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(Tomado de RimayPampa)
Horas después del asalto de un comando de élite de la policía al hotel Las Américas en la
ciudad de Santa Cruz, la madrugada del 16 de abril de 2009, el Vicepresidente Álvaro García
Linera informaba que los organismos de seguridad habían desarticulado una supuesta banda
de “mercenarios internacionales” que preparaba un “magnicidio” contra el presidente Evo
Morales y él mismo.
Ese mismo día, corría la versión de que el hecho había sido un montaje para desarticular la
oposición que había surgido en Santa Cruz contra el gobierno del MAS. García basó su
acusación en una documentación encontrada en el operativo realizado esa madrugada, donde
tres supuestos terroristas murieron en un aparente tiroteo con policías y otros dos fueron
detenidos.
El Gobierno del MAS sostuvo y sostiene que los cinco extranjeros eran terroristas contratados
por dirigentes opositores de Santa Cruz para asesinar a Morales.
Desde el bando de los acusados, se informó que la persona que contrató a Rózsa fue el coronel
Jorge Santiesteban, jefe de Inteligencia de la policía aquella vez; y su segundo, el capitán
Walter Andrade. La Fiscalía imputó y acusó a 39 personas por terrorismo y otros delitos, entre
ellos políticos y empresarios cruceños.
La defensa indicó, desde ese mismo momento, que el objetivo era tender una trampa a
políticos y dirigentes regionales para aniquilarlos políticamente.
Nueve años y seis meses después, RimayPampa elaboró una infografía a partir de datos de
abogados de la defensa, entre ellos Gary Prado, que subrayan 25 hechos que demuestran, en
su criterio, que el denominado caso terrorismo no fue terrorismo, sino montaje.
La denuncia del Ministerio de Gobierno ante la Fiscalía fue elaborada 16 días antes del
asalto policial al Hotel Las Américas, que se produjo el 16 de abril de 2009, y fue presentada
horas antes del atentado a la casa del Cardenal Julio Terrazas, que sucedió la madrugada del
15 de abril de 2009.
2.- Adscripción de Marcelo Soza
El ministerio de Gobierno y la Policía allanaron el Hotel Las Américas de Santa Cruz sin
autorización judicial ni presencia fiscal, sin embargo la jueza Betty Yañíquez, hoy diputada del
MAS; y el fiscal Soza, hoy prófugo, convalidaron el hecho.
No hay pruebas que demuestren que Eduardo Rózsa, Michel Dwyer y Arpad
Magyarosi, supuestos miembros de un grupo terrorista, usaron las armas de fuego que la
UTARC secuestró de sus habitaciones en el Hotel Las Américas.
Los sobrevivientes de la toma policial del Hotel Las Américas, Elod Toaso y Mario Tadic
no ofrecieron resistencia al arresto, sin embargo, ambos fueron brutalmente golpeados. Ni los
tres muertos ni los dos sobrevivientes utilizaron armas de fuego, pero dieron positivo en la
prueba de guantelete.
10.- Autopsias
Las autopsias revelan ejecución sumaria de Rozsa y disparos por la espalda contra
Dwyer y Magyarosi.
El capitán de Policía, Wálter Andrade, tenía contacto personal y telefónico con Rozsa
antes de la toma policial del Hotel Las Américas. Según el testigo de la Fiscalía, Miguel Rolando
Ocampo, el capitán Andrade era infiltrado del Gobierno en el supuesto grupo terrorista.
Carlos Núñez del Prado, que en abril de 2016 era funcionario del Ministerio de
Gobierno, tenía contacto telefónico con Rozsa e Ignacio Villa Vargas (El Viejo) antes del asalto
al Hotel
Núñez del Prado pagó, según consta en un video, un soborno de $us31.500 dólares a Villa
Vargas, considerado testigo clave del caso Rozsa, para que huya. En las imágenes, se observa,
además, al exfuncionario del Ministerio Público Edson Alí Espinoza tomando fotografías del
soborno.
Marcelo Soza, fiscal asignado al caso, extorsionaba a las personas que investigaba
Soza se hizo declarar en comisión, viajó a Estados Unidos y Canadá, pero no salió de las
embajadas de Bolivia en ambos países. El gobierno de Canadá le advirtió que no puede hacer
ninguna investigación. Debió pedir cooperación internacional antes de viajar, pero no lo hizo
porque no quería investigar.
El único testigo ocular del atentado a la casa del Cardenal no fue incluido en la nómina
de testigos ofrecidos por el fiscal Soza. El sereno de la calle Seminario, donde está la casa de
Julio Terrazas, declaró ante la Fiscalía de Santa Cruz que los que pusieron los explosivos fueron
dos hombres y una mujer que bajaron de un automóvil Toyota blanco, con placa de control
037-SGC. Después de este hecho, el sereno abandonó su fuente de trabajo y no volvió a ser
encontrado.
21.- Vehículo del atentado
Zvonko Matkovic (padre) dijo que ese vehículo, Toyota Starlet, usado para atentar
contra la casa del Cardenal fue llevado desde Cochabamba a Santa Cruz y pertenecía al padre
de Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia del presidente Morales en aquel
entonces. También dijo que Ignacio Villa Vargas recogió de una esquina al capitán Andrade y a
la policía Marilyn Vargas (alias Karen) y una tercera persona más. “El que se bajó del auto y
puso la bomba es Andrade (infiltrado del Gobierno en el grupo de Rozsa)”, declaró Matkovic a
Erbol el 16 de marzo de 2014.
Según la Fiscalía, el atentado de la calle Seminario fue cometido por tres hombres que
bajaron desde un automóvil Hyundai plomo con placa 1371-BGF. Este vehículo fue vendido a
Rózsa por el empresario y dirigente de Blooming Carlos Guillen. Los funcionarios del Hotel Las
Américas declararon que dicho vehículo ingresó en sus instalaciones el 14 de abril a las 10:00 y
que no abandonó el lugar hasta el secuestro policial el 16 de abril.
Ignacio Villa Vargas afirmó que Rozsa se reunió con Raúl García Linera, hermano del
Vicepresidente Álvaro García, y aquel le entregó un fusil con mira telescópica para eliminar al
Presidente. El Fusil no está entre las armas secuestradas y sin embargo hay fotos de Rozsa con
el arma.
Denver Pedraza, abogado de Guedes y Mendoza, reveló ante el Tribunal que se reunió
con Luis Nolberto Clavijo, funcionario del Ministerio de Gobierno en aquel entonces, en Santa
Cruz, después de los hechos en el Hotel Las Américas y negoció una reunión en La Paz, donde
habló con Raúl García, quien le aseguró que Villa Vargas era su hombre, que necesitaba
sicarios y que querían eliminar a los cívicos cruceños.
Marcelo Soza, fiscal que conoció el caso, reconoció que la investigación fue dirigida desde el
Ministerio de Gobierno y que él fue utilizado. Además, dijo, en una carta pública difundida en 2014,
que fue presionado por el Gobierno de Evo Morales para involucrar a líderes cruceños en el caso
terrorismo y fabricar pruebas para incriminarlos.