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PROTOCOLO FAMILIAR
Y PREVENCIÓN DE CONFLICTOS

INTRODUCCIÓN

¿Por qué hablamos de PROTOCOLO FAMILIAR y Prevención de Conflictos?

¿Cuál es la relación entre estos dos ejes que aparecen vinculados en este
trabajo?

Si bien en nuestro país, el respeto por la Ley como modelo de convivencia se

ha deteriorado fuertemente, debemos reconocer que tanto la economía como
la política y nuestras propias vidas se vuelven insostenibles sin un pacto social
que determine cuáles acciones son aceptables y cuáles no.

Ahora bien, la ley nunca puede ser retroactiva porque, si así fuera, la
inseguridad jurídica sería igual a la que podría existir si la ley no existiera.
Imagínense que cualquiera de nosotros podría ser condenado el día de mañana
por participar de una reunión si, en el futuro, reunirse se volviera un delito y se
pudiera castigar a quienes lo cometieron mientras no lo era. Un disparate
¿verdad?.

En el caso de las Empresas Familiares, el dictado de leyes sirve para anticipar

cómo resolver los conflictos que tarde o temprano se presentarán debido a la
intersección entre afectos personales y negocios.

IMPORTANCIA Y FINALIDAD

La metáfora del barco

Para una mejor aproximación a la principal función que puede tener el

desarrollo de un PROTOCOLO FAMILIAR, proponemos pensar a los Negocios
de Familia como si fueran un barco: a veces navegan sin problemas y otras
veces deben enfrentar dificultades propias de la navegación. Sin embargo, más
allá de su tamaño o de su trayectoria, las empresas pueden navegar hacia un
tipo de dificultad especial.

Pensemos en el Titanic, el transatlántico más grande y poderoso que se pudo

imaginar en su época. Debido a su poder y fortaleza, la noticia de su naufragio
puede ser entendida como un cisne negro1, ya que conmocionó al mundo y
pasó a la historia.

Un cisne negro es un hecho fortuito que satisface tres propiedades:

Gran repercusión: Su incidencia produce un efecto

desproporcionadamente grande.

1
Nassim Nicholas Taleb. The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable. New York, Random
House, 2007.

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Probabilidades imposibles de calcular: Tiene una ínfima probabilidad de

ser calculado.

Efecto sorpresa: De su observación previa al hecho, no surgen
elementos convincentes que permitan previsión.

Sin embargo, luego de la aparición de sucesos considerados cisnes negros es

posible advertir los errores de razonamiento humano que contribuyeron a
gestarlo.

En este caso el hundimiento puede ser vinculado, a su vez, con la filosofía de

la Teoría de las Catástrofes: los hechos no suceden por un solo factor, sino por
una combinación múltiple de ellos.

El caso del Titanic se podría ilustrar con el siguiente esquema2:

El desarrollo de un PROTOCOLO FAMILIAR necesariamente implica iniciar

conversaciones que ayudan a reflexionar acerca de los factores que podrían
amenazar a la empresa y la familia. Como mantener este tipo de
conversaciones no siempre resulta una tarea cómoda, es frecuente escuchar
algunas explicaciones y supuestos que suelen demorar el inicio del proceso de
conversaciones. Estos son algunos ejemplos:

- Todavía somos jóvenes…

- En la familia todos nos “llevamos bien”…
- Hay que ocuparse de las ventas…
- Hay que esperar que pase la crisis financiera…
- Siempre lo hicimos así y no ha dado malos resultados…
- Mejor no hablar de ciertos temas…

2
Reconstrucción basada en el film: Titanic. Director: James Cameron [1997]

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Redes de conversaciones recurrentes

Las conversaciones mantenidas y las conversaciones evitadas se configuran en

redes de conversaciones recurrentes que permiten identificar y describir a
cualquier tipo de organización social.

Así como en un Club de Golf recurrentemente se habla de deporte, también

recurrentemente no se habla de física subatómica. De esta manera, hay temas
que son tratados recurrentemente y otros que son evitados de la misma forma.

De esta manera, las redes de conversaciones recurrentes tienen la estructura

de los icebergs: están compuestas por una parte visible y otra sumergida. La
verdadera amenaza no está en la superficie discursiva, sino en los temas que
son evitados de forma recurrente.

¿Para qué sirve desarrollar un PROTOCOLO FAMILIAR?

Emprender el desarrollo de un PROTOCOLO FAMILIAR permite conversar de

aquellos temas que recurrentemente pueden permanecer sumergidos y
desarrolla, en los integrantes del grupo familiar, capacidades para conversar
acerca de temas conflictivos.

Si el funcionamiento del grupo familiar se sustenta en una red de

conversaciones evitadas, las relaciones de sus integrantes estarán enmarcadas
en una armonía ficticia: una especie de tensa calma que no hace más que
anticipar conflictos profundos y destructivos.

Por el contrario, las conversaciones concebidas en el desarrollo de un

PROTOCOLO FAMILIAR están enfocadas hablar de las cuestiones sumergidas
de una manera adecuada, lo que fortalece el afianzamiento de una auténtica
armonía familiar y, en consecuencia, asegura la supervivencia del negocio.

La importancia del desarrollo de un PROTOCOLO FAMILIAR no radica

en su resultado material: cualquier modelo de PROTOCOLO FAMILIAR
puede ser copiado de un libro o descargado de Internet.

Su importancia y finalidad implica alcanzar

un proceso de maduración en la red recurrente de
conversaciones familiares que permita el establecimiento
de acuerdos y reglas que se originen en una Visión
Compartida por los integrantes de la familia.

El establecimiento de una Visión Compartida es esencial, ya que el

PROTOCOLO FAMILIAR es un ámbito complejo en el que se intersectan dos
Sistemas Jurídicos diferentes.

SISTEMAS JURÍDICOS

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En la historia del Derecho hay dos grandes Sistemas Jurídicos que tienen
diferentes concepciones: el Derecho Continental y el Derecho Anglosajón.

El Derecho Continental es codificado: se caracteriza por considerar a la ley

como su principal fuente y porque sus normas están contenidas en cuerpos
legales unitarios, ordenados y sistematizados.

En cambio, el Derecho Anglosajón es consuetudinario: su principal fuente son

los usos y costumbres, y sus normas son dispersas.

En las Empresas Familiares es usual la apelación a un tipo de derecho

vinculado a lo consuetudinario: de esta manera, hay prácticas que se
conservan porque “el abuelo las hacía así” y decisiones que se toman porque
“es lo que quería papá”.

Pero este tipo de derecho genera, con el transcurso del tiempo, una debilidad:
el contexto va cambiando pero las sentencias que son utilizadas para tomar las
decisiones permanecen inalterables. Ello puede generar resentimientos y enojo
en algunos integrantes que comprenden que, a pesar que lo que hayan hecho
o pensado las generaciones anteriores, en el actual contexto es necesario
cambiar de estrategia.

Por ello, una manera de evitar conflictos y resentimientos es codificar las

normas que funcionan consuetudinariamente en la Empresa Familiar y crear
actualizaciones o nuevas normas más adecuadas.

Esta codificación se realiza en una figura que, de aquí en adelante,

denominaremos PROTOCOLO FAMILIAR.

DEFINICIÓN

Un PROTOCOLO FAMILIAR equivale a una Constitución Familiar. Es un

instrumento donde se fijan las grandes líneas políticas a través de las cuales se
va a manejar la empresa en el largo plazo.

Su discusión y redacción asegura la vigencia de una Visión Compartida.

Su gestación implica un acuerdo entre la familia propietaria para

profesionalizar la empresa, es decir, para generar un pensamiento estratégico
continuo, establecer las normas de trabajo de la organización y, al mismo
tiempo, consolidar las ventajas competitivas del negocio familiar: la unidad, el
compromiso y la confianza.

NECESIDAD

La necesidad de un PROTOCOLO FAMILIAR aumenta según el tamaño de la

empresa y la incorporación de nuevas generaciones.

A partir del momento en que se produce el pasaje de Familia Empresaria a

Empresa Familiar, su necesidad se va volviendo cada vez más notoria.

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Si la familia es pequeña pero la empresa ha alcanzado proporciones

importantes, es al menos necesario establecer algún tipo de políticas de
delegación y comenzar a desarrollar un PROTOCOLO FAMILIAR, pues el
fundador no podrá “estar en todo”.

Con la incorporación de una segunda generación, de acuerdo al tamaño de la

empresa, pueden surgir conflictos que evidencien la necesidad de un
PROTOCOLO FAMILIAR. Las empresas de mayor tamaño suelen requerir
políticas de descentralización avanzadas y un PROTOCOLO FAMILIAR
institucionalizado.
Por último, cuando las Empresas incluyen a la tercera generación o más, es
necesario contar con un PROTOCOLO FAMILIAR vigente, que incluya prevea
revisiones y actualizaciones periódicas.

CONSTRUCCIÓN

La construcción de un PROTOCOLO FAMILIAR es un proceso que requiere

tiempo para alcanzar un resultado exitoso, por eso es importante es
importante contar con paciencia, esfuerzo y voluntad.

Se sugieren los siguientes pasos a seguir:

1. Elección de un guía y facilitador.

Elección de una persona guía, responsable de la organización y el temario.

Puede ser un integrante de la familia o un asesor externo.

2. Fijación de reuniones.

Armado de reuniones en las que los miembros de la familia brinden sus

opiniones acerca de la empresa, los problemas que ven y las posibles
soluciones que encuentran. Es importante establecer un calendario de
reuniones que sea respetado por todos los integrantes del grupo familiar.

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3. Proceso de diagnóstico (opcional).

Evaluación del estado actual de la empresa y cuáles son sus objetivos para el
futuro.

4. Desarrollo de temas.

Desarrollo de los temas que compondrán cada capítulo del Protocolo Familiar.
Se pueden armar diferentes comisiones para que desarrollen los mismos o
diferentes temas por separado, de acuerdo al interés de los integrantes de la
familia.

5. Presentación de PROTOCOLO FAMILIAR borrador.

Elaboración de un primer borrador, que luego deberá ser ajustado.

6. Ajustes.

Aclaración de los contenidos que permanezcan confusos y búsqueda de

soluciones consensuadas frente a disensos.

7. Firma de Documento final.

Esta aceptación implica la puesta en vigencia.

8. Revisiones.

Se sugiere revisarlo cada uno o dos años.

CONTENIDO

Como el PROTOCOLO FAMILIAR es algo particular e inherente a cada

empresa, su contenido dependerá de los valores, las necesidades y los planes
para el futuro de la familia que lo redacta.

Sin embargo, a modo orientativo se sugieren algunos temas que pueden

formar parte de su contenido:

Misión, visión y valores de la familia que se transmitirán a los miembros

más jóvenes y a las generaciones siguientes.

Mecanismos que garanticen el mantenimiento de buenas relaciones y la
resolución de conflictos.

Participación de la familia en la dirección y control de la empresa.

Apertura o restricciones en cuanto al ingreso de nuevos miembros de la
familia.

Canales de comunicación entre la familia y la empresa.

Procesos de apoyo y acompañamiento a los miembros de la familia para
la identificación y alcance de sus metas personales y profesionales.

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Intención sobre la propiedad del capital y su transmisión. Sucesión de la

propiedad.

Posibilidad de fusiones, alianzas estratégicas, franquicias, etc.

Preparación de las siguientes generaciones: Plan de formación de
directivos, desarrollo de la capacidad de liderazgo, métodos de selección y
evaluación.

Relaciones con los parientes políticos: testamentos, procesos de
decisión en torno a las propiedades, etc.

Políticas de elección y retiro de los líderes familiares.

Funcionamiento de los órganos de gobierno.

Creación de fondos de liquidez en beneficio de la familia y de la
empresa.

Políticas para las transacciones accionarias: Derecho de preferencia.

Políticas de compensación, incluida la de distribución de utilidades, para
los miembros de la familia que gestionan la empresa, para los socios que no la
dirigen y para familiares no socios.

ASPECTOS LEGALES

En algunos casos, el PROTOCOLO FAMILIAR incluye previsiones que sólo

tienen fuerza moral ya sea porque así lo quieren las partes o porque se
refieren a una materia no imponible desde lo jurídico. Sin embargo, algunos
aspectos del PROTOCOLO FAMILIAR tienen valor jurídico y son exigibles.

La combinación y el equilibrio del aspecto moral y del legal es clave para su

éxito. Los aspectos jurídicamente exigibles reducen la riqueza del
PROTOCOLO FAMILIAR ya que al enmarcarlo en la ley general, muchas veces
pierde su esencia. No obstante, entendiendo que hay intereses económicos en
juego, es conveniente darle un formato que lo valide y permita exigirlo ante la
Justicia.

De todas maneras, si no existe un componente moral tan o más fuerte que el

jurídico quienes no se sientan involucrados en el proyecto tratarán, aún en el
ámbito legal, de quebrantar su espíritu.

OTROS BENEFICIOS

Si la confección del PROTOCOLO FAMILIAR se realiza con compromiso,

además de desarrollar capacidades para conversar de temas conflictivos y
legislar las relaciones entre la familia y el negocio, esta herramienta puede
otorgar otras ventajas:

Permite identificar las grandes tendencias de una familia que, si no son

advertidas a tiempo, tienden a repetirse en las siguientes generaciones

Obliga a pensar la visión de la empresa para el largo plazo

Consolida las estructuras de gobierno adecuadas para que el sueño del
fundador pueda mantenerse a lo largo de las generaciones

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De esta manera, el PROTOCOLO FAMILIAR se convierte en un instrumento

vital y estratégico para los negocios familiares. Por ello es un documento que
debe ser elaborado con tiempo y pensado para el largo plazo.

A MODO DE CIERRE

Para ser realmente eficaz el PROTOCOLO FAMILIAR debe ser el fruto del
consenso entre los diferentes miembros de la familia, y no una imposición.

El desarrollo y codificación de un PROTOCOLO FAMILIAR consensuado, si

bien no genera la inmunidad de la Empresa Familiar frente a los conflictos,
definitivamente le otorga herramientas y mejora sus condiciones para afrontar
situaciones difíciles, e incluso para propiciar que estas situaciones sean menos
frecuentes.

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