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El significado bíblico de la

mansedumbre: ¿es débil el manso?


En la Biblia, ser manso no significa ser débil. El manso tiene una
gran fuerza interior que le permite poner su voluntad y sus reacciones
bajo el control de Dios con total confianza. No se deja llevar por sus
emociones ni reacciona sin control ante una situación. Más bien vive
bajo el dominio del Espíritu Santo permitiéndole que le muestre lo que
debe hablar o hacer ante un suceso o una persona en específico.
La mansedumbre nos lleva a aceptar que lo que Dios permite en nuestra
vida es para nuestro bien. El manso no lucha contra la voluntad de
Dios sino que vive con la expectativa de que siempre aprenderá algo
gracias a las experiencias que Dios trae a su vida. Esta actitud protege
su corazón de la amargura. El manso de corazón no se enfrenta a los
demás como si fueran sus enemigos. Los respeta y los valora porque
sabe que también han sido creados a la imagen de Dios.

La mansedumbre:

La palabra bíblica para mansedumbre no es fácil de traducir al español.


Muchas traducciones usan en su lugar «gentileza», «bondad» o
«humildad», pero estas palabras comunican cierta debilidad que no se
encuentra en el original.

La verdadera mansedumbre es una fuerza interna que no se puede


fingir. Crece a la medida en que permitimos que el Espíritu Santo
transforme nuestra alma. Surge de lo más íntimo de nuestro ser,
equipándonos para que se cumpla la obra de Dios en y a través de
nosotros.

1. Es fruto del Espíritu Santo

Una de las formas en las que se manifiesta el fruto del Espíritu Santo en
nosotros es al darnos una disposición más humilde o mansa. La persona
llena del Espíritu Santo busca que Cristo sea exaltado, no va en busca
de su propia gloria. Es enseñable y no anda con exigencias buscando a
quien amedrentar.
El manso ha dejado atrás los arrebatos emocionales. El control de sus
emociones está bajo la guía del Espíritu Santo y es por esta razón que
todas sus palabras y sus acciones traen vida, acercando a las personas
a Jesús.

2. Nos ayuda a tratar a los demás con respeto

... a no hablar mal de nadie, sino a buscar la paz y ser respetuosos, demostrando
plena humildad en su trato con todo el mundo.
(Tito 3:2)

La conducta del creyente debe mostrar entereza de carácter y fuerza


para controlar los impulsos. La mansedumbre no nos lleva a callar ante lo
que está mal. Nos ayuda a hablar a favor de la justicia, mostrando
respeto aun cuando no estemos de acuerdo con las palabras o acciones
de los demás. La mansedumbre no es sinónimo de pasividad sino que
nos ayuda a enfocarnos en hacer lo correcto de una forma que honra a
los otros.

Muestra el carácter de Dios en nosotros

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto


entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren
unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los
perdonó, perdonen también ustedes.
(Colosenses 3:12-13)

Somos escogidos de Dios, él nos ha amado y santificado. Eso se tiene


que notar en nuestro carácter. ¡Es imposible que sigamos igual!
Pasamos a reflejar el carácter de Dios a los demás con más humildad,
amabilidad y paciencia. Es algo que nos proponemos hacer cada día en
agradecimiento a lo que Dios ya ha hecho por nosotros y también por
amor a los demás.

A la medida en que permitimos al Espíritu Santo de Dios que nos revista


de todo lo que le agrada, podremos reflejar más y más de él a los demás.
El perdón fluirá con más facilidad y gracia. ¡Y Cristo será glorificado en
nosotros!

Cómo se manifiesta la mansedumbre


Hablar y hacer cosas antes de pensarlo son probablemente dos de las debilidades que
ocurren con más frecuencia en los seres humanos; y una de las consecuencias de esto,
es que se dicen y hacen cosas de las cuales uno se arrepiente poco después de que
ocurren, cosas que dañan a uno mismo y a otras personas. Los que tal hacen carecen
de mansedumbre.  

La mansedumbre hace que una persona considere sus acciones antes de


actuar. Por esa razón, todo lo que dice y hace será dicho y hecho de una
manera completamente diferente de como si hubiera actuado
impulsivamente, y muy a menudo dejará de hacer por completo lo que
había pensado realizar o decir. Lo que leemos en Santiago 1:19 nos da una
idea de cómo se manifiesta la mansedumbre “Por esto, mis amados
hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse.”
Sabemos esto, sí pues, pero pongámoslo profundamente en nuestro
corazón: ¡prontos para oír, tardos para hablar! Esta gloriosa ventaja
tenemos si somos mansos. A menudo se puede experimentar, por ejemplo,
en una conversación, que no nos tomamos el tiempo para oír, esperar y
permanecer en silencio hasta que el otro haya terminado. No,
normalmente se interrumpe y las dos personas terminan hablando al
mismo tiempo. ¿A esto se refiere ser pronto para oír? ¿Es esto ser manso?
¡No, de ninguna manera! Las personas hacen y actúan de esta manera
porque les falta mansedumbre.
Muchos relatos en la Biblia nos dicen que Jesús fue manso. Un precioso
ejemplo, es cuando los fariseos se acercaron a Él con la mujer que fue
sorprendida en el acto mismo de adulterio. (Juan 8:1-11). Jesús no
respondió de inmediato cuándo le preguntaron qué pensaba que deberían
de hacer con ella, sino que se agachó y escribió en la arena. Jesús fue
pronto para oír y tardo para hablar; y con todo eso, después de escuchar la
voz del Padre, habló con autoridad y la respuesta que les dio fue un "golpe
total.” ¡Qué efecto tan glorioso y beneficioso salió de un corazón manso!

La mansedumbre es actuar de manera oportuna


Como siervos del Señor, podemos hacer uso de esta virtud de manera
excepcional. "La lengua apacible es árbol de vida.” Proverbios 15:4. Tenemos que
ser mansos (apacibles) para poder escuchar la voz de Dios y tener alimento espiritual
para dar. Siempre debemos de estar preparados para presentar defensa de la esperanza
que hay en nosotros “con mansedumbre y reverencia.” 1 Pedro 3:15. Si alguno es
sorprendido en alguna falta, nosotros tenemos que ayudar a tal persona “con espíritu
de mansedumbre.” Gálatas 6:1. “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso,
sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre
corrija a los que se oponen…” 2 Timoteo 2:24-25.

La mansedumbre nos permite estar tranquilos y atentos para poder ayudar


a la otra persona de la manera correcta conforme a lo que el Espíritu obra
en nosotros, y así mismo, actuar en el momento oportuno para que
nuestras acciones tengan el mejor resultado posible. ¡Qué gran bendición
es poder estar callado y atento escuchando lo que la otra persona tiene que
decir cuando te contradice! Para que cuando haya terminado, con calma y
tranquilidad puedas decir algunas palabras que traigan luz. “Con larga
paciencia se aplaca el príncipe, y  la lengua blanda quebranta los
huesos”.   Proverbios 25:15.

La mansedumbre forma parte de la sabiduría. Escucha lo que Santiago nos explica tan
fácil y fervientemente: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la
buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.” Santiago 3:13. La mansedumbre
le otorga dignidad a la sabiduría, y esto hace que sea más fácil para los otros
escucharte.
"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.”  Mateo
5:5. Sí, ¡los mansos ciertamente han demostrado que son dignos de heredar la tierra!

TÍTULO: El Fruto de la Mansedumbre o Humildad

TEXTO: Mateo 5:5

«Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.»

Gálatas 5:22-23

«En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,
bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas
cosas.»

INTRODUCCIÓN:
Seguimos con el tema de los FRUTOS DEL ESPÍRITU el cual nos enseña cómo es
que el creyente debe vivir y caminar en el ESPÍRITU. Trataremos los siguientes
puntos:

1. Trasfondo

2. El Ejemplo del SEÑOR JESÚS

3. La Mansedumbre o Humildad no da lugar a la altivez

4. Dichosos los Mansos o Humildes

LECCIÓN:

d
Por: pastor Daniel Brito

TÍTULO: El Fruto de la Mansedumbre o Humildad

TEXTO: Mateo 5:5

«Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.»

Gálatas 5:22-23

«En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,
bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas
cosas.»

INTRODUCCIÓN:

Seguimos con el tema de los FRUTOS DEL ESPÍRITU el cual nos enseña cómo es
que el creyente debe vivir y caminar en el ESPÍRITU. Trataremos los siguientes
puntos:

1. Trasfondo
2. El Ejemplo del SEÑOR JESÚS
3. La Mansedumbre o Humildad no da lugar a la altivez
4. Dichosos los Mansos o Humildes

LECCIÓN:

1. Trasfondo. Sobre lo que Mansedumbre o Humildad significa para el Cristiano, dice


un comentarista: «Es la condición que conduce a la sumisión incondicional a la
voluntad de Dios. La mansedumbre, es el justo equilibrio entre incapacidad de
airarse y la propensión a la ira.»i

1. Es importante notar que la Biblia solamente llama MANSO a Moisés y al SEÑOR


JESÚS.ii

1. Noten que Moisés no era MANSO o HUMILDE de nacimiento, ya que sabemos


muy bien que en un momento de ira, Moisés mató a un egipcio que golpeaba a uno
de los hebreos (Éxodo 2:11).

2. Pero más adelante podemos ver que Moisés tuvo un encuentro con DIOS y se
sometió totalmente a la Voluntad de DIOS. Por eso Números 12:3 lo llama un
hombre MUY HUMILDE o MANSO.

2. Así podemos notar que esa es la Obra que el Espíritu Santo hizo en Moisés, y hace
en TODO creyente que se SOMETE a la Voluntad de DIOS.

2. El Ejemplo del SEÑOR JESÚS. (Mateo 11:28-30) «Vengan a mí todos ustedes que
están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. 29 Carguen con mi yugo y
aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán
descanso para su alma. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»

1. En Su Humanidad, el SEÑOR JESÚS mostraba Su Humildad de corazón. Debemos


notar que como creyentes, somos llamados a IMITAR o SER IMITADORES de
DIOS.

1. (Efesios 5:1-2) «Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, 2 y lleven una
vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y
sacrificio fragante para Dios.»

2. El llamado de JESUCRISTO a cargar con Su yugo y aprender de Él, es un llamado a


la SALVACIÓN y al DISCIPULADO. Es un llamado a ser IMITADORES de
JESUCRISTO. Es un llamado a VIVIR EN EL ESPÍRITU.
3. La Mansedumbre o Humildad no da lugar a la altivez. (Filipenses 2:3-4) «No hagan
nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como
superiores a ustedes mismos. 4 Cada uno debe velar no sólo por sus propios
intereses sino también por los intereses de los demás.»

1. El mundo secular y nuestra propia naturaleza nos enseña a buscar a ser mejor que
otros. Para eso hay tantas explicaciones, pero en realidad, la mayoría tienden a
buscar ser mejores que los demás y PENSAR que son mejores que los demás para
sus propios intereses.

2. Sin embargo, en la Biblia encontramos que la ARROGANCIA y el ORGULLO se


oponen a la Voluntad de DIOS. El ARROGANTE y el ORGULLOSO no solamente se
creen mejor que los demás, sino que se creen autosuficientes.

1. Mientras que la Biblia nos enseña que sin DIOS no somos nada, ya que el FUTURO
le pertenece a DIOS.

2. Nadie puede controlar cuando va a morir. Es decir, podemos cuidar nuestros


cuerpos y usar la cautela en todo lo que hacemos, pero la muerte llega cuando
menos uno la espera.

3. Así el ARROGANTE Y ORGULLOSO se encuentra con que un día va a morir y no


puede hacer nada para cambiarlo por sí mismo.

3. Noten como nuestro Texto dice que debemos considerar a los demás como
SUPERIORES. Ese es el acto de la HUMILDAD o MANSEDUMBRE.

1. También debemos velar por los INTERESES de los demás y no solamente por los
nuestros.

2. Para concluir este punto, «la humildad es la capacidad de sentirnos pequeños ante
los demás.»iii

4. Dichosos los Mansos o Humildes. (Mateo 5:5) «Dichosos los humildes, porque
recibirán la tierra como herencia.»

1. Este Texto es una gran PROMESA para cada creyente que aunque haya sido como
Moisés en el pasado, es decir, lleno de ira, cuando viene al SEÑOR JESUCRISTO es
TRANSFORMADO por Su Poder.
2. Pero debemos notar que la Vida Cristiana no es solamente pensar en algo que DIOS
hizo una vez por nosotros, sino que todos los días nos ENTREGAMOS y nos
SOMETEMOS a Su Voluntad. Así DIOS Obra cada día en nuestras vidas.

Mansedumbre es la palabra griega “praotes”, que significa aquella disposición


tranquila, equilibrada en espíritu, que mantiene las emociones bajo control.

No se refiere a una persona débil o tonta; sino a la que posee la cualidad de


perdonar injusticias, corregir sus faltas y gobernar bien su propio espíritu.

La mansedumbre es una total dependencia del Espíritu Santo.

En resumen, la mansedumbre es autocontrol; es ser sabio para manejar el poder,


la autoridad delegados y también sus emociones aún cuando está bajo presión.

No tiene nada que ver con la debilidad, pues es una cualidad viril por excelencia;
se manifiesta especialmente en la disposición a ceder de los propios derechos por
amor a los demás, en provecho de otros

Humildad. Aquella actitud que reconoce el propio lugar bajo la condición de criatura de
Dios, opuesta a la presunción, afectación u orgullo. La persona humilde reconoce su
dependencia de Dios, no busca el dominio sobre sus semejantes, sino que aprende a
darles valor por encima de sí mismo.

Humildad Falsa y la Verdadera


No es frecuente que un hombre pueda hablar, sin peligro, de su propia humildad. Los
hombres humildes están mayormente conscientes de un gran orgullo, mientras que
quienes se jactan de humildad no tienen nada de ella sino una falsa pretensión, y
realmente carecen de humildad y, más bien, la necesitan.

Yo me cuestiono si alguien entre nosotros podría juzgar del todo en lo tocante a nuestra
altivez o humildad; pues, en verdad, el orgullo asume con tanta frecuencia la forma de
humildad cuando tiene que servir a su propio propósito, y la humildad, por otro lado, es
tan perfectamente compatible con una celestial dignidad de decisión, que no es fácil
descubrir en todo momento, cuál es la falsificación y cuál es la moneda preciosa y
genuina.
No es frecuente que un hombre pueda hablar, sin peligro, de su propia humildad. Los
hombres humildes están mayormente conscientes de un gran orgullo, mientras que
quienes se jactan de humildad no tienen nada de ella sino una falsa pretensión, y
realmente carecen de humildad y, más bien, la necesitan. Yo me cuestiono si alguien
entre nosotros podría juzgar del todo en lo tocante a nuestra altivez o humildad; pues, en
verdad, el orgullo asume con tanta frecuencia la forma de humildad cuando tiene que
servir a su propio propósito, y la humildad, por otro lado, es tan perfectamente compatible
con una celestial dignidad de decisión, que no es fácil descubrir en todo momento, cuál es
la falsificación y cuál es la moneda preciosa y genuina.

Tenemos, a veces, una idea equivocada de mansedumbre. Lo vemos como siendo una señal de
debilidad, cuando en verdad es una fuerza.

Larousse: Apacibilidad, benignidad. Se dice de un clima. (Manso: suave, apacible, domesticado)

Editorial Salvat: Apacible; animales que no son bravos; cabestro, animal que en un rebaño guía a
los demás.

Webster: humildemente sumiso; demasiado blando, faltando espíritu (trad.)

Dicc. Etimológico: viene del latín "mansuetus", part. de "mansuescere". Significaba


"amansarse", "acostumbrarse a la mano o el poder del dueño".

Griego: "praoteis" suavidad, humildad, cortesía, consideración. En otras palabras, ¡"un


caballero"!

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