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Breve introducción a
la teoría literaria
Traducción castellana de
Gonzalo García
CRÍTICA
Barcelona
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PREFACIO
AGRADECIMIENTOS
¿QUÉ ES LA TEORÍA?
tuales y _culturales. La teorí~, e~ est~ sentido, no es un conjun- • la idea de que la escritura expresa una verdad que resi-
to de metod?s para el estudio literano, sino una serie no articu- de fuera del texto, en la experiencia o la situación que
lada ~e escnt?s s?b~e absol~tamente cualquier tema, desde las expresa;
cuestiones mas tecmcas de filosofía analítica hasta las diversas • o la noción de que la realidad es lo que está «presente»
manera~ en que se ha pensado y se ha hablado de nuestro cuer- en un momento dado.
po. ~1 g~nero ,«te~ ría» incluye obras de antropología, cinemato- La teoría es, con frecuencia , una crítica belicosa de las no-
grafía, filo~ofi~, filos.ofia de la ciencia, gender studies, 1 historia ciones de sentido común y, más todavía, intenta demostrar
del.arte, _htstona soctal y de las ideas, lingüística psicoanálisis que lo que damos por seguro como «de sentido com~» es,
s?ciologta Y. teoría política. Esas obras respond~n a las discu~ de hecho, una construcción histórica, un a teoría particular
s~ones proptas de su campo, pero se han convertido en «teo- que ha llegado a parecernos tan natural que ya ni siquiera la
na» ~o~que su persp~ctiva o sus razonamientos son sugeren- percibimos como teoría. Al ofrecer una crítica de lo aparen-
tes ~ utiles para_estudJOsos de otras disciplinas. Las obras qu e temente razonable y desarrollar la exploración consiguiente
devienen «teona~> ofrecen explicaciones que otros pueden de concepciones alternativas, la teoría nos lleva a .cu~stionar
usar sobre muy diversas cuestiones: el significado la naturale- las premisas o los supuestos más básicos en el estudw de la
Z~_Y la cultura, el funcionamiento de la psique o' la interrela- literatura, y perturba todo lo que se puede haber dado hasta
~10? la experiencia privada y la pública o de la experiencia
?e ahora por sentado: ¿Qué es el significado? ¿Qué es un autor?
mdlvtdual Y la de las grandes fuerzas históricas.
¿Qué es leer? ¿Qué es el «yo» o el sujeto que escribe, el q~e
lee, el que actúa? ¿Qué relación hay entre los textos y las cir-
cunstancias en que se producen?
Los efectos de la teoría Pero ¿podemos ver algún ejemplo de «teoría»? En lugar
de hablar sobre la teoría en general, sumerjámonos al fin en
Si definimos la teoría por s~s efectos prácticos, como aquello la obra de dos de los teóricos más influyentes y veamos a qué
que altera nuestra ~erspecttva, que nos hace ver de form a di- conclusiones llegamos. Trataremos dos casos relacionados pero
ferente _n~estros ob¡etos de estudio y las prácticas de análisis dispares, que implican críticas a algunas ideas de sentido co-
¿de que ttpo de efectos hablamos? '
mún sobre el «sexo», la «escritura» y la «diferencia>>.
El e~ecto más importante de la teoría es que pone en duda
el «sent!do. ~omún», las ideas que son de sentido común so-
bre e~ significado, la escritura, la literatura o la experiencia Foucault y el sexo
Por e¡emplo, la teoría cuestiona: ·
• la concepción de que el significado de un enunciado En su libro La historia de la sexualidad, el historiador de las
0
un ~exto se corresponde con lo que el autor «quería ideas Michel Foucault somete a análisis la que llama <<hipóte-
decJI»;
sis represiva»: el lugar común según el cual el sex~ es algo
que, en épocas precedentes, particularmente en el stglo XI~,
l. Literalmente, «estudios del género (sexual)», corriente de la crítica
norteamencanamoder?a, en la que cobran gran importancia las nociones ha sido reprimido y que la modernidad ha luchado por li-
d~l s~~o bla 0~1entac10n sex ual de los diversos participantes en la comu- berar. No obstante, Foucault plantea que, lejos de ser algo
rucacwn tera~Ja. El nombre del movimiento juega en parte con los enre natural que hubiera sido reprimido, el «sexo» es una idea
studzes o estudiOs sobre el género literario. (N. del t.) g
compleja creada por la confluencia en el siglo XIX de un con-
¿Qué es la teoría? 17
I 6 Breve introducción a la teoría literaria
es evidente que tiene implicaciones más amplias, ya que im- do -el armazón conceptual con el que se nos impulsa a pen-
pulsa a sospechar de lo que se identifica como natural o como sar sobre el mundo- ejerce un gran poder. Poder/saber ha
un hecho: ¿acaso no podrían haberlo generado, por el con- originado, por ejemplo, la situación en la que se nos define
trario, los discursos de los expertos, las prácticas ligadas a dis- por nuestro sexo; ha originado la situación que define a una
cursos del saber que dicen describirlo? Según la explicación mujer como alguien que se realizará como persona al tener
de Foucault, lo que ha creado el «sexo» como un secreto de una relación sexual con un hombre. La idea de que el sexo
la naturaleza humana es la tentativa de conocer la verdad so- está fuera del.poder y se opone a él oculta el alcance genera-
bre los seres humanos. lizado del poder/saber.
Hay que tener en cuenta diversos aspectos importa~~es
de este ejemplo de teoría. La teoría de Foucault es anal1t1ca
Las jugadas de la teoría -analiza un concepto- pero es también inherentemente
especulativa, pues no hay evidencia que permit~ demostrar
Una característica de la reflexión que se convierte en teoría es que esta es la hipótesis correcta sobre la sex.ualidad. Es .de-
que realiza «jugadas» sorprendentes, que resultan útiles para cir, hay muchos elementos que hacen plausible su ext:hc~
el análisis de otros temas. Uno de estos movimientos es la ción, pero no hay prueba determinante. Foucault llamo cn-
hipótesis de Foucault conforme a la cual la supuesta oposi- tica «genealógica» a este tipo de investigación: exponer cómo
ción entre una sexualidad natural y las fuerzas sociales (el una categoría supuestamente fundamental , como la ~el
«poder») que la reprimen es en realidad, probablemente, una «sexo», es producida por prácticas discursivas . Una crítica
relación de complicidad: las fuerzas sociales originan la cosa como esta no pretende decirnos qué es el sexo «en verdad»,
(«sexo») que aparentemente intentan controlar. Una jugada sino que intenta averiguar cómo se ha creado ese con~ept,o.
subsiguiente -el «bonus» de la partida, por llamarlo así- Obsérvese que, en su análisis, Foucault no habla en nmg:m
sería preguntarse qué se consigue al ocultar esta complicidad caso de literatura; pero su teoría ha demostrado ser muy m-
entre el poder y el sexo (supuestamente reprimido por el po- teresante para los estudiosos de la literatura. Por un lado,
der). ¿Qué se consigue al mostrar esta interdependencia no porque la literatura trata de sexo; la literatura es uno de l~s
como dependencia, sino como oposición? La respuesta de lugares en donde se construye esa idea del sexo, y en la li-
Foucault es que así se enmascara la omnipresencia del poder: teratura se encuentra una defensa de la noción de que la
uno cree que está resistiéndose al poder al defender el sexo, identidad más profunda de las personas está ligada al tipo
y en realidad está operando completamente dentro de los de deseo que sienten por otro ser humano. La exp~cación de
términos establecidos por el poder. Por decirlo de otro modo, Foucault ha resultado importante para los estudiosos de la
mientras esa cosa llamada «sexo» aparenta estar fuera del po- novela y también para los que trabajan en es~udios ~ay Y
der, como algo que las fuerzas sociales intentan en vano con- lesbiana, o en general en los gender studies: La mfluencia de
trolar, el poder parece limitado, no parece demasiado pode- Foucault reside particularmente en haber mventado nuevos
roso (no puede domar al sexo). Pero en realidad el poder es objetos históricos: cosas como . el «sexo», e~ «castigo» o la
omnipresente: está en todas partes. «locura», que no se había considerado prevtame~te que tu-
El poder, para Foucault, no es algo que se ejerce; se ejer- vieran una historia. Sus obras tratan estos obJetos como
ce la dualidad «poder/saber>>: poder bajo la forma de saber o construcciones históricas y, por tanto , impulsan a analizar
saber bajo la forma de poder. Lo que creemos saber del mun- cómo las prácticas discursivas de un período -incluyendo la
20 Breve introducción a la teoría literaria ¿Qué es la teoría? 21
literatura- pueden haber modelado las cosas que nos pare- un «complemento; cosa que sirve para completar otra o agran-
cen evidentes. darla hasta cierta medida». Entonces, ¿la escritura «comple-
ta» a la palabra al suplir algo esencial que le faltaba? ¿O bien
añade algo suplementario, de lo que el habla podría prescin-
Derrida y la escritura dir tranquilamente? Rousseau caracteriza repetidamente la
escritura como una mera adición, un añadido no esencial, in-
Como segundo ejemplo de «teoría», tan influyente como la cluso una «enfermedad del habla»: la escritura se compone
revi~ión fou~aultiana de la historia de la sexualidad, pero con de signos que introducen la posibilidad de la confusión, pues
matiCes que ilustran algunas diferencias importantes, podría- se los lee en ausencia del hablante, que no está presente para
mos tomar el análisis que el filósofo Jacques Derrida dedicó aclarar o rectificar. No obstante, aunque Rousseau califique la
a una discusión sobre la escritura y la experiencia en las Con- escritura de suplemento no esencial, sus obras la reflejan
fesiones, deJean-Jacques Rousseau. A Rousseau se le ha atri- como lo que completa o suple lo que se echa en falta en el ha-
buido con frecuencia el mérito de haber colaborado en el bla: se hace intervenir a la escritura para compensar las im-
nacimiento de la noción moderna del yo individual. perfecciones del habla, como por ejemplo la posibilidad de
Pero antes, veamos algunos antecedentes. Tradicionalmen- confusión. Así, Rousseau escribe en las Confesiones, el libro
te, la filosofía occidental ha diferenciado la «realidad» de la que inaugura la noción del yo como realidad «interior» des-
«aparien~ia», las «cosas>~ en sí de sus «representaciones» y el conocida por la sociedad, que ha optado por escribir ese
«pensamie~to» de los «signos» que lo expresan. Los signos y libro y esconderse de la sociedad porque en sociedad se mos-
representaciOnes, en esta perspectiva, no son sino un camino traría «no sólo en desventaja, sino completamente diferente a
de acercami:nto a la realidad, a la verdad o a las ideas; y de- lo que soy ... Si estuviera presente, la gente nunca hubiera
ben ser lo mas transparente posible, no deben estorbar no han conocido mi valor». Para Rousseau, entonces, su yo «verda-
de afectar ~ infectar el pensamiento o la verdad qu~ repre- dero» es diferente del yo que se muestra en la conversación
sentan. Segun este esquema, el habla parece ser la manifesta- con los demás, y requiere de la escritura para suplir los signos
ción. o la presencia inmediata del pensamiento, en tanto que la equívocos de su habla. La escritura adquiere de repente un
escntur~, que opera en ausencia del emisario del mensaje, se papel esencial porque el habla tiene rasgos que antes parecían
ha considerado una representación artificial y secundaria del ser propios de la escritura: como la escritura, se compone de
habla, un signo, potencialmente engañoso, de otro signo. signos que no son transparentes, que no transmiten sin más el
. Rousseau se inscribe en esta tradición, que ha pasado a significado que el hablante tiene en mente, sino que están
u;tegrarse en el sentido común, al escribir: <<Los lenguajes es- abiertos a la interpretación.
tan hechos para ser hablados; la escritura sirve sólo de suple- La escritura es un suplemento del habla, pero el habla es
~ento al habl~». En este punto interviene Derrida, pregun- igualmente un suplemento; los niños, escribe Rousseau, apren-
tandose «¿Que es un suplemento?». En el Diccionario de uso den rápidamente a hablar para «suplir su debilidad ... pues
del español de María Moliner 2 se dice que un suplemento es no es necesaria demasiada experiencia para darse cuenta del
placer que supone actuar a través de las manos de otros y mo-
2. El.autor citaba aquí la definición del Merriam Webster's. Parte de ver el mundo con solo mover la lengua». Derrida hace un
las referenc1as culturales y ejemplos literarios, así como las tiras cómicas se movimiento de deriva característico de las obras de «teorÍa>>
han adaptado en la versión española de este libro. (N. del t.) ' y trata este caso concreto como ejemplo de una estructura
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22 Breve introducción a la teoría literat·ia
lógica general: una «lógica de la suplementariedad» que encuen- ma, sin suplementos ni signos intermedios; en su presencia
tra en las obras de Rousseau. Esta lógica es una estructura en la estructura la necesidad de suplementos es exactamente la
la que lo suplementado (el habla) acaba necesitando un suple- misma. De ;quí el grotesco incidente de tragarse la c?mi?a
mento, porque demuestra tener los mismos rasgos que origi- que ella se había llevado a la boca. La cadena de sustltuclO-
nalmente se pensaba que caracterizaban exclusivamente al nes podría continuar; incluso si Rousseau llegara a, como
suplemento (la escritura). Intentaré explicarme. se suele decir, «poseerla», perduraría la sensación de que
Rousseau necesita escribir porque cuando habla se le mal- Maman se le escapa y de que sólo es posible prometerse te-
interpreta. O, en términos más generales, necesita signos por- . nerla o recordar haberla tenido. Y quizá Maman sea también
que las cosas en sí no le satisfacen. En las Confesiones des- un sustituto de la madre que Rousseau nunca tuvo; madre
cribe su amor adolescente por Madame de Warens, en cuya que, a su vez no hubiera sido suficiente y que, como todas las
casa residía y a la que llamaba «Maman»: madres, hubiera generado insatisfacción y requerido suple-
mentos.
No acabaría nunca si tuviera que describir en detalle «A través de esta serie de suplementos», escribe Derrida,
todas las locuras que el recuerdo de mi querida Maman me «emerge una ley: la de una serie vinculada infinitamente, q_ue
hacía cometer cuando ya no estaba en su presencia. Cuántas multiplica ineludiblemente las mediaciones suplementanas
veces besé mi cama, recordando que ella había dormido allí, que producen la sensación de la misma.c~sa qu~ postergan: la
mis cortinas y todos los muebles de la sala, pues p ertenecían i.mpresión de la cosa en sí, de presenCia mmediata o de J?er-
a ella y su mano hermosa los había tocado, incluso el suelo, cepción imaginaria. Se deriva la inmediatez. Todo emp1~za
sobre el que me postraba, pensando en cómo ella había dis- por el intermediario». Cuanto más insiste un texto en la lm-
currido por él. portancia de la presencia de la cosa misma, más resulta que
muestra la necesidad de intermediarios. Estos signos o suple-
Esos objetos que menciona Rousseau funcionan, en la mentos son en realidad los responsables de que creamos que
ausencia de Maman, como suplementos o sustitutos de su pre- hay algo ahí fuera (como Maman) que podemos tocar y com-
sencia. Pero resulta que incluso en su presencia se mantiene prender. Lo que estos textos nos ense~~ es ~ue la idea del
la misma estructura, la misma necesidad de suplementos. El original la crean las copias, y que el ongmal s1emp.r~ resulta
texto continúa: diferido y no podemos alcanzarlo nunca. La conclus10n es que
no podemos seguir manteniendo lo que nos dicta nue~t~o sen-
En ocasiones cometía, incluso en su presencia, extrava- tido común: que la realidad está presente y que el ongmal es
gancias que sólo el más violento amor parecía capaz de ins-
lo que estuvo presente. La experiencia, por el contrario, sufre
pirar. Un día, sentados a la mesa, justo cuando se había in-
troducido un bocado en la boca, grité que había un pelo en la mediación de los signos y el «original» es generado como
él. Dejó el bocado de nuevo en el plato; yo lo agarré y lo efecto de los signos o suplementos.
deglutí con avidez. Para Derrida los textos de Rousseau, entre otros, nos pro-
ponen que no co~cibamos la vida como una realidad e~t,erior
La ausencia de Maman, cuando ha de conformarse con a la que se superponen signos y textos con la ~era func~on de
sustitutos o signos que la recuerdan, se contrasta primero representarla, sino más bien como algo b~na·d·o d~, s1gnos,
con su presencia. Pero se advierte que su presencia no es un convertido en lo que es por procesos de s1gmflcac10n. Una
momento de satisfacción, de acceso inmediato a la cosa mis- obra puede pretender que la realidad es previa: al significado,
24 Breve introducción a la teoría literaria
¿Qué es la teoría? 25
pero de hecho muestra, en una formulación que se ha hecho
~rurosa, que «il n'y a pas de hors-texte» («No existe lo fuera- punto una obra literaria, como por ejemplo las Confesiones de
e -texto»): cuando c:eemos estar fuera de los signos y el tex- Rousseau, es en sí misma teórica: por una parte, ofrece un ra-
to Y ~canzar la ~rea.ltdad en sí misma», lo que encontramos zonamiento especulativo explícito sobre la escritura, el deseo
es m~s texto, mas signos, cadenas de suplementos. Escribe y la sustitución o suplementación, pero al mismo tiempo nos
Dernda: lleva a pensar sobre estos temas de acuerdo con formas implí-
citas en el texto. Foucault, por su parte, no nos propone con-
Lo que hemos intentado mostrar al seguir el hilo conduc- siderar cuán penetrantes o sabios son los textos, sino en qué
tor .del «suplemento peligroso» es que en lo que llamamos medida los discursos de médicos, científicos y novelistas, entre
la v~da re~ de esas criaturas «de carne y hueso» ... nunca ha otros, crean los objetos que dicen meramente analizar. Derri-
habido ma~ q~~ escritura, nunca ha habido más que suple- da muestra que las obras literarias son teóricas, Foucault que
mentos Y significados ~ustitutivos que sólo podían generarse los discursos del saber son creativamente productivos.
en una cadena de relaciOnes diferenciales ... y así indefinida-
mente, pues hemos leído en el texto que el presente absoluto También parece haber diferencias en las pretensiones de
la Naturalez~, lo que nombramos con palabras como «madr~ ambos y en las implicaciones que se derivan. Derrida quiere
real», etc:, Siempre se ha escapado, nunca ha existido; que explicarnos qué dicen o muestran los textos de Rousseau, por
es la escntur~, en tanto que desaparición de la presencia na - lo que la cuestión que surge a continuación es saber si lo que
tural, la que maugura el significado y el lenguaje. dicen los textos de Rousseau es cierto o no. Foucault aspira a
analizar un momento histórico determinado, de lo que se de-
~sto no quiere decir que no haya diferencia entre la p. re- riva la cuestión de si sus grandes generalizaciones son aplica-
sencia
. de. , Maman
. · o entre un suceso «real» y uno
. o su ausencia, bles también a otras épocas o lugares. Derivar cuestiones im-
~e flcCion; Implica ~ue su prese?c~a no es sino una forma par- plicadas en las afirmaciones, como acabamos de hacer, es ya
ticular de la ausencia, que contmua precisando de mediacio- una manera de entrar en la «teoría» y practicarla.
nes y suplementos. Ambos ejemplos ponen de manifiesto que la teoría impli-
ca una forma práctica de especulación: las nuevas explicacio-
nes del deseo, el lenguaje, etc., suponen un desafío a nuestras
Qué nos muestran estos ejemplos ideas previas (que exista algo natural llamado «sexo», o que
los signos representen realidades preexistentes). De ese modo,
Foucault Y "?~rrida entran con frecuencia en una misma lista, nos incitan a pensar de nuevo en las categorías a las que recu-
la de los teonco.s «postestructuralistas» (véase el Apéndice), rrimos para reflexionar sobre literatura. Estos ejemplos mues-
pero estos. dos eJ~mplos de teoría presentan diferencias nota- tran la que ha sido la tarea principal de la teoría más reciente:
bles. Dern?a re~za una lectura, una interpretación de textos la crítica de todo lo que se toma por natural, la demostración
en los que tdenttfica el funcionamiento de una lógica. La pro- de que todo lo que se ha pensado o declarado como «natural»
huesta d~ Foucault, por el contrario, no se basa en textos (de es en realidad un producto histórico y cultural. Se podrá com-
echo, Cita ~ .núme!o sorprendentemente escaso de docu- prender lo que sucede recurriendo a un nuevo ejemplo: cuan-
mentos o practicas discursivas), sino que ofrece un esquema do Aretha Franklin canta You make me /eellzke a natural wo-
conceptual genéri~o para pensar sobre los textos y los discur- man («Haces que me sienta como una mujer natural»), pare-
sos en general. La Interpretación de Derrida muestra hasta qué ce contenta de hallarse confirmada en una identidad sexual
«natural», previa a la cultura, cuando un hombre la trata de
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26 Breve introducción a la teoría literaria
las canciones, la transcripción de una conversación o las ratura considerada en sus relaciones con las instituciones socia-
autobiografías? les 1=>ero incluso si nos limitamos a los dos últimos siglos, la
ca¡~goría de literatura escapa a nuestra definición: ¿aca~o
ciertas obras que hoy consideramos literatur~ -poe~as srn
Perspectiva histórica rima ni metro aparente, escritos en ellengua¡e prop10 ?~ la
conversación ordinaria- hubieran cumplido los reqms1tos
Basta con contemplarla bajo una ligera perspectiva histórica para que Madame de Staellos calificar~ de <~teratura»? Y de-
para que la cuestión se nos complique más. [.l:_9 que hoy lla- beríamos dar entrada en nuestras cons1derac1ones a las cultu-.
mamos literatura se ha venido escribiendo desde hace más de ras no europeas, lo que complica todavía m~s la cuest~ón. Uno
veinticinco siglos, pero el sentido actual de la palabra litera- siente la tentación de abandonar y conclmr que es literatura
tura se remonta a poco más allá de 1800. Antes de esa fecha, lo que una determinada sociedad considera literatura; un con-
literatura y términos afines en otras lenguas europeas signifi- junto de textos que los árbitros de esa cultura reconocen
caban «escritos» o «conocimiento erudit~». j Todavía hoy se como pertenecientes a la literatura.
conserva en inglés o alemán la acepción común de «biblio- Desde luego, una conclusión como esta es totalmente
grafía» o «estudios» para litterature y Literatur, e incluso en insatisfactoria. No resuelve la cuestión, sólo la desplaza; en
español cabe esa acepción cuando se habla, por ejemplo, de lugar de preguntarnos qué es la ~teratura, debemos pregun-
«literatura médica». Las obras que hoy se estudian como lite- tarnos ahora qué es lo que nos rmpulsa (a nos~tros, o a l?s
ratura inglesa, española o latina en las escuelas y universi- miembros de otra sociedad) a tratar algo como literatura. ~rn
dades antes se consideraban sólo ejemplos excelsos del uso embargo, lo mismo ocurre en otras categorías, q~e n.o se ref~e
posible del lenguaje y la retórica, y no un tipo particular de ren a propiedades específicas sino sólo a. los cntenos, vana-
escritura. Eran muestras de una categoría mayor de prácticas bies, de cada grupo social. Tómese por e¡~mplo una pre~un
ejemplares de la escritura y el pensamiento, que incluía el dis- ta como «¿Qué es una mala hierba_?». ¿Existe ~a ~senCla de
curso retórico, los sermones, la historia y la filosofía. No se la «malayerbidad», un algo espee1~l, .un no se que, que las
pedía a los estudiantes que los interpretaran, en el sentido en malas hierbas comparten y que las d1stmgue de las otras plan-
que se interpretan hoy las obras literarias, procurando explicar tas? Quien con su mejor voluntad se haya puesto. a escardar
«de qué tratan en realidad». Se llevaban a cabo otras tareas; un jardín sabe cuánto cuesta distinguir una mala h1er~a de las
los estudiantes memorizaban las obras, estudiaban su gramá- otras plantas, y se preguntará cuál es el secr~to. ¿Que puede
tica, identificaban sus figuras retóricas y las estructuras o pro- ser? ¿Cómo se reconoce una m:Ja hierba? B1e?, el secreto es
cedimientos de la argumentación. Una obra como la Eneida que no hay secreto. Las malas. hierbas son senctllament~ pl~n
de Virgilio, que hoy se estudia como literatura, recibía un tra- tas que los jardineros no qmeren que c~ezca? en su _Jardrn.
to muy diferente en las escuelas de antes de 1850. Quien tenga curiosidad por ellas perd~ra el tiempo s1 b~sc.a
[E! sentido moderno de literatura en Occidente, entendi- la naturaleza botánica de la «malayerbtdad», las caractenstl-
da como un escrito de imaginación, tiene su origen en los teó- cas .físicas o formales que hacen que una planta se~ un~ m_al.a
ricos del Romanticismo alemán de la transición de los si- hierba. En lugar de eso hay que emprender es~udws htston-
glos xvnr y XIX y, por buscar una fuente concreta, en el libro cos, sociológicos y quizá psicológicos sobre lo~ tipos de planta
que publicó en 1800 la baronesa francesa Madame de Stael, que se consideran indeseables por parte de diferentes grupos
muy cercana a los primeros románticos alemanes: De la lite- en diferentes lugares.
34 Breve introducción a la teoría literaria ¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 35
Quizá la literatura es como las malas hierbas. Pero esta tiene utilidad práctica evidente, pero ¿podemos conseguir ese
respuesta no elimina la pregunta; la reformula de nuevo: ¿qué mismo efecto si sacamos otras frases del contexto en que se
elementos de nuestra cultura entran en juego cuando trata- . clarifica su función? Tomemos una frase de un libro de ins-
mos un texto como literatura? trucciones, un prospecto, un anuncio, un periódico, y escri-
bámosla aislada sobre el papel:
Tratar textos como literatura Agítese enérgicamente y déjese reposar cinco minutos .
Supongamos que nos encontramos con una frase como la ¿Es literatura? ¿Lo he convertido en literatura al sacarlo
siguiente: del contexto práctico de unas instrucciones? Tal vez sí, pero
no está muy claro que lo haya logrado. Parece que nos falta
We dance round in a ring and suppose, algo: la frase no tiene recursos que nos permitan trabajar so-
But the Secret sits in the middle and k nows.
bre ella. Para que fuera literatura necesitaríamos, acaso, in-
(Bailamos en círculo y suponemos, ventar un título cuya relación con el <<Verso» creara problemas
Pero el Secreto sabe, sentado en el centro.) y obligara a ejercitar la imaginación: «El secreto», por ejem-
plo, o «La esencia de la compasión».
Bueno, ¿de qué se trata, y cómo lo sabemos? Dependerá No obstante, sería bastante más fácil si la frase sonara algo
en gran parte de dónde encontremos este texto. Si aparece en así como «Una nube de azúcar al alba, en la almohada», que
el apartado de horóscopo de un periódico, no será más que parece tener más oportunidades de ser literatura, pues no
una redacción in usualmente enigmática; pero si tiene valor de puede ser nada más que una imagen, lo que invita a un cier-
ejemplo, como en esta ocasión, podemos indagar las diversas to tipo de atención, invita a pensar. Eso sucede con los textos
posibilidades que nos ofrecen los usos corrientes del lengua- en los que la relación entre forma y contenido puede dar que
je. ¿Es quizá una adivinanza, y nos toca adivinar el Secreto? pensar. En esta perspectiva, la frase que abre un libro de filo-
O tal vez se trate de publicidad de un producto nuevo, el sofía como el de W. O . Quine, From a Logical Point o/View,
Secreto, pues es frecuente que la publicidad recurra a la rima podría ser considerada un poema:
-«Winston tastes good, like a cigarette should», «Recuérda-
Una cosa extraña
lo: con agua sólo cueces, con Avecrem enriqueces>>--- y se ha sobre el problema ontológico es su
ido volviendo progresivamente más enigmática, para intentar sencillez.
impactar a un público cada vez cansado. Aun así, esta frase
parece desligada de todo contexto práctico imaginable, in- Dispuesta en la página en esas tres líneas y rodeada de
cluida la venta de un producto. Si añadimos que el texto rima intirnidatorios márgenes de silencio, la frase puede despertar
y que, tras las dos primeras palabras, sigue un esquema rít- una forma de atención que podríamos llamar «literaria»: un
mico regular de alternancia de sílabas átonas y tónicas (róund- interés por las palabras, por cómo se relacionan entre sí, qué
in-a-ríng-and-sup-póse), surge la posibilidad de que este texto implican, y especialmente un interés por saber cómo se rela-
pueda ser poesía, una muestra de literatura. cionan lo dicho y la manera en que se dice. Es decir, por es-
Algo no cuadra del todo, sin embargo; lo que origina la tar escrita de esa manera, la frase parece capaz de responder
posibilidad de que estemos ante un texto literario es que no a la idea moderna de poema y al tipo de atención que se aso-
36 Breve introducción a la teoría literaria ¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 37
vención fundamental: los participantes cooperan unos con un objetivo comunicativo superior.)!..a «literatura» es una eti-
otros y, por tanto, se comprometen a intercambiarse infor- queta institucionalizada que nos permite esperar razOnable-
mación relevante para la conversación. ISi le pregunto a al- mente que el resultado de nuestra esforzada lectura «valdrá la
guien si Manuel es un buen estudiañte' y me "responde que pena»; y gran parte de las características de la literatura se
«suele ser puntual», interpretaré la respuesta presuponiendo deriva de la voluntad de los lectores de prestar atención y ex-
que mi interlocutor coopera conmigo y que lo que me dice es plorar las ambigüedades, en lugar de correr a preguntar «¿qué
relevante; de modo que no me quejaré de que no me haya res- quieres decir con eso?» ~ ·
pondido, sino que entenderé que la respuesta está implícita La literatura, podríamos concluir, es un acto de habla o un
y se quiere decir que, aparte de la puntualidad, poco más se suceso textual que suscita ciertos tipos de atención. Contrasta
puede añadir de positivo sobre Manuel como estudiante. con otras clases de actos de habla, como es el transmitir infor-
Mientras no se demuestre lo contrario, un hablante presupo- mación, preguntar o hacer .una promesa.LE_n la mayoría de ca-
ne que la persona con la que habla coopera con él. sos, lo que como lectores nos impele a tratar algo como litera-
_En cuanto a la narración literaria, considerémosla parte . tura es, sencillamente, que lo encontramos en un contexto que
de una clase mayor de textos, los «textos expositivos narra- lo identifica como tal: en un libro de poemas, en un apartado
tivos»; la relevancia de estos enunciados no depende de la de una revista o en los anaqueles de librerías y bibliotec_as.j
información que aportan a su oyente o lector, sino de su «ex-
plicabilidad».iTanto si explicamos una anécdota a un amigo
como si escribimos una novela para la posteridad,: lo que ha- Una incógnita pendiente
cemos es muy diferente de lo que se hace, por ejemplo, al tes-
tificar en un juicio: intentamos crear una historia que «valga Nos queda todavía una incógnita por resolver. ¿Hay acaso
la pena» para el oyente; que tenga al ún tipo de finalidad o maneras especiales de manejar el lenguaje que nos indiquen
de sentido, que divierta o entretenga. Lo que distingue a los que lo que leemos es literatura? ¿0, por el contrario, cuando
textos literarios de otros textos expositivos igualmente narra- sabemos que algo es literatura le prestamos una atención di-
tivos es que han superado un proceso de selección: han sido ferente a la que damos a los periódicos y, en resultas, encon-
publicados, reseñados e impresos repetidamente, de modo tramos significados implícitos y un manejo especial del len-
que un lector se acerca a ellos con la seguridad de que a otros guaje? La respuesta más factible es que se dan ambos casos;
antes que a él les ha parecido que estaban bien construidos y a veces el objeto tiene características que lo hacen literario y
«valían la pen~»- 1 Por tanto, en la comunicación literaria, el otras veces es el contexto literario el que motiva la decisióp.. ¡
principio de cooperación está «hiperprotegido». Nos hare- Que el lenguaje esté estructurado de forma rigurosa no es su-
mos cargo de las oscuridades o irrelevancias manifiestas que ficiente para convertir un texto en literario; no hay ningún
encontremos, sin suponer que carecen de sentido. El lector texto más estructurado que la guía de teléfonos ... Y no po-
presupone que las dificultades que le causa el lenguaje litera- -demos tampoco convertir el primer texto que se nos ocurra
rio tienen una intención comunicativa y, en lugar de imaginar en literario con solo aplicarle ese calificativo; no puedo tomar
que el hablante o el escritor no está cooperando en la comu- mi viejo manual de química y leerlo como una novela.
nicación (como podríamos pensar en otros contextos), se Por una parte, entonces, la literatura no es un mero mar-
esforzará por interpretar esos elementos que incumplen las co en el que quepa cualquier forma de lenguaje, y no todas las
convenciones de la comunicación eficiente integrándolos en frases que dispongamos en un papel como si fueran un poe-
40 Breve introducción a la teoría literaria
¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea ? 41
ma lograrán funcionar como literatura. A su vez no obstante La disposición lingüística pasa a primer término (escú-
la literatura es más que un uso particular del l~nguaje, pue~ chese la repetida presencia de las erres, además del ritmo
~uchas ?bras no hacen ostentación de esa supuesta diferen- acentual o la rima) , y aparecen imágenes de objetos inusuales
Cia; funciOnan de un modo especial porque reciben una aten- como «un dentro sin luz»; todo indica que estamos ante un
ción especial.
manejo especial del lenguaje que quiere atraer nuestra aten-
Nos las vemos con una estructura complicada. Las dos ción hacia las propias estructuras lingüísticas.
perspectivas se superponen parcialmente, se entrecruzan, pero Pero es igualmente cierto que la mayoría de lectores no
no par~ce q~e se derive una síntesis. Podemos pensar que las perciben los patrones lingüísticos a no ser que algo aparezca
~br~s hteranas son un lenguaje con rasgos y propiedades dis- identificado como literatura. Al leer prosa corriente no esta-
tmtlVas, o que son producto de convenciones y una particular mos escuchando. El ritmo de mi frase anterior, por ejemplo,
manera de leer. Ninguna de las dos perspectivas acoge satis- no habrá dejado huella en el oído del lector; pero si asoma
factoriamente a la otra, y tenemos que conformarnos con saltar una rima, el lector ya no escatima su atención y se aproxima ...
de una a otra. Apuntaré a continuación cinco consideraciones a escuchar atentamente. La rima, que es una señal conven-
que la teoría ha propuesto sobre la naturaleza de la literatura: cional de literariedad, nos hace percibir el ritmo que previa-
~n cada una partimos de un punto de vista razonable, pero al mente ya estaba en la frase. Cuando el texto que tenemos
fmal debemos hacer concesiones a las otras propuestas. delante se etiqueta como literario, estamos dispuestos a pres-
tar atención a cómo se organizan los sonidos y otros elementos
del lenguaje que generalmente nos pasan inadvertidos.
La naturaleza de la literatura
. ~Se suele decir que la «literariedad» reside sobre todo en la La literatura es un lenguaje en el que los diversos componen-
org~~ación del lenguaje, en una organización particular que t es del texto se relacionan de modo complejo. Si me llega una
lo d1stmgue del lenguaje usado con otros propósitos. La lite- carta al buzón pidiéndome colaboración para una causa no-
rat~ra es un !~nguaje que trae «a primer plano» el propio len- ble, ifícilmente encontraré que su sonido sea un eco del sen-
guaJe; lo ra~1flca, nos lo lanza a la cara diciendo « ¡Mírame! tido; pero en literatura hay relaciones -de intensificación o
¡Soy lenguaJe!», para que no olvidemos que estamos ante un de contraste y disonancia- entre las estructuras de los dife-
lenguaje conformado de forma extraña. La poesía, de modo rentes niveles lingüísticos: entre el sonido y el sentido, entre
quizá más evidente que los otros géneros, organiza el sonido la organización gramatical y la estructura temática. 1Una rima,
corriente del lenguaje de forma que lo percibamos. Veamos el al unir dos palabras (helada/mirada), nos lleva a relacionar su
comienzo de un soneto de Miguel Hernández: significado (la «mirada helada» podría resumir la actitud que
el yo poético percibe en su amada).
Tu corazón , una naranja helada Pero ninguna de las dos propuestas vistas hasta ahora, ni
con un dentro sin luz de dulce miera ambas en conjunto, nos definen qué es la literatura. No toda
y una porosa vista de oro: un fuera la literatura trae a primer término el lenguaje como se sugiere
venturas prometiendo a la mirada. en la consideración 1, pues muchas novelas no lo hacen:
' · ta lo que sea? 43
¿Qué es la literatura, Y que zmpor
42 Breve introducción a la teoría literaria
. d la literatura que se consideran
Una muralla de piedra, negruzca y alta, rodea a Urbía. Esta ·' Jetermmados aspectos e literatura nos dicen estas
muralla sigue a lo largo del camino real, limita el pueblo por 1·senct.al es. L eer un texto
. como do la organizacton
' . , d ellen-
. .
•1proxrmactones,
es mtrar ante to
. , de la psique del autor o
el norte, y al llegar al río se tuerce, tropieza con la iglesia, a la
que coge, dejando parte del ábside fuera de su recinto, y des-
. . es leerlo como expreston .
uaje, no . d 1 . dad que lo ha productdo.
pués escala una altura y envuelve la ciudad por el sur. ·omo refleJO e a socte
Whale for Jesus» trata en realidad de los adhesivos. La ínter- Las funcio nes de la literatura
textualidad y la autorreflexividad de la literatura, por tanto;
no son un rasgo distintivo, sino el llevar a primer plano cier- , l d , s que la teoría literaria
tos aspectos del uso del lenguaje y ciertas cuestiones sobre la Al comienzo de ~ste ca_?ttu o hecta:~entrado sus análisis en
representación que se pueden observar también en otros de los últimos vemte anos no . a e~ no literarias. Lo que
textos. la diferencia entre las ob.ras ltterana::flexión sobre la litera-
han emprendido lo_s teÓ~lCt ~d:~gica, sobre las funciones
tura como ca~egona soCla .e, realizaba ese algo llamado
¿Propiedades o consecuencias? políticas y soctales quel se crel~ fu~ lo XIX la literatura surgió
«literatura~> . En la Ing ate: ~ ~tgportan'cia, un tipo especial
En los cinco casos hemos encontrado la situación quemen- como una tdea de extraor d.ana tmfunciones. Se convirtió en
. cargado de 1versas . , .
cionábamos más arriba: estamos ante lo que podemos descri- d e escntura en l l · s del Imperio Bntam-
. d . t ción en as co ama d
bir como propiedades de las obras literarias, ante caracterís- un su¡eto ~ ~s ruc los nativos apreciaran la grandeza e
ticas que las señalan como literarias, pero que podrían ser co, con la mtston de que . amo artícipes agradecidos,
consideradas igualmente resultado de haber prestado al tex- Inglaterra y se cot??~odetterd~~cancephistórico. En la metró-
to determinado tipo de atención; otorgamos esta función al en una empresa ctviliza ora , el materialismo fomen-
lenguaje cuando lo leemos como literatura. Ninguna de estas poli debía contrarrestar el e?otsmp~t~lista ofreciendo valores
d la nueva economta ca ' d
perspectivas, se diría, puede en lobar al resto para convertir- ta os por 1 d' y los aristócratas y espertan-
se en la perspectiva exhaustiva. Los rasgos propios de la lite- alternativo: a las e ases ~e tas or la cultura que, material-
ratura no se pueden reducir ni a propiedades objetivas ni a do el interes de los traba¡ador~s Y b d' da De una ta-
1 b a una postcton su or ma · d
meras consecuencias del modo en que enmarcamos el lengua- mente, los re ega ~ - 1 apreciación desinteresa a
je. Hay para ello una razón fundamental , que ya vimos en los cada, la literatura tba a ens.en~r ta de grandeza de la patria,
pequeños experimentos mentales al comienzo de este capítulo: del arte, despertar. un senttmtlen olases y en última instancia,
añensmo entre as e ' ,
. el lenguaje se resiste a los marcos que le imponemos. Es difí- generar comp . d l li ión que ya no parecta ca-
cil convertir el pareado «We dance round in a ring ... »en un funcionar como sustituto e a ~e & ,
paz de mantener unida a la soc:eda~e pueda conseguir todo
horóscopo de periódico, o la instrucción «Agítese enérgica-
mente» en un poema que agite nuestro ánimo. Al tratar algo Cualquier conjunto de tex ~
0
J ·Qué hay en la literatura
eso sería, desde luego, muy especth . fa todo eso? En ella en-
como literatura, al buscar esquemas rítmicos o coherencia, el
diera pensar que ac . 1 'd d
lenguaje se nos resiste; tenemos que trabajar en él, trabajar jun- para que se pu z fundamental y singular: ejemp an a .
to a él. En definitiva,\la «literariedad» de la literatura podría con tramos algo a la ve di , ricamente -tomemos Ham-
residir en la tensión que genera la interacción entre el material Una obra .liter~ria es, para ~:.:ficticio: se presenta, en cier-
lingüístico y lo que el lector, convencionalmente, espera que let- , 1~ htstona d~ un ):~s~i ¿o fuera así, ¿por qué la leería-
ta medtda, como e¡emp . ( def' · 1ámbito de alcance de
sea la literatura Pero lo afirmo no sin precaución, pues en las 1 vez se restste a 101r e ,
cinco aproxini.aciones anteriores se ha visto que todos los ras- mas? ) , pero~ a , l f ilidad con la que lectores y cn-
gos identificados como características in1ponantes de la litera- esa ejemplandad; de a9U1 a ilici d> de la literatura. La estruc-
tura han acabado por no ser un rasgo definitorio, ya que se ticos hablan de ~a «~tversal a > ulta más sencillo tomar el
tura de la obra literana es t que res
observa que funcionan por igual en otros usos del lenguaje.
¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 5I
5o Breve introducción a la teoría literaria
La literatura se ha considerado un tipo especial de escri-
texto como si nos hablara de la «condición humana» en oene-
ral q~e esp:cifi~ar qué categorías más específicas son la~ que
tura que podía civilizar, se decía, no sólo a l.as clases bajas sin?
también a la aristocracia y a las clases medias. Esta perspecti-
descnbe o ilununa. ¿Hamlet trata sólo de los príncipes, de los
va de la literatura como un objeto estético capaz de hace~nos
hombres del Renacimiento, de los jóvenes introspectivos, o
«mejores» se vincula con una deter_min~da idea d~l ~u!eto,
que la teoría ha dado en llamar el «Sujeto lib~ral»: ~1 mdivtduo
de las personas cuyo padre muere en circunstancias oscuras?
Todas esas respuestas parecen insuficientes; resulta más senci-
definido no por su condición e intereses soctales, smo por una
llo no .respo~der aceptar implícitamente, con ello, una posi-
subjetividad individual (racional y moral) que ~e cree ~s.en
ble universalidad. En su particularidad, las novelas, los poemas
cialmente libre de determinantes sociales. El objeto esteuco,
Y las obras ~e t~atro declinan explorar de qué son un ejemplo,
carente de finalidad práctica, nos despierta maneras particu-
a la vez ~ue mVItan al lector a implicarse en los pensamientos y
lares de reflexión e identificación y con ello nos ayuda a con-
conc~pciones del narrador y sus personajes.
vertirnos en «sujeto liberal», mediante el ejercici~ libre Y
. Sm embargo, la combinación de una propuesta universa-
desinteresado de una facultad imaginativa que combma el sa-
lizable con el hecho de que la literatura se dirige a todos los
ber y el juicio en la proporción cot;recta. La.litera~ra lo. con-
que leen la lengua en que ha sido escrita ha desarrollado una
sigue, se pensaba, al animar alle~~or a c~~st.derar s1tuac1ones
complejas sin necesidad de emttlf un jUlCl~ urge_n~e so~re
potente función nacional. Benedict Anderson, en su libro Co-
m~nidades ir:zaginadas: reflexiones sobre el origen y la expan-
ellas, al comprometer nuestra mente en cu~suones eucas e m-
s~on ~el ':aczonal~smo, una obra de historia política que ha
ducimos a examinar conductas humanas (mcluyendo la pro-
~jerci~o influen~Ia como teoría, ha defendido que las obras
pia) como lo haría un extraño o ~ ~~ctor de no~elas ..E~s~za
hter~nas -par~Icularmente la novela- ayudaron a crear co-
el desinterés, enseña a tener sens1bil1dad y realizar dtst~clO
murudades naciOnales al postular una amplia comunidad de
nes sutiles nos mueve a identificamos con hombres y muJeres
lectores y apelar a ella; esta comunidad es limitada pero en
de otra co~dición y, en consecuencia, promueve el compañe-
~r~':ipio abi~rta a todos los que pueden leer la le~gua. «La rismo. En 1860, un educador sostenía que
ficcion», escnb~ Anderson, «se filtra callada y continuada-
mente en la realidad, creando esa notoria confianza de la co- al departir con los pensamientos y dichos de los que ~on líde-
munidad en el anonimato que es el hito de las naciones mo- res intelectuales de la raza, nuestros corazones terrrnnan por
dernas». Pres~ntar a lo~ personajes, narradores, argumentos y latir en acordamiento con un sentir de humanidad universal.
temas de la literatura mglesa como potencialmente univer- Descubrirnos que no existe diferencia de clase, part~do o ~re
s.al~s es promover ut;~~ c~munidad imaginaria, abierta pero do que pueda destruir la facultad del ge~:üo .~e cauttvar e ms-
l~It~da , a la cual se mvita a que aspiren, por ejemplo, los truir; y que, por encima del humo y la agttacwn, del estruendo
subdltos de las colonias británicas. De hecho, cuanto más se y la confusión de la vida inferior del hombre con sus cong~
acentúa la universalidad de la literatura, ésta puede desan:o- jas, sus ocupaciones y discusiones, existe una serena Y lumi-
nosa tierra de la verdad, donde todos pueden encontrarse Y
·llar en mayor medida una función nacional: reivindicar la uni-
versa?dad de la visión del mundo que nos ofrece Jane Austen esparcirse en común.
conVIerte a Inglaterra, sin duda, en un lugar muy especial, que - Las discusiones teóricas recientes han puesto en duda,
muestr~ las, ~armas del. gusto y la conducta y, ante todo, los
comprensiblemente, esta conc~p~i?n ~~la literatura, Y h~
escenanos eticos ~ las circunstancias sociales en los que se re-
denunciado en particular la rmsttflcacwn que pretende dts-
suelven las cuestiOnes de moral y se forma la personalidad.
52 Breve introducción a la teoría literaria ¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 53
t~~er de la miseria de su condición a los trabajadores, ofre- ratura se ha considerado peligrosa: impulsa a cuestionar la
Ciendoles acceso a esta «región superior»; pues, como dice autoridad y las convenciones sociales. Platón expulsó a los
Terry Eagleton, «si no se arroja a las masas unas cuantas no- poetas de su república ideal, porque sólo podían ca~sar daño;
velas, quizás acaben por reaccionar erigiendo unas cuantas y las novelas han tenido la fama durante much~ tlempo de
barricadas». Sin embargo, en nuestro examen de qué se afir- crear insatisfacción en los lectores para con la v1da que han
~a que .hace la literatura, de cómo funciona en tanto que prác- heredado y despertarles el anhelo de algo nuevo, ya sea la vida
uca soc1al, nos encontraremos con argumentos varios que no en la gran ciudad, el amor o la revolución. Al hacer posible
será fácil cohonestar. que nos identifiquemos con gente de nuestra clase, sexo, raza,
Se ha concedido a la literatura funciones diametralmen- nación o edad, los libros promueven un compañerismo que
te opuestas. ¿Es acaso la literatura un instrumento ideológi- disuade de la lucha; pero también pueden transmitir con vi-
co, un conjunto de relatos que seducen al lector para que vacidad una sensación de injusticia que posibilite el progreso
acepte la estructura jerárquica de la sociedad? Si las novelas ·social. Históricamente, se ha atribuido a la literatura la capa-
dan por sentado que la mujer debe alcanzar su felicidad, en cidad de producir cambios: La cabaña del tío Tom, de Harriet
el supu.esto de que deba, en el matrimonio; o si aceptan con Beecher Stowe, fue un best-seller en su día y ayudó a extender
naturalidad las clases sociales explorando cómo una doncella la repugnancia por la esclavitud que hizo posible la guerra
virtuosa puede casarse con un lord , están operando con ello civil americana.
una le~itimación de acuerdos históricos contingentes. ¿O tal En el capítulo 8 volveremos sobre las cuestiones de la
vez la hteratura es, por el contrario, la plaza en que se revela identificación y sus efectos: ¿qué papel desempeña la identi-
la ideología, se expone como algo cuestionable? La literatura ficación del lector con los personajes o narradores? De mo-
repr~senta, ~o~ ejemplo, de modo potencialmente intenso y mento , notemos sobre todo la complejidad y diversidad de la
afectlvo, la lim1tada variedad de opciones que históricamente literatura en cuanto institución y práctica social. espués de
s.e ha ofrecido a las mujeres y, al evidenciarlas, crea la posibi- todo estamos ante una institución que se funda en la posi-
. lidad de no aceptarlas. Ambas afirmaciones son perfectamen- bilid~d de decir todo lo imaginable. Esto es esencial en li-
te plausibles: que la literatura es vehículo de la ideología o teratura: frente a cualquier ortodoxia, cualquier creencia o
que es un instrumento para desarmarla. De nuevo, hallamos cualquier valor, la literatura puede imaginar una ficción di-
a~uí una co~plicada oscilación entre «propiedades» poten- ferente y monstruosa, burlarse, pa:odia:j J?esde las, novel~s
Ciales de la literatura y la atención que hace resaltar esas pro- del Marqués de Saqe, que pretend1an avenguar que ocurn-
piedades. ría en un mundo en el que las acciones correspondieran a
La relación entre literatura y acción también se ha con- una naturaleza entendida como apetencia inmoderada, hasta
templado con enfoques contrarios. Unos teóricos han mante- Los versos satánicos de Salman Rushdie, que ha causado tan-
nido que la literatura fomenta, como instrumentos de nuestro to escándalo por su uso de nombres y motivos sagrados en
compromiso con el mundo, la lectura y la reflexión en solita- un contexto de sátira y parodia, la literatura ha sido siempre
r~o y, por tanto, contrarresta las actividades sociales y polí- la posibilidad de exceder ficcionalmente lo que se ha escrit?
tlcas que pueden ocasionar un cambio. En el mejor de los o pensado con anterioridad. Cualquier idea que tenga senti-
cas~s pr?mueve la objetividad y una apreciación positiva de do, la literatura puede convertirla en sinsentido, dejarla atrás,
la ?Iversldad, en el peor genera pasividad y aceptación de lo transformarla de modo que cuestione su legitimidad y ade-
ex1stente. Pero hay que destacar que, históricamente, la lite- cuación.
¿Qué es la literatura, y qué importa lo que sea? 55
54 Breve introducción a la teoría literaria
La literatura ha sido la actividad de una elite cultural y lo mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba .. .•
que ~e ha denominado en ocasiones «capital cultural>>: apren-
der ~teratura es una inversión en cultura que se rentabilizará
La pregunta de qué es literatur~ no surge, según sugerí
de diversas maneras, por ejemplo ayudándonos a integrarnos
más arriba, porque se tema confundir una novela con un es-
entre personas de un estatus social más elevado. Pero la lite-
ratura no puede reducirse a esta función social conservado- tudio histórico o el horóscopo semanal con un poema. Ocu-
ra: provee escasamente de «valores familiares», pero muestra
rre más bien que los críticos y teóricos tiene? la esperanza ?e
que, al definir de una manera concreta la h~eratura, ~dqut~
la seducción de toda clase de crímenes, como la revuelta de
ran valor los métodos críticos que ellos consideran mas perti-
Satán contra Dios en El Paraíso perdido de Milton o el asesi-
nentes y lo pierdan los que no tienen en cuenta es.os rasgos su-
nato ~e un.a vieja. por Raskólnikov en Crimen y castigo de
puestamente fundamentales y distintivos de la lit.erat~ra. En
Dost01esvki. Nos unpele a resistirnos a los valores capitalis-
el contexto de la teoría reciente, esta pregunta uene unpor-
tas, a los aspectos prácticos de ganar y gastar. La literatura es
tancia Rorque ha desvelado la literariedad de toda clase de
tanto el ruido como la información de la cultura. Es una fuer-
textos. Pensar la literariedad, entonces, es mantener ant~ no-
za de entropía a la vez que capital cultural. Es escritura, exi-
sotros como recursos para el análisis de esos discursos, Cl.ertas
ge una lectura y compromete al lector en los problemas del
prácti~as que la literatura s~scita: la susp.~nsión de la ;~iger:
cia de inteligibilidad inmediata, la reflexton so~re que, 1mph-
significado.
can nuestros medios de expresión y la atencion a como se
La paradoja de la literatura producen el significado y el pla~erJ