aptitudes, habilidades y características admirables.
Como hemos visto, el objetivo de los mitos es dar respuesta fenómenos naturales que,
por carencia de conocimientos, no éramos capaces de vincular con la ciencia. Por lo
tanto, los mitos nacen de la necesidad humana de comprender lo que sucede a nuestro
alrededor.
Los mitos son sucesos puramente fantásticos que no están protagonizados por seres
humanos mundanos, sino por dioses o semidioses con unas habilidades sobrenaturales y
capaces de controlar el mundo en el que vivimos.
Las leyendas, en cambio, están protagonizadas por seres humanos. No están
involucrados los dioses en la historia. Todos los personajes, a pesar de que se les pueda
atribuir habilidades asombrosas o cualidades fuera de lo común, no dejan de ser
personas de carne y hueso.
Las leyendas tienen una base real histórica protagonizada por personajes también reales
que existieron en su momento, aunque como recurso narrativo y para magnificar los
acontecimientos, añadimos sucesos ficticios. En este sentido, los eventos pueden ser
más épicos de lo que en realidad fueron y los personajes pueden ser más heroicos y
sobrehumanos de lo que en realidad fueron.
En los mitos, en cambio, no hay ninguna base real. Todos los sucesos y personajes
que aparecen en ellos son ficticios, irreales. Todo lo que se narra en ellas no sucedió
jamás. No hay ningún parecido con la realidad y tampoco se pretende que lo haya.
Las leyendas están protagonizadas por un personaje que es la figura principal del relato,
alrededor del cual gira la acción y cuyas acciones determinan el porvenir de la historia.
Es lo que en literatura conocemos como el héroe. Todas las leyendas tienen uno.
En los mitos, en cambio, no aparece esta figura. No hay un personaje central heroico,
simplemente se narra la naturaleza de los dioses y su influencia a la hora de determinar
los fenómenos y sucesos del mundo.
Quizás con el título no se entiende mucho, pero ahora lo veremos muy claro. Las
leyendas aparecen por sucesos históricos importantes para una comunidad
concreta, la cual siente la necesidad de asegurarse de que ese evento es recordado por
toda la historia. Pero no hay un componente cultural, en el sentido que no se compartió
con otras comunidades de la misma cultura. Ahora ya sí, pues el mundo no entiende de
fronteras, pero en el momento de su concepción, la leyenda era solo para esa
comunidad.
Los mitos, en cambio, ya desde su origen, eran compartidos por todas las comunidades
de una cultura. Y es que como no explicaban hechos históricos, sino que daban una
visión de cómo se debía entender la existencia humana, constituían las bases de la
cultura.
Al partir de eventos históricos reales (a los que hemos añadido sucesos fantásticos), las
leyendas tienen un lugar y un tiempo bien definidos. Sabemos cuándo y dónde
transcurre la acción. Por ejemplo, la leyenda de Robin Hood sabemos que transcurre en
el condado de Nottinghamshire en el siglo XII.
8. Los mitos dicen proceder del conocimiento de los dioses; las leyendas,
no
Los mitos son originados diciendo que son relatos que los dioses han enviado a la
Tierra, motivo por el que no están por escrito. En este sentido, las personas que
transmiten estos mitos afirman que tienen su origen en el conocimiento enviado por los
dioses.
Las leyendas son creadas por los seres humanos. A pesar de que son anónimas, como
están basadas en hechos históricos reales, no tienen por qué decir que han sido enviadas
por los dioses. Precisamente, las leyendas quieren ensalzar al ser humano, no a las
deidades.
Los mitos son historias que, teóricamente, proceden de los dioses, los cuales nos las
enviaron en forma de conocimiento cuando nació la humanidad. Por lo tanto, sus
historias tienen que transcurrir en un periodo de tiempo anterior a la aparición del ser
humano.
Todas las leyendas, en cambio, como su base es la realidad detrás de los sucesos
históricas, son relatos que transcurren, evidentemente, después del nacimiento de la
humanidad. No queremos mirar más atrás, sino describir nuestro presente.
A modo de conclusión, llegamos a la última diferencia, que deriva de todas las que
hemos ido viendo. Los mitos tienen su base en la fantasía y son protagonizadas por
dioses, dejando al ser humano como mero espectador de su poder.
Las leyendas, en cambio, son antropocéntricas, el sentido que dejan de buscar
respuestas en los dioses para situar al ser humano como héroe de nuestra historia.
Nuestra realidad puede ser asombrosa. No hace falta buscar cobijo entre los dioses.