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Universidad de Caldas
Manizales, Colombia
2020
Transición de la estructura agraria al sistema
agroindustrial: El dominio excluyente de las nuevas
relaciones agropecuarias.
Estudio de caso en el municipio de Anserma, Caldas
Director:
Mg. Paulo Cesar Giraldo Betancur
Universidad de Caldas
Manizales, Colombia
2020
TABLA DE CONTENIDO
Introducción
1. EL CAFÉ Y ANSERMA - CALDAS, UNIÓN HISTÓRICA INDIVISIBLE ........................... 9
1.1 Fundación y refundación del municipio de Anserma, Caldas ........................................... 10
1.2 Ubicación espacial de Anserma, Caldas............................................................................ 13
1.3 Demografía y población de Anserma, Caldas ................................................................... 14
1.4 De la colonización dirigida y el asentamiento, al modelo exportador primario (1878-1930)
15
1.5 Del modelo exportador a la política sustitutiva de importaciones: mercado interno,
autoabastecimiento y regulación del mercado (1930-1970).......................................................... 18
1.6 Tránsito del modelo agrario campesino al modelo de diversificación de las exportaciones
(1970-2020) ................................................................................................................................... 27
2. LA CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA AGROINDUSTRIAL (SAI) DENTRO DE LA
ESTRUCTURA AGRARIA EN AMÉRICA LATINA .................................................................... 34
2.1 Políticas de ajuste estructural en América Latina ............................................................. 34
2.2 Las políticas de ajuste estructural en Colombia ................................................................ 36
2.3 El origen del sistema agroindustrial .................................................................................. 43
3. CARACTERIZACIÓN ACTUAL DE LA SITUACIÓN AGROPECUARIA DEL
MUNICIPIO DE ANSERMA, CALDAS 2014-2020....................................................................... 54
3.1 Estructura y tenencia de la propiedad rural en Anserma, Caldas ...................................... 54
3.2 Calidad de vida .................................................................................................................. 59
3.3 Uso del suelo en Anserma, Caldas .................................................................................... 74
4. VOCES DE UNA REALIDAD QUE SE TRANSFORMA ..................................................... 83
4.1 Estructura Agropecuaria- Desarrollo rural- Población-Ecología ............................................ 83
4.2 Pequeños y medianos productores agropecuarios – Agricultores – Campesinos –
Minifundistas............................................................................................................................... 100
4.3 Trabajadores Agrícolas (jornaleros, agregados, caseros, aparceros) ............................... 108
INTRODUCCIÓN
Esta reflexión entiende las relaciones como lógicas interrelacionadas entre norte y sur
global. De igual manera recoge los planteamientos sobre la reestructuración de Colombia y
América Latina e identifica sus efectos para como análisis sectorial para el sector
agropecuario. Este ejercicio a la vez agradece los aportes de Blanca Rubio sobre el dominio
excluyente de los campesinos latinoamericanos y se propone comprender las nuevas
exclusiones del sistema agroindustrial
PALABRAS CLAVE
Estudiar el desarrollo del sistema agroindustrial del municipio de Anserma Caldas dentro
de relaciones de la estructura agraria desde el año de 1990 hasta la actualidad.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Identificar la transición actual del sector agropecuario del municipio de Anserma, Caldas
demanda el entendimiento de esta dentro de las últimas transformaciones en la era de la
globalización. Sin embargo, hacer este ejercicio reflejo de una nueva época, nos obliga a
pensar una serie de apreciaciones de contextualización espacial y social acerca de las
transformaciones históricas del territorio (ubicación espacial), así como de su composición
social (influjo étnico, transición demográfica, y estructura socio económica). Dos conceptos
imprescindibles para acompañar este contexto; hablamos de la recuperación en la obra de
Orlando Fals Borda de Historia Doble de la Costa de la categoría marxista de formación
económico-social, y el concepto de región.
La utilidad de estos conceptos obedece inmanentemente a los objetivos fijados por esta
investigación, ya que comprender sociológicamente las transformaciones de carácter
sociohistórico del sector rural en Anserma demanda un análisis interpretativo para
establecer las dinámicas estructurales de la actualidad, así como de las dinámicas de cambio
o transformación de los últimos años. Metodológicamente el concepto de región abordado
por Borda no solo es pertinente por su riqueza conceptual sino que operativamente permite
hacer un análisis de la región como un todo, amplio, de naturaleza abierta e histórica. De
igual manera, operativamente permite construir un análisis de un territorio que sufrió una
serie de modificaciones con la división del departamento de Caldas, pero con el que en la
actualidad guarda una serie de vínculos económicos. En este análisis sociológico de la
región, y con respecto al nuestro problema metodológico, Fals (2002) afirma que:
Nuestra propuesta acepta una subregión vinculada que en actualidad ubica a Anserma,
Caldas como un nodo estratégico en la Troncal de Occidente, carretera nacional 25 ,y que
vincula social, económica y culturalmente al municipio de Anserma con los municipios de
Quinchía y Guática (Risaralda) en el norte, al sur a Risaralda y Viterbo Caldas y al
departamento de Risaralda, al occidente con el rio Risaralda, Belén de Umbía y Mistrató
Risaralda y al oriente con el río Cauca, Manizales y Neira, Caldas.
Robledo partió en julio de 1539 de la ciudad de Santiago de Cali para recorrer la senda del
río Cauca e incursionar por el acceso hacia el rio Risaralda en el territorio de los ansermas
en agosto de 1539. El conquistador, como lo estableció posteriormente Emilio Robledo, no
partió solo, nos dice: “llevaba además, indios, negros y ganado”, y más adelante creó un
centro de administración, nombrando alcaldes y curas encargados.
“En el año 1866 empezó lo que pudiéramos llamar la segunda fundación, cuando
llegaron a establecerse en la pequeña villa española el corregimiento entonces de
Quinchía, algunos colonos, de origen antioqueño y caucano... Con la llegada de la
inmigración antioqueña, el caserío tomó gran auge y entonces fue erigido en
municipio en 1872, siendo su primer alcalde don Cruz María Giraldo” (p.154).
Parsons (1950) inició para la década del cuarenta del anterior siglo un estudio completo
sobre los procesos de ocupación por parte de los colonos antioqueños del occidente de
Colombia. El estadounidense logró identificar una serie de dinámicas en el ethos de la
colonización de finales del siglo XIX que se expresan en los procesos de fundación de los
municipios de Caldas tanto de la Cordillera Occidental como de la Cordillera Central. Para
finales del siglo XIX el actual territorio de Caldas comprendía los territorios del Estado
Soberano de Antioquia y el Estado Soberano del Cauca. El departamento de Caldas solo
llegaría a fundarse en 1905 bajo las reformas de Rafael Reyes e incluyendo los
posteriormente disgregados departamentos de Risaralda y Quindío.
El fenómeno migratorio de ocupación del occidente de Caldas inicia con recorrido de norte
a sur partiendo de Abejorral y Sonsón y terminando en las proximidades del Valle del
Risaralda en Anserma. Esta nueva dinámica del municipio de Anserma daría paso al fin de
la casi total desocupación del territorio que se mencionó desde la década del sesenta del
siglo XIX, y que dejaba a la cordillera occidental de Caldas bajo un paisaje selvático y de
pequeña ocupación principalmente indígena. Al respecto, Parsons (1950) afirma:
Esa “cultura de vertiente” como lo llamó Luis López de Mesa, fue propicia para estructurar
una sociedad basada en la dinámica agrícola, donde crecía el cultivo del café y la cultura
cafetera y con ello sucedió una reforma agraria como muy pocas en Colombia. Debido a la
ausencia de fuentes que soporten las actas de la Junta Calificadora de Anserma o de los
municipios del occidente, no conocemos quiénes titularon los primeros solares y tierras,
pero sí una referencia del historiador ansermeño Roberto Restrepo (1984) quien en su
libro sobre la historia de Anserma señala:
“El primer juez poblador que tuvo Anserma fue don Manuel A. Molina; el último
don César Restrepo R. su misión consistía en aprobar la adjudicación de lotes o
terrenos delimitarlos, entregar hilos y niveles y verificar que las construcciones o las
obras se ciñera a los reglamentos de la época” (p. 90)
¿Por qué decimos que la dinámica colonizadora propició una reforma agraria del territorio?
Las razones para pensar que la ocupación parte de un reparto de los lotes y solares se
fundamenta en los estudios de James Parsons y Albeiro Valencia Llano. Parsons señala que
la nación desde 1853 promulgó una ley que definía los ´límites a la colonización y que
también establecía los límites a la propiedad por parte de los latifundistas. Cada ley emana
de una situación de conflicto anterior, como lo demostró Marx en los artículos de Los robos
de leña. El uso de los bienes comunales siempre ha estado en conflicto con el régimen de la
propiedad. De ello la tierra, el acceso a las aguas, los caminos comunales y las tierras de
barbecho, siempre serán disputa entre el derecho consuetudinario y el derecho formal. De
igual manera, la colonización de los territorios significó en asentamiento en tierras baldías o
en propiedades en desuso, conllevando a formalizar a propiedad para quien se asentaba en
los territorios y hacía el desmonte.
Parsons agrega que la ley permitía a colonos distribuir 12.000 fanegadas de tierra que,
según Albeiro Valencia Llano, son aproximadamente de 6 hectáreas por cada fanegada. El
historiador ansermeño señaló el primer juez y garante de la Junta Calificadora de Anserma.
Aunque en la actualidad no se tiene conocimiento del libro, sí existen evidencias en otros
territorios como en caso de Manizales dos décadas atrás presente en el libro de actas de la
Junta Calificadora de Tierras de Manizales sucedida entre 1853-1857: Libro de registro de
adjudicación de solares a los pobladores del área de población de Manizales: una
explicación necesaria1. El libro permite una orientación metodológica del caso ansermeño
7 conocer que existe una Junta Calificadora asignada por el cabildo municipal y de la que
también hacían parte la concesión a la que pertenecían las tierras ocupadas (siendo el caso
como el de Manizales). La junta identifica los colonos solicitantes, les garantiza la
legitimidad de sus solicitudes y titula formalmente los solares y las tierras en 10 fanegadas
a cada colonizador. Este modelo, del que el territorio de Anserma también hizo parte, será
punta de lanza de la ocupación del territorio del actual Caldas, Risaralda, Quindío y zona de
montaña del Valle Cauca y dará vida a los municipios en su dinámica agrícola y urbana a
partir del siglo XX.
El actual municipio de Anserma, Caldas se ubica dentro del territorio del occidente
colombiano en la geografía de la hoya del Cauca, los límites del río Opiramá y Risaralda, y
dentro de una serie de pequeñas colonias en la zona occidental de la Cordillera Occidental.
Sus límites naturales agregan una zona de frontera de la cordillera Occidental al Chocó
biogeográfico y permiten una serie de límites naturales para la ocupación.
Parsons distingue que la zona de tierra templada alcanza ubicaciones ubicadas entre los
1.000 y los 2.000 msnm por lo que el municipio de Anserma hace parte de esta tierra y de
1
El documento original desapareció del Archivo Histórico de Manizales, pero existe una reproducción del libro original
publicada por Bancafé. Véase, Llano; A. Libro de registro de adjudicación de solares a los pobladores del área de
población de Manizales: una explicación necesaria. Bancafé. Bogotá
2
Información consultada en la página oficial del municipio
ella se desprende su vocación agrícola. Es esencial señalar la altura del territorio porque su
identificación aporta luces sobre la histórica vocación del suelo. La escarpada geografía
colombiana determina que el clima, la temperatura promedio, la altura y la pendiente
incidan en la disposición de uno u otro cultivo.
Hemos señalado que el municipio de Anserma Caldas presenta dos procesos de ocupación
del territorio. Mencionamos que el primer proceso transcurrió desde el siglo XVI hasta la
tercera década del siglo XIX. Y que existió un nuevo proceso de reasentamiento y
ocupación desde la década del setenta del siglo XIX. Este segundo fenómeno migratorio ha
sido llamado como la colonización antioqueña del occidente de Colombia
45000
40000
35000 POBLACION
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1843 1893 1943 1993
El análisis de la información estadística que hemos recuperado permite hacer una serie de
inferencias de las transformaciones en Anserma tanto en el siglo XIX como en el XX.
Recordábamos anteriormente que existió una desocupación del territorio desde 1850 pero
qué a partir de las últimas dos décadas del siglo XIX inició un proceso de recuperación
continuada que se expresa hasta los últimos años de siglo XX. El crecimiento acelerado se
vio potenciado por la economía cafetera que incursiona desde 1880 como lo veremos
próximamente y que se ubica dentro de una transición de lo agrario a lo rural con
preponderancia de lo primero a lo segundo, pero que tiene una relación de distancia desde
l980 como en siguiente apartado se expondrá.
El proceso de colonización implicó que desde fines del siglo XIX e inicios del siglo XX la
estructura agraria se modificaría significativamente del cultivo del pancoger a la
introducción de la economía cafetera capitalista. Con la consolidación de la junta
repartidora y la distribución de las tierras contiguas al casco urbano, inicia un proceso de
introducción del capital agrícola iniciado en el mercado de tierras. Marco Palacios (1983)
nos dice que “desmontada de la leyenda rosa de la colonización antioqueña”, el proceso de
ocupación del campesinado hizo parte de una estructura de la propiedad ampliamente
desigual y que su naturaleza “democrática” como se dibujado queda en entredicho”.
Palacios nos dice que la economía del café tiene tres etapas en el país. La primera la etapa
de la caficultura de las haciendas (1870-1910), la segunda, la caficultura campesina,
(1910-1950), y por último la caficultura empresarial (1960 a la actualidad). Palacios sitúa
a la caficultura de las haciendas como aquel desarrollo de la economía cafetera que se
materializó entre Cundinamarca, Santander y Norte de Santander. La organización de la
producción y de la fuerza de trabajo se basó en la aparcería y como señala Ocampo
(2015):
Los sistemas tradicionales de producción del café darían paso a una producción moderna
del café en la región donde el afloramiento de la pequeña propiedad y la producción
familiar estuvieron mayormente potenciados. Durante los primeros 50 años del siglo XX,
Anserma y la región de Caldas, obtuvo las mayores tasas de crecimiento demográfico y
como señala Antonio García Nossa en Geografía Económica de Caldas (1978), estuvieron
favorecidos por mayores tasas de nupcialidad superiores a regiones del caribe y del centro
colombianos.
Entre 1910 y 1930, la región de Caldas y Anserma generaron un desarrollo agrícola nunca
visto en el país y donde la pequeña y mediana unidad productiva jugó un rol central en su
consolidación. Ocampo (2015) estima que para 1923, el 53% de la producción nacional del
café estaría en manos de unidades productivas menores a 12 hectáreas de extensión. Estos
datos soportan la tesis de una economía campesina cafetera ya que la administración de las
fincas mayoritariamente estuvo en manos de propietarios. Ocampo (2015) agrega otros
datos como que: “la diferenciación social al interior de la economía campesina era un hecho
tan importante como el crecimiento en el número de pequeños productores, según se reflejó
en la creciente importancia de las fincas medianas” (p.75). Dentro de la nueva dinámica
agrícola la economía está orientada mayoritariamente a la producción de café. Los precios
del café al alza y una fuerza de trabajo disponible para las actividades, conllevaron a que el
grano ampliase sus fronteras y que la expansión del café ocasionara el problema de la
desatención de otras áreas cultivables. La familia cafetera ocupó labores de “desyerbe, poda
de chupones o medios superiores, y eliminación de musgos del árbol” Ocampo (2015,
p.77), igual la familia apropiaba formas de producción tecnificadas pero que tardarían más
tiempo en reflejarse.
Los cultivos de subsistencia de la familia cafetera proveyeron de aquellos cultivos de
subsistencia para garantizar la producción y la reproducción de la familia al calor del café,
el maíz, el frijol, la yuca y el plátano (Ocampo, 2015). Este proceso de adquisición de los
alimentos básicos, como veremos más adelante, fue cediendo paulatinamente a una nueva
organización de la producción que estructuraría en un segundo momento del campesinado
cafetero y del sistema agrario en Caldas y en el municipio de Anserma .
Los cuarenta años que reúnen este apartado son el resumen de una serie de sucesos de la
segunda fase de la estructura agrícola del municipio de Anserma, Caldas. La tendencia de
este proceso se marca por el tránsito de lo tradicional a lo modelo, y del proceso
rudimentario de producción a la eficiencia sociotécnica de la economía cafetera.
El cierre de los años veinte e inicios de los años treinta son, como menciona García Nossa
(1978), los años donde las tasas de crecimiento demográfico eran más significativas en el
departamento de Caldas. El crecimiento de las tasas de natalidad, el aumento progresivo del
número de número de habitantes en el área rural y urbana, hizo que entre 1931 a 1951 la
población de este municipio casi que duplicase su población, pasando de aproximadamente
13083 a 22600 habitantes. Esta explosión demográfica se vio alentada en lo rural por un
crecimiento inalterado de la población, así como por un aumento escalado de la producción
cafetera y la cotización internacional del grano.
Sobre los años treinta y cuarenta, el trabajo campesino usaba herramientas de rudimento y
en ausencia del uso técnico. Ocampo nos dice “que la mano de obra no tenía un uso muy
intensivo a excepción de la época de cosecha.” Las tareas en la finca “se basaban en la
desyerba, la poda de los chupones, y la eliminación del musgo” (2015, p.79). Los costos de
la producción cafetera se sopesaban en una economía familiar y el conocimiento técnico
estaría profundamente transformado con la industrialización del sector. El beneficiado del
café y el trillado fueron las dos primeras fases de industrialización. En este proceso se
amplía la división del trabajo y las ciudades y casas comerciales del café cada vez tendrían
mayor participación. Con la máquina despulpadora, el café ya podía ser pelado y lavado
dentro de la finca y el proceso de beneficiado se completaría con el secado manual o de uso
eléctrico. Con el material en pergamino, el café podía ser transportado con uso animal y
mecánico a los centros de acopio de la Federación Nacional de Cafeteros para su trillado y
exportación.
A finales de esta década e inicios del cincuenta, el territorio de Anserma estaría asolado por
la violencia política y por el despojo de tierras. Ello trajo consigo una disminución en la
producción agrícola y en un despojo e inseguridad del área rural de este territorio del país.
Ocampo (2015) identifica que existió una coyuntura sustancial en la economía del café en
los años sesenta que transformó el quehacer productivo y las formas de producción
campesinas en la finca cafetera. Durante estos años el volumen productivo había
disminuido sustancialmente debido al agotamiento de los árboles de café y la pérdida de
fertilidad del suelo de la explotación continuada desde inicios de siglo. Ello conllevó a
readaptar la estructura productiva del café como dirección política de la Federación
Nacional de Cafeteros, en un proceso de modernización productiva para el uso de abonos
agrícolas y el uso de la bioquímica o la revolución verde inserta en la industria cafetera. A
diferencia de otros territorios, el ambiente de pendiente no permitía una alta mecanización
agrícola y sistemas de regadío y uso de fuentes de agua, las mayores presiones sobre la
modernización del sector estuvieron en las prácticas agrícolas y las formas de vinculación
laboral salarial propias de una economía moderna.
Porcentaje de
Tipo de propiedad Número de explotaciones explotaciones por
tipo de abono
En los años sesenta los costos de producción del café aún se representaban
mayoritariamente en una sobreexplotación de la fuerza de trabajo familiar y el empleo de
herramientas de mecanización y de transporte se hacían desde el uso de animales
domésticos principalmente mulas y caballos y donde el censo reporta una bajo uso de
producción industrial mecanizado. Al respeto, el censo identifica qué:
Porcentaje de
Tipo de fuerza Número de
explotaciones por tipo
motriz explotaciones
de fuerza motriz
Mecánica 86 3,5
Animal 103 4
Animal y mecánica 53 2,5
Humana solamente 2383 90
Tractores 5 8
Trilladoras de motor 15 15
Cosechadoras 0 0
Ahora bien, hemos hablado de que la transformación se dio en una doble vía, primera que
posterior a la pérdida productiva existe una trasformación en las prácticas que conllevan
una transformación industrial, que denota una inserción de mayor capital y provisión
tecnológica, y la segunda en las uso y explotación de la fuerza de trabajo, la
transformación de la aparecería que van a traer consigo una modificación sustancial de la
vocación del suelo y las formas de tenencia del suelo en su camino a la modernización.
Caldas -1960
Totales 5466
Pago en efectivo 358
Pago en especie 108
Pago en efectivo y en especie 90
Pago en parte proporcional de los productos 4363
A cambio de prestación de servicios 8
Conforme a otros arreglos 539
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE
La modernización de la contratación, implicó un progresivo aumento salarial de la finca
cafetera, y una reducción de formas de contratación de aparcería y prestación de servicios.
Y en arrendamiento, las formas de pago iban a modificarse sustancialmente al trasladarse
del pago de proporcional de los productos a un pago en efectivo y fijado con anterioridad.
Esta reconversión de las tierras de arrendamiento daría como producto una formalización
de la cesión del temporal al arrendatario, de esto se señala que:
En el período estudiado, el censo señala que la tierra usada para las diferentes utilidades del
municipio de Anserma era de casi 19 mil hectáreas. De ellas existe una mayoritaria
concentración en cultivos de praderas y prados permanentes usados para la ganadería y el
sector pecuario con casi el 44% del uso del suelo.
Seguido por los cultivos permanentes donde predomina ampliamente el café con el 32% del
uso del suelo. El sector de los cultivos temporales y que agrupa a una gran proporción de la
dieta de la sociedad en Anserma, apenas representa un 9% y evidencia una ruptura
significativa de la estructura anterior de una agricultura de subsistencia y de autoconsumo,
a un tránsito de dependencia de la dieta básica. Ello ya devela la estructuración de una
fragmentación del ethos de los campesinos de la región donde la participación de la
utilización de la tierra para su garantía de reproducción tiene a identificarse ya en los
sesenta como de menor participación.
La tenencia de la tierra, hemos señalado ya, aparece en medio del debate teórico de las
ciencias sociales en Colombia desde los años sesenta, alrededor de la cuestión de sí es
“democrática” la participación de la pequeña y mediana propiedad; como de sí los
campesinos accedieron efectivamente a la tierra desde la participación de los predios y las
adjudicaciones de finales del siglo XIX. Como comentábamos, la leyenda rosa de la
colonización antioqueña ha difundido la tesis de que la ocupación del occidente de
Colombia dio garantía a una transición en las formas de posesión de la tierra presentes
hasta el momento. También señalamos que el café en el siglo XIX se edificó desde el
modelo de la gran hacienda del centro oriente de Colombia, y que su transformación y
crecimiento en el siglo XX, estuvo acompañado por una estructura de la pequeña y mediana
propiedad como señalaron Ocampo (2015) y Palacios (1987).
Los datos sustentan los planteamientos de los autores acerca de que la economía del café
hasta el año setenta se vio apoyada en una estructura donde la tenencia de la propiedad se
orientó por la agricultura familiar y la posesión de los predios de explotación, donde se dan
casi 70% de los títulos y su tenencia. En las tierras tomadas sin título que refleja el otro
gran grupo, participan las tierras de arrendamiento y la aparcería que reflejan un casi 30%
del total. La ocupación sin título no es muy representativa en este período.
Proporción de
Número de Superficie en Proporción de
Explotaciones número de
explotaciones (Has.) superficie
explotaciones
Porcentaje por
Explotaciones Superficie en (Has.) principales
aprovechamientos
Totales 18702 100
Cultivos temporales 1822 9,7
En descanso 1593 8,5
Tierras de cultivos permanentes 5900 31,5
Praderas y prados permanentes 8291 44,3
Montes y bosques 862 4,6
Tierras de toda otra clase 234 1,4
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE
Las tierras de uso agrícola son de 10620 hectáreas aproximadamente, de ellas los cultivos
permanentes alcanzan la mayor participación con un con 55%. Seguidos por los temporales
de los que se destaca el maíz y el plátano y que arrojan los siguientes datos:
La contextualización del territorio nos señala la mayoritaria participación del café sobre
otros cultivos en el territorio de Anserma. Los cafetales cubren el paisaje local y a la vez, la
principal oposición para otros cultivos y sectores. En los sesenta, la bonanza cafetera
priorizó un sector en la cadena agrícola, lo cual concentró las prácticas y saberes del
cultivo, la vocación del suelo y condujeron a la estructuración de la crisis actual. En los
últimos cincuenta años, entenderemos una serie de dinámicas de cambio y permanencia de
la actualidad de las que se origina la crisis contemporánea en el agro local. Sitúan las
diferentes fases de acumulación de capital y permiten adentrar en la fase reciente de
acumulación y el resigo actual en la agricultura caldense.
El paso de una sociedad a otra ha permitido ubicar en el quehacer sociológico que los
debates de lo campesino y lo rural son de preocupación primaria para una sociedad debido
a que directamente se relaciona con los procesos de modernización, de consolidación de un
sistema económico y a que son parte de los procesos de lo que construye una formación
social. Este interés de la sociología por lo campesino asiste en la actualidad, a una
tendencia en crecimiento y donde nuevas y variadas apuestas teóricas y metodológicas han
permitido una mayor comprensión de la complejidad del asunto (Sevilla, Pérez, 1976).
Nuevas perspectivas han reconvertido una anatomía de lo campesino y proponen una
discusión por desarrollar.
La tradición del concepto de campesinado nos habla de una categoría compleja y dinámica
en el espacio y en el tiempo. Para ampliar el concepto de lo campesino en América Latina
tomaremos la gran aproximación a este respecto realizada por Raul Brignol y Jaime Crispi
en su texto El campesinado en América Latina, una aproximación teórica (1982). Para los
autores el campesinado en América Latina es un agente social histórico que se vincula a los
diferentes procesos de acumulación de acuerdo a la sociedad a la que pertenecen. En Crispi
y Brignol (1982) no puede entenderse el campesinado en América Latina sí no pensamos en
una relación dialéctica donde centro-periferia de la que se vinculan, tanto en los procesos
de transformación científica, así como en su relación económica dependiente. Es por ello
que una característica de nuestro campesinado es su doble naturaleza de lo dependiente y
subordinado. Se fija que la construcción del sujeto del campesinado pasa por una
condición sine qua non en la que el orden social imperante se orienta por la garantía de
límites a la propiedad, a la relación de compra de fuerza de trabajo y una seguridad jurídica
del proceso.
Los autores (Brignol, Crispi, 1982) exponen los elementos constitutivos de la definición del
campesinado sobre cuatro dimensiones: I) La vocación de la actividad campesina se orienta
la reproducción de las condiciones de vida de la familia campesina, no orientada por
criterios de producción y apartada de la maximización de la ganancia. II) La finalidad
última de la lógica campesina es la preservación de la familia lo cual incluye que tanto
producción como consumo final extraiga de la renta familiar las condiciones para su
subsistencia. III) La lógica campesina emplea fuerza de trabajo mayoritariamente familiar:
hijos, nietos y yernos. IV) La incapacidad de asegurar la reproducción familiar del
campesino lo lanza a venderse como fuerza de trabajo. V) La lógica campesina se orienta al
mercado y las interacciones sociales que convergen dentro de ella. VI) Las condiciones
históricas de la estructura político-económica inciden sobre la forma y contenido de la
orientación del campesinado. VII) El carácter científico y técnico alterna la orientación del
campesinado, estableciendo nuevos procesos de trabajo simples y complejos. Por último,
VIII) La vinculación de la lógica campesina latinoamericana se vincula a formas de
producción subordinadas, dinámicas y de naturaleza multiforme.
“Para comenzar, no hay aquí capital que pueda moverse libremente, sino un
conjunto de elementos de trabajo y fracción de tierra, cuyo valor reside casi
exclusivamente en su capacidad de darle un fin productivo a la fuerza de trabajo de
que dispone la unidad familiar. Pero la diferencia más importante es que esta unidad
se reúne al mismo tiempo la producción y el consumo final y, por consiguiente, la
misma no puede desaparecer sin afectar decisivamente a todos los integrantes de la
familia campesina, y el campesino sabe cómo lo afecta un cambio de actividad. Sí
tiene suerte, después de vender su tierra y sus elementos de trabajo, terminará
vendiendo su fuerza de trabajo a alguna empresa capitalista, pero lo más probable es
que al no ser absorbido por el sistema se convierta en un marginado” (Brignol,
1982, p. 146).
Con la anterior cita, los autores advierten el efecto que trae consigo la desmembración de
la lógica campesina. Su proceso de desintegración supone un entramado de nuevas
relaciones que van a afectar a la familia como agente social y económico, a las prácticas y
saberes de la tradición campesina y la vinculación del hombre-tierra en los procesos de
producción agraria. El campesino, nos explican, se encuentra encerrado en pocas
posibilidades de participación en el mercado laboral y en el espacio social, ya que la
especialización en su actividad le condiciona capacidades, formas de trabajo y habitus. Los
autores identifican que la inserción de la lógica capitalista en la dinámica agraria genera
una respuesta de parte del campesinado, ya que, como nos dicen: “el campesino defiende su
forma de producción a cualquier precio, y se refugia en su parcela ya que es lo único que
le asegura su supervivencia” (Brignol, p.147), ello ocasiona que la familia campesina
intente sopesar los embates del capitalista agroindustrial desde diferentes estrategias,
vendiéndose como fuerza de trabajo, participando a tiempo parcial o perseverando desde la
formación, la técnica, la cooperación y la integración local.
Para Llambí (1991), América Latina desde el siglo veinte hasta la actualidad ha
transcurrido por tres períodos de acumulación de capital que han incidido en el
campesinado. El primer modelo inició con anterioridad a la tercera década del anterior siglo
y es conocido como régimen agroexportador; está anclado a formas productivas
terratenientes donde la plantación, la hacienda y la estancia estructuraron un modelo
orientado a la exportación tanto de minerales y materias primas y donde no presentó grado
de industrialización. El segundo momento se vincula con posterioridad a los años treinta
donde existió “la generalizaci6n de un proceso de industrialización orientado al mercado
interno, sustentado financieramente en la exportación de unos pocos productos, y en el
abastecimiento interno de algunas materias primas de origen agrícola” (Llambí, 1991, p.61)
Allí primaron la formaciones económicas del sector primario, el agenciamiento de los
procesos por parte del Estado, la articulación del mercado nacional y la sustitución de
importaciones. Por último, un modelo orientado hacia “la adopción de un régimen de
crecimiento basado en la diversificación tanto de productos exportables como de mercados”
(Llambí, 1991, p.61).
Con posterioridad a la década del sesenta, Llambí (1991) establece el momento en que la
coyuntura del desabastecimiento alimentario permitió la introducción de un modelo
agroexportador y que dio sus primeros pasos en la revolución verde. El nuevo modelo
estimuló el fortalecimiento del sector agrícola desde la investigación científica para la
genética de las plantas con adaptación a nuevos climas o enfermedades, así como la
adopción de nuevas prácticas y el uso de nuevos productos de fertilización, plaguicidas y
riego. Para afrontar el desabastecimiento del sector agrícola se estimuló la introducción en
el sector rural de un nuevo paradigma orientado al desarrollo rural cuyo norte se entiende
desde el comercio agroexportador y el financiamiento. El proceso de reestructuración
productiva desaparta al Estado de su agencia y vincula a nuevos agentes como el crédito y
el comercio.
Para los autores, las transformaciones de la dinámica rural en América Latina solo pueden
ser entendidas si se entiende la expansión del capital y su impacto en el sector rural y los
campesinos. La lógica capitalista es una formación social demanda gran seguridad y
confianza para la introducción de sus redes en un sector.
2. LA CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA AGROINDUSTRIAL
(SAI) DENTRO DE LA ESTRUCTURA AGRARIA EN
AMÉRICA LATINA
A partir de los años setenta los diferentes gobiernos de América Latina inician un proceso
de ajuste estructural que modificó sustancialmente su desarrollo cultural, social y
económico. En estos años el modelo de Industrialización por Sustitución de
Importaciones inicia su proceso de declive. Las razones se hallarían en la desaceleración
de la economía o la reducción del crecimiento tanto en la industria como en la agricultura,
la capacidad tecnológica se rezagaba. Esta fase transitoria de ajustes garantizará mercados
abiertos, extranjerización de la tierra y de los capitales, flexibilidad laboral e implantación
de un sistema de comercio de semillas y provisiones agrícolas más severo para los
agricultores de América Latina. Norma Giarracca y Miguel Teubal nos dicen que:
Los autores anteriormente citados reconocen que el tránsito de modelo económico significó
a su vez, un tránsito en la concepción de Estado. Ejemplifican como para Argentina desde
los años treinta del siglo XX, el Estado había propiciado la movilización campesina y la
organización comunitaria, favoreciendo la creación de cooperativas y ligas campesinas al
calor de la reforma agraria y del modelo de soberanía alimentaria. En Colombia, entre los
años 30 y 70, el Estado favoreció la construcción de sindicatos y ligas campesinas, nace el
Instituto Colombiano de Reforma Agraria, las ligas campesinas de Tolima y el Huila y
aparece un movimiento social volcado a la actividad agropecuaria, la educación rural, la
soberanía alimentaria y dentro del modelo de provisión alimentaria nacional con
instituciones como el Instituto de Mercado Agropecuario IDEMA.
“Los agricultores son enfáticos en afirmar que el Idema ha sido una de las
instituciones relacionadas con el agro que más les ha servido y son conscientes de
que su liquidación les traerá problemas con los precios de sustentación en el
mercado, aunque se en el último año se demoró en los pagos. Actualmente el Idema
tiene en venta 15 inmuebles en todo el país, de los cuales cuatro se encuentran en el
departamento del Meta, dos en San Martín; uno en Puerto López y otro en Granada
(la antigua planta). El secretario general de Agameta, Alvaro Orjuela Villalobos,
afirma que el gremio está resignado por el desmonte, pero que los argumentos que
tiene el Ministerio de Agricultura se pueden refutar fácilmente, ya que la corrupción
se combate investigando y castigando a los culpables del desangre financiero por el
que atraviesa tanto la entidad como el presupuesto nacional, manifestó. Los sectores
que mueven la economía nacional son conscientes que la apertura económica ha
traído consecuencias positivas y negativas para el país y ha sido la principal
causante de un total estancamiento en el sector agropecuario, agregó Orjuela
Villalobos. Con la apertura económica el Idema se quedó sin qué hacer pues perdió
el monopolio de importaciones de alimentos (su principal fuente de ingresos). Con
esta actividad dejó de recibir recursos que eran utilizados en la entrega de beneficios
a los agricultores, obligación que debía asumir el Estado y al no cumplir llevó a la
entidad a no tener ni para pagar los sueldos afirmó Álvaro Orjuela Villalobos,
secretario general de Agameta” (El Tiempo, 1996).
La anterior cita publicada contiene diferentes elementos que conviene profundizar. El diario
nos dice que las condiciones de apertura económica en 1996 aún estaban en fase de
construcción. Según la noticia, antes de la apertura económica el IDEMA cumplía un rol
fundamental en la importación de alimentos ya que del beneficio de sus importaciones se
generaba un presupuesto para el fomento agropecuario nacional. El diario también apunta
al hecho de que desde la apertura económica el mercado de importación de alimentos fue
de participación abierta, y por consiguiente el papel de comercialización internacional de
productos para el consumo nacional entraría bajo la participación del sector público como
el sector privado. Señala el medio que la desaprobación de los agricultores nacionales a la
medida se entiende por su participación en el mercado nacional y para permitir el equilibro
entre los productos nacionales de alimentación con el mercado mundial de alimentos al que
se vería abocado.
La transformación en el papel del Estado en los años noventa empezaría a ser supeditada a
organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial
y la Organización Mundial del Comercio, quienes han fijado nuevas reglas para el
control fiscal, la disminución de las tasas de inflación, la protección a las patentes, la
propiedad y a la articulación del sector agrícola dentro de los acuerdos internacionales de
comercio. La pérdida de la centralidad como lo nombran Giarracca y Teubal, (2008) se
refleja en la aplicación de reglas excluyentes para la agricultura tradicional y donde
ejerce el ajuste de las políticas nacionales para la articulación de la economía agrícola al
mercado internacional.
En el año 1994 aparecen los primeros acuerdos de las reuniones de Ronda de Uruguay en
el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (conocido como
GATT. Este pacto selló los acuerdos para la exportación de alimentos de las potencias a los
países en desarrollado. Este acuerdo, identifica Machado (2002), fue desastroso para
economías emergentes en África y América Latina ya que volcó a la economía global
alimentos subsidiados de países europeos y norteamericanos y dejó en desventaja a
economías en desarrollo y de rezago tecnológico.
Machado nos dice que:
Darío Fajardo identifica que las políticas de ajuste en Colombia deben entenderse como un
ejercicio escalonado y donde gradualmente se ha insertado el actual modelo. Señala que
entre 1970 y 1980 la política agraria en Colombia estuvo orientada por el problema de la
tierra y la propiedad, por ello afirma qué:
Fajardo identifica que Colombia abandona el problema de la tierra en los setenta por
presiones de los terratenientes y debido a la modernización de la agricultura que
experimentaba América Latina. La política de tierras se cerró con el Pacto de Chicoral de
1973 que puso fin a la ocupación de territorios por parte de los campesinos sin tierra, así
como la Ley 6 de 1975, quien para este autor amplió la política de aparcería, el
arrendamiento y sería el coto al acceso al tierra en Colombia. Ello contribuyó al abandono
del problema de la tierra como política de Estado. Fajardo señala que:
A partir de los años noventa, los países de América Latina inician su introducción en un
nuevo proceso de acumulación, donde se prioriza la iniciativa individual, se
desestructuran las agencias públicas y donde los trabajadores y la clase obrera retroceden
frente a derechos laborales y de representación.
Fajardo (2009) advierte que son tres reformas esenciales las que han permitido la
reconversión del modelo agrícola de Colombia, ambas reformas en pro de la apertura a los
mercados internacionales. Establece que el capital y el proceso de acumulación del
neoliberalismo inciden sobre la agricultura y los agricultores, pero devienen de reformas
enfocadas a la transformación industrial y la sociedad salarial.
La primera reforma que señala Fajardo (2009) es la reforma que permitió la flexibilización
del trabajo. Bajo la ley 789 de 2002 fue presentada en el Congreso de la República la
reforma al modelo de contratación y vinculación laboral.
Fajardo nos dice que:
“La ley 789 fue planteada para disminuir costos laborales en la contratación y atraer
inversionistas, en un contexto de creciente disponibilidad de mano de obra
favorecida por los desplazamientos forzados hacia las ciudades. Luego de varios
años de aplicación sus evaluaciones la muestran irrelevante para la generación de
nuevos empleos y asociada al deterioro de las condiciones de vida de los
trabajadores” (Fajardo, 2009, p.58).
Otra de las reformas cruciales que señala Fajardo (2002) para la transformación de
agricultura en Colombia, fue la Ley de víctimas o Ley 975 de 2005. Dicha ley tenía como
objetivo central cerrar las brechas del conflicto en Colombia, haciendo que a las víctimas se
les reconociese su reparación y para facilitar los procesos judiciales de los excombatientes.
Esta ley, señala Fajardo; “favorecería la desmovilización de irregulares permitiendo la
legalización de bienes apropiados mediante presiones, asesinatos, compras forzadas, y
ocupaciones de hecho” (p.59). Con ella el Estado colombiano favoreció el reconocimiento
ilegal de títulos de tierra de exparamilitares quienes de manera violenta despojaron a
campesinos, bajo el auspicio de autoridades de militares y bajo la complicidad de notarios y
jueces de tierras. La legislación contempla un marco jurídico viable para la edificación de
un sistema agroindustrial en territorios donde los paramilitares asolaron a la sociedad civil.
Estas políticas de ajuste estructural direccionan un modelo agrícola donde aumentan las
importaciones de alimento, se reducen las hectáreas para cultivos temporales y donde la
gran plantación y la gran propiedad (mayor a 500 hectáreas) amplían su extensión. Fajardo
(2002) señala que Colombia ha dejado de producir el algodón que consume, aumenta los
valores de la importación de arroces y se provee de oleaginosas en el mercado
internacional. Esta perspectiva de importación de alimentos obedece, según este autor, a
que la cuestión agraria ha perdido su centralidad en el discurso político nacional. Nos
hemos olvidado de los agricultores, campesinos, los alimentos nacionales y hemos
disminuido recursos para el fomento agropecuario y la soberanía alimentaria. El autor
reconoce que el modelo de propiciado por las políticas de ajuste busca establecer una
orientación económica de exportación de bienes mineros e hidrocarburos principalmente, y
acompañado en bienes transables en la agricultura como los agrocombustibles y los cultivos
permanentes de ventajas comparativas como el café. Este plan, bajo el gobierno de Álvaro
Uribe Vélez, propuso metas para el año 2019 bajo el nombre de Visión Colombia II
Centenario, donde la seguridad democrática y la confianza inversionista, establecerían un
Estado atractivo para las multinacionales. Al respecto del plan, Fajardo (2002) nos dice
qué:
Bonilla (2011) encuentra una relación directa entre la apertura económica y la disminución
en la proporción de los sectores agropecuarios e industriales del país. Mientras en 1995 el
sector agropecuario participó del 14% de la economía nacional, en 2009 su estimación
habla de una reducción al 8,5%. De igual manera ocurre con el sector industrial que en
1995 participó con el 14,6% y en el 2009 con el 14,2%. La reducción agropecuaria es
abismal, y nos habla de una contracción del sector, una baja en la participación que nos
habla de la pérdida de la incidencia como sector.
Bonilla coincide con Fajardo (2002) quien evidencia la contracción del sector agrícola y
nos dice que: “en esta década coincidieron dos tendencias de fuerte impacto en el sector:
por una parte, un notorio descenso en la inversión pública en el sector y, por otra, el
descenso de la rentabilidad de las actividades agrícolas, incluyendo la caficultura”
(Fajardo, 2002, p.49).
Por otra parte, Bonilla también advierte el notorio crecimiento de los sectores mineros e
hidrocarburos, pasando en 1995 de ser el 3,5% de la proporción nacional, a ser el 6,4% en
2009.
La pérdida de la proporción de sector agropecuario nacional permite comprender la
“importación anual promedio de 5 millones de toneladas de alimentos y materias primas”
que estima Fajardo (2011). Esta pérdida implica una subutilización del suelo como lo
menciona, y donde se aprovecha menos tierra en el sector agrícola y donde la ganadería
rebosa las capacidades y las necesidades nacionales
.
Al respecto nos dice que:
“Entre 1990 y 1997 desaparecieron los cultivos de más de 700 mil has: en 1990 se
sembraron 2.5 millones de has. de cultivos semestrales y 1.2 millones de has. de
cultivos permanentes, en tanto que en 1997 las siembras fueron de 1.6 millones de
has en semestrales y 1.4 en permanentes. En estos últimos, los incrementos anuales
más importantes son los de las frutas (8.5%), palma africana (6.9%), caña de azúcar
(5.5%) y banano (3.7%)” (Fajardo, 2011, p.50).
Esta reducción de los cultivos temporales amplía las demandas internacionales de bienes
de consumo diario. Fajardo (2009) identifica que Colombia tiene un potencial agrícola de
12,7 millones de hectáreas, y de ellas, están destinadas para uso agrícola alrededor de 4,66
millones. La ganadería tiene un potencial de 16,8 millones de hectáreas y emplea para su
uso alrededor de 35,11 millones. Los bosques, reservas forestales y áreas protegidas tienen
un potencial de 68,5 millones de hectáreas y de ellas solo se usan 49 millones. Es decir que
el uso de la tierra en Colombia tiene una notoria concentración por las actividades de
ganadería, dentro de una industria de subutilización y donde se toma territorio de áreas
protegidas y de reserva para su aprovechamiento. Por otra parte, el sector agrícola está muy
por debajo de sus posibilidades producto del subaprovechamiento de la tierra en Colombia.
La ganadería concentra parte del territorio de vocación agropecuario y donde se eleva la
renta del suelo. Fajardo (2011) anota que existe una relación directa entre las actividades
agrícolas y la pequeña propiedad, lo que indicaría que gran parte de la participación de los
alimentos básicos de los colombianos proviene de la pequeña propiedad o el minifundio
familiar. Son los campesinos quienes aportan el 35% de los alimentos básicos en Bogotá,
nos dice que: “En el caso de Bogotá, los 2,8 millones de toneladas de alimentos que
ingresaron a la capital en 2002 fueron proveídos por 501 de los 1089 municipios del país
46%”(Fajardo, 2009, p.52). La redistribución de la tierra implicaría el mayor
aprovechamiento de las actividades agrícolas dado lo ya expuesto de su participación en la
producción de los alimentos.
Por otro lado, una de las razones esenciales para la pérdida de la capacidad productiva del
sector agrícola nacional ha sido la disminución arancelaria de las importaciones de
alimentos. Desde los años noventa con la firma de los acuerdos comerciales entre las
potencias y por países periféricos, el comercio de librecambio ha podido comerciar con
alimentos subvencionados en los países desarrollados para ser vendidos con menores
aranceles en los países en desarrollo. Ello afectó a sectores importantes como el arroz, los
cereales, los lácteos, donde pequeños productores entran en desventaja para competir con
productos de bajo costo de países subvencionados.
El relación con sector de la caña de azucar se tienen destinadas actualmente 240 mil
hécteras de tierra; de estas hacen parte los departamentos de Valle del Cauca, Cauca,
Risaralda, y en menor medida el Meta. El sector produce 21,116.406 toneladas de caña de
azucar por año aproximandamente, generando al mercado más de 2,2 millones de toneldas
de azúcar refinada, y 378 millones de litros de alcohol carburante, con los cuales se utilia
insumo para la producción de combustibles. A las empresas se les ha señalado la
participación en diferentes masacres y formación de grupos de autodefensas como El
Bloque Calima. Relacionados con la ley PAEZ, a estos grupos se les menciona en
diferentes procesos en los que hubo complicidad de parte de los inversores cañeros, al
permitir con el apoyo de la legislación, ampliar las zonas de cultivo de caña de azucar, con
el aval del estado se permitió incentivar de excensiones tributarias de quienes
reconvirtireron el uso de la tierra y lo destinaron al negocio del azucar.
El monocultivo ha generado conflictos entre los campesinos por la apropación de las tierras
del valle del rio Cauca a partir del proceso de apropación indiscriminada de crecimiento
constante a partir de 1960. Otro elemento de conflicto ha sido la apropación privada de los
bienes públicos como las carreteras, los ríos y quebradas, los servicios ecosistémico. Los
ingenios han generado unas vías de acceso restrigindas para los campesinos, los cuales se
ven en la obligación de generar cada día desplazamientos más distantes para dar salida de
sus productos luego de que el sector cañero biene en constante crecimiento.3 También los
daños ambientales ocasionados por la plantación han signficado la pérdida de estructuras
biológicas presentes en el territorio, así como la deforestación, la erisión, y la
compactación del suelo.
3
(Como lo narró uno de los ingenieros del área de plantación en salida de estudios del curso Sociología
rural).
Esa crisis se evidencia en tres comportamientos: 1. La reducción de las áreas en
producción, no concomitante con aumentos de la productividad; 2. La disminución
de la productividad y, finalmente, 3. La pérdida de empleos en la agricultura, todo
lo cual tuvo como efecto central el rápido incremento de las importaciones de
productos agrícolas, interpelado por algunos como expresión del dinamismo del
sector externo colombiano (Fajardo, 2011, p. 62).
El sistema agroindustrial es un concepto que nace como modelo de desarrollo para las
economías emergentes, pero su orientación deviene de un momento anterior de la
concepción del agronegocio. El agronegocio como concepto apareció en la literatura de las
ciencias sociales y la industria a partir de los años 50 gracias a la escuela estadounidense de
David y Golberg (Machado, 2002). El agronegocio o agribusiness se orienta por la
articulación científica y productiva de las economías agrícolas, propugna por el crecimiento
de la producción y el rendimiento y modifica el desarrollo de la labor productiva de los
campesinos y agricultores. El concepto de Sistema Agroindustrial también se vio
fortalecido por la revolución verde de los años sesenta y la pérdida del volumen productivo
de diferentes economías a escala mundial, lo cual demandó nuevos modelos de edificación
de las relaciones productivas, una intensificación de la actividad científica y una apertura de
nuevos mercados.
En los años noventa, en América Latina se consolida una economía agrícola de exportación
que se manifiesta en diferentes territorios y latitudes como lo establecen Barri y Wharen,
para el caso de la soja en Argentina (2010). Durante este periodo se intensificaron las
exportaciones agrícolas favorecidas por mayores libertades comerciales y por la capacidad
de negociación de los alimentos en los acuerdos comerciales de los estados. Se constituye
una fase agroexportadora neoliberal como propone Rubio (2009) que establece que en
tiempos de la postguerra, la producción de los alimentos nacionales en las economías de
América Latina inician una fase de transición, ya que a partir de este momento la lógica
alimenta se reconfigura y desde los años noventa se constituye un modelo neoliberal de
abastecimiento alimentario que ha dejado excluidos a los campesinos latinoamericanos y
donde la exportación de ventajas comparativas se representa como el derrotero de la
actividad agrícola, la autora señala que:
La concepción que nos aporta el autor denota que cada sistema agroindustrial se configura
históricamente de manera particular para su sociedad de referencia. En Anserma, Caldas el
sistema agroindustrial se asocia al cultivo del café en sus fases de cultivo, producción,
beneficiado y tostado. El autor también establece que las relaciones sociales que configura
articulan diferentes agentes que participan de la actividad como productores, comerciales,
transportadores, transnacionales y consumidores; ellos estructuran una división
internacional del trabajo, así como articulan relaciones internas y roles en sus diferentes
áreas determinadas.
En el nuevo proceso agroindustrial los insumos agrícolas cobran gran relevancia, ellos
incorporan nuevos elementos, administran las innovaciones y patentes e involucran a los
productores en la modificación de sus prácticas. El Sistema Agroindustrial se estructura
desde tres fases: que inician con una fase agraria, se desplazan a una fase de transición y
finalmente se consolidan como fase agroindustrial.
En la tercera fase se consolida el modelo actual, Machado: advierte que: “En la fase III, el
sector transformador de materias primas agropecuarias y los servicios, superan con creces
la generación de valor agregado originado en el sector primario de la agricultura” (2002,
p.17). Ello significa que el excedente total generado del sistema agroindustrial no se reduce
únicamente al valor de los alimentos y los bienes primarios. Este proceso amplía una
brecha entre el valor recibido por los productores en la venta de su proceso y el
procesamiento final. En este momento las transnacionales participan de manera importante
ya que constituyen el mecanismo de comercialización global y financieramente respaldan
los bajos precios en la cotización internacional de los granos.
Según Machado (2002) la centralidad de los procesos de los sistemas agroindustriales debe
entenderse fuera de la agricultura y comprendidos en su interminable agregación del valor
que permiten las cadenas agroindustriales. Ello conduce a que los productores pierden la
relación directa de agricultura e industrial y surgen nuevos actores que integran la relación.
Los nuevos actores son el sector servicios, que vincula transporte, comercialización.
consumo y venta; el comercio que garantiza que a diferentes latitudes lleguen los productos
de la agricultura; el sector financiero que permite los préstamos y mina la ganancia del
sector productivo; y el sector industrial que transforma el producto agropecuario, lo adapta
a las nuevas demandas del mercado y lo hace atractivo para grandes conglomerados
comerciales.
Al respecto, Machado sugiere que:
“La agricultura sigue produciendo alimentos para la población, pero deviene en una
rama marginal, que ya no sustenta el proceso de industrialización y por tanto queda
excluida de los canales económicos fundamentales” (p.108).
Los nuevos agentes del sistema agroindustrial son aquellos agentes económicos, culturales,
políticos e institucionales que han propiciado una dinámica nueva y han racionalizado la
nueva producción. Estos agentes buscan aumentar la ganancia de las actividades
productivas, buscan articular una reconversión constante a las necesidades del mercado.
Para dar soporte a su exposición Rubio (2001) afirma que la centralidad de la crisis se debe
a lo que llama, la derrota de las clases subalternas frente al capital transnacional. Esta
derrota haya su asidero en los años noventa. En aquel periodo, la pugna política logró
imponer un régimen en el que los campesinos y sectores populares fueron derrotados
gracias a la imposición excluyente del sector trasnacional sobre el sector local y
minoritario.
Blanca Rubio encuentra que la fase actual de exclusión de los campesinos y pequeños y
medianos empresarios agrícolas obedece estructuralmente a la adscripción actual de los
gobiernos latinoamericanos al modelo neoliberal. En este modelo se priorizan las
actividades exportadoras con ventaja comparativa. En él el capital financiero concentra el
excedente y subordina al sector agrícola, con bajos salarios para los agricultores, y con
fuerte concentración del capital. El modelo combina: “sobreexplotación de la fuerza de
trabajo, distribución regresiva del ingreso, el aumento del grado de monopolio, una nueva
base tecnológica centrada en la informática, una elevada cuota de explotación y
mecanismos autoritarios de poder con fachadas democráticas (Rubio, 2001, p. 92).
La primera fase del dominio excluyente la permite el dominio excluyente del capital
especulativo. Ello implica que el capital transnacional impone bajos salarios a los
productores para “superar la crisis productiva”. Esta condición de bajos salarios viene
acompañada de un aumento del precio de los alimentos. La autora demuestra cómo la
industria agroalimentaria ha podido consolidar un progresivo aumento de los alimentos en
América Latina con un modelo de negocio basado en la importación de alimentos de los
países desarrollados. Esto cual conduce a una subordinación del salario real, ya que los
bajos precios de la fuerza de trabajo no se ven compensados con bajos precios de los
alimentos.
Las industrias especulativas han logrado fortalecer sus rentabilidades en América Latina
desde altas tasas de interés para la industria y la agricultura. Lo cual, minan la ganancia de
los sectores productivos y subordinan al sector financiero y expectativo a la base real de la
economía en América Latina. Rubio nos dice qué: “La valoración especulativa se nutre de
la valoración productiva y hace caer la ganancia en esta última esfera, lo que lleva a su vez
a que más capitales se orienten al área financiera, lo cual se nutre de menos valor” (2001, p.
99).
La apropiación del excedente por parte del sistema financiero ha propiciado la crisis
permanente del sector agrícola, condiciendo a un mayor endeudamiento de los agricultores,
y donde el Estado no ha logrado incidir efectivamente con tasas de interés competitivas.
Los hallazgos del Banco Mundial son horizontes sobre los que se enmarca el resultado de
los análisis para nuestro caso. Así las cosas, se expresan aquí una serie de tesis que
comprenden el estado actual de la propiedad en Anserma. La primera consideración
importante es que el municipio se orienta por una estructura de la propiedad inequitativa y
donde predomina la concentración de la tierra. Según el informe del Atlas de la
distribución de la propiedad rural en Colombia del Instituto Geográfico Agustín Codazzi
(2012), en Anserma encontramos un Índice Gini de Tierras de 0,86. Ello quiere entrever
la profunda desigualdad que existe en el acceso local a las tierras, marcada por la
concentración y la violencia.
El Banco Mundial (2004) considera que la estructura de la tenencia desigual conduce a tres
problemas esenciales que imposibilitan el desarrollo de la población y al acceso a nuevas
oportunidades. La primera consecuencia de la estructura inequitativa se expresa en una
subutilización generalizada de la tierra. Ello conduce a que este problema construye una
articulación donde conviven una subutilización de las tierras de uso agrícola y una
sobreexplotación de los pastos. Para el caso municipal la situación es distinta frente a la
media nacional donde la orientación prioriza el uso de tierra a la ganadería y el sector
pecuario en desmedro de la actividad agrícola. En Anserma aún predomina una vocación
agrícola sobre una vocación pecuaria. Ahora bien, esta articulación no exenta de la
subutilización generalizada de las tierras ya que en mayor tamaño de la extensión menor es
la intensificación del sector agrícola sobre el pecuario, lo cual conduce a mayor utilización
del suelo en las unidades de producción agropecuaria menores.
Ilustración XI: División de grupos de acuerdo a tamaño de propiedad
72,7
2.492,60 345,5
En pastos
En rastrojo
Agrícola
En infraestructura
16.094,60
Una segunda conclusión del informe del Banco Mundial (2004) refiere que frente una
estructura de la tenencia inequitativa emerge una “menor inversión de los gobiernos
locales”. Esta conclusión significa que una estructura de la tenencia donde se agrupa un
sector mayoritario concentrado sobre el poder económico y social del territorio local da
apertura a que se consolide una estructura política controlada y financiada por una élite
local. Así lo expresa el Banco Mundial:
El tercer elemento que encuentra el Banco Mundial (2004) para la superación de la pobreza
de la agricultura colombiana versa acerca de la estructura de la concentración de la tierra
y la violencia en el país. Así las cosas, una de las mayores dificultades y retos que expresa
la estructura de la propiedad inequitativa en Anserma es la de logar articular una política de
tierras efectiva donde la concentración de la tierra se redistribuya y donde la articulación de
los diferentes sectores que integren a la sociedad civil. La violencia es un reto mayor para
garantizar integración articulada de la ruralidad en el municipio.
Así las cosas, es posible que la estructura de la concentración que referenciamos sea
conducente a la consolidación de una estructura marcada por la violencia. Ahora conviene
hacer unos datos levantados acerca de la estructura de la concentración.
La Unidad Agrícola Familiar (UAF) se precisa como la unidad de medida que define los
límites menores para que las unidades de producción agropecuaria estén por encima de la
frontera de la pobreza. La UAF agropecuaria del occidente de Caldas ha sido entendida
como una unidad de medida que oscila entre 5 a 10 hectáreas que en promedio puede
ofrecer dos salarios mínimos mensuales al productor y su familia. En Anserma seis de cada
diez fincas tiene una extensión menor a la UAF (microfundio), lo cual nos presenta una
diseminación de fincas en condiciones vulnerables y dentro de líneas de pobreza. La
extensión de las fincas menores a 5 hectáreas representa solo 6,73 del territorio total o
1.279 hectáreas.
Con respecto a la estructura de las propiedades mayores a diez hectáreas conviene precisar
que su heterogeneidad y su complejidad, demandan una aproximación general. Recordemos
que la vocación productiva agrícola disminuye en relación al tamaño de la extensión como
lo demostró el Banco Mundial (2004). A la medida que avanza el tamaño de la propiedad
se evidencia de igual modo una reducción en el número de propietarios. Los propietarios de
pequeñas propiedades o aquellas iguales a entre diez y veinte hectáreas representan cerca
del 11 por ciento de la extensión total o alrededor de 2.041 hectáreas. Por su parte este
grupo lo componen alrededor del 6,82 de las fincas o cerca de 272. Este grupo concentra
productores agropecuarios mediados, pequeñas empresas agrícolas, servicios de ganadería,
piscicultura, servicios turísticos. De igual manera existe una concentración de fincas
cafeteras de alta provisión tecnológica con aprovechamiento de secado de café, despulpado,
y almacenamiento.
100
90
80
70
60 RECTA DE
50 EQUIDISTRIBUCIÓN
40 Curva de Lorentz
30
20
10
0
0 20 40 60 80 100
4000 3591
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500 155 53 168
10 5 13
0
Propiedad Arriendo Aparcería Ocupación Propiedad Otra Mixta
privada colectiva forma de
tenencia
El anterior gráfico permite conocer el régimen de tenencia para el municipio. Se una gráfica
que tiene hacia la ocupación de áreas de propiedad privada. Este dato ayudaría a conocer el
nivel de titulación y demarcación. No aparecen reflejadas áreas de baldíos en disputa. De
igual manera una articulación mixta donde operan diferentes formas de transacción también
ocupa un lugar significativo. Las tierras en arredramiento vienen en crecimiento alentadas
por fuerzas inversoras del capital transnacional quienes buscan el cultivo y la producción en
áreas donde predomina el cultivo de la caña de azúcar.
La calidad de vida aquí entendida involucra los diferentes aspectos trasversales para la
Así las cosas, la Federación Nacional de Cafeteros (2015) señala que aún el panorama de la
situación actual de pobreza en las familias cafeteras está por conocerse. Sin embargo, ellos
a través del Censo Nacional Agropecuario han podido identificar cuatro áreas
trascendentales por las que debe guiarse la política pública de atención a las familias de
producción cafetera en Colombia. Según reseña este informe, son cuatro grandes áreas por
donde deben transitar las actuales líneas de atención críticas. Ellas son: (I) Educación, (II)
Condiciones de niñez y juventud (III) Salud, (IV) Condiciones de vivienda y acceso a
servicios públicos. Tomando en cuenta los anteriores datos, la Federación Nacional de
Cafeteros propone un análisis ponderado para la estructura de la compresión de la pobreza
multidimensional. Viendo integralmente una solución desde diferentes estrategias y
complejidades.
Para la Federación Nacional de Cafeteros (2015) el primer factor de riesgo para las familias
cafeteras de Colombia viene dado por la fluctuación internacional del precio del café.
Estas variaciones constantes en la cotización internacional del grano hacen que existan
períodos donde la cotización nacional cae hasta cerca de los 400 mil pesos por carga de
café de 125 kilos o dos bultos, cifra por debajo de los precios de producción de cerca los
750 mil pesos por carga de café. Con respeto a esta misma fluctuación, la valoración del
peso colombiano también afectará los valores de la producción del café.
Con ello no se quiere decir que el café no siga representando una alternativa de
subsistencia para muchos campesinos muy pobres en Colombia, porque ello sigue
siendo así. Lo que se pretende mostrar es que la población cafetera se ha vuelto más
vulnerable en el entorno volátil en el cual se tiene que desempeñar, porque es pobre,
se ha envejecido, tiene pocos años de educación y se mueve en un mercado laboral
predominantemente informal (Misión de estudios para la competitividad de la
caficultura en Colombia, 205)
Con relación a la anterior cita, uno de los mayores retos de la sociedad colombiana en la
actualidad es la de combatir el envejecimiento en el área rural, según cifras del DANE en
1980 uno de cada tres colombianos residía en el campo, en la actualidad reside uno de cada
cinco. Cifra que terminará por aumentar la proporcionalidad de población residente en cada
área sí no se llevan a cabo las políticas adecuadas.
Existe una notable concentración de la población desde los 30 años en adelante. A partir de
los 30 hasta los 64 años existe una gran agrupación de los habitantes de la población rural,
en los hombres esa concentración reúne a cerca 73,15 % de la población total y en las
mujeres en cerca del 73,1 % de la población total. Este dato nos habla de una distribución
desigual de los grupos poblaciones haciendo que grupos poblaciones mayores a 65 años
entren en menor proporción, así como grupos de niños y jóvenes frente al total.
Los niños y los jóvenes entendidos como la población menor a los 30 años agrupan una
población cercana al 9 % en los hombres y cercana al 11 % en las mujeres. Este dato
permite entrever un notable envejecimiento donde 1 de cada 10 habitantes de la población
rural en Anserma tiene entre 0 y 30 años; donde la población entre 30 años y 64 años
agrupa a 7 de cada 10 pobladores, y donde los mayores de 64 años representan cerca de 2
de cada 10 pobladores.
80 o más
De 75 a 79
De 70 a 74
De 65 a 69
De 60 a 64
De 55 a 59
De 50 a 54
De 45 a 49 Mujeres
De 40 a 44
De 35 a 39 Hombres
De 30 a 34
De 25 a 29
De 20 a 24
De 15 a 19
De 10 a 14
De 5 a 9
De 0 a 4
-20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20
Ilustración XVI. Poblaciones por grupos de edad y sexo para la población rural del
municipio de Anserma, Caldas
Educación
100
90
80
70
60
50 No aplica
89,2
40
Aplica
30
20
10 15 19,7
0 7,3
Bajo logro Analfabetismo Inasistencia escolar Rezago escolar
educativo
Analfabetismo
Logro educativo
Logro educativo: Número de años alcanzados por cada miembro del hogar mayor a
15 años. Sí el promedio del hogar es menor a 9 años o no hay miembros mayores a
15 años en el hogar, el hogar se considera privado de este logro educativo
(Federación Nacional de Cafeteros, 2015).
Asistencia escolar
100
90 16
80
70
60 77
50 No
40 84 Si
30
20
10 23
0
Entre los 5 y los 16 años Entre los 17 y los 24 años
Con la gráfica anterior encontramos que la población joven rural de Anserma sufre un
proceso de concentración en la educación secundaria. Este proceso, orientado por las
condiciones de vida, amplía la brecha educativa existente en los diferentes jóvenes que
configura el municipio y presiona a que el nivel educativo de la población rural aún
permanezca en condiciones de niveles educativos elementales. La situación hace que cada 8
de cada 10 habitantes del municipio estén con niveles de educación de básica primaria, 1 de
cada 10 con básica secundaria y que solo 1 de cada 10 estén con superior.
Ilustración XIX. Porcentaje del nivel educativo por sexos en el municipio de Anserma,
Caldas
1
Universitario 3
1
0
Tecnológico 3
4
1
Técnico 1
1 Mujeres
5 Hombres
Media 11
5 Total
11
Básica secundaria 9
10
81
Básica primaria 73
79
0 20 40 60 80 100
Rezago escolar
Sanidad y salud
Amartya Sen ha sido uno del economista más influyente de los temas contemporáneos. Sus
aportes acerca del Desarrollo Humano han direccionado la política del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como también nuevas discusiones desde
las ciencias sociales y profundamente en la sociología. Su teoría acerca del desarrollo
involucra una serie de elementos trasversales del desarrollo humano encaminadas a
fortalecer el crecimiento económico desde el desarrollo y la libertad. Su obra recoge
diferentes elementos del bienestar material y subjetivo, como la salud, la educación, la
democracia, y la libertad.
A lo que el autor alude en la cita anterior es a advertir las necesidades perennes del
desarrollo humano. Si no existen unas necesidades básicas cubiertas, no es posible
encontrar un bienestar integral dentro de los individuos. Esta integralidad del bienestar solo
se articula a partir de unas capacidades que van a permitir el grado de libertad que
adquieren los individuos. Ello discurría en su capacidad de agencia de la vida, las metas y
expectativas de su futuro, así como el grado de años de vida y la salud necesaria para
desarrollarlos.
La salud es un concepto que está permeado de múltiples matices, desde una perspectiva
clásica y etimológica, salus (salud) salutis (salvación), se nos refiere a la definición de estar
en capacidad de superar cualquier obstáculo, es decir, es el hábito que nos permite seguir
viviendo pese a las dificultades que puedan sufrirse a nivel físico y emocional. Desde la
definición que brinda el padre de la medicina en la antigüedad, Hipócrates, observamos que
la salud es el estado de armonía perfecto de fuerzas en su equilibrio y la enfermedad es el
medio por el cual se restablece la fuerza vital que se ve perturbada a lo largo del ciclo
humano, es decir que tanto salud como enfermedad son aquellos factores que se encargan
de conservar la vida. A partir de la transformación de las sociedades y sus formas de
nombrar la realidad que los rodea, la salud refiere a un estado óptimo de bienestar físico,
mental y social (OMS), es decir, de integridad física y bienestar; de allí se desprende que
una conceptualización holística del concepto no solo debe hacer alusión a la dicotomía
entre salud y enfermedad sino que también debe captar dimensiones de carácter fisiológico,
patológico, biológico y, a su vez, psicológico, social y económico, dado que esta condición
permea todas las esferas del individuo.
En el año 2008 la ECV del DANE preguntó a los colombianos en materia de salud
indicadores de medición definidos por los ejes de 1) afiliación a salud, 2) fuentes de para
cubrir la atención en salud, 3) personas enfermas por tratamiento aplicado, con esta
información se generó un reporte somero del estado de afiliación y atención en el país.
Sin embargo, dentro de la última encuesta de ECV del DANE años 2016-2017 existen unas
variaciones importantes en los indicadores de análisis del capítulo de salud, así como
algunas permanencias con respecto a la encuesta 2008. Resumidamente sus temas son: 1)
afiliación a salud, 2) calidad de servicios de salud, 3) Consumo de bebidas azucaradas y
consumo de cigarrillo o tabaco. De los datos anteriores en la actualidad existe una
preponderancia del sistema general de salud, sin embargo, no es posible desconocer la
participación de las familias en el cuidado de la salud, los programas locales de salud
pública u otras formas de acceso. Entre el año 2003 y el 2008, periodo del que se tiene
información, vemos un crecimiento exponencial del indicador de entidad de seguridad del
afiliado, con lo cual hablamos que existe una mayor confianza por la seguridad social, lo
cual también representa bienestar y tranquilidad para los ciudadanos. Como lo expone
Deaton 2018: “El cuidado y el tratamiento médico cuestan dinero, ya sea de los individuos,
las aseguradoras, o del estado” (p. 167), con lo cual nos habla de conocer la importancia de
cómo se cubre el gasto en salud. Sí un individuo adquiere una enfermedad de alto costo 4
como: el cáncer, la epilepsia, el VIH o SIDA, o una Enfermedad Renal Crónica, y carece
del afiliación al sistema de salud, su familia u amigos debieran de asumir tratamiento, sin
embargo, aquellos tratamientos son de por vida y por lo cual el dinero necesario para su
manutención en algún momento puede faltar. El sostenimiento de las enfermedades por
parte del sistema de salud, aumenta las capacidades de los individuos ya que le permitirá
tener certeza de que tendrá satisfecha su necesidad en salud.
4
Véase: https://cuentadealtocosto.org/site/index.php/patologias
salud 3) personas enfermas por tratamiento aplicado. De estos elementos podríamos tener
un panorama de cuál es el estado dentro de las madres del régimen contributivo y
subsidiado, de qué diferencias hay entre los dos regímenes. Además, es importante saber
cuál es la percepción a cerca de los servicios de salud porque si esta se califica como mala,
estos podrían quedar en manos de la medicina popular.
La Encuesta Nacional de Calidad de Vida del año (2018) estimó que cerca del 58,8 % del
área del rural en Caldas tiene servicios de acueducto, y que solo el 28,7 % cuenta con
servicios de alcantarillado. Lo cual nos da cuenta de que menos de 1 de 3 caldenses en el
área rural tiene servicios de alcantarillado, lo que hace posible la proliferación de las
enfermedades diarreico agudas producto de la transmisión de virus y bacterias de las heces
fecales y material de desecho que se vierten a las aguas, así como de la notablemente
contaminación de las aguas por su mal deposición.
La encuesta de igual manera señala que en el área rural en Caldas predomina la práctica de
hervir el agua para su consumo en cerca del 80% de las viviendas lo cual preocupa ya que
esta práctica no resuelve de manera definitiva los virus y baterías que están en las aguas.
Así mismo señalan que el 16,4 % de las fincas en el departamento de Caldas consumen el
agua como la obtienen, y que en menores proporciones existen prácticas más efectivas para
la disminución de las bacterias como el consumo de cloro con un 0,3 %, utilización de
filtros con 2,6 %, y con uso de filtros naturales con 0,2 %.
Con respecto al material de pisos y paredes en los hogares cafeteros a nivel nacional, el
informe de la Federación Nacional de Cafeteros señala que cerca del 24 % de los hogares
cafeteros cuentan con material inadecuado en los pisos y, que cerca del 39 % de los hogares
cafeteros cuentan con material inadecuado de paredes. Dentro del municipio de Anserma la
proporción es menor frente a la media nacional, ya que cerca 2,4 % del territorio censado
presenta material inadecuado de pisos y cerca del 3,9 % presenta material inadecuado de
5
Véase: Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2018, Departamento Administrativo Nacional de Estadística
paredes. Es necesario avanzar en la política de mejoramiento de viviendas para desarrollar
una cobertura mayor de las unidades familiares con condiciones mínimas de calidad de vida
en el municipio.
Por último, con respecto a las condiciones de cuidado de la primera infancia existe una gran
brecha en la atención de menores de 5 años en el área rural del municipio frente al área
urbana. Lo cual condiciona que exista menor independencia de las mujeres para ejercer
actividades fuera de lo doméstico, y que, realizándolas, los niños y niñas queden en riesgo
en sus viviendas, por mala alimentación, incendios o accidentes eventuales que se puedan
presentar. Según el Censo Nacional Agropecuario (2014), cerca del 2,8 % de los menores
de 5 años presenta dificultades de acceso al cuidado, así mismo que el 75 % de los menores
de 5 años son cuidados por sus padres, y que solo del 10 % asiste a un hogar comunitario.
Lo cual cerca de 8 de 10 hogares deben de disponer de uno de los padres para el cuidado de
los niños, que 1 de cada 10 puedan asistir a hogar comunitarios y que 1 de cada 10 sean
cuidados por hermanos o agentes familiares o vecinos. Esto alimenta brechas en el ingreso
de hombres y mujeres dado que principalmente el cuidado de los niños menores de 5 años
en atención de sus padres se concentra en las mujeres, imposibilitándoles el acceso al
mercado laboral y en la participación en actividades deportivas y recreativas fuera del
hogar.
120
100
80
60
Vocaciones agropecuarias
Como hemos podido señalar a lo largo de este documento, a partir de la transición en los
años noventa, Colombia se vuelca por una nueva producción orientada por una
reestructuración productiva donde el predominio de los cultivos temporales sobre los
transitorios se hace evidente. De igual manera, existe una articulación del sector
productivo, legislativo, financiero y agropecuario por fortalecer un modelo de agricultura
de exportación a escala nacional orientada por los bienes de ventajas comparativas como lo
señalamos en el segundo capítulo.
1.048,8 EN BOSQUES
NATURALES
AGROPECUARIA
NO AGROPECUARIA
El análisis llama la atención por la estrecha magnitud del área en bosques y áreas
protegidas y de la concentración significativa del área agropecuaria. Según información
reposada en el Censo Nacional Agropecuario de 1960, en el municipio de Anserma existía
un área de montes y bosques de 862 hectáreas de las 18702 hectáreas del momento lo cual
daría una proporción del 4,6 por ciento, cayendo a un 1,4 por ciento mencionado en la
actualidad. Esta disminución progresiva viene dada por la intensificación en el uso del
suelo agropecuario en el municipio alentado por priorización de la actividad agroindustrial
fortalecida por la Federación Nacional de Cafeteros y el gobierno local, así como una
ocupación privada del bosque público.
3.305 CACAO
TABACO
1.572
OTROS
AGROINDUSTRIALES
612 82 PLÁTANO
354
YUCA
120
1
1.600
OTROS TUBÉRCULOS
2.448
CÍTRICOS
157 89
Balcazar (2003) señala que las políticas sectoriales han favorecido la vocación exportadora
en Colombia y Anserma es una gran evidencia de ello. En Anserma existe una
concentración de área y de las unidades de producción agropecuaria en medio de las
actividades agroindustriales, Así los agroindustriales son cultivos permanentes de gran
inversión de capital. Su articulación demanda un gran tiempo para su cosecha, así como una
necesidad constante de mano de obra y de capital para su sembradío, de este grupo
sobrevienen desde el mayor rango el café.
108 OTROS
AGROINDUSTRIALES
PLÁTANO
4.984
YUCA
126
66 230
25 OTROS TUBÉRCULOS
Agroindustriales
Ilustración XXV: Número UPA con cultivos agroindustriales
120 1
CAFÉ
82 354
CAÑA DE AZUCAR
CACAO
TABACO
3.305
OTROS
AGROINDUSTRIALES
CAFÉ
CAÑA DE AZUCAR
CACAO
TABACO
OTROS AGROINDUSTRIALES
7.077
Plátano y tubérculos
Este sector agropecuario es importante dada la magnitud de la participación del plátano
dentro de la economía local. Seguido del café, es el plátano el segundo actor en proporción
por área sembrada y valor agregado dentro del municipio. El plátano representa el primer
renglón entre plátanos y tubérculos, con una proporción del 96 por ciento dentro del tipo de
cultivos de este grupo, así mismo alcanza una participación del 28 por ciento de los cultivos
totales del municipio lo cual de hace ser un sector influyente y en que se emplean cerca de
4.854 hectáreas del municipio.
108106
PLÁTANO
YUCA
OTROS TUBÉRCULOS
4.984
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE
157
89
PLÁTANO
YUCA
OTROS TUBÉRCULOS
2.448
Cultivos frutales
Los cultivos frutales son un sector de la ruralidad que por su complejidad y heterogeneidad
convienen ser comprendidos como tema especial. Dentro de los cultivos frutales en el
municipio se destaca la proporción de los cítricos con un 5 por ciento dentro del área con
respecto a la proporción total de cultivos y con una participación dentro del sector de
frutales 27 por ciento.
Dentro de la selección de temas de interés para dar vida a unas voces que articulen los
procesos de cambio dentro de la estructura agropecuaria municipal se resalta de gran
importancia y utilidad la participación de la oficina UMATA. La Unidad Municipal de
Asistencia Técnica Agropecuaria es una figura jurídica amparada en la Ley 603 del año
2000 de la que cobra vida y por funcionalidad tiene por objetivo articular el orden nacional,
departamental y municipal a las relaciones del medio agropecuario de los territorios
colombianos.
Así, Lugo Perea (2009) resalta que la UMATA tiene como funciones la facilitación del
desarrollo rural, la extensión rural, la asistencia técnica, dentro de un paradigma de
desarrollo neoliberal. Su estudio de la Unidad de Municipal de Asistencia Técnica
Agropecuaria del municipio de Florencia, Caquetá, le permitió advertir que dentro de estas
unidades de asistencia se entreguen una serie de nuevas relaciones con el Estado, a su vez,
que nuevas definiciones del norte agropecuario de los municipios. La UMATA ha
permitido una nueva condición dentro de la municipalidad dado que ha generado una
condición de orden institucional, social y económico de que dependen los diferentes actores
que allí convergen. Por otro lado, la UMATA en su condición inicial, busca ampliar las
relaciones de desarrollo neoliberal en el cual la asistencia técnica se asume como una
articulación agroindustrial de los procesos de cultivo y de del manejo de las tierras. En
concordancia con Lugo Perea (2009) el investigador Acosta (1991) insistía en el nuevo
paradigma modernizador que había abrazado la situación de la UMATA. En su
investigación logró establecer que la extensión al medio rural pasaba por una apropiación
robustecida. El acompañamiento presupuestal y el personal humano era clave en una nueva
articulación en los procesos de producción de actividades agropecuarias en Colombia.
I
Investigador: ¿Cuál es la función de la Oficina de la Unidad Municipal de Asistencia
técnica Agropecuaria?
En funcionario insistía en una preocupación importante del orden municipal por consolidar
un desarrollo rural para el municipio. Ahora bien, este desarrollo viene acompañado de
procesos de inversión y financiación de los diferentes órdenes de administración (nacional,
departamental y municipal). Esta propuesta de desarrollo demanda, en primer lugar, un
desarrollo institucional donde la planificación agrícola encuentre el acceso a los recursos.
El rubro presupuestal dispuesto para esta dependencia está centralizado en el pago de la
nómina de la oficina. Así el espacio para el desarrollo agrícola y el desarrollo sostenible
queda en entredicho y en contravía de los programas ejecutados.
II
Entrevistado: El problema que se viene identificando en la vereda Maraprá es qué hay una
lista de socios, con acueducto legalizado a Corpocaldas, pero cuando se fueron los técnicos
a hacer la revisión vieron qué mucha gente que no estaba dentro del libro del acueducto y
no habían solicitado permiso, lo que toca hacer es llamar a Corpocaldas y hacer una
solicitud de visita técnica y que ellos empiecen a verificar quienes son los socios y quienes
no pagan, así de los que no pagan se les tendría que retirar las mangueras (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020.)
En la actualidad, los conflictos por apropiación y los conflictos por distribución del recurso
hídrico, son dos de los elementos que predominan entre las relaciones de conflicto que se
desarrollan en el espacio rural. Los acueductos veredales surten de aguas no potables a los
pobladores de las diferentes veredas del municipio. El beneficio de café que demanda un
uso excesivo de agua, sumado a ocupaciones ilegales de predios y de acceso a los
acueductos, ha hecho que las comunidades vean mermado el suministro de agua que llega a
las viviendas. La protección de las aguas es de especial interés entre los pobladores del área
rural de Anserma ya que ha volcado a un desarrollo de la comunidad en pro de la
protección del agua.
Adaptabilidad a las relaciones con el cambio climático es una situación que no da espera
dentro de las poblaciones. Los procesos de beneficio industrial del café, por su naturaleza,
demandan un uso irracional del recurso hídrico, por ello los procesos de beneficiado deben
de transitar a un consumo de agua óptimo, así como a la introducción de nuevas prácticas
para el procesamiento de aguas mieles que expulsa el lavado del café. Las nuevas
relaciones del agua han demostrado lo lentos que han sido los programas de introducción de
las aguas potables a las veredas, ya que de 64 de las veredas del municipio, solo 2 de ellas
tienen plantas potabilizadoras de agua. Así, el uso y consumo de agua entre las poblaciones
rurales está centrado en una toma de aguas no potables que ofrecen grandes riesgos para la
salud humana.
El funcionario resalta que los procesos de la población rural del municipio vienen
acrecentado un mayor riesgo de vulnerabilidad debido al incremento del consumo del agua
potable en los diferentes hogares de la población rural. A raíz de las transformaciones del
cambio climático, el caudal de las fuentes de agua vendrá reduciéndose y por ello el
consumo de agua obliga a su optimización.
III
Investigador: Sobre el aguacate Hass que menciona, ¿ha visto crecimiento de este cultivo?
Entrevistado: Sí, a raíz de eso tuvimos que responder. Hubo una empresa que empezó
comprando unos predios pero esta empresa era un negocio privado el cual no avisó a la
oficina la actividad económica que se pensaba realizar. Ellos simplemente llegaron y
empezaron a comprar predios y a elevar los precios, la compra de terrenos fue muy alta y
eso disparó el precio de las tierras, cuando ellos empezaron a sembrar no se había
dimensionando tanto cómo se mostraría después el problema de tala de árboles ni nada.
Ellos compraron fincas que ya estaban adecuadas, comprando una finca muy grande qué
había sido usada para los espárragos y la convirtieron a aguacate. El problema empezó a
evidenciarse fue después cuando el precio subió y ya la gente empezó a tumbar los bosques
y otros cultivos para vincularse al cultivo de este producto, y se tomó la decisión de que no
se iba a apoyar (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).
Según mencionó el funcionario de la UMATA, hace diez años el paisaje del aguacate Hass
en Anserma Caldas era inexistente. Su proliferación viene dada por nuevos acuerdos
comerciales entre Colombia y países desarrollados y por la consolidación de un nuevo
mercado agrícola que reiteradamente hemos venido referenciado a lo largo del ejercicio.
Como vimos dentro de la Encuesta Nacional Agropecuaria, y dentro de las Evaluaciones
Agrícolas Municipales, en Caldas y en el municipio de Anserma ha habido una transición
agropecuaria reciente. Las condiciones económicas del sistema agroindustrial, han hecho
que la transición cafetera quede en manos del nuevo bien transable del aguacate Hass. El
funcionario, señala su malestar con el uso irracional que ha tenido el aguacate, ya que las
nuevas condiciones han favorecido por un nuevo desarrollo agropecuario donde las
relaciones de producción vienen a desconocer el proceso de producción de la región
cafetera.
IV
Entrevistado: Sí claro, nosotros tenemos constituida una hoja de ruta en la qué vamos en
lineamiento con el Ministerio de Agricultura, la Secretaría Departamental de Agricultura y
la oficina municipal de Desarrollo Rural. Así nosotros logramos conseguir los recursos y
dinamizamos los proyectos. Sí en este momento llega un productor a la oficina diciendo:
“Vea, quiero recursos para sembrar plátano”, nosotros les conseguimos los recursos por la
gobernación y el ministerio ya qué está dentro de una ordenanza en la cual el municipio
aprobada por el concejo municipal donde se aprueban unas cadenas productivas locales en
las cuales nosotros hemos proyectado qué hay más potencialidad, que hay comercio, que
hay venta, que si tú vas a sembrar el proyecto qué lo puedes negociar, que lo puedas
transformar. La gobernación tiene ese mismo lineamiento con nosotros ya qué la ordenanza
se construyó en conjunto mirando potencialidades, y de los cuales la secretaría de
Agricultura departamental ha emergido los planes de desarrollo y en conjunto con el
ministerio de agricultura. Nosotros debemos de enfocarnos sobre lo que ellos tienen, así el
departamento y la alcaldía gestionan los recursos y dinamizar la producción del municipio.
En estos momentos están abiertas las alianzas para plátano, café, cacao, ganadería,
piscicultura. La Agencia Nacional de Tierras también se ha articulado con estos proyectos,
al igual que el SENA con el programa Emprender en el que se jalonan recursos para
pequeñas empresas que ya están constituidas o qué ya tienen un producto avanzado
referente al sector agropecuario (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).
Existe una relación de dominio de parte de las directrices del Ministerio de Agricultura
sobre las regiones y sus potencialidades agrícolas. Este dominio ejerce un control irrestricto
sobre los recursos con vocación. Aun cuando existe una lectura departamental y municipal
sobre las cadenas productivas de mayor capacidad en la localidad, estas cadenas
productivas carecen de un plan de acción como proceso de cumplimiento de sus objetivos.
Ello deja a merced de la situación del mercado, el proceso de proceso de producción y
gestión de las actividades agropecuarias en el municipio. La realización del plan de cadenas
productivas del municipio obliga a que la articulación nacional se establezca como objetivo
realizable y claro, y no como discurso. La planificación esencial en este aspecto y edificar
sobre ellos planes de desarrollo sostenibles social y económicamente, dentro del panorama
de posibilidades de los productos agropecuarios, el mercado, el presupuesto.
Entrevistado: Prácticamente, nosotros tenemos que trabajar con las asociaciones. El Estado
no entrega recursos sí no existen sociedades constituidas o sí no existe una Junta de Acción
Comunal, estos productos a los que estamos articulados se centran el café, plátano, aguacate
papelillo, pasto, piscicultura, cítricos, cacao, caña panelera, espárragos, lulo, piña, mora,
frijol y maíz. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).
Por otra parte, los cítricos son un elemento de gran crecimiento en fincas de mayor
extensión en la periferia del municipio. Existe un notable crecimiento de cultivos de
naranja, mandarina y limón, en estas propiedades anteriormente existía una notable
circulación de cultivos temporales como la caña panelera y el lulo, sin embargo, en la
actualidad existe una renuncia importante a asumir cultivos de alto riesgo donde las plagas
y los precios se desarrollan en un contante dinamismo.
VI
VII
Los programas de extensión al medio rural son una plataforma indispensable para el
desarrollo rural. Los servicios de extensión han permitido a los productores agropecuarios,
tener mejores prácticas en el manejo de sus cultivos, brindando asistencia técnica para el
manejo de enfermedades, para el tratamiento de abonos, así como en la incursión hacia
nuevos cultivos. Los servicios de la UMATA han sido indispensables para el desarrollo de
la actividad agrícola y pecuaria, pero demandan un fortalecimiento de la investigación
agrícola y del fomento hacia la asociatividad. Por un lado, la investigación agrícola va a
permitir la adaptación a nuevas condiciones del medio rural, teniendo presente las
variaciones del cambio climático. Por otra parte, la asociatividad permitirá una economía
solidaria entre productores agropecuarios, ofreciendo una red que permita una articulación
importante, con poder de negociación, y con capacidad de respuesta a los precios.
Asociación de campesinos, y asociación de agricultores, como dos respuestas a condiciones
de organización de los productores agropecuarios, en común acuerdo con el medio
institucional.
VIII
Entrevistado: En la parte baja se concentran las actividades del plátano, en la parte media
predomina el café y el plátano y en la parte alta encontramos las actividades del aguacate.
La ventaja del municipio es que se cuentan con diferentes pisos térmicos, acá lo que se
quiera cultivar se puede desarrollar. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de
2020).
IX
Investigador: La dieta humana es muy variada, encontramos los cítricos, los frutales, los
agroindustriales, ¿qué relación de abastecimiento tiene la galería local con lo que se
consume?
Quizá esta pregunta sea la cereza de toda esta exposición, ya que es de gran utilidad la
respuesta ya que nos permite una gran ilustración acerca de la estructura agropecuaria
municipal. Es necesario considerar que los diferentes productos que funcionario señala que
son producidos en la municipalidad, se nacen y se producen al calor del cultivo del café.
Entre los productos que funcionario destaca que se producen dentro del propio municipio,
el plátano tiene una participación especial y es clave por su vinculación con la dieta de la
población del occidente de Caldas. El plátano que se consume en el municipio es producido
en su totalidad por las unidades de producción locales. A diferencia, otros productivos
como la papa, el arroz, o el trigo, son llegados del mercado nacional e internacional, aunque
por su naturaleza no viable en este ambiente.
La producción local de productos como el plátano, los cítricos, el maíz, el frijol, los
frutales, incide de manera importante en el costo de vida del área urbana y del área rural del
municipio. En contraste con una producción agrícola importante, aun la pobreza y el
hambre predomina en la población rural y en la población urbana del área periférica. El
costo social de los cultivos permanentes es evidente dentro de relaciones de consumo en el
municipio ya que el desabastecimiento que se ha presentado en parte de los productos ha
incidido en su precio y costo de vida de la población. La pobreza y el nivel de vida en la
población rural y del área periférica del casco urbano, aún está dentro de una gran línea de
pobreza y con condiciones de vida difíciles. Es por ello que la política alimentaria se
manifiesta como el derrotero de la seguridad alimentaria, dentro de esta política alimentaría
debe participar la sociedad civil, El Estado, los productores agropecuarios y el mercado, sin
embargo, a la fecha la política alimentaria no parece plasmada como objetivo municipal,
como plantearía Timmer (1985) en su famoso documento del análisis de las políticas
alimentarias.
La exposición del entrevistado pone de manifiesto que existe una gran vulnerabilidad
estructural de los productores agropecuarios dada la fluctuación de los precios de los
productos agrícolas. Es dentro de una autosuficiencia donde las condiciones pueden ser más
favorables, allí la seguridad alimentaria converge en una situación de diversidad en la
producción agropecuaria, llevando a que los productores, sus familias, y la población,
encuentren mejores condiciones de nutrición. A este respecto Pedraza (2003) nos dice que
la seguridad alimentaria es un asunto familiar en donde existe un acceso a los alimentos en
los diferentes grupos de la población. El logro de la seguridad alimentaria, pasa por una
superación de condiciones de bajos ingresos en la población rural, así como en un cambio
social que sea conducente con un desarrollo económico y social de la población. La
investigación es esencial para la reducción del hambre entre la población rural, ya que
fenómenos como la desnutrición son ausencia de condiciones calóricas y protéicas que
pasan por la comprensión social y económica de la situación, así como de la investigación
agrícola que transforma las prácticas productivas.
XI
Una planificación exitosa del banco de proyectos podría seguir una integración entre la
planificación agrícola y la planificación alimentaria. Dar vida a proyectos con demandas
alimentarias podría incidir significativamente en su fomento y sostenibilidad, articulando
una planificación local que encuentre respuesta y demanda en un espacio regional, así como
dentro de un proceso de integración social de los diferentes agentes de la actividad
agropecuaria.
XII
XIII
Entrevistado: Sí, ese programa permanece, lo tiene la Agencia Nacional de Tierras, acá en
Anserma se han dado titulaciones. La última titulación qué se hizo fue en Monserrate qué se
ubicaron 7 familias aproximadamente. Ahora se cuenta con mucha facilidad para la
adjudicación ya que la Agencia Nacional de Tierras ya no usa la metodología qué usaba
anteriormente qué recogía unas familias: diez o quince familias compraban el predio y se lo
repartían. En la actualidad, sí por ejemplo dos personas consiguen un predio para 10
hectáreas y la UAF está para 5 hectáreas, dos familias se pueden postular y la Agencia
Nacional de Tierras compra el predio para darle el terreno a las dos familias (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020).
En los últimos cinco años, en Anserma han existido alrededor de nueve programas de
adjudicación de tierras a cerca de 20 familias con alrededor de 400 hectáreas adjudicadas.
Para ello la metodología de la Agencia Nacional de Tierras ha convenido que en la
municipalidad la Unidad Agrícola Familiar debe reconocerse entre 5 a 10 hectáreas. Las
adjudicaciones recientes dan luces de que los procesos de adjudicación de tierras funcionan
de manera muy desigual y que en cinco años el volumen de la tierra adjudicada es
significativamente inferior a la tierra disponible. El fortalecimiento de la política de tierras
pasa por un volcamiento de la sociedad civil, así como el compromiso político de los
diferentes sectores del país para integrar nuevos procesos de distribución de la tierra. La
adjudicación logra en Anserma perfilar un aire minifundista en algunas localidades a las
que este programa ha llegado, ha generado una nueva integración de campesinos y
agricultores, así como ha permitido procesos de cohesión social donde la propiedad ha sido
accesible a mayor número de hogares.
XIV
Entrevistado: En estos momentos, asociaciones organizadas hay varias, pero hay una por
cada cadena productiva. Las más exitosas y qué son juiciosas son la de Cacao, aunque está
iniciando, Café orgánico, Asociación de Productores de Plátano del Carmelo, los de
cítricos, los de piscicultura, los de caña panelera. La asociación de los espárragos tiene la
suerte de contar con ingeniero agrónomo propio y esto les permite trabajar con más
independencia de la oficina, en el momento se tienen actividades de espárragos en Bogotá,
Cartagena, Barranquilla, Cali y Medellín, aunque el espárrago es un producto costoso y de
exclusividad que dependen mucho de los restaurantes. La suerte de los espárragos es que se
puede programar la recolección, sí no necesitan espárragos se puede dejar que la semilla
crezca. En este momento se viene creando la asociación de apicultores, viendo la cantidad
de abejas que han muerto, que han aparecido 7 productores que se han asociado con la
dependencia de Desarrollo rural, hemos propuesto que nosotros les asesoramos la
construcción de la asociación e íbamos a participar en una ruta ecológica para qué allí se
tengan a las abejas. La administración municipal prestará el espacio en alguno de nuestros
bosques para qué allí la asociación instale unas colmenas buscando así reproducir esas
colmenas y regalar a los apicultores nuevas abejas y se reproduzcan nuevos enjambres que
apoyen la polinización del municipio. Sin abejas no hay café, ni frutales, y son las
encargadas del fruto. Ya iremos esta semana al predio para adecuarlo (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020).
La última pregunta para la oficina de la UMATA se hizo sobre el interés de conocer qué
asociaciones existen en la actualidad en el municipio de Anserma. A la fecha, las
asociaciones de mayor fuerza son las de plátano, las de café orgánico, y la agremiación de
la Cooperativa de Cafeteros de Anserma que más adelante tendrá un apartado especial.
Por otro lado, por la naturaleza de los cultivos de aguacate en el municipio, no se prevé que
este producto agropecuario desarrolle formas de asociatividad ya que por su naturaleza las
más de 700 hectáreas sembradas son agrupadas en 4 empresas agropecuarias con presencia
en Medellín.
Vivero Municipal
Inicialmente, el vivero municipal no fue una opción entre los actores de interés de este
ejercicio. Por la naturaleza de su objetivo, el conocimiento de la consolidación de la nueva
estructura agraria no encontraba una pertinencia del vivero municipal para estos fines. En el
recorrido de campo conversando con campesinos, y agricultores, pude percibir que el
proceso de transformación agropecuaria del municipio ha pasado por un aumento en la
pérdida de bienes forestales dentro del área rural. Ello ha significado un aumento de la
deforestación en las diferentes fincas, haciendas y áreas protegidas. En la reflexión que me
ha permitió el campo pude aprender algunos elementos que explican este fenómeno: El
fortalecimiento del Sistema Agroindustrial ha traído consigo una modificación en las
prácticas tradicionales en la producción agropecuaria. La orientación de la extensión
agropecuaria de las nuevas prácticas ha construido un nuevo paradigma en el cual los
bienes forestales y los cultivos son dos elementos que se confrontan. La salida, al menos de
la extensión en el medio rural, ha sido la de desincentivar la protección sobre los bienes
forestales, y hacer para el café, el plátano y el aguacate, una necesidad las sombras en las
plantaciones.
Sobre lo anterior hace referencia Alberto Castaño, coordinador del vivero público y quien
ha tenido una tarea crucial en el municipio:
Entrevistado: El vivero municipal de Anserma tiene por función hacer una reproducción
de las plantas nativas del municipio. Hacemos especial interés en reproducir plantas que son
propias de la región y a que a los campesinos les gusta sembrar. Entre las plantas que más
reproducimos son los Guamos Machete, Guamos Santafereños, Yarumo blanco y negro,
Quiebrabarrigo o Nacedero, Platanillo o Heliconias, Guadua, Nogal cafetero, Cedro,
Guayacán y Cordoncillo. Después de nosotros tener un árbol de tallo de 30 centímetros en
la bolsa ya podemos ir a repartir gratis entre las personas que lo deseen (A. Castaño,
comunicación personal, 28 de mayo de 2020).
Dentro del vivero, árboles que se reproducen para el uso municipal sobre dos grandes
grupos: árboles de vocación como la maderera, el nogal cafetero, el cedro, la guadua;
árboles ornamentales como el guayacán y el platanillo o heliconias; árboles protectores de
las fuentes de agua y los acueductos como el Quiebrabarrigo o nacedero; y árboles frutales
como el guamo. Entre las propiedades de las diferentes clases de árboles existentes es que
todos ellos son de la región y se adaptan de manera rápida al trasplantado.
II
Entrevistado: Ay, básicamente estos árboles se los lleva la alcaldía municipal. Ellos tienen
un programa de siembra y van ubicando árboles en espacios que encuentran en el casco
urbano o cerca de las carreteras y caminos veredales. En una vía rural que comunica con el
municipio de Risaralda, Caldas se tiene proyectado plantar cerca de 10.000 guayacanes y
hacer un paseo de guayacanes a su paso. Tristemente los campesinos por acá no vienen aun
cuando los árboles son gratis. Se hacen campañas por la radio para que vengan por un árbol,
pero es difícil porque vienen muy poca gente. Los árboles que no se lleva la alcaldía se los
llevan a veces los grupos interesados en mejorar el acueducto de su vereda. También a
veces yo uso los domingos para irme a sembrar con mi familia y vamos por las veredas
buscando las canchas veredales para sembrar árboles alrededor de estos espacios (A.
Castaño, comunicación personal, 28 de mayo de 2020).
En la visita al vivero municipal se notó que dentro de las instalaciones existe gran número
de árboles en posibilidad de trasplantados. Los deseos de la alcaldía por hacer programas de
siembra no son suficientes para llevar los árboles reproducidos a su destino final. En el
casco urbano para los grupos de siembra de alcaldía cada vez son menos los espacios
disponibles y entre los caminos veredales igual. Muchos árboles por plantar y poco espacio
para hacerlo.
III
Investigador: ¿Cómo ve las cosas para el vivero municipal en la actualidad?
“Ganarse a los dueños de las fincas” es la apuesta que propone el encargado del vivero
municipal. Este ganarse supone pedagogía con campesinos, agricultores, productores
agropecuarios, y jornaleros, para hacer una educación extensiva donde los pobladores
replanteen su idea de que cultivos y arborización son enemigos. Por el contrario, como
ejemplifica el funcionario, un árbol es regulador del nitrógeno de las plantaciones, porque
el árbol puede extraer el exceso de este que ingresa a los suelos.
La agroecología o los cultivos agroforestales para el café y el plátano, son la apuesta para la
adopción de los cultivos a los retos del cambio climático. En el ejercicio en campo existe la
percepción de que aún instituciones fundamentales para la agricultura en Anserma como el
Comité Municipal de Cafeteros aún no ha tomado al cambio climático como parte esencial
de la agenda. Es necesario trasladar la adopción agrícola al cambio climático de la manera
más pronta. Entre los pobladores se resalta la intensidad de las jornadas de calor de los
últimos años, un intenso verano, sumado a una ausencia de las lluvias, genera mayor
vulnerabilidad a los productores agropecuarios. La pérdida de las cosechas se ha hecho
inminente con los cambios en los climas y la disminución de las precipitaciones. Bajo este
panorama el hambre y la pobreza campea en un espacio donde aún nadie ha querido poner
en el centro de la agenda los riesgos frente al cambio climático.
IV
Investigador: Más allá de la siembra, ¿en qué otros elementos podrían vincularse la
población?
Entrevistado: Otro aporte qué puede hacerse es el de las semillas. Que las personas nos
donen semillas y nosotros las cuidamos acá, porque nosotros no podemos hacer grandes
embolsadas porque no tenemos la semilla suficiente para darle vida a los árboles. Con
semillas podemos embolsar lo más qué podamos, cuando se vaya a embolsar se necesita
mucha gente que se involucre. Estos programas dependen mucho de la voluntad del
gobernante de querer hacer las cosas. Nosotros por la radio lanzamos un mensaje para
recibir colaboración, pero todavía no nos han dado la mano. Este es el único vivero de
Anserma donde todo es gratis, el éxito está en que las personas se vinculen y participen de
las actividades qué tenemos en el proyecto (A. Castaño, comunicación personal, 28 de
mayo de 2020).
En este ejercicio se dialogó con el señor Diego Arias de la Vereda San Pedro de Anserma
en su finca llamada El Rubí. Ello sucedió en el mes de marzo en su propiedad y en donde
compartió algunas ideas. Su aporte fue relevante ya que el señor Arias dedica su finca a la
producción del café y del plátano. Su finca es administrada en compañía de su familia, su
esposa y sus hijos tiene un lugar especial dentro de su producción. En los últimos años el
señor Arias ha decidido generar un valor agregado sobre su café, generando en su finca una
pequeña industria de molido y empaque de café.
Entrevistado: Hace cuarenta años trabajo aquí. En ese entonces era muy fácil tener un palo
de café. Una persona podía tener palos de 60 años. En ese entonces el café se sembraba a
cuatro metros de distancia, podamos con escopeta como digo yo. Un palo que alcanzaba
dos metros cincuenta de alto. Uno cabía por debajo de café. Un palo de café en esa época
podía dar aproximadamente una arroba del café por año de pergamino seco. Yo me
pregunto: ¿Dónde está la productividad? En una hectárea se sembraban 2.500 palos de café,
con eso se podían obtener 2.500 arrobas. Que alguien me diga qué caficultor en la
actualidad saca más de 150 a 200 arrobas de café en una hectárea. ¿Dónde está la
productividad? No la encuentro. Lo único que elevaron fueron los costos de producción. Se
nos dijo que se cambiaran las variedades que solo servían para que el agricultor consumiera
mayores venenos y abonos químicos que enriquecieron unas burocracias que llaman
“Institucionalidad cafetera” ¿dónde están los ricos? La mayoría de caficultores están pobres
con el café (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de 2020).
II
Investigador: Además, que la diferencia entre árbol y árbol del café permitía otras
siembras en el espacio de la tierra.
Entrevistado: Sí, se acabó con muchos cultivos. Se tenían naranjos, plátanos, bananos,
aguacates, usted podía sembrar maíz, frijol, se tenía la huerta. No se compraban huevos
porque las gallinas ibas por ahí, no se encorralaban las gallinas, pero se producía maíz para
alimentar las gallinas, no se compraba concentrado para las gallinas. Se manejaban muchas
cosas, se podían tener sus cerdos para comer en la casa, engordar conejos, mire que todo
eso dentro de la famosa tecnificación de la humanidad lo único que han hecho es
empobrecer al agricultor. Lo pusieron a producir el café para que se lo paguen bien barato y
vaya compre cosas bien caras en la galería (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de
2020).
Estas tres políticas trajeron consigo una serie de consecuencias sociales que ha venido a
pasarnos factura en la actualidad. 1) La densidad de siembra ha quitado fertilidad a los
suelos producto de su uso intensivo. 2) Eliminar los árboles ha eliminado el equilibrio
ecológico del ambiente y ha impactado sobre nuevas plagas de la plantación 3) el
monocultivo del café ha llevado a los campesinos y agricultores a un grado mayor de
vulnerabilidad.
Esta dependencia por el cultivo del café que se propició desde los años setenta y ochenta ha
ampliado la pobreza entre campesinos y agricultores de la región. El costo social del cultivo
del café trae consigo un aumento directo sobre el costo de vida de la población rural del
municipio, una mayor vulnerabilidad al hambre y la desnutrición, y una estructuración del
desempleo en el área rural debido a la ausencia de cultivos temporales. La dependencia ha
condicionado al empleo agrícola, haciendo oleadas de gran demanda laboral así grandes
épocas de desempleo estacional. De igual manera los campesinos y agricultores han
perdido estrategias al desarrollo rural producto de la incapacidad de su autonomía.
III
Investigador: Vender barato para tener que los comercializadores tengan mayores
ganancias
Entrevistado: Claro, lo único que lograron en este país fue que lograron colocar un ser
humano que vendiera materia prima, en este caso café. Así ellos se lo llevan y se
enriquecen afuera. Aquí el productor no se enriquece. Se dice que se está pagando muy bien
el café, hace 22 años, demostrado con facturas, el café estaba a 90 mil pesos la arroba, hace
22 años. Y hasta ahorita, el café estaba a 85 mil pesos la arroba. El costo de vida había
subido, un 140% por ciento. Antes una libra de arroz valía 140 pesos y hoy día una libra de
arroz está valiendo 1800 pesos. El costo de vida aumenta a una dirección distinta de como
aumentan los precios del café. (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de 2020).
IV
Investigador: En los últimos meses el café ha tenido muy buen precio, ¿cómo le ha ido con
la venta de café?
Entrevistado: El café más o menos tuvo mucho auge en la bonanza cafetera, justo cuando
Alfonso López fue presidente, más o menos en 1974, yo ya tenía 17 años más o menos.
Recuerdo que una arroba de café valía 1800 pesos y en el 1975 que arrancó la bonanza
cafetera pasó la arroba de 1800 pesos a 7300 pesos Fue en mejor precio que tuvo el café en
la historia. ¿Por qué? Porque ese precio fue el más alto en la historia, pero resulta que el
campesino en ese entonces no utilizaba abonos químicos, producía mucho café y no tenía
que comprar insumos para plagas, ni roya, ni broca, la misma naturaleza tenía su ciclo de
protección. El campesino producía de todo en su finca. Desde la huerta, plátano, aguacate,
cítricos. En el 75 llegó la moda de que usted sembrara el café hasta la puerta porque con eso
iba a la galería a comprar la comida. Resulta que ese fue el mayor empobrecimiento del
campesino ya que lo pusieron a mercar en el pueblo. (D. Arias, comunicación personal, 20
de abril de 2020).
En los últimos años el precio del café no ha sido favorable. En los procesos de aculturación
a los que fueron expuestos los productores de café a nivel mundial, existe un resignado
sentimiento de precio en su cotización. A partir de la desintegración del Pacto Internacional
del Café de 1989, los cafeteros han tenido que ver como los precios disminuyen y son los
grandes abastecedores quienes regulan su participación. Este proceso nunca ha actuado por
concentración entre productores y consumidores del grano, la participación de los
productores ha estado ajena y en los últimos años parece que el problema tiende a
agudizarse.
Entrevistado: Nunca, no se logró mayor productividad. Hoy en día un café tiene una
durabilidad de 5 años, luego hay que volver a zoquearlos o sembrar nuevo. Lo que hicieron
fue invadir los suelos de café sembrados a 80 centímetros y lo que están generando es que
están agotando los suelos. Esa “productividad” es un engaño. Sí se maneja técnicamente se
produce para la compra de los insumos. Es un ciclo que se repite, y que se repite.
Actualmente al país le da espalda a los campesinos, se necesita sembrar comida de
pancoger, sembrar plátano, aguacate. El problema es grande porque el agricultor es bueno
para producir, pero no para vender. No les interesa que el agricultor sea un vendedor porque
se les daña el negocio a los especuladores y a los intermediarios. (D. Arias, comunicación
personal, 20 de abril de 2020).
En la entrevista el señor Arias establece una relación importante entre los procesos de
modernización y consolidación de la inseguridad alimentaria. La renovación de cafetales
conllevó la eliminación de los cultivos temporales o de pancoger como el frijol, el maíz, y
permanentes como el aguacate papelillo, e intensificó la explotación del café. Esta
modernización generadora de hambre ha puesto en mayor exposición a la desnutrición a la
población rural del municipio. El acceso a los alimentos se trasladó de la producción propia
al mercado, y la política alimentaria ha tornado a la agroindustria, las industrias
alimentarias y a la especialización.
En la región del occidente de Caldas es posible hacer una reforma social conducente a una
nueva política alimentaria. La región está en capacidad de sembrar maíz y frijol al calor del
café, apoyar la producción de diferentes frutales y vegetales y dar una seguridad alimentaria
a los productores agropecuarios desde huertas locales. Este proceso pasa por el estímulo y
fomento del Estado, así como de la integración de la sociedad en su comercialización y
compra.
VI
D: Yo fui fundador de una asociación, pero me salí. Las asociaciones y las cooperativas
están montadas para qué trabajemos para ellos. Por ejemplo, las cooperativas es una
cantidad de socios, ejemplo la cooperativa de caficultores; son una cantidad de socios
dueños de la empresa pero los que se lucran los administradores y funcionarios de esa
cooperativa y no los dueños. A usted como dueño no le aprueban un crédito, no le hacen un
adelanto, no le colaboran, pero al empleado le prestan todo lo que necesite, para comprar
finca, carro. A los asociados no se les genera un solo interés sobre un capital que tiene
ahorrado, un solo interés, sí yo necesito abono, me lo prestan a un año, pero con interés. Al
año me duplican o me triplican el interés, siendo el asociado el dueño de la empresa. Lo
mismo ocurre con las asociaciones de productores donde dos o tres trabajan, se monta una
junta directiva y trabajan el presidente, el vicepresidente y el tesorero y los demás no
aportan y solo espera que se le consigan beneficios. Por eso yo me salí. Lo único que hacen
es quitarle tiempo y dinero. A la asociación no le llegan recursos y los demás creen que se
pierde. A nosotros nos pagan muy poco y ellos ganaban 2 dólares más por arroba. Me
pregunto: ¿Quién se quedaba con la plata? Luego se acabaron las certificaciones y ya nos
pagaban desde la venta de nosotros, llegó un momento en que el café de nosotros es que
genera pérdidas. No es posible que un café orgánico del tal calidad genere pérdidas. Todo
eso me llevó a decir qué no más (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de 2020)
Entre los campesinos y agricultores con los que se ha conversado existe una imagen
desfavorable de las asociaciones, especialmente sobre la Cooperativa de Caficultores de
Anserma. La razón principal que manifiestan los productores es que identifican que las
cooperativas han olvidado los principios del cooperativismo y se han centrado en la
participación del agronegocio. Este tránsito en los intereses de las cooperativas lleva a una
desfiguración de la economía solidaria que da vida a las cooperativas y excluye a los
campesinos y agricultores de diferentes beneficios. La sociedad civil debe priorizar el
desarrollo de las asociaciones de campesinos y productores para generar dentro de ellas una
serie de dinámicas que beneficien los diferentes partícipes de la actividad agrícola. Con una
asociación de productores es posible establecer una reserva alimentaria que aporte los
alimentos suficientes en épocas de carestía. Una asociación de productores puede impactar
de manera directa en las industrias de la alimentación que un productor de manera
independiente tiene más dificultades de alcanzar. También las asociaciones tienen una
participación directa en el desarrollo, así como en sus diferentes acepciones: desarrollo
social, desarrollo económico, rural, desarrollo agrario, desarrollo participativo, desarrollo
sostenible, desarrollo de la comunidad.
En este apartado se participó con la colaboración del señor Marcos Ladino, propietario de
la finca El Pensil de la vereda El Horro. En esta conversación se intenta conocer acerca de
las vocaciones de su propiedad, los problemas que identifica y qué actividades realiza y
piensa realizar a futuro.
Entrevistado: Estamos en una finca de 5 hectáreas, acá la finca está sembrada propiamente
en café y plátano. En la actualidad tenemos cerca de 8.000 árboles de café y cerca de 800
matas de plátano. En los planes tenemos pasar a 10.000 árboles de café y 1.000 matas de
plátano. Cerca de la parte alta de la finca tengo unos árboles de aguacate papelillo, unos
árboles de mango, en la casa también tengo un espacio para beneficiar el café. El café está
divido por lotes, pero ningún lote pasa de 7 años. No me dejo coger ventaja y mantengo
limpiando y zoqueando cuando me toca (M. Ladino, comunicación personal, 10 de abril de
2020).
II
Investigador: ¿Cuáles son los mayores retos que tiene en el manejo de su finca?
Entrevistado: Acá lo más difícil es encontrar personas para recoger la cosecha de café y
pagar los créditos con los bancos. Debo al Banco Agrario de Colombia cerca de 20 millones
de pesos y ahora como no hay café siempre se ve uno muy alcanzado. Lo otro es que a
veces me veo en dificultades para encontrar quienes cojan el café porque la producción se
viene de golpe y no me da con la gente con que cuento. Lo demás la finca me ayuda para
vivir aun cuando yo vivo en el pueblo. Puedo tener una vida tranquila, y gracias a ella como
y tengo buena vida, la verdad. Tengo un agregado al que hay que pagarle y a veces me veo
en dificultades para ponerlo a hacer algo porque no siempre hay trabajos pendientes, así que
me toca que llamar a mis amigos para ver si me lo reciben en otras fincas sí tienen algo que
hacer allá (M. Ladino, comunicación personal, 10 de abril de 2020).
En los productores agropecuarios con predios con una extensión de 5 a 10 hectáreas existe
una mayor rentabilidad en su actividad. Aun cuando aumentan significativamente los costos
de producción de la finca, existe una mayor ganancia de la cosecha cafetera y el corte de
plátano. El señor Ladino es un propietario ausente de su finca, reside en el casco urbano del
municipio, pero constantemente llega a la vereda para avisar al agregado de las tareas de la
semana. Obtiene créditos con el Banco Agrario de Colombia y el crédito agrícola es una de
sus mayores preocupaciones, aun cuando el banco agrario ofrece créditos con intereses
menores a la banca comercial, es consciente de que los intereses minan la ganancia de su
actividad, le preocupa significativamente al señor Ladino, que su café se madure en exceso
dada la incapacidad del personal con que cuenta para recoger la cosecha, así el señor
Ladino se ve en necesidad de convocar a los miembros de la familia del agregado aun
cuando utiliza menores de edad, trabajo infantil¸ para realizar tales fines.
III
Entrevistado: “Bien, yo le pago a él muy bien. Él se gana 35.000 pesos por jornal y casi
todos los días de la semana lo tengo ocupado en el trabajo. A veces me veo sin dinero y no
puedo darle trabajo así que me toca que liberarlo para que vaya a trabajar a otras fincas. Yo
no puedo darme el lujo de pagarle las prestaciones sociales porque no me alcanzaría, yo le
doy una liquidación a fin de año de 200.000 pesos por el tiempo que estuvo trabajando en el
año. Prácticamente aquí se le da trabajo todo el año y se está ocupado porque lleva una
finca demanda mucho trabajo” (M. Ladino, comunicación personal, 10 de abril de 2020.)
Entre los dueños de fincas del municipio existe una mayoritaria concentración del pago en
negro de sus agregados y trabajadores. Existen dos formas de salario: el primero, el pago al
jornal donde el dueño de la finca determina un salario de acuerdo a las condiciones
salariales de la región. El jornal es usado para realizar la zoca de café, que demanda una
serie de trabajadores adicionales, también para sembrar café y plátano, abonar y fumigar la
plantación, así como para el lavado y beneficio del café. Por otra parte, existe una forma de
pago al contrato donde el dueño de la finca pacta con un trabajador el pago al destajo para
desarrollar una actividades específicas como embolsar plátano, guadañar los lotes, o limpiar
los surcos. Dentro del pago al jornal y el pago al destajo la retribución del trabajo se hace
en efectivo y no contempla el pago de la seguridad social ni de las prestaciones sociales.
En los últimos años el empleo ha cedido el espacio entre la población rural. Realidad de la
que ni los agregados se escapan. Para los administradores de las fincas se torna complejo el
panorama laboral marcado por un desempleo estacional, debido a la usencia de cultivos
rotativos.
4.3 Trabajadores Agrícolas (jornaleros, agregados, caseros, aparceros)
En este apartado se intenta dar voz al trabajo agropecuario. Como hemos visto, existe una
desarticulación entre la propiedad de la tierra, y los trabajadores de la tierra. Ello ha
conducido a una profunda desigual en la cual, quienes están labran la tierra no son los
propietarios de la tierra que labran. La creciente proletarización del trabajo agrícola expresa
también parte de nueva estructura agropecuaria que hemos intentado representar. En
adelante, se ofrecen las opiniones de los trabajadores agrícolas.
Es necesario recordar que dentro de las relaciones sociales del espacio rural en el
departamento de Caldas existe una clasificación de tres grupos de trabajadores agrícolas.
Por un parte, están los agregados o administradores quienes por función tienen la
responsabilidad y seguridad de la tierra entregada. El agregado del occidente de Caldas
garantiza que los recolectores recojan la cosecha de café y se encarga de lavar y entregar el
café cosechado. Por otra parte, los jornaleros, o brazeros, han tenido por función el recibir
una serie de responsabilidades como el deshierbe o limpia de la finca, la poda y zoca de los
árboles de café, así como el embolsado en el cultivo del plátano. El jornalero o brazero
recibe un salario, como hemos explicado anteriormente, y no alcanza mayores
responsabilidades con el dueño de la tierra. Por último, el casero, quien se encuentra en la
posición inferior de las relaciones laborales en la agricultura quien ha sido designado para
vivir en una casa del dueño de la tierra sin vinculación laboral directa. El casero
ocasionalmente es convocado a las actividades laborales dentro de la finca y su subsistencia
se da por “el rebusque” dentro de diferentes fincas en el extrarradio de la finca que habita.
Investigador: ¿Qué otros cambios han sentido con las formas de trabajar antes?
Entrevistado: Anteriormente la gente cultivaba mucho, era muy fácil ver en las fincas que
la gente se animara a sembrar maíz, frijol, entonces por eso había también más trabajo para
el jornalero. Antes el maíz hacía dar muchos trabajos, había qué aporcarlo e ir por la
cosecha, y todo eso come jornales. Yo cultivé mucho maíz y mucho frijol. El frijol Diente
Caballo era una semilla muy buena, no se necesitaba abonar y se venían unas cosechas muy
buenas. Del mismo maíz nacía la semilla para sembrar, a mí me tocó ver cómo llegaban a
desgranar una mazorca y de allí salían muy buenas semillas. Con el frijol era igual, de los
propios cultivos se sacaba la semilla, se dejaba secar y ya se buscaban las mejores semillas
y se sembraba. Antes sin sembrar se daban cosechas muy buenas. (D. Gutiérrez,
comunicación personal, 14 de junio de 2020.)
Anteriormente la gente acostumbra a podar los palos de café, no se dejaba crecer mucho el
árbol y por lo general el café estaba bajito. Así no se necesitaba renovar porque los árboles
así duraban mucho y podían durar hasta 50 años sin eliminar. Lo único era limpiar los
cafetales haciendo el desyerbe necesario. Un contratista en una finca de 10 hectáreas o
menos podía tener hasta 15 trabajadores jornaliando diferentes épocas del año, unas veces
en la limpieza y otras cogiendo café
En la actualidad, cada vez son menos las fincas que deciden cultivar cereales en momentos
de crecimiento del café. Este desplazamiento de los granos como el frijol y el maíz de la
estructura agropecuaria municipal ha afectado significativamente al empleo agrícola y a los
jornaleros o brazeros. Hasta hace algunas décadas los cereales tenían una participación
significativa en la vocación agrícola municipal. Sin embargo, la introducción de prácticas
de cultivo intensivas ha desplazado a los granos de su estructura central para posición
cultivos de mayor interés como el café, el plátano y el aguacate como hemos podido
apreciar. Los jornaleros o brazeros encontraban en los granos una fuente de empleo
constante. Al ser un tipo de cultivo intersemestral las demandas de abonado y de cosechado
son permanentes. Estos cultivos, además, ampliaban el acceso a los alimentos para los
trabajadores agrícolas así como a los propietarios de las unidades de producción
agropecuaria. En la actualidad existe una estructuración donde el ingreso real del trabajador
agrícola viene en caída, y con mayor vulnerabilidad dada la pérdida.
II
Entrevistado: Jornaliar es ir a trabajar a una finca un día e irse para la casa, se contrata día
a día, y no se tiene responsabilidad de nada. Jornaliando uno puede hacer diferentes
actividades: pueden ponerlo a coger el machete y limpiar la finca, ir a coger café, fumigar,
abonar. Yo trabajé mucho tiempo jornaliando en fincas de ganado, después tuve un
accidente y me dediqué a jornaliar en el café. Después se me volvió muy difícil trabajar con
animales.
Yo empecé a trabajar en las fincas desde los 10 años, empecé con el ganado hasta hace 30
años qué tuve el accidente. Trabajé en fincas muy grandes, allá había espacio para 1.000
cabezas, había unas 1.000 hectáreas más o menos, en las fincas de ganado me tocaba
ordeñar, vacunar el ganado y pasar a revisar cómo se encontraba el ganado, todos los días
había que ir a revisar a los animales. (D. Gutiérrez, comunicación personal, 14 de junio de
2020.)
También me dediqué a la arriería, me dedicaba a alzar carga a las bestias y llevarlas.
Andaba con unas 15 a 20 mulas con las cosas qué debiese de cargar, a veces llevaba café, y
madera rastra. Solo qué la arriería está muy acabada, como ahora casi todas las veredas
tienen carretera y fue más fácil para la entrada de los carros.
III
Investigador: ¿Qué trabajos son los más difíciles de hacer entre las actividades de la finca?
Entrevistado: A los trabajadores no les gusta trabajar cuando no hay buen café. Cuando el
café se está acabando, la gente es aburrida porque les da lidia sacar un jornal. Cuando los
“graneos” están pequeños ellos prefieren irse a limpiar y trabajar al día, en cambio sí van a
coger esos “graneos” eso es “kiliado” y a veces no alcanza a valer el día. Un día o un jornal
completo vale 32.000 pesos para los trabajadores. “Kiliando” a veces puede ser difícil
porque a veces no llega a los 40 kilos, hay días de 20 kilos, en esos “graneos” es normal
que se pague a 600 pesos: entonces por un graneo de 20 kilos ganaría 12.000 pesos o por 40
kilos ganaría 24.000 pesos, menos de lo qué vale el día. Así la gente se aburre mucho. A
veces es difícil qué los trabajadores hagan esos “graneos” y toca qué subirlos. Hay patrones
qué no son conscientes y no lo hacen, hay otros que sí. Por aquí la mayoría es “kiliado” más
allá de qué haya buen café o mal café, donde yo trabaja antes esos “graneos” eran
“kiliados” buenos o malos, a 600 pesos el kilo, así cogiera 20 kilos. Ganándose 12.000 o
18.000, la gente casi no le pone cuidado a esos “graneos”.
Pero aquí el que más pierde es el dueño de la finca porque sí esos “graneos” no se cogen la
finca se llena de broca, sí “graniando” cada 20 días hay broca, donde usted deje esos granos
eso va llamando las plagas. El café se seca, se pone primero sobre maduro y así tiene fácil
la entrada del mosco al fruto. Al dueño de la finca le toca ir haciendo el “Rere” o un repaso
constante cogiendo los “graneos” de café. Pero para la gente es muy duro venir por 12.000
o 18.000 pesos, es qué no alcanza a pagar el día. A mi antes me tocaba, pero eso es muy
duro. Yo antes qué era jornalero prefería trabajar al día cuando eran esas cogidas. (D.
Gutiérrez, comunicación personal, 14 de junio de 2020.)
Aun cuando las jornadas en las fincas inician con los primeros claros de luz, los
trabajadores manifiestan que “gracias a Dios hay trabajo”. Es una situación en la que no
sienten garantías de manifestar algún tipo de inconformidad con su patrón de corte. Están
atados a un salario variable que los deja al margen de cualquier garantía. Los pagos por
productividad liquidan su posibilidad de ingresos y les hacen dependientes del dueño de la
finca. La pobreza es el derrotero de los trabajadores agrícolas y se encuentra como una
situación permanente en el tiempo.
IV
Investigador: En el tiempo de pocos trabajos en las fincas, ¿cómo se pagan los jornales?
Entrevistado: En estas épocas tenemos pequeños pedazos de café por coger o graneitos, así
el trabajo se paga al contrato. Cuando el café está poco se paga al día o del jornal completo.
Las fumigadas se pagan al día o jornal completo, el trabajo de azadón se paga al contrato,
allí el qué hace el jornal dice al dueño de la finca en cuantos jornales puede hacer un
trabajo. Un lote se divide, y el dueño de la finca le pregunta al trabajador: ¿En cuántos
jornales me hace el trabajo de este lote? De trabajador a trabajador es distinto porque a unos
les rinde más. Hay unos de golpe muy seguido. En cosecha de café a los trabajadores les va
muy bien porque todo es al contrato. Cuando no hay café ya no les va tan bien porque a
veces en lo que cogen de café no alcanzan a sacar el jornal. El café son dos meses buenos,
lo que se haga en esos meses. Ahora de pronto la cosecha está larguita y puede ser hasta de
tres meses. Cuando nosotros tenemos dos florecidas buenas estamos hablando de qué el
café se va a venir de una, pero cuando son florecidas así larguitas como ahora sabemos qué
la cosecha va a ser más larguita. Las florecidas en los lotes nuevos son mejores. A la gente
le gusta trabajar en un lote bajito porque allí les va más bien. (D. Gutiérrez, comunicación
personal, 14 de junio de 2020.)
Como anteriormente se explicó, la vinculación laboral “por contrato” garantiza el valor del
salario en relación al rendimiento de la actividad laboral. Al contrato, a los “trabajadores les
va muy bien” porque un solo recolector puede alcanzar hasta 250 kilos de café en cereza
recogidos en los mejores lotes. La ganancia de las “buenas semanas de la cosecha” entran
en oposición por la paulatina bajada del salario en las demás épocas del año.
Investigador: Tanto que ha trabajado en fincas, ¿no piensa en qué no tiene la propia?
Entrevistado: No la verdad es que no, pero sería muy bueno. Conseguirla es muy difícil
porque para tener una finca se necesita tener mucha plata. Hay gente qué es de buenas y le
resultan negocios, pero pocas veces pasa. Una persona qué trabaje del jornal o sea agregado
jamás podrá llegar a ser luego dueño de finca. Ganándose la lotería tal vez. Además, uno si
mucho puede tener 0,5 hectáreas, o 1 cuadra, pero no puede llamarse una finca, sí cultiva y
luego va a renovar termina aguantando hambre. La mayoría de personas que tienen finca es
porque fueron herencias. Casi todas las personas que viven en el campo no son dueños de la
tierra donde viven, la mayoría son agregados, caseros o solo tienen una casa sin tierra. Los
caseros son los que viven en la casa y cuide, pero no tiene qué entenderse con nada. Los
dueños de las fincas no viven en el campo sino en el pueblo, solo las fincas más pequeñas
son las que viven en ellas. Los que están comprando finca son los jornaleros que se fueron a
trabajar de gota a gota al Ecuador y Chile. Mis amistades manejan fincas, agregados en
fincas grandes y pequeñas, pero ninguno es dueño de la tierra. Mi amigo de Rancho Grande
manejó 200 hectáreas, y como él muchos, no todas fincas grandes, pero sí de 20 hectáreas o
de 10 hectáreas. (D. Gutiérrez, comunicación personal, 14 de junio de 2020.)
Un pesimismo generalizado existe entre los campesinos sin tierra y los trabajadores
agrícolas. La política de tierras ofrece pesimismo entre nuestros trabajadores agropecuarios.
El movimiento campesino por la tierra quedó en el pasado, aun cuando ANUC y el
INCORA desarrollaron un gran esfuerzo por la titulación, ahora todo ello ha quedado en el
olvido y con justa razón. Campesinos sin tierra no avizoran un cambio social, el
movimiento social fue acallado. En la actualidad el cambio social es un compromiso por
cumplir. La formulación actual de la política de Desarrollo Rural ha aislado a los procesos
de la adjudicación de tierras, y sin titulaciones es imposible hablar de un proceso de
cambio. Las políticas actuales han venido a profundizar la condición de exclusión de
nuestros agricultores y campesinos, sus salidas son pocas y el tiempo no da más esperas.
5. CONCLUSIONES
Conclusiones
La estructura agraria bimodal es una explicación de las tendencias que se configuran dentro
de las relaciones de la propiedad rural en América Latina, y en el caso especial de
Colombia. En ella, como explica Machado, existe un predominio de una concentración de
la tierra, la gran propiedad acapara parte importante del total de la tierra disponible, sin
embargo existe a su vez una fuerte presencia de ínfimas propiedades rurales en el mismo
espacio rural disponible.
Un logro del desarrollo rural involucra pues una integración efectiva de la población rural a
la estructura social de la que hacen parte. Partir de una democratización de la propiedad es
el primer paso, en él se construye el tejido social que da forma a un desarrollo de las
asociaciones y de la comunidad.
Dentro de las actividades que mayor rezago han adquirido en los últimos años podemos
destacar especialmente actividades de tipo agrícola. Los cultivos temporales de la actividad
agrícola han sido los mayores excluidos dentro de la consolidación de la nueva estructura
agropecuaria. Como colectividad, los cultivos temporales han sido los mayores afectados
por las estructuras de la tenencia de la propiedad, el distanciamiento del Estado de la
actividad agrícola, y el mayor subordinado de la actividad del mercado y de la
desregulación.
Entre la segunda mitad del siglo XX y finales del siglo XX, la actividad de los cultivos
temporales tuvo gran vigencia dada la presencia del Estado en las relaciones productivas,
así como por las formas de concertación de la actividad agrícola. Pactos como la aparcería,
el comodato, la adjudicación, de manera indirecta trajeron consigo un desarrollo colateral
de la actividad de los cultivos temporales o estacionales. Lo anterior nos ofrece rutas de
aprendizaje para la comprensión del anterior éxito de cultivos como el maíz o el frijol. Sin
embargo, las transformaciones en la actividad productiva, las lógicas del mercado, la
desregulación del Estado y las nuevas formas de contratación de la fuerza de trabajo, han
podido dar explicaciones del gran retroceso que los últimos treinta años vienen a explicar
los cultivos temporales.
En Anserma Caldas, como nos enseña el profesor Absalón Machado, han incursionado en
las lógicas de la estructura agropecuaria nuevas relaciones de conflicto. Sumado a las
históricas relaciones de conflicto de latifundio-minifundio, en la municipalidad han
emergido un sistema agroindustrial emergente donde las agroindustrias, el capital, y las
empresas agropecuarias, vienen dando sus pasos. No es posible aun decir que la actividad
agroindustrial subordina a la tenencia sobre la propiedad, no existen las condiciones del
socioeconómicas para su superación, sin embargo el crecimiento de la actividad
agroindustrial vienen capturando espacio de la clásica estructura agraria en las relaciones de
tipo local. Es necesario hacer claridad de que la presencia del sistema agroindustrial es
heterogénea. Su desarrollo no ha sido asimétrico y ha venido a orientarse por relaciones de
sistemas agroindustrias e industrias de la alimentación.
Dentro de las relaciones del sistema agroindustrial, sistemas agroindustriales del café, la
caña de azúcar, el aguacate, el plátano y los frutales, quienes han podido reconfigurar las
lógicas y las estructuras de la actividad municipal. Estos sectores agroindustriales han
venido a concentrar el flujo de capital, la renta absoluta y la renta diferencial, han cooptado
la fuerza de trabajo, y han sido las acaparadoras del capital fijo. Son un agente histórico de
cambio que ha logrado transformar las raíces de la clásica estructura agraria. Sus cambios
han generado una serie de expulsiones que han afectado los diferentes agentes de la
estructura social: no solo campesinos y pequeños productores, sino también grandes
latifundistas y herederos ausentistas. En el pasado comentábamos la presencia importante
de la aparcería y las relaciones de dominio de los propietarios sobre los campesinos sin
tierra, por ahora aparecen como parte de un pasado.
No queremos decir que en la actualidad los sistemas agroindustriales son los agentes
históricos hegemónicos de las relaciones productividad dentro del municipio, no existen las
condiciones para tales aspiraciones. Los sistemas agroindustriales encuentran freno en las
comunidades campesinas y en los pequeños productores que se resistir a dejar sus
actividades productivas. Aun a costa de la pobreza extrema, las comunidades campesinas
no han logrado configurar una plena proletarización. La proletarización, o el despojo
absoluto de las relaciones de propiedad, aun no es proceso distante. Las relaciones
culturales, y la ausencia de oportunidades efectivas de las comunidades campesinas, y
campesinas sin tierra, han sido las mayores explicaciones de comprender de que aún dentro
de una fuerte subordinación de los sistemas agroindustriales no han logrado expoliar
plenamente a la población rural. De igual modo la coexistencia de relaciones modernizantes
y relaciones tradicionales son parte de la explicación que permite entender que conviven
dos formas de producción, así heterogeneidad en la formas de tenencia de la propiedad.
Ecologismo popular
“Las fronteras de extracción de mercancías o materias primas están llegando a los últimos
confines. Por ejemplo, la frontera del petróleo ha llegado hasta Alaska y la Amazonía. Pero
en todos lugares del mundo hay resistencias. Podemos llamarlas ecologismo popular,
ecologismo de los pobres o movimiento de justicia ambiental. Las comunidades se
defienden. (…) Las comunidades se defienden apelando a derechos territoriales, o tal vez
organicen consultas populares exitosas contra la minería a cielo abierto.” (Alier, J. M.
(2008). Conflictos ecológicos y justicia ambiental. Papeles de relaciones ecosociales y
cambio global, 103, 11-28)
Existen grandes actividades que están pendientes para el ecologismo popular, quizá dos de
los procesos de mayor impacto y relevancia pueden ser los programas de siembra y los
programas de protección del recurso hídrico. Los programas de siembra tienen toda la
validez dado que en la actualidad existen un déficit en los bienes forestales municipales.
Como se identificó en el trabajo de campo, aun cuando existes grandes áreas para el
desarrollo forestal, no existe voluntad entre las agencias y propietarios para desarrollar
programas de siembra. Entre los campesinos, y pequeños y medianos agricultores aún
permanece la idea de que el árbol quita productividad a las cosechas. De igual manera entre
los productores pecuarios aún no existe conciencia del efecto ambiental de la ganadería de
praderas.
La defensa de las aguas y la conservación de las fuentes hídricas es otra de las tareas de
mayor éxito que convoca al ecologismo popular. Sobre la protección de las aguas se ha
venido a consolidar un nuevo movimiento social, sobre nuevos actores que el agrarismo
clásico no lograba convocar. Las políticas de aguas deben desarrollar programas y planes
de distribución para ampliar el acceso a las aguas y las aguas potables de las comunidades
rurales, así como del uso racional y moderado de las aguas dentro de las actividades
agropecuarias. En la actualidad el recurso hídrico ha venido disminuyendo por la reducción
de los caudales en las quebradas y acueductos veredales. Corresponde al ecologismo
popular, comprometerse con la barrera natural que necesita las fuentes de agua.
Dos son las tareas pendientes del ecologismo popular, 1) ampliar los programas de siembra
de árboles de la zona 2) desarrollar movimientos de protección de las aguas. El éxito del
ecologismo popular pende de las comunidades, son ellas como agentes del territorio
quienes validaran y podrán desarrollar autoridad entre los pobladores. Al Estado, las
Agencias Públicas y a la Sociedad Civil, corresponden un compromiso en su consolidación
y en un acompañamiento jurídico, político y financiero. En la actualidad se tiene registro
de diferentes asociaciones y grupos cívicos que han tenido como interés la defensa del
equilibrio ecológico, sin embargo, estos proyectos nunca han tenido el piso presupuestal
para materializar los objetivos que se proponen. El traslado de recursos involucra al sector
político y la sociedad civil, por ello las comunidades rurales deben aspirar al gobierno y a la
gobernabilidad para que la agenda ejecutiva vaya en dirección a los intereses y necesidades
de las poblaciones rurales.
La asociatividad es importante para el logro de los objetivos ambientales. Muchos han sido
los intentos de organización de las comunidades pero aún no existen organizaciones que
hayan podido surtir los embates del tiempo y la desfinanciación. En ello la planificación es
crucial para materializar un ecologismo popular, en la planificación las comunidades trazan
sus objetivos y los planes de acción para la materialización de sus objetivos. Es muy
importante que las comunidades y grupos de interés logren la lectura adecuada como
sujetos históricos, identificando con ello las necesidades, las formas de hacer, y las formas
de transformación. Un error en la lectura histórica puede llevar a un deterior más acentuado
de las condiciones de vida de las poblaciones, lanzándoles a una situación de pobreza más
acuciante o a una reducción directa de los ingresos. El tránsito en las prácticas agrícolas es
un proceso gradual, y planificado, donde el ecologismo popular se compromete con
objetivos de protección del medio natural y donde los productores agropecuarios y sus
familias, mejoran sus condiciones de vida.
Desempleo estructural
Por último, como señalamos anteriormente, encontramos una tendencia por señalar que la
actividad pecuaria adquiere mayor fuerza paulatinamente. La renuncia a la actividad
agrícola, dada los enésimos motivos de tal proceso, genera un crecimiento de las tierras
sembradas en pasto, así como en un incremento de la población pecuaria, especialmente de
bovinos. Ello conduce a ver reducidas las demandas de empleo. Dentro de la actividad
pecuaria existen menores actividades a desarrollar. Dentro de gran propiedad, un vaquero
puede administrar y gestionar la tierra, diferente a las actividades de vocación agrícola.
Estos procesos han venido a establecer nuevas condiciones estructurales del empleo dentro
del sector agropecuario municipal. Históricamente la estructura consolidada se
caracterizaba con condiciones de desempleo estacional donde con espacios entre cosecha y
cosecha donde existía una caída en la demanda de la fuerza de trabajo. Sin embargo, el
momento actual ha venido por profundizar una crisis en el empleo, dando consigo un
desempleo estructural de la actividad agropecuaria. Las empresas del aguacate, por
ejemplo, usan gran contingente humano para la siembra de los árboles de aguacate, a partir
de allí la demanda de fuerza de trabajo baja hasta los periodos de cosecha del ciclo de este
cultivo.
En los años noventa donde se daba inicio a nuevas relaciones productivas de economía
abierta, entre las ciencias sociales aparecería la discusión entre lo rural y lo agrario.
Diferentes antropólogos economistas, y sociólogos, entraron en la discusión de que lo rural
se encontraba desplazando lo agrario. A partir de la apertura económica, dentro del mundo
rural empezaron a entretejerse nuevas relaciones e interacciones, especialmente en países
desarrollados o en aquellos en los cuales se consideraba el problema agrario como un
asunto agotado.
En América Latina dadas las heterogeneidades mismas de los países, y dentro de las
regiones dentro de los países, las discusiones fueron más fuertes entre quienes aviva voz
celebran lo agrario como lo caduco, y la nueva ruralidad como el paradigma dominante.
Bien, quizá el neoinstitucionalismo se giró hacia la nueva ruralidad y el neoestructuralismo
tendió al nuevo problema agrario y al sistema agroindustrial ampliado. Estas discusiones
han logrado madurar sus interpretaciones y ambas son dos intentos en los que no se busca
la invalidación de otros planteamientos.
Hacer una nueva integración social reestructura el tejido social y a sus agentes. En la
actualidad, la condición capitalismo neoliberal es el dominio excluyente, donde la
agricultura se subordina a la industria, el sector productivo se subordina al sector
especulativo. Como mencionamos, dentro del domino excluyente como lo llamó Blanca
Rubio, a los campesinos se les mina de la ganancia, no solo como productores de alimentos,
sino reproductores de sus condiciones de existencia.
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unidad municipal de asistencia técnica agropecuaria-Umata-, (periodo 1.998-2.007) en
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Artículo tomado de Internet. Día 24 de junio de 2018. Principales enfermedades del alto
costo. Enlace: https://cuentadealtocosto.org/site/index.php/patologias
INFOGRAFÍA