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‘Juancho Prada’
25 enero, 2012
En la audiencia de legalización de 85
cargos a Juan Francisco Prada, alias
‘Juancho Prada’, jefe del Bloque
Héctor Julio Peinado de las Auc, el
fiscal 34 de Justicia y Paz demostró
que este paramilitar realizó una
persecución sistemática contra
políticos, sindicalistas, académicos y
Juan Francisco Prada Márquez alias periodistas entre 1999 y 2004 en el
‘Juancho Prada’ fue el jefe paramilitar de
departamento del Cesar.
las Autodefensas Campesinas del Sur del
Cesar. Foto El Pilón.
La Fiscalía estableció que las
amenazas, desplazamientos y asesinatos fueron cometidos por este Bloque en
complicidad con políticos locales. (Ver “El genocidio no contado del Cesar”)
“Lo que se perseguía era sembrar el miedo y la zozobra” dijo el fiscal durante la
audiencia, refiriéndose al homicidio de la líder política Aída Cecilia Lasso
Gemade, al que calificó como un acto de terrorismo, ya que los mismos
paramilitares aceptaron en versiones libres que con este asesinato aseguraron
la victoria del entonces candidato a la alcaldía de San Alberto, Javier Sarate, y
enviaron un mensaje de amenaza a sus opositores.
“Las víctimas fueron personas que cometieron el pecado de pensar distinto”
aseguró el fiscal.
Feber de Jesús Atehortua, alias ‘Julio’, que perteneció al Bloque Héctor Julio
Peinado y que no se ha desmovilizado, confesó en conversaciones con la
Fiscalía, haber ordenado el asesinato del ex alcalde.
En su confesión, ‘Julio’ dijo que la decisión final en este caso fue tomada por
‘Juancho Prada’, supuestamente por el acercamiento de la víctima con el
comandante guerrillero alias ‘Roqui’.
Para la Fiscalía, el crimen de Rincón fue provocado por intentar ponerle fin a la
ola de violencia que vivía Aguachica, al promover la coalición política que se
opuso a los grupos armados en ese municipio, y de la cual formaron parte
otros políticos asesinados como José Mario Saldaña y Cesar Alberto Paso
Torres, y otros amenazados o desplazados como Miguel Malo Quiroz, Robinson
Rocha Banderas, Cesar Emiro Mejía Froilán, Freddy Dita,Rosalba Acosta y
Margarita Hernández.
Según los familiares de la víctima, es por esto que él accede tan fácilmente a
reunirse con los paramilitares, con el fin de menguar las acciones violentas en
contra de la población.
A pesar de que ‘Juancho Prada’ aseguró en versión libre que los motivos del
asesinato no habían sido políticos, alias ‘Loro’, el asesino de Aída Cecilia
aseguró en versión libre haber sido testigo de cómo el entonces candidato a la
alcaldía Javier Zarate se encontraba presente el día que se ordenó el asesinato
de Lasso.
“Este asesinato fue planeado tres días antes una finca arrendada por Rodolfo
Padilla, donde estaban ‘Juancho Prada’, ‘El Tuerto Rodolfo’, ‘El Cura’ (Daniel
Toloza Contreras), ‘Angelito’ (Jose Daniel Cárdenas León), ‘Nico’, Tito Prada
(Juan Tito Prada), ‘Chupete’ (Giovani Lamus), Javier Zárate, que era el alcalde de
San Alberto, y Gerardo Jaimes” dijo.
Ante Justicia y Paz, alias ‘Juancho Prada’ confesó el crimen y dijo que ocurrió
porque Rodolfo Pradilla alias ‘El Tuerto’ le dijo que López Quiroz tenía nexos
con la guerrilla y los sindicatos. “Le dije a Rodolfo que verificara bien y que si
era guerrillero que le diera muerte”, dijo.
A pesar de que por este hecho ya existe una condena por homicidio contra
‘Juancho Prada’, la Fiscalía pidió a los magistrados tener en cuenta el principio
de verdad en el proceso de Justicia y Paz, calificando el asesinato de este
concejal como un crimen de lesa humanidad.
Según la versión del ex paramilitar Francisco Alberto Pacheco Romero, alias ‘El
Negro’, “la orden que dio ‘Pardillo’ fue que le dijéramos a Passo que
‘Barranquilla’ quería hablar con él.
A lo que agregó: «Estábamos ‘El paisa’, ‘E.T’., ‘Chorola’ y yo. Le dijimos que nos
acompañara y lo llevamos al área de Puerto Mosquito, yo me quede en una
finca que queda por la salida de Puerto Mosquito y ellos siguieron con ‘Pardillo’
(…) Al rato vino ‘Chorola’ por mí y me dijo que nos devolviéramos. En las horas
de la noche me entere que al señor lo habían matado en La Cuesta del
Barbudo. ‘Pardillo’ me dijo que el mismo le había disparado, que la orden se la
había dado ‘Guasaco’ (Alirio Páez Barrientos).”
César Alberto Passo fue dos veces concejal de Aguachica. Fue torturado y luego
asesinado por los paramilitares.
“El concejal fue obligado por los paramilitares a abordar una camioneta y fue
hallado muerto a las siete de la noche”, señaló un informe del Centro de
Investigación y Educación Popular, Cinep.
El 21 de junio del 2000, a las 8 de la noche, cuatro hombres armados con pistolas y
garrotes irrumpieron en la casa de la candidata favorita a la alcaldía de San Alberto
(Cesar) Aída Cecilia Lasso Gemade.
Dos de los asaltantes sacaron de la casa a su esposo. Los otros dos, con garrotes,
trataban de matarla. Syndi Paola, su hija de 13 años, cogió un palo de escoba y alcanzó
a golpear a uno de los agresores.
Este, para librarse de la menor, sacó su pistola y con dos disparos la asesinó.
El estruendo de las balas provocó una mayor confusión y como Aída Cecilia seguía viva
decidieron dejar a un lado los garrotes y utilizaron sus armas de fuego. La candidata
llegó con signos vitales al hospital local, pero un rato después murió.
Ahora, tres años y medio después, la Fiscalía ha llamado a juicio a dos personas y ha
dictado medida de aseguramiento contra otras seis y asegura en sus decisiones que ser
un obstáculo para los planes de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) fue lo que
terminó costándole la vida a Aída Cecilia y a su hija.
Por este crimen se ordenó en diciembre pasado la captura del alcalde de la época, de un
ex alcalde, del comandante de la Policía (teniente Adolfo Rengifo Moreno), presidente
en ese entonces de Asocipaz, la organización promotora del no al despeje para el Eln en
el Sur de Bolívar.
En el expediente consta que Carlos Castaño, líder de las Auc, impartió una instrucción a
su gente para que instalaran en alcaldías y concejos del sur del Cesar y de Bolívar a sus
miembros o simpatizantes. Así, dice, se le pondría un obstáculo al despeje del sur de
Bolívar, que se debatía en ese entonces.
Uno de los testigos dijo: Gerardo y Javier mandaron a acosar a El Tuerto de que por qué
no se hacía eso pues tenían mucha urgencia porque sabían que ella (Lasso) tenía mucho
pueblo a favor y se les estaba dañando la candidatura de Javier Zárate".
La Fiscalía asegura que se hicieron tres reuniones en una finca del corregimiento de El
Líbano para planear la muerte de la candidata en las cuales participaron indistintamente
unos y otros.
En una de ellas, aseguró otro testigo, se acordó que la muerte debía ser a garrote, "para
que no quedara conocimiento que fueron los paramilitares y quedara como un problema
casero". Y Pradilla y Juancho Prada -otro jefe paramilitar contra el que se dictó hace
poco medida de aseguramiento- acordaron el envío, cada uno, de dos de sus hombres
para el asesinato.
En otra reunión participaron Pradilla, Prada y el teniente Rengifo. "Necesitamos que nos
ayude a hacer un cruce, vamos a meter a unos muchachos a cascarle a Cecilia Lasso,
van a ir sin armas, van a utilizar garrote, le dijo Juancho Prada al teniente", aseguró.
Para la Fiscalía no hay duda de que "todos ellos encaminaron sus voluntades para darle
muerte y abrir paso al triunfo electoral del candidato de los paramilitares a la alcaldía de
San Alberto".
Los ex alcaldes están hoy en prisión, así como el representante de Asocipaz, el teniente
Rengifo y El cura .
FOTO.
De acuerdo con la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, este grupo armado ilegal tuvo
una clara influencia política en las zonas bajo su dominio, al punto que “atentó contra quienes profesaban
ideologías políticas distintas, al ser señalados como enemigos de la organización”. (Ver: El genocidio no
contado del Cesar )
Pese a ello, según dice el fallo, alias ‘Juancho Prada’ no aceptó su participación en política durante el
trascurso de las versiones libres de Justicia y Paz. El exparamilitar dijo, una y otra vez, que ordenó el
asesinato de los líderes políticos por su cercanía a grupos guerrilleros, y se ha rehusado a mencionar a
políticos tradicionales en estos crímenes, como sí lo hicieron los hombres que estuvieron bajo su mando.
(Ver sentencia)
Si bien la Fiscalía ha documentado cerca de 200 crímenes cometidos por esta facción paramilitar contra
los pobladores del Sur de Cesar, el silencio sobre los nexos con la clase política local ha generado todo
tipo de críticas entre los familiares de las víctimas, quienes no sienten que el desmovilizado esté
comprometido con un proceso de verdad, justicia y reparación. (Ver: Los olvidos de ‘Juancho Prada’)
Según quedó consignado en el fallo, entre los años 1996 y 2006, el grupo de ‘Juancho Prada’ participó en
las elecciones locales de San Martín, San Alberto, Aguachica, Gamarra, Río de Oro, Ocaña y Abrego. Les
servían como escoltas a los candidatos que apoyaban, obligaron a la gente a transportarse a los sitios de
votación, hacían presencia armada en las mesas y asesinaron a candidatos que se oponían a sus aliados.
De acuerdo a las versiones de algunos desmovilizados, el Frente Héctor Julio Peinado apoyó a Israel
Obregón Ropero, alcalde de Aguachica en dos periodos; Javier Zarate y Gerardo Jaimes, exalcaldes de
San Alberto, quienes están en la cárcel por el asesinato de líderes políticos y sindicalistas; David
Simanca, quien fue elegido para el mismo cargo entre 2004 a 2007 por el partido Colombia Democrática;
Luis Gabriel Aguilera, exdiputado del Cesar; Sadith Armenta, exalcaldesa de San Martín por el Partido
Liberal; José Aquiles Rodríguez, exalcalde de Ocaña; Dioselina Ramírez Osorio, exconcejal de San
Martin, quien, además, fue enfermera de los paramilitares y hoy es testigo protegido de la Fiscalía; y Alirio
Díaz, concejal de San Martín por Cambio Radical.
A continuación VerdadAbierta.com hace una reseña de cada uno de los líderes políticos, víctimas de esta
facción armada, reconocidos en el fallo.
Alias ‘El Loro’ confesó que avier Zarate y Gerardo Jaimes, dos ex alcaldes de San Alberto, se reunieron
con alias ‘El Tuerto’, ‘El Cura’, ‘Angelito’, ‘Nico’ y ‘Tito Prada’ y les insinuaron que la asesinaran. Aída
Lasso era ex militante del M-19, había trabajado por más de 20 en la Alcaldía de San Alberto y era una de
las candidatas favoritas para las elecciones locales que se realizarían el 29 de octubre de ese año.
La víctima ya había sido alcalde de Aguachica y aspiraba nuevamente al cargo. El 15 de agosto del 2000,
la camioneta en la que viajaba con sus escoltas fue interceptada en la vía que de Aguachica conduce al
corregimiento de Puerto Mosquito. Los paramilitares lo llevaron hasta la finca El Palmar donde lo
asesinaron.
Según la sentencia, el asesinato fue ordenado por ‘Juancho Prada’ por las continuas denuncias que
Rincón hacía en medios de comunicación sobre la presencia de grupos paramilitares en el sur del Cesar.
El desmovilizado aseguró que lo asesinó porque había sido parte del M-19 y tenía contacto con jefes
guerrilleros del Eln.
Rincón se lanzó a la Alcaldía por el Movimiento Convergencia Ciudadana y las seis personas que hicieron
parte de su equipo de trabajo fueron amenazadas días después del asesinato, por lo que tuvieron que
salir desplazadas.
César Alberto Passo, quien fue dos veces concejal, tenía una cita con su colega Miguel Malo Quiroz el 1
de septiembre de 2001, para concretar un proyecto comunitario asignado por la Alcaldía para la
canalización del caño El Cristo. Un grupo de paramilitares lo sacó el lugar diciendo que tenía que
encontrarse con el “jefe”. En la tarde de ese mismo día, hallaron su cuerpo en carretera que de Aguachica
conduce al corregimiento de Puerto Mosquito.
Quiroz, quien había sido concejal de Aguachica en 1996 y fue reelegido por tercera vez para el período
2001-2003, era parte de la coalición política “Aguachica para todos”. De acuerdo con su versión, tanto
Guerrilleros como paramilitares lo declararon objetivo militar. Sin embargo decidió salir solo hasta en
septiembre de 2001 cuando se enteró del asesinato de su colega Passo.
En la década del noventa, Claro integró el Movimiento de Acción Comunitaria, organización política
alternativa que logró varios escaños en la Alcaldía de Aguachica. Cursó estudios de Filosofía, hizo un
posgrado en proyectos de investigación social y realizaba una maestría en Historia cuando fue asesinado
por los paramilitares el 27 de julio de 2002.
En versión libre ante fiscales de Justicia y Paz, alias ‘Juancho Prada’ aceptó el crimen y dijo que tres de
sus cómplices lo asesinaron después de que Claro no quiso subirse a un taxi en el que se lo iban a llevar.
En 1995 la región afrontó la crisis de la empresa palmera Indupalma, que despidió a más de 600
trabajadores. En versiones libres, alias ‘Juancho Prada’ adujo que otros desmovilizados habían dicho que
la víctima tenía nexos con grupos subversivos, pero los magistrados aseguran que sus señalamientos
“carecen de fundamento”.
En febrero de 2009 la justicia ordinaria condenó al exparamilitar. En 2013 un juzgado de Bogotá sentenció
por estos hechos a los exalcaldes de San Alberto, Gerardo Jaimes Ortega y Javier Zárate Ariza, a 31
años de prisión.
La creación de este grupo paramilitar se remonta a la crisis del algodón de finales de la década del
ochenta y al abandono estatal en los pueblos del sur del departamento del Cesar. Además, las guerrillas
de las Farc y el Eln extorsionaron y asesinaron a cientos de finqueros que tuvieron que salir de su tierra
para evitar ser secuestrados. (Ver: ‘Paras’ contaron cómo se formaron las autodefensas del sur del Cesar)
Para ese entonces, el Gobierno apoyaba la creación de grupos de autodefensa. Por tal razón alias
‘Juacho Prada’ inició entregándole información al Ejército, junto a su primo Roberto Prada Gamarra, pero
luego cometieron algunos asesinatos contra varias personas cuyos nombres estaban en listas que la
propia Fuerza Pública les suministraba.
Los terratenientes de la zona comenzaron a financiar autodefensas y a “importar” desde Puerto Boyacá
algunos grupos que fueron conocidos como ‘Masetos’. En 1994 los terratenientes se dividieron la zona
así: Roberto Prada Gamarra operó en San Martín en la salida hacia San Alberto; su primo ‘Juancho
Prada’ en San Martín, a la salida hacia Aguachica; y Luis Obrego, en Aguachica y Ocaña.
Estos grupos contaron con el apoyo de sectores de las Fuerzas Armadas destacas en la zona. Según la
Fiscalía, “la colaboración efectuada por miembros de la Fuerza Pública estuvo determinada por los pagos
y mensualidades que se les otorgaba en razón de su colaboración”. El Ente acusador aseguró que en
medio de esas alianzas el Ejército les hizo favores especiales a los paramilitares, quienes, a cambio, les
entregaron ‘falsos positivos’, es decir, personas acusadas falsamente de ser guerrilleros.
Ejemplo de ello es la masacre de Puerto Patiño, ocurrida el 15 de enero de 1995 en la que fueron
asesinadas siete personas y una más desaparecida, crimen perpetrado por el grupo de los Prada. De esta
acción armada fue responsabilizado el entonces comandante de la base militar de Aguachica, mayor
coronel Jorge Alberto Lázaro Vergel, capturado en febrero de 2011. (Ver Las masacres de Puerto Patiño y
Guamalito contadas por 'paras')
A finales de 1997 los tres grupos de autodefensa fueron cohesionados por ‘Juancho Prada’ y el siguiente
año, durante la Conferencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), esta facción armada del sur
de Cesar reconoció a Carlos Castaño como su jefe.
De acuerdo con la Fiscalía, en 1998 este grupo se reorganizó bajo el nombre de Autodefensas
Campesinas de Santander y el Sur del Cesar (Ausac). Guillermo Cristancho Acosta alias 'Camilo
Morantes’ fue el jefe en Santander; ‘Juancho Prada’ en Cesar, y Mario Zabala en Norte de Santander.
Aunque estaban agrupados bajo una misma sigla, los grupos eran independientes y en 1999 se
disgregaron, de manera que el grupo de ‘Juancho Prada’ se convirtió en las Autodefensas Campesinas
del Sur del Cesar (Acsuc).
Para finales de la década de los noventa, esta facción paramilitar se había consolidado de tal manera que
en 1996, la familia Marulanda, terratenientes conocidos familia del exministro de Desarrollo, Carlos Arturo
Marulanda, les solicitaron intimidar a unas familias campesinas que habían invadido su hacienda
Bellacruz en el municipio de Pelaya (Cesar).
La Fiscalía calculó que esa hacienda tenía por lo menos 6 mil hectáreas, un terreno en el que cabían
hasta dos municipios. (Ver: Las trampas de la Bellacruz)
Entre 1999 y 2000, las Autodefensas del Sur del Cesar ayudaron a asentar a los bloques Central Bolívar y
Catatumbo, y en 2004 se aliaron con el Bloque Norte, a cargo de Rodrigo Tovar, alias ‘Jorge 40’, después
de tener diferencias con el Bloque Central Bolívar.
Del 4 y 6 de marzo de 2006, 253 hombres de las autodefensas del sur del Cesar se desmovilizaron bajo
los acuerdos de las Auc con el gobierno nacional en La Banca, vereda del corregimiento San José de
Torcoroma, en San Martín. Lo hicieron bajo el nombre del Frente Héctor Julio Peinado y como parte del
Bloque Norte. Del total de desmovilizados, 36 fueron postulados a la Ley de Justicia y Paz, y 28 están
rindiendo versiones libres.
http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/juicios/624-bloque-norte-frente-hector-julio-peinado-becerra/
5554-exterminio-politico-de-juancho-prada