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Continuando con la narración del libro.

Cuando el comisario llegó a la providencial pasadas las siete de la tarde, encontró a sus
subordinados esperándolo. No parecían satisfechos. ¿Qué tal el día?, qué novedades traen, les
preguntó en tono animado. En cuanto al día, mal, en cuanto a las novedades, peor aún,
respondió el inspector, Más provechoso hubiera sido que nos quedáramos en la cama
durmiendo, dijo el agente, Jamás en mi vida he participado en una investigación tan
disparatada, comentó el inspector. El inspector siguió, Eran las diez cuando llegué a la calle de
la ex esposa del tipo de la carta, estuve allí hasta casi mediodía, y ella sin salir de casa, lo que
no era de extrañar, la organización de la ciudad está trastornada, hay empresas que han
cerrado o que trabajan media jornada, personas que no necesitan levantarse temprano, Ya me
gustaría a mí, dijo el agente, Pero salió o no salió, preguntó el comisario comenzando a
impacientarse, Salió a las doce y cuarto, la seguí, pronto comprendí que a donde quería ir, iría
a pie, Caminó más de media hora a paso rápido, como si fuese un ejercicio, y de repente, me
encontré en la calle donde vive el viejo de la venda negra y la tal tipa de las gafas oscuras, la
prostituta, No es prostituta, inspector, Si no lo es, lo fue, da lo mismo, Da lo mismo en tu
cabeza, no en la mía, y como es conmigo con quien estás hablando y yo soy tu superior, utiliza
las palabras de modo que pueda entenderte, Entonces digo ex prostituta Ella entró en la casa
donde viven los otros, y allí se quedó, Y tú qué hacías, le preguntó el comisario al agente,
Estaba escondido, cuando ella entró fui en busca del inspector para concertar la estrategia, Y
entonces Decidimos trabajar juntos mientras fuera posible. Eran las dos y media cuando todos
salieron, supongo que almorzaron en casa, dijo el inspector, en seguida nos pusimos en alerta
porque no sabíamos si el viejo tiene coche, pero si lo tiene, no lo usó, comenzamos a seguirlos,
Y dónde acabó eso, fueron al cine. El comisario se sentía cansado de la comedia, Y el resto,
resúmanme el resto, ordenó con voz tensa. El inspector lo miró con sorpresa, El resto,
comisario, es nada, salieron juntos cuando terminó la película, tomaron un taxi, nosotros
tomamos otro, le dimos al conductor la orden clásica Policía, siga a ese coche, fue un recorrido
normal, la mujer del tipo de la carta se bajó la primera, Dónde, En la calle donde vive, después
el taxi dejó a los otros en casa, Y ustedes, qué hicieron, Yo me había quedado en la primera
calle, dijo el agente, Yo me quedé en la segunda, dijo el inspector, Y después ninguno de ellos
volvió a salir, todavía estuve casi una hora, al final tomé un taxi, pasé por la otra calle para
recoger a éste y regresamos aquí juntos.

Siguiente por favor

Un esfuerzo inútil, por tanto, dijo el comisario, Así parece, dijo el inspector, pero lo más
curioso es que esta historia no había comenzado nada mal, el interrogatorio al tipo de la carta,
valió la pena, incluso llegó a ser divertido, el pobre diablo que no sabía dónde se había metido
acabó con el rabo entre las piernas, pero después, no sé cómo nos atascamos nosotros, usted
debe saber algo más, puesto que interrogó dos veces a los sospechosos directos, Quiénes son
los sospechosos directos, preguntó el comisario, La mujer del médico en primer lugar, y
después el marido, para mi está claro, si comparten la cama, también compartirán la culpa de
la situación en que nos encontramos, Qué situación, Los votos en blanco, la ciudad en estado
de sitio, la bomba en la estación de metro, Crees sinceramente en lo que estás diciendo,
preguntó el comisario, Para eso hemos venido, para investigar y capturar al culpable, Es decir,
a la mujer del médico, Sí, señor comisario, para mí las órdenes del ministro del interior a ese
respecto fueron bastante explícitas, El ministro del interior no dijo que la mujer del médico
fuera culpable, yo no soy más que un simple inspector de policía que quizá no llegue nunca a
comisario, pero aprendí con la experiencia del oficio que las medias palabras existen para decir
lo que las enteras no pueden, Apoyaré tu ascenso a comisario en cuanto surja una plaza pero,
hasta entonces, la verdad me exige que te informe de que, para la mujer del médico, la palabra
que sirve es la de inocente, el inspector preguntó, Está insinuando que nos vamos a ir de
aquí con las manos vacías, También podemos irnos con las manos en los bolsillos, si
prefieres esta expresión, Y así nos vamos a presentar ante el ministro, Si no hay
culpable, no lo podemos inventar. El comisario se levantó, miró el reloj y dijo, Vayan a cenar
a un restaurante, prácticamente no han almorzado, tendrán hambre. El inspector dijo, Mi
estima por usted, comisario, me obliga a decirle que estoy muy preocupado con su persona,
Por qué, Nosotros somos subalternos, no nos puede suceder nada peor que una
amonestación, pero usted es responsable del éxito de esta diligencia y parece que está
decidido a declarar que ha fracasado, Crees que decir que un acusado es inocente es fracasar
en una diligencia, Sí, si la diligencia fue diseñada para convertir en culpable a un inocente,
Hace poco afirmabas a pies juntillas que la mujer del médico era culpable, ahora estás a punto
de jurar sobre los evangelios que es inocente, Tal vez lo jurase sobre los evangelios, pero
nunca en presencia del ministro del interior. El inspector y el agente dijeron, Bueno, comisario,
hasta luego.

Siguiente por favor

La puerta se cerró. El comisario fue a la cocina a beber agua, después entró en el dormitorio.
La cama estaba hecha, en el suelo los calcetines usados, la camisa sucia tirada de cualquier
manera sobre una silla. El comisario estiró la sábana y la colcha, dio dos golpes en la almohada,
enrolló la camisa y los calcetines y los metió en un cajón, el aspecto desolador del dormitorio
mejoró un poco. Miró el reloj, la hora era buena, el resultado ya se sabría. Se sentó, encendió
la lámpara de la mesa y marcó el número. Al cuarto toque atendieron, Diga, Habla papagayo
de mar, Aquí albatros, diga, Quiero dar el parte de las operaciones del día, albatros, Espero
que tenga resultados satisfactorios que comunicar, papagayo de mar, Depende de lo que se
considere satisfactorio, albatros, No tengo tiempo ni paciencia para matizaciones, papagayo de
mar, vaya derecho a lo que importa, Permítame antes que le pregunte, albatros, si el encargo
llegó a su destino.

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