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Armas policiales se usaron en la mayoría de muertes de “Los Cachiros”

27 Mar, 2017 - 7:00 am


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*** Patrones del “zar antidrogas” y Landaverde son similares.


*** Disparos fulminantes en la cabeza y hasta 45 perforaciones de bala.
*** El tipo de armas más utilizados fueron tipo fusil calibres 5.56X45, 7.62X39, 51 40
automáticas, AK-47, AR15 5.46X45MM, pistolas 9mm, subametralladora y
calibre .40/10mm.
*** Las torturas en algunos casos fueron como “la firma de los criminales”, de quienes se
desconoce sus paraderos.
*** Los cuerpos en Colón, no se les practicó autopsias porque familiares no permitieron ni
facilitaron el proceso legal.
La mayoría de los homicidios encomendados a sicarios por parte de la organización criminal
“Los Cachiros” fueron de personas que estaban, la mayoría, ligadas directa o indirectamente a
la criminalidad organizada, común y narcotráfico, con algunas excepciones, según el historial
de cada caso e investigaciones preliminares, concluyentes y otras no completas aún por parte
de los operadores de justicia hondureños.
El tipo de arma utilizado por los sicarios en todos los crímenes fueron tipo fusil calibres
5.56X45, 7.62X39, 51 40, armas automáticas y semiautomáticas, como AK-47, pistolas
9mm, subametralladora y calibre .40/10mm.
Según las escenas de crimen que se detallan en las investigaciones preliminares de la Policía
Nacional y Ministerio Público (MP), en todos los homicidios, los atacantes se acercaron a sus
víctimas para estar seguros de que las heridas fuesen mortales, las remataron a corta y larga
distancia.
Asimismo, según expedientes investigativos, los lugares en donde ocurrieron los crímenes no
fueron en zonas alejadas ni desoladas; sino en las propias colonias de residencia de las
víctimas, adentro de sus casas y adentro de sus propios vehículos y hasta cercanos a sus
lugares de trabajo.
Muchas de estas víctimas también fueron ahorcados, asfixiados, presentaban traumas
contusos (golpes directos con objetos romos sin filo) y lesiones por tortura, siendo el proceso
de identificación más utilizado por medio de huellas dactilares e indicios visibles y
documentales por parte de sus familiares, según dictámenes en el Centro de Medicina Legal y
Ciencias Forenses.

Este tipo de armas y calibres fueron los utilizados por los sicarios contratos por “Los
Cachiros” para dar muerte a unas 78 personas.

LAS EXCEPCIONES
Luego de que el líder del cartel de “Los Cachiros”, Devis Leonel Rivera Maradiaga,
confesara la participación de esta banda criminal en al menos 78 crímenes y se publicara la
lista en exclusiva en LA TRIBUNA, se conoció por parte de algunas fuentes policiales y
fiscales que los decesos en su mayoría fueron de personas que tuvieron contactos con ellos,
enemistades, asuntos personales, relacionados a negociaciones o pactos violados, y en menor
cantidad relacionadas a la obstaculización de la justicia que pudiera desarticularles.
Ejemplo de estos casos, que representaban “una piedra” en los zapatos de “Los Cachiros”
fueron los homicidios ordenados por sicariato en contra del “zar” antidrogas, Julián Arístides
González (8 de diciembre de 2007), el asesor contra el narcotráfico, Alfredo Landaverde (7
de diciembre de 2011) y la jueza de Sentencia, exasesora de la Secretaría de Obras Públicas y
Transporte (Soptravi, durante la administración de Rosario “Saro” Bonano), Judith Alemán
Banegas (7 de noviembre de 2011).
El extitular de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN), Julián Arístides
González Irías, fue asesinado por policías sicarios que seguían las órdenes de altos jefes
policiales y estos a su vez de la banda de “Los Cachiros”, asimismo a Gustavo Alfredo
Landaverde Hernández, quien unos días atrás había revelado que fueron policías coludidos
con narcotraficantes los que habían matado al “zar” antidrogas, sin saber que ese cartel
también ordenaría su muerte unos días después.
Ambos crímenes siguieron el mismo patrón criminal, además de armas y calibres de uso
policial y militar, según expedientes de los que LA TRIBUNA publicó en exclusiva el 7 de
abril de 2016 y en fechas posteriores a los asesinatos.

En el caso de la jueza, Alemán Banegas, primero sufrió un atentado criminal el 6 de junio de


2008, pudo salvar su vida a pesar de recibir cinco de 14 disparos que sujetos a bordo de un
pick-up le infirieron a la camioneta en la que se conducía rumbo a su casa en Lomas del
Guijarro, cerca del Ministerio Público (MP), en donde fue asesinada tres años después.
Cuando sobrevivió al atentado, Alemán Banegas, igual que Arístides González y Landaverde,
denunció confabulaciones de policías, jueces y fiscales con bandas del crimen organizado y
narcotráfico, la diferencia es que ella manejaba varias hipótesis de su atentado, como “una
mafia” de jueces y fiscales que fueron destituidos en La Ceiba y Roatán, donde ella litigaba.
La otra hipótesis por trabajos que desempeñó como asesora jurídica de Soptravi, hoy
conocida como Insep y que le pudieron haber generado enemistades por su actuar ante la ley.
Rechazó tajantemente una tercera hipótesis que la Policía había hecho pública en ese
entonces, sobre un caso que llevó a tribunales siendo una de las abogadas del cubano
norteamericano, Mario Del Amico, quien reclamaba la propiedad de un lote de armas
embodegadas desde 1986 en las bodegas del Comando de Apoyo Logístico (CALE) en Naco,
Cortés, en la región norte. Su defendido no le habría pagado los honorarios (1.8 millón de
dólares), información que ella dijo no había sido sujeto de atentado.

Este tipo de armas y calibres fueron los utilizados por los sicarios contratos por “Los
Cachiros” para dar muerte a unas 78 personas.
Finalmente en los tres casos de los servidores de la seguridad y justicia, se lograron las
capturas de la mayoría de los sicarios, autores materiales de los crímenes, quienes confesaron
haber recibido dinero “por el encargo”, y la información sobre los autores intelectuales ha
sido escueta, tanto en los archivos policiales como en los del MP, durante esas fechas.
Incluso después que dieron muerte a la jueza de reconocida militancia en el Partido Liberal,
Judith Alemán Banegas, varios miembros de su familia fueron amenazados a muerte. Para el
caso El 7 de enero de 2017, en La Ceiba, en hechos distintos ocurridos en los departamentos
de Colón y Atlántida fueron asesinados el abogado Marlon Banegas Lazo (55) y el
empresario Julio César Alemán Banegas (64), ambos primos y muy reconocidos en Tocoa,
Colón.
Julio César Alemán Banegas, hermano de la jueza, quien tenía medidas de protección del
Estado, fue encontrado muerto adentro de una bolsa de plástico en una calle de la colonia Los
Laureles, en Tocoa. La víctima tenía las manos atadas, presentaba un trauma contuso en el
cráneo, el cual fue provocado con un objeto romo, según el dictamen forense en ese entonces.
Al hermano de la jueza se le daba seguridad desde octubre de 2016, tras el asesinato de su
hijo, Fernando Alemán Banegas (33), homicidio perpetrado en el parqueo de la discoteca
Hibou, en La Ceiba. La mamá de Fernando, cuñada de la jueza y viuda de Julio César, se
había postulado como precandidata a la alcaldía de Tocoa, por el Partido Libre y lideraba en
ese entonces la Coordinación de Organizaciones Populares del Aguán (Copa).

En la lista de los crímenes proporcionada por uno de los líderes del cartel de “Los Cachiros”,
aparecen como víctimas el narcotraficante conocido como “El Gato Negro” Héctor Portillo,
un primo y sus guardaespaldas.

EXHUMACIONES EN LA FRANJA DEL NARCOTRÁFICO


Otros hallazgos en torno a los 78 crímenes de “Los Cachiros”, es que los casos de acuerdo a
dónde sucedieron y de dónde eran originarias las personas, sus ocupaciones, profesiones y
hasta afinidad política, trazan la ruta de la operatividad criminal de la banda desde los
departamentos de Olancho, Colón, Atlántida, Yoro, Cortés, Santa Bárbara, Copán y
Tegucigalpa.
Una particularidad es que a excepción de la capital, los crímenes ocurridos en los demás
departamentos, especialmente en “la franja del narcotráfico” ni siquiera fueron sujetos a
autopsias por los responsables forenses en ese entonces, y las que apenas sí pudieron hacer
reconocimientos de los cadáveres, los dictámenes son escuetos en las oficinas regionales de
Medicina Forense, en donde por si fuera poco, también se han extraviado otros dictámenes e
incluso los que estaban con mora, según fuentes de entero crédito en el MP.
Demás hallazgos respecto a las víctimas de “Los Cachiros”, los expedientes son escuetos,
incompletos, con mora investigativa desde la etapa policial, es decir que muchos fueron
conocidos por agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal( DNIC) en ese
entonces (hoy Dirección Policial de Investigación, DPI), quedaron en los archivos policiales
y fiscales en simples homicidios, producto de la delincuencia común, organizada,
narcomenudeo o sicariato, sin ahondar en las redes criminales, según información actual que
manejan fuentes policiales y fiscales no autorizadas que revelaron a este medio.

El crimen de la jueza Judith Alemán desencadenó una serie de homicidios de más de sus
familiares y amenazas a muerte de otros.
Tal es la situación, que ni en las morgues de Tegucigalpa, La Ceiba y San Pedro Sula, se
cuenta con expedientes detallados de varias de esas 78 muertes y sus respectivas autopsias, y
la mayoría ocurridos en la “franja del narcotráfico”, son enterrados por sus familiares y
amigos, sin que ni la Policía ni el MP puedan evitarlo, por lo que tras los entierros, los
investigadores se ven obligados a solicitar que sean los jueces quienes ordenen las
exhumaciones para poder no solo identificar a los cadáveres, sino que seguir con el proceso
investigativo. Al consultar sobre la cantidad de casos en las que se practicaron pruebas de
ADN, no se obtuvo respuesta por las autoridades forenses actuales.
Pero, según expedientes del MP y Policía Nacional, en varios de esos homicidios (ordenados
por “Los Cachiros”, 78), hubo víctimas que resultaron ser choferes, acompañantes,
guardaespaldas, familiares y amigos ubicados en el preciso momento en que la misión de los
sicarios era acabar con la vida de determinada persona y no de quienes se encontraban en el
entorno, o que por el hecho de haber visto el crimen, posteriormente se convirtieran en un
testigo o eslabón de la justicia.
14 casos están autopsiados

A continuación algunos casos registrados oficialmente en Tegucigalpa, de la lista de


los 78 de “Los Cachiros”:

1.- Héctor Amador Portillo, 47 años (“El Gato Negro”)


*El cuerpo fue autopsiado el 19 de abril de 2010
*Encontrado el 12 de abril de 2010, en la comunidad de Los Plátanos, Danlí, departamento
de El Paraíso
*Identificado por medio de huellas dactilares
*Causa de muerte: Laceración cerebral, manera de muerte homicida
*45 impactos de bala en todo el cuerpo
*Torturado (atado de pies y manos, rostro completamente desfigurado)
*Escena del crimen entre 70 y 100 casquillos de diferentes calibres.

2.- Judith Juventina Alemán Banegas, 57 años (jueza de Sentencia)


*Asesinada el 9 noviembre de 2011 a inmediaciones de la residencial Lomas del Guijarro
de Tegucigalpa.
*Identificada reconocimiento familiar, métodos indiciarios en autopsia
*Causa de muerte: Desangramiento, manera de muerte, homicida.
*13 impactos de bala, escena del crimen al menos 70 impactos de balas de diferentes
calibres.

3.- Ángel Enrique Vásquez Hernández 42 años (conductor jueza)


*Asesinada el 9 noviembre de 2011 a inmediaciones de la residencial Lomas del Guijarro
de Tegucigalpa.
*Identificada reconocimiento familiar, métodos indiciarios en autopsia
*Nueve impactos de bala
*Causa de muerte, múltiples heridas por arma de fuego (tórax)

4.- Karol Waleska Guardado Matamoros, 23 años (acompañante de jueza)


*Asesinada el 9 noviembre de 2011 a inmediaciones de la residencial Lomas del Guijarro
de Tegucigalpa.
*Identificada reconocimiento familiar, métodos indiciarios en autopsia
*6 heridas en su cuerpo a corta y larga distancia

5.- Freddy Alexis Osorto Sánchez, 29 años (primo de “El Gato Negro”)
*Asesinado el 9 noviembre de 2011 a inmediaciones de la residencial Lomas del Guijarro
de Tegucigalpa.
*Reconocimiento familiar, métodos indiciarios en autopsia
*Múltiples heridas penetrantes en Tórax con laceración de órganos principales
*Murió en colonia Las Hadas
*16 impactos de bala

6.- Marco Antonio Reyes Cruz, 24 años (guardaespaldas de “El Gato Negro”)
*Encontrado el cuerpo en “La Montañita”, carretera hacia Danlí
*Causa de muerte: Laceración cerebral, manera de muerte homicida
*Ajusticiado, disparo fulminante en la cabeza

7.- Santos Emilio Zúniga 22 años (guardaespaldas de “El Gato Negro”)


*Encontrado el cuerpo en “La Montañita”, carretera hacia Danlí
*Causa de muerte: Laceración cerebral, manera de muerte homicida
*Ajusticiado, disparo fulminante en la cabeza

8.- Daniel Alejandro Cruz Murillo, 25-30 años (guardaespaldas de “El Gato Negro”)
*Encontrado el cuerpo en “La Montañita”, carretera hacia Danlí
*Causa de muerte: Laceración cerebral, manera de muerte homicida
*Ajusticiado, 2 disparos en la cabeza

9.- Juan Ángel Paz 45-50 años (Guardaespaldas de “El Gato Negro”)
*Encontrado el cuerpo en “La Montañita”, carretera hacia Danlí
*Causa de Muerte: Laceración cerebral, manera de muerte homicida
*Ajusticiado, dos heridas de bala en la cabeza

10.- Andrés Misael Suazo Andrade 20 años (guardaespaldas de “El Gato Negro”)
*Encontrado el cuerpo en “La Montañita”, carretera hacia Danlí
*Causa de Muerte: Laceración cerebral, manera de muerte homicida
*Ajusticiado, un disparo fulminante en la cabeza

11.- Julián Arístides González Irías, 46 años (“zar” antidrogas/ DLCN)


* Acribillado en su vehículo 8 de diciembre de 2009, sicariato en motocicletas y vehículos
con respaldo policial a la redonda
* Tres heridas por arma de fuego a larga distancia, certeros en partes vitales
* Al menos once casquillos en escena del crimen
* Arma subametralladora 9mm
* en reiteradas ocasiones González le recomendó a Landaverde que al descubrir el
engranaje de la cúpula que estaba dedicada al contrabando de la droga, “limpieza” de
rivales y organización de distribución de la misma, lo mejor era entregarla a un equipo
especial del Estado y que este se encargara de buscar las pruebas.

12.- Gustavo Alfredo Landaverde Hernández (asesor antinarcotráfico)


* Asesinado 7 de diciembre de 2011
* Tres heridas de arma de fuego a larga distancia en partes vitales del cuerpo
* Reveló en un programa televisivo quienes pudieron haber asesinado al “zar”
* Sicariato en motocicletas y vehículos con respaldo policial a la redonda.

13.- Claudio Rigoberto Méndez Acosta, 61 años (ganadero, dirigente del Partido
Nacional, esposo de viceministra de Riesgo Población de las Secretaría de Salud,
Mirna Paz)
* 11 de octubre de 2012, barrio El Perú, frente a gasolinera en San Esteban, Olancho
* Causa de muerte: Laceración cerebral, tipo de muerte homicida
* 6 heridas en la cabeza, cuello y tórax por arma de fuego
* La Fiscalía acusó y presentó requerimiento fiscal en contra del diputado liberal por
Olancho Fredy Renán Nájera Montoya, por los delitos de asesinato y asesinato en su grado
de ejecución de tentativa, tras conocer un informe policial.

14.- Aníbal Barrow (comunicador social en SPS, ocurrido en la zona norte)


* Asesinado el 24 de junio de 2014 y encontrado su cuerpo el 4 de julio de ese mismo año
en avanzado estado de descomposición y desmembrado casi completamente, después de
haber sido incinerado, su cabeza fue desprendida y lanzada en otro lugar.
* El cadáver estaba al interior de una laguna, ubicada en una invasión de terreno, atrás de
la colonia El Siboney en zona de Dos Caminos, en San Pedro Sula.
* Según investigaciones policiales un “poderoso narcotraficante” había pagado entre 300
mil a 400 mil lempiras a José Hernán Díaz, alias “El Choco”, para que este ejecutara el
macabro plan, según la versión del testigo protegido con clave AB-08-07-2013 que consta
en el expediente 909-13 en el MP
.
* La banda de “El Gordo” que operaba en la colonia Siboney en Villa Nueva, Cortés
ejecutó el crimen al comunicador social e ingeniero agrónomo.

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