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¿Qué implica para un tomador de decisiones que información debe contar? ¿Qué
elementos debería conocer del problema? ¿Qué tipo de decisiones enfrenta que tenga
información más simple? ¿Eso implica que su decisión no dará resultados deseados?

La información con la que cuente un tomador de decisiones para analizar la alternativa de


acción, aplicable a cierta situación problemática, configura un aspecto de suma importancia;
pues si no se conoce de manera detallada el contexto, las implicancias y consecuencias de su
decisión se corre el riesgo de equivocarse y generar perdidas para la compañía.

Por lo que antes de tomar una decisión se deberían conocer ciertos elementos puntuales del
problema como: Las alternativas de solución y los criterios para la toma de una decisión;
además para el análisis de estas alternativas deberá tomar en cuenta: los cálculos del valor
esperado, la varianza y la desviación estándar; ya que estos son datos que pueden ayudar al
tomador de decisiones a entender las características del problema en estudio, permitiéndole
comprender incertidumbres inherentes al problema. Generando a largo plazo que el tomador
de decisiones que cuente con toda esta información desarrolle una mejor comprensión de la
situación problemática para así encaminarse hacia nuevas y mejores decisiones.

Por otra parte, existen decisiones en las que el gerente se enfrenta a información simple,
siendo ejemplo de ello situaciones en las que dicho tomador de decisiones tiene poca
confianza en su capacidad para evaluar las probabilidades, o en que un simple análisis del
mejor y del peor caso es conveniente. Sin embargo, ello no significa que su decisión no dará
resultados deseados, sino que por el contrario requerirá una mayor precisión al analizar la
información que verdaderamente ayudará a tomar la mejor alternativa de solución.
Resaltando también que no se debe olvidar en este contexto la posibilidad de riesgos en la
toma de decisiones, pues incluso cuando se ha realizado un análisis de decisiones minucioso,
los eventos futuros inciertos vuelven incierta la consecuencia final

Vélez Evans, María Isabel (2006). El proceso de toma de decisiones como un espacio para el
aprendizaje en las organizaciones. Revista Ciencias Estratégicas, 14(16),153-169.[fecha de
Consulta 5 de Abril de 2022]. ISSN: 1794-8347. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=151320326003
Bernal, J. C. (2016). Estudio sobre el proceso de toma de decisiones durante la fase
conceptual del diseño de producto. IconoFacto, 12(19) http://usat.lookproxy.com/scholarly-
journals/estudio-sobre-el-proceso-de-toma-decisiones/docview/1936092812/se-2?
accountid=37610

Anderson, D., Sweeney, D., & Williams, T. (2011). Métodos cuantitativos para los negocios.
México: Cengage Learning Editores.

Concuerdo con la respuesta de mi compañero, pues tal y como se ha analizado, cada uno de
los métodos presenta ciertas ventajas y riegos que deben ser evaluados al momento de tomar
una decisión. Sin embargo, la elección del método recaerá en la personalidad que tenga el
tomador de decisiones y la situación en la que se encuentre, tomando en cuenta también los
resultados que busque obtener y el temple con el que se evalúe la eficacia de uno de los
métodos respecto a los demás; por ejemplo, para el método Maxi Max - Maxi Min, los modelos
numéricos dependen en gran medida de la personalidad del decisor, ya sea que este tome un
enfoque optimista o uno pesimista, mientras que el modelo de arrepentimiento se originará
por la intranquilidad o arrepentimiento del decisor ante una decisión, teniendo como finalidad
reducir en su máxima expresión este riesgo. Por lo que se puede afirmar que el papel que
juega el tomador de decisiones en este contexto es de suma importancia pues su actuar y las
elecciones que este desarrolle basado en la información con la que cuente generará resultados
positivos o negativos que tendrán impacto en la organización que se dirija.

En condiciones de incertidumbre, el decisor no posee entendimiento de los resultados de


ninguno de los estados de la naturaleza. Además, es costoso obtener la información elemental.
En tal caso, la elección es dependiente netamente del tipo de personalidad que tenga el
decisor, como resultado el peligro es bastante elevado. Todos los modelos en condiciones de
incertidumbre resultan adecuados en situaciones en las cuales el decisor tiene escasa
confianza en su capacidad para juzgar las probabilidades de los múltiples estados de la
naturaleza, no existe un experto que haga esta labor. Además, sirven en situaciones en las que
es deseable tener en cuenta el estudio del peor caso o del mejor, independientemente de su
posibilidad de ocurrencia.
Método MaxiMax y MaxiMin: Estos modelos matemáticos se fundamentan en la personalidad
del decisor, ya sea que éste adopte una postura optimista o pesimista en el momento de
decidir.
El criterio optimista siempre piensa que se le presentará la mejor alternativa, es decir, escogerá
el máximo entre los máximos. Arriesga mucho.
Este modelo busca la estabilidad en la toma de elecciones, debido a que trata a todos los
eventos con la misma posibilidad de ocurrencia, en otras palabras, se busca sacar el promedio
de todos los probables resultados para cada opción. En la situación de utilidades, se escoge la
elección que arroje el mayor costo y una vez que la información es de precios, se escogerá el
menor.

Método Hurwicz:  
Este modelo además se ve perjudicado por la personalidad del decisor y parte de tomar un
coeficiente de optimismo a que puede alterar entre 0 y 1, cuanto más grande el costo de a, más
grande optimismo (menor pesimismo); y a menor valor de a, más grande pesimismo (menor
optimismo).
Método Savage (Modelo del Arrepentimiento o Costo de Oportunidad):
Normalmente una vez que un decisor se inclina por una elección y no se encuentra
enteramente seguro, le llega un sentimiento de intranquilidad (arrepentimiento) por no haber
escogido alguna de las demás posibilidades, el criterio de Savage busca reducir el
arrepentimiento y recomienda armar una nueva tabla, que se llama de arrepentimiento o de
pérdidas, de donde se escogerá la elección que menores pérdidas le logre traer al decisor de
entre las máximas que podrían suceder (MiniMax).

Concuerdo con la respuesta, pues tal y como se afirma, el valor esperado representa la
valoración promedio de diversas posibles valoraciones correspondientes a una misma variable
o alternativa de solución, convirtiéndose en un referente de valoración a “largo plazo”
respecto a una variable aleatoria, que si bien no es el número exacto que se asumirá en el
siguiente ejercicio, para algunos gerentes este es un indicador de apoyo para la toma de
decisiones. Sin embargo, para otros gerentes o tomadores de decisiones, dicho rango de
imprecisión los lleva a optar por diferentes opciones como métodos no probabilísticos a través
de los cuales pueden analizar un perfil de riesgo que les brinde un panorama más completo de
las consecuencias que pueden generarse a partir de la elección de cierta alternativa de
solución. Por lo que en este contexto la decisión de elección respecto a un método u otro
dependerá en gran medida de la percepción del tomador de decisiones y el proceso con el que
este se sienta más cómodo para evaluar las alternativas y variables correspondientes a las
mismas, trabajando en todo momento con el mismo objetivo que es obtener el máximo
beneficio y reducir el riesgo de una futura decisión.

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