Está en la página 1de 36

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES.

FACULTAD DE MEDICINA EXTENSION VALERA.

HOSPITAL UNIVERSITARIO “Dr. PEDRO EMILIO CARRILLO”.

POSTGRADO DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA

QUEMADURAS EN PREESCOLARES Y ESCOLARES INGRESADOS EN EL

HOSPITAL UNIVERSITARIO DE VALERA. 2021-2022.

Autor: Dra. María Gabriela Rivero Mendoza.

Tutor: Dr. Rolando Collao.

Co-Tutor: Dra. Andreina La Corte.

Valera Febrero 2022

1
INTRODUCCIÓN

Formulación y delimitación del problema

Las quemaduras se definen como las lesiones térmicas debido a la acción de

agentes físicos, químicos o biológicos lo cual provoca múltiples alteraciones

tisulares, que dependiendo de su gravedad, producirán lesiones mínimas

caracterizadas por eritema hasta lesiones con destrucción total de diferentes

estructuras anatómicas de la piel (1). Las quemaduras son lesiones devastadoras

que ocasionan morbilidad significativa, dicha entidad a menudo amerita

tratamiento a largo plazo con múltiples procedimientos que incluyen

hospitalizaciones y numerosas visitas ambulatorias de seguimiento (1). Las

consecuencias relacionadas por las quemaduras suelen ir acompañadas de

cargas socioeconómicas, deterioro del bienestar emocional y calidad de vida para

la víctima y sus familiares (1,2). Aunque en la mayoría de las ocasiones las

quemaduras son superficiales, de poca extensión corporal, pueden llegar a afectar

tejidos profundos, provocando importantes daños funcionales, estéticos en la vida

del paciente pediátrico (1,2). Un gran número de las quemaduras en el área

pediátrica se producen en relación con la manipulación de alimentos,

predominante entre ellos líquidos calientes, siendo la lesión más frecuente la tipo

escaldadura, el cual ocurren en el hogar la mayoría de los casos (1). Se considera

que el riesgo de sufrir una quemadura en la infancia está asociada a la

inadecuada supervisión parental, no obstante a ello un número considerables de

las lesiones por quemaduras en niño se debe a maltrato infantil (1-3).

2
La etiología tiene importancia en la actuación durante la emergencia, ya que los

agentes causales son muy diversos y se agrupan en cuatro categorías:

quemaduras térmicas, quemaduras eléctricas, quemaduras químicas y

quemaduras por radiación (1). Para un diagnóstico preciso de las quemaduras

además de la etiología se debe conocer con exactitud la extensión, profundidad,

localización o zonas comprometidas, esto ayudara a conocer la magnitud de la

lesión y de esta manera indicar la gravedad, lo que permitirá definir el tratamiento

adecuado para cada paciente según los protocolos ya establecidos (2,7).

Las quemaduras representan una de las causas de lesiones no intencionales en la

población pediátrica con repercusión social importante dado su morbimortalidad y

posteriores secuelas. De acuerdo a la Organización mundial de la Salud (OMS) las

quemaduras provocan alrededor de 180.000 muertes al año, de los cuales la

mayoría se producen en países de ingresos bajos (1). Así mismo los niños son

especialmente vulnerables a las quemaduras siendo la quinta causa de lesiones

no fatales durante la infancia, la segunda causa de muerte después de los

accidentes de tránsito en niños menores de cuatro años y la tercera causa en

niños mayores de cinco años (1,2). A nivel mundial un 50 % de las personas

afectadas requieren primeros auxilios y analgésicos y el 50 % restante amerita

hospitalización (2,6).

A nivel de Latinoamérica en general los informes disponibles sobre quemaduras

son escasos estableciendo los últimos estudios que los pacientes más afectados

son menos de quince años con un 96 %, la etiología más frecuente fue por

líquidos calientes en el hogar 53 % (2,3). En Venezuela la carencia de

3
instituciones con áreas exclusivas para pacientes quemados donde se

implementen las medidas se asepsia y antisepsia para el manejo especifico de

estos pacientes aumenta la mortalidad de los mismos, se establece que el 52 %

de los pacientes fueron del sexo masculino con edades comprendidas entre los 0

y 5 años y en el lugar más frecuente en la cocina del hogar (1,5).

Una vez establecido la importancia, la alta incidencia, el gran impacto a nivel

mundial y los pocos datos epidemiológicos precisos en el país y Estado Trujillo,

surge la necesidad de realizar una investigación para establecer la etiología,

epidemiologia y clínica de las quemaduras en preescolares y escolares ingresados

en el Hospital Universitario de Valera. 2021-2022.

Justificación

Las quemaduras constituyen desde hace mucho tiempo un gran problema de

salud pública en Venezuela y el mundo. En el país se desconoce el número total

anual de pacientes que sufren este tipo de lesiones, ni las condiciones que se

hallan inmersas en la producción de las quemaduras en niños (4). Existen pocos

datos exactos sobre las quemaduras en el Hospital Universitario de Valera en el

departamento de Pediatría, ya que actualmente se disponen de escasas

investigaciones similares que contribuyan con estadísticas certeros sobre las

quemaduras en pacientes pediátricos. Además, en los últimos años se ha

observado, el incremento paulatino de la misma, constituye un desafío

permanente y refuerza la necesidad de incorporar mejores estrategias de

prevención.

4
Factibilidad

Este estudio fue factible ya que existieron fuentes de información disponible

(historias clínicas), además se dispuso de recursos humanos, materiales,

tecnológico, la colaboración del servicio de cirugía plástica y existió el tiempo

disponible para llevar a cabo este estudio, sobre los casos de quemaduras

ingresados, esto representa la factibilidad del 100% de este trabajo.

Antecedentes

Lema Diana (8), investigo sobre factores de riesgo que influyen en quemaduras

producidas en el hogar de niños y niñas, estudio documental, de campo,

descriptivo en la ciudad d e Ambato Ecuador, durante el periodo d e 2011-2012.

Encontró en cuanto al género en el presente estudio hubo predominio del género

masculino con 23 pacientes que corresponde al 55 % mientras que el género

femenino con 19 pacientes que representa el 45 %. Se puede interpretar que hay

predominio del sexo masculino que puede ser debido a que el niño adopta

conductas más arriesgadas con respecto a las niñas.

Valdivia L, Enrique J (9), describió las características clínicas y epidemiológicas

de los pacientes con quemaduras graves, estudio d e tipo descriptivo,

observacional, retrospectivo, transversal desde el 2016 –2019. Encontró que el

sexo masculino fue el más afectado; el fuego directo el que causó la totalidad de

muertes; los miembros superiores fueron la región corporal más afectada, la

5
mayoría de pacientes con quemaduras graves tuvo un compromiso de SCQ <

10%, Las lesiones se pueden presentar con combinación de 2 o más grados.

Podemos inferir que las quemaduras con fuego directo tienden a generar lesiones

más graves que los otros tipos de etiología.

Becerra Laura (10), sobre incidencia de niños quemados a causa de accidentes

domésticos, estudio con diseño, cuantitativo, descriptivo y transversal en el año

2016. Encontrando al sexo de los datos obtenidos dieron como resultado un 57%,

son varones los más afectados con quemaduras por encima del promedio de las

niñas. La relación de las edades, los menores de 5 años los cuales están

propensos, a sufrir accidentes por quemaduras. Se comprobó que el principal

agente causal son los líquidos calientes, seguido de aparatos electrodomésticos

como el calefactor. En cuanto al cuidado de los niños los responsables, son

mayoritariamente los padres en un gran porcentaje, viendo reflejado los resultados

que también esos padres trabajan tanto madres y como padres. Son familias de

padres jóvenes con más de dos hijos.

Hernández Paola (11), sobre factores relacionados con quemaduras en niños y

adolescentes en México, estudio transversal, descriptivo, analítico, desde 2005 al

2009. Demostrando que causa externa que ocasiona la quemadura es la

exposición con sustancias calientes (escaldaduras) seguida por el contacto directo

con fuego o llamas y en tercer lugar exposición a la corriente eléctrica.

Guanuche Pablo (12), características clínicas de las quemaduras en pacientes


pediátricos, estudio observacional, descriptivo en el año 2012-2013, el cual se
encontró 59.7 % son del sexo masculino, el 76.1 % son ocasionadas por líquidos
calientes, el 92 % se encuentra bajo el cuidado de un adulto al ocurrir el hecho.

6
Rodríguez Fabiola (13), características clínicas y epidemiológicas de las
quemaduras, estudio descriptivo durante el periodo 2014-2015, el cual establece
que el 63.8 % presenta quemaduras de segundo grado superficiales, 48 % con un
10 % de extensión, el 90 % de los pacientes utilizo antibiótico, el 15 % requirió
injerto, el promedio de hospitalización 13.5 días.

Marco Teórico

Definición

Las quemadura es una lesión producida por acción de diversos agentes físicos

llamas, líquidos, objetos calientes, radiación, corriente eléctrica, frío químicos y

biológicos, que provocan alteraciones que van desde un simple eritema hasta la

destrucción total de las estructuras dérmicas y sub dérmicas. Como principal

causas de muerte a consecuencia de esta, en su ingreso a los servicios de salud,

son el shock hipovolémico y el compromiso agudo respiratorio originado por

inhalación de humo, productos incompletos de combustión a menudo asociados a

exposición de monóxido de carbono, por otra parte la principal causa de muerte es

debido a complicaciones como infección. Las quemaduras son unos de los

mayores traumas que puede sufrir un ser humano y constituyen una de las causas

más frecuentes de accidentes en la infancia, la mayoría son evitables ya que se

producen a causa de descuidos o bien por ignorancia de los peligros potenciales

de ciertas situaciones, razón por la cual el niño pequeño debe recibir protección

del medio que lo rodea tanto por su curiosidad como por su afán de imitar a los

mayores (14,15).

7
Las quemaduras representan una de las principales causas de lesiones no

intencionadas en la población pediátrica, con una repercusión social importante

dada su morbimortalidad y posteriores secuelas. De acuerdo con las estimaciones

de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018) las quemaduras constituyen

un problema de salud pública a nivel mundial y provocan alrededor de 180 000

muertes al año, de las cuales la mayoría se produce en los países de ingreso bajo

y mediano. En Ecuador, las quemaduras están dentro de las 10 principales causas

de morbilidad. Así, los niños son especialmente vulnerables a las quemaduras,

siendo la quinta causa más común de lesiones no fatales durante la infancia.

(OMS, 2018). Siguiendo esta misma orientación aseveran que en la población

infantil, las quemaduras constituyen la tercera causa de muerte por lesiones no

intencionadas en menores de 14 años (detrás de los accidentes de tráfico y los

ahogamientos) y la segunda en menores de 4 años (15).

En la mayoría de las veces las quemaduras son traumas prevenibles, y

constituyen una condición absolutamente no deseada por el paciente y su familia,

17 pero las conductas rutinarias de la dinámica familiar establecen permanentes

condiciones para que ocurran sobre todo en la edad infantil. Las quemaduras son

siniestras, no accidentes, que en 90% de los casos se producen por la exposición

repetitiva a actividades de riesgo debidas a la falta de cultura preventiva de toda la

población, la pobreza, la falta de normatividad legal y a la falta de control de la

violencia social, generan alta mortalidad y discapacidad, así como altos costos de

atención médica integral (14).

Fisiopatología

8
La tención al paciente quemado requiere de un manejo integral y multidisciplinario,

que apoye las necesidades individuales de cada paciente, de manera continua las

24 horas del día. Uno de los profesionales de la salud que monitoriza el cuidado

permanentemente, es el personal de enfermería, quien debe estar a la vanguardia

en la atención de este tipo de pacientes y tener una gama de conocimientos que

implican la comprensión de la fisiopatología del trauma térmico, manejo del

choque hipovolémico post quemadura, fórmulas de reanimación con soluciones

endovenoso, requerimientos y soporte nutricional, para enfrentar la respuesta

hipermetabólica de la lesión, conocimiento en terapias quirúrgicas, nuevos

materiales disponibles para injertos y sus cuidados, sustitutos biocinéticas de piel,

temporales o permanentes, rehabilitación física y psicológica todo ello con la

finalidad de proporcionar cuidado basado en la mejor evidencia que le proporcioné

al paciente en el ámbito de lo posible, su reincorporación oportuna a las

actividades de la vida diaria y a la reintegración a su núcleo familiar, laboral y

social con una buena calidad de vida (15).

Se podría destacar que las quemaduras son las culpables del trauma más serio y

devastador que le puede suceder a un ser humano más o menos nueve millones

de personas quedan incapacitados cada año en el mundo, la mayoría de ellas se

producen por calor: llamas, explosiones, contacto con metales calientes o líquidos.

Por lo tanto una temperatura de 50 grados centígrados produce desnaturalización

de las proteínas, si es de 60 grados centígrados produce coagulación de las

proteínas; ambas significan muerte celular, por lo que la piel tiene un alto calor

específico, esto quiere decir que se calienta lentamente pero también pierde el

9
calor lentamente, tiene baja conducción, entonces la duración del

sobrecalentamiento perdura aunque se elimine el agente causal (15).

Como consecuencia esto hace que el calor siga produciendo daño aunque la

causa se haya eliminado, por eso se debe enfriar la lesión con agua (15).

Una vez que la piel está dañada el organismo se enfría rápidamente, donde se

pierden 56 kilocalorías por cada litro de agua que se evapora, ya que la pérdida de

19 agua normal es de 15 a 21cc/ m2/ hora, en un quemado la pérdida puede ser

de 100cc/ m2/ hora. Ahora bien en el paciente quemado hay un aumento del

metabolismo, por aumento de las catecolaminas de 10 a 15 veces el nivel normal;

también se altera la relación entre insulina y glucagón generando un estado

hipermetabólico (14).

El consumo de oxigeno aumenta en un 80% de lo normal de 2 a 3 horas después

de la quemadura, como respuesta hipermetabólica. También hay un efecto

catabólico, aumenta la lipólisis y la proteólisis, se produce gluconeogénesis a partir

de aminoácidos, hay un balance nitrogenado negativo y pérdida de peso, si no se

da un soporte nutricional adecuado de calorías y nitrógeno se produce un estado

catabólico en el que ocurre mala cicatrización, mala función cardiovascular,

compromiso de la función pulmonar y hepatorenal así como una disminución de

resistencia a las infecciones (14,15).

La causa del estado hipermetabólico es el aumento de las catecolaminas y el

aumento del sistema simpático adrenal, generando impulsos aferentes de las

heridas al hipotálamo y aumentan las catecolaminas. Como consecuencia de la

quemadura hay tejido necrótico, vasos trombosados, pérdida de las

10
Inmunoglobulinas G y M, disminuye la quimiotaxis y la fagocitosis de los

neutrófilos. Dicho de otra manera el paciente quemado es el prototipo de paciente

Inmunosuprimidos por trauma, pues los mediadores de la inflamación juegan un

papel muy importante en las respuestas locales y sistémicas del organismo. Se ha

demostrado que en las primeras horas de una quemadura, aunque ésta sea

menor, existe inflamación generalizada aún en órganos que no han sido dañados,

en ausencia de choque y antes de que la infección comience (15).

Este comportamiento permite plantear la hipótesis de los dos impactos: un primer

impacto estaría constituido por los factores inflamatorios que en particular

involucran neutrófilos y macrófagos y no es clínicamente evidente (15).

El segundo impacto produce una gran cantidad de mediadores que causan

inestabilidad hemodinámica y trauma en los tejidos incluyendo las endotoxinas

absorbidas de las heridas o del intestino que se afecta en una quemadura. En este

segundo estímulo se incluyen citoquinas, factor de necrosis tumoral y oxidante es

decir la respuesta del organismo es causa de la presencia de sepsis (15).

El estado hiperdinámico e hipermetabólico caracterizado por una mala distribución

de la circulación e isquemia tisular puede generar una falla orgánica, si persiste.

En cambio la citoquinas son una clase de proteínas producidas por muchas

células, pero mayormente por aquellas del sistema retículo endotelial, son

bioactivas aún en cantidades muy bajas, de manera que es un factor de necrosis

tumoral, causando la liberación de neutrófilos de la médula ósea, marginación de

los mismos y activación de los macrófagos para liberar oxidantes y producir otras

citoquinas (15).

11
Estos oxidantes causan permeabilidad vascular, alteran la función de los lípidos

de la pared celular, alteran la función de los leucocitos, producen el comienzo y la

persistencia de la inflamación, ruptura de la matriz celular, impiden la actividad

fagocítica de los macrófagos y la iniciación del metabolismo del ácido araquidónico

(15).

Asimismo, la presencia de tejido quemado aumenta de una manera severa la

liberación de oxidantes. Los metabolitos del ácido araquidónico están implicados

en las etapas tempranas y tardías de una quemadura (15).

Por otro lado los vasodilatadores y el vasoconstrictor se encuentran en el edema

del quemado y en el plasma. La producción de prostaglandinas por el sistema

nervioso central, es lo que causa la fiebre después de la quemadura y la síntesis

de prostaglandinas es probablemente inducida por la citoquinas por lo que es muy

complicado y su efecto nocivo debe ser enfocado en quitar tempranamente el

tejido quemado (15).

En relación con la fase temprana de la quemadura se caracteriza por leucocitosis

y elevación de la proteína C reactiva en suero y también las catecolaminas. Hay

21 activaciones de la cascada de complemento con reducción de C4, C5, con

actividad hemolítica, con bajos niveles de C3 y Factor B. También hay una

activación de los sistemas intravasculares (coagulación, fibrinólisis) con una

atípica coagulopatía de consumo de diferente intensidad que resulta en un nivel

anormal bajo de plaquetas y fibrinógeno (15).

De manera que una muy detallada y completa evaluación de la inmunosupresión

en el paciente quemado es muy importante para planear la respuesta clínica

12
terapéutica adecuada, en calidad y a tiempo, para restablecer la función

inmunológica (15).

También se debe tomar en cuenta los efectos inmunosupresores en el paciente

quemado, tales como agentes anestésicos, procedimientos quirúrgicos,

transfusiones múltiples y el uso de antibióticos. Dicho de otra manera es muy

importante insistir en el hecho de que existen mediadores químicos en el proceso

inflamatorio durante la fase aguda de las quemaduras y, debido a la lesión, hay

proteínas modificadas fuera de los vasos que actúan como un estímulo para el

proceso inflamatorio y además se activa como una cascada de complemento que

una vez activada, hace que se liberen factores de permeabilidad en el lugar de la

lesión y estos son la histamina y prostaglandinas (15).

Estas proteínas modificadas estimulan la coagulación liberando hidroxitriptamina

de las plaquetas, formando luego polipéptidos vaso activo todo esto aumenta la

permeabilidad micro vascular (15).

Por otro lado los radicales libres de oxigeno tienen importancia en la inflamación,

ya que el oxígeno tiene dos fases: una necesaria para la vida y la otra, tóxica para

toda clase de vida. Es decir si hay una reducción biológica monovalente del

oxígeno se forman radicales superóxido (O2-) y peróxido de hidrógeno (H2O2) y si

no son eliminados se forma hidroxilo (OH-) y O2 libre, que no son tolerados por las

células vivientes (15).

Es decir si hay una reducción biológica monovalente del oxígeno se forman

radicales superóxido (O2-) y peróxido de hidrógeno (H2O2) y si no son eliminados

se forma hidroxilo (OH-) y O2 libre, que no son tolerados por las células vivientes.

13
22 El superóxido (O2-) es metabolizado por la enzima dismutasa superóxida y el

H2O2es metabolizado por las catalasas y peroxidasas (15).

Etiología

Tiene importancia, especialmente en la actuación durante la emergencia y la

urgencia. Los agentes causales son muy variados y se agrupan básicamente en

cuatro categorías: (a) Quemaduras térmicas; (b) Quemaduras eléctricas; (c)

Quemaduras químicas y; (d) Quemaduras por radiación (16).

a.- Quemaduras térmicas: Son las más frecuentes (85 % de los casos) y se

producen por contacto con un sólido caliente (generalmente provoca una

quemadura profunda pero poco extensa) o un líquido caliente (más extensa pero

habitualmente menos profunda). De entre estas últimas destaca la escaldadura (o

quemadura por contacto con un líquido caliente) que es el mecanismo más

frecuente de quemadura térmica (65 % de los casos) y generalmente se da en

menores de 5 años (16).

b.- Quemaduras eléctricas: Pueden producirse por fogonazo, arco voltaico o

eléctrico. Su intensidad depende de la resistencia del tejido y del voltaje (bajo <

1000 V) (16).

c.- Quemaduras químicas: Existen gran cantidad de cáusticos (ácido sulfúrico,

clorhídrico, etc.) y álcalis (sosa cáustica, amoníaco) que pueden producir

quemaduras. La mayoría de los casos son por productos de limpieza. Los álcalis

ocasionan quemaduras más profundas y progresivas. En general son muy graves

y con una alta morbilidad, sobre todo funcional y estética (16).

14
d.- Quemaduras por radiación: Son las producidas fundamentalmente por los

rayos ultravioleta tras las exposiciones solares o por radiaciones ionizantes. Existe

un grupo de niños en el que, ya sea por el tipo de la lesión o por datos extraídos

de la historia clínica, se puede sospechar la presencia de un maltrato físico como

fondo de las quemaduras. De estas, la más frecuente apreciada en el maltrato es

la escaldadura por inmersión en agua caliente, pero también pueden verse

quemaduras pequeñas, redondas y profundas provocadas por cigarrillos o

quemaduras simétricas y profundas en manos y pies con clara delimitación (16).

Clasificación de las quemaduras

Para un diagnóstico certero de una quemadura, además de la etiología, se debe

conocer muy bien la extensión, profundidad, localización o zonas comprometidas,

esto ayudará al especialista a conocer la magnitud de la lesión y, de esta manera,

su índice de gravedad, lo que permitirá definir el tratamiento más adecuado para

cada paciente (16,17)

Profundidad

Existen dos clasificaciones para evaluar la profundidad de una quemadura (21).

La primera es la clasificación de Converse-Smith, la más utilizada a nivel mundial

(21).

15
La segunda, la clasificación de Benaim (21).

Extensión

Además de la profundidad que alcanza una quemadura y de la edad del paciente,

para evaluar el pronóstico o gravedad de una quemadura, hay que tener en cuenta

la superficie afectada por ésta. Para calcular la extensión de las quemaduras, los

métodos más utilizados, según son los siguientes: (a) Regla de la palma de la

mano; (b) Regla de los 9 de Wallace, (c) Tabla de Lund y Browder (17).

A. El método palmar.

Se usa en quemaduras poco extensas, o sobre todo cuando esta es irregular o

parcheada, se puede calcular sabiendo que la palma del paciente (desde el borde

de la muñeca a la punta de los dedos) equivale a un 1% de la SCT. Si solo se

16
cuenta la palma sin los dedos, equivale al 0,5% de la SCT. Se puede utilizar a

cualquier edad (17).

B. Regla de los 9 de Wallace.

Aunque no es precisamente la más exacta en niños, es un método fácil de

recordar y usada ampliamente por los pediatras. Consiste en asignar múltiplos de

9 a diferentes zonas corporales. De acuerdo con tiene la Ventaja de que se usa

para calcular grandes superficies de forma rápida. En contraparte presenta el

inconveniente de que depende de la superficie corporal (17).

17
C. Tabla de Lund y Browder.

Es el método más recomendado para calcular el área de superficie corporal

quemada (SCQ) en los niños. Ventaja: la más exacta, útil en quemaduras

extensas y múltiples. Inconveniente: la más laboriosa (17).

18
Estimación de la gravedad

Existen factores que influyen a la hora de estimar la gravedad de la quemadura:

edades extremas, comorbilidades o lesiones asociadas (traumatismo, inhalación

19
de gases tóxicos, hemorragias, etc.) aumentan la gravedad. Asimismo estiman

que el agente causal es también determinante, siendo las más graves las lesiones

eléctricas y las químicas (18).

Mientras mayor sea la extensión y profundidad, tanto de lesiones dérmicas como

subdérmicas, mayor es la gravedad. En el mismo marco, la American Burn

Association ha clasificado las quemaduras en menores, moderadas y mayores,

basándose principalmente en la profundidad del tamaño y la localización de la

quemadura (18).

Tanto el tratamiento como el pronóstico se correlacionan con esta clasificación y

proporciona una guía general para la disposición y el cuidado que requieren estos

pacientes (18).

Atención inicial del niño que ha sufrido quemadura.

Atención Pre hospitalaria.

La atención inicial a una quemadura debe iniciarse en el lugar del accidente.

Cada Agente etiológico se debe abordar de distinta manera justo cuando ocurre la

incidencia, evitando así que se agrave la lesión (16).

A parte de las medidas de evaluación y estabilización inicial, señalan que se debe

tener en cuenta ya en el propio sitio del suceso que:

a. En el caso de lesión térmica, el enfriamiento inmediatamente después de la

quemadura limita el área de la lesión y mejora la cicatrización de la herida. Los

expertos recomiendan que el área quemada se enfríe con agua unos 10 minutos

inmediatamente después de la lesión. La temperatura del agua no debe ser

20
inferior a 8°C y nunca debe aplicarse hielo. Se debe evitar la hipotermia .Así

mismo se retirará la ropa quemada (a menos que esté muy adherida) y las joyas

(16).

b. En las lesiones químicas, se debe retirar totalmente la ropa y la irrigación con

agua debe ser inmediata y profusa, intentando eliminar el agente por arrastre (16).

c. En las quemaduras eléctricas debe separarse inmediatamente del contacto

eléctrico por medio de algún aislante y desconectar la fuente de suministro

eléctrico (16).

d. Es importante recoger en el lugar del accidente hora del mismo, mecanismo de

producción, traumatismo o explosión asociados, tóxicos implicados, posibilidad de

intoxicación por monóxido de carbono o cianhídrico, antecedentes patológicos,

alergias y estado vacunal (16).

e. Envolver al paciente en un paño o una sábana limpia y transportarlo al Centro

Sanitario más cercano para que reciba atención médica (16).

Manejo Hospitalario

El pediatra de Urgencias tiene una labor primordial en establecer las prioridades

iniciales para la gestión de un paciente quemado (19).

Las condiciones que amenazan la vida como el compromiso de las vías

respiratorias, la insuficiencia respiratoria y/o la circulación inadecuada deben ser

rápidamente reconocidas y estabilizadas en Urgencias (19).

Evaluación rápida inicial.

21
La evaluación se iniciará con la aplicación del Triángulo de Evaluación Pediátrica

(TEP) y el ABCDE, iniciando secuencia de reanimación cardiopulmonar si fuera

necesario (19).

Anamnesis y Exploración física:

Se lleva a cabo mediante el siguiente procedimiento:

Historia Clínica detallada:

Se debe estar informado acerca de los antecedentes personales, agente

productor de la quemadura, tiempo transcurrido (algunas quemaduras evolucionan

durante 24-48 horas) (19).

Valoración del estado general del paciente en quemaduras graves: ABC, sobre

este particular, han señalado lo siguiente:

Vía aérea (A): verificar su permeabilidad y determinar si existe necesidad de

intubación endotraqueal precoz. La existencia de estridor, ronquera o quemaduras

en la cara conlleva riesgo de obstrucción rápida de la vía aérea. Así también,

exponen que el manejo es prioritario y máxime si existe evidencia de compromiso

respiratorio (quemaduras faciales, hollín en boca y/o nariz, taquipnea, estridor,

disfonía, esputo carbonáceo, alteración del sensorio) debiéndose administrar

oxígeno al 100% (19).

Respiración (B): Valorar la frecuencia respiratoria, la profundidad y el esfuerzo

inspiratorio y auscultar ruidos respiratorios patológicos. Enmarcado en ello, dicen

que los pacientes con quemaduras circunferenciales en el tórax o el abdomen

pueden desarrollar compromiso respiratorio como resultado de la disminución de

22
la distensibilidad de la pared torácica. Se monitorizará con pulsioxímetría y

capnometría (19).

Circulación (C): El paciente quemado es hipovolémico, por lo que hay que valorar

la presencia de shock e hipoperfusión tisular. En este orden, los pacientes con

signos de circulación comprometida en la presentación inicial (como taquicardia

inexplicada, mala perfusión periférica o hipotensión) deben evaluarse

cuidadosamente para detectar lesiones asociadas. Se puede iniciar ya en esta

fase expansión con suero salino o Ringer lactato a 20 ml/kg/dosis (19).

Neurológico (D): una disminución del nivel de consciencia puede ser el resultado

de hipoxia, hipotensión, hipoglucemia, traumatismo craneal concomitante o

intoxicación por monóxido de carbono y/o cianhídrico. Se determinará una

glucemia capilar y se aplicarán las medidas para tratar estas posibles causas y ver

si mejora el nivel de consciencia (19).

Exposición (E): si las quemaduras aún no han sido lavadas se realizará en este

momento, así como la retirada de toda la ropa y joyas. Se debe determinar la

profundidad de las lesiones, la extensión de las mismas en función del porcentaje

de superficie corporal total (SCT) y su localización (19).

Este paso nos dará una guía terapéutica general de lo que precisa el paciente y si

debe ser derivado a un centro especializado.

Valoración de la extensión y profundidad de las lesiones.

Valoración general y de las lesiones asociadas.

Pruebas complementarias.

23
Salvo en las quemaduras leves, se debe solicitar:

Analítica completa con hemograma, bioquímica que incluya iones, función renal,

creatinfosfocinasa (CPK) y enzimas cardíacas.

Gasometría arterial con determinación de carboxihemoglobina si se sospecha

inhalación por monóxido de carbono.

Orina y Sedimento.

Coagulación.

Electrocardiograma (ECG) y radiografía de tórax (19).

Tratamiento

Reposición hidroelectrolítica.

Todo paciente con lesión > 10% SCQ tiene indicación de rehidratación intravenosa

y si la lesión es > 20 % SCQ esta se realizará por una vía central. Para calcular las

necesidades de líquidos durante las primeras 24 horas se suelen utilizan dos

fórmulas (20).

• Formula de Parkland: (4 ml x kg de peso x % SCQ) + necesidades basales del

período. Del total se repone el 50% en las primeras 8 horas y el 50% en 16 horas.

Es la fórmula más utilizada (20)

. • Fórmula de Galveston: 5000 ml/m2 de SCQ + 2000 ml /m2 de SCT, el 50% en

las primeras 8 horas y el otro 50% en las siguientes 16 horas. Independientemente

de la fórmula escogida, solo representa una estimación de los requerimientos

promedio y la velocidad de infusión se regulará según la diuresis, que deberá

24
mantenerse entre 1-2 ml/kg/h para pacientes < 30 kg y entre 0,5-1 ml/kg/h para >

30 kg (20).

De ocurrir episodios de hipotensión se realizarán las expansiones necesarias sin

descontarse estas del aporte calculado por la fórmula. En cuanto a la elección del

líquido a administrar, el Ringer lactato es el fluido de reanimación y mantenimiento

de elección durante las primeras 24 horas en la mayoría de los centros de

quemados (20).

Los expertos recomiendan agregar un 5% de glucosa al líquido de mantenimiento

para niños < 20 kg para prevenir la hipoglucemia.

Los coloides a menudo se agregan después de 24 horas o cuando los pacientes

requieren aumentos progresivos en los volúmenes de cristaloides. Las revisiones

sistemáticas que comparan cristaloides versus coloides para la reanimación con

líquidos en pacientes críticamente enfermos (incluido un pequeño número de

niños con quemaduras) demuestran que la supervivencia no mejoró para los

pacientes que recibieron coloides (20).

La experiencia con el uso de solución salina hipertónica para la reanimación con

líquidos en víctimas de quemaduras es limitada.

Los niños que requieren grandes volúmenes de líquidos para mantener una

perfusión adecuada o que no mejoran con la reanimación con líquidos vigorosos

deben evaluarse cuidadosamente para detectar otras afecciones que pueden

causar compromiso cardiovascular, como lesiones ocultas o un shock neurogénico

por lesión medular espina (20).

25
Analgesia

La analgesia es uno de los pilares básicos del tratamiento de un quemado y debe

iniciarse de forma precoz, y a ser posible incluso en el lugar del accidente.

En quemaduras menores puede pautarse paracetamol oral o intravenoso (IV) a

15 mg/kg/dosis o metamizol 20 mg/kg/dosis IV (20).

En quemaduras moderadas o graves es prioritario el tratamiento con cloruro

mórfico a 0,1 mg/kg/dosis IV o subcutáneo (si estabilidad hemodinámica) o

fentanilo a 1-2 mg/ kg/dosis IV (20).

.Ante procedimientos invasivos (intubación, colocación de vías centrales,

desbridamiento de las heridas, etc.) el fármaco más indicado por su doble efecto

analgésico y sedante y por su perfil de seguridad es la ketamina a 1-2 mg/kg/dosis

(20).

. Antibioticoterapia

La utilización de antibioticoterapia profiláctica sistémica no está indicada ya que lo

único que se logra con ello es seleccionar la flora e incrementar la resistencia de

los gérmenes de la piel (21).

Solo se utilizará en caso de crecimiento bacteriano o sospecha clínica de sepsis.

Se deberá asegurar la correcta vacunación antitetánica según calendario vacunal.

Curas tópicas.

El cuidado local de la quemadura tiene como objetivo proteger la superficie de l

herida, mantener un ambiente húmedo, promover la curación y limitar la

26
progresión de la lesión al mismo tiempo que minimiza la incomodidad para el

paciente (22).

En las quemaduras superficiales, salvo que sean muy extensas, no es necesario

ningún tipo de tratamiento, salvo el lavado y enfriamiento local inicial, analgesia

adecuada con paracetamol o ibuprofeno, crema hidratante y protección solar (20).

El uso de corticoides tópicos es controvertido y actualmente no se aconseja, pues

puede dificultar la cicatrización y favorecer la sobreinfección. En el resto de

quemaduras, una vez lavadas y retirada la ropa y joyas, se procederá al

desbridamiento del tejido desvitalizado (incluidas las ampollas rotas) pues

disminuye el riesgo de infecciones (20).

Aunque el abordaje de las ampollas intactas es controvertido, los expertos

generalmente recomiendan que se eliminen las ampollas grandes, las que puedan

romperse y aquellas que son dolorosas (independientemente del tamaño). Lo que

no se aconseja es la punción de las ampollas pues esto aumenta el riesgo de

infección (23).

Posteriormente se debe cubrir la quemadura con gasas de malla fina que se

ajusten bien a las superficies a tratar y a los movimientos del paciente, pero sin

que se adhieran a la lesión (20).

Estas gasas se usarán en combinación con antimicrobianos tópicos siendo el más

utilizado la sulfadiazina argéntica al 0,5-1% (no en < 2 meses), aunque también

puede utilizarse nitrato de plata al 0,5%, neomicina, nitrofurazona, bacitracina u

otros (23).

27
En los últimos años este tratamiento está siendo desplazado por la aparición de

nuevos apósitos biosintéticos impregnados con plata que tienen menor toxicidad

local, mayor poder antimicrobiano y propiedades más duraderas que reducen el

recambio de los vendajes a una vez a la semana en lugar de cada 24-48 horas. El

inconveniente es que son más caros y no disponibles en todos los servicios de

urgencias hospitalarios o ambulatorios (20).

El vendaje se debe realizar de distal a proximal para favorecer el retorno venoso.

Tiene que ser firme pero no compresivo y se debe inmovilizar en las posiciones

funcionales y/o evitando retracciones. Otros tratamientos El tratamiento quirúrgico

precoz para las lesiones más profundas favorece la curación de las mismas. Está

indicada así mismo la escarotomía en las lesiones circunferenciales que puedan

disminuir la perfusión distal.

Se pautará protector gástrico para evitar las úlceras de estrés y se iniciará de

forma precoz la alimentación por vía enteral a ser posible (oral, nasogástrica o

transpilórica) en SCQ > 10% para prevenir la aparición de íleo paralítico y por qué

disminuye el riesgo de translocación bacteriana y sepsis. En la figura 1 se

representa un algoritmo resumen de la actuación en Urgencias ante un paciente

con quemaduras (20).

Objetivos de la investigación.

Objetivo General.

28
Establecer la etiología, epidemiologia y clínica de las quemaduras en preescolares

y escolares ingresados en el Hospital Universitario de Valera. 2021-2022.

Objetivos Específicos.

1. Cuantificar el número de pacientes preescolares y escolares hospitalizados

por quemaduras.

2. Describir las características demográficas (edad, sexo, procedencia) de los

pacientes preescolares y escolares hospitalizados por quemaduras.

3. Identificar el agente causal de los pacientes preescolares y escolares

hospitalizados por quemaduras.

4. Calcular el porcentaje corporal de las quemaduras de los pacientes

preescolares y escolares hospitalizados.

5. Clasificar la profundidad de las quemaduras en pacientes preescolares y

escolares hospitalizados.

6. Identificar el tiempo de permanencia intrahospitalaria de los pacientes

preescolares y escolares hospitalizados por quemaduras.

Tipo y Modelo de la Investigación:

Fue un estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, cuantitativo, no


experimental.

Población y muestra

Estuvo conformado por el total de historias clínicas de pacientes en edades


comprendidas entre 2 y 10 años de edad, con diagnóstico de quemaduras
ingresados en el Hospital Universitario de Valera. 2021-2022.

Criterios de inclusión:

29
 Pacientes con diagnostico de quemaduras.
 Pacientes comprendidos entre 2 años de edad hasta 10 años.
 Ambos sexos.
 Clínica y evolución sugestiva de quemadura.
 Hospitalizados en el departamento de Pediatría.
 Pacientes cuyas historias clínicas presentaron los datos necesarios para
realizar la investigación.
 Valorados por el servicio de cirugía plástica.

Criterios de exclusión:

 Pacientes con ausencia de diagnóstico de quemadura.


 Pacientes menores de 2 años de edad y mayores de 10 años.
 Pacientes con expediente clínico que no cumpla con al menos el 50% de
los datos requeridos.
 Pacientes que no estén hospitalizados en el departamento de Pediatría.
 Pacientes que no hayan sido valorados por el servicio de Cirugía Plástica.

Sistema de Variables

 Variable independiente: quemaduras en preescolares y escolares.


 Variable dependiente: características epidemiológicas, agente causal

porcentaje corporal, extensión, el tiempo de permanencia intrahospitalaria.

 Variable interviniente: Historias clínicas mal elaboradas, no valoración por

el servicio de cirugía plástica, situación económica.

Materiales

Material de Oficina: papel carta, bolígrafos, lápiz de grafito, borrador y carpetas,


equipos de Oficina: PC de mesa, impresora, tinta para impresora y calculadora,
historias clínicas, instrumento para recolección de datos.

30
Procedimiento
Los datos se procesaron utilizando herramientas informáticas con la hoja de
cálculo Excel de Microsoft. Con la información recabada, los datos se analizaron
por estadística descriptiva, tabulando los datos expresándolos en términos de
frecuencias absolutas y relativas. La confiabilidad del instrumento se calculó a
través del cuestionario de Confiabilidad Alfa de Cronbach el cual representó 0,902
lo cual indica que es altamente confiable.
Técnica e instrumento de Recolección de Datos
La información se obtuvo a través del instrumento de recolección de datos
diseñada para esta investigación, aplicada a los pacientes de 2 años de edad
hasta 10 años que presentaron diagnóstico de Quemaduras. Que acudieron al
Departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Valera. 2021-2022.

Para ello, se realizó la selección de las historias clínicas en el registro y archivos


médicos del Hospital Universitario de Valera, de los pacientes con diagnóstico de
quemaduras que cumplían con los criterios de inclusión de la investigación
planteada.

Análisis Estadístico
Se procedió a calcular valores absolutos y relativos, seguidamente se aplicó la
estadística no paramétrica mediante las pruebas de Chi cuadrado  (Χ2) de
Pearson y test exacto de Fisher. Se consideró estadísticamente significativo a
todo valor de p <_ 0,05.

31
BIBLIOGRAFÍA

1. Helena W. Epidemiologias de las quemaduras: Estudios de una década en

el Hospital “José María Bengoa” de Sanovia Edo Lara. Durante el periodo

2000-2009. Tesis de Especialización. Lara-Venezuela. Universidad Central

de Venezuela, 2021.15-18pp.

32
2. Nancy R. Característica clínicas y epidemiológicas de las quemaduras en el

servicio de Cirugía Pediátrica del “Hospital Vicente Corral Muscoso”. Enero

2014-Junio 2015. Tesis de Especialización. Cuenca – Ecuador. Universidad

de Cuenca, 2016. 10pp.

3. Ochoa J. Quemaduras en pediatría: Complicaciones infecciosas. Tesis de

Especialización. Caracas-Venezuela. Universidad Central de Venezuela.

2016, 17pp.

4. Gómez G, Tutor E, Rodríguez F, Duque B, Rodríguez J, Jarillo L.

Monografía: Actualización en el tratamiento del paciente quemado.

SECPRE. [internet] 2020. [Citada Abril 2020]; 46(1): 5-6. DOI

https://www.com/url?sa=t&source=web&rct=https://revistasanitariadeinvesti

gacion.com Esto no es un DOI

5. Pérez D. Actualización en el Tratamiento del Paciente Quemado. Cir plast

[internet] 2020. [Citada Junio 2020]; 46(1): 53-54. DOI

https://www.revistaavft.com/images/revistas/2019/avft_1_2019/2abordaje_te

rapeutico_paciente_quemado.pdf. Esto no es un DOI

6. Morales A, Ospino C. conceptos actuales de quemadura: Un manual

basado en la evidencia. Tesis Especializada. Colombia. Universidad del

bosque, 2019: 18-21pp.

7. Ocampo G, Conde E, Singuenza G, Berganza A, Lemus D, Santos C,

Campos A. quemaduras en pediatría. IGSS [internet] 2021. [Citado 2021];

126(1): 40-80. DOI

https://www.igssgt.org>GPC...PDFQuemadurasenpediatria-IGSS

33
8. Lema D. Factores de riesgo que influyen en quemaduras producidas en el

hogar de niños y niñas que fueron ingresados en el Servicio de Pediatría

del Hospital Provincial General Latacunga período Agosto 2011-Agosto

2012. Tesis de Medico. Ecuador. Universidad Técnica de Ambato, 2013.

115 - 120pp.

9. Valdivia L. Enrique J. Características clínicas y epidemiológicas de los

pacientes con quemaduras graves atendidos en el Hospital Nacional Daniel

Alcides Carrión 2016-2019. Tesis Medico Cirujano. España. Universidad

Ricardo Palma, 2020. 33-28pp.

10. Becerra L. Incidencia de niños quemados a causa de accidentes

domésticos. Tesis Especializada. Argentina. Universidad Nacional Cuyo,

2016. 50-54pp.

11. Hernández P. Factores relacionados a las quemaduras en niños y

adolescentes en México. Tesis de Especialización. México. Universidad de

Guadalajara, 2013. 40-43pp.

12. Gaunuche P, Mora J. caracterización clínica de las quemaduras en

pacientes pediátricos. Tesis de Especialización. Ecuador. Universidad de

AZUAY, 2015. 2-6pp.

13. Rodríguez N. Características Clínicas y Epidemiológicas en el Servicio de

Cirugía Pediátrica del Hospital Vicente Corral Moscoso. Enero 2014-Junio

del 2015. Tesis de Especialización. Ecuador. Universidad de Cuenca, 2016.

17-22pp.

14. Correa F, Mencha P, Rostión C. Manejo Inicial del Niño Quemado: lo que el

médico general debe saber. Rev. Ped. Elec. [Internet] 2014. [Citado febrero
34
2014]; 11(1): 7. DOI

file:///C:/Users/Alvaro/AppData/Roaming/Microsoft/Windows/Network%20Shortcuts/

Nueva%20carpeta/MANEJO_INICIAL_NINO_QUEMADO.pdf .

15. Linares M. Atención al paciente quemado. Una visión integradora. [Tesis de

grado]. Universitat Rovira i Virgili. Tortosa – España, 2018. 28pp.

16. Canelo J, Willians L, hidalgo C. Quemaduras en Pediatría. Perspectivas

Terapéuticas. Pol Con. [Internet] 2021. [Citado junio 2021]; 6(6): 615-619.

DOIfile:///C:/Users/Alvaro/AppData/Roaming/Microsoft/Windows/Network

%20Shortcuts/Nueva%20carpeta/Dialnet-

QuemadurasEnPediatriaPerspectivasTerapeuticas-8017004%20(1).pdf.

17. Hurtado A, Vallejo M, Torres A. Manejo de líquidos en el paciente

pediátricos con quemaduras. Revi. Mexi. Anest. [Internet] 2019. [Citado

Julio 2019]; 4(1): 259. DOI

file:///C:/Users/Alvaro/AppData/Roaming/Microsoft/Windows/Network

%20Shortcuts/Nueva%20carpeta/cmas191cm.pdf.

18. Rubio A. Caracterización epidemiológica y criterios de ingreso a la Unidad


de Cuidados Críticos de niños quemados. [Tesis Médica]. Guatemala.
Universidad de San Carlos de Guatemala. 2014. 24.

19. Rogan L. Initial First Aid Treatment for Minor Burns. American Burn
Association [internet]. Aug 2019 [fecha de acceso 07 mar 2020] Disponible
en: http://ameriburn.org/wp-content/uploads/2019/08/first-aid-fact-
sheet2.pdf.
20. Fernández Y, Mele M. Protocolo Diagnostico y Terapéutico en Urgencias
Pediátricas. SEUP. [Internet] 2019. [Citado en octubre del 2019]; 3(1): 7-9.
DOIfile:///C:/Users/Alvaro/AppData/Roaming/Microsoft/Windows/Network
%20Shortcuts/Nueva%20carpeta/21_Quemaduras.pdf .

21. Murruni A, Basilico H. Guarracino F. Manejo Inicial de pacientes


pediátricos. Arch. Argnt. Pediatr. [Internet] 2019 [Citado en noviembres del

35
2019]; 97(5): 2. DOI
file:///C:/Users/Alvaro/AppData/Roaming/Microsoft/Windows/Network
%20Shortcuts/Nueva%20carpeta/99_337_341.pdf.

22. Herndon D. Tratamiento ambulatorio de las quemaduras [internet]. En:


Nash S editor, Tratamiento integral de las quemaduras. 3ª ed. España:
Elsevier Masson; 2009 [fecha de acceso 27 de enero 2020]. p. 49-61.
Disponible en: https://www.elsevier.com/books/tratamiento-integral-de-
lasquemaduras/9788445819388.

23. Manrique I, Romero A. Abordaje de las quemaduras en atención primaria.


Pediatr. Integral. [Internet] 2019 [Citado en Diciembre del 2019]; 23(2): 85-
87. DOI file:///C:/Users/Alvaro/AppData/Roaming/Microsoft/Windows/Network
%20Shortcuts/Nueva%20carpeta/n2-081-089_IgnManrique.pdf.

36

También podría gustarte