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Separación de Pangea
Pangea inició su descomposición a mitad del período Jurásico (hace 201-145 millones de años),
cuando sufrió una grieta que abarcaba desde su océano interior (Tetis) hasta lo que sería luego el
Pacífico este.
Así se separaron la actual Norteamérica de África, generando abundantes fallas que a su vez dieron
origen al río Mississippi, y a un nuevo océano: el Atlántico norte, que inició un agrandamiento hacia
el sur que le tomó varios millones de años. Al mismo tiempo, Laurasia inició un movimiento que
cerró el mar de Tetis y África padeció una serie de grietas que luego dieron origen al Océano Índico.
Posteriormente, durante el período Cretácico (hace 140-150 millones de años), el supercontinente
Gondwana se dividió en cuatro continentes nuevos: África, Sudamérica, India y la
Antártida/Australia. De esta última, Nueva Zelanda y Nueva Caledonia iniciaron pronto su vida
independiente, como islas, durante el Cretácico tardío.
Finalmente, a inicios de la Era Cenozoica (períodos Paleoceno y Oligoceno), Eurasia se separó de
Groenlandia y Norteamérica, abriendo el mar Noruego hace unos 60 millones de años. La expansión
de los océanos Índico y Atlántico prosiguieron, Australia se separó entonces de la Antártida y se
desplazó hacia el norte, mientras que esta quedaba en su lugar actual en el polo sur.
Así se dio origen también a la corriente circumpolar, que recorre el espacio libre entre la Antártida,
África y Sudamérica. Hace unos 35 millones de años, India chocó con Asia y formó los Himalayas.
Los continentes finalmente se aproximaron a su posición actual, por lo que podría decirse que vivimos
en la época final de la separación de Pangea.
Teoría de la deriva continental
Esta teoría es la explicación que en 1912 enunció Alfred Wegener para explicar la formación y
ubicación actual de los continentes. Fue demostrada y explicada propiamente gracias al desarrollo en
1960 de la tectónica de placas.
La formulación de esta teoría inicial se basó en el hecho de que los continentes encajan entre sí como
piezas de puzzle, y de que la distribución geológica y del registro fósil evidencian importantes
semejanzas en las regiones que alguna vez estuvieron en contacto, como la costa este sudamericana y
la costa oeste africana, donde pudo hallarse el mismo tipo de fósiles vegetales y animales.
En su tesis original, Wegener supuso que los continentes se desplazaban muy lentamente sobre una
capa más viscosa y densa de la Tierra, la misma que conformaba los suelos oceánicos y se prolongaba
bajo los continentes. Este concepto suponía unas enormes fuerzas de fricción que Wegener no supo
explicar y ello motivó el rechazo de sus teorías en el momento.
Hoy en día, en cambio, sabemos que son muy cercanas a la realidad tectónica del planeta, y que las
capas superiores de la litósfera se desplazan sobre las capas viscosas del manto, permitiendo así la
reconfiguración constante de la superficie terrestre de nuestro planeta.