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REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL
ASUNTO
Procede la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la
Judicatura a resolver lo que en derecho corresponda en grado
jurisdiccional de CONSULTA, la decisión del 30 de abril de 2018 proferida
por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la
Judicatura del Huila1, mediante la cual sancionó al abogado WILMER
MONTENEGRO VILLARREAL con UN (1) AÑO DE SUSPENSIÓN EN
EL EJERCICIO DE LA PROFESIÓN, al hallarlo responsable de infringir
los artículos 34 literal b), 35 numeral 1° y 37 numeral 1°, de la Ley 1123 de
2007, a título de dolo los dos primeros y de culpa el último.
DE LA CONDICIÓN DE ABOGADO
ACTUACIONES PROCESALES
Lo allegado junto con la queja por parte del señor SEGUNDO JOSÉ
BENAVIDES SOLARTE.
Por Secretaria allegar el Certificado de Antecedentes Disciplinarios.
Oficiar al Centro de Servicios de los Juzgados de Ejecución de
Penas de Florencia, Caquetá para que informara si el doctor
WILMER MONTENEGRO VILLARREAL, elevó solicitud de prisión
domiciliaria para el señor CARMELO ISRAEL CÓRDOBA y
remitiera copia de lo actuado dentro del radicado No. 41001-6000-
716-2013-00386.
6.1.- Informó la Directora del Proceso que según información remitida por
el Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de
Mocoa, Putumayo, el señor CARMELO ISRAEL CÓRDOBA reside en la
Vereda Los Remolinos de Puerto Asís, Putumayo y como quiera que los
testigos no comparecieron ordenó comisionar a la Personería Municipal de
Puerto Asís, Putumayo para que citara a los señores SEGUNDO JOSÉ
BENAVIDES SOLARTE y CARMELO ISRAEL CÓRDOBA y rindiera
testimonio de lo que sabían respecto a la investigación disciplinaria.
De otra parte, afirmó esa instancia que con referencia a la falta estipulada
en el artículo 34 literal b) de la Ley 1123 de 2007, se encontró que en el
contrato de prestación de servicios profesionales en su cláusula primera el
disciplinable asumió un mandato comprometiéndose a un resultado
favorable, es decir, a que fuera concedida la prisión domiciliaria, omitiendo
realizar cualquier tipo de solicitud ante el Juzgado Primero de Ejecución
de Penas y Medidas de Seguridad de Mocoa, Putumayo para que tal
obligación fuera cumplida, probándose la incursión por parte del letrado en
la falta de lealtad con el cliente al hacer promesas sin la seguridad de
poderlas cumplir, resaltando esa Corporación que la actuación de los
profesionales del derecho es de medios no de resultados y por ende no se
debe comprometer a que la gestión encomendada salga avante, actuación
que no desplegó sin lugar a dudas el encartado, siendo merecedor de
reproche disciplinario; conducta efectuada a título de dolo.
Finalmente manifestó el a quo, que el denunciado cobró como honorarios
la suma de $5.000.000, de los cuales se tiene como evidencia que a la
firma del contrato de prestación de servicios profesionales se entregó
$4.000.000, según lo plasmado en el artículo 4 de dicho documento,
siendo totalmente excesivo, por cuanto el denunciado nunca solicitó el
mecanismo sustitutivo de prisión, no siendo equiparable lo pagado con lo
gestionado por el profesional del derecho, quien tenía una obligación que
no ejecutó y a cambio, sí se le pagaron unos honorarios, aprovechándose
así de la necesidad de su cliente, falta consagrada en el artículo 35
numeral 1 de la Ley 1123 de 2007 atribuible a título de dolo, por cuanto su
voluntad fue orientada a apoderarse de un dinero para un trabajo que no
realizó. Transgrediendo de esta manera al deber de obrar con lealtad y
honradez en sus relaciones profesionales, previsto en el numeral 8 del
artículo 28 de la Ley 1123 de 2007.
CONSIDERACIONES
1.- Competencia
4.1.- De la Tipicidad.
2
Ibídem.
3
Sentencia C-564 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
4
Ver Sentencia C-564 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
5
Ver Sentencia C-796 de 2004, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
Con todo, el mismo Alto Tribunal advierte que en materia disciplinaria la
tipicidad de la conducta admite un grado mayor de flexibilidad por su ámbito
de aplicación, la teleología de la sanción y la amplitud de las funciones o los
deberes asignados a sus destinatarios:
6
Sentencia C-404 de 2001, reiterado en sentencia C-818 de 2005.
7
Ver sentencias C-404 de 2001 y T-1093 de 2004, entre otras.
de Neiva, Huila. Ahora bien, en dicho documento tal como lo analizó la
Primera Instancia, en la cláusula primera se estipuló el objeto del contrato
manifestándose:
De lo anterior se puede inferir por esta Sala que el abogado aseguró que
representaría en las diferentes diligencias al señor CARMELO ISRAEL
CÓRDOBA, necesarias para solicitar y que fuera concedida por el Juzgado
de Ejecución de Penas y Medidas la medida de prisión domiciliaria, encargo
profesional al cual no se podía comprometer de esa manera, mucho menos
si ni siquiera iba a cumplir con elevar tal solicitud, por lo cual está
demostrado que el abogado WILMER MONTENEGRO VILLARREAL actuó
de manera desleal para con su cliente, pues garantizó resultados
imposibles de prever, ocasionando falsas expectativas a su mandante, lo
que sin lugar a dudas configuró la falta imputada en sede de instancia,
máxime cuando la actividad profesional es considerada como de medios y
no de resultados.
Para reafirmar esta postura esta Colegiatura trae a colación lo dicho por el
doctor MIGUEL ÁNGEL BARRERA NÚÑEZ en su libro Código Disciplinario
del Abogado comentado por uno de sus redactores, donde analiza esta
falta de la siguiente forma:
De esta manera para sancionar por esta falta prima la forma en que aceptó
el quejoso el pago de lo estipulado en el contrato y por ende del material
probatorio allegado al plenario, es claro advertir que dicho acuerdo no fue
suscrito en un estado de necesidad y de absoluta inexperiencia, al conocer
el señor CARMELO ISRAEL CÓRDOBA el tipo de diligencia al cual se
estaba comprometiendo el investigado y de que el pago iba a ser
supuestamente devuelto en caso de negligencia por parte del togado.
4.2. Antijuridicidad
4.3. Culpabilidad
NOTIFÍQUESE y CÚMPLASE