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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA PENAL PERMANENTE


R.N. Nº 5358-2006, AYACUCHO

Lima, dieciocho de octubre de dos mil siete.-

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Vocal Supremo Pedro


Guillermo Urbina Ganvini; el recurso de nulidad interpuesto por el
encausado Magno Sosa Rojas contra la sentencia de vista de fojas
doscientos setenta y nueve, del diez de octubre de dos mil seis, que
confirmó la sentencia condenatoria de primera instancia de fojas ciento
cuarenta y cinco, del veintitrés de agosto de dos mil seis; de conformidad
con lo dictaminado por el señor Fiscal Supremo en lo Penal;
y CONSIDERANDO:

Primero: Que el encausado Sosa Rojas en su recurso formalizado de


fojas doscientos noventa y uno alega que no reconoció haber publicado
frases difamatorias, que cumplió con difundir información creíble,
acreditada y de carácter público, que actuó en ejercicio de su derecho a
la libertad de expresión, el cual prevalece ante el derecho al honor del
querellante, que no obró con  animus difamandi o injuriandi, que las
expresiones vertidas no tienen contenido difamatorio, ofensivo y vejatorio
con entidad suficiente para lesionar el honor del querellante, que la
conducta que se le imputa no es antijurídica ni lesiona el bien jurídico
protegido, y que publicó hechos que venían sucediendo, los cuales no
fueron desmentidos por la Sala Penal.

Segundo: Que se imputa al encausado Sosa Rojas que, en su calidad de


Director de la revista Horas de Lucha, publicó frases ofensivas en
perjuicio del querellante Oscar Tineo de la Cruz (Alcalde de la
Municipalidad Provincial de Cangallo – Ayacucho), en sus ediciones
números diecinueve (de fecha veintisiete de noviembre de dos mil tres) y
veinte (de fecha siete de diciembre de dos mil tres).

Tercero: Que si bien el querellante es un personaje público (Alcalde


Provincial), las expresiones publicadas contra él (matoncito de poca
monta, enano erótico o bruto por naturaleza) no inciden en la esfera
pública de su actividad, carecen de interés público y tampoco importan
una crítica política (justificada en virtud a los principios del pluralismo
democrático); que se trata de frases objetivamente injuriosas e insultos
vejatorios, que están desconectadas de una finalidad crítica o
informativa, y son innecesarias para expresar un pensamiento o idea en
ese sentido.

Cuarto: Que en el caso de las expresiones corrupto, saqueador de puesto,


se apropió de caudales y autor de obras con robos, el encausado no
cumplió con el deber ex ante de veracidad de los hechos informados (no
se constató si eran verdad ni se tuvo diligencia para comprobar la
información publicada), y tampoco se efectuó ante actum una
verificación razonable –con datos objetivos e imparciales– de la
fiabilidad o viabilidad de la información o de la fuente de la que provino.

Quinto: Que de la valoración de los hechos y las expresiones


denunciadas como ofensivas se aprecia que el encausado Sosa Rojas, en
su calidad de Director de la revista Horas de Lucha, obró conociendo la
magnitud y ofensividad de las expresiones y, además, con un claro
menosprecio por la veracidad de lo informado (en la transmisión como
hechos verdaderos aquellos carentes de constatación), elementos de los
que se colige el dolo difamatorio requerido en el delito submateria.

Por estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia


de vista de fojas doscientos setenta y nueve, del diez de octubre de dos
mil seis, que confirmando la sentencia de primera instancia de fojas
ciento cuarenta y cinco, del veintitrés de agosto de dos mil seis, condenó
al encausado Magno Sosa Rojas como autor del delito contra el honor-
difamación por medio de prensa en agravio de Oscar Tineo de la Cruz a
dos años de pena privativa de libertad suspendida en su ejecución por un
año, bajo las reglas de conducta señaladas, y sesenta días multa a favor
del Estado, y fija en dos mil nuevos soles el monto por concepto de
reparación civil a favor del agraviado; con lo demás que contiene; y los
devolvieron.

S.S.
SALAS GAMBOA
SAN MARTÍN CASTRO
PRADO SALDARRIAGA
PRÍNCIPE TRUJILLO
URBINA GANVINI

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA PENAL TRANSITORIA
R.N. 2436-2011, UCAYALI

Lima, veintiocho de octubre de dos mil once.-

VISTOS: los recursos de nulidad interpuestos por la defensa técnica del


querellante Paúl Segundo Garay Ramírez y por el querellante Agustín
López Cruz contra la sentencia de vista de fojas setecientos noventa y
seis del veintisiete de julio de dos mil once que:

i) Confirmo la sentencia de fojas trescientos setenta y ocho del


diecinueve de abril de dos mil once, que condeno a Paúl Segundo Garay
Ramírez como autor del delito contra el honor – difamación cometida a
través de medio de comunicación social, en agravio de Agustín López
Cruz, imponiéndole doscientos días de multa, a razón del treinta y cinco
por ciento de su ingreso diario, haciendo un total de tres mil quinientos
nuevos soles por este concepto, a favor del estado, y fijo en la  suma de
veinte mil nuevos soles, el monto de la reparación civil, que deberá
abonar el sentenciado conjuntamente con el tercero civilmente
responsable, a favor del querellante;

ii) Revocó la misma sentencia en el extremo que impuso al referido


sentenciado tres años de pena privativa de libertad efectiva, la que se
computa desde el diecinueve de abril de dos mil once y vencerá el
dieciocho de abril de dos mil catorce; reformándola le impusieron la pena
privativa de libertad efectiva de dieciocho meses, la que desde el
diecinueve de abril de dos mil once, vencerá indefectiblemente el
dieciocho de octubre de dos mil once, vencerá indefectiblemente el
dieciocho de octubre de dos mil doce.
iii) Confirmó la resolución número cuarenta y cinco de fojas seiscientos
treinta y nueve del dieciséis de mayo de dos mil once, que declaró
infundada la nulidad procesal deducida por el querellado Paúl Segundo
Garay Ramírez; interviniendo como ponente la señorita Jueza Suprema
Inés Villa Bonilla; con lo expuesto por el señor Fiscal Supremo en lo
Penal.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: AGRAVIOS DE LAS PARTES.-

1. Agravios expresados por el querellado

1.1 El querellado Paúl Segundo Garay Ramírez, en su recurso


fundamentado a fojas ochocientos treinta y siete, concedido a fojas
ochocientos cincuenta y dos, alega lo siguiente:

a) Que se ha afectado el deber de motivación de las resoluciones


judiciales, en lo que se refiere a la acreditación del delito y su
responsabilidad penal limitándose a valorar como medio probatorio la
transcripción de un audio cuestionado.

b) Que no se ha acreditado la existencia de la emisora radial “La Exitosa»,


a través de la cual se habría propalado el contenido del audio ofrecido
como prueba de cargo;

c) Que no ha sido acreditada la difusión del audio agraviante;

d) Que el querellante no ha señalado con claridad el día, la hora ni la


radioemisora por la que se difundió el contenido del audio;

e) Que el accionante tampoco ha indicado cómo consiguió el audio ni las


circunstancias en que fue grabado, lo cual crea duda de su autenticidad;

f) Que no se ha establecido que la voz del audio sea suya, no siendo


suficiente la aseveración del querellante, más aún si en la diligencia de
transcripción no se dejó constancia que la voz que las partes escucharon
sea la suya, sólo se señala que se trata de una persona de sexo
masculino;

g) Que se ha amparado una sentencia dictada por un Juez recusado;

h) Que la Sala estuvo conformada por Jueces Superiores que adelantaron


opinión, contraviniendo el debido proceso;

i) Que la pena impuesta resulta desproporcionada;

j) Que se ha afectado la previsibilidad o predictibilidad de las sentencias


judiciales, ligada directamente a la seguridad jurídica;

k) Que no se ha sustentado por qué es «altamente probable que el


recurrente pretenda volver a cometer otro delito de semejante naturaleza”
como se señala en la sentencia;

l) Que la sentencia existe una motivación aparente en cuanto se afirma su


peligrosidad social y su inclinación al delito;

m) Que la sentencia recurrida adolece de incongruencia en el extremo de


la reparación civil por cuanto no se han establecido sus condiciones
personales e ingresos económicos

n) que al momento de interponer su denuncia por difamación, el


querellante sólo cumplió con pagar una tasa judicial por ofrecimiento de
pruebas, aún cuando la querella fue dirigida contra el recurrente y la
emisora radial “La Exitosa» como tercero civilmente responsable; por lo
tanto, se ha incurrido en vicio procesal insubsanable, acarreando con ello
la nulidad de la sentencia así como de todo lo actuado desde la
calificación de la denuncia.

2. Agravios expresados por el querellante


2.1. Por otra parte, el querellante Agustín López Cruz, en su escrito
fundamentado a fojas ochocientos sesenta y uno, concedido a fojas
novecientos tres, sostiene:

a) Respecto al quantum de la pena: que la pena de tres años de privación


de libertad impuesta en la sentencia de primera instancia era
proporcional a la lesión al bien jurídico, la cual se fijó teniendo en cuenta
las condiciones personales del procesado (su conducta procesal
maliciosa), así como las circunstancias de comisión del delito, la
extensión del daño causado y los derechos de la víctima;

b) que con la modificación realizada en segunda instancia se está dando


un nefasto mensaje a la ciudadanía, pues una persona que comete
difamación agravada contra un funcionario público que ejerce la
magistratura, que dilata el proceso de manera maliciosa, no cumple con
presentarse a la lectura de sentencia, no muestra su arrepentimiento, se
burla y ofende a las autoridades judiciales y fiscales, no puede ser
premiado con una pena de dieciocho meses de privación de libertad;

c) que por el contrario, el mensaje de la sentencia de primera instancia,


dada a la ciudadanía, era de afirmación por el respeto a los derechos
fundamentales, especialmente a la dignidad de la persona humana,
sustrato del honor de las personas.

d) En lo atinente a la reparación civil: la resolución impugnada no


fundamenta debidamente la proporcionalidad del monto de la reparación
civil impuesta al querellado ni meritúa debidamente la participación del
tercero civilmente responsable en la comisión del delito.

e) que siendo el honor un bien invalorable y tomando en cuenta que la


ofensa ha sido divulgada por un medio de comunicación masivo, el
monto fijado no guarda proporción con la extensión del daño causado.

f) En cuanto a la inhabilitación: estando a que el ejercicio de la función de


periodista por parte del querellado se ha dado con “abuso de profesión»,
debe imponérsele la pena accesoria de inhabilitación para el ejercicio de
la profesión de periodista por el mismo tiempo que la pena principal.
SEGUNDO: CARACTERÍSTICAS DE LA PERSECUCIÓN PENAL POR
DELITO PRIVADO

3. Debe tenerse en cuenta que, según nuestro ordenamiento procesal


determinadas conductas delictivas, como las contempladas en los
delitos de difamación, merecen un tratamiento procedimental distinto al
ordinario -procedimiento de sumaria investigación, previsto en el artículo
trescientos catorce del Código de Procedimientos Penales- y exigen la
participación activa de la persona perjudicada, correspondiéndole a ésta
no sólo el acto procesal de postulación -es decir la titularidad de la
acción penal-, sino, además, el ofrecimiento de los medios de prueba
pertinentes que acrediten los hechos que afirma y el impulso del proceso.
Y es que, Conforme lo puntualiza el tratadista San Martín Castro aquí
“rige el principio de aportación y no el de investigación oficial en materia
de actividad probatoria”.

TERCERO: DEL THEMA PROBANDUM EN EL DELITO


DE DIFAMACIÓN POR MEDIO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

4. Conforme al tercer y último párrafo del artículo ciento treinta y dos del
Código Penal, la difamación se torna agravada por el medio empleado
cuando el agente actúa haciendo uso de medio de comunicación social
(vg. radio) para atribuir un hecho, cualidad, o conducta que pueda
perjudicar al honor del aludido. Tal agravante, según precisa SALINAS
SICCHA [2] se explica en que al difamarse a una persona haciendo uso de
dicho medio, aquél tiene un mayor e inmediato alcance, y, por tanto, la
desestimación o reprobación al ofendido será conocido por un mayor
número de personas. Es decir, un número incalculable de personas
conocerían los hechos, cualidades o conductas injuriosas, ocasionando
un enorme daño a la reputación o fama de la víctima. Por ende, la
magnitud del perjuicio personal que puede ocasionar al difamado, es lo
que al final de cuentas pesa para tener como agravante el uso de los
medios de comunicación social masivo.

5. Así, establecido en qué se funda el mayor injusto de los delitos de


difamación agravada, cometidos a través de medios de comunicación,
dada su estructura típica, la prueba requerida para crear certeza respecto
de la responsabilidad penal del querellado -en todos los casos- versará
necesariamente sobre los siguientes puntos:

I) La atribución a una persona de un hecho, una cualidad o una conducta


que pueda perjudicar el honor o la reputación del querellante, es decir, la
existencia de las afirmaciones o comentarios difamatorios.
II) La identificación plena del querellado como el agente difamante, es
decir como el autor de las afirmaciones o comentarios difamatorios.
III) La determinación inequívoca del medio de comunicación social
específico empleado por el agente para la comisión del delito.
IV) La forma y demás circunstancias en que se efectuó la difusión de las
firmaciones difamantes a través del medio de comunicación social,en
especial, la fecha exacta en que tuvo lugar
V) El dolo de dañar el honor y la reputación del querellante.

CUARTO: DE LA DENUNCIA DEL QUERELLANTE

6. Los hechos que se incriminan al querellado Paúl Segundo Garay


Ramírez conforme a la denuncia de parte presentada por el accionante
Agustín López Cruz a fojas diez, consisten en haberle realizado
imputaciones falsas en los meses de noviembre y diciembre de dos mil
nueve, en su programa radial “La voz del pueblo», que se transmitía en la
emisora “La Exitosa», de lunes a viernes de siete a ocho y de doce a trece
horas. Tales imputaciones consisten específicamente en lo siguiente:

a) Señalar que el querellante no se avoca a los casos contra autoridades


y funcionarios públicos en ejercicio por no pelearse con nadie y que
todos los deriva a la Fiscal Carmen De la Cruz.

b) Manifestar que el querellante afirmó: «he venido a hacer plata».

c) Referir que el querellante sostiene algún tipo de relación con una


supuesta agraviada o con la hermana de una agraviada en un proceso
tramitado en su Fiscalía.

d) Utilizar términos denigrantes y ofensivos contra el querellante,


tratándolo de “enano erótico» y “persona indeseable».
7. Posteriormente, mediante escrito de fojas ciento once, del nueve de
junio de dos mil diez -previo requerimiento del Juez Penal- el querellante
precisó que las fechas en que se divulgaron los comentarios que
denigraron a su persona se dieron entre el dieciséis de noviembre al
quince de diciembre de dos mil nueve.

8. Entre otros elementos de prueba, el querellante, básicamente, presentó


un audio y ofreció como medio probatorio la transcripción del mismo.

QUINTO: DE LA RÉPLICA DEL QUERELLADO

9. Paúl Segundo Garay Ramírez, por su parte, en su declaración niega


categóricamente tal hecho, señalando que únicamente ha realizado
críticas a la conducta funcional del querellante «respecto a un caso que
fe nía que ver contra el ex Director de Agricultura Carlos Mendoza Ayllón
por un agravio de ochocientos mil nuevos soles contra dicha institución
que realizó el funcionario en perjuicio del Estado; sin embargo, este
magistrado no procedía a denunciarlo», hechos que no guardan relación
con los que son materia de imputación en el caso de autos.

10. Asimismo, el querellado, refirió en su declaración -véase fojas


noventa- que laboró en radio “La Exitosa» desde el año dos mil seis hasta
diciembre de dos mil ocho y que desde enero de dos mil nueve trabaja en
radio “La Caribeña”; es decir, niega que en las fechas que alude el
querellante, haya estado conduciendo algún programa en la radio «La
Exitosa».

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA PENAL PERMANENTE
R.N. 3680-2010, Lima

Lima, veinticinco de abril de dos mil once.-

VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por la querellante Elizabeth


Amanda Palomino Córdova contra la sentencia de vista de fojas
cuatrocientos cuarenta y seis, del veintinueve de abril de dos mil diez, que
revoca la de primera instancia de fojas trescientos setenta y cuatro, del
dieciocho de setiembre de dos mil nueve y reformándola declara
infundada la tacha de documento interpuesta por la querellante, y
absolvió a Luis Vicente Díaz Vera y Vicente Aarón Díaz Olivos por el delito
contra el Honor en las modalidades de calumnia y difamación agravada
por medio de prensa en agravio de la recurrente; interviniendo como
ponente el señor Juez Supremo Villa Stein; con lo expuesto el dictamen
de la señora Fiscal Suprema en lo Penal; y

CONSIDERANDO

Primero: Que la querellante Elizabeth Amanda Palomino Córdova en su


recurso formalizado de fojas cuatrocientos sesenta y cinco argumenta
que la resolución impugnada no ha desvirtuado válidamente los
argumentos enunciados y sostenidos por el Juez Penal en la sentencia
condenatoria de fecha dieciocho de setiembre de dos mil nueve, en lo
que respecta a la tacha de los documentos cuestionados por ésta, no
siendo aplicable lo dispuesto por el numeral ciento treinta y cuatro del
Código Penal; asimismo, refiere que al establecerse que no existe delito
por cuanto no se aprecia frase difamatoria sobre un hecho, cualidad o
conducta que lesiona su honorabilidad en la publicación materia de la
presente denuncia, se evidencia una sería contradicción con lo
establecido en la sentencia de primera instancia.

Segundo: Que, se le imputa a ¡os querellados Luis Vicente Díaz Vera y


Vicente Aarón Díaz Olivos la comisión del delito contra el Honor en las
modalidades de calumnia y difamación agravada, en razón al
comunicado publicado por éstos en el diario Expreso con fecha veintiséis
de julio de dos mil ocho, en el cual señala «Los que abajo firmamos
ponemos en conocimiento del público en general que, personas
inescrupulosas conjuntamente con el señor Vicente Díaz Arce, han
falsificado nuestras firmas para transferir bienes inmuebles de nuestra
propiedad a favor de la firma Construcciones e Inversiones V y E S.A.C.,
hecho que comunicamos para que se abstengan de realizar contratos
comerciales con el Sr. Vicente Díaz Arce y su conviviente Elizabeth
Amanda Palomino Córdova». De esta forma los querellados habrían
atribuido a Vicente Díaz Arce actos no probados, y a su vez en forma
dolosa y premeditada habrían involucrado con nombre propio a la
querellante como presunta beneficiaría de las acciones dolosas que han
atribuido los querellados a su progenitor y abuelo, respectivamente, antes
mencionado.

Tercero: Que, a manera de introducción para que se configure el delito de


difamación agravada -por medio de prensa- previsto en el último párrafo
del artículo ciento treinta y dos del Código Penal, tienen que concurrir los
siguientes elementos: I) la imputación de un hecho, cualidad o conducta
que pudiera perjudicar el honor o la reputación de una persona, II) la
difusión o propalación de dicha imputación a través de un medio de
prensa, capaz de llegar a una gran cantidad de personas, y III) que exista
intención de vulnerar y maltratar el honor del querellante mediante las
aseveraciones descritas precedentemente sin que haya realizado alguna
labor de investigación sobre los hechos a los que se refirió, elemento que
la doctrina ha denominado el «ánímus difamondi«, constituyendo otra
circunstancia agravante, conforme lo estipula el segundo párrafo de este
mismo articulado, cuando la difamación se refiere a hechos previstos en
el artículo ciento treinta y uno de la aludida norma sustantiva; esto es,
cuando el agente, con la única finalidad de lesionar el honor, definido
como el derecho a ser respetado por los demás por el simple hecho de
constituir un ser racional dotado de dignidad personal, le atribuye,
inculpa, achaca o imputa a su víctima, la comisión de un hecho
delictuoso que es falso; en este sentido, el delito de calumnia se
encuentra subsumido como una circunstancia agravante del tipo penal
de difamación, por lo que el Colegiado Superior deberá determinar si
existe un aparente concurso de delitos, previo traslado a las partes para
que informen al respecto.

Cuarto: Asimismo, se advierte que el Tribunal de Instancia no efectuó una


correcta apreciación de los hechos ni valoró en forma debida el material
probatorio existente; que además, indebidamente justificó la
irresponsabilidad penal de los encausados, especialmente si se tiene en
cuenta que los procesados Díaz Vera y Díaz Olivos han reconocido haber
mandado a publicar el comunicado obrante a fojas dieciséis, en el que
aparece el siguiente texto: «Los que abajo firmamos ponemos en
conocimiento del público en general que, personas escrupulosas
conjuntamente con el señor Vicente Díaz Arce, han falsificado nuestras
firmas para transferir bienes inmuebles de nuestra propiedad a favor de
la firma Construcciones e Inversiones V y E S.A.C., hecho que
comunicamos para que se abstengan de realizar contratos comerciales
con el Sr. Vicente Díaz Arce y su conviviente Elizabeth Amanda Palomino
Córdova», en la cual se puede apreciar que se le atribuye a la querellante
Elizabeth Amanda Palomino Córdova de manera directa que estaría
involucrada con su esposo Vicente Díaz Arce en actos ilícitos -acciones
ilegales que solo se le atribuyen a su esposo-, sin otorgar ninguna
justificación -habiéndose ya judicializado los conflictos de interés entre
los querellados y el señor Díaz Arce, en el cual podrían ejercer acciones
legales para salvaguardar sus derechos-, advirtiendo que existe un ánimo
de revancha en contra la referida querellante por ser la actual pareja del
padre y abuelo de los querellados.

Sexto: Que esta infracción de ninguna manera puede ser superada con


un raciocinio que al respecto se haga en esta instancia por cuanto el
recurso de nulidad está orientado a una revisión de lo primigeniamente
argumentado por el A –quo– lo que no ha sucedido en el presente caso:
que, en consecuencia, debe anularse la sentencia recurrida, conforme a la
facultad contenida en el artículo doscientos noventa y nueve del Código
de Procedimientos Penales -«La Corte Suprema, cualquiera que sea la
parte que interponga el recurso o la materia que lo determine, puede
anular todo el proceso y mandar rehacer la instrucción por el mismo u
otro juez instructor; o declarar solo la nulidad de la sentencia y señalar el
Tribunal que ha de repetir el juicio», concordante con el artículo
trescientos uno, último párrafo del mismo Código.

Por estos fundamentos: declararon NULA en la sentencia de vista las


cuatrocientos cuarenta y seis, del veintinueve de abril de dos mil, que
revoca la de primera instancia de fojas trescientos setenta y cuatro, del
dieciocho de setiembre de dos mil nueve y reformándola declara
infundada la tacha de documento interpuesta por la querellante, y
absolvió a Luis Vicente Díaz Vera y Vicente Aaron Díaz Olivos por el delito
contra el Honor en las modalidades de calumnia y difamación agravada
por medio de prensa en agravio de Elizabeth Amanda Palomino Córdova:
MANDARON que otro Colegiado Superior emita pronunciamiento
conforme a ley, teniendo en cuenta la parte considerativa de la presente
ejecutoria Suprema; y los devolvieron.-

S.S.
VILLA STEIN
RODRIGUEZ TINEO
PARIONA PASTRANA
NEYRA FLORES
CALDERÓN CASTILLO

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA PENAL TRANSITORIA
RN 3356-2013, APURÍMAC

B.- Es así, que desde los días veintitrés de marzo al tres de abril de dos
mil once, en los marcos de una discrepancia respecto a la legalidad de
las antenas y a la performance de la administración del Alcalde, el
encausado Chaparro Quispe, en su programa radial, desde las seis a las
ocho horas y treinta minutos, propaló expresiones ofensivas contra el
agraviado, llegando a tildarlo de “vago”, “fracasado”, “imbécil”, “burro”,
“analfabeto”, “sinvergüenza”, “muerto de hambre”, “arrastrado”, “vividor”,
“delincuente” “lamber”, “hijo de Satanás”, “tarado mental”.

C.- De igual manera, el día veinticuatro de marzo de dos mil once, cuando
el agraviado Tuero Cabrera transitaba por la avenida Grau, de la ciudad
de Chuquibambilla, se cruzó con el encausado Chaparro Quispe, quien,
luego de decirle que ya había puesto la denuncia en su contra y que su
queja no lo perjudicaría, lo insultó pues profirió epítetos como los de
“burro”, “hijo de Satanás” e “imbécil”.

TERCERO. Que, ahora bien, la diligencia de audición de la cinta


magnetofónica corre a fojas ciento cincuenta y ocho. Allí aparece que, en
cuatro partes, de la misma, se escuchan los términos antes referidos, de
claro contenido ofensivo -también se escuchan los términos: “diablín”,
“tapón de corrupción”, “predicador del diablo”-. La voz que allí aparece
corresponde al imputado, como consta de la pericia física de audio de
fojas doscientos ochenta y cinco.

Esas frases ofensivas han sido expresamente sostenidas, primero, por el


agraviado Tuero Cabrera en su preventiva de fojas ciento trece; y,
segundo, por los testigos Pumacayo Cuellar y Bautista Ferro, quienes
escucharon en la radio del imputado esas ofensas verbales -el primero
incluso señaló que llamó la atención al encausado por utilizar su radio
para esos fines y no para educar e informar a la población-.

Por otro lado, el imputado Quispe Chaparro insiste en el móvil político de


la querella, pues el agraviado es relacionista público en la Municipalidad
Provincial de Grau y lo criticó que para la instalación de las antenas de su
radio utilizó bienes municipales, pero no lo ofendió. El día veinticuatro de
marzo de dos mil once no lo encontró en la ciudad [fojas ciento cincuenta
y tres]. Los testigos de descargo Loayza Mariaca y Vargas Rojas de Baca
dicen que con el agraviado se insultaron mutuamente. La última
reconoce que el imputado le dijo al agraviado “vago”, “fracasado”,
“imbécil”, “burro” [fojas doscientos uno y doscientos seis].

CUARTO. Que es evidente que el imputado en el ámbito de una posición


política municipal contraria a la del agraviado, y por razones de la
instalación de antenas con motivo de las exigencias de la legislación
sobre comunicaciones de televisión, no sólo criticó esa línea política y
conducta asumida por el agraviado al utilizar presuntamente bienes
municipales, sino que además lo insultó con palabras y frases lesivas a
su honor y reputación. Esas frases y palabras son evidentemente
ofensivas. No hacen falta mayores digresiones al respecto. Los delitos de
difamación agravada e injuria están acreditados.

La realidad de las ofensas se prueba no sólo con la diligencia de audición


de cinta magnetofónica del programa radial del imputado, sino también
con la prueba pericial y la prueba testifical antes citada. Incluso, los dos
testigos de descargo mencionan las ofensas. Es verdad que estos
últimos expresan que el agraviado también insultó al imputado, pero aun
cuando fuera cierto ello no disculpa la conducta del imputado pues no se
trata de una actitud que expresa un ánimo de defensa sino de contra-
ataque a la posición del contrario.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA


SALA PENAL PERMANENTE

RN 1102-2019, Lima

QUINTO. Que las frases emitidas por el encausado Said Montiel son


patentemente ofensivas. Denotan un ánimo marcadamente difamador.
Decir a una persona, a través de una red social, de acceso público –quien,
por lo demás, es un personaje público–, que es un “corrupto” y, además,
una “basura”, a propósito de la queja de un ciudadano, por lo que
consideró una atención indebida de la aerolínea que dirige el agraviado,
no tiene justificación ni exculpación alguna, ni siquiera tiene vínculo
causal con la queja pública del cliente de Lan Perú, y permite sostener
que buscó una minusvaloración del honor y reputación de la víctima.

∞ El dolo, como elemento subjetivo, se advierte de las propias


expresiones escritas utilizadas y del contexto en que se dijeron –el hecho
psicológico o interno se prueba mediante prueba por indicios –. Afirmar
sin más que, como persona, se es corrupto y una basura es una ofensa
manifiesta o palmaria. Más allá de lo impropio de la teoría de los animus
para excluir el elemento subjetivo en el delito de difamación, lo esencial
es determinar la intención ofensiva desde los términos utilizados por el
agente activo y el contexto en que se expresaron.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


PRIMERA SALA PENAL TRANSITORIA
R.N. N° 4236-2007, CUSCO
Tercero: Que, para que se configure el delito de difamación agravada es
necesario acreditar que el querellado actuó con ánimo doloso de dañar el
honor de la querellante; así estamos ante un tipo penal de tendencia, es
decir, se exige en el sujeto activo una peculiar intención o ánimo, el
llamado  animus difamandi; sin embargo, como delito de tendencia,
desaparece la ilicitud del acto cuando se ejecuta con otra intención
distinta a la de difamar como es el animus narrandi, el informandi,
el corrigendi, entre otros.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA PENAL PERMANENTE
R.N. 4446-2006, Tumbes

Cuarto: Que la aplicación de la exceptio veritatis (artículo ciento treinta y


cuatro del Código Penal), a efectos de conducir a la exención de la pena,
está condicionada -entre otros supuestos- a que el querellado pruebe el
hecho, cualidad o conducta (denunciados como difamatorios) que le
atribuye a un funcionario público (querellante) referidos al ejercicio de
sus funciones; que el objeto de acreditación en la exceptio veritatis, para
que, no obstante la lesión del honor del funcionario público, despliegue
sus efectos eximentes, debe ser la concreta imputación atribuida al
querellado; que en el presente caso si bien el querellado Silva Gallo
presentó prueba instrumental sobre investigaciones realizadas al
querellante por irregularidades e ilícitos funcionales, aquella no tiene
aptitud para acreditar la veracidad de la específica imputación objeto de
proceso (esto es, que el querellante estafó a tres mil trescientos
agricultores cuando era asesor del Proyecto Especial Binacional Puyando
Tumbes) ni, por ende, conducir a la exención de la pena.

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