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DE GUATEMALA
Microbiología de Aguas
FACULTAD DE MEDICINA Fecha: 19 de abril de 2022
VETERINARIA Y ZOOTECNIA Residuales
Escuela de Zootecnia
1. Generalidades:
Las aguas residuales son el resultado de la utilización del agua para distintos fines. Como
consecuencia de este uso, el agua recoge organismos o materias que alteran sus propiedades.
Dependiendo del tipo de utilización, las aguas residuales presentan características muy diferentes
En especial, existe una gran diferencia entre las aguas residuales urbanas o domésticas, originadas
en el uso del agua en las casas, y las aguas residuales industriales, provenientes de fábricas.
Entre estas últimas existe gran diversidad, ya que la alteración de propiedades del agua
resultante del uso industrial puede variar entre contaminación puramente física (como ocurre en la
contaminación térmica que presentan las aguas de refrigeración) hasta contaminación bioquímica
de gran complejidad (aguas que reciben efluentes de industrias farmacéuticas o químicas).
Cualquiera que sea su procedencia, las aguas residuales plantean una amenaza para el
medio ambiente, ya que modifican las características iniciales del medio natural donde se produce
su descarga. La importancia de esta amenaza depende de sus propiedades, es decir, de su
composición y de su cantidad.
Las masas receptoras, es decir, ríos y corrientes subterráneas, lagos, estuarios y el mar, en
la mayoría de las ocasiones, especialmente en las zonas más densamente pobladas y desarrolladas,
han sido incapaces, por sí mismas, de absorber y neutralizar la carga contaminante que tales
residuos imponen. De esta forma, han venido perdiendo sus condiciones naturales de apariencia
física y su capacidad para sustentar una vida acuática adecuada, que responde al equilibrio ecológico
que de ellas se espera para preservar nuestras masas hídricas.
Los problemas causados no son sólo de índole física o estética, sino que trascienden al
campo de la sanidad, ya que las comunidades humanas necesitan recurrir a diversos recursos de
aguas superficiales para su abastecimiento de agua de bebida, y si éstos están contaminados con
los productos de desecho humanos o industriales, pueden dar lugar a problemas epidemiológicos
graves.
Las aguas residuales se pueden definir como aquellas que por uso del hombre, representan un
peligro y deben ser desechadas, porque contienen gran cantidad de sustancias y/o
microorganismos. Dentro de este concepto se incluyen aguas con diversos orígenes:
• Aguas residuales domésticas, aguas negras o aguas grises: proceden de las heces y
orina humanas, del aseo personal y de la cocina y de la limpieza de la casa. Suelen
contener gran cantidad de materia orgánica y microorganismos, así como restos de
jabones, detergentes, lejía y grasas.
• Aguas blancas: pueden ser de procedencia atmosférica (lluvia, nieve o hielo) o del riego
y limpieza de calles, parques y lugares públicos. En aquellos lugares en que las
precipitaciones atmosféricas son muy abundantes, éstas deben evacuarse por separado
para que no saturen los sistemas de depuración.
• Aguas residuales industriales: proceden de los procesamientos realizados en fábricas y
establecimientos industriales y contienen aceites, detergentes, antibióticos, ácidos y
grasas y otros productos y subproductos de origen mineral, químico, vegetal o animal.
Su composición es muy variable, dependiendo de las diferentes actividades industriales.
• Aguas residuales agrícolas: procedentes de las labores agrícolas en las zonas rurales.
Estas aguas suelen participar, en cuanto a su origen, de las aguas urbanas que se
utilizan, en numerosos lugares, para riego agrícola con o sin un tratamiento previo.
Las aguas residuales poseen una microflora característica en muchos casos. Son
particularmente ricas en bacterias las domésticas, las cuales constan en gran parte de deyecciones,
aguas sucias resultantes de lavados y restos de comida.
Las bacterias envainadas juegan un papel importante en las aguas residuales que contienen
sustancia orgánica abundante; por ejemplo: la especie Sphaerotilus natans, que a menudo se ha
designado erróneamente con el nombre de ‘hongo de las aguas residuales'. Se trata de un
organismo típico de éstas. No es raro que cubra el fondo de las aguas muy sucias con una densa
capa, visible a simple vista. En los ríos se desprenden los filamentos y fascículos bacterianos
proliferando enormemente. Entonces se habla de ‘proliferación de hongos', aunque se trata de una
bacteria.
En muchas aguas residuales hay asimismo bacterias de los géneros Thiobacillus, Thiothrix y
Beggiatoa, y que se multiplican rápidamente cuando se produce SH2. Las bacterias desnitrificantes
(Thiobacillus denitrificans, Micrococcus denitrificans y otros muchos) y las productoras de metano y
gas detonante están representadas también abundantemente en las aguas residuales domésticas y
de algunas industrias. Lo mismo puede decirse respecto a diversas siderobacterias (Leptothrix
ochracea y Thiobacillus ferrooxidans).
Además de bacterias, las aguas residuales contienen numerosos hongos, sobre todo las ricas
en principios orgánicos. Así, en las de las ciudades abundan las levaduras y los hongos
levaduriformes (entre 4.000 y 200.000 células de levaduras por litro). Las más frecuentes suelen ser
las pertenecientes a los géneros Saccharomyces, Candida, Cryptococcus, Rhodotorula y otros. En las
aguas residuales de ciertas industrias de bebidas y productos alimenticios es frecuente encontrar
cifras muy altas de levaduras.
Las aguas residuales, debido a la gran cantidad de sustancias y microorganismos que portan,
pueden ser causa y vehículo de contaminación, en aquellos lugares donde son evacuadas sin un
tratamiento previo.
Se puede definir la polución del agua como una modificación, generalmente provocada por el
hombre, de la calidad del agua, haciéndola impropia y peligrosa para el consumo humano, para la
industria, la agricultura, la pesca, las actividades recreativas, así como para los animales domésticos
y la vida natural.
Son consecuencia de la diversidad de sustancias que portan, y sobre todo, de los productos de
la descomposición de éstas, especialmente en aquellos procesos, sobre todo anaerobios, en los que
se descompone materia orgánica, con desprendimiento de gases. A esto hay que añadir las causas
Es el efecto y la repercusión que tienen algunos residuos sobre la flora y fauna natural de las
masas hídricas receptoras y sobre los consumidores que utilicen esas aguas, o que se vean afectados
por la acumulación de estas sustancias tóxicas en la cadena alimentaria. A este respecto, es
importante tener en cuenta que en numerosas ocasiones las aguas residuales se utilizan, sin un
tratamiento previo, para el riego de cosechas de verduras y hortalizas, con el enorme riesgo que
esto supone, ya que el hombre puede consumirlas crudas, pasando a él directamente la
contaminación por tóxicos o microorganismos.
El agua que está contaminada por aguas residuales o por excretas del hombre o animales, puede
intervenir, directa o indirectamente, en la propagación de enfermedades, favoreciendo el desarrollo
de artrópodos o moluscos, que son eslabones en sus cadenas epidemiológicas, o difundiendo
agentes infecciosos procedentes de excretas de enfermos y portadores, que a través de ella pueden
llegar al agua de bebida, o a las hortalizas, que son regadas con estas aguas, sin tratamiento previo.
Las aguas procedentes de los terrenos agrícolas y forestales llevan abonos inorgánicos,
productos antiparasitarios para cultivos y mejorantes del suelo. Entre ellos, cabe destacar los
insecticidas como, por ejemplo, el DDT (dicloro- difenil-tricloroetano) y los herbicidas-como el 2,4 D
o ácido 2,4 diclorofenoxiacético que se emplean para combatir las malezas dicotiledóneas, sobre
todo en cultivos de cereales y pastizales. Estas sustancias pueden ser utilizadas por las algas
planctónicas en las aguas continentales y costeras y se acumulan en la cadena alimentaria en tal
cantidad que son capaces de producir daños a los últimos consumidores.
El peligro más común y más difundido relativo a las aguas residuales es el de su contaminación
debida a las excretas del hombre o de los animales. Las enfermedades relacionadas con excretas
son muy comunes, dado que las excretas y las aguas residuales contienen altas concentraciones de
organismos patógenos excretados (bacterias, virus, protozoos y helmintos) que causan
enfermedades en los seres humanos. Existen más de treinta infecciones excretadas de interés para
la salud pública.
En las aguas residuales los virus patógenos más frecuentes son los enterovirus. Este grupo está
compuesto de pequeños virus ARN monocatenario entre los que se incluye los Poliovirus, varias
cepas de Echovirus, los virus Coxsackie y los Enterovirus. El virus de la hepatitis A también se aísla
de las aguas residuales.
son retirados, las aguas pasan a través de cámaras de sedimentación para eliminar la arena y
materiales semejantes. Palas superficiales retiran las grasas y aceites, y otros restos flotantes son
raspados o molidos.
Los residuos sólidos recolectados en el fondo se llaman lodos residuales. En esta fase se
denominan lodos primarios. En cuanto a los sólidos en suspensión, del 40 al 60% se eliminan en el
proceso de sedimentación al que a veces se añaden floculantes.
En los tanques de aireación de los lodos (o fangos) activados se añade aire u oxígeno puro al
efluente del tratamiento primario. Los lodos contienen un gran número de bacterias
metabólicamente activas junto a levaduras, mohos y protozoos.
Una bacteria especialmente importante de los fangos es la especie Zooglea, la que forma masas
floculantes en los tanques de aireación. La actividad de estos organismos aerobios oxida gran parte
de la materia orgánica del efluente. Cuando la fase de oxidación se ha completado los flóculos (lodos
secundarios) se dejan sedimentar, lo mismo que los sólidos insolubles del tratamiento primario.
La materia orgánica soluble de las aguas residuales es absorbida en los flóculos y se incorpora a
la biomasa microbiana del flóculo. Cuando sedimenta esta materia orgánica es eliminada con el
flóculo y subsecuentemente tratada en un digestor de lodos anaerobio.
La mayor parte de los lodos sedimentados se eliminan por tratamiento en un digestor de lodos
anaerobio, una parte de los lodos se recicla volviendo a los tanques de lodos activados como inóculo
iniciador para la próxima carga de aguas residuales. El efluente se envía al tratamiento final.
Los filtros de goteo son el segundo método más utilizado de tratamiento secundario. En este
método las aguas residuales se pulverizan sobre un lecho de piedras o trozos de plástico moldeados.
Las piedras u otros componentes del lecho deben ser suficientemente grandes como para que el
aire penetre hasta el fondo, pero lo suficientemente pequeños como para hacer lo más extensa
posible la superficie donde se desarrolla la actividad microbiana.