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PROLOGO:

Febrero 2016

La vida cambia en segundos, la mía cambio así:

De un instante a otro me vi encerrada en una tormenta de


arena que me invadía y me impedía seguir adelante, me
vi nuevamente frustrada por fantasmas del pasado que
segaron mis ojos y me impidieron mirar a hacia el frente,
obligándome a recordar todo lo que ya había sepultado.

Tratando de buscar respuestas a las preguntas que


volvieron en sí, solo para confundirme y hacerme caer,
caer dentro de un desierto donde libraba una batalla en la
que me encontraba sola.

Pero todo tiene una razón: Después de caer hasta el


fondo lo único que te queda es levantarte y volver a
subir.

Y fue ahí cuando lo encontré; tan fuerte, tan vivo, tan


real. Se arriesgo y entro a mi tormenta, rebasando de
manera impecable hasta mis propios límites, me ofreció
su mano y me condujo hacia la salida.

Me ofreció algo que nunca me había ofrecido alguien:


UN TODO Y UN NADA

Aprendí entonces que hay personas que guardan dentro


de sí Dones especiales, dones que solo poseen unos
cuantos… EL era una de ellas, una de esas personas
especiales.

¿Que cómo lo sé?

Por una simple y sencilla razón:

“El fue capaz de mirarme cuando yo era invisible”

CATALINA SNOBE

ÍNDICE:

1. Contigo......................................
2. Quiero.………………………………..

3. Compartir…………………………….

4. Todo.………………………………….

5. Lo mejor.…………………………….

6. Que existe.…………………………..

7. Dentro……………….………………..

8. De mi……………………….…………

9. Te amo.………………………………………..

1
Me levante muy temprano, algo me hacía sentir que este
día sería diferente. Me duche y me prepare para ir al
trabajo. Bajé a la cocina para desayunar hay estaba
mamá esperándome con el desayuno listo. No tarde
mucho en desayunar.

- Nos vemos al rato mamá- la besé en la mejilla.

- Si hija, no tardes mucho en llegar cuando salgas del


trabajo-

- No mamá, paso por unas cosas súper rápido y me


vengo para la casa -.

Salí de la casa, la mañana era fresca como de costumbre


pero el cielo se veía frio, me dirigí a la cochera Me di
cuenta de que mi carro no estaba.

-(Quizá se lo llevó mi hermano, ahora voy a tener que


caminar)-Estaba solo la camioneta pero no me dieron
ganas de sacarla.

Salí de la casa, mi trabajo no estaba lejos así que preferí


caminar antes que tomar el transporte. Pase saludando a
todos los vecinos (hace mucho que no lo hacía) y en
menos de lo que me di cuenta ya había llegado al
trabajo.

- Hola Marc – saludé al guardia de seguridad que se


encargaba de entrada del personal. Un tipo alto y
fornido, bien parecido, ojos negros y cabello quebrado
que siempre acomodaba con bastante gel.

- Buenos días Catalina –


Firme mi hora de llegada y me dirigí al consultorio de
mi hermano para revisar el itinerario que me esperaba.

- Hermano buenos días-

-Catalina llegas tarde-

-Lo siento tuve que caminar porque alguien tomo mi


carro sin permiso-

-Mi carro sigue en el taller pudiste venir con la


camioneta-

-Y porque no la trajiste tú- lo observé con una mirada de


reproche pero él se dio cuenta

-Ya tranquila mejor apúrate que ya te están esperando


los pacientes –

Me arrojó mi bata blanca mientas él seguía revisando


unos documentos.

- Ya voy, solo veo a Estela para pedirle mi agenda y me


voy para mi consultorio –

-Aquí está tu agenda- me extendió su mano para


entregármela

-¿Qué haces tú con mi agenda?- me extraño que mi


hermano la tuviera, generalmente no se ocupa de las
cosas que haga.

-Necesitaba planear los horarios para la junta de mañana


-ok-
-La señora Ortega ya te está esperando en el consultorio
creo que se cayó otra vez, a las 11 hay desayuno con los
directivos de la escuela y hoy te quedas en la tarde a
recibir a los del 3° semestre, van a entrar a la sala de
prácticas –

- ¿Quien viene con ellos?-

- El maestro Víctor y lo acompaña la nutrióloga que vino


ayer-

- Y se puede saber qué harás tú –

- Yo descanso en la tarde hermanita- me vio y rio en mi


cara- Anda ya vete que te esperan, nos vemos en el
desayuno-

-(Bueno creo que hoy no tendré tiempo para mí)-


suspiré.

***

El desayuno no estuvo tan mal. Se la pasaron hablando


de la nueva estrategia de enseñanza de los alumnos
incorporados al instituto.

Yo había sido estudiante y como mi hermano era


director del instituto me consiguió un trabajo en la
clínica de especialidades que manejaba la escuela para
prácticas de los alumnos destacados, por lo menos
trabajaría ahí antes de que recibiera mi título.

El día en la clínica estuvo relajado, los alumnos no


tardaron mucho en la sala de prácticas y no hubo muchos
pacientes que atender por lo que tuve la oportunidad de
salir más temprano de lo acostumbrado.

- Me retiro Estela ¿te podrías encargar de recibir los


últimos archivos para la junta de mañana y mandármelos
por correo?-

- Si niña no se preocupe yo se los mando en un ratito. Y


también le mando las cuentas para el depósito del nuevo
mes-

- Ha si claro, mándemelas y las reviso- Dejé mi agenda


en su escritorio y me di la vuelta.

-Entonces nos vemos mañana Estela, descanse-

-¡Niña! Su hermano me pidió que le dijera que si por


favor puede pasar a la editorial para recoger las nuevas
guías de estudio-

-¿Qué? ¿Enserio? – genial : / - Si Estela no se preocupe


yo voy por ellas-

- Gracias niña nos vemos mañana –

Salí sin ánimos para ir a la editorial despidiendo la idea


de llegar tempano a mi casa. Fui al estacionamiento para
recoger mi auto.

-¡¡ Maldición!!- Recordé que mi auto se lo había llevado


mi hermano y que había preferido caminar antes de traer
la camioneta.
A duras penas comencé a caminar rumbo a la parada de
autobuses, pase alrededor de 15 minutos esperando el
transporte. Por fin llego y subí. No había lugar por
ningún lado, el olor del autobús era realmente
desagradable, hacía mucho calor, era la hora pico así que
había demasiada gente que viajaba rumbo a casa
después de un largo día de trabajo. Todos menos yo.
Tenía que ir a la editorial necesariamente a fuerza. No
había recorrido más de tres cuadras cuando el autobús se
detuvo en la principal, acababa de ocurrir un pequeño
accidente unos metros enfrente. Comenzaron a desviar el
tráfico así que tuve que bajarme para continuar mi
camino caminando. :/

- ¿Por qué la editorial tiene que estar tan fuera de la


ciudad?- Eso me puso de mal humor. :/

Comencé a caminar con paso apresurado, tarde


aproximadamente 40 minutos en llegar a la editorial.
Eran ya las 6 de la tarde, comenzaba a ponerse el sol. La
caminata me había ayudado a calmarme.

Nunca había estado en la editorial, solo había


acompañado algunas veces a mi hermano, pero siempre
me quedaba esperándolo en el coche. La editorial era
bastante grande abarcaba aproximadamente la mitad de
la cuadra comenzando por la esquina de insurgentes.
Tenía jardines por la parte de enfrente, en el lado
izquierdo de uno de ellos había una placa de cristal
esmerilado, bastante vistosa por cierto, que decía:

“EDITORIALES DOWNEY”
Entre por unas puertas enormes de cristal que tenían
tallado lo mismo que decía la placa de afuera. Tenía la
fama de ser una editorial de prestigio.

- Buenas tardes- saludé a la recepcionista que se


encontraba en un cubículo pequeño al lado derecho de
la entrada, alrededor habían mantas blancas que cubrían
casi todas las paredes de la recepción.

-(Para ser una editorial de prestigio se ve bastante


sencillas)- voltee al instante en el que la recepcionista
me contestó el saludo.

-Buenas tardes señorita, le atienden en la tercera planta a


la derecha. Lo que pasa es que en este piso y en el
contiguo están haciendo trabajos de remodelación-

-Muchas gracias –

Di la vuelta y comencé a caminar buscando el ascensor,


mientras iba observando toda la editorial – (para ser una
sola editorial la construcción es realmente enorme) –

Me encontraba mirando a mí alrededor cuando me di


cuenta de que en el ascensor había un letreo que decía:

“Fuera de servicio temporalmente”

- Genial ahora voy a tener que subir dos plantas- :/ Mi


molestia regresó al instante, era tarde y ya estaba muy
cansada por tanto caminar. Subí las escaleras hasta el
tercer piso y cundo llegue a donde me había indicado la
señorita de abajo me dirigí a la recepcionista de este
lugar. Estaba a la entrada de lo que al parecer era en
recibidor o algo parecido porque había gente esperando
en uno sillones. Al verme entrar me dio el saludo.

- Bienvenida señorita en qué puedo ayudarle-

- Buenas tardes soy Catalina Snobe, vengo a recoger un


paquete para el instituto CAR&GIAC está a nombre del
doctor Giovanni Snobe-

- Si señorita Snobe, la esperábamos, el doctor llamo esta


mañana para avisar que usted pasaría por ellas-

- ¿Gracias, tengo que firmar alguna forma o algo? –

- Solo un documento de entrega, pero tendrá que esperar


su turno para poder pasar con el director en jefe y arregle
con él los últimos detalles-

- ¿Esperar?- genial: / - Y ¿en qué momento me


atenderá?-

-Le toca a usted el turno número cuatro, yo le indicare,


en esta sala puede esperar-

Me dirigí a la sala sin aminos de esperar. En ella habían


cuatro personas, dos de ellas parecían venir juntas a
simple vista parecían maestros quizá, había una joven,
más o menos de mi edad, de buen parecer a decir verdad,
estudiante o recién graduada me imagino. Y había
también un joven muy bien vestido para la edad que
aparentaba. Así pase un buen tiempo, solo viendo lo que
había a mí alrededor, escuché un poco de música, luego
comencé a hojear las revistas que había, algunas
publicidades etc. Alcancé a notar que el único joven que
estaba ya me había mirado varias veces, fue algo extraño
pero no le tome mucha importancia.

Sin darme cuenta ya había pasado más de una hora y


media y aun no era mi turno.

-(Genial ya son 7:30 y yo no salgo de aquí)-me levante


de mi asiento y fui directo a la recepcionista.

-Disculpe señorita, llevo casi dos horas aquí y aun no me


han atendido-

-Disculpe las molestias, al parecer el director tuvo que


salir un momento pero no debe de tardar-

-¿Cuantos turnos faltan para que pueda pasar?-

-Ya solo falta el joven que está sentado y después sigue


usted-

Había días en los que la paciencia me faltaba y creo que


este era uno de ellos. :/

-Señorita ya no dispongo de mucho tiempo, ¿El director


va a tardar mucho?

En ese momento sonó la bocina del interlocutor


pidiéndole a la recepcionista que pasara la siguiente
persona.

-Licenciado es su turno en pasar-

La recepcionista se dirigió al joven que había estado


mirándome, el y yo éramos las únicas personas en la
sala.
-Gracias pero prefiero que pase la señorita antes que yo-

Ambas nos giramos para verlo al instante en el que él


pronuncio esas palabras. El nos regreso la mirada.

-No tengo prisa, puedo esperar un poco mas- dijo esto


con mucha tranquilidad.

-¿Esta seguro licenciado?- preguntó la recepcionista.

-Claro, seguro, que pase ella primero-

Lo observe por unos instantes, ahí estaba él, sentado con


una laptop sobre la mesa de centro con la que al parecer
había estado trabajando.

Un tipo alto, cabello y ojos negros los labios


ligeramente entreabiertos. Traía el cabello acomodado
de una manera bastante peculiar para la vestimenta que
tenia: Traje en tono obscuro gris Oxford liso con una
corbata de diagonales color purpura y una camisa en un
tono más claro que el de la corbata, zapato mocasín con
terminación en piel negra.

Mire la laptop, en parte inferior de ella tenía un


grabado que decía:

“ANGELOUS”

-(Como no lo note antes)- enseguida se dio cuenta de


que lo observaba y clavo su mirada en mis ojos

-Gracias- fue lo único que se me ocurrió decir es ese


momento. El me sostuvo la mirada y con una sonrisa
discreta me contesto:
-De nada, es un placer-

Me dispuse a entrar. No tarde más de media hora


revisando los últimos detalles.

-De haber sabido que era usted quien esperaba no la


habría hecho esperar tanto-

El director me sonrió de manera simpática y me invito a


tomar asiento.

-A decir verdad, un joven me cedió su lugar, de lo


contrario todavía estaría esperando. Su recepcionista me
dijo que ya estaban enterados de que yo vendría por las
ediciones-

-Para serle sincero pocas veces me entero de esos


detalles, y como mi secretaria personal tuvo que cubrir la
entrada principal, no pude atenerla de inmediato. Por lo
general siempre nos visita su hermano para recoger sus
ediciones-

-Claro yo entiendo-

Me entregó las ediciones y unos artículos para mi


hermano y nos despedimos.

Cuando salí de la oficina note que el joven ya no estaba


en la sala de espera, la recepcionista ya estaba por
retirarse también así que no quise importunar y me dirigí
a la salida.

Cruce para el estacionamiento con la esperanza de


encontrar algún taxi que me llevara a casa sin correr con
suerte-
-¡Genial voy a tener que caminar al metro!- :

El cielo estaba oscuro y al parecer no tardaba en


comenzar a llover.

-Y parte de cansada, mojada. Pero querías caminar


Catalina, querías caminar- me dije a mi misma molesta.

-Yo podría llevarte- escuché una voz masculina detrás de


mí, inmediatamente me di la vuelta y ahí estaba otra vez
el joven de la sala, parado detrás de mí y con sus manos
en los bolsillos de pantalón.

-No muchas gracias- Su comentario me sacó de lugar al


miso tiempo que no pude evitar mirarlo con
desconfianza. El me miro y sonrió, sus labios se
levantaron más por un lado que por el otro.

-Ya es tarde y casi va a llover, además no es seguro que


una joven tan bella camine sola a estas horas, déjame
llevarte-

-No te conozco, mejor continúa con lo tuyo, yo me las


arreglaré sola-

-Continuaría de ser posible pero… estas bloqueando la


única salida que aún sigue en servicio- En efecto, estaba
parada en medio de la única salida de autos que aun
estaba abierta.

-Oh! lo siento- me aparte inmediatamente.

-Mira para que no desconfíes de mi- me alago su mano


para presentarse -Me llamo Christopher Ángelous- se
acerco a mí.
-Soy arquitecto y estoy llevando la remodelación de la
editorial, no sé si al entrar lo notaste- mire su mano con
fijeza.

-Mi auto esta allá- lo señalo con su otra mano mientras


la otra no la apartaba del saludo. Un elegante Range
Rover HSE negro. Lo miré con un aire desconfiado, pero
le ofrecí mi mano también.

-Catalina, soy especialista en una clínica de


rehabilitación de la columna vertebral-

-Lo imagine, lo digo por las ediciones que llevas en las


manos, y que por cierto si no aceptas que te lleve
terminaran hechas sopa y tu esfuerzo habrán sido en
vano-

Me molestó su comentario pero tenía razón, si no


acepaba que me llevase las guías destinadas para la junta
de mañana terminarían de manera fatal. Lo mire por un
instante dudando en aceptar o no el favor que me ofrecía
termine diciendo que si.

-Está bien, dejaré que me lleves pero solo al centro y a


cambio tengo que pagarte el favor-

-De acuerdo contesto el-

Nos dirigimos a su camioneta para subir antes de que


comenzara a llover.
2
Abrió la puerta de la camioneta y subí al asiento del
acompañante. Era una camioneta bastante grande con
asientos forrados en cuero negro, perfectamente limpia y
con un aroma a cedros y lavanda. -(Por lo menos el
viaje será agradable)- pensé-

Subió a la camioneta y comenzó a avanzar.

-¿A caso también perteneces a la CIA o a la policía


federal? Lo digo porque la camioneta que traes parece
sacada de una película de ladrones o algo así-

-No exactamente- sonrió un poco y continuó - mi


hermano tiene una empresa de seguridad privada, trabaja
para los empresarios, políticos y algunas personalidades
influyentes de Londres. El vive allá, yo preferí quedarme
aquí.-

-Así que tú hermano es guardaespaldas o algo así –

-Si, por así llamarlo y pues por eso nunca está de más
darte uno que otro lujo, claro, por seguridad más que
nada-

Lo mire discretamente para que no lo notara, su perfil


era realmente perfecto: Pestañas largas y ligeramente
rizadas, ojos negros profundos y su barbilla ligeramente
dividida. Afeitado y con un poco de pomada supongo
que hidratante en los labios. Con facciones bien
marcadas.

Alcancé a percibir su colonia – (Por Dios, afortunada la


mujer que tenga la oportunidad de oler a este hombre
todo el tiempo… su colonia le va muy bien)-
-¿Todo bien?- Reaccioné de repente.

-¿He? Oh si todo bien, no pasa nada-

-¿Entonces por qué me miras así?-

Rayos se había dado cuenta.

-No, por nada. Solo pensaba-

-¿En qué pensabas?

Lo mire otra vez pero ahora con una mirada un poco


seria para que no sospechara nada.

- Pensaba en cómo me convenciste para que subiera a tu


auto- en ese momento comenzó una tormenta
impresionante que tuvo que encender los limpiadores del
parabrisas para poder ver mejor.

-Ya vez, el poder de la persuasión- me miró fijamente


atreves de esos ojos negros.

-Claro, como tú digas- no pude evitar sonreír un poco.

-¿Acaso habrías preferido caminar como era tu idea?-

Cruzamos las miradas por un instante, ahora en vez de


desconfianza lo que sentía por este hombre era
curiosidad. Tenía ganas de conocerlo más pero rechace
la idea al instante. Gire la cabeza y me dedique a ver
atreves de la ventana. No hablamos por un rato hasta que
sonó mi celular.

-¿He?- miré mi celular y al instante respondí al mensaje


que acababa de llegarme.
--Giovanni Snobe: Hermanita ya vienes a la casa??  --

--Catalina: / Si ya voy en camino: p… me debes una


hermanito--

-¿Alguien te busca?

-Mi hermano solamente-

-¿Es mayor que tú?

-Si un poco-

Dejé el celular en mis piernas y descanse mi cuerpo en el


asiento de piel, tan cómodo…

Desperté de un brinco, sin recordar donde estaba.

-¡Maldición! Lo siento… ¿me quede dormida?- busqué


la manija de la puerta pero por la oscuridad no pude
reconocer el coche. Sentí que tocó mi espalda con la
palma de su mano de manera cuidadosa con la intención
de calmarme.

-Tranquila, solo te has quedado dormida por un rato-

-Perdón no era mi intención yo…- tomó mi mano y me


miró.

-De acuerdo no te preocupes- sonrió un poco- la verdad


es que no todos los días tengo la oportunidad de mirar a
una mujer tan linda como tu dormida.-

Evadí su comentario y solté mi mano de la suya, miré


hacia afuera, al parecer la lluvia ya había parado, había
aparcado frente a una tienda de auto servicio que no
quedaba tan lejos de mi casa. Guardé mi celular y las
ediciones en mi bolsa, miré mi reloj.

-Ya casi las 9… maldición!! -murmuré- muchas gracias


por traerme… ¿podrías quitar el seguro de la puerta por
favor?-

Quitó los seguros e inmediatamente bajó a abrirme la


puerta y me ayudó a bajar.

Cerró su camioneta y yo caminé hacia la banqueta.

-Lamento haberme quedado dormida, normalmente yo


no…-

-No te preocupes es normal que una persona que está


cansada… se quede dormida-

Me miró a los ojos, era por lo menos 30 centímetros,


más alto que yo, y eso que traía unas zapatillas algo
altas. Lo miré de cuerpo completo, un tipo atlético de
buena condición, espalda ancha y abdomen delgado, sus
piernas eran largas y se lucían con el pantalón que traía.

-Ok, buenas noches y otra vez gracias- me di la vuelta y


comencé a caminar en dirección a mi casa.

- Espera, te acompaño - me dio alcance y me detuvo


tomándome de una mano. Lo miré.

-No gracias, no es necesario en verdad, ya me hiciste


muchos favores hoy-

-Anda no pierdes nada, yo te acompaño-


-Ok- deje de mirarlo y comenzamos a caminar. Me quito
la bolsa del brazo y la cargo él dejándome las manos
libres. Las puse dentro de los bolsillos de mi abrigo.

Sentí que me tomó ligeramente por la espalda, me


estremecí a su contacto pero preferí no decirle nada, era
como si fuera a obedecerle en todo lo que dijera o
pidiera.

-(Vaya forma de conocer a alguien)- pensé.

No tardamos más de cinco minutos en llegar a mi casa.

-Aquí vivo, muchas gracias por traerme-

Me entregó mi bolso y me di la vuelta, el se quedó a mis


espaldas. Busqué mis llaves y abrí la puerta de mi casa,
me voltee para mirarlo.

-Gracias otra vez- me quede parada a la entrada de la


reja para despedirlo. Guarde mis llaves y sostuve el
bolso en una mano.

Le alargue la otra mano para despedirme, él la tomó al


instante, pero se inclino y la besó de una manera tan
delicada y sensual. Al instante me puse nerviosa y retire
mi mano rápidamente. Nunca me habían besado la
mano.

-De nada, fue todo un placer, espero volver a vernos


muy pronto- alcanzo mi mirada, sus ojos negros tan
profundos…

-Gracias, pero no creo que sea posible-


Me di la vuelta pero me detuvo y me hizo voltear hacia
él. Se aproximo a mí, tanto que lo tuve a unos cuantos
centímetros y pude percibir otra vez su colonia pero
ahora con más intensidad que antes.

-Entonces déjame ser tu amigo- pronunció estas palabras


con voz baja.

Me miró y lo miré extrañada. Retrocedí hasta que tope


con la puerta entreabierta.

-Tengo que entrar, adiós muchas gracias- el también


retrocedió.

-Descansa buenas noches- me sonrió y se dio la vuelta,


en ese instante sonó su celular y se alejo hacia su
camioneta hablando por teléfono.

Entre inmediatamente a la casa, cerré la puerta y


atravesé el jardín para entrar a casa. Por fin en casa.

***

-Ya llegué- cerré la puerta de dentro y avance a la sala


donde vi a mamá que estaba tejiendo.

-Pensé que llegarías más temprano hija, te esperamos


para comer, tu hermano no tardo mucho en llegar al salir
del trabajo-
-Tu hijo me mando a recoger unas cosas hasta el fin del
mundo, sin carro y lo peor comenzó a llover de regreso
aquí-

Mi mamá comenzó a reírse.

-Hay tu hermano y tú, con razón llego riéndose diciendo


que se las ibas a cobrar, no me dijo de qué pero ahora
con esto supongo que fue eso-

-(Infeliz: / lo hizo a propósito) Y ¿dónde está mamá?–

-Subió al estudio, dijo que tenía que hablar con un


licenciado, ingeniero que se yo por lo que van a hacer
en la escuela-

-Ha… si, vamos a ampliar unos salones y otras cosas-

-Me da mucho gusto verlos trabajar juntos... mientras no


se hagan maldades- volvió a sonreír (amaba cuando
mama sonreía, nos hacía sentir tranquilos, felices).

-Bueno mamá, vengo cansada ya me voy a mi


habitación, mañana veo a mi hermano- le di un beso y
salí de la sala rumbo al mi habitación.

Mientras subía las escaleras recordé lo que me había


sucedido momentos atrás.

-(Cómo es que ese hombre logró ponerme así de


nerviosa, parecía tan seguro de sí mismo, tan
atractivo…)- Inmediatamente rechace esa idea y mejor
me puse a pensar en la junta de mañana.
Tomé una ducha más larga de lo común, cepille mi
cabello, me puse una pijama cómoda y me tumbé
enfrente a mi laptop y de los paquetes que recogí en la
tarde. Todo tenía que estar perfecto, cada detalle
revisado para el día de mañana.

***

Mi despertador sonó 6:30 am, me había quedado


dormida sobre mi escritorio.

Me levanté y bajé directo a la cocina, anoche ya no había


cenado nada y me estaba muriendo de hambre. Mi mamá
aun seguía dormida así que el desayuno me lo tendría
que hacer yo.

- Y con lo que me gusta cocinar… -

Al caminar por el pasillo vi la luz de la cocina


encendida, entre y mi hermano ya estaba preparando el
desayuno -(Genial)- pensé.

-Apoco ya te levantaste hermanita-

-Sí, hay que llegar temprano para preparar la sala de


juntas ¿no?-

-De eso te quería hablar hermanita bonita chiquita…


jejeje-

-¿Qué? Por qué dices eso-


-Necesito que te adelantes, yo tengo que ir a recoger a
uno de los arquitectos para llevarlo a la escuela antes,
para que revise las instalaciones y se haga de una vez el
cierre de presupuestos-

-Me vas a dejar todo el trabajo a mi sola… a mira qué


bonito me salió el niño y por cierto me debes una
hermano, estuve casi por tres horas en esa maldita
editorial esperando como tonta-

Al instante mi hermano soltó una risa burlona que casi se


ahoga él solito con su saliva.

-¿De verdad? Por eso tardaste tanto…-

Me enfade tanto que le solté en golpe seco en el brazo.

-Hay!! Espérate loca- continuó riéndose - perdón


hermanita te recompensare te lo juro –

-Pues más te vale Ok-

Desayunamos en la barra como era nuestra costumbre si


solo estábamos los dos, aprovechamos para platicar
como lo hacíamos antes. Desde que comenzamos a
trabajar pasábamos menos tiempo junto y tener una
plática como esta ya no era tan usual. Sin querer nos
dieron las 8 de la mañana

-Hermana ya es tardísimo, me voy a bañar y salgo para


la casa del arquitecto y nos vemos 10:00 en punto en la
sala de juntas. Ah por cierto tu carro ya está en el garaje
-
¿Qué?, pero, espérate, oye!!- mi hermano me beso la
frente y salió de la cocina. Otra vez me había dejado el
trabajo a mi sola, tendría que limpiar y lavar los trastes
del desayuno. Me apresure y termine pronto, subí a mi
recámara a ducharme y preparar las cosas que tenía que
llevar a la junta.

-Nos vemos al rato hermanita!!- escuché a mi hermano a


lo lejos.

Salí de la ducha, ya tenía todo listo para la junta, ahora el


reto era decidir que ponerme. Tarde un poco pero al final
me decidí. Usaría un conjunto que mi hermano me había
traído de New York:

Falda blanca coral de vuelo corto, blusa de seda con


manga tres cuartos azul marino y unas zapatillas de
plataforma del mismo color en terminado de gamuza.

Me recogí el cabello con un prendedor dorado con


piedras azules que tenía forma de rosa.

En ese momento sonó mi celular y corrí a revisarlo -


(Quizá es mi hermano que ha olvidado algo el muy
bruto) -. Pero me lleve un sorpresa cuando me di cuenta
de que me había llegado un mensaje de buenos días de
un número extranjero, lo supe por la lada.

-***: Hola buenos días, espero que hallas amanecido


bien ;) –

-Catalina: Hola, gracias pero ¿Quién eres? –


En ese momento me entro una llamada del número del
que había recibido instantes atrás el mensaje. Contesté.

-Si bueno ¿Quién habla?-

-Hola señorita acaso no reconoce mi voz-

Ese timbre de voz ya lo había escuchado, la persona al


otro lado de la línea rió ligeramente

-(No puede ser, acaso es…) ¿Christopher?-

-Si, así es.-

-Tú?? Qué?? Perdón pero cómo conseguiste mi número


-Creo que ayer mientras dormías marque mi número en


tu celular y pues… fue accidental lo juro-

Escuché como rió otra vez pero ahora con más gracia, el
pobre infeliz había tomado mi celular mientras dormía.
Me moleste bastante.

-¿Y quién te creíste tú para hacer eso, acaso no sabes


respetar las cosas de los otros?-

Al parecer mi comentario lo molestó porque al instante


cambio el tono de voz.

-Sí, si lo sé hacer. Pero acuérdate de que me debes un


favor, si no conseguía tu numero ¿Cómo iba a
cobrártelo?-

Tenía razón, le había dicho que le pagaría el favor, pero


nunca imagine que haría algo así. Un escalofrío me
recorrió el cuerpo cuando imagine, si había sido capaz
de hacer eso si darme cuenta…

-(No quiero ni imaginar que otra cosa pudo hacer


estando dormida…)-

Pareciera que me hubiera leído el pensamiento, o como


si hubiera podido ver mi expresión en esos momentos.

-Tranquila, no hice más que tomar tu celular de tus


piernas y volverlo a poner ahí. No paso nada más
mientas dormías te lo juro-

En esos momentos desee que fuera verdad lo que me


decía, no soportaría la idea de que hubiese hecho algo
más. Me quedé unos instantes en silencio tratando de
ordenar el remolino de ideas que se había venido sobre
mí como una tormenta, al parecer él lo notó.

-Una disculpa si te he incomodado, no era mi intención


perdona-

-No te preocupes fue lo único que pude decir.

-Ok am… ¿Te encuentras bien Catalina?-

-Si... te devuelvo la llamada más tarde vale tengo prisa


en salir. Adiós-

No le di tiempo de despedirse colgué la llamada. Se


había hecho tarde para la junta, tome mis cosas, fui por
mi auto y me puse en marcha rumbo a la escuela.
3
No pude mantener la cabeza tranquila mientras
conducía, le hacía falta combustible al carro así que
decidí pasar a llenar el tanque. Eran las 9 de la mañana,
me quede un momento aparcada a la vuelta de la
gasolinera.

- Como se atrevió a hacer eso?? Quien se cree?? –

Me lamente mas al recordar que dije que le devolvería la


llamada. Definitivamente no lo haría, no estaba loca. Me
relaje y continúe con mi camino hacia la escuela.

Entre al estacionamiento y busque mi lugar. Me


estacione, tomé mis cosas y las guías. Al bajar y avanzar
note que había tres camionetas grandes estacionadas, una
de ellas era una Lincoln blanca, otra era una Suburban
negra pero la ultima me llamo más la atención , era igual
a la del chico que conocí ayer. Estaba aparcada junto a
otros dos carros deportivos, uno era un Cadillac
convertible y el otro era un Camaro amarillo.

-(Supongo que son de los directivos y los licenciados


que vienen a la junta… si yo tuviera un carro así haría
milagros…)- pensé.

Me dirigí directo a la sala de juntas, Estela la secretaria


de mi hermano ya me estaba esperando.

-Ya esta lista la sala solo faltan las carpetas de cada


licenciado-

-Si Estela gracias. Aquí está las carpetas, las


proyecciones también están listas, esas las trae mi
hermano y supongo que los arquitectos también traerán
sus maquetas y todo lo demás-

Aun teníamos algo de tiempo para revisar todos los


detalles. Eras 10 en punto cuando comenzaron a subir
nuestros invitados.

Entro a la sala el director Alberto Toledo que era el


encargado de la dirección de los planteles de nuestra
región, lo acompañaba la Lic. Dalia encargada de la
administración de nuestro plantel pero que ahora se
encontraba laborando fuera de la ciudad. Subió después
el contador Octavio a quien ya conocía de vista por verlo
algunas ocasiones hablando con mi hermano, fue él
quien nos contacto con su colaborador el Ing. César y el
Arquitecto David a quienes esperaba conocer hoy.

-¿Sabe donde esta mi hermano Estela?- le pregunte


discretamente.

-Creo que esta abajo con el arquitecto, ya no deben de


tardar-

Tomamos asiento en espera de mi hermano y del


arquitecto, mientas hicimos nuestras debidas
presentaciones. Todos me cayeron muy bien, eran
personas muy amables, habíamos comenzado a bromear
entre todos cuando la puerta se abrió. Yo estaba de
espaldas a la puerta.

-Perdón por la tardanza, necesitábamos revisar bien


todas las instalaciones- era la voz de mi hermano.
-No te preocupes Giovanni, tu hermana es una verdadera
anfitriona- dijo el director Alberto – Deberías de traerla
a nuestras juntas más seguido- todos reímos, me sonroje
un poco pero hice lo posible para aguantar los nervios.

-Bueno colegas él es el arquitecto David-

Nos levantamos para recibirlo de manera adecuada. Al


voltear para saludarlo me quedé de una sola pieza. Al
instante se me borró la sonrisa y sentí como si me
hubiese caído encima un balde de agua helada. Frente a
mi estaba él. El mismo de la sala en la editorial, el
mismo que me había llevado en su camioneta, el mismo
que se acerco a mí y me puso a temblar como una hoja,
el mismo con quien había hablado en la mañana y a
quien le había colgado antes de que se despidiese. Ahí
estaba, parado frente a mí.

Supongo que noto que mi sorpresa era evidente y tomo


la iniciativa de saludar. Me alargo la mano y se presento.

-Buenos días señorita soy Christopher David el


arquitecto que estará trabajando con ustedes-

Hice lo mismo para que no se notara tan evidente que


estaba incrédula de la situación.

-Catalina Snobe, mucho gusto-

Lo mire incrédula, aun sin creer la situación que se


estaba llevando a cabo frente a mis ojos. Tomo asiento
dos lugares después del mío, mientas yo no podía dejar
de pensar en su presencia. La junta comenzó, todos
comenzaron a opinar acerca del proceso y algunas cosas
de la obra, todos menos yo, pareciera que mi cabeza
estaba en otro lado. Mil y un pensamientos se me
vinieron a la mente:

-(El por lógica ya sabía quién era desde la editorial, pero


por qué no me dijo nada, por qué actuó como si no me
conociera… bien pudo haber dicho: hola como estás un
gusto volver a verte o es que acaso acostumbra a ser así
con todas las mujeres que conoce… mejor que se hizo
que no me conocía, habría sido incomodo…pero es que
es imposible, que voy a hacer si intenta acercarse…
terminando la junta me voy directamente a la clínica
para no toparme con él, pero por qué me voy a ir yo, que
se valla el… por Dios qué voy a hacer…)-

-Catalina, Catalina!-

-¿Eh? ¿Perdón?-

Me perdí en mis pensamientos y al parecer me estaban


llamando.

-Catalina puedes pasarme los informes del último


trimestre de actividades de ingresos y egresos
monetarios-

Al parecer no era la primera vez que mi hermano se


dirigía a mí, todos en la sala me observaban excepto
Christopher, el miraba los documentos que habíamos
puesto en su carpeta. Le pase los documentos que pidió
mi hermano. En las horas siguientes trate de estar lo más
concentrada posible, evite mirar a Christopher, aunque él
no se preocupo por si notaban o no los demás que me
miraba insistentemente.
La junta duro aproximadamente tres horas, los directivos
prefirieron no tomar un receso y seguir adelante con la
junta para terminarla ese mismo día. Para mi fortuna fue
así, no podía imaginarme ni por un momento tener que
cruzar palabras con ese de la editorial.

De dio por terminada la junta.

-Bueno doctor Giovanni tengo que decir que estoy


asombrado con su trabajo y el de la señorita Catalina- el
director Toledo se levantó para despedirse - contador
Octavio lo espero mañana en mi oficina para arreglar los
papeles de los que ya le platiqué-

-Claro que si director, mañana estoy desde temprano en


su oficina-

-Si muchas gracias mientas quédese usted Octavio y sus


colegas en el instituto revisando los últimos detalles para
que mañana mismo se comience la obra-

-Yo también me retiro- la Lic. Dalila se levanto de su


lugar y se despidió de todos-

El director y la licenciada comenzaron a caminar a la


salida, mi hermano seguía sentado a un lado de el
ingeniero cesar y el contador, de mi lado ya solo había
un lugar que me separaba de Christopher. Me levante al
instante para acompañar a los que ya se retiraban y no
tuviera que quedarme por más tiempo en esa sala.

-Yo también me retiro, y de paso los acompaños a la


salida director - me levante de mi lugar, tome mis
carpetas, le di a Estela unos documentos para que ella se
encargara de ellos y me dirigí a mi hermano.

-Nos vemos en el intermedio hermano, con su permiso-

Salí detrás de la licenciada y el director sin voltear a ver


a nadie más en la sala. No hizo falta mirar hacia atrás,
sentí una mirada sobre mí que me siguió hasta que dimos
vuelta en el pasillo. Llegamos a la salida, me despedí de
ambos y continúe el camino a la oficina de mi hermano
en la dirección.

***

Termine de arreglar unos documentos cuando dieron las


tres. Hasta esa hora no supe nada de mi hermano y de los
demás.

-(Supongo que siguen en la sala o ya fueron a las aulas)-


estaba guardando los documentos cuando escuche que
llamaron a la puerta. No alcance a ver quién era atreves
de la ventana porque las persianas estaban cerradas.

-Adelante-

Estela entró con una carpeta y unos papeles y me los


entregó.

-Los manda su hermano, me pidió que le dijera que la


espera en el comedor, pero que no tarde porque es un
asunto muy importante y los licenciados se tienen que
retirar-
-¿Sabe para qué quiere mi hermano hablar con migo?-

-No nada más es su hermano, sino también el ingeniero


y el arquitecto. Creo que surgió algo de improvisto o no
entendí muy bien-

-Ok entiendo, bueno en unos momentos estoy con ellos,


ya puedes retirarte Estela muchas gracias-

-De nada niña, con su permiso-

Termine de guardar los documentos que estaba


revisando y deje la carpeta y los papeles que me había
traído Estela en el escritorio cerré la oficina y me dirigí
al comedor, aun no era el intermedio de los alumnos así
que me cayo un poco raro que mi hermano me mandara
a traer antes y más aun por lo que me dijo Estela.

Camine por los pasillos que daban directo al comedor de


maestros, iba bajando las escaleras cuando divisé a la
entrada del comedor a mi hermano platicando con
mucha confianza con Christopher. Se me hizo muy
extraño ver a mi hermano platicar de esa forma con él,
generalmente mi hermano no era de ponerse a platicar
con cualquiera.

-(Quizá el tipo ese le cayó muy bien)- pensé. Me detuve


antes de bajar, observe a Christopher y respire hondo
para poder controlar los malditos nervios que me hacía
sentir. Opte por hacer lo mismo que en la junta:
Ignorarlo.

-Hermano para que me necesitabas-


Ambos voltearon para mirarme terminar de bajar por las
escaleras. Christopher me clavo la mirada a los ojos pero
lo evadí con toda la sutileza posible.

-Buenas tardes arquitecto- me dirigí a mi hermano- Que


es lo urgente que tenias que decirme-

-Que tal y pasamos a sentarnos al comedor para platicar


más a gusto- mi hermano me dio un ligero empujón por
la espalda para entrar primero que ellos. Sin perder
tiempo Christopher se apresuro a abrirme la silla para
sentarme.

-Gracias- (Dios, trae otra vez esa maldita colonia que le


queda muy bien).

Mantuve la mirada en mi celular en lo que nos traían la


comida, mi hermano se sentó al lado mío y Christopher
frente a mí. Aproveche su plática para mandarle un
mensaje a mi amiga Lisa, que no había visto desde que
nos graduamos hace algunos meses.

-- Catalina: Hola muñeca, ¿cómo estás? … hace un


buen rato que no sé nada de ti. I miss you . –

-- Lisa Verbonnen : Hola bonita !! También te extraño


un resto. Dentro de dos semanas regreso a México, si
quieres nos vemos y platicamos un rato. —

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