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La Fig.1 representa a la izquierda con líneas punteadas el campo magnético de corriente continua
de los polos inductores excitados, pero sin que exista corriente por el devanado de inducido, por
lo que dicho campo es producido solo por los polos inductores.
Para poder estudiar más detenidamente la reacción de inducido se han trazado en la Fig. 3 las
curvas de campo del arrollamiento del inducido (a), del arrollamiento excitador (b) y de ambos
arrollamientos juntos cuando no se considera la saturación (c), y finalmente al considerar la satu-
ración magnética (d):
La Fig. 3b representa la curva de campo del arrollamiento excitador, curva cuya forma se
aparta de la senoidal, haciéndola aplanada mediante un adecuado perfil de la expansión polar,
a efectos de mejorar la forma de onda en la rectificación mecánica que produce el sistema co-
lector escobillas.
La Fig. 3c se obtiene sumando en magnitud y sentido los valores de la inducción que dan las
curvas de campo a y b para los mismos puntos del perímetro del inducido, obteniéndose la
curva del campo resultante (curva c). La adición de los valores de inducción B, correspon-
dientes a las curvas de los campos polar e inducido para obtener el campo resultante presu-
pone que existe proporcionalidad entre la tensión magnética y la inducción para cada parte de
las que forman el circuito magnífico.
Esta proporcionalidad, como antes se ha indicado no existe cuando el hierro está saturado, puesto
que la reluctancia magnética depende del grado de saturación del hierro. Por tanto, la curva del
campo resultante obtenida sencillamente por la adición de los valores de inducción B, puede di-
ferir considerablemente de la curva real.
Las líneas de campo resultante, que penetran por el intervalo entre polos en la periferia del indu-
cido, se cierran recorriendo largos trayectos en el aire y en hierro muy poco saturado y, por tanto,
la parte de curva (el campo resultante obtenida por adición que corresponde al citado intervalo,
coincidirá con la curva de campo real de la máquina en carga.
En cambio, las líneas de campo en la periferia del inducido frente a los polos se cierran esen-
cialmente en hierro más o menos saturado, de manera que la parte de la curva de campo resultan-
te obtenida por adición, que se presente frente a los polos, varia mucho, por regla general, de la
curva de campo real.
En la Fig. 3c, debido la reacción de inducido, la inducción en el aire, frente o los cantos polares
izquierdos, ha bajado al valor B'a y frente a los cantos polares derechos ha subido al valor B”a .
Debido a esto, varía asimismo la inducción en los dientes frente a los cantos polares, y según sea
la saturación de los dientes determinada de antemano por los amperios- vueltas de excitación, va-
riará la reluctancia del circuito magnético: la reluctancia del circuito magnético frente al canto
polar izquierdo, baja, y frente al canto polar derecho aumenta.
Las propiedades magnéticas del hierro, siendo la inducción las usuales (alrededor de 1,5 Tesla)
determinan que la disminución de la reluctancia sea menor que el aumento.
Esto trae como consecuencia que la inducción verdadera en el aire frente al canto polar izquierdo
sea solo algo mayor (valor B'a) que B'a , mientras que frente al canto polar derecho resulta bas-
tante menor ( valor B''a ) que B''a . Por ello la curva real de una máquina en carga es como la de
la Fig. 3d.
La curva de campo resultante indica que la zona neutra de la Fig. 3b (en vacío), es desplazada en
un ángulo (Fig. c y d), y sobre la línea de escobillas, que es donde se produce la conmutación
que produce el cortocircuito de un grupo de espiras de la armadura a través de las escobillas, apa-
rece en carga un campo de magnitud Bt como muestra la Fig. 3c y d.
Debido a la distorsión del campo en carga, la inducción en el aire frente a los polos alcanzará en
algunos sitios el valor Bamax haciendo aumentar, en consecuencia, la tensión entre las delgas co-
rrespondientes. Por tal razón si el valor de Edel , en vacío no queda bastante por debajo de los lí-
mites indicados, al funcionar la máquina con carga, la reacción de inducido puede dar lugar a
anillos de chispas.
Según ha demostrado la práctica, en vacío, el valor de Edel deberá ser menor que:
40 a 50 V. en máquinas pequeñas,
35 V. en máquinas medianas,
25 a 30 V. en máquinas grandes.
a) La reacción de inducido aumenta las pérdidas en el hierro de los dientes y de las piezas po-
lares.
La inducción máxima en el aire en vacío aumenta con carga hasta el valor B”a (Fig. 3c), como la
inducción en las piezas polares y en los dientes aumenta casi en la misma proporción que la in-
ducción en el aire, como las pérdidas en cl hierro son aproximadamente proporcionales al cua-
drado del valor máximo de la inducción:
pFe kB
2
Las pérdidas en el hierro aumentan sensiblemente Este aumento de pérdidas en el hierro se toma
en consideración en el estudio de las pérdidas de potencia como una pérdida adicional.
e=Blv
Entonces la f. e. m. que actúa entre dos delgas para una velocidad dada dependerá de la induc-
ción B la cual (como se ve en la Fig. 3c o d) no es constante en el desarrollo del entrehierro.
Al girar, los conductores del inducido pasan por el campo resultante producido conjuntamente
por el arrollamiento de los polos inductores y el arrollamiento del inducido y como la inducción a
lo largo del perímetro del inducido no es siempre la misma, la tensi6n entre las delgas del colec-
tor variará con la posición de los conductores comprendidos entre ellas. La tensión entre dos del-
gas variará proporcionalmente a la inducción a lo largo del perímetro del inducido.
La tensión entre las delgas deberá mantenerse bajo cierto valor, pues de lo contrario se produ-
cirían chispas entre aquéllas, a través del aislante de mica cubierto de polvo de carbón que las
separa.
Las chispas se producen, por regla general, entre las de1gas donde existe la máxima tensión; al
principio, mientras queman el polvo de carbón superpuesto al aislante, son inofensivas, pero, en
cambio, cuando la citada tensi6n entre delgas es bastante alta, pueden llegar a formar pequeños
arcos que se apagan produciendo estallidos. Entonces se forman en el colector orificios y al mis-
mo tiempo perlas de fusión que acaban por hacer imposible que la máquina continúe funcionan-
do. También dichas chispas dan lugar al desprendimiento de gases cuprosos, que en ocasiones
producirían arcos entre la superficie del colector y las piezas contiguas no aisladas y sometidas a
tensión. Por esto, tales piezas se proveen siempre de aislamiento. El arco, una vez formado, pue-
de seguir persistiendo cuando las bobinas entre las delgas consideradas entran en la zona de las
Los golpes de carga grandes favorecen la formación de estos anillos de chispas, por lo cual las
máquinas que hayan de soportar con frecuencia tales golpes de carga, como por ejemplo, las dí-
namos que alimentan líneas de tracci6n eléctrica, deben ser sometidas a una prueba que garantice
su capacidad de resistencia respecto a los anillos de chispas.
Cuanto menor sea la separaci6n entre los portaescobillas de distinta polaridad antes pondrán los
anillos de chispas a las escobillas en cortocircuito. Por tal razón, en máquinas con un paso polar
reducido y tensión entre delgas elevada, los portaescobillas suelen ir protegidos con una tapa ais-
lante.
c) La distorsión del campo, debida a la reacción de inducido, da lugar a una cada de tensión.
Se ha visto que la superficie que abarca la curva de campo es proporcional al flujo de fuerza que
penetra en el inducido. Las áreas que abarcan las curvas b y c de la Fig. 3 , tienen la misma su-
perficie, porque la curva c se ha obtenido adicionando a la curva b la curva a del campo transver-
sal del inducido, la cual es simétrica con respecto al eje de abscisas, y por tanto, el aumento de
superficie que acusa la curva c frente a la mitad derecha del polo equivale exactamente a la dimi-
nución de superficie que acusa frente a la mitad izquierda.
Ahora bien, ea realidad, la curva de campo de la máquina en carga tiene, como ya se dijo, la for-
ma de la curva d, la cual, con respecto a la curva c, abraza frente a la mitad izquierda del polo
una superficie que es mayor en el importe de la parte rayada verticalmente, y frente a la mitad de-
recha otra que es, en cambio menor en el importe de la parte rayada horizontalmente. Como el
área rayada horizontalmente es mayor que la rayada verticalmente, deducimos que la superficie
abrazada por la curva d es menor que las abrazadas por las curvas b o c, o en otras palabras, sien-
do los amperios-vueltas de excitación los mismos, el flujo de fuerza que penetra en el inducido a
lo largo del paso polar en máquinas con carga, resulta menor que en vacío.
Esta diminución de flujo que trae consigo el campo transversal del inducido es debida únicamen-
te al aumento de la reluctancia en el circuito magnético. Existe otra diminución del flujo que
acompaña a la reacción del inducido
E = E0 – E es la disminución de f. e. m. producida por el campo transversal de los amperios-
vueltas del inducido. Si se quiere que en la máquina en carga la f. e. m. inducida sea la misma
que en vacío habrá que aumentar los amperios-vueltas de excitación hasta que la reacción de
inducido quede compensada.
d) Debido a la reacción del inducido las zonas neutras magnéticas se desplazan en el períme-
tro del inducido, lo cual produce otra caída de tensión
Si para evitar el chisporroteo, desplazáramos las escobillas un ángulo , se induciría en las
espiras en CC una Fem que anularía las de reactancia, pero esto habría que hacerlo para cada es-
tado de carga de la máquina, por lo que resulta solo realizable para máquinas con carga constan-
te, seguiríamos generando un campo según la línea de escobillas, que fija el punto de inversión
de la corriente de armadura, y estaríamos produciendo una caída de tensión importante debido a
que aparece una componente del flujo longitudinal l que es desmagnetizante:
Al girar las escobillas en el sentido de las agujas del reloj un ángulo , por debajo de la escobilla
izquierda los conductores con corriente saliente suben el mismo ángulo , mientras que los con-
ductores por arriba de la escobilla derecha bajan con corrientes entrantes.
Se aprecia que en el ángulo de periferia 2, aparece una fuerza magnetomotriz longitudinal hacia
arriba del dibujo, es decir antagónica a la del polo l , debilitando el flujo de excitación 0 del po-
lo y la Fem.
El efecto que tiene el desplazamiento de las escobillas en las curvas de campo puede verse mejor
en la Fig. 5 de la siguiente página: