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LITERARIO
1. Introducción
Antes de adentrarnos en los diferentes pasos que debemos seguir para realizar
un comentario lingüístico y literario de un texto sería conveniente señalar que el
comentario de texto es un acto individual y personal y los aspectos que una persona
observe no tiene por qué verlos todo el mundo y de ahí la importancia que tiene la
justificación de aquéllos que sean más subjetivos. Ya sabemos que en muchas
ocasiones un mismo texto puede soportar varias interpretaciones y esta característica se
hace más evidente en el caso de los textos poéticos.
Lo primero que se debe hacer cuando se está ante un texto cualquiera es leerlo
simplemente para comprenderlo y no para analizarlo todavía. Si fuera necesario, se
debería utilizar el diccionario para aquellos términos sobre los que se desconozca su
significado. La primera lectura se realizar únicamente para entenderlo y luego las
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siguientes se hacen con más detalle y profundidad buscando los aspectos que luego
comentarás en tu análisis del texto. Un aspecto muy práctico es ir haciendo anotaciones
sobre el propio texto para luego ir trabajando sobre ellas. También sería conveniente
que se numeren los versos o líneas para luego hacer referencia a éstos para una
ubicación más rápida.
En esta parte se incluirá los aspectos relacionados con el significado del texto,
con lo que el autor quiere comunicarnos. Por tanto, se reflejarán los siguientes puntos:
- Estructura: se hace mención a las partes en que puede ser dividido el texto
tanto desde el punto de vista de su forma como de su contenido. Para justificar
su división se analiza de forma más detallada el significado de cada una de las
divisiones.
- Punto de vista del autor: si el tema se trata con objetividad o, por el contrario, el
autor nos da su propia visión, subjetividad indicando los aspectos que apuntan en
esa dirección.
3. Plano de la forma
Aquí se tiene que tener en consideración que el texto sea literario o, por el
contrario sea no literario; así como el tipo de género y subgénero en el que podemos
englobarlo.
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texto pertenezca a un tipo o a otro se incluirá en él diferentes elementos propios que
luego buscaremos y señalaremos en el texto.
Es muy relevante señalar los posibles registros que puedan aparecer en el texto:
formal, informal, coloquial, familiar, culto, vulgar, etc. y las características que le son
propias a cada uno de ellos, así como el uso de jergas o argots. Además de señalar las
diferentes variedades geográficas que puedan aparecer y que pueden ayudar para
encuadrarlo en una época y lugar determinados.
La métrica es la medida de cada verso y para medirlo hay que atender al número
de sílabas que contenga, y éstas se cuentan por el número de vocales. Los diptongos y
triptongos equivalen a una sílaba porque se pronuncian en una sola emisión de voz.
- Sinalefa: consiste en pronunciar y contar como una sola sílaba la vocal final de
una palabra del verso y la vocal (o h- muda) con que empieza la palabra
siguiente.
Ej: ru-ï-do.
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‐ Versos de arte menor o mayor: los de arte menor son los que tienen hasta ocho
sílabas, mientras que los de arte mayor son los que tienen nueve o más sílabas.
Los versos de arte menor se representan con letras minúsculas, mientras que los
de arte mayor lo hacen con mayúsculas.
‐ Versos simples o compuestos: los versos simples son aquellos que tienen hasta
once sílabas, mientras que los compuestos tienen doce o más sílabas. Los
versos compuestos se dividen en dos partes iguales que se llaman hemistiquios
y están separados por una pausa central que se llama cesura.
Por otra parte, de acuerdo a las sílabas que tenga un verso, éste recibirá
diferente denominación:
- Trisílabos: tres.
- Tetrasílabos: cuatro.
- Heptasílabos: siete.
- Octosílabos: ocho.
- Eneasílabos: nueve.
- Decasílabos: diez.
- Tridecasílabos: trece.
- Alejandrinos: catorce.
La rima es la repetición total o parcial de las sílabas finales del verso a partir de
la última vocal tónica. Puede ser:
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Las pausas consisten en el descanso respiratorio que se produce al relajarse la
voz y que de modo rítmico, contribuye a su armonía. Puede ser:
El encabalgamiento
es el desajuste que se
produce en la estrofa
cuando una pausa versal no
coincide con una pausa
morfosintáctica, es, por
tanto, un desacuerdo entre
el metro y la sintaxis que
puede tener un gran valor
expresivo. El
encabalgamiento puede ser
de dos clases:
‐ Suave: si la
pausa se da en
la mitad del
verso o después de ésta.
‐ Abrupto: la pausa se halla antes de la mitad del verso. Su utilización está
relacionada normalmente con el contenido del texto.
La estrofa es una unidad menor que el poema pero mayor que el verso, hay que
tener cuidado de hablar de estrofas si el texto está en verso y nunca de párrafos que se
dan en los textos en prosa. Dependiendo del metro y la rima de los versos, la estrofa
recibirá una denominación u otra (ejemplo: cuarteto, octava real, pareado, terceto,
seguidilla, etc.), en el caso de no saber exactamente cuál es el nombre de la misma, se
debe procurar describirla señalando que la estrofa está compuesta de “X” versos de tal
extensión, con rima “Y” y esquema métrico “Z”.
En este nivel se destaca lo más importante del aspecto sonoro del texto, que en
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el caso de que el texto estuviera en verso, ya se habrá visto en parte en su análisis
métrico. En este apartado se pone el punto de atención en la sonoridad del texto y
además se señala cómo se consigue el ritmo en el texto que puede ser debido no sólo a
la aparición de determinados sonidos sino también de periodos oracionales con una
extensión parecida, repeticiones de palabras o a otros elementos.
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rasgos, se pueden agrupar según se incluyan en el sintagma nominal o en el verbal.
El uso de sustantivos
colectivos puede obedecer al deseo
de dar una visión de conjunto o
sugerir heterogeneidad.
El determinante: los
sustantivos suelen ir acompañados y
determinados por el artículo, lo que
les proporciona un carácter más
concreto y particular. En caso de que
encontremos sustantivos que no estén determinados por el artículo debemos
comentar su carácter generalizador lo que le aporta un significado abstracto.
El uso de un solo artículo para una serie de elementos da a éstos un sentido
unitario, por el contrario, el artículo puesto delante de cada elemento de la
serie, obedece a una intención clara de deslindar, dando personalidad propia
a cada uno de ellos.
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general que de ese sustantivo se tiene.
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El pronombre personal señala directamente la persona que interviene
en el coloquio, la que no interviene y de lo que se habla. Su uso frena la
acción del verbo y es español su uso suele ser redundante, por lo que un uso
innecesario del mismo indica una intención por parte del autor. Por otra parte
el uso del resto de pronombres que tienen una concordancia con los
determinantes realzan el significado que transmiten sobre el sustantivo que
éste en sí, ya sea su situación, cantidad, posesión, etc.
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que dura en el pasado y que no se concreta su final (Cuando salí todavía
cantaba).
‐ Futuro simple: tiempo futuro y aspecto imperfecto. Sus valores más
destacados son la obligación, exigencia y probabilidad (Mañana vendrá tu
padre).
‐ Condicional: aspecto imperfecto y tiempo futuro medido a partir de un
punto del pasado. Es un futuro del pasado. Usos: cortesía, consejo,
probabilidad (Cantaría si tuviese buena voz).
‐ Pretérito perfecto: Tiempo pasado y aspecto perfecto. Se trata de una
acción que ha terminado pero dentro de un tiempo que aún no ha
terminado para el hablante. Pasado reciente (Ha vivido en Guadalajara
dos años).
‐ Pretérito anterior: indica tiempo pasado con aspecto perfectivo. Se trata
de una acción anterior a otra acción también pasada. Es una forma
relativa (Cuando hubo acabado la función nos fuimos).
‐ Pretérito pluscuamperfecto: expresa tiempo pasado y aspecto perfectivo.
Su acción es anterior a otra acción también pasada. Se trata de una forma
relativa (Ya lo había previsto cuando sucedió).
‐ Futuro perfecto: tiempo futuro y aspecto perfectivo. Es también una forma
relativa que indica acción futura acabada anterior a otra acción futura
también (Habré hecho la comida cuando regreséis).
‐ Condicional perfecto: expresa aspecto perfectivo y tiempo futuro medido a
partir de un punto del pasado. Su acción es a la vez anterior a otro
momento que se señala en la oración (Habría comido si hubieses hecho
lentejas).
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(haber de, tener que), duda (deber de), probabilidad (deber de),
exageración (hincharse a), etc.
‐ Aspectuales, que indican tiempo y pueden ser ingresivas (ir a, estar a
punto de), incoativas (echarse a, romper a) durativas (seguir + gerundio,
estar + gerundio) o resultativas (tener + participio, estar + participio).
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En este plano se debe hablar del significado del texto y de las pretensiones que
pretende el autor del mismo, así como de sus posibles y variadas interpretaciones, si se
prestara a ello.
Incluiremos una relación de los campos semánticos que podemos ver, tanto de
tipo denotativo como connotativo y lo que esto le aporta a la intención comunicativa
pretendida.
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aparecen los dos elementos, tanto el evocado como el real (Sus labios son
rubíes) o puras si sólo aparece el evocado (Le gustaban sus rubíes). Las
metáforas puras indican una mayor elaboración y complejidad. Además nos
introducen en el mundo de las ideas y en la forma de pensar de su autor.
‐ Alegoría: es una sucesión de metáforas que tienen algún punto en común
(Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar).
‐ Símil: se comparan dos elementos diferentes y nos encontramos un elemento
comparativo: como, igual que, menos que, parecido a, etc. (Como perro olvidado
que no tiene huella ni olfato).
‐ Sinestesia: entrecruzamiento de
sensaciones visuales, acústicas, etc.
entre sí y entre sensaciones y
sentimientos (Dulces palabras o
amarillo chillón).
‐ Símbolo: representa a algo diferente
de sí mismo con lo que se ha
establecido una relación convencional
y arbitraria (Negro para la muerte).
‐ Eufemismo: perífrasis o rodeo con el
que se pretende evitar una palabra
tabú que se evita por diferentes
motivos (Hacer de vientre).
‐ Ironía: cuando se da a entender lo
contrario de lo que se dice. Es propio de un tono burlesco que demuestra una
mayor elaboración por parte del autor y que también puede buscar diferentes
objetivos.
‐ Equívoco: uso de palabras o expresiones que tienen doble sentido.
‐ Antítesis: oposición de dos ideas, pensamientos o expresiones contrarias (Bueno
y malo).
‐ Paradoja: es un tipo de antítesis. Coloca juntas dos ideas que son aparentemente
irreconciliables (Vivo sin vivir en mí).
‐ Interrogación retórica: interrogación hecha de la que no se espera respuesta,
bien porque sea obvia o bien porque se tenga conciencia cierta de que no existe
respuesta (¿No es suficiente todo lo que ya he pasado?).
‐ Exclamación retórica: exclamación que
no pide respuesta (¡Qué gran torero en
la plaza!).
‐ Apóstrofe: llamada de atención a un ser,
animado o no, real o imaginario (Juan,
dame mi sombrero).
‐ Hipérbole: expresión o palabra que
conlleva exageración, desproporción o
aumento (Me duele hasta el aliento).
‐ Personificación: se otorgan cualidades
propias de los seres humanos a seres que no lo son (Su perro le hablaba todos
los días).
‐ Animalización: dar características de animales a seres que no lo son (Los obreros
vuelan hacia sus nidos).
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‐ Cosificación: dar características propias de seres inanimados a seres que no lo
son (Ya va ese tarugo a su casa).
‐ Prosopografía: descripción externa de una persona o animal.
‐ Etopeya: descripción psicológica de una persona o animal.
‐ Retrato: descripción física y psicológica de una persona o animal.
‐ Topografía: descripción de un lugar geográfico.
Se deben mencionar
a los personajes que se
puedan encontrar en el
texto. Asimismo, los
personajes se clasifican en:
‐ Principales o
secundarios, de
acuerdo al
protagonismo que
tengan en el texto,
serán principales si
son protagonista y
secundarios si no.
‐ Redondos o planos,
serán redondos si
actúan como
personas, es decir,
son más humanos y
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puedes encontrar diferentes comportamientos en el mismo personaje, serán
planos si no muestran evolución y señalan siempre una característica propia, por
ejemplo, el bueno siempre es bueno y el malo, malo.
‐ Estilo directo: se reflejan las palabras de los personajes tal y como han sido
dichas, ésta es una manera de describir psicológicamente a los personajes
directamente por lo que hablan sin intervención del narrador, el lector/oyente se
crea una imagen propia de los personajes. Se procura dar mayor objetividad y
verosimilitud a lo expuesto.
‐ Estilo indirecto: se producen algunos cambios en las palabras dichas por algún
personaje y producen una sensación de lejanía con los personajes puesto que
han pasado por el tamiz del narrador.
Por último, se debe hacer mención a todos los elementos que ayudan a dar
coherencia y cohesión al texto. En el caso de encontrarnos con alguna falta de
coherencia sería importante buscar el motivo de ésta si es debida a una equivocación
del autor o si, por el contrario, es totalmente intencionada por parte de éste. La cohesión
se consigue mediante diferentes procedimientos como pueden ser: el tema o los temas
tratados, el uso de elipsis, pronombres personales, repeticiones, campos léxicos,
proformas, sustituciones, marcas de organización (conectores y marcadores
discursivas), etc.
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ésta en el texto o en la obra.
5. Conclusión
6. Bibliografía
Latorre Zacarés, Víctor y Martín, Soledad (2000). Lengua Castellana. Análisis
de Texto. Tilde.
Vera Luján, Agustín (2010). Guía y práctica del comentario de texto. Centro de
Estudios Ramón Areces.
Ariza Viguera, M., Garrido, J. y Torres, G. (1985). Comentario lingüístico y
literario de textos españoles. Alhambra Universidad.
Villanueva, D. (2009). El comentario del texto narrativo: cuento y novela. Mare
Nostrum.
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