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El agua, el aire, las rocas y hasta nosotros mismos estamos compuestos de

átomos. Normalmente estas unidades básicas de la materia no vagan por el


espacio en soledad, sino que se combinan con otros átomos e interactúan con
ellos gracias a los enlaces químicos. Pero ¿Qué son los enlaces químicos? O
¿Cuántos tipos de enlace químico existen? En esta investigación se
desarrollará al enlace químico y su clasificación, así como también se
experimentará con ciertas sustancias con la finalidad de comprobar su
conductividad eléctrica y el tipo de enlace químico. Al finalizar se mencionarán
las conclusiones de toda la experimentación y las recomendaciones para una
adecuada obtención de resultados.
Según Linus Pauling, se establece un enlace químico entre dos átomos o
grupos de átomos cuando las fuerzas que actúan entre ellos son de índole tal
que conducen a la formación de un agregado con suficiente estabilidad, que es
conveniente para el químico considerarlo como una especie molecular
independiente.
Un enlace iónico es un tipo de unión química entre átomos, donde uno de ellos
transfiere un electrón al otro. Este enlace se establece normalmente entre
metales y no metales con diferente electronegatividad. Por lo general, el metal
cede sus electrones al elemento no metal. Este tipo de enlace se produce por
la atracción de iones con cargas opuestas. Al ceder o aceptar los electrones de
valencia, los iones cumplen con la regla del octeto y, por lo tanto, son más
estables.
Es la unión química que se produce únicamente entre los átomos de un
mismo elemento metálico. Gracias a este tipo de enlace los metales logran
estructuras moleculares sumamente compactas, sólidas y resistentes, dado
que los núcleos de sus átomos se juntan a tal extremo, que comparten sus
electrones de valencia.

La conductividad es una medida de la propiedad que poseen las soluciones


acuosas para conducir la corriente eléctrica. Esta propiedad depende de la
presencia de iones, su concentración, movilidad, valencia y de la temperatura
de la medición. Las soluciones de la mayor parte de los compuestos
inorgánicos son buenas conductoras. Las moléculas orgánicas al no disociarse
en el agua, conducen la corriente en muy baja escala.

Según la experimentación y en base a la teoría los electrolitos son: NaCl,


CuSO4, NH4OH, H2SO4 (concentrado y en solución), ácido acético diluido
(CH3COOH (ac)), NaOH y el agua potable. Y los no electrolitos son la sacarosa
(C12H22O11), bencina, aceite y el agua destilada.

Al termino de los experimentos podemos concluir que el cloruro de sodio


(NaCl), sulfato de cobre (CuSO4), hidróxido de sodio (NaOH), cloruro de
amonio (NH4Cl), amoniaco (NH3), ácido acético (CH3COOH) y el ácido
sulfúrico (H2SO4) poseen enlace iónico ya que conducen la corriente eléctrica
al estar disueltas en agua.
El cobre y el grafito son buenos conductores de la corriente eléctrica por ser
elementos metálicos. Los metales tienen esta característica debido al enlace
metálico, el cual pone a los átomos tan cerca uno del otro que sus núcleos
interaccionan junto con sus nubes electrónicas.
La sacarosa y el aceite son compuestos orgánicos que poseen enlace
covalente, en los cuales no existen electrones libres que puedan conducir la
corriente eléctrica.
El agua destilada está libre de iones ya que es purificada mediante destilación,
por lo tanto, no conduce la corriente eléctrica.
Porque son electrolitos. Los electrolitos son aquellas sustancias que al
disolverse en agua permiten el paso de la corriente eléctrica.
Al disolverse en agua la sal se disocia en los iones correspondientes (el catión
sodio Na+ y el anión cloruro Cl-). Estos iones pueden moverse en el seno de la
disolución, por lo que, si en la misma introducimos los extremos de un circuito
eléctrico, el movimiento de los iones permitirá el paso de la corriente eléctrica.
Cuanto mayor sea la cantidad de sal disuelta más fácilmente podrá conducir la
corriente eléctrica, pues aumentará la conductividad del medio acuoso.

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