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10. Finalmente, en relación con el tipo penal de violación entre cónyuges (artículo
224, fracción II), argumenta que la diferencia de la penalidad prevista para esa
conducta y la relativa al delito de violación, encuentra respaldo en la libertad
configurativa que asiste a las legislaturas estatales. Manifiesta que el tipo
denominado violación entre cónyuges no es una atenuante de la figura violación
sino una figura típica propia, con lo cual no es propio realizar un planteamiento
diferenciado, pues en cada caso se prevé una cualidad diversa para los elementos
activos del delito, la cual –para el caso del cónyuge agresor– se estima razón
suficiente para tener una pena distinta.
37. Señala que el presente caso se debe orientar por el principio pro homine, con
la finalidad de buscar la solución que mejor responda a la vigencia de los derechos
humanos de las mujeres como grupo en situación de vulnerabilidad; además, que
impedir a las mujeres ejercer sus derechos reproductivos a través de la
penalización del aborto, constituye una práctica discriminatoria. Subraya que entre
el derecho a la vida del
producto de la concepción en la primera etapa de gestación y los derechos y
libertades de decisión y procreación, deben prevalecer estos últimos, por lo que se
debe despenalizar el aborto voluntario dentro de las doce semanas del embarazo.
38. Describe que la interrupción del embarazo en forma clandestina y fuera de los
parámetros sanitarios no garantiza la salud de la mujer y, de acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud, la interrupción del embarazo en condiciones de
inseguridad es una de las principales causas de mortalidad y morbilidad materna.
Concluye sus planteamientos con la afirmación de que el reproche por la vía penal
no sirve para asegurar el correcto desenvolvimiento del proceso en gestación,
pues la realidad social es otra y, de lo contrario, se reafirma la discriminación hacia
las mujeres por razón de género.
41. Las normas impugnadas establecen que “comete el delito de aborto quien
causa la muerte al producto de la concepción, en cualquier momento del
embarazo” (artículo 195, Aborto para efectos penales); y que “se impondrá de uno
a tres años de prisión, a la mujer que voluntariamente practique su aborto o a la
persona que la hiciere abortar con el consentimiento de aquella” (Artículo 196,
Aborto autoprocurado o consentido).
43. En ese contexto, la presente Acción impone –como tema central– revisar
si es constitucional sancionar con pena de prisión a la mujer que decide
voluntariamente interrumpir su embarazo (y, en su caso, a la persona que con
consentimiento de ella ejecute ese acto).