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Dios llama a su pueblo al arrepentimiento

Base bíblica: 2 Crónicas 7-14


2 crónicas 7:14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren,
y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. RV60

Estas palabras no son para todas las personas. Claramente, Dios le habla a SU PUEBLO... en
nuestro caso, a nosotros que somos el Israel espiritual. Estas palabras están siendo dirigidas para
mí y para ti.

En este texto hay 4 condiciones dadas por el Señor.


1. Si te humillas
2. Si oras
3. Si me buscas
4. Si se convirtieran de sus malos caminos

Hablemos de la primera condición


Si se humillare mi pueblo. Es curioso ver que no dice, si se humillare todo el mundo, pues
tampoco dice si se humillare los líderes de la iglesia, los pecadores. Lo que dice es, si se
humillare mi pueblo, quienes son ese pueblo; tú y yo somos el pueblo de Dios.

Al buscar el significado de esta palabra "humillar" encontraremos uno de los significados es


Inclinar o doblar una parte del cuerpo, como nuestra cabeza o las rodillas, específicamente en
señal de sumisión y acatamiento, otro de sus significados es abatir el orgullo y altivez de
alguien. Herir el amor propio o la dignidad de alguien.
En la cultura actual, se promueve una actitud arrogante y soberbia. El querer hacer las cosas a
nuestra manera es simplemente un acto de falta de humildad. Al pensar que tenemos todo bajo
control, que no necesitamos de ninguna persona para resolver nuestros problemas estamos
demostrando que en nuestro interior hay una gran falta de humildad.
La mayoría de las veces tenemos problemas y en vez de buscar del Señor, decidimos resolver
con nuestras propias fuerzas, y a nuestra manera.
La actitud que debemos tener es de postrarnos antes Dios para (humillarnos) y así depositar en
él toda nuestra ansiedad, preocupaciones, dudas, enfermedades y circunstancias difíciles, y
creer en su palabra, porque él tiene cuidado de nosotros. El Señor nos dice que no debemos
inquietarnos por nada, que más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presentemos
nuestras peticiones a él dándole gracias en todo momento.

Y con esto vamos a la segunda condición “Si mi pueblo ora.


Esto debería ponernos a pensar, si estamos orando. Si realmente estamos dedicando tiempo a
presentar nuestras peticiones delante de Dios, o estamos dedicando el tiempo a derramar
nuestros corazones en adoración a Dios en acción de gracias, esto nos lleva a meditar y pensar
si estamos teniendo una buena comunicación con nuestro Padre Celestial.
La oración implica tener una comunión con el padre, y la comunión me lleva a tener una
relación y la relación me lleva a una intimidad con mi padre.
El Señor dice: Los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a nuestras
oraciones.
Entonces debemos saber que tenemos que orar en todo tiempo. En este tiempo debemos saber
que tenemos que presentar todo al Señor, nuestros hijos, pidiéndole que guarde sus corazones y
sus mentes en Cristo Jesús. Es necesario que clamemos a Dios, porque permanezca la unidad
familiar.
Hoy Dios te llama a que le busques, hoy más que nunca debes ir delante de tu padre celestial, a
llevar tus cargas, tus preocupaciones y que en él puedas descansar.

La tercera condición: Si mi pueblo me busca


Estamos viviendo tiempos en que la maldad se ha multiplicado y el amor de muchos se ha
enfriado. Vivimos en una época donde el egoísmo prevalece en el ser humano. Buscando la
forma de crecer profesionalmente, adquirir una mejor posición laboral, una prosperidad
material, y muchas otras cosas más. Sin embargo, quiero que este claro que ninguna de estas
cosas son malas, lo que está mal es que se le dé el primer lugar en buscar dichos logros, cuando
el primer lugar debemos dárselo es a Dios.
Recuerde si en algún momento usted con diligencia busco algo que se le extravió. Solemos
mover muebles, escudriñamos debajo de la cama, volteamos todo cuanto sea necesario y nos
esforzamos y hacemos lo que sea posible por encontrar lo que hemos perdido.
Piense que si usted toma esa actitud ante un objeto de “valor” o las simples llaves de la casa,
con cuanto mayor anhelo deberíamos buscar a Dios. Cuando buscamos algo, siempre tenemos
que esforzarnos para encontrarlo. Con mucha razón debemos esforzarnos para buscar a Dios.
No buscarlo para ver que nos puede dar, sino buscar su rostro para conocerle, al buscar
conocerle aprenderemos a ser como él. Que es el quien nos da la paz que sobrepasa todo
entendimiento y la que necesitamos, quién nos provee lo que necesitamos y quien nos fortalece
en tiempo de dificultad.
Buscar su rostro no permite descansar con la seguridad de que el va a proveer nuestra necesidad
espiritual, emocional y física. Buscar de la presencia de Dios y su rostro nos va a permitir
experimentar todos y cada uno de los atributos de Dios. Él nos llena de su gracia para que
donde habitemos el more en nosotros.

Cuarta condición: Si mi pueblo abandona su mala conducta


Nuestra conducta es la manera de comportarnos o las acciones que tenemos hacia las demás
personas. La conducta se refiere al estilo de vida de cada ser humano. Cuando Dios dice "Si mi
pueblo abandona su mala conducta", se refiere a que si cada persona se convierte a él de
corazón, y se aparta de todas las iniquidades y los pecados que podemos tener ignorando su
palabra, él te bendecirá.
El Señor a través del Espíritu santo, de su palabra te da las herramientas para que puedas
perseverar de manera que logres forjar el carácter de Cristo y puedas recibir de la gracia y la
gloria que Él tiene para ti.
Dentro del pueblo de Dios, hoy día se ve la falta de temor a Dios, ya que cometemos los
pecados sin ni siquiera darnos cuenta. Así que Dios está llamando a un pueblo a que le sirva sin
mascaras en el corazón, que se conviertan del mal camino que están, por causa de la iniquidad;
que saquemos toda la contaminación que tenemos porque la iniquidad opera en nosotros.

Entonces si cumplimos con estas condiciones, Dios nos dice: Yo lo escucharé desde el cielo,
perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
Cuando Dios habla en este pasaje bíblico, de que él escuchara desde el cielo, perdonará nuestros
pecados y restaurará nuestra tierra, hay algo importante que el pueblo de Dios debe conocer y es
que mientras estemos llenos de iniquidad las bendiciones nos llegan pero no nos duran. Ya que
Usted puede estar luchando con algún pecado, y lo deja por un tiempo, pero en algún momento
vuelve a caer en el mismo pecado o en otro peor.
Entonces hasta que usted no ataque la raíz del problema que es la iniquidad, no podrá caminar
en plenitud y libertad, debe desarraigarla y renunciar a las maldiciones generacionales que
consigo trae la misma.
Una vez que Usted renuncie a ellas, Dios escuchará su clamor por ser libre de estas maldiciones
que nos aquejan y nos tienen atados al enemigo, nos dará el perdón a causa de nuestro
arrepentimiento y nos restaurará trayendo bendiciones que se posaran en nosotros, las cuales
siendo libres de iniquidad tendrán un lugar donde quedarse adheridas.
Debemos examinarnos diariamente, y actuar pidiéndole perdón a Dios y esforzarnos por
cambiar nuestra manera de vivir para parecernos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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