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Enzo Finocchiaro
Documentales UNNE
Sin lugar a dudas, la falsedad es uno de esos
conceptos tan abiertos y ambiguos, que la mayoría
de la Humanidad conoce, y luego, en el campo
jurídico, trae tantos problemas interpretativos.
La falsedad
Todos tenemos una idea más o menos clara de qué
y el sentido implica la falsedad. Sin embargo, en el campo
específico que nos atañe….
Antes, las sucesiones eran “ab intestato” o, de otorgarse un testamento, era oral y
público, en la ceremonia conocida como “mancipatio”.
Esto evoluciona hasta las formas privadas de otorgamiento, siendo incluso secreto
y escrito, en los testamentos realizados ante actuarios (hoy, escribanos).
• En cierto momento del Imperio Romano
occidental, eran tantas las falsedades
testamentarias que había, que Lucio Cornelio
Sila decidió establecer las “quaestiones
perpetuae”, esto es, el establecimiento de
jurados permanentes y especializados en
La Lex Cornelia de Falsis determinados crímenes que debían perseguirse
públicamente, siendo una de ellas la “quaestio
de falsis”, establecida mediante la Lex, en el año
81 a.C.
• Esta Lex abarcaba falsedades testamentarias y
de monedas (por eso, en algunos textos se la
denomina “lex testamentaria nummaria”).
imitación caligráfica (scribere)
destrucción (delere)
sustracción (amovere)
ocultación (celare)
Posteriormente….
La Quaestio de Falsis se extendió a otros documentos no testamentarios, aunque
limitada a documentos cerrados y a los actos de scribere, signare y recitare.
Recién a partir del Siglo III comienza, por vía jurisprudencial, a extenderse a
documentos no signados y quirografarios (p.e., los documentos administrativos).
Seguramente influyó el uso masivo del pergamino y del cuero, por las tablas.
Concepto Es importante aclarar que todo hecho que carezca de la aptitud representativa
del acto jurídico no es un documento.
El mundo virtual nos obliga a ampliar los horizontes y repensar la mayoría de los
conceptos jurídicos que vienen desde hace tantos años.
• Lo dicho puede tener derivaciones a la hora de
analizar la posible comisión de ciertos ilícitos
mediante la alteración, la destrucción o la
falsificación.
¿Y por qué esto es • De esta forma se puede estar ante una falsedad
importante? documental (público privada según el caso), un
daño (específicamente previsto) o o un eventual
delito contra la administración pública (cómo
puede ser la alteración de un documento
destinado a servir de prueba ante la autoridad).
Ojo con lo electrónico y lo digital
• El Código Penal argentino reprime en el Art. 292 la conducta consistente en hacer, en todo o en parte,
un documento falso, o adulterar uno verdadero, aunque específica que la protección penal
comprende a los instrumentos públicos y a los privados.
• Documento e instrumento no son términos sinónimos. el instrumento no es más que la forma de
documentar, la que puede ser pública o privada, aunque en realidad se los utiliza indistintamente en
materia penal para referirse a esta clase de ilicitudes.
• para distinguir entre los instrumentos públicos y los privados, debe seguirse al derecho civil, pues es
la fuente que toma el régimen penal de las falsedades documentales.
• Lo distintivo del instrumento privado
es que no representa el ejercicio de
una función pública.
• Un instrumento es privado no tanto
porque en su formación intervenga
un sujeto privado, sino porque su
autor no ejercita una actividad o
Instrumentos
función pública. esto no es sino un
concepto negativo: son instrumentos privados
privados todos aquellos que no son
públicos, o lo que es igual, son
aquellos que las partes otorgan por sí
solas sin intervención de ningún
oficial público.
• El Código Civil y Comercial establece en su artículo 289 que
son instrumentos públicos las escrituras públicas y sus
copias o testimonios; los instrumentos que extienden los
escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos
que establecen las leyes, y los títulos emitidos por el
estado nacional, provincial o la ciudad autónoma de
Buenos Aires, conforme a las leyes que autorizan su
emisión.
Instrumentos • esto que parece tan sencillo y Pacífico ha suscitado amplios
debates en la historia jurisprudencial y doctrinaria de
públicos nuestro país
• Coincidimos con Tazza en que también deben incluirse
aquellos instrumentos que otorgan o refrendan los
funcionarios públicos dentro de las esfera de su
competencia y cuando se da fe de algún hecho que tienda
a dejar constancia o implique algún tipo de
pronunciamiento funcional (como ocurre en el caso de las
resoluciones administrativas, decretos y sentencias
judiciales).
Falsificación o
adulteración de
documentos públicos
y privados
Art. 292
El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno verdadero, de modo
que pueda resultar perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, si se
tratare de un instrumento público y con prisión de seis meses a dos años, si se tratare de un
instrumento privado.
Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los documentos destinados a
acreditar la identidad de las personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las
fuerzas armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas de identidad
expedidas por autoridad pública competente, las libretas cívicas o de enrolamiento, y los
pasaportes, así como también los certificados de parto y de nacimiento.
Figuras - Falsedad
documental
punibles y
adulteración
de
documentos
Primera forma punitiva
del Art. 292
• Contrahacer un documento. Hacerlo falso en
todo o en parte.
• No debe confundirse con la adulteración o la
alteración.
• Con la creación del documento falso se
quiere hacer aparecer como genuino lo que
no es, y se atenta contra la autenticidad de
dicho documento; en cambio con la
alteración o adulteración se pretende
revestir como integró un contenido que no lo
es, y se atenta contra la integridad.
• Autenticidad e integridad representan la
verdad extrínseca de un documento.
Se forma total o parcialmente un documento falso cuando
Concepto el autor o lo crea completamente en su tenor e
individualización con todos los caracteres y requisitos de
autenticidad documental, o lo crea parcialmente con
agregados, modificaciones o truncamientos que deforman
la verdad (cfr. Lombardi).
Siempre un
instrumento No existe falsedad ideológica de un
público documento privado, a no ser que se
trate de un falso certificado médico (ya
previsto por el artículo 295) o una
factura de crédito falsa (se ha previsto
en el artículo 298).
No cualquier contenido
para que la conducta sea delictiva en los términos de esta figura,
es necesario que las declaraciones falsas sean concernientes a un
hecho que el documento deba probar.
El tipo penal exige que la conducta asumida por el autor sea dolosa.
No existe en nuestro derecho la falsedad culposa, a excepción del artículo que sigue.
El dolo es comprensivo del conocimiento del dato o manifestación falsa que se inserta o se hace insertar en un documento público y en la
posibilidad de perjuicio que ello puede llegar a ocasionar.
Recordemos que el perjuicio no debe concretarse, sino solamente ser apto para crearlo.
En cuanto al dolo, se puede admitir hasta un dolo eventual (piénsese en el funcionario público que pudo haber tenido la representación de
haber podido insertar datos falsos en un instrumento público que debía expedir y De igual modo lo expidió aceptando la eventualidad de
producción del resultado lesivo).
Consumación
• Las acciones que caracterizan a este delito pueden consistir tanto en suprimir como en
destruir un documento público o privado.
• Suprimir implica inutilizar de cualquier modo el documento, de modo de hacer cesar el
poder que tiene otro sobre dicho instrumento. Esto puede realizarse sustrayéndolo de
quien lo tiene en su poder, no presentándolo cuando tenga obligación legal de hacerlo o
en aquellos casos en que se hace imposible su utilización en la oportunidad en la que
debe ser utilizado.
• Cuando se trata de documentos públicos únicamente puede ser cometida la conducta de
supresión sobre aquellos que no están asentados en protocolos registros oficiales o libros,
o sea que las copias no tienen virtualidad para hacer operar a esta figura delictiva.
Destruir implica quitar de cualquier modo el contenido y
tenor que presentaba el instrumento, haciéndolo
desaparecer de cualquier manera a través de borraduras o
quemándolo, de modo tal que ya no pueda reconstruirse.
Cuando el documento es rasgado o dañado, siendo posible
su reconstrucción, no se puede incriminar al sujeto con la
pena del delito consumado sino con la correspondiente a la
tentativa.
Cont. Tanto la destrucción como la supresión pueden ser hechas
de forma total o parcial, pudiendo referirse a la totalidad del
documento o a una parte de ella.
¿Y la ocultación?
La supresión, destrucción u
ocultación de documentos públicos
o privados pueden relacionarse con
las conductas previstas en los
Problemas artículos 255 y 173 inc.8°.
concursales Para resolver estos problemas debe
recurrirse a la relación de
especialidad.
Consumación y tentativa