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Sinopsis
Esta película nos cuenta la historia de Ashitaka, un príncipe de una tribu emishi que asesina a un
dios del bosque convertido en demonio y a raíz de ello sufre una maldición. Para curarse de la
misma, inicia un viaje hacia la tierra del dios jabalí, en donde es testigo del feroz enfrentamiento
entre la Ciudad de Hierro, que bajo la dirección de Lady Eboshi depreda los recursos del bosque, y
los dioses y animales del bosque que intentan protegerlo (entre ellos se encuentra San).
Posturas filosóficas sobre el medio ambiente adoptadas por las comunidades de la película
A modo de introducción quisiera hablar un poco sobre las diferentes posturas filosóficas que
encarnan las dos poblaciones humanas que vemos en la película, posturas a su vez plasmadas en
los diferentes sistemas jurídicos del mundo.
Por un lado podemos hablar del ecocentrismo, filosofía que defiende la igualdad total entre todos
los seres vivos y no vivos, entendiéndolos como parte de un todo inescindible y equilibrado: la
naturaleza. Esta es sin dudas la postura adoptada por la población emishi de Ashitaka. Desde el
momento en que el dios demonio apareció en su pueblo, Ashitaka intentó persuadirlo antes de
atacarlo, y sólo como último recurso optó por asesinarlo. Posterior a ello los pobladores pidieron
disculpas al dios jabalí por tomar su vida e hicieron ofrendas en su honor.
Por otro lado, en completa oposición, se halla el antropocentrismo, que considera al hombre el
centro de interés, sometiendo todo lo demás a su servicio y utilidad, comprendiendo a la
naturaleza desde un punto de vista meramente instrumental. Esta postura no es necesariamente
negativa a los fines de la protección ambiental, en tanto muchos de sus partidarios sostienen que
incluso desde un punto de vista antropocéntrico, considerando el derecho humano a vivir en un
medio ambiente sano y los derechos de las futuras generaciones, el medio ambiente y la
naturaleza son pasibles de protección, en tanto son esenciales para la vida humana. Sin embargo,
desde un punto de vista negativo, esta postura implica negar todo valor a la vida no humana,
explotando y deteriorando los recursos naturales sin contemplaciones. Esta última es la postura
adoptada por la Ciudad de Hierro, la que subsiste a raíz de arrasar con los recursos del bosque que
la rodea, principalmente talando árboles y asesinando a los animales del bosque.
Yendo a un plano más jurídico, cabe preguntarse si estos animales gozan de algún tipo de
protección a la luz de los ordenamientos jurídicos vigentes hoy en día.
En la película hallamos poblaciones de dioses lobo (con los que vive San), dioses jabalí, tribus de
monos, kodamas (pequeños espíritus oriundos de la mitología japonesa), y un personaje muy
especial que es el Espíritu del Bosque o Dios Ciervo. Este último es el ¿animal? Más relevante del
bosque, dado que se encuentra en una jerarquía superior a los demás dioses. Es él quien encarna y
regula la vida y el equilibrio del bosque.
¿Existe alguna figura jurídica del derecho ambiental en la que pueda subsumirse?
La respuesta es sí. Y aquí es donde quisiera hablar del sistema jurídico del Estado Plurinacional de
Bolivia y de la República del Ecuador.
Tanto Bolivia como Ecuador son parte del llamado Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano, el
cual importó en estos países, entre otras tantas modificaciones, un desplazamiento de los viejos
paradigmas europeos antropocentristas por nuevos modelos ecocentristas y biocentristas, los
cuales reflejan su ancestral cultura de veneración a la Pachamama.
Como resultado, Bolivia y Ecuador incorporaron a sus constituciones normas que reconocen a la
Pachamama como sujeto de derechos, definiendo a la misma como una comunidad única,
indivisible y autoregulada, de seres interrelacionados que sostiene, contiene y reproduce a todos
los seres que la componen.
Este reconocimiento le otorga a la Madre Tierra una serie de derechos, entre los que podemos
mencionar:
Derecho a la restauración.
Derecho a la vida y a la diversidad
Derecho al agua, al aire limpio, a vivir libre de contaminación
Derecho al equilibrio
Etc.
En vista de este reconocimiento, el espíritu del bosque podría ser el equivalente a la Madre Tierra,
una encarnación en la Pachamama, pasible de exigir estos derechos.
Con respecto a los dioses del bosque, el art. 1. De la Declaración Universal de los Derechos de la
Madre Tierra extiende los derechos de la misma a todos los organismos que la componen.
Respecto a los bosques, estarían contemplados como parte de la Madre Tierra por este mismo
motivo.
CN: derecho a amb sano, deber de protegerlo, desarrollo sostenible, daño oblig de recomp
Art. 27 definicion: daño ambiental como toda alteración relevante que modifique negativamente
el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos
Art 28 contaminador pagador: El que cause el daño ambiental será objetivamente responsable de
su restablecimiento al estado anterior a su producción.