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FABIO OSPITIA GARZÓN

Magistrado Ponente

AP3128 - 2021
Segunda instancia No. 59032
Acta No. 190

Bogotá, D. C., veintiocho (28) de julio de dos mil


veintiuno (2021).

VISTOS

La Sala decide el recurso de apelación interpuesto por


la defensa técnica del ex Juez 24 de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad de Bogotá JORGE ENRIQUE BLANCO
DIAGAMA, contra el auto proferido por la Sala Penal del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá en la
audiencia preparatoria, que resolvió sobre postulaciones
probatorias.
CUI: 11001600005020174407902
Segunda instancia No. 59032
JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

HECHOS

Del escrito de acusación que obra en la carpeta digital,


se extrae lo siguiente:

1. El 31 de agosto de 2017, un investigador adscrito a


la Fiscalía Delegada para la Seguridad Ciudadana recibió
información de fuente no formal sobre la posible ocurrencia
de actos de corrupción en el Centro de Servicios
Administrativos de los Juzgados de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad de Bogotá.

2. La noticia criminal y el respectivo informe de policía


judicial fueron asignados a la Fiscalía 7º Especializada de la
Dirección de Seguridad Ciudadana, autoridad que ordenó
adelantar interceptaciones telefónicas y luego de recibir los
informes del investigador de campo (No. 3-30281, 3-30409
y 3-0410) compulsó copias a la Unidad de Fiscalía Delegada
ante el Tribunal Superior de Bogotá, tras advertir que en
ellas aparecían involucrados aforados legales, por tener la
condición de jueces, correspondiendo el asunto a la Fiscalía
51 Delegada ante el Tribunal.

2.1. En desarrollo del respectivo programa


metodológico trazado por la fiscal ante el tribunal, se
ordenó la «interceptación de comunicaciones telefónicas de los
abonados que fueron suministrados en la compulsa de copias y
que se constató utilizaban los servidores judiciales, de quienes
se comprobó la calidad de jueces de la República, siendo

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JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

identificados e individualizados como: GLADYS YINET AYA


TRUJILLO, Juez 6º de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Bogotá, y JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA, Juez
24 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá» .

3. En relación con el doctor BLANCO DIAGAMA, el ente


investigador reseñó conversaciones telefónicas que darían
cuenta de la presunta comisión de los delitos de tráfico de
influencias de servidor público, asesoramiento y otras
actuaciones ilegales, ambos en concurso homogéneo y
sucesivo; también aludió a la presunta comisión de la
conducta de prevaricato por acción agravado en concurso
homogéneo y sucesivo.

3.1. Del delito de tráfico de influencias de servidor


público, la fiscalía lo atribuyó en doce (12) hechos,
relacionados en los siguientes números ID de llamadas
telefónicas: (1) 162821379; (2) 167919131, 167940213,
168226326, 168241920, 168281047, 168327063,
168611945, 168692328, y; (3) 172822084; (4) 178451738 y
178554516; (5) 196665574; (6) 206023334 y 206207281; (7)
206126282; (8) 206671481; (9) 206928766 y 206950355; (10)
162907606; (11) 164871300; y, (12) 230280609 y 231276103.

3.2. En lo que respecta al delito de asesoramiento


ilegal, la fiscalía señaló su comportamiento en dieciocho
(18) hechos, identificados en los siguientes números ID de
llamadas telefónicas: (1) 162816307; (2) 164036691; (3)
231592840; (4) 249210785; (5) 257732340; (6) 220961828;
(7) 162826199; (8) 164871300; (9) 167057472; (10)

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167492368 y 167493093; (11) 171587919; (12) 179741021 y


179743370; (13) 202700639; (14) 245805352; (15)
247197933; (16) 256282128; (17) 367445913; y, (18)
165516350.

3.3. Y en lo que refiere al delito de prevaricato por


acción agravado en concurso homogéneo y sucesivo, la
fiscalía lo acusó porque el juez BLANCO DIAGAMA profirió: (i)
la decisión del 5 de abril de 2017 en la que aprobó un
permiso administrativo de 72 horas en el radicado
11001600000020150088800, al sentenciado FRANCO YERAL
CHÁVEZ ZAMBRANO, pese a la existencia de prohibición legal
y a la falta de solicitud o documentación por parte de la
autoridad carcelaria; y, (ii) el auto del 9 de mayo de 2017,
en el que ratificó la anterior decisión, no obstante que el 24
de abril de 2017 la Dirección del Establecimiento
Penitenciario y Carcelario COMEB - «La Picota», le indicó
que no había elevado ningún requerimiento sobre el
particular ni aportado documentos para el trámite de
permiso.

ANTECEDENTES PROCESALES RELEVANTES

1. Los días 13 y 19 de junio de 2019 se llevó a cabo la


audiencia de formulación de imputación ante el Juez 47
Penal Municipal de Control de Garantías de Bogotá, donde
le fue atribuido a JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA la
comisión de los delitos de tráfico de influencias de servidor
público en concurso homogéneo y sucesivo, asesoramiento

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y otras actuaciones ilegales en concurso homogéneo y


sucesivo, y prevaricato por acción agravado en concurso
homogéneo y sucesivo. El imputado no aceptó los cargos.

1.1. En esa misma oportunidad le fue impuesta


medida de aseguramiento en establecimiento carcelario,
pero posteriormente, según constancias dejadas en el
proceso, fue dejado en libertad 1.

2. El 13 de septiembre de 2019, la Fiscal 51 Delegada


ante el Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá
radicó escrito de acusación y el 8 de octubre de 2019 se
convocó a la audiencia de formulación de acusación. En
esta última fecha, el tribunal exhortó a la fiscalía para que
realizara una identificación clara de los hechos
jurídicamente relevantes, lo que dio lugar a que el ente
investigador radicara de nuevo el escrito de acusación el 8
de noviembre siguiente.

2.1. El 12 de noviembre de 2019, se retomó la


audiencia de acusación. En su trámite, la defensa solicitó la
declaratoria de nulidad de lo actuado desde la imputación,
invocando violación de garantías fundamentales ante una
supuesta exteriorización inadecuada de los hechos
jurídicamente relevantes. La primera instancia negó la
solicitud mediante auto del 3 de diciembre de 2019,
decisión que fue confirmada por la Corte el 11 de marzo de
2020 (SP862-2020, rad. 56789).

1
Así lo reseñó la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá en el auto del 21 de
enero de 2021, fl. 9.

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2.2. El 14 de julio de 2020, se instaló en debida forma


la audiencia de formulación de acusación, en la que JORGE
ENRIQUE BLANCO DIAGAMA fue acusado por los punibles de
tráfico de influencias de servidor público, asesoramiento y
otras actuaciones ilegales, ambos en concurso homogéneo y
sucesivo, y prevaricato por acción agravado en concurso
homogéneo y sucesivo, todos con circunstancia de mayor
punibilidad (art. 58.9, L. 599/00).

3. La audiencia preparatoria se inició el 11 de agosto


siguiente y prosiguió el 29 de septiembre del mismo año. El
21 de enero de 2021, la primera instancia profirió el auto de
pruebas, que fue leído en audiencia del 4 de febrero,
respecto del cual la defensa interpuso recurso de apelación.

DECISIÓN APELADA

El tribunal aludió inicialmente a los presupuestos


fácticos de la acusación y a los antecedentes procesales de
este asunto, luego reseñó el descubrimiento probatorio que
realizó la defensa en la audiencia preparatoria, así como las
estipulaciones que acordaron las partes y sus solicitudes
probatorias. Precisó también que la fiscalía no se opuso a
ninguna de las pruebas solicitadas por la defensa, mientras
que esta última solicitó la inadmisión y exclusión de
algunas pruebas de su contraparte.

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1. En relación con las pruebas respecto de las cuales


no se presentó oposición, la primera instancia se pronunció
así:

1.1. Ordenó como testigos de la fiscalía los de, (i)


SANDRA MILENA PINEDA OLMOS, (ii) LUIS EDUARDO MILLÁN
MANRIQUE, (iii) MARTHA BEATRIZ BOBAYO, (iv) WILMER ENRIQUE
MÉNDEZ MORENO y (v) FANNY ROMERO HENAO.

1.2. Decretó como prueba documental: (i) la sentencia


del Juzgado 5° Penal del Circuito con Función de
Conocimiento de Bogotá contra FRANCO YERALD CHÁVEZ
ZAMBRANO, (ii) el auto del 5 de abril de 2017 del Juzgado 24
de EPMS de Bogotá, en el rad.
11001600000020150088800, y, (iii) el auto del 9 de mayo
de 2017 del Juzgado 24 de EPMS de Bogotá en el rad.
1001600000020150088800.

1.3. Negó las siguientes pruebas requeridas por el ente


investigador, por no cumplir los criterios de admisibilidad:
(i) el acta No. 771 de audiencia de control posterior y
prórroga del 4 de octubre de 2017, sobre interceptaciones
telefónicas, y, (ii) el acta No. 420 de control posterior del 10
de noviembre de 2017, y cancelación de interceptaciones
telefónicas.

1.4. En relación con las pruebas de la defensa, ordenó


los testimonios de: (i) BELKIS INDIRA MABEL SÁNCHEZ
LEGUIZAMÓN, (ii) BLANCA ANALID MONTAÑEZ PANTOJA, (iii)
FRANCO YERAL CHÁVEZ ZAMBRANO, (iv) ADALBERTO FRANCO

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MONTOYA, (v) MARCOS FIDEL DALLOS BUICHA, (vi) LUIS ANTONIO


MURILLO GÓMEZ, (vii) RAFAEL ALBERTO ROJAS ECHEVERRY; y,
(viii) JOSÉ FERNANDO DORADO GAVIRIA.

1.5. decretó las pruebas documentales: (i) ficha de


visita carcelaria del sentenciado FRANCO YERAL CHÁVEZ
ZAMBRANO, por parte del juez BLANCO DIAGAMA, (ii) oficio
113-COMEB – AJUR- DIREC 1477- INPEC , de abril 24 de
2017, suscrito por el Capitán LUIS EDUARDO MILLÁN
MANRIQUE, (iii) poder que otorgó el acusado a MARCOS
DALLOS, (iv) certificación sobre la ausencia de procesos
penales contra de JORGE SALINAS, proferida por el Juzgado
24 de EPMS o por el Centro de Servicios Administrativos, (v)
certificación sobre la notificación de los 2 autos a la
procuradora BLANCA GARCÍA DÍQUENZ, y, (vi) autos de fecha
1º y 4 de agosto de 2016 y 20 de diciembre de 2017,
mediante los cuales el procesado negó la libertad
condicional y la prisión domiciliaria a FRANCO YERAL CHÁVEZ
ZAMBRANO.

1.6. Negó las siguientes pruebas a la defensa por no


cumplir los criterios de admisibilidad: (i) sentencia del
Juzgado 5° Penal del Circuito con Función de Conocimiento
de Bogotá contra CHÁVEZ ZAMBRANO, (ii) «providencias varias
con las cuales es posible acreditar la ausencia de dolo y de
ánimo de beneficio indebido», (iii) dos (2) providencias en las
que concedió el permiso de 72 horas a CHÁVEZ ZAMBRANO,
(iv) plan de formación de la Rama Judicial sobre la función
de ejecución de penas, (v) oficio No. 1828 de agosto 18 de
2020 del Centro de Servicios Administrativos de los

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Juzgados de EPMS, (vi) oficio SN (sin número) del Juzgado


23 de EPMS, y, (vii) certificación del Juzgado 24 de EPMS
sobre remisión a la JEP del proceso contra JOSÉ FERNANDO
DORADO GAVIRIA.

2. Respecto de las pruebas de la fiscalía, que la


defensa solicitó inadmitir o excluir, la primera instancia se
pronunció así:

2.1. Decretó el testimonio de BLANCA LUZ GARCÍA


DÍQUENZ, delegada del Ministerio Público para el Juzgado 24
de EPMS.

2.2. Inadmitió los testimonios de EFRAÍN ZULUAGA


BOTERO y SHIRLEY DEL VALLE ALBARRACÍN CONDÍA.

2.3. Inadmitió los documentos: (i) «[r]egistro de cadena


de custodia utilizado por el material de prueba» , (ii) formato
único de noticia criminal No. 1100116099091201700123
del 4 de septiembre de 2017, (iii) orden de interceptación de
comunicaciones del 6 de septiembre de 2017, (iv) actas de
la audiencia de control previo No. 388 del 8 de septiembre
de 2017, (v) informes parciales de policía judicial No.
330281 del 20 de septiembre de 2017 dentro del radicado
110016099091201700123; No. 110 del 10 de noviembre de
2017, dentro del rad. 110016099091201700123; y, No. 3-
30311 del 3 de octubre de 2017, dentro del rad.
110016099091201700123.

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2.4. En cuanto a los ID de llamadas telefónicas, la


primera instancia los decretó, según expuso, «pese a que la
fiscalía no relacionó cada interceptación con un cargo específico
de la acusación, de la revisión de esta se pudo verificar que las
pruebas solicitadas sí tienen relación con el tema de prueba» .
Lo anterior, en el siguiente orden:

- Del delito de tráfico de influencias de servidor


público, los números ID de llamadas telefónicas: (1)
162821379; (2) 167919131, (3) 167940213, (4) 168226326,
(5) 168241920, (6) 168281047, (7) 168327063, (8)
1686119452, (9) 1686923283, (10) 172822084; (11)
178451738, (12) 178554516, (13) 196665574 4; (14)
206023334, (15) 206207281, (16) 206126282, (17)
206671481, (18) 206928766, (19) 206950355; (20)
162907606; (21) 164871300, (22) 230280609, y (23)
231276103.

- Del delito de asesoramiento y otras actuaciones


ilegales, los números ID de llamadas telefónicas: (1)
162816307; (2) 164036691; (3) 231592840; (4) 249210785 5;
(5) 257732340; (6) 220961828; (7) 162826199; (8)
164871300; (9) 167057472; (10) 167492368, (11) 167493093;
(12) 171587919; (13) 179741021, (14) 179743370; (15)
202700639; (16) 245805352; (17) 247197933; (18)
256282128; (19) 367445913; y, (20) 165516350.

2
Así está relacionado en el escrito de acusación. En la pág. 50 del auto del tribunal
fue consignado: 167911945.
3
Ibid. En la página 50 del auto del tribunal: 167992328.
4
Ibid. En la página 50 del auto del tribunal: 196665474.
5
Ibid. En la página 50 del auto del tribunal: 249210285.

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2.5. Finalmente, negó la solicitud de excluir algunos


medios de prueba señalados de ilegales o ilícitos, y ordenó
su decreto, con los siguientes argumentos:

2.5.1. No hubo vulneración de derechos


fundamentales en las interceptaciones de las
comunicaciones identificadas con los No. 27884 y 29851,
contenidas en los informes de policía judicial No. 330281
del 20 de septiembre de 2017 y No. 3-30410 del 10 de
noviembre de 2017, pues (i) estuvieron fundadas en motivos
razonables, cumpliendo así las exigencias legales, (ii)
contaron con una sustentación «mínima pero suficiente de la
necesidad, razonabilidad, urgencia, idoneidad y pertinencia» ,
y, (iii) las órdenes de interceptación no deben estar
antecedidas por una labor investigativa «tendiente a
identificar al titular de la línea telefónica blanco del acto de
investigación, pues ambas indagaciones pueden adelantarse
de forma concomitante o consecuente».

2.5.2. No fueron ilegales las interceptaciones


ordenadas el 24 de noviembre de 2017, por una fiscalía
especializada, pues (i) jurisprudencialmente se ha dicho
que, tratándose de aforados legales, no es aceptable
argumentar la ilegalidad de la prueba por haber sido
ordenada por otro fiscal de menor jerarquía 6, y, (ii) porque,
en todo caso, en la etapa preliminar en la que se profirió la
orden se desconocía si tales abonados eran de personas con
fuero legal.

6
Citó en concreto las providencias de la CSJ AP1672-2014, rad. 42087 y AP3666-
2014, rad. 43572.

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2.5.3. No son prueba ilícita los DVD’s 32459 y 37766,


debido a que son «producto de los informes 3-30578 del 15 de
enero de 2018 y 3-30899 del 22 de mayo de 2018, generados
a raíz de la orden de interceptaciones del 24 de noviembre de
2017», y como esta última no fue excluida, tampoco los
referidos DVD’s, por sustracción de materia.

2.5.4. También, por sustracción de materia, no son


prueba ilícita las interceptaciones de las comunicaciones
identificadas con los «No. 27884 y 29851 contenidas en los
informes de policía judicial 3-30281 del 20 de septiembre de
2017 y 3-30410 del 10 de noviembre de 2017» .

3. En el acápite final de la decisión, el tribunal se


pronunció sobre la «[p]rueba pericial y evidencias derivadas
de la defensa», que ésta requirió de manera condicionada,
en el evento que se decretaran las interceptaciones
telefónicas de la fiscalía, por lo que, luego de verificar los
requisitos de admisibilidad, ordenó a la defensa el decreto
de las siguientes pruebas:

3.1. La declaración del perito en informática forense


YEFRIN ALEXIS GARAVITO ROBAYO.

3.2. Interceptación telefónica identificada con ID


247584084.

3.3. Interceptación telefónica identificada con ID


203905477.

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EL RECURSO DE APELACIÓN7

El apoderado judicial de JORGE ENRIQUE BLANCO


DIAGAMA solicita a la Sala revocar parcialmente la decisión
impugnada, para que se decreten algunas pruebas y se
excluyan otras.

1. Pruebas que pide decretar:

1.1. El oficio No. 1828 del 18 de agosto de 2020, del


Centro de Servicios Administrativos de los Juzgados de
EPMS, que acredita la ausencia de procesos penales contra
el señor ADALBERTO FRANCO. Según el recurrente, se trata de
un documento que tiene relación con las respuestas que
emitió el ente investigador a las solicitudes de la defensa, de
aclaración del escrito de acusación, debido a la «ambigüedad
de los hechos de cargo».

1.2. El oficio SN (sin número) del Juzgado 23 de


EPMS, donde se certifica la trazabilidad, la naturaleza, las
fechas y las razones por la que se concedieron los permisos
para salir del país a los hermanos SOLANO TRIVIÑO.
Considera el apelante que la acusación reprocha una
supuesta intervención del acusado en la concesión de esos
permisos y el mencionado oficio está dirigido a refutar ese
hecho.

1.3. La sentencia que profirió el Juzgado 5° Penal del


Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá contra
7
Audiencia del 4 de febrero de 2021, récord: 1:15:10 en adelante.

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FRANCO YERALD CHÁVEZ ZAMBRANO. Para el apoderado, si


bien fue una prueba decretada a la fiscalía, puede ocurrir
que dicha parte renuncie a su práctica, pese a que se trata
de un elemento que también es importante para la teoría
del caso de la defensa.

2. Pruebas que pide excluir

2.1. Las interceptaciones telefónicas obtenidas en el


curso de la investigación, con fundamento en las siguientes
razones:

2.1.1. Fueron ordenadas pocos días después de


recibirse la denuncia anónima, cuyo contenido era
ambiguo, se aportaron números telefónicos sin especificar a
quiénes pertenecían y sin referir directamente al acusado,
por lo que no puede asegurarse que existían motivos
fundados para llevar a cabo dicha intromisión de derechos
fundamentales. Además, tal labor se adelantó sin
previamente adelantar otras labores tendientes a recopilar
elementos de prueba que justificaran ordenar las
interceptaciones.

2.1.2. Cuando la fiscalía profirió las órdenes de


interceptación no hizo un análisis real de proporcionalidad
o de ponderación de derechos fundamentales, sino que
simplemente se limitó a replicar el contenido de cada uno
de estos postulados, sin aterrizarlos al caso concreto.

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2.1.3. En la primera orden de interceptación, la fiscalía


no sabía que dentro de las líneas telefónicas se encontraban
las de aforados legales, pues previamente no desplegó
ninguna labor de corroboración, circunstancia que no
puede justificarse y se trata de su propia culpa. Esto
conllevó a que funcionarios sin competencia ordenaran la
interceptación de comunicaciones, lo que convierte la
prueba en ilegal.

Adicionalmente, dicha orden inicial, al carecer de


motivos fundados, conlleva que la prueba obtenida sea
ilícita, así como aquellas obtenidas mediante las
interceptaciones posteriores contra el acusado, por el efecto
reflejo de la prueba inicial, al tratarse de órdenes que
fueron proferidas tomando como base las primeras
interceptaciones.

3. Como argumento final, la defensa manifiesta que


debieron inadmitirse los DVD’s que contenían las
interceptaciones telefónicas, teniendo en cuenta que la
fiscalía realizó una solicitud deficiente en cuanto a su
pertinencia, sin referir a qué cargo en concreto de la
acusación aludía cada una, sin relación de fecha, los
interlocutores o su contenido.

NO RECURRENTE8

Para el delegado de la fiscalía, las interceptaciones


telefónicas en el ordenamiento interno tienen como objeto
8
Audiencia del 4 de febrero de 2021, récord: 1:42:40 en adelante.

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recopilar elementos materiales probatorios y evidencia


física, labor que no se encuentra supeditada a la
competencia respecto de las calidades de la persona que se
investiga, sino que son atribuciones que desempeñan
indistintamente en todo el territorio nacional.

En cuanto a las interceptaciones realizadas en el caso


concreto, refirió que fueron ajustadas a la ley y que a éstas
se les realizó un control posterior ante el juez de control de
garantías, en cuya oportunidad la defensa pudo intervenir y
manifestar las objeciones que consideraba pertinentes, pero
no lo hizo.

Finalmente, en cuanto a la solicitud de inadmisión,


aseguró que la defensa buscaba que no fueran practicados
los resultados de las interceptaciones, pese a que su
pertinencia fue expuesta de manera general en la solicitud
probatoria, cuya identificación se hizo adecuadamente, una
por una en el escrito de acusación, vinculándolas con cada
hecho jurídicamente relevante.

CONSIDERACIONES

1. Competencia

La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de


Justicia es competente para resolver los recursos de
apelación interpuestos contra los autos y las sentencias
proferidos en primera instancia por los tribunales
superiores de distrito judicial, conforme lo dispone el
artículo 32.3 de la Ley 906 de 2004.

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En virtud del principio de limitación de la competencia


funcional, el pronunciamiento en segunda instancia se
circunscribirá a los asuntos objeto de la impugnación y a
los que estén ligados a ellos de manera inescindible.

2. Objeto de la decisión

La Corte estima oportuno (i) reiterar algunas reglas


probatorias, que aplican al presente caso, siguiendo los
temas de inconformidad con la decisión de primera
instancia, para luego (ii) abordar cada uno de los puntos
objeto del recurso. Posteriormente, (iii) se analizará lo
correspondiente a la solicitud de exclusión probatoria.

2.1. El decreto de pruebas

Acorde con lo dispuesto en el artículo 372 de la Ley


906 de 2004, las pruebas en el proceso penal tienen por fin
llevar al conocimiento del juez, más allá de duda razonable,
los hechos y circunstancias materia del juicio y los
destinados a demostrar la responsabilidad penal del
procesado, como autor o partícipe. Por su parte, el artículo
357.2 precisa que el juez decretará las pruebas cuando
«ellas se refieran a los hechos de la acusación que requieran
prueba, de acuerdo con las reglas de pertinencia y
admisibilidad».

El artículo 375 ejusdem, que regula la pertinencia,


indica que los elementos probatorios, evidencia física y

17
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medios de prueba deben «referirse, directa o indirectamente, a


los hechos o circunstancias relativos a la comisión de la
conducta delictiva y sus consecuencias, así como a la
identidad o a la responsabilidad penal del acusado»; y que
también son pertinentes las que sirven para hacer «más
probable o menos probable uno de los hechos o circunstancias
mencionados», o que aludan a la credibilidad de un testigo o
perito.

La jurisprudencia de la Corte ha insistido, en


aplicación de las precitadas normas, que las partes tienen
la carga de sustentar en la audiencia preparatoria de
manera clara y sucinta el hecho jurídicamente relevante o
tema de prueba9 y el medio de prueba que proponen para tal
fin10. Con estos criterios orientadores, el juez podrá decidir
sobre el decreto de los elementos de convicción pertinentes
para la resolución del caso.

Una prueba tiene vocación de ser decretada cuando se


torna necesaria para demostrar el tema de prueba, es decir,
cuando sirve para acreditar de los hechos jurídicamente
relevantes. De no ser así, se impone su inadmisión, en los
términos del artículo 359 del Código de Procedimiento
Penal, por razones de impertinencia, inutilidad,
insubstancialidad o inadmisibilidad.

2.2. La prueba de interés común


9
El tema de prueba lo integran: hechos jurídicamente relevantes; hechos indicadores; y,
aspectos fácticos estructurales de las hipótesis alternativas que presente la defensa (CSJ
SP, rad. 44599 de mar. 8 de 2017; AP, rad. 51410 de nov. 8 de 2017 y AP2168-2019,
rad. 55212).
10
CSJ AP5785-2015, rad. 46153, SP3168-2017, rad. 44599, SP5336-2019, rad. 50696
y AP2901-2019, rad. 55136.

18
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Segunda instancia No. 59032
JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

Aunque la Ley 906 de 2004 no prevé expresamente la


posibilidad de que las partes (fiscalía - defensa) soliciten la
misma prueba, nada lo prohíbe, por el contrario, se
entiende que dicha actividad se cumple en el marco de los
principios de libertad probatoria y de contradicción, que
inspiran el sistema acusatorio.11

La jurisprudencia de la Corte ha fijado una serie de


reglas en relación con la prueba de interés común, que
pueden sintetizarse de la siguiente manera:

(i) La fiscalía y la defensa tienen la posibilidad de


solicitar para su examen directo una o más pruebas
decretadas a su contraparte, siempre y cuando resulten
pertinentes, conducentes y útiles 12. En estos casos, cada
parte está obligada a presentar los argumentos sobre la
pertinencia de la prueba, e igualmente, a exponer aquellos
de conducencia y utilidad cuando se presente controversia
respecto de dichos requisitos13.

(ii) La pretensión de una prueba de interés común


tiene lugar en el marco de cada teoría del caso, incluso si la
defensa no tiene interés de anunciarla, pues al menos
tendrá como estrategia que evidenciar que la fiscalía no
desvirtuó la presunción de inocencia del procesado. De
modo que, quien la solicita, debe «agotar una argumentación

11
Artículos 373 y 378.
12
CSJ AP896-2015, rad. 45011; AP948-2018, rad. 51882 y AP2901-2019, rad.
55136.
13
Ibidem.

19
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completa y suficiente» sobre su pertinencia, con el fin que el


juez pueda establecer si se justifica o no decretarla 14.

(iii) Dichas solicitudes se sustentan en los hechos del


proceso contenidos en la acusación o aquellos que
proponga la defensa «cuando opta por una teoría fáctica
alternativa»15, así como los temas objeto de controversia o
que hagan más o menos probable las circunstancias y
credibilidad de otros medios, sin que lleve a dilaciones del
proceso16.

(iv) Si la solicitud de la prueba de interés común,


tratándose de testimonios, se hace con el único propósito de
cuestionar su credibilidad, tal argumentación no satisface
la exigencia de pertinencia, entre otras razones, porque el
mismo objetivo puede suplirse con el contrainterrogatorio 17,
lo cual la torna improcedente.

(v) Aunque la Sala inicialmente sostuvo que la defensa,


tratándose de pruebas de interés común, debía presentar
una argumentación adicional de pertinencia, conducencia y
utilidad a la expuesta por la fiscalía18, en la actualidad se
considera que el examen directo de una prueba se justifica
en razón a que ambas partes persiguen objetivos
antagónicos: la una de responsabilidad y la otra de
inocencia19.

14
Cfr. CSJ AP896-2015, rad. 45011.
15
CSJ AP5785-2015, rad. 46153.
16
Ibidem.
17
Cfr. AP948-2018, rad. 51882 y AP4281-2019, rad. 55798.
18
SP6361-2014, rad. 42864
19
AP2901-2019, rad. 55136.

20
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Es decir que cuando la defensa solicita una prueba


que ya ha sido requerida por la fiscalía, su examen directo
«no puede tildarse en términos formalistas y anticipados de
repetitivo»20, en orden a negar o condicionar su examen
probatorio, pues inclusive se ha aceptado el decreto de
prueba con homogeneidad de fundamentos de pertinencia
entre la fiscalía y la defensa, entendiendo que con su
práctica buscan elementos distintos21.

Tampoco resulta correcto, por erigirse en una mala


práctica, que la defensa solicite condicionadamente el
decreto a su favor de una prueba que ya ha sido solicitada
por la fiscalía, para examinarla de manera directa en el
evento que el ente acusador renuncie a su práctica, porque
basta que la parte justifique su pertinencia en el marco de
su teoría del caso, para que el juez proceda a decidir lo que
corresponda en relación con ella.

2.3. Cuando se apela el decreto de una prueba

La Corte tiene definido que, (i) contra la decisión que


admite una prueba solo procede el recurso de reposición, (ii)
contra la providencia que niega la práctica de una prueba o
decide sobre la cláusula de exclusión, proceden los recursos
de reposición y apelación y, (iii) contra la decisión de
excluir, rechazar o inadmitir determinado medio de prueba
también proceden los recursos de reposición y apelación. Lo
anterior, en aplicación de lo dispuesto en los artículos 176,
177 (num. 4º y 5º) y 359 de la Ley 906 de 2004.
20
CSJ AP896-2015, rad. 45011 y AP2901-2019, rad. 55136.
21
Cfr. CSJ AP2901-2019, rad. 55136.

21
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También tiene establecido que cuando se interpone el


recurso de apelación, no siendo procedente, el juez debe
abstenerse de concederlo y rechazarlo por dicho motivo,
siguiendo las normas en cita y la tesis jurisprudencial
vigente sobre el tema22. Consecuencialmente, cuando el juez
de manera equivocada ha concedido el recurso de apelación
siendo improcedente, verbigracia cuando se apela la
decisión de admitir una prueba, la Corte ha optado por
abstenerse de emitir pronunciamiento, por falta de
competencia23.

2.4. Caso concreto (decreto de pruebas)

2.4.1. La defensa solicita decretar como prueba, el


oficio No. 1828 del 18 de agosto de 2020, del Centro de
Servicios Administrativos de los Juzgados de EPMS,
mediante el cual, en respuesta a una solicitud suya, le
informó que en contra del señor ADALBERTO FRANCO no
existían procesos en ejecución de penas.

Según expuso el recurrente, con este documento


pretende refutar las afirmaciones contenidas en la
acusación, en el sentido que ADALBERTO FRANCO registraba
antecedentes penales, sobre las cuales pidió aclaración a la
fiscalía, sin que sus respuestas fueran satisfactorias. No
obstante, la defensa no precisa a qué hecho jurídicamente

22
Cfr. AP4812-2016, rad. 47469, AP948-2018, rad. 51882, AP4812-2016, rad.
47469 y AP2901-2019, rad. 55139.
23
Cfr. AP8489-2016, rad. 48178, AP1319-2018, rad. 52345 y AP1403-2019, rad.
54776, entre otras.

22
CUI: 11001600005020174407902
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relevante alude, o qué hecho pretende rebatir o hacer


menos probable.

En estas condiciones, la prueba carece de pertinencia,


pues su decreto no puede estar orientado a controvertir
cualquier afirmación contenida en la acusación, sino solo
aquellas que son tema de prueba, en las que se pretende
soportar el delito o la responsabilidad penal. Por tanto, se
confirmará en este punto la decisión de primera instancia.

2.4.2. Respecto al oficio SN (sin número) del Juzgado


23 de EPMS, donde se certifica la trazabilidad, naturaleza,
fechas y las razones por la que se concedieron los permisos
para salir del país a los hermanos SOLANO TRIVIÑO, el
tribunal y el recurrente aseguraron que se relacionaba con
los hechos 5, 6, 8, 9 y 12 de la acusación, por el delito de
tráfico de influencias de servidor público. El a quo lo negó
por considerar que no es tema de prueba «la forma ni el
contenido de la providencia que autorizó la salida de esos
condenados, sino el interés y participación que BLANCO
DIAGAMA tuvo en ese trámite».

Contrario a lo manifestado por la primera instancia, la


Sala encuentra acertados los argumentos de pertinencia
expuestos por la defensa, enfocados a desvirtuar la
presunta intervención o incidencia del funcionario judicial
en la concesión de los referidos permisos, acudiendo,
precisamente, a información sobre su trámite y a los
argumentos consignados en las decisiones que condujeron
a la concesión de dichos permisos, pues no de otra manera

23
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podrá hacer valer su tesis defensiva de desvirtuar los


elementos del tipo penal de tráfico de influencias de
servidor público. Por ende, en este punto, se revocará la
decisión del tribunal, para conceder la prueba.

2.4.3. En cuanto a la sentencia que profirió el Juzgado


5° Penal del Circuito con Función de Conocimiento de
Bogotá contra FRANCO YERALD CHÁVEZ ZAMBRANO, de la
solicitud probatoria resulta evidente que, mientras la
fiscalía requirió dicho documento para sustentar la
configuración de los elementos del tipo penal de prevaricato
por acción, la defensa consideró que esa misma prueba
resultaba pertinente a efectos de examinar su «base fáctica»
y así controvertir la configuración del referido tipo penal.

Se trata de una prueba cuyo sustento de pertinencia


fue expuesto en el marco de cada teoría del caso, de cargo y
de descargo, por lo que nada impide su decreto. En
consecuencia, en los términos expuestos párrafos atrás,
resulta desacertado que el tribunal la haya negado
argumentando que fue decretada a la fiscalía, o que se
insista en su decreto condicionado a una eventual renuncia
de la prueba por parte de ella. Por ende, se revocará en este
punto la decisión de primera instancia y se decretará
también para la defensa.

2.4.4. En relación con la argumentación presentada al


término de la diligencia, donde la parte defensiva plantea
que los DVD’s que contenían las interceptaciones
telefónicas no debieron decretarse por adolecer de

24
CUI: 11001600005020174407902
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sustentación deficiente sobre su pertinencia, la Corte carece


de competencia para pronunciarse, teniendo en cuenta que
contra el decreto de pruebas no procede el recurso de
apelación, sino solo el de reposición, tal como se dejó visto.
Por las referidas razones, el tribunal debió rechazarlo por
improcedente.

2.5. La exclusión probatoria

En la sistemática procesal penal regulada en la Ley


906 de 2004, la audiencia preparatoria es el escenario
natural donde se seleccionan por el juez los elementos de
prueba que deben ser practicados o incorporados en la
audiencia pública de juicio oral 24. Esta labor presupone un
pronunciamiento sobre su inadmisión, rechazo o exclusión.

El artículo 29 de la Constitución Política establece que


«[e]s nula, de pleno derecho, toda prueba obtenida con violación
del debido proceso». En desarrollo de este mandato, el Código
de Procedimiento Penal acoge, en el carácter de norma
rectora, el artículo 23, que dispone: «toda prueba obtenida
con violación de las garantías fundamentales será nula de
pleno derecho, por lo que deberá excluirse de la actuación
procesal. (…)».

Por mandato del artículo 359 ejusdem, las partes y el


Ministerio Público pueden solicitar en la audiencia
preparatoria la exclusión, rechazo o inadmisibilidad de los

24
Cfr. AP, 7 mar. 2018, Rad. 51882, AP2901-2019, rad. 55136, AP4281-2019, rad.
55798 y AP790-2020, rad. 56616, entre otras.

25
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medios de prueba. La víctima también está facultada para


realizar este tipo de solicitudes, de acuerdo con lo indicado
por la Corte Constitucional en la sentencia C-209 de 2007.
Correlativamente, el artículo 360 dispone que «el juez
excluirá la práctica o aducción de medios de prueba ilegales,
incluyendo los que se han practicado, aducido o conseguido
con violación de los requisitos formales previstos en este
código».

La exclusión de una prueba solo procede por razones


de ilegalidad o ilicitud. En el primer escenario, por
desconocimiento de los requisitos formales que el legislador
ha previsto para su recaudo, aducción o aporte al proceso.
En el segundo, por vulneración de los derechos
fundamentales de las personas, como cuando se obtiene
mediante tortura, constreñimiento ilegal o violación de la
intimidad.

Si bien ante el juez de control de garantías pueden


presentarse discusiones sobre ilegalidad o ilicitud de las
labores de investigación o de los elementos materiales
probatorios recaudados, este control, de acuerdo con lo
sostenido por la Sala, no es preclusivo, pues el escenario
propicio para demandar la ilegalidad de estos medios, a voces
de los artículos 359 y 360 de la Ley 906 de 2004, es la
audiencia preparatoria. Inclusive, por vía de excepción, es un
tema que puede ser ventilado en la audiencia de juicio oral o
en casación, como lo ha indicado también la Corte, «sobre

26
CUI: 11001600005020174407902
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todo cuando se trata de graves afectaciones de derechos


fundamentales»25.

En orden a garantizar la efectividad del derecho a


solicitar la exclusión de una determinada prueba por
motivos de ilegalidad o ilicitud, la Corte ha indicado que el
juez debe «habilitar un espacio para suscitar la
correspondiente controversia», donde se identifiquen:

(i) las pruebas sobre las que recae el debate, tanto las
que tienen relación directa con la violación de los
derechos o garantías, como las derivadas de las
mismas;

(ii) el derecho o la garantía que se reputa violada;

(iii) la violación denunciada, verbigracia, si se


trasgredió la reserva judicial, la reserva legal o el
principio de proporcionalidad;

(iv) el nexo de causalidad entre la violación del derecho


o garantía y la evidencia, lo que se deriva de lo
dispuesto en los artículos 29 de la Constitución
Política y el 23 de la Ley 906 de 2004, en el sentido
que la exclusión opera si la prueba fue obtenida con
violación de las garantías fundamentales.26

Con esto se busca que la circunstancia que sustenta la


solicitud de exclusión de la prueba por motivos de ilegalidad
o ilicitud esté debidamente acreditada. De lo contrario, no
25
Cfr. AP2609-2020, rad. 50929, SP, mar. 2 de 2005, rad. 18103; SP, jul. 1º de 2009,
rad. 31073; SP, ago. 24 de 2009, rad. 31900; SP, jun. 13 de 2012, rad. 36562 y
AP948-2018, mar. 7 de 2018, rad. 51882, entre otros.
26
CSJ AP, 7 mar. 2018, rad. 51882 y AP, 11 abr. 2018, rad. 52.320.

27
CUI: 11001600005020174407902
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habrá lugar imponer la «máxima sanción invalidante» a la


prueba, como se ha definido jurisprudencialmente a este
tipo de decisiones27.

2.6. Caso concreto (exclusión probatoria)

Aunque uno de los argumentos expuestos por el ente


investigador para demandar la desestimación de la solicitud
de exclusión probatoria presentada por la defensa, es que la
ilegalidad o ilicitud de las interceptaciones telefónicas
fueron examinadas en audiencia de control posterior ante el
juez de control de garantías, donde la defensa no presentó
oposición, es de aclararse, como ya se dijo, que esto no
inhabilita al juez de conocimiento para que, en la audiencia
preparatoria, defina la controversia.

Ahora bien, la interceptación de comunicaciones es un


acto de investigación que implica la afectación al derecho
fundamental a la intimidad, que no es absoluto, por cuanto
admite privaciones y limitaciones temporales en el marco
del proceso penal, siempre y cuando medie orden judicial
(reserva judicial) y se cumplan las formalidades que
establece la ley (reserva legal), como expresamente lo prevé
el artículo 15 de la Constitución Política.

El artículo 250 de la norma superior autoriza a la


Fiscalía General de la Nación a realizar esta clase de
actividades limitadoras de derechos fundamentales. Por
regla general, cualquier actividad investigativa que implique

27
Cfr. CSJ AP2901-2019, rad. 55136.

28
CUI: 11001600005020174407902
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la interferencia de derechos fundamentales como la


intimidad, el buen nombre o la inviolabilidad del domicilio,
requiere de mandato previo y escrito de autoridad judicial
competente28, pero frente a interceptación de
comunicaciones, la Constitución Política solo exige control
judicial posterior. En concreto dispone:

Artículo 250. (…) «En ejercicio de sus funciones la Fiscalía


General de la nación, deberá:

(…)

2. Adelantar registros, allanamientos, incautaciones e


interceptación de comunicaciones. En estos eventos el
juez que ejerza las funciones de control de garantías
efectuará el control posterior respectivo, a más tardar
dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes.»

Es decir que, en estos casos, no se requiere la orden


previa de un juez, pero sí la del fiscal, dirigida a policía
judicial, cuyo resultado, en todo caso, requiere el control
posterior por parte de la autoridad judicial competente 29. Su
alcance se precisó en la sentencia CC C-336 de 2007, así:

«La relativa flexibilización que el numeral 2° del artículo


250 de la Constitución introduce respecto de los registros
(que pueden recaer sobre archivos digitales o documentos
computarizados), allanamientos, incautaciones e
interceptación de comunicaciones, en el sentido de
permitir un control posterior del juez de control de
garantías, puede explicarse en la necesidad y
oportunidad del recaudo de la información, en cuanto se
trata de diligencias que generalmente están referidas a
realidades fácticas que pueden estar propensas a
cambios repentinos, o que podrían eventualmente ser

28
Cfr. SP757-2020, rad. 50540.
29
Ibidem.

29
CUI: 11001600005020174407902
Segunda instancia No. 59032
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alteradas en desmedro del interés estatal de proteger la


investigación».

Lo que prevé el ordenamiento interno es una respuesta


efectiva en aquellos casos donde los actos de investigación
deben ejecutarse de manera inmediata, con total sigilo30,
cuyo propósito es asegurar los elementos de prueba, evitar
su alteración o distorsión y determinar si los hechos que
han llegado al conocimiento del ente investigador revisten
las características de un delito.

Este mandato superior es desarrollado por el artículo


235 de la Ley 906 de 2004, que establece que «el fiscal podrá
ordenar, con el objeto de buscar elementos materiales
probatorios, evidencia física, búsqueda y ubicación de
imputados, indiciados o condenados, que se intercepten
mediante grabación magnetofónica o similares las
comunicaciones que se cursen por cualquier red de
comunicaciones, en donde curse información o haya interés
para los fines de la actuación. (…)».

Dicho artículo también especifica que la orden de


interceptación se debe fundamentar por escrito, además de
cumplir otras exigencias (en concordancia con los arts.
114.3, 146.1, 154.1, 235 y 237 ejusdem), las que no son
meras formalidades, sino que se trata de requisitos que el
juez debe verificar a efectos de determinar si realmente
mediaron criterios de proporcionalidad y necesidad para

30
Cfr. SP757-2020, rad. 50540 y CSJ rad. 56358 de abril 29 de 2020.

30
CUI: 11001600005020174407902
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interferir, sin orden judicial previa, el derecho a la intimidad


con fines de investigación31. Al respecto, tiene dicho la Sala:

«Ordinariamente, aquello que con cierto desdén se


menciona como meras formalidades, es nada menos que
la protección contra la arbitrariedad, porque la intimidad
y la libertad que hacen parte del núcleo esencial de la
autonomía personal y de la más profunda dimensión de
la personalidad, solo, excepcionalmente, son susceptibles
de afectación o restricción con fines de búsqueda de
prueba con vocación de ser usada judicialmente.»32

2.6.1. En el presente asunto, según los documentos


aportados al escenario de controversia sobre exclusión de
pruebas en la audiencia preparatoria, los que contaron con
el respectivo traslado al ente investigador, se tiene que una
fuente humana (que no se identificó) se comunicó el 31 de
agosto de 2017 a una línea telefónica fija de la Delegada
para la Seguridad Ciudadana de la Fiscalía General de la
Nación, para poner en conocimiento de la autoridad
presuntas irregularidades que se estarían presentando en
los juzgados de ejecución de penas y medidas de seguridad
de Bogotá.

La referida denuncia anónima fue recibida por un


servidor de policía judicial, quien la consignó en el formato
dispuesto para tal fin, asignándosele la noticia criminal No.
110016099091201700123. Ese mismo día el agente elaboró
el respectivo informe y lo remitió al funcionario competente
en la Delegada para la Seguridad Ciudadana, siendo

31
Cfr. AP3466-2014, rad. 43572.
32
CSJ. AP. Rad. 36.562 del 13 de junio de 2012.

31
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asignada la investigación a la Fiscalía 7º Especializada de


Bogotá.

El 6 de septiembre de 2017, la fiscal del caso expidió


por escrito la orden de interceptación de comunicaciones,
donde consignó, en lo fundamental, lo siguiente:

(i) La información suministrada por la fuente humana,


sobre las presuntas irregularidades de «pérdida de
expedientes de sentenciados, perdida eventual de sellos de
correspondencia designados al centro de servicios
administrativos, modificación de las bases que alimentan el
sistema de gestión judicial SIGLO XXI» «borrado de los registros
de sistemas de información» y que, al parecer, «se reciben
dineros por el favorecimiento en dichas actuaciones» .

(ii) Los números telefónicos señalados por la fuente


como los que eran usados por servidores judiciales para
cometer estos hechos. Estas líneas fueron las mismas que
la funcionaria incluyó como objeto de las interceptaciones
telefónicas, para cuya realización fijó un término de 180
días (6 meses).

(iii) La finalidad de establecer la posible participación


de servidores y empleados del centro de servicios judiciales
en los hechos denunciados, «determinar su grado de
participación (…) y lograr la identificación e individualización
de los posibles autores (…)».

(iv) Los motivos fundados, así:

32
CUI: 11001600005020174407902
Segunda instancia No. 59032
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- La necesidad de «llegar» a los autores o participes y


esclarecer los hechos, vinculado a lo indispensable de
afectar el derecho fundamental a la intimidad por la
obligación de adelantar el ejercicio de la acción penal e
investigar los hechos «que revistan las características de
delito establecido en el artículo 250 de la Carta Magna (sic)» ;

- La razonabilidad «dada la gravedad y la naturaleza de


las conductas por las que se procede» ;

- La urgencia con fundamento en las facultades


otorgadas por el artículo 250 de la Constitución
Política y que «prima el interés de la colectividad sobre el
particular, llegando de contera a satisfacer principios como
el de la administración de justicia de idoneidad y
pertinencia, por cuanto con esta actuación el ente
acusador procura la obtención de EMP y/o EF, puede llegar
(sic) a los autores del hecho investigado, a su
esclarecimiento y a desarrollar los pilares sobre los cuales
se instituyó el SPOA, como son la verdad, la justicia y la
reparación». Negrillas del texto.

(v) La necesidad que, una vez concluidas las


diligencias, se presentara el respectivo informe de policía
judicial para proceder con el control posterior ante el juez
de control de garantías, en los términos del art. 237 de la
Ley 906 de 2004.

2.6.2. De lo reseñado, la Sala no evidencia que la


orden de interceptación inicial de la Fiscalía 7º
Especializada de Bogotá (del 6 de septiembre de 2017), haya

33
CUI: 11001600005020174407902
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JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

sido infundada, arbitraria o ajena a las facultades


constitucionales y legales del ente investigador. Por el
contrario, estuvo antecedida de información sobre la
ocurrencia de posibles hechos delictivos, lo que fundamentó
la orden escrita de la fiscalía, dirigida a policía judicial y
destinada a recolectar elementos de prueba con vocación de
ser usados en el proceso penal, con la salvedad del su
control judicial posterior.

Por tal motivo, tampoco se advierte algún vicio o


ilegalidad en el actuar de la Fiscalía 51 Delegada ante el
Tribunal, autoridad que, con base en los informes de
investigador de campo objeto de compulsa, que daban
cuenta que en las interceptaciones aparecían involucrados
aforados legales por tener la condición de jueces, ordenó el
24 de noviembre de 2017 la interceptación de las
comunicaciones de los funcionarios GLADYS YINET AYA
TRUJILLO y JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA, y en concreto
de este último, el 18 de enero de 2018.

No resulta extraño ni vicia de ilegal los resultados


obtenidos, que la orden inicial de interceptación haya
conducido a la individualización de algunos aforados, y que
esto hubiera determinado la remisión de copias de la
actuación a la fiscalía delegada ante el tribunal, donde, a su
vez, se ordenaron nuevas interceptaciones, pues unos actos
investigativos pueden conducir o justificar, razonablemente,
otros de igual entidad, según los resultados obtenidos y el
programa metodológico trazado.

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Segunda instancia No. 59032
JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

La rapidez o urgencia con la cual se actuó, lo cual


extraña a la defensa, encaja, según se vio, con las
características de este tipo de actos de investigación, sin
que se exija para su validez adelantar otras labores de
policía judicial, como la identificación previa del titular de
cada línea o seguir con aquellas que propuso en su informe
el investigador luego de recibir la denuncia 33, pues tanto la
naturaleza del acto como las facultades del ente
investigador lo habilitaban para obrar de esa manera.

Tampoco es de recibo el argumento de la defensa en el


sentido que la orden de interceptación primigenia es ilegal
por no haber sido proferida por una fiscalía delegada ante el
tribunal, o que la prueba derivada de este acto, que dio
lugar a otras órdenes de interceptación, sea ilícita. Lo
primero porque, como lo precisó el a quo, se trata de un
acto de parte que no afecta la validez del trámite, como ya lo
tiene decantado esta Sala34, y lo segundo, porque al
descartarse la referida ilegalidad, no se produciría ningún
efecto reflejo de ilicitud respecto de los actos de
investigación posteriores o de sus resultados.

Así las cosas, no prospera la pretensión de exclusión


probatoria elevada por la defensa.

33
En el informe del 31 de agosto de 2017, el investigador consignó como
«sugerencias de análisis y/o verificación: adelantar diligencias de inspección,
entrevistas, labores de campo y verificaciones».
34
Cfr. Entre otras: CSJ SP3988-2020, rad. 56505.

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Segunda instancia No. 59032
JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia,

RESUELVE

PRIMERO. REVOCAR PARCIALMENTE la decisión de


primera instancia proferida por la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá y, en su lugar:

- Ordenar como prueba de la defensa el oficio SN (sin


número) del Juzgado 23 de EPMS, donde se certifica la
trazabilidad, la naturaleza, las fechas y las razones por
la que se concedieron los permisos para salir del país a
los hermanos SOLANO TRIVIÑO.

- Ordenar como prueba de la defensa la sentencia que


profirió el Juzgado 5° Penal del Circuito con Función
de Conocimiento de Bogotá contra FRANCO YERALD
CHÁVEZ ZAMBRANO, que también fue decretada a la
fiscalía.

SEGUNDO. ABSTENERSE de emitir pronunciamiento


sobre la solicitud de la defensa de inadmitir los DVD’s que
contienen las interceptaciones telefónicas de este proceso y
que fueron decretados a la fiscalía.

TERCERO. CONFIRMAR la decisión de no acceder a


la petición de exclusión probatoria elevada por la defensa.

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Segunda instancia No. 59032
JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

CUARTO. En lo demás, CONFIRMAR el auto de


primera instancia.

Contra la presente decisión no proceden recursos.

Notifíquese y cúmplase.

GERSON CHAVERRA CASTRO


Presidente

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

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CUI: 11001600005020174407902
Segunda instancia No. 59032
JORGE ENRIQUE BLANCO DIAGAMA

FABIO OSPITIA GARZÓN

EYDER PATIÑO CABRERA

HUGO QUINTERO BERNATE

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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