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ANTES DE COMPRAR UN SUPLEMENTO…


 
Recuerde que los suplementos alimenticios sirven únicamente para incrementar,
complementar y suplir alguno de los componentes o nutrimentos de su dieta. 
 
Antes de consumir un suplemento alimenticio es recomendable consultar con un profesional de
salud la pertinencia de tomarlo, saber si realmente lo necesita y si le va a ayudar de alguna
manera a complementar, incrementar o suplir alguno de los componentes de su dieta, por
ejemplo: vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, aminoácidos, fibras, entre otros.
 
Ningún suplemento alimenticio puede sustituir un tratamiento médico formal; hacerlo puede
afectar negativamente su salud.
 
Los suplementos alimenticios no pueden sustituir el consumo de alimentos naturales;
únicamente en casos previamente evaluados y prescritos por un profesional de la salud.
 
Los productos que dicen ser suplementos alimenticios, pero al mismo tiempo anuncian que
sirven para tratar o curar una enfermedad, síntomas o padecimientos, a través de su publicidad
o de vendedores o promotores: no son suplementos alimenticos y lo están engañando.
 
Como consumidor, debe desconfiar de los  productos que se valen de publicidad en
infomerciales, internet, vendedores o promotores independientes, para prometer soluciones
fáciles a situaciones complicadas, como: evitar o curar la diabetes, el alzheimer, la artritis;
“remover” los kilos de más, mejorar el desempeño sexual, entre otras falsas promesas.
 
Antes de consumir un producto (suplemento alimenticio o no) que le prometa muchos
beneficios en un solo empaque, tome en cuenta los siguientes puntos:
 
¿El producto es demasiado bueno para ser verdad? Desconfíe de los productos que
prometen mucho, de aquellos que dicen combatir enfermedades graves (obesidad, diabetes,
1.     cáncer y alzheimer)  o mejorar diferentes funciones corporales en un lapso breve (perder peso,
reducir el colesterol, regenerar el hígado, entre otros).
 
No todo sirve para todos. Para el tratamiento de cualquier enfermedad, eliminar los
síntomas o incluso para llevar el control de la alimentación es necesario  definir un plan
personalizado para cada individuo. No todas las personas reaccionan de la misma manera ante
2.    
un producto.  Si usted padece una enfermedad, debe acudir con un profesional de la salud y
seguir un tratamiento diseñado a su medida, así como darle seguimiento a su progreso.
 
“Natural” no es igual a seguro. Las leyendas como “producto 100% natural”, de origen
natural, elaborado con base en una sustancia de origen natural, entre otras, no significan que
el producto no provocará ningún efecto secundario.
3.    
Existen un gran número de ingredientes de origen vegetal que pueden resultar tóxicas.
No confíe en la frase “si no sirve cuando menos no me hará daño”.
 
Sólo los medicamentos, pueden publicitarse o venderse con el fin de prevenir, tratar
o curar enfermedades. Reflexione: Si el producto es tan bueno como dice su publicidad ¿por
4.    
qué no lo recetan los médicos?
 
¿Tiene tiempo en el mercado o sólo está de moda? Cuando en la publicidad aparecen
declaraciones como el más reciente descubrimiento científico, seguramente se trata de
exageraciones, reinterpretaciones de notas de prensa sobre algún avance científico o de
información publicada a la ligera. La realidad es que las sustancias que, después de
5.    
investigaciones científicas, han demostrado ser efectivas o tener alguna propiedad para la
salud, continúan utilizándose por mucho tiempo en la elaboración de productos, con la debida
autorización sanitaria.
 
6.     Cuidado con los personajes de la publicidad. El fin de todo lo que se comunica en la
publicidad, es generar una sensación de confianza en el consumidor. En la publicidad, abundan
actores y personas que reciben una remuneración por seguir un guión creado por un publicista,
por ejemplo:
 
 Personas que dan “su testimonio” sobre los resultados del producto.
 
 
 Las y los modelos y actores o actrices que nunca han usado el producto, sino que se
  someten a estrictas dietas y regímenes de ejercicio para tener una figura esbelta.
 
 Los doctores o científicos que recomiendan un producto, aun cuando su imagen se
acompañe de una cédula, tampoco son garantiza que el producto sea seguro, eficaz y de
  calidad. La publicidad busca únicamente generar en el consumidor una sensación de
confianza.
 

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