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Transición de la estructura agraria al sistema

agroindustrial: El dominio excluyente de las nuevas


relaciones agropecuarias.
Estudio de caso en el municipio de Anserma, Caldas

Francisco Javier González Ramírez

Universidad de Caldas

Departamento de Antropología y Sociología

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Manizales, Colombia

2020
Transición de la estructura agraria al sistema
agroindustrial: El dominio excluyente de las nuevas
relaciones agropecuarias.
Estudio de caso en el municipio de Anserma, Caldas

Francisco Javier González Ramírez

Tesis o trabajo de investigación presentado como requisito parcial para optar


al título de sociólogo

Director:
Mg. Paulo Cesar Giraldo Betancur

Universidad de Caldas

Departamento de Antropología y Sociología

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Manizales, Colombia

2020
TABLA DE CONTENIDO
Introducción
1. EL CAFÉ Y ANSERMA - CALDAS, UNIÓN HISTÓRICA INDIVISIBLE ........................... 9
1.1 Fundación y refundación del municipio de Anserma, Caldas ........................................... 10
1.2 Ubicación espacial de Anserma, Caldas............................................................................ 13
1.3 Demografía y población de Anserma, Caldas ................................................................... 14
1.4 De la colonización dirigida y el asentamiento, al modelo exportador primario (1878-1930)
15
1.5 Del modelo exportador a la política sustitutiva de importaciones: mercado interno,
autoabastecimiento y regulación del mercado (1930-1970).......................................................... 18
1.6 Tránsito del modelo agrario campesino al modelo de diversificación de las exportaciones
(1970-2020) ................................................................................................................................... 27
2. LA CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA AGROINDUSTRIAL (SAI) DENTRO DE LA
ESTRUCTURA AGRARIA EN AMÉRICA LATINA .................................................................... 34
2.1 Políticas de ajuste estructural en América Latina ............................................................. 34
2.2 Las políticas de ajuste estructural en Colombia ................................................................ 36
2.3 El origen del sistema agroindustrial .................................................................................. 43
3. CARACTERIZACIÓN ACTUAL DE LA SITUACIÓN AGROPECUARIA DEL
MUNICIPIO DE ANSERMA, CALDAS 2014-2020....................................................................... 54
3.1 Estructura y tenencia de la propiedad rural en Anserma, Caldas ...................................... 54
3.2 Calidad de vida .................................................................................................................. 59
3.3 Uso del suelo en Anserma, Caldas .................................................................................... 74
4. VOCES DE UNA REALIDAD QUE SE TRANSFORMA ..................................................... 83
4.1 Estructura Agropecuaria- Desarrollo rural- Población-Ecología ............................................ 83
4.2 Pequeños y medianos productores agropecuarios – Agricultores – Campesinos –
Minifundistas............................................................................................................................... 100
4.3 Trabajadores Agrícolas (jornaleros, agregados, caseros, aparceros) ............................... 108
INTRODUCCIÓN

El esfuerzo intelectual aquí presentado es un ejercicio de investigación que intenta


comprender la fase actual de las relaciones agropecuarias del municipio de Anserma
Caldas. Esta interpretación recoge los planteamientos del estructuralismo agrario, y se
vincula a la propuesta de Absalón Machado sobre la consolidación del sistema
agroindustrial dentro del modelo agropecuario del Colombia.

Esta reflexión entiende las relaciones como lógicas interrelacionadas entre norte y sur
global. De igual manera recoge los planteamientos sobre la reestructuración de Colombia y
América Latina e identifica sus efectos para como análisis sectorial para el sector
agropecuario. Este ejercicio a la vez agradece los aportes de Blanca Rubio sobre el dominio
excluyente de los campesinos latinoamericanos y se propone comprender las nuevas
exclusiones del sistema agroindustrial

PALABRAS CLAVE

Agronegocio, bienes transables, sistema agroindustrial, estructura agria, dominio


excluyente.
OBJETIVO GENERAL

Estudiar el desarrollo del sistema agroindustrial del municipio de Anserma Caldas dentro
de relaciones de la estructura agraria desde el año de 1990 hasta la actualidad.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Describir las condiciones historiográficas del desarrollo agropecuario del municipio


de Anserma, Caldas dentro de relaciones socio territoriales desde el año de 1990
hasta la actualidad.

 Comprender la información cualitativa y cuantitativa del desarrollo agropecuario


del municipio de Anserma, Caldas desde el año de 1990 hasta la actualidad.

 Identificar las situaciones de vulnerabilidad de la estructura agraria del municipio de


Anserma, Caldas desde el año 1990 hasta la actualidad.
1. EL CAFÉ Y ANSERMA - CALDAS, UNIÓN HISTÓRICA
INDIVISIBLE

Identificar la transición actual del sector agropecuario del municipio de Anserma, Caldas
demanda el entendimiento de esta dentro de las últimas transformaciones en la era de la
globalización. Sin embargo, hacer este ejercicio reflejo de una nueva época, nos obliga a
pensar una serie de apreciaciones de contextualización espacial y social acerca de las
transformaciones históricas del territorio (ubicación espacial), así como de su composición
social (influjo étnico, transición demográfica, y estructura socio económica). Dos conceptos
imprescindibles para acompañar este contexto; hablamos de la recuperación en la obra de
Orlando Fals Borda de Historia Doble de la Costa de la categoría marxista de formación
económico-social, y el concepto de región.

La utilidad de estos conceptos obedece inmanentemente a los objetivos fijados por esta
investigación, ya que comprender sociológicamente las transformaciones de carácter
sociohistórico del sector rural en Anserma demanda un análisis interpretativo para
establecer las dinámicas estructurales de la actualidad, así como de las dinámicas de cambio
o transformación de los últimos años. Metodológicamente el concepto de región abordado
por Borda no solo es pertinente por su riqueza conceptual sino que operativamente permite
hacer un análisis de la región como un todo, amplio, de naturaleza abierta e histórica. De
igual manera, operativamente permite construir un análisis de un territorio que sufrió una
serie de modificaciones con la división del departamento de Caldas, pero con el que en la
actualidad guarda una serie de vínculos económicos. En este análisis sociológico de la
región, y con respecto al nuestro problema metodológico, Fals (2002) afirma que:

Delimitar regiones como elementos dinámicos de una formación social concreta es


un problema que no se ha resuelto satisfactoriamente. Evidentemente, no conviene
parcelar excesivamente el espacio para producir visiones microsociales, y a lo más
que pudiera justificadamente aspirarse sería a plantear subregiones (p. 19b).

Nuestra propuesta acepta una subregión vinculada que en actualidad ubica a Anserma,
Caldas como un nodo estratégico en la Troncal de Occidente, carretera nacional 25 ,y que
vincula social, económica y culturalmente al municipio de Anserma con los municipios de
Quinchía y Guática (Risaralda) en el norte, al sur a Risaralda y Viterbo Caldas y al
departamento de Risaralda, al occidente con el rio Risaralda, Belén de Umbía y Mistrató
Risaralda y al oriente con el río Cauca, Manizales y Neira, Caldas.

Para fundamentar la descripción del proceso histórico empleamos documentos de carácter


histórico, como lo son el libro: IV Centenario de la Fundación de Santa Ana de los
Caballeros de Anserma: 1539-agosto 15-1939, (1939), el libro de James Parsons traducido
por Emilio Robledo llamado: La colonización Antioqueña en el Occidente de Colombia
(1950) y el libro de Antonio García Nossa titulado Geografía Económica de Caldas (1978).

1.1 Fundación y refundación del municipio de Anserma, Caldas

Anserma, Caldas tiene origen en la fundación de Jorge Robledo el 15 de agosto de 1539


con motivo de su expedición en el occidente de Colombia en los actuales departamentos de
Caldas, Valle de Cauca y Antioquia. Robledo fundó también a la población de Cartago en
1540 y Santa Fé de Antioquia en 1541. Las fundaciones de Robledo hacen parte de un
proceso anterior de ocupación del territorio suroccidental del país alimentado por las
huestes de Sebastián de Belalcázar provenientes de Popayán y Cali y de las que se envía
misiones a las regiones del Cauca Medio.

Robledo partió en julio de 1539 de la ciudad de Santiago de Cali para recorrer la senda del
río Cauca e incursionar por el acceso hacia el rio Risaralda en el territorio de los ansermas
en agosto de 1539. El conquistador, como lo estableció posteriormente Emilio Robledo, no
partió solo, nos dice: “llevaba además, indios, negros y ganado”, y más adelante creó un
centro de administración, nombrando alcaldes y curas encargados.

La ocupación española de este territorio alentó la desaparición temprana de las


comunidades indígenas de este territorio: carrapas, ansermas, umbras. Estos fueron
herederos de una desmembración acelerada víctimas del trabajo forzado y de las
enfermedades infecciosas. El territorio durante el periodo colonial rápidamente fue
vinculado a la economía productora de oro y plata de las colonias españolas en América y
desarrolló instituciones de trabajo como la mita para la explotación del oro del territorio
vecino. El territorio de Anserma en el periodo colonial se extendía hasta el actual municipio
de Riosucio, Caldas. El actual Riosucio tenía mucha importancia para la corona ya que
alimentaba gran producción de oro de su cerro rico del Quiebralomo. El territorio pasó a
formar parte de la jurisdicción del Provincia de Popayán y su dinámica productiva se vio
alimentada por las minas del oro de la región norte de Supía y Riosucio aunque con su
momento de declive en la segunda década del siglo XIX.

El territorio entraría en un proceso de desocupación debido a la pérdida de la capacidad


productiva de las minas, con un reasentamiento en el Valle del Cauca y la consolidación de
municipio de Ansermanuevo en 1807. En el libro Noticias de la Anserma histórica (1994)
Carlos Arturo Ospina intenta establecer las razones de la pronta caída del asentamiento de
Anserma y agrega una fuente que describe el territorio en 1830: “El territorio de estas tribus
está hoy casi desierto” (Ospina (1994, p. 96). En el siglo XIX el único tránsito que se hacía
en la región del lado occidental del Cauca Medio figuraba como aquel Camino Real de
Occidente que hacía conexión entre Popayán y Antioquía y en el cual Anserma no tuvo
participación significativa.
El segundo momento de crecimiento del territorio de Anserma se explica por la dinámica
colonizadora de la región occidente de Antioqueños de Abejorral y Sonson, así como de la
respuesta de sus vecinos caucanos ocupantes de gran parte del territorio sur. La Asociación
Colonia Ansermeña de Bogota (198) compiló un documento sobre la repoblación del
municipio, y mencionó qué:

“En el año 1866 empezó lo que pudiéramos llamar la segunda fundación, cuando
llegaron a establecerse en la pequeña villa española el corregimiento entonces de
Quinchía, algunos colonos, de origen antioqueño y caucano... Con la llegada de la
inmigración antioqueña, el caserío tomó gran auge y entonces fue erigido en
municipio en 1872, siendo su primer alcalde don Cruz María Giraldo” (p.154).

Parsons (1950) inició para la década del cuarenta del anterior siglo un estudio completo
sobre los procesos de ocupación por parte de los colonos antioqueños del occidente de
Colombia. El estadounidense logró identificar una serie de dinámicas en el ethos de la
colonización de finales del siglo XIX que se expresan en los procesos de fundación de los
municipios de Caldas tanto de la Cordillera Occidental como de la Cordillera Central. Para
finales del siglo XIX el actual territorio de Caldas comprendía los territorios del Estado
Soberano de Antioquia y el Estado Soberano del Cauca. El departamento de Caldas solo
llegaría a fundarse en 1905 bajo las reformas de Rafael Reyes e incluyendo los
posteriormente disgregados departamentos de Risaralda y Quindío.

El fenómeno migratorio de ocupación del occidente de Caldas inicia con recorrido de norte
a sur partiendo de Abejorral y Sonsón y terminando en las proximidades del Valle del
Risaralda en Anserma. Esta nueva dinámica del municipio de Anserma daría paso al fin de
la casi total desocupación del territorio que se mencionó desde la década del sesenta del
siglo XIX, y que dejaba a la cordillera occidental de Caldas bajo un paisaje selvático y de
pequeña ocupación principalmente indígena. Al respecto, Parsons (1950) afirma:

“El principio de la colonización antioqueña de estas tierras data de la refundación en


1872, de la antigua ciudad colonial de Anserma, una plaza fuerte, leal, arrasada por
la revolución. Por el mismo tiempo, los colonos antioqueños empezaron a engrosar
la población de Quiebralomo (Riosucio). Después de eso, un torrente denso de
colonos derramó a través del río Cauca, de Salamina, Sonsón, y Manizales,
mezclándose con un considerable elemento indígena que había supervivido en
comunidades organizadas. Quinchía (1886) y Mocatán (1890) estaban en los
asientos de las primeras poblaciones de indios o cerca de ellas. Pueblorrico (1884)
estaba en el camino comercial hacia el Chocó… Solamente la tierra caliente del
valle de Risaralda, un brazo al norte del Valle de Cauca, que se extiende entre las
montañas debajo de Anserma, fue rehido por los colonos” (Parsons, 1950, p.90).
Es muy razonable pensar desde la lectura de Parsons que la colonización antioqueña de la
cordillera occidental nace bajo una dirección estructurada de ocupación del territorio, ella
se ve alimentada e incentivada por distribución de las tierras, garantizados cultivos y
alimentos a los colonos recién llegados. Coincidimos con Parsons en representar que la
ocupación partió de norte a sur y se desplazó por las franjas de la cordillera hasta los
municipios de montaña del Valle del Cauca como Trujillo, Versalles, Darién y Restrepo.

Esa “cultura de vertiente” como lo llamó Luis López de Mesa, fue propicia para estructurar
una sociedad basada en la dinámica agrícola, donde crecía el cultivo del café y la cultura
cafetera y con ello sucedió una reforma agraria como muy pocas en Colombia. Debido a la
ausencia de fuentes que soporten las actas de la Junta Calificadora de Anserma o de los
municipios del occidente, no conocemos quiénes titularon los primeros solares y tierras,
pero sí una referencia del historiador ansermeño Roberto Restrepo (1984) quien en su
libro sobre la historia de Anserma señala:

“El primer juez poblador que tuvo Anserma fue don Manuel A. Molina; el último
don César Restrepo R. su misión consistía en aprobar la adjudicación de lotes o
terrenos delimitarlos, entregar hilos y niveles y verificar que las construcciones o las
obras se ciñera a los reglamentos de la época” (p. 90)

¿Por qué decimos que la dinámica colonizadora propició una reforma agraria del territorio?
Las razones para pensar que la ocupación parte de un reparto de los lotes y solares se
fundamenta en los estudios de James Parsons y Albeiro Valencia Llano. Parsons señala que
la nación desde 1853 promulgó una ley que definía los ´límites a la colonización y que
también establecía los límites a la propiedad por parte de los latifundistas. Cada ley emana
de una situación de conflicto anterior, como lo demostró Marx en los artículos de Los robos
de leña. El uso de los bienes comunales siempre ha estado en conflicto con el régimen de la
propiedad. De ello la tierra, el acceso a las aguas, los caminos comunales y las tierras de
barbecho, siempre serán disputa entre el derecho consuetudinario y el derecho formal. De
igual manera, la colonización de los territorios significó en asentamiento en tierras baldías o
en propiedades en desuso, conllevando a formalizar a propiedad para quien se asentaba en
los territorios y hacía el desmonte.

Parsons agrega que la ley permitía a colonos distribuir 12.000 fanegadas de tierra que,
según Albeiro Valencia Llano, son aproximadamente de 6 hectáreas por cada fanegada. El
historiador ansermeño señaló el primer juez y garante de la Junta Calificadora de Anserma.
Aunque en la actualidad no se tiene conocimiento del libro, sí existen evidencias en otros
territorios como en caso de Manizales dos décadas atrás presente en el libro de actas de la
Junta Calificadora de Tierras de Manizales sucedida entre 1853-1857: Libro de registro de
adjudicación de solares a los pobladores del área de población de Manizales: una
explicación necesaria1. El libro permite una orientación metodológica del caso ansermeño
7 conocer que existe una Junta Calificadora asignada por el cabildo municipal y de la que
también hacían parte la concesión a la que pertenecían las tierras ocupadas (siendo el caso
como el de Manizales). La junta identifica los colonos solicitantes, les garantiza la
legitimidad de sus solicitudes y titula formalmente los solares y las tierras en 10 fanegadas
a cada colonizador. Este modelo, del que el territorio de Anserma también hizo parte, será
punta de lanza de la ocupación del territorio del actual Caldas, Risaralda, Quindío y zona de
montaña del Valle Cauca y dará vida a los municipios en su dinámica agrícola y urbana a
partir del siglo XX.

1.2 Ubicación espacial de Anserma, Caldas

El actual municipio de Anserma, Caldas se ubica dentro del territorio del occidente
colombiano en la geografía de la hoya del Cauca, los límites del río Opiramá y Risaralda, y
dentro de una serie de pequeñas colonias en la zona occidental de la Cordillera Occidental.
Sus límites naturales agregan una zona de frontera de la cordillera Occidental al Chocó
biogeográfico y permiten una serie de límites naturales para la ocupación.

La ubicación dentro de la cordillera occidental ejerce sobre el municipio una serie de


presiones climáticas, ambientales y sociales para desarrollar dentro de su población una
serie de vocaciones tanto agrarias como mineras a unos sectores determinados. La altitud
del casco urbano del municipio es de aproximadamente de 1.768 msnm2, sin embargo,
recordemos que la serie de colonias pronunciadas permite encontrar altitudes en zonas de
bajas de hasta 1400 msnm, como el valle del Risaralda, así como altitudes superiores a los
1900 msnm en la zona norte del municipio. La temperatura promedio es de
aproximadamente de 19º centígrados y se vincula a tierra del café como menciona Parsons
(1950), quien al respecto menciona:

“El café se ha convertido en el índice aceptado de la tierra templada o zona sub-


tropical. En el territorio antioqueño, esta zona, que se extiende hasta los 2.000
metros es también conocida con el nombre de tierra del café. En estos lugares de
elevación media, ha sido más activa la colonización antioqueña. Además del café,
estas tierras se caracterizan por vertientes escarpadas, por el ganado criollo, más
recientemente por la yerba africana, que se ha convertido muchas colonias
agotadas de Antioquia y Caldas en productivos pastizales” (p.26).

Parsons distingue que la zona de tierra templada alcanza ubicaciones ubicadas entre los
1.000 y los 2.000 msnm por lo que el municipio de Anserma hace parte de esta tierra y de

1
El documento original desapareció del Archivo Histórico de Manizales, pero existe una reproducción del libro original
publicada por Bancafé. Véase, Llano; A. Libro de registro de adjudicación de solares a los pobladores del área de
población de Manizales: una explicación necesaria. Bancafé. Bogotá
2
Información consultada en la página oficial del municipio
ella se desprende su vocación agrícola. Es esencial señalar la altura del territorio porque su
identificación aporta luces sobre la histórica vocación del suelo. La escarpada geografía
colombiana determina que el clima, la temperatura promedio, la altura y la pendiente
incidan en la disposición de uno u otro cultivo.

1.3 Demografía y población de Anserma, Caldas

Hemos señalado que el municipio de Anserma Caldas presenta dos procesos de ocupación
del territorio. Mencionamos que el primer proceso transcurrió desde el siglo XVI hasta la
tercera década del siglo XIX. Y que existió un nuevo proceso de reasentamiento y
ocupación desde la década del setenta del siglo XIX. Este segundo fenómeno migratorio ha
sido llamado como la colonización antioqueña del occidente de Colombia

Ilustración 1: Transición demográfica del municipio

45000
40000
35000 POBLACION
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1843 1893 1943 1993

Tomado de: Diccionario Geográfico de Colombia (1980)

El análisis de la información estadística que hemos recuperado permite hacer una serie de
inferencias de las transformaciones en Anserma tanto en el siglo XIX como en el XX.
Recordábamos anteriormente que existió una desocupación del territorio desde 1850 pero
qué a partir de las últimas dos décadas del siglo XIX inició un proceso de recuperación
continuada que se expresa hasta los últimos años de siglo XX. El crecimiento acelerado se
vio potenciado por la economía cafetera que incursiona desde 1880 como lo veremos
próximamente y que se ubica dentro de una transición de lo agrario a lo rural con
preponderancia de lo primero a lo segundo, pero que tiene una relación de distancia desde
l980 como en siguiente apartado se expondrá.

Las últimas cifras de disminución en el número de habitantes es una dinámica de la que


hacen parte de lo mayoría de municipios pequeños de Caldas, así como el envejecimiento
reciente de su población.
1.4 De la colonización dirigida y el asentamiento, al modelo exportador
primario (1878-1930)

Las transformaciones en el sector rural de Anserma, Caldas son reflejo de un proceso


histórico de constante transformación donde los campesinos, la tierra y las formas de
acumulación de capital han estado en pugna y han conducido a diferentes modelos de
vocación productiva y de los procesos de trabajo. El municipio, que por su naturaleza hace
parte de una red de localizaciones del occidente caldense expresa en la actualidad, una
crisis, estructurada y agenciada por instituciones tanto internas como externas en la
consolidación de una estructura agraria capitalista.

El proceso de colonización implicó que desde fines del siglo XIX e inicios del siglo XX la
estructura agraria se modificaría significativamente del cultivo del pancoger a la
introducción de la economía cafetera capitalista. Con la consolidación de la junta
repartidora y la distribución de las tierras contiguas al casco urbano, inicia un proceso de
introducción del capital agrícola iniciado en el mercado de tierras. Marco Palacios (1983)
nos dice que “desmontada de la leyenda rosa de la colonización antioqueña”, el proceso de
ocupación del campesinado hizo parte de una estructura de la propiedad ampliamente
desigual y que su naturaleza “democrática” como se dibujado queda en entredicho”.

Del proceso de titulación de baldíos de la nación que se distribuyeron en el occidente


colombiano, Palacios (1983) nos dice: “El método de adquirir tierras públicas muy baratas
y venderlas a precios de mercado y en condiciones ventajosas fue una forma fácil de
acumular capital entre los grupos que acapararon los baldíos principalmente en Antioquia y
Caldas” (p.313). Iniciado el proceso de colonización, el mercado de tierras y la
especulación alimentan un sistema de acumulación de capital a una serie de compradores
de tierra y beneficiarios de la titulación. Palacios (1983) encuentra que las tierras tituladas
dinamizaron la ocupación de cuatro grupos de ocupantes de naturaleza significativamente
contraria; por una parte a las faldas del occidente de Caldas llegarían: colonizadores
capitalistas, terratenientes ausentitas, colonos pobres y colonos independientes. Esta
oleada migratoria de finales del siglo XIX aumentaría las presiones sobre la propiedad de
las tierras y los recursos. Contrario al planteamiento de Parsons (1951), Palacios considera
que la ocupación no se orientó hacia las colonias agrícolas y los campesinos pobres, sino
que una serie de presiones económicas y políticas propiciaron la salida de salida de los
territorios y afianzó un sistema de acaparamiento de tierras.

Sin embargo, Palacios (1983) no distancia significativamente sus planteamientos de la obra


de Parsons, ya que considera que la colonización antioqueña y la economía cafetera de
Antioquia y Caldas expresa una dinámica propia orientada al minifundio y la agricultura
familiar. Para demostrarlo, Palacios establece una cronología de las transiciones de la
economía del café desde el siglo XIX. Identifica que su cronología tiene una relación
directa de tránsito, que lleva de gran propiedad a inicios de los años veinte a la pequeña
propiedad, así como de su traslado del centro del país y posterior difusión al occidente de
Colombia.

Palacios nos dice que la economía del café tiene tres etapas en el país. La primera la etapa
de la caficultura de las haciendas (1870-1910), la segunda, la caficultura campesina,
(1910-1950), y por último la caficultura empresarial (1960 a la actualidad). Palacios sitúa
a la caficultura de las haciendas como aquel desarrollo de la economía cafetera que se
materializó entre Cundinamarca, Santander y Norte de Santander. La organización de la
producción y de la fuerza de trabajo se basó en la aparcería y como señala Ocampo
(2015):

Las formas de organización de la producción cafetera en los Santanderes y Cundinamarca


se vieron favorecidas por una estructura de la propiedad herederas de la colonización
española y de los empréstitos de las empresas con la nación. Ello conllevó a una gran
concentración de la propiedad sobre la tierra y a un tratamiento “semiservil” de la fuerza de
trabajo. José Antonio Ocampo, nos dice que los arrendatarios ejercieron un papel clave
para el desarrollo de esta caficultura de haciendas del centro del país, ya que como nos dice
Ocampo (2015):

“Los arrendatarios constituían un núcleo fundamental de la hacienda. A cambio de


habitación y un lote para cultivar sus alimentos, tenían la obligación de trabajar un
cierto tiempo (por lo general dos semanas al mes) en las labores de la hacienda o de
conseguir a alguien que lo hiciera. Este trabajo era por lo general remunerado a la
mitad del jornal ordinario. Aunque en las parcelas se les prohibía sembrar café y
otros cultivos permanentes, los productos de pancoger podían ser vendidos en los
pueblos vecinos y en ocasiones eran adquiridos por la propia hacienda” (Ocampo,
2015, p.64)

Como observamos anteriormente dentro de la primera etapa de maduración de la economía


cafetera, la gran hacienda permitía formas de producción capitalistas altamente extractivas
de la fuerza de trabajo. Con un sistema dual con asignación salarial y de pago en especie. El
aparcero, nos dice Ocampo (2015):

“se encargaba de responder por parte de la producción de la gran hacienda, le


correspondía “por sus propios medio (o con ayuda de unos pocos trabajadores) de
explotar un terreno especial (una parte de la hacienda) guardando una parte de la
cosecha, por lo general un 50% y entregando el resto al dueño de la tierra. Este
último podía hacer avances en dinero que se cancelaban luego con café” (Ocampo,
2015, p.65).

El auge de la economía cafetera en el centro oriente del país entraría en descenso


alimentado por factores políticos y económicos de finales del siglo XIX. Las guerras civiles
y la cruenta guerra de los mil días, devastó la economía nacional y detuvo las
exportaciones. Y de igual manera los precios internacionales del café, se vieron
estrepitosamente en bajada durante los mismos años, haciendo que una economía altamente
extractiva y poco rentable, pudiese progresar las nuevas dinámicas y superar la
competitividad creciente de la economía del café en los departamentos de Antioquia y
Caldas.

La caficultura de la hacienda, daría paso a una caficultura campesina como advierte


Palacios, ya que el desplazamiento del café al occidente cafetero, alimentaría un nuevo
sistema de desarrollo orientado por una particularidad histórica que permitió su
afloramiento en este territorio. Anserma haría parte del proceso de maduración de una
caficultura diferente, al margen de orientaciones semiserviles y donde el agregado de la
finca desarrolló relaciones salariales capitalistas y propias de una economía en
transformación. El crecimiento de la economía cafetera en Antioquia y Caldas harían que,
como señala Palacios (1983): “Entre los viente años que van de 1910 a 1930, Caldas se
convierte en el primer productor de café del país, desplazando y superando a los
departamentos tradicionales lo mismo que a Antioquia (p.319).

Los sistemas tradicionales de producción del café darían paso a una producción moderna
del café en la región donde el afloramiento de la pequeña propiedad y la producción
familiar estuvieron mayormente potenciados. Durante los primeros 50 años del siglo XX,
Anserma y la región de Caldas, obtuvo las mayores tasas de crecimiento demográfico y
como señala Antonio García Nossa en Geografía Económica de Caldas (1978), estuvieron
favorecidos por mayores tasas de nupcialidad superiores a regiones del caribe y del centro
colombianos.

Entre 1910 y 1930, la región de Caldas y Anserma generaron un desarrollo agrícola nunca
visto en el país y donde la pequeña y mediana unidad productiva jugó un rol central en su
consolidación. Ocampo (2015) estima que para 1923, el 53% de la producción nacional del
café estaría en manos de unidades productivas menores a 12 hectáreas de extensión. Estos
datos soportan la tesis de una economía campesina cafetera ya que la administración de las
fincas mayoritariamente estuvo en manos de propietarios. Ocampo (2015) agrega otros
datos como que: “la diferenciación social al interior de la economía campesina era un hecho
tan importante como el crecimiento en el número de pequeños productores, según se reflejó
en la creciente importancia de las fincas medianas” (p.75). Dentro de la nueva dinámica
agrícola la economía está orientada mayoritariamente a la producción de café. Los precios
del café al alza y una fuerza de trabajo disponible para las actividades, conllevaron a que el
grano ampliase sus fronteras y que la expansión del café ocasionara el problema de la
desatención de otras áreas cultivables. La familia cafetera ocupó labores de “desyerbe, poda
de chupones o medios superiores, y eliminación de musgos del árbol” Ocampo (2015,
p.77), igual la familia apropiaba formas de producción tecnificadas pero que tardarían más
tiempo en reflejarse.
Los cultivos de subsistencia de la familia cafetera proveyeron de aquellos cultivos de
subsistencia para garantizar la producción y la reproducción de la familia al calor del café,
el maíz, el frijol, la yuca y el plátano (Ocampo, 2015). Este proceso de adquisición de los
alimentos básicos, como veremos más adelante, fue cediendo paulatinamente a una nueva
organización de la producción que estructuraría en un segundo momento del campesinado
cafetero y del sistema agrario en Caldas y en el municipio de Anserma .

1.5 Del modelo exportador a la política sustitutiva de importaciones: mercado


interno, autoabastecimiento y regulación del mercado (1930-1970)

Los cuarenta años que reúnen este apartado son el resumen de una serie de sucesos de la
segunda fase de la estructura agrícola del municipio de Anserma, Caldas. La tendencia de
este proceso se marca por el tránsito de lo tradicional a lo modelo, y del proceso
rudimentario de producción a la eficiencia sociotécnica de la economía cafetera.

El cierre de los años veinte e inicios de los años treinta son, como menciona García Nossa
(1978), los años donde las tasas de crecimiento demográfico eran más significativas en el
departamento de Caldas. El crecimiento de las tasas de natalidad, el aumento progresivo del
número de número de habitantes en el área rural y urbana, hizo que entre 1931 a 1951 la
población de este municipio casi que duplicase su población, pasando de aproximadamente
13083 a 22600 habitantes. Esta explosión demográfica se vio alentada en lo rural por un
crecimiento inalterado de la población, así como por un aumento escalado de la producción
cafetera y la cotización internacional del grano.

La transformación de este proceso estuvo marcada por un nuevo proceso de acumulación


de capital y transformación productiva. Hasta los años treinta la exportación de café se
hacía principalmente sobre la base de cultivo-producción-cosecha-secado-exportación en
pergamino Ocampo (2015). Este proceso era marcado una vinculación simple de la
actividad cafetera. Sin embargo, desde los años treinta en adelante, los procesos de
producción y comercialización del café serían profundamente complejizados a nivel
nacional como a nivel local. Identificamos que este proceso fue un salto significativo en la
industrialización del café que permitió mayores recursos a los campesinos productores, así
como mayores oportunidades de conocimiento técnico y rentabilidad.

Ocampo (2015) advierte que la industrialización de la economía cafetera se generaliza con


la inserción de la despulpadora manual. Esta herramienta, trajo consigo unos enormes
efectos en la producción para la pequeña propiedad y entre los campesinos. Anterior a la
despulpadora manual, los campesinos entregaban parte del valor del grano en los costos de
despulpado hecho en las grandes haciendas, con el acceso a la despulpadora, los costos de
producción de café disminuyeron ostensiblemente para los campesinos.
Un hito significativo de los años treinta fue la propuesta de Ley de Reforma Agraria de
1936 que permitió a los campesinos cafeteros disminuir significativamente la contratación
por aparcería y formalizar la propiedad. La tensión generada por la Unión Nacional de
Izquierda Revolucionaria y la alianza de las ligas campesinas de Cundinamarca y
Santander, estimuló que nacionalmente se ampliase un estímulo significativo a la
caficultura campesina. Los sucesos de Viotá donde los aparceros y campesinos entraron en
conflicto por la plantación de café en las haciendas, incentivó que la política nacional se
orientase significativamente a la defensa de la propiedad campesina. La ley, que planteaba
una reforma agraria, traía consigo un carácter social pero no deja de lado la necesidad de
una “utilización adecuada a los predios rurales”, es decir la puerta para que la producción
cafetera aumente la frontera agraria. Las peticiones laborales de los campesinos a los
terratenientes eran principalmente sobre tres ejes: pago en dinero, el justo peso por su
recolección y la posibilidad de afincarse y contar con parcelas propias dentro de las
propiedades.

Sobre los años treinta y cuarenta, el trabajo campesino usaba herramientas de rudimento y
en ausencia del uso técnico. Ocampo nos dice “que la mano de obra no tenía un uso muy
intensivo a excepción de la época de cosecha.” Las tareas en la finca “se basaban en la
desyerba, la poda de los chupones, y la eliminación del musgo” (2015, p.79). Los costos de
la producción cafetera se sopesaban en una economía familiar y el conocimiento técnico
estaría profundamente transformado con la industrialización del sector. El beneficiado del
café y el trillado fueron las dos primeras fases de industrialización. En este proceso se
amplía la división del trabajo y las ciudades y casas comerciales del café cada vez tendrían
mayor participación. Con la máquina despulpadora, el café ya podía ser pelado y lavado
dentro de la finca y el proceso de beneficiado se completaría con el secado manual o de uso
eléctrico. Con el material en pergamino, el café podía ser transportado con uso animal y
mecánico a los centros de acopio de la Federación Nacional de Cafeteros para su trillado y
exportación.

A finales de esta década e inicios del cincuenta, el territorio de Anserma estaría asolado por
la violencia política y por el despojo de tierras. Ello trajo consigo una disminución en la
producción agrícola y en un despojo e inseguridad del área rural de este territorio del país.

El proteccionismo que acompañó la orientación del Estado sobre la economía cafetera


permitió que la industria cafetera de fines de los cuarenta al setenta se orientara por la
regulación del Estado y por la inversión y la protección para el desarrollo social de su
sector económico. Las políticas proteccionistas de este sector impulsaban su rápido
crecimiento y se apoyaba sobre las mismas ganancias de la economía cafetera. El Estado
desde los años cuarenta inicia una serie de negociaciones con Brasil como primer país
exportador para exportar a los Estados Unidos un grano con garantía de compra y de
rentabilidad para los productores nacionales. De igual manera, se propició el Impuesto de
las Exportaciones de Café con el que se creó el Fondo Nacional del Café. El Fondo
Nacional del Café constituido en 1940 permitió mejorar las condiciones de producción. El
sector debió a este hecho en una modificación importante de las prácticas y saberes del café
para una transición a una nueva vocación económica. El Fondo creó la Caja Agraria en
1931 que provino de créditos a los campesinos, propició campañas de sanidad rural como
identifica Ocampo (2015) y tuvo periodo progresivo de los excedentes del café que sirvió
para el desarrollo de la economía rural y urbana del municipio, y que orientó una vocación
exportadora de su agricultura. Debido a la ausencia de fuentes se hizo un análisis de la
información del primer Censo Nacional Agropecuario de 1960 que reportó información
valiosa de la estructura de la propiedad del municipio y que permitió hacer una inferencia
de los datos que en este documento se quieren comprender.

Ocampo (2015) identifica que existió una coyuntura sustancial en la economía del café en
los años sesenta que transformó el quehacer productivo y las formas de producción
campesinas en la finca cafetera. Durante estos años el volumen productivo había
disminuido sustancialmente debido al agotamiento de los árboles de café y la pérdida de
fertilidad del suelo de la explotación continuada desde inicios de siglo. Ello conllevó a
readaptar la estructura productiva del café como dirección política de la Federación
Nacional de Cafeteros, en un proceso de modernización productiva para el uso de abonos
agrícolas y el uso de la bioquímica o la revolución verde inserta en la industria cafetera. A
diferencia de otros territorios, el ambiente de pendiente no permitía una alta mecanización
agrícola y sistemas de regadío y uso de fuentes de agua, las mayores presiones sobre la
modernización del sector estuvieron en las prácticas agrícolas y las formas de vinculación
laboral salarial propias de una economía moderna.

Según el Censo Nacional Agropecuario en 1960, la presencia de la fertilización del suelo


aún estaba mayoritariamente representada por abonos orgánicos y prácticas tradicionales de
fertilización agrícola del uso de los desechos animales y de la cáscara del café en cereza.
Evidenciaremos cómo esta tendencia se modifica a partir del mayor ingreso de capitales en
la industria cafetera, la modificación de las prácticas, y la modernización del sector
acompaño de la ciencia y tecnología provista por el Fondo Nacional del Café y el Centro de
Investigación del Café.

Ilustración II: Explotaciones que informaron uso de tipos de abono en Anserma


Caldas - 1960

Porcentaje de
Tipo de propiedad Número de explotaciones explotaciones por
tipo de abono

Abonos orgánicos 689 95


Abonos inorgánicos 23 4
Abonos orgánicos e 8 1
inorgánicos

Total (Has.) 720 100

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

En los años sesenta los costos de producción del café aún se representaban
mayoritariamente en una sobreexplotación de la fuerza de trabajo familiar y el empleo de
herramientas de mecanización y de transporte se hacían desde el uso de animales
domésticos principalmente mulas y caballos y donde el censo reporta una bajo uso de
producción industrial mecanizado. Al respeto, el censo identifica qué:

Ilustración III: Fuerza motriz en las explotaciones de Anserma, Caldas -1960

Porcentaje de
Tipo de fuerza Número de
explotaciones por tipo
motriz explotaciones
de fuerza motriz

Mecánica 86 3,5
Animal 103 4
Animal y mecánica 53 2,5
Humana solamente 2383 90

Total (Has.) 2625 100

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

Una transformación significativa de estos años fue el rápido crecimiento de la


electrificación de las fincas más próximas a la red eléctrica municipal. Ello conllevó una
mayor incisión de los silos y técnicas de secado industrial, así como una mejora en la
calidad de vida de las familias por el aprovisionamiento de mayor información para la
producción de la actividad. Al respeto, el censo reporta que aún la mecanización era
relativa y las mayores actividades se concentraban en la fuerza de trabajo familiar y donde
la inversión de capitales y el conocimiento técnico aún demandaba una baja intensidad. El
Censo Nacional Agropecuario 1960 nos dice que:

Ilustración IV: Existencia de maquinaria por informantes, clase de máquina propia


en Anserma, Caldas – 1960

Tipo de fuerza motriz Explotaciones Cantidad


Informantes

Motores fijos de combustión interna 100 109

Motores fijos eléctricos 17 18

Tractores 5 8

Trilladoras de motor 15 15

Trapiches de fuerza mecánica 39 39

Trapiches de fuerza animal 34 34

Cosechadoras 0 0

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

Ahora bien, hemos hablado de que la transformación se dio en una doble vía, primera que
posterior a la pérdida productiva existe una trasformación en las prácticas que conllevan
una transformación industrial, que denota una inserción de mayor capital y provisión
tecnológica, y la segunda en las uso y explotación de la fuerza de trabajo, la
transformación de la aparecería que van a traer consigo una modificación sustancial de la
vocación del suelo y las formas de tenencia del suelo en su camino a la modernización.

La aparcería, como se mencionó en el anterior apartado, fue una forma de explotación de la


fuerza de trabajo muy usada en Cundinamarca y Santander a inicios de los años del siglo
XX y que conducían en formas de trabajo “semiserviles”. La condición de los aparceros
estaba supeditada a la hacienda cafetera, de la que debían prestar un servicio en la
producción del café y en las que se les asignaba una parcela para el cultivo de sus alimentos
en los cultivos conocidos del pancoger. Este predio tenía restringido el cultivo del café y
sería esta una de las mayores incitaciones a la protesta en las ligas campesinas de aquellos
años. En Caldas, y propiamente en Anserma, en los años cincuenta y sesenta, la aparcería
existente tenía una naturaleza contraria a la hacienda cafetera y su orientación no
fomentaba el cultivo de pancoger, sino que lo limitaba. Dentro de las obligaciones de la
aparcería y los arrendatarios, el Informe Caldas Estudio de su situación geográfica,
económica y social como base para el establecimiento de un régimen de seguridad regional
(1956), señala que:

“Obligaciones del aparcero: Por medio de un contrato verbal o escrito que


tiene duración de un año, y que puede prolongarse hasta por cuatro veces
sucesivas como máximo, el aparcero se compromete a: 1) Mantener limpio
el cafetal; 2) Deschuponar, desmusgar y podar los árboles que se le entregan
para su explotación; 3) Realizar por lo menos dos desyerbas al año; 4) No
cultivar ninguna clase de productos agrícolas de pancoger, tales como maíz,
yuca, etc., dentro de la parcela de su cuidado. De manera que toda su
alimentación y la de su familia debe ser adquirida en el mercado; 5) No criar
cerdos; 6) Correr con los gastos que ocasionen la limpieza, poda, y
desmusgado de los cafetos, lo mismo que con los de recolección y beneficio
del grano, y los de transporte del café trilla-corriente, hasta ponerlo en la
trilladora o depósitos más cercanos.” (Informe Caldas Estudio de su
situación geográfica, económica y social como base para el establecimiento
de un régimen de seguridad regional, 1956, p.346).

En contravía a lo sucedido en el centro oriente de Colombia, la finca cafetera tiene una


vocación productiva orientada principalmente al café y a la ausencia de los cultivos del café
para el consumo familiar. Ello productivo de la gran rentabilidad del café en los sesenta
donde el precio alcanzaba picos históricos y donde la producción venía a la baja. Esta
tendencia a la disminución del autoconsumo alimentario de la finca cafetera era condición
sine cuna non en las formas de contratación de la finca de los arrendatarios y las exigencias
del comité técnico de la Federación Nacional de Cafeteros para los productores y pequeños
productores. En adelante, aparece una modificación sustancial del ethos campesino del café
en Anserma y aparece un productor cafetero del que se abordará en los apartados siguientes
la contextualización de este primer apartado. De esto, el censo reporta que el pago en las
tierras se hacía con las siguientes características:

Ilustración V: Tipo de pago en tierras de arrendamiento de Anserma,

Caldas -1960

Tipo de pago en tierras de arrendamiento Superficie en (Has.)

Totales 5466
Pago en efectivo 358
Pago en especie 108
Pago en efectivo y en especie 90
Pago en parte proporcional de los productos 4363
A cambio de prestación de servicios 8
Conforme a otros arreglos 539
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE
La modernización de la contratación, implicó un progresivo aumento salarial de la finca
cafetera, y una reducción de formas de contratación de aparcería y prestación de servicios.
Y en arrendamiento, las formas de pago iban a modificarse sustancialmente al trasladarse
del pago de proporcional de los productos a un pago en efectivo y fijado con anterioridad.
Esta reconversión de las tierras de arrendamiento daría como producto una formalización
de la cesión del temporal al arrendatario, de esto se señala que:

Ilustración VI: Tipo de contratación en Anserma Caldas - 1960

Tipo de fuerza motriz Número Superficie (Has)

Totales 1036 4905


Cantidad fija en efectivo 16 357
Cantidad fija en especie 25 75
Aparcería 77 3903
Prestación de servicios 11 7
Otros arreglos 173 454
Cosechadoras 0 0
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

En el período estudiado, el censo señala que la tierra usada para las diferentes utilidades del
municipio de Anserma era de casi 19 mil hectáreas. De ellas existe una mayoritaria
concentración en cultivos de praderas y prados permanentes usados para la ganadería y el
sector pecuario con casi el 44% del uso del suelo.

Seguido por los cultivos permanentes donde predomina ampliamente el café con el 32% del
uso del suelo. El sector de los cultivos temporales y que agrupa a una gran proporción de la
dieta de la sociedad en Anserma, apenas representa un 9% y evidencia una ruptura
significativa de la estructura anterior de una agricultura de subsistencia y de autoconsumo,
a un tránsito de dependencia de la dieta básica. Ello ya devela la estructuración de una
fragmentación del ethos de los campesinos de la región donde la participación de la
utilización de la tierra para su garantía de reproducción tiene a identificarse ya en los
sesenta como de menor participación.

Ilustración VII: Estructura de la propiedad rural en Anserma, Caldas - 1960

Área Porcentaje de área por tipo de


Tipo de propiedad
(Has.) propiedad
Tierras propias y a modo de
13.014 69, 6
propietarios
Tierras tomadas sin título 5466 29,2
Tierras ocupadas sin título 18 0,1
Tierra bajo otra forma de tenencia 203 1,09
Total (Has.) 18702 100
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

La tenencia de la tierra, hemos señalado ya, aparece en medio del debate teórico de las
ciencias sociales en Colombia desde los años sesenta, alrededor de la cuestión de sí es
“democrática” la participación de la pequeña y mediana propiedad; como de sí los
campesinos accedieron efectivamente a la tierra desde la participación de los predios y las
adjudicaciones de finales del siglo XIX. Como comentábamos, la leyenda rosa de la
colonización antioqueña ha difundido la tesis de que la ocupación del occidente de
Colombia dio garantía a una transición en las formas de posesión de la tierra presentes
hasta el momento. También señalamos que el café en el siglo XIX se edificó desde el
modelo de la gran hacienda del centro oriente de Colombia, y que su transformación y
crecimiento en el siglo XX, estuvo acompañado por una estructura de la pequeña y mediana
propiedad como señalaron Ocampo (2015) y Palacios (1987).

Los datos sustentan los planteamientos de los autores acerca de que la economía del café
hasta el año setenta se vio apoyada en una estructura donde la tenencia de la propiedad se
orientó por la agricultura familiar y la posesión de los predios de explotación, donde se dan
casi 70% de los títulos y su tenencia. En las tierras tomadas sin título que refleja el otro
gran grupo, participan las tierras de arrendamiento y la aparcería que reflejan un casi 30%
del total. La ocupación sin título no es muy representativa en este período.

Ilustración VIII: Número y superficie, según la condición de manejo en Anserma


Caldas -1960

Proporción de
Número de Superficie en Proporción de
Explotaciones número de
explotaciones (Has.) superficie
explotaciones

Totales 2625 100 18702 100


Manejadas por el
2566 97,7 12837 68,6
productor
Manejadas por el
59 2,3 5864 31,4
administrador
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE
Ilustración IX: Superficie de las tierras según las clases principales de
aprovechamiento

Porcentaje por
Explotaciones Superficie en (Has.) principales
aprovechamientos
Totales 18702 100
Cultivos temporales 1822 9,7
En descanso 1593 8,5
Tierras de cultivos permanentes 5900 31,5
Praderas y prados permanentes 8291 44,3
Montes y bosques 862 4,6
Tierras de toda otra clase 234 1,4
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

Las tierras de uso agrícola son de 10620 hectáreas aproximadamente, de ellas los cultivos
permanentes alcanzan la mayor participación con un con 55%. Seguidos por los temporales
de los que se destaca el maíz y el plátano y que arrojan los siguientes datos:

Ilustración X: Distribución de productos agrícolas por superficie

Producto agrícola Proporción de


Superficie en (Has)
superficie
Arracacha 2,5 0,03
Caña de azúcar 727 8,7
Frijol 32,8 0,4
Yuca 274 3,2
Banano y plátano 1526 18,1
Cacao 53,3 0,6
Café 5791 68,9
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 1960 DANE

La contextualización del territorio nos señala la mayoritaria participación del café sobre
otros cultivos en el territorio de Anserma. Los cafetales cubren el paisaje local y a la vez, la
principal oposición para otros cultivos y sectores. En los sesenta, la bonanza cafetera
priorizó un sector en la cadena agrícola, lo cual concentró las prácticas y saberes del
cultivo, la vocación del suelo y condujeron a la estructuración de la crisis actual. En los
últimos cincuenta años, entenderemos una serie de dinámicas de cambio y permanencia de
la actualidad de las que se origina la crisis contemporánea en el agro local. Sitúan las
diferentes fases de acumulación de capital y permiten adentrar en la fase reciente de
acumulación y el resigo actual en la agricultura caldense.

1.6 Tránsito del modelo agrario campesino al modelo de diversificación de las


exportaciones (1970-2020)

En este capítulo se abordan las transformaciones del campesinado en Anserma, Caldas,


estableciendo las fases de consolidación de un nuevo modelo de economía agraria que se
forja a partir de las reducciones de la producción cafetera de 1960, la revolución verde del
setenta, y la vinculación de los procesos socio científicos recientes en el campo de la
agricultura y las prácticas agrícolas.

Es común identificar que los diferentes períodos de desarrollo de la humanidad se


caracterizan a partir del nivel socio técnico de cada época que se aborda. Entre época y
época existen un sinnúmero de variables que facilitan y acompañan que un sistema viejo
muera y nazca un nuevo sistema que retoma y sustituye los procesos. Analizar dichas
transiciones demanda un arduo trabajo para centrar claramente aquellos elementos que en
su estructura se transforman. Existen elementos que se transforman en contenido, existen
elementos que se transforman en su forma interna o existen elementos que se transforman
en forma y contenido, pero sin duda una transición nos señala un pasado que se reconstruye
y una realidad que se deforma y nos lanza al vacío de la incertidumbre.

Sin duda, la sociología desde su consolidación se ha encargado de señalar aquellas


transiciones en la historia reciente. Sus tareas han sido las de depurar las rupturas en el
orden político, identificar nuevos regímenes en la estructura social, comprender las
imposiciones y transmisiones de los discursos hegemónicos, reflejar el ethos de una
sociedad y analizar transformaciones de tipo socioeconómico en las diferentes sociedades
que son de su interés.

El paso de una sociedad a otra ha permitido ubicar en el quehacer sociológico que los
debates de lo campesino y lo rural son de preocupación primaria para una sociedad debido
a que directamente se relaciona con los procesos de modernización, de consolidación de un
sistema económico y a que son parte de los procesos de lo que construye una formación
social. Este interés de la sociología por lo campesino asiste en la actualidad, a una
tendencia en crecimiento y donde nuevas y variadas apuestas teóricas y metodológicas han
permitido una mayor comprensión de la complejidad del asunto (Sevilla, Pérez, 1976).
Nuevas perspectivas han reconvertido una anatomía de lo campesino y proponen una
discusión por desarrollar.

La tradición del concepto de campesinado nos habla de una categoría compleja y dinámica
en el espacio y en el tiempo. Para ampliar el concepto de lo campesino en América Latina
tomaremos la gran aproximación a este respecto realizada por Raul Brignol y Jaime Crispi
en su texto El campesinado en América Latina, una aproximación teórica (1982). Para los
autores el campesinado en América Latina es un agente social histórico que se vincula a los
diferentes procesos de acumulación de acuerdo a la sociedad a la que pertenecen. En Crispi
y Brignol (1982) no puede entenderse el campesinado en América Latina sí no pensamos en
una relación dialéctica donde centro-periferia de la que se vinculan, tanto en los procesos
de transformación científica, así como en su relación económica dependiente. Es por ello
que una característica de nuestro campesinado es su doble naturaleza de lo dependiente y
subordinado. Se fija que la construcción del sujeto del campesinado pasa por una
condición sine qua non en la que el orden social imperante se orienta por la garantía de
límites a la propiedad, a la relación de compra de fuerza de trabajo y una seguridad jurídica
del proceso.

Los autores (Brignol, Crispi, 1982) exponen los elementos constitutivos de la definición del
campesinado sobre cuatro dimensiones: I) La vocación de la actividad campesina se orienta
la reproducción de las condiciones de vida de la familia campesina, no orientada por
criterios de producción y apartada de la maximización de la ganancia. II) La finalidad
última de la lógica campesina es la preservación de la familia lo cual incluye que tanto
producción como consumo final extraiga de la renta familiar las condiciones para su
subsistencia. III) La lógica campesina emplea fuerza de trabajo mayoritariamente familiar:
hijos, nietos y yernos. IV) La incapacidad de asegurar la reproducción familiar del
campesino lo lanza a venderse como fuerza de trabajo. V) La lógica campesina se orienta al
mercado y las interacciones sociales que convergen dentro de ella. VI) Las condiciones
históricas de la estructura político-económica inciden sobre la forma y contenido de la
orientación del campesinado. VII) El carácter científico y técnico alterna la orientación del
campesinado, estableciendo nuevos procesos de trabajo simples y complejos. Por último,
VIII) La vinculación de la lógica campesina latinoamericana se vincula a formas de
producción subordinadas, dinámicas y de naturaleza multiforme.

De esta manera, los autores nos dicen que:

“Para comenzar, no hay aquí capital que pueda moverse libremente, sino un
conjunto de elementos de trabajo y fracción de tierra, cuyo valor reside casi
exclusivamente en su capacidad de darle un fin productivo a la fuerza de trabajo de
que dispone la unidad familiar. Pero la diferencia más importante es que esta unidad
se reúne al mismo tiempo la producción y el consumo final y, por consiguiente, la
misma no puede desaparecer sin afectar decisivamente a todos los integrantes de la
familia campesina, y el campesino sabe cómo lo afecta un cambio de actividad. Sí
tiene suerte, después de vender su tierra y sus elementos de trabajo, terminará
vendiendo su fuerza de trabajo a alguna empresa capitalista, pero lo más probable es
que al no ser absorbido por el sistema se convierta en un marginado” (Brignol,
1982, p. 146).
Con la anterior cita, los autores advierten el efecto que trae consigo la desmembración de
la lógica campesina. Su proceso de desintegración supone un entramado de nuevas
relaciones que van a afectar a la familia como agente social y económico, a las prácticas y
saberes de la tradición campesina y la vinculación del hombre-tierra en los procesos de
producción agraria. El campesino, nos explican, se encuentra encerrado en pocas
posibilidades de participación en el mercado laboral y en el espacio social, ya que la
especialización en su actividad le condiciona capacidades, formas de trabajo y habitus. Los
autores identifican que la inserción de la lógica capitalista en la dinámica agraria genera
una respuesta de parte del campesinado, ya que, como nos dicen: “el campesino defiende su
forma de producción a cualquier precio, y se refugia en su parcela ya que es lo único que
le asegura su supervivencia” (Brignol, p.147), ello ocasiona que la familia campesina
intente sopesar los embates del capitalista agroindustrial desde diferentes estrategias,
vendiéndose como fuerza de trabajo, participando a tiempo parcial o perseverando desde la
formación, la técnica, la cooperación y la integración local.

Para ubicar el momento actual de América Latina es indispensable comprender la


caracterización histórica que propone Luis Llambí para los diferentes periodos del
campesinado latinoamericano. Para el autor, abordar el concepto de lo campesino es un
problema teórico que pasa por comprender que las ciencias sociales en general en América
Latina han planteado mal la pregunta acerca de lo que es y lo que no es el campesino. El
autor intenta preguntarse qué distinción existe entre peón de una hacienda, agricultor de
subsistencia, agricultor parcial, semiproletario, o trabajador de una cooperativa Llambí
(1991). Esta inquietud que apiñó a diferentes procesos pretende que el autor interprete que
los diferentes campesinos solo son posibles de explicación desde los diferentes procesos de
acumulación de capital. El autor nos dice que: “Cada periodo histórico en el proceso de
acumulación de capital ha generado su propio campesinado. Estos agentes sociales son, por
lo tanto, productos históricos específicos con múltiples génesis y variables trayectorias”
(Llambí, 1991, p.61). Con esto Llambí quiere definir que el campesinado es un agente
histórico de múltiples formas y contenidos, que es dependiente de la historia y hace parte de
las transformaciones en la acumulación de capital que las sociedades ejercen.

Para Llambí (1991), América Latina desde el siglo veinte hasta la actualidad ha
transcurrido por tres períodos de acumulación de capital que han incidido en el
campesinado. El primer modelo inició con anterioridad a la tercera década del anterior siglo
y es conocido como régimen agroexportador; está anclado a formas productivas
terratenientes donde la plantación, la hacienda y la estancia estructuraron un modelo
orientado a la exportación tanto de minerales y materias primas y donde no presentó grado
de industrialización. El segundo momento se vincula con posterioridad a los años treinta
donde existió “la generalizaci6n de un proceso de industrialización orientado al mercado
interno, sustentado financieramente en la exportación de unos pocos productos, y en el
abastecimiento interno de algunas materias primas de origen agrícola” (Llambí, 1991, p.61)
Allí primaron la formaciones económicas del sector primario, el agenciamiento de los
procesos por parte del Estado, la articulación del mercado nacional y la sustitución de
importaciones. Por último, un modelo orientado hacia “la adopción de un régimen de
crecimiento basado en la diversificación tanto de productos exportables como de mercados”
(Llambí, 1991, p.61).

Ahora bien, pensar en tres modelos de articulación del campesinado latinoamericano en


América Latina supone que los agentes sociales han vivido un sinnúmero de
transformaciones de carácter gradual y que también el modelo actual de desarrollo torna a
la eliminación transitoria de sus anteriores. ¿Cómo se desarrolló tal transición? ¿Cuál es la
dinámica actual del campesinado latinoamericano? ¿Quién ocupó el papel del Estado?
Estas son las siguientes preguntas de Llambí y que permitirán socavar la comprensión para
definir el objeto de nuestro interés. Para Llambí (1991) el modelo de industrialización por
sustitución de importaciones se estimuló por la escasez en agricultura en industria de
América Latina (que varía en fechas según la sociedad y que se presenta después de la
crisis económica de 1929 o en casos desde la Segunda Guerra Mundial). Este modelo
dirigido y planificado se orientó hacia el autoabastecimiento y la responsabilidad al Estado
de la asignación de recursos. Desde el modelo de sustitución de importaciones, el Estado
apoyó financieramente y desde la regulación a los diferentes agentes de los países
representados tanto en el sector urbano como el rural. La regulación se orientó hacia
salvaguardar las tasas de cambio, garantizar las barreras arancelarias, y a impulsar el
consumo de bienes esenciales en los hogares desde el aumento de la demanda y la
generación de empleo. De igual manera el Estado en el período presidió y potenció la
redistribución de la propiedad de tierra, estimulando reformas agrarias y movimientos
sociales y permitiendo la construcción de los campesinos como sujeto político. Los
procesos de reforma agraria permitieron una tecnificación de la producción agrícola, una
planificación de la redistribución de la infraestructura (riego, educación, carreteras, etc.) y
amplió la racionalización de la actividad productiva. Los procesos de modernización
productiva se vieron acompañados de una capacitación sociotécnica de los campesinos, un
acceso a la maquinaria, una garantía de mercado y generando acumulación de capital en el
campo que permitiría, como señala Llambí (1991), que no solo se trabaja del acceso a la
tierra , “sino también a los mercados de productos y de capitales, a fin de estar en
condiciones de establecer patrones técnico-productivos relativamente rentables, o que a1
menos generaron ingresos superiores a 1os salarios agrícolas locales” (Llambí, 1991, p.69).

Con posterioridad a la década del sesenta, Llambí (1991) establece el momento en que la
coyuntura del desabastecimiento alimentario permitió la introducción de un modelo
agroexportador y que dio sus primeros pasos en la revolución verde. El nuevo modelo
estimuló el fortalecimiento del sector agrícola desde la investigación científica para la
genética de las plantas con adaptación a nuevos climas o enfermedades, así como la
adopción de nuevas prácticas y el uso de nuevos productos de fertilización, plaguicidas y
riego. Para afrontar el desabastecimiento del sector agrícola se estimuló la introducción en
el sector rural de un nuevo paradigma orientado al desarrollo rural cuyo norte se entiende
desde el comercio agroexportador y el financiamiento. El proceso de reestructuración
productiva desaparta al Estado de su agencia y vincula a nuevos agentes como el crédito y
el comercio.

El modelo de diversificación de las exportaciones y campesinado que propone Llambí


(1991) a partir de la década del sesenta se orienta por la desvinculación de la Estado, el
vínculo próximo entre los campesinos y el mercado y por la expansión del modelo de
ventaja comparativa.

Llambí nos dice:

El régimen orientado al mercado externo, y la política macro-económica que lo


acompaña, se apoya en dos pilares fundamentales: la operación, en las relaciones
económicas internacionales, del principio de las ventajas' comparativas; y, en el
plano interno, de los mecanismos de la regulación competitiva. El criterio de las
ventajas comparativas, supone la eliminaci6n de las barreras proteccionistas al
mercado interno y la fijación de una tasa de cambio llamada a equilibrar las
importaciones con las exportaciones. Como consecuencia, el aparato productivo
interno debe ser reestructurado conforme a las condiciones vigentes en el mercado
internacional. En otras - palabras, el nuevo régimen se basa en la reinserción de las
economías nacionales en la actual divisi6n internacional del trabajo que se establece
una clara diferenciaci6n entre 1os países tecnológicamente desarrollados (el
"norte") y 1os países atrasados tecnológicamente (el "sur"). Lo que exige a cada
país aprovechar a1 máximo sus ventajas comparativas internacionales, tanto en lo
que respecta a la dotación de recursos naturales como humanos (Llambí, 1991,
pág.71)

En Llambí (1991), el nuevo modelo diversificación de exportación y campesinado riñe


directamente con el desarrollo de la agricultura de productores independientes ya que les
convierte en unos agricultores con “posibilidades menos reducidas” (Llambí, 1991, p.71).
Ahora bien, es necesario preguntarnos ¿qué incidente que la dinámica campesina entre en
conflicto con el régimen de diversificación de exportaciones? La razón, las formas
campesinas tienen una lógica diferente a la de la economía del capital como lo exponen
Brignol y Crispi (1982). En su exposición taxativa los autores encuentran que la relación es
de conflicto y tiene a la desarticulación campesina.

Para los autores, las transformaciones de la dinámica rural en América Latina solo pueden
ser entendidas si se entiende la expansión del capital y su impacto en el sector rural y los
campesinos. La lógica capitalista es una formación social demanda gran seguridad y
confianza para la introducción de sus redes en un sector.
2. LA CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA AGROINDUSTRIAL
(SAI) DENTRO DE LA ESTRUCTURA AGRARIA EN
AMÉRICA LATINA

2.1 Políticas de ajuste estructural en América Latina

A partir de los años setenta los diferentes gobiernos de América Latina inician un proceso
de ajuste estructural que modificó sustancialmente su desarrollo cultural, social y
económico. En estos años el modelo de Industrialización por Sustitución de
Importaciones inicia su proceso de declive. Las razones se hallarían en la desaceleración
de la economía o la reducción del crecimiento tanto en la industria como en la agricultura,
la capacidad tecnológica se rezagaba. Esta fase transitoria de ajustes garantizará mercados
abiertos, extranjerización de la tierra y de los capitales, flexibilidad laboral e implantación
de un sistema de comercio de semillas y provisiones agrícolas más severo para los
agricultores de América Latina. Norma Giarracca y Miguel Teubal nos dicen que:

Desde mediados de los años setenta y hasta la actualidad –periodo de apertura de


mercados, ajustes estructurales, extranjerización e impulso a determinados
desarrollos tecnológicos- la agroindustria se va transformando en la base de
sustentación de los agronegocios (Giarracca, 2008, p. 352).

Los autores anteriormente citados reconocen que el tránsito de modelo económico significó
a su vez, un tránsito en la concepción de Estado. Ejemplifican como para Argentina desde
los años treinta del siglo XX, el Estado había propiciado la movilización campesina y la
organización comunitaria, favoreciendo la creación de cooperativas y ligas campesinas al
calor de la reforma agraria y del modelo de soberanía alimentaria. En Colombia, entre los
años 30 y 70, el Estado favoreció la construcción de sindicatos y ligas campesinas, nace el
Instituto Colombiano de Reforma Agraria, las ligas campesinas de Tolima y el Huila y
aparece un movimiento social volcado a la actividad agropecuaria, la educación rural, la
soberanía alimentaria y dentro del modelo de provisión alimentaria nacional con
instituciones como el Instituto de Mercado Agropecuario IDEMA.

En los años 90 una serie de instituciones de fomento agropecuario inician su proceso de


desestructuración, como sucedió con el IDEMA. Así lo reza una noticia de aquel período en
El Tiempo:

“Los agricultores son enfáticos en afirmar que el Idema ha sido una de las
instituciones relacionadas con el agro que más les ha servido y son conscientes de
que su liquidación les traerá problemas con los precios de sustentación en el
mercado, aunque se en el último año se demoró en los pagos. Actualmente el Idema
tiene en venta 15 inmuebles en todo el país, de los cuales cuatro se encuentran en el
departamento del Meta, dos en San Martín; uno en Puerto López y otro en Granada
(la antigua planta). El secretario general de Agameta, Alvaro Orjuela Villalobos,
afirma que el gremio está resignado por el desmonte, pero que los argumentos que
tiene el Ministerio de Agricultura se pueden refutar fácilmente, ya que la corrupción
se combate investigando y castigando a los culpables del desangre financiero por el
que atraviesa tanto la entidad como el presupuesto nacional, manifestó. Los sectores
que mueven la economía nacional son conscientes que la apertura económica ha
traído consecuencias positivas y negativas para el país y ha sido la principal
causante de un total estancamiento en el sector agropecuario, agregó Orjuela
Villalobos. Con la apertura económica el Idema se quedó sin qué hacer pues perdió
el monopolio de importaciones de alimentos (su principal fuente de ingresos). Con
esta actividad dejó de recibir recursos que eran utilizados en la entrega de beneficios
a los agricultores, obligación que debía asumir el Estado y al no cumplir llevó a la
entidad a no tener ni para pagar los sueldos afirmó Álvaro Orjuela Villalobos,
secretario general de Agameta” (El Tiempo, 1996).

La anterior cita publicada contiene diferentes elementos que conviene profundizar. El diario
nos dice que las condiciones de apertura económica en 1996 aún estaban en fase de
construcción. Según la noticia, antes de la apertura económica el IDEMA cumplía un rol
fundamental en la importación de alimentos ya que del beneficio de sus importaciones se
generaba un presupuesto para el fomento agropecuario nacional. El diario también apunta
al hecho de que desde la apertura económica el mercado de importación de alimentos fue
de participación abierta, y por consiguiente el papel de comercialización internacional de
productos para el consumo nacional entraría bajo la participación del sector público como
el sector privado. Señala el medio que la desaprobación de los agricultores nacionales a la
medida se entiende por su participación en el mercado nacional y para permitir el equilibro
entre los productos nacionales de alimentación con el mercado mundial de alimentos al que
se vería abocado.
La transformación en el papel del Estado en los años noventa empezaría a ser supeditada a
organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial
y la Organización Mundial del Comercio, quienes han fijado nuevas reglas para el
control fiscal, la disminución de las tasas de inflación, la protección a las patentes, la
propiedad y a la articulación del sector agrícola dentro de los acuerdos internacionales de
comercio. La pérdida de la centralidad como lo nombran Giarracca y Teubal, (2008) se
refleja en la aplicación de reglas excluyentes para la agricultura tradicional y donde
ejerce el ajuste de las políticas nacionales para la articulación de la economía agrícola al
mercado internacional.
En el año 1994 aparecen los primeros acuerdos de las reuniones de Ronda de Uruguay en
el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (conocido como
GATT. Este pacto selló los acuerdos para la exportación de alimentos de las potencias a los
países en desarrollado. Este acuerdo, identifica Machado (2002), fue desastroso para
economías emergentes en África y América Latina ya que volcó a la economía global
alimentos subsidiados de países europeos y norteamericanos y dejó en desventaja a
economías en desarrollo y de rezago tecnológico.
Machado nos dice que:

Uno de los hechos más significativos de la última década en el comercio


internacional fue la inclusión de la agricultura dentro de las negociaciones
multilaterales, que se plasmó en las discusiones de la Ronda de Uruguay. Allí se
perfiló por primera vez el nacimiento de reglas de juego internacionales para el
comercio de bienes agrícolas, bastante distorsionadas de las prácticas
proteccionistas aplicadas en los países industrializados en perjuicio para los países
de menor desarrollo (Machado, 2002, pág.109)

La experiencia de Argentina hace pensar a Giarracca y Teubal (2008) que existe un


“disciplina institucional” que demanda reformas dentro de los estados latinoamericanos.
Esta disciplina va a permitir que el marco institucional garantice las oportunidades del
mercado, garantizado la seguridad jurídica de las inversiones y estableciendo una normativa
de buenas prácticas agrícolas que impide a los mediados y pequeños agricultores ser
partícipes.

2.2 Las políticas de ajuste estructural en Colombia

Darío Fajardo identifica que las políticas de ajuste en Colombia deben entenderse como un
ejercicio escalonado y donde gradualmente se ha insertado el actual modelo. Señala que
entre 1970 y 1980 la política agraria en Colombia estuvo orientada por el problema de la
tierra y la propiedad, por ello afirma qué:

Los desequilibrios del desarrollo regional y de la gobernabilidad indujeron cambios


de énfasis en las políticas sectoriales: el decenio de 1970 a 1980 enmarcó la
transformación de la “reforma agraria” al “desarrollo rural integrado”. A comienzos
de esa década y aun cuando la redistribución de la tierra había sido insignificante y
ampliamente superada por la titulación de baldíos, políticamente se había ampliado
el arco de opositores al reparto agrario (Fajardo, 2011, p.83).

Fajardo identifica que Colombia abandona el problema de la tierra en los setenta por
presiones de los terratenientes y debido a la modernización de la agricultura que
experimentaba América Latina. La política de tierras se cerró con el Pacto de Chicoral de
1973 que puso fin a la ocupación de territorios por parte de los campesinos sin tierra, así
como la Ley 6 de 1975, quien para este autor amplió la política de aparcería, el
arrendamiento y sería el coto al acceso al tierra en Colombia. Ello contribuyó al abandono
del problema de la tierra como política de Estado. Fajardo señala que:

La decisión de impulsar las estrategias DRI precedió al desmonte de la reforma


agraria, a su sustitución por el reforzamiento de la aparcería y al impulso de
programas de colonización en las fronteras, opciones encaminadas a mantener
incólume la estructura de la propiedad. La persistencia de problemas estructurales
del Estado en el ámbito territorial, manifiestos en los retos de gobernabilidad y en la
implantación del narcotráfico, habrían de llevar a los gobiernos a proponer nuevos
programas para las áreas rurales dispuestos para tratar de remedir los profundos
desajustes creados en los territorios marginales de la colonización (Fajardo, 2011,
p.87).

A partir de los años noventa, los países de América Latina inician su introducción en un
nuevo proceso de acumulación, donde se prioriza la iniciativa individual, se
desestructuran las agencias públicas y donde los trabajadores y la clase obrera retroceden
frente a derechos laborales y de representación.

Fajardo (2009) advierte que son tres reformas esenciales las que han permitido la
reconversión del modelo agrícola de Colombia, ambas reformas en pro de la apertura a los
mercados internacionales. Establece que el capital y el proceso de acumulación del
neoliberalismo inciden sobre la agricultura y los agricultores, pero devienen de reformas
enfocadas a la transformación industrial y la sociedad salarial.
La primera reforma que señala Fajardo (2009) es la reforma que permitió la flexibilización
del trabajo. Bajo la ley 789 de 2002 fue presentada en el Congreso de la República la
reforma al modelo de contratación y vinculación laboral.
Fajardo nos dice que:

“La ley 789 fue planteada para disminuir costos laborales en la contratación y atraer
inversionistas, en un contexto de creciente disponibilidad de mano de obra
favorecida por los desplazamientos forzados hacia las ciudades. Luego de varios
años de aplicación sus evaluaciones la muestran irrelevante para la generación de
nuevos empleos y asociada al deterioro de las condiciones de vida de los
trabajadores” (Fajardo, 2009, p.58).

La reforma laboral implicó mayores márgenes de ganancia al sistema capitalista y redujo


las posibilidades organizativas de los trabajadores. En la agricultura supuso la
intensificación de las jornadas laborales, la apertura para el trabajo a destajo, la
desregulación y la pérdida de capacidades de defensa. En la flexibilidad laboral en América
Latina, del libro Tratado latinoamericano de Sociología del Trabajo, De la Garza Toledo
(200) insiste en que estas trasformaciones fueron colaterales a las políticas de ajuste en
América Latina y fruto de la reestructuración productiva. Esta fue modelo para las
economías latinoamericanas y en ella la polivalencia y las nuevas formas de trabajo
ampliaron las desigualdades entre las clases sociales y eliminaron las posibilidades de
negociación a la clase media.

Otra de las reformas cruciales que señala Fajardo (2002) para la transformación de
agricultura en Colombia, fue la Ley de víctimas o Ley 975 de 2005. Dicha ley tenía como
objetivo central cerrar las brechas del conflicto en Colombia, haciendo que a las víctimas se
les reconociese su reparación y para facilitar los procesos judiciales de los excombatientes.
Esta ley, señala Fajardo; “favorecería la desmovilización de irregulares permitiendo la
legalización de bienes apropiados mediante presiones, asesinatos, compras forzadas, y
ocupaciones de hecho” (p.59). Con ella el Estado colombiano favoreció el reconocimiento
ilegal de títulos de tierra de exparamilitares quienes de manera violenta despojaron a
campesinos, bajo el auspicio de autoridades de militares y bajo la complicidad de notarios y
jueces de tierras. La legislación contempla un marco jurídico viable para la edificación de
un sistema agroindustrial en territorios donde los paramilitares asolaron a la sociedad civil.

Estas políticas de ajuste estructural direccionan un modelo agrícola donde aumentan las
importaciones de alimento, se reducen las hectáreas para cultivos temporales y donde la
gran plantación y la gran propiedad (mayor a 500 hectáreas) amplían su extensión. Fajardo
(2002) señala que Colombia ha dejado de producir el algodón que consume, aumenta los
valores de la importación de arroces y se provee de oleaginosas en el mercado
internacional. Esta perspectiva de importación de alimentos obedece, según este autor, a
que la cuestión agraria ha perdido su centralidad en el discurso político nacional. Nos
hemos olvidado de los agricultores, campesinos, los alimentos nacionales y hemos
disminuido recursos para el fomento agropecuario y la soberanía alimentaria. El autor
reconoce que el modelo de propiciado por las políticas de ajuste busca establecer una
orientación económica de exportación de bienes mineros e hidrocarburos principalmente, y
acompañado en bienes transables en la agricultura como los agrocombustibles y los cultivos
permanentes de ventajas comparativas como el café. Este plan, bajo el gobierno de Álvaro
Uribe Vélez, propuso metas para el año 2019 bajo el nombre de Visión Colombia II
Centenario, donde la seguridad democrática y la confianza inversionista, establecerían un
Estado atractivo para las multinacionales. Al respecto del plan, Fajardo (2002) nos dice
qué:

“Visión Colombia II Centenario”, exigiría el logro de los objetivos de la política de


“seguridad democrática” propuesta por el actual mandatario, como condición para
el afianzamiento del sector exportador representado por hidrocarburos y otros
minerales, agrocombustibles (producidos a partir de las plantaciones de palma
africana y caña de azúcar) complementado con otros cultivos permanentes (café,
cacao, caucho y algunos frutales y el renglón del turismo” (Fajardo, 2002, p.49).
Este proceso, que en palabras del economista Ricardo Bonilla (2011) se entiende como la
reprimarización de la economía colombiana, explica que en las últimas dos décadas se
haya priorizado en el país el fortalecimiento de las actividades mineras y de los
hidrocarburos. Bonilla (2011) propone un comparativo para pensar el tránsito de los
sectores económicos de Colombia entre 1995-2000 y 2005-2009. Allí el autor, con cálculos
propios y empleando la información publicada por el Departamento Nacional
Administrativo de Estadística, propone la siguiente gráfica que en adelante se reproduce.

Bonilla (2011) encuentra una relación directa entre la apertura económica y la disminución
en la proporción de los sectores agropecuarios e industriales del país. Mientras en 1995 el
sector agropecuario participó del 14% de la economía nacional, en 2009 su estimación
habla de una reducción al 8,5%. De igual manera ocurre con el sector industrial que en
1995 participó con el 14,6% y en el 2009 con el 14,2%. La reducción agropecuaria es
abismal, y nos habla de una contracción del sector, una baja en la participación que nos
habla de la pérdida de la incidencia como sector.

Tomado de: Colombia: estructura productiva sectorial (en porcentaje), Bonilla,


Apertura y reprimarización de la economía colombiana, p. 55.

Bonilla coincide con Fajardo (2002) quien evidencia la contracción del sector agrícola y
nos dice que: “en esta década coincidieron dos tendencias de fuerte impacto en el sector:
por una parte, un notorio descenso en la inversión pública en el sector y, por otra, el
descenso de la rentabilidad de las actividades agrícolas, incluyendo la caficultura”
(Fajardo, 2002, p.49).
Por otra parte, Bonilla también advierte el notorio crecimiento de los sectores mineros e
hidrocarburos, pasando en 1995 de ser el 3,5% de la proporción nacional, a ser el 6,4% en
2009.
La pérdida de la proporción de sector agropecuario nacional permite comprender la
“importación anual promedio de 5 millones de toneladas de alimentos y materias primas”
que estima Fajardo (2011). Esta pérdida implica una subutilización del suelo como lo
menciona, y donde se aprovecha menos tierra en el sector agrícola y donde la ganadería
rebosa las capacidades y las necesidades nacionales
.
Al respecto nos dice que:

“Entre 1990 y 1997 desaparecieron los cultivos de más de 700 mil has: en 1990 se
sembraron 2.5 millones de has. de cultivos semestrales y 1.2 millones de has. de
cultivos permanentes, en tanto que en 1997 las siembras fueron de 1.6 millones de
has en semestrales y 1.4 en permanentes. En estos últimos, los incrementos anuales
más importantes son los de las frutas (8.5%), palma africana (6.9%), caña de azúcar
(5.5%) y banano (3.7%)” (Fajardo, 2011, p.50).

Esta reducción de los cultivos temporales amplía las demandas internacionales de bienes
de consumo diario. Fajardo (2009) identifica que Colombia tiene un potencial agrícola de
12,7 millones de hectáreas, y de ellas, están destinadas para uso agrícola alrededor de 4,66
millones. La ganadería tiene un potencial de 16,8 millones de hectáreas y emplea para su
uso alrededor de 35,11 millones. Los bosques, reservas forestales y áreas protegidas tienen
un potencial de 68,5 millones de hectáreas y de ellas solo se usan 49 millones. Es decir que
el uso de la tierra en Colombia tiene una notoria concentración por las actividades de
ganadería, dentro de una industria de subutilización y donde se toma territorio de áreas
protegidas y de reserva para su aprovechamiento. Por otra parte, el sector agrícola está muy
por debajo de sus posibilidades producto del subaprovechamiento de la tierra en Colombia.
La ganadería concentra parte del territorio de vocación agropecuario y donde se eleva la
renta del suelo. Fajardo (2011) anota que existe una relación directa entre las actividades
agrícolas y la pequeña propiedad, lo que indicaría que gran parte de la participación de los
alimentos básicos de los colombianos proviene de la pequeña propiedad o el minifundio
familiar. Son los campesinos quienes aportan el 35% de los alimentos básicos en Bogotá,
nos dice que: “En el caso de Bogotá, los 2,8 millones de toneladas de alimentos que
ingresaron a la capital en 2002 fueron proveídos por 501 de los 1089 municipios del país
46%”(Fajardo, 2009, p.52). La redistribución de la tierra implicaría el mayor
aprovechamiento de las actividades agrícolas dado lo ya expuesto de su participación en la
producción de los alimentos.
Por otro lado, una de las razones esenciales para la pérdida de la capacidad productiva del
sector agrícola nacional ha sido la disminución arancelaria de las importaciones de
alimentos. Desde los años noventa con la firma de los acuerdos comerciales entre las
potencias y por países periféricos, el comercio de librecambio ha podido comerciar con
alimentos subvencionados en los países desarrollados para ser vendidos con menores
aranceles en los países en desarrollo. Ello afectó a sectores importantes como el arroz, los
cereales, los lácteos, donde pequeños productores entran en desventaja para competir con
productos de bajo costo de países subvencionados.

Fajardo anota qué:

“Para entonces, la reducción de aranceles para las importaciones de origen agrícola


(34% a comienzos de la década, 11% en el momento crítico de la apertura 1994,
hizo sentir sus efectos frente a la oferta nacional, gravada por las deformaciones que
las relaciones políticas y económicas propias del país habían impreso en la
producción del país” (Fajardo, 2011, p. 64).

Pácificamente o por medios violentos, en la actualidad el país ha destinado 41 millones de


hectáreas para uso de la tierra. Este contempla actividad agrícola o pecuaria. En uso
pecuario se distrubuye la mayor participación de uso de la tierra en Colombia, con
alrededor de 34,4 millones de hectáreas, es decir más del 80% de la tierra total. En relación
al uso agrícola, el país posee actualmente 8,5 millones de hectáreas destinadas a esta
acvidad, que representan alrededor del 20% en relación al uso de la tierra.

El uso agrícola se distribuye entre actividades de uso agroindustrial con un 35%, en


tubérculos y plátanos con un 22,3%, cereales un 16%, frutas 14,6%, plantaciones forestales
6,8%, hortalizas, verduras y legumbres 4,2%, y flores y forrajes un 0,2%. Los
agroindustriales son aquellos monocultivos destinados a la explotación por parte del capital
y del cual se destinan ganancias por renta de la tierra como de comercialización de los
productos. Los agroindustriales presentes en Colombia, en porcentaje por hectáreas, lo
lidera el café con un 30%, plama africana con un 16%, caña panelera 11%, caña de azucar
8,7%, cacao con 6,6%, y demás agroindustriales con un 28%.

El relación con sector de la caña de azucar se tienen destinadas actualmente 240 mil
hécteras de tierra; de estas hacen parte los departamentos de Valle del Cauca, Cauca,
Risaralda, y en menor medida el Meta. El sector produce 21,116.406 toneladas de caña de
azucar por año aproximandamente, generando al mercado más de 2,2 millones de toneldas
de azúcar refinada, y 378 millones de litros de alcohol carburante, con los cuales se utilia
insumo para la producción de combustibles. A las empresas se les ha señalado la
participación en diferentes masacres y formación de grupos de autodefensas como El
Bloque Calima. Relacionados con la ley PAEZ, a estos grupos se les menciona en
diferentes procesos en los que hubo complicidad de parte de los inversores cañeros, al
permitir con el apoyo de la legislación, ampliar las zonas de cultivo de caña de azucar, con
el aval del estado se permitió incentivar de excensiones tributarias de quienes
reconvirtireron el uso de la tierra y lo destinaron al negocio del azucar.

El monocultivo ha generado conflictos entre los campesinos por la apropación de las tierras
del valle del rio Cauca a partir del proceso de apropación indiscriminada de crecimiento
constante a partir de 1960. Otro elemento de conflicto ha sido la apropación privada de los
bienes públicos como las carreteras, los ríos y quebradas, los servicios ecosistémico. Los
ingenios han generado unas vías de acceso restrigindas para los campesinos, los cuales se
ven en la obligación de generar cada día desplazamientos más distantes para dar salida de
sus productos luego de que el sector cañero biene en constante crecimiento.3 También los
daños ambientales ocasionados por la plantación han signficado la pérdida de estructuras
biológicas presentes en el territorio, así como la deforestación, la erisión, y la
compactación del suelo.

La industria de la caña ha trasladado a cientos de trabajadores de diferentes actividades


agriócolas como del cultivo de hortalizas, frutas y verduras, a partir de procesos de
competencia desigual. Con ello se generó una trasformación de la fuerza de trabajo posible
en los lugares de estos monocultivos, haciendo inviable el fortalecimiento del trabajo de los
cultivos de pancoger y limitando las fuentes de trabajo al crecimiento de un único sector.
Con lo cual, a partir de la crisis del empleo, ha generado una política de migración a la
ciudad y de las que no hay claridad sobre un retorno a las antiguas explotaciones de
pancoger de los minifundios de consumo local. Ello implica un grave riesgo sobre la
soberanía alimentaria del territorio, así como del control de la inflación por alza de precios
de bienes de canasta básica en diferentes regiones de acción del monocultivo.

“A partir de comienzos de los años 90, cuando se perfiló en Colombia la crisis


semipermanente de la agricultura, entendiéndose por ella la fase en la que
convergen tres elementos para producir un retroceso en la producción y en el
empleo generado en el sector agropecuario, especialmente en los cultivos
temporales” (Fajardo, 2011, p. 61).

Colombia ha consolidado un modelo agrícola en el que se ha priorizado la imposición de


los cultivos permanentes de ventaja comparativa. Ello ha cerrado el paso para la siembra de
diferentes productos de cultivos temporales que permitan alimentar nacionalmente la dieta
de los colombianos. El autor presenta una crisis alimentaria permanente y estructurada.

La crisis alimentaria se asume como:

3
(Como lo narró uno de los ingenieros del área de plantación en salida de estudios del curso Sociología
rural).
Esa crisis se evidencia en tres comportamientos: 1. La reducción de las áreas en
producción, no concomitante con aumentos de la productividad; 2. La disminución
de la productividad y, finalmente, 3. La pérdida de empleos en la agricultura, todo
lo cual tuvo como efecto central el rápido incremento de las importaciones de
productos agrícolas, interpelado por algunos como expresión del dinamismo del
sector externo colombiano (Fajardo, 2011, p. 62).

2.3 El origen del sistema agroindustrial

El sistema agroindustrial es un concepto que nace como modelo de desarrollo para las
economías emergentes, pero su orientación deviene de un momento anterior de la
concepción del agronegocio. El agronegocio como concepto apareció en la literatura de las
ciencias sociales y la industria a partir de los años 50 gracias a la escuela estadounidense de
David y Golberg (Machado, 2002). El agronegocio o agribusiness se orienta por la
articulación científica y productiva de las economías agrícolas, propugna por el crecimiento
de la producción y el rendimiento y modifica el desarrollo de la labor productiva de los
campesinos y agricultores. El concepto de Sistema Agroindustrial también se vio
fortalecido por la revolución verde de los años sesenta y la pérdida del volumen productivo
de diferentes economías a escala mundial, lo cual demandó nuevos modelos de edificación
de las relaciones productivas, una intensificación de la actividad científica y una apertura de
nuevos mercados.

En los años noventa, en América Latina se consolida una economía agrícola de exportación
que se manifiesta en diferentes territorios y latitudes como lo establecen Barri y Wharen,
para el caso de la soja en Argentina (2010). Durante este periodo se intensificaron las
exportaciones agrícolas favorecidas por mayores libertades comerciales y por la capacidad
de negociación de los alimentos en los acuerdos comerciales de los estados. Se constituye
una fase agroexportadora neoliberal como propone Rubio (2009) que establece que en
tiempos de la postguerra, la producción de los alimentos nacionales en las economías de
América Latina inician una fase de transición, ya que a partir de este momento la lógica
alimenta se reconfigura y desde los años noventa se constituye un modelo neoliberal de
abastecimiento alimentario que ha dejado excluidos a los campesinos latinoamericanos y
donde la exportación de ventajas comparativas se representa como el derrotero de la
actividad agrícola, la autora señala que:

Mientras que la producción alimentaria nacional decae, emerge un tipo de


producción muy rentable, comandada por la agroindustria exportadora. Producción
de lujo para la exportación o para clases de elevados ingresos. Grandes empresas
agropecuarias vinculadas a las agroindustrias exportadoras producen flores, frutas y
hortalizas con tecnología de punta y una combinación de formas flexibles de
organización de la fuerza de trabajo con precarización de la fuerza laboral (Rubio,
2009, p. 27)

En la anterior cita, la autora identifica el momento actual de la producción alimentaria


latinoamericana. El campesino ha sido excluido de la lógica de participación y ha sido
conducido a la proletarización o a los círculos de miseria de nuestras ciudades. Dando paso
a un nuevo proceso en el que se ubica la actual fase de los agricultores en Anserma, Caldas
se principal concentración se orienta por el sistema agroindustrial.

El sistema agroindustrial lo define Absalón Machado como:

El Sistema Agroindustrial es un conjunto de subsistemas que tienen una


connotación histórica y reflejan un grado superior de desarrollo de la agricultura en
una sociedad. El sistema agroindustrial puede entenderse en principio como el
conjunto de relaciones y procesos que involucran los productores agropecuarios y
sus agentes económicos y sociales en el recorrido de sus productos desde la
producción primaria hasta el consumidor final, incluyendo las relaciones de la
agricultura con los servicios de proveedores de insumos, maquinaria, semillas,
tecnología, servicios e información (Machado, 2002, p. 217).

La concepción que nos aporta el autor denota que cada sistema agroindustrial se configura
históricamente de manera particular para su sociedad de referencia. En Anserma, Caldas el
sistema agroindustrial se asocia al cultivo del café en sus fases de cultivo, producción,
beneficiado y tostado. El autor también establece que las relaciones sociales que configura
articulan diferentes agentes que participan de la actividad como productores, comerciales,
transportadores, transnacionales y consumidores; ellos estructuran una división
internacional del trabajo, así como articulan relaciones internas y roles en sus diferentes
áreas determinadas.

En el nuevo proceso agroindustrial los insumos agrícolas cobran gran relevancia, ellos
incorporan nuevos elementos, administran las innovaciones y patentes e involucran a los
productores en la modificación de sus prácticas. El Sistema Agroindustrial se estructura
desde tres fases: que inician con una fase agraria, se desplazan a una fase de transición y
finalmente se consolidan como fase agroindustrial.

En la fase agraria las relaciones predominan por el poder ejercido de la propiedad de la


tierra sobre el campesino. Se estructura en un momento donde el patrón o dueño de la tierra
genera una dominación sobre el campesino. La producción de los alimentos se abastece
dentro de la producción de la tierra y el excedente generado se acapara directamente sobre
el dueño de la tierra. Estas relaciones Antonio García Nossa las concibió como Estructura
Agraria Tradicional, y sobre ello anota que:
Un sistema de interrelaciones económicas, sociales, culturales y políticas cuyo
núcleo central [sic] está constituido por la propiedad sobre la tierra y sobre los
recursos para utilizarla, de acuerdo con patrones históricos de economía y de
organización social. Dentro de este concepto, la propiedad sobre la tierra implica el
dominio sobre los recursos para su utilización económica y política -la
infraestructura física, las instituciones de transferencia de crédito y de tecnología,
los mecanismos de comercialización agropecuaria en los diversos tipos de mercado-
definiéndose el esquema de uso de acuerdo con la función histórica que desempeña
la tierra como: bien de producción, como bien de inversión, o como elemento de
poder y de dominación social (García, 1973, p. 117).

Posterior a la fase agraria, las relaciones de la propiedad de la tierra y de su uso se


modifican ostensiblemente y adquirimos una fase de transición. En la transición la
propiedad es desplazada de su valor dominante por nuevos actores como el crédito, el
comercio y el mercado como más adelante reconocería García (1981) quien advierte que:
“al reinsertarse la América Latina en un mercado mundial en proceso de
transnacionalización” allí se transforman las lógicas de la estructura agria y los
consumidores y los alimentos empiezan a tener un nuevo carácter. En la fase de transición
se consolida un modelo donde la relación capital/trabajo se conserva, pero brota un modelo
de desarrollo capitalista de la agricultura.

En la tercera fase se consolida el modelo actual, Machado: advierte que: “En la fase III, el
sector transformador de materias primas agropecuarias y los servicios, superan con creces
la generación de valor agregado originado en el sector primario de la agricultura” (2002,
p.17). Ello significa que el excedente total generado del sistema agroindustrial no se reduce
únicamente al valor de los alimentos y los bienes primarios. Este proceso amplía una
brecha entre el valor recibido por los productores en la venta de su proceso y el
procesamiento final. En este momento las transnacionales participan de manera importante
ya que constituyen el mecanismo de comercialización global y financieramente respaldan
los bajos precios en la cotización internacional de los granos.

Según Machado (2002) la centralidad de los procesos de los sistemas agroindustriales debe
entenderse fuera de la agricultura y comprendidos en su interminable agregación del valor
que permiten las cadenas agroindustriales. Ello conduce a que los productores pierden la
relación directa de agricultura e industrial y surgen nuevos actores que integran la relación.

Los nuevos actores son el sector servicios, que vincula transporte, comercialización.
consumo y venta; el comercio que garantiza que a diferentes latitudes lleguen los productos
de la agricultura; el sector financiero que permite los préstamos y mina la ganancia del
sector productivo; y el sector industrial que transforma el producto agropecuario, lo adapta
a las nuevas demandas del mercado y lo hace atractivo para grandes conglomerados
comerciales.
Al respecto, Machado sugiere que:

El sistema agroindustrial lo definiremos entonces como un conjunto de relaciones


socioeconómicas, políticas y culturales e institucionales, cuyo núcleo central es la
propiedad sobre los factores de producción (recursos físicos y naturales, recursos
humanos, recursos financieros, tecnología y conocimientos) cuya dinámica depende
de los diferentes contextos y modos del sistema socioeconómico y político. El
núcleo de poder, o la relación fundamental del SAI, se ubica por fuera de la
agricultura, en el aparato agroindustrial, financiero y tecnológico (Machado, 2002,
p. 221).

Para Machado, (2002) fuera de la actividad agropecuaria se encuentra la base estructural


que configura el sistema agroindustrial. El despojo del excedente agrícola vio alterada la
relación inmanente de la agricultura y la industria. Así el aparto agroindustria ha
posicionado el establecimiento de un valor agregado constante, haciendo que las brechas
entre los agricultores y consumidores se amplíen. Las mercancías pierden su relación con el
trabajo. La ganancia se centraliza y el capital y la provisión de tecnología se concentran en
un sector.

Machado continúa diciendo que:

Esta transformación se manifiesta a través de un proceso continuo y ascendente de


agregación de valor a los productos primarios por fuera de la agricultura. En esos
cambios tiene que ver las transformaciones ocurridas en el mercado, en los patrones
de consumo, en la acción del Estado, y los cambios tecnológicos. Cambian los
elementos de la Estructura Agraria y sus jerarquías. Surgen nuevas relaciones
sociales que adquieren dominio social y político desplazando a las anteriores;
cambian el núcleo fundamental de la estructura y los centros de poder y decisión. El
negocio agropecuario se convierte en un eslabón débil y sin poder en el sistema, en
relación con los poderes que surgen por fuera de la agricultura” (Machado, 2002,
p.219).

El nuevo modelo ha priorizado el abastecimiento de la demanda y no de la oferta. Ha


logrado transformar los sistemas de producción y ha alcanzado nichos de mercado
específicos que fueron posibles a la flexibilización productiva. Dentro de los sistemas
agroindustriales la relevancia que tienen la tierra y su posesión se alteran ostensiblemente
dado el notable crecimiento de rentismo y alquiler de tierras. Los sistemas han procurado
alquilar tierras, fortalecer la capitalización de punta y desarrollar productos para el mercado
mundial de acuerdo a las necesidades del mercado y del consumo. El eslabón débil que
menciona Machado (2002) es aquel sector campesino y pequeño y mediano agricultor,
quien se encuentra en una condición de subordinación y dependencia no vista en otro
sistema productivo. El imperio de la demanda ha logrado que el Estado concentre sus
esfuerzos institucionales en combatir la pobreza extrema en la población rural,
fortaleciendo estructuras del Estado como el SISBEN, y abandone el fortalecimiento de la
producción que permitiría la solución estructural.

Al respecto, Blanca Rubio menciona que:

“La agricultura sigue produciendo alimentos para la población, pero deviene en una
rama marginal, que ya no sustenta el proceso de industrialización y por tanto queda
excluida de los canales económicos fundamentales” (p.108).

“Los últimos gobiernos no conciben al campesino como un productor sino como un


indigente, razón por la cual se observa una tendencia a impulsar programas para
atemperar la pobreza en detrimento de aquellos orientados a fortalecer la
producción” (Rubio, 2001, p.109).

El Estado también ha propiciado la atención por la demanda desde el fortalecimiento


orientado a la provisión de bienes industriales que acompañan la actividad productiva.
Haciendo que campesinos y agricultores reciban maquinaria e insumos agrícolas, dotación
en herramientas y asistencia técnica, pero ha renunciado a una resolución temprana que
centre la problemática del abastecimiento.

Los nuevos agentes del sistema agroindustrial son aquellos agentes económicos, culturales,
políticos e institucionales que han propiciado una dinámica nueva y han racionalizado la
nueva producción. Estos agentes buscan aumentar la ganancia de las actividades
productivas, buscan articular una reconversión constante a las necesidades del mercado.

Los nuevos agentes amplían la anterior relación entre productores y consumidores.


Aparecen las empresas capitalistas quienes se encargan del comercio de los alimentos, el
transporte de los diferentes centros productivos, y el marketing para los consumidores.
Aparecen los propietarios de la tierra, en explotación o en arrendamiento quienes tienen la
función de garantizar el medio físico y los recursos ambientales para la introducción del
sistema. El trabajo asalariado es quien cumple una función de primer orden ya que es el
agente encargado de racionalizar las relaciones del capital/trabajo haciendo que los
productores contraten mano de obra asalaria y a bajos costos y las empresas agrícolas
encargadas de la provisión de semillas, de paquetes tecnológicos, y de los insumos
agrícolas. Los comerciantes encargados de entrar en la lógica de la oferta y la demanda
cuya función es especular con las mercancías, haciendo que el productor reciba menos por
su producto e intente vender sobre el mejor precio en el mercado. Los poseedores de capital
y las empresas trasnacionales se ocupan de conducir los productos agrícolas desde los
países a los diferentes puertos y centros de consumo en el mundo, por último, los
consumidores quienes propician el sistema agroindustrial desde la compra de diferentes
productos sobre los menores precios.
Machado afirma que:

En el SAI, la agricultura se convierte en un eslabón.” “El sistema agroindustrial


implica que la agricultura ha perdido el poder que tenía antes, éste se ha trasladado
(su excedente) al sistema urbano industrial, o a los eslabones de la cadena
agroindustrial donde se genera el mayor valor agregado (Machado, 2002, p.225).

En el sistema agroindustrial el excedente generado ha sido distribuido mayoritariamente


dentro del sector industrial de la actividad. El valor asignado a la agricultura cada vez es
menor. Haciendo que los agricultores reciban menores ingresos por su actividad y que, por
otro lado, los precios internacionales de los alimentos vengan en aumento. Esta
desvinculación de la actividad productiva ha ampliado la subordinación y dependencia del
sector industrial sobre el agrícola y ha propiciado la concentración de la pobreza en
diferentes áreas de la actividad.

Ese dominio refleja la conformación de conglomerados agroindustriales donde la


relación capital/trabajo es dominante y decisiva en el proceso de acumulación y
generación de excedentes. En este sistema la actividad agropecuaria es la más débil,
por esto y otras razones y geopolíticas, los Estados de los países industrializados le
otorgan subsidios y apoyos a la agricultura porque las asimetrías de poder se hacen
evidentes” (Machado, 2002, p.226).

La nueva articulación de la agricultura con los sistemas agroindustriales ha condicionado a


reestructuración productiva flexible garantizada por los conglomerados agroindustrias y los
clústeres agrícolas. En estas nuevas redes el capital ha buscado orientar una política de
maximización de la ganancia agrícola. Reducción de salarios, ampliación de la jornada de
trabajo, e informalidad, han sido parte de las salidas empleadas para potenciar este sector
industrial.

Las cadenas agroindustriales son definidas como:

una cadena agroindustrial como los flujos continuos y discontinuos de productos,


procesos y agregación de valores que siguen los productos primarios hasta llegar al
consumidor final. En la cadena se incluyen también las articulaciones de la
agricultura hacia atrás con la producción de insumos, semillas, maquinaria y
equipos para la agricultura. También se definen las cadenas como un sistema de
procesos de producción y trabajo que resultan en un producto terminado (Machado,
2002, p.237).

Las cadenas agroindustriales son los procesos asociados a la transformación de los


productos primarios. Estos elementos agrupan diferentes actividades vinculadas a volcar al
consumidor final, un producto de constante agregación de valor y en el que diferentes
actores logran participar. Involucra el márquetin asociado, la capitalización en publicidad y
difusión. Dadas las condiciones actuales de vinculación científica y tecnológica. Las
cadenas agroindustriales se acompañan de los complejos agroindustriales CAI quien define:
“son subespacios o grupos de sectores cuyo funcionamiento puede ser analizado con
autonomía relativa del resto. Pueden estar contenidos dentro de una economía (cerrados) o
pueden superponerse a sus fronteras (abiertos)” (Machado, 2002, p. 243).

Al respecto Rubio (2009) señala que la desarticulación entre el consumidor final y el


productor de países emergentes se explica a partir de la exclusión de la reproducción de
capital que tiene subordinados a los productores de América Latina de los principales
centros de consumo a nivel global. Esta desvinculación es la principal explicación que la
autora ofrece para comprender dónde y cómo se excluyó a los productores
latinoamericanos. Blanca Rubio ha concluido que el actual modelo de desarrollo de la
agricultura a escala mundial se entiende dada la fase agroexportadora neoliberal en la cual
se enmarcan las relaciones sociales en la agricultura. Para la autora, las brechas surgidas
con el modelo desarrollo han conducido a la exclusión de los campesinos, pequeños y
medianos empresarios agrícolas, conduciendo a una crisis permanente a la agricultura en
América Latina.

Para dar soporte a su exposición Rubio (2001) afirma que la centralidad de la crisis se debe
a lo que llama, la derrota de las clases subalternas frente al capital transnacional. Esta
derrota haya su asidero en los años noventa. En aquel periodo, la pugna política logró
imponer un régimen en el que los campesinos y sectores populares fueron derrotados
gracias a la imposición excluyente del sector trasnacional sobre el sector local y
minoritario.

Así, Blanca Rubio señala que:

Sustentado en una correlación de fuerzas desfavorable para las clases subalternas, se


erigió a nivel mundial un orden informático y global basado en la tercera revolución
tecnológica; la informática, la robótica, la tecnología polifuncional del láser, la
tecnología de los nuevos conductores, la biotecnología, y la biogenética (Rubio,
2001, p. 90).

Según lo expuesto, desde los años noventa, aparecieron grandes transformaciones en la


agricultura dada la tercera revolución industrial. Esta sustitución productiva ha conducido a
un tránsito en los procesos de trabajo, en el mercado, como en la demanda. El trabajo
flexible ha permitido que los mercados estén en permanente dinamismo, se oriente la
producción por nichos de mercado, y la lógica del control de calidad y el justo a tiempo
operen ostensivamente en el agro. Dentro de la flexibilidad que permite la tecnología
aparecen nuevas barreras para los campesinos y pequeños productores dadas su incapacidad
de tener control sobre el mercado, así como por sus tradicionales formas de producción.
Esta capitalización de la demanda ha generado grandes rentabilidades a los sectores
exportadores y transnacionales tienes han inducido en sector con publicidad, especulación
de los precios y provisión de la información. Para Rubio (2001), la producción de bienes
diferenciados es la capacidad de las industrias agroalimentarias para generar nichos de
mercado, ofreciendo productos de alta calidad, de notable información alimentaria y que
permite precios unitarios elevados que benefician a las industrias agroalimentarias.

Blanca Rubio encuentra que la fase actual de exclusión de los campesinos y pequeños y
medianos empresarios agrícolas obedece estructuralmente a la adscripción actual de los
gobiernos latinoamericanos al modelo neoliberal. En este modelo se priorizan las
actividades exportadoras con ventaja comparativa. En él el capital financiero concentra el
excedente y subordina al sector agrícola, con bajos salarios para los agricultores, y con
fuerte concentración del capital. El modelo combina: “sobreexplotación de la fuerza de
trabajo, distribución regresiva del ingreso, el aumento del grado de monopolio, una nueva
base tecnológica centrada en la informática, una elevada cuota de explotación y
mecanismos autoritarios de poder con fachadas democráticas (Rubio, 2001, p. 92).

Rubio (2001) encuentra que el modelo neoliberal es depredatorio por su naturaleza, y


buscará como fin último alcanzar la máxima concentración de ganancia. Los sistemas
agroindustrias maximizarán sus utilizadas reduciendo al mínimo las posibilidades sobre el
sector agropecuario. Harán que la producción disminuya los costos de la fuerza de trabajo y
agruparán gran concentración de capital con el transporte y venta de los productos
agrícolas. Este proceso margina a los sectores y perfecciona un modelo de dominio
excluyente.

El dominio excluyente se define como:

Por dominio excluyente entendemos una forma de explotación y subordinación que


no es capaz de reproducir a las clases subalternas en su condición de explotados,
sino que tiende a excluirlos debido a su carácter depredatorio(…) En el caso de los
campesinos, la imposición de precios no rentables y la sustitución de producción
nacional por importada desgasta la unidad productiva, con lo cual resultan excluidos
de la producción y no logran reproducirse como colectivo y se beneficia de la
extracción de la plusvalía y de excedente que obtiene de ellos, individualmente los
excluye una vez que los ha explotado Se utiliza y se excluya para buscar nuevas
fuentes de valor que también genera exclusión y el capital no es capaz reproducir la
fuente de riqueza. Por ello, se estrecha el círculo de los que encuentran una
integración productiva al sistema (Rubio, 2001, p. 95).

Para la autora, el dominio excluyente es el vínculo actual de los campesinos y pequeños y


medianos agricultores con los sistemas agroindustriales y las empresas multinacionales.
Esta relación desigual contempla una subordinación estructural donde la centralidad y la
concentración de capital se concentran en la industria y marginalmente en la agricultora. El
proceso de dominio excluyente adquiere diferentes frases y estratos, es multiforme, y busca
priorizar productos estratégicos de la agricultura actual.

La primera fase del dominio excluyente la permite el dominio excluyente del capital
especulativo. Ello implica que el capital transnacional impone bajos salarios a los
productores para “superar la crisis productiva”. Esta condición de bajos salarios viene
acompañada de un aumento del precio de los alimentos. La autora demuestra cómo la
industria agroalimentaria ha podido consolidar un progresivo aumento de los alimentos en
América Latina con un modelo de negocio basado en la importación de alimentos de los
países desarrollados. Esto cual conduce a una subordinación del salario real, ya que los
bajos precios de la fuerza de trabajo no se ven compensados con bajos precios de los
alimentos.

Blanca Rubio nos dice qué:

La posibilidad de mantener bajos los salarios como un rasgo estructural al sistema,


así como la separación de los salarios del precio de los alimentos se finca
básicamente en dos procesos. El desempleo estructural y la correlación de fuerzas
desfavorable a la clase trabajadora como un proceso consustancial al modelo
(Rubio, 2001, p. 97).

El modelo actual ha consolidado un proceso de desempleo estructural en América Latina.


Que ha permitido una dualidad en el mercado laboral, generando sectores de punta con
formalidad laboral y gran rentabilidad y a su vez un gran sector informal de la economía y
la sociedad, donde campea el subempleo, el desempleo y la informalidad laboral. Estas
condiciones estructurales del empleo han permitido disminuir ostensiblemente los costos de
la fuerza de trabajo y han logrado que los sistemas agroindustriales logren grandes
rentabilidades con condiciones de baja productividad en América Latina.

Las industrias especulativas han logrado fortalecer sus rentabilidades en América Latina
desde altas tasas de interés para la industria y la agricultura. Lo cual, minan la ganancia de
los sectores productivos y subordinan al sector financiero y expectativo a la base real de la
economía en América Latina. Rubio nos dice qué: “La valoración especulativa se nutre de
la valoración productiva y hace caer la ganancia en esta última esfera, lo que lleva a su vez
a que más capitales se orienten al área financiera, lo cual se nutre de menos valor” (2001, p.
99).

La apropiación del excedente por parte del sistema financiero ha propiciado la crisis
permanente del sector agrícola, condiciendo a un mayor endeudamiento de los agricultores,
y donde el Estado no ha logrado incidir efectivamente con tasas de interés competitivas.

La segunda fase del dominio excluyente lo condiciona la subordinación a las industrias


transnacionales de punta. Ello quiere decir que dentro de los países en vías de desarrollo la
vocación exportadora de su economía concentrará que los sectores productivos vean
fortalecidos focos o segmentos de la capacidad productiva donde tiene mayor margen o
ventaja comparativa. Esto hace que los consumidores de América Latina del sector
industrial y agrícola deban verse condicionados a consumir los productos de alta tecnología
con altos precios, dada la importación que demandan. Este proceso es llamado por Blanca
Rubio como “exclusión como consumidores de bienes industriales de vanguardia”. Ello
hace que América Latina no concentre gran capacidad tecnológica de su sector industrial y
priorice el fortalecimiento de sectores estratégicos que antes mencionamos.

El dominio de las industrias transnacionales de punta tiene dos efectos. El primero es la


imposibilidad de una “industria nacional de alta calidad” que determina precios altos en los
bienes de consumo local. Una menor calidad en los productos importados y una alta
dependencia del sector agrícola a producir sin alto valor agregado.

El tercer dominio lo ejercen las empresas multinacionales quienes han posibilitado la


importación de alimentos para América Latina, gracias a la posibilidad que les permite
adquirir alimentos baratos en el mercado mundial, dados las subvenciones del sector que se
ejercen en los países desarrollados de Norteamérica y Europa.
3. CARACTERIZACIÓN ACTUAL DE LA SITUACIÓN
AGROPECUARIA DEL MUNICIPIO DE ANSERMA, CALDAS
2014-2020

3.1 Estructura y tenencia de la propiedad rural en Anserma, Caldas

El Banco Mundial (2004) desarrolló una profunda investigación acerca de la tendencia


dentro de la estructura de la tenencia y el uso de la tierra en Colombia. De este informe se
señalan las directrices acerca de la transición para un fortalecimiento de la estructura de la
tenencia en Colombia, volcada a nuestros objetivos hacia el desarrollo económico y social
de la población del país.

Los hallazgos del Banco Mundial son horizontes sobre los que se enmarca el resultado de
los análisis para nuestro caso. Así las cosas, se expresan aquí una serie de tesis que
comprenden el estado actual de la propiedad en Anserma. La primera consideración
importante es que el municipio se orienta por una estructura de la propiedad inequitativa y
donde predomina la concentración de la tierra. Según el informe del Atlas de la
distribución de la propiedad rural en Colombia del Instituto Geográfico Agustín Codazzi
(2012), en Anserma encontramos un Índice Gini de Tierras de 0,86. Ello quiere entrever
la profunda desigualdad que existe en el acceso local a las tierras, marcada por la
concentración y la violencia.

El Banco Mundial (2004) considera que la estructura de la tenencia desigual conduce a tres
problemas esenciales que imposibilitan el desarrollo de la población y al acceso a nuevas
oportunidades. La primera consecuencia de la estructura inequitativa se expresa en una
subutilización generalizada de la tierra. Ello conduce a que este problema construye una
articulación donde conviven una subutilización de las tierras de uso agrícola y una
sobreexplotación de los pastos. Para el caso municipal la situación es distinta frente a la
media nacional donde la orientación prioriza el uso de tierra a la ganadería y el sector
pecuario en desmedro de la actividad agrícola. En Anserma aún predomina una vocación
agrícola sobre una vocación pecuaria. Ahora bien, esta articulación no exenta de la
subutilización generalizada de las tierras ya que en mayor tamaño de la extensión menor es
la intensificación del sector agrícola sobre el pecuario, lo cual conduce a mayor utilización
del suelo en las unidades de producción agropecuaria menores.
Ilustración XI: División de grupos de acuerdo a tamaño de propiedad

72,7

2.492,60 345,5

En pastos
En rastrojo
Agrícola
En infraestructura

16.094,60

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Una segunda conclusión del informe del Banco Mundial (2004) refiere que frente una
estructura de la tenencia inequitativa emerge una “menor inversión de los gobiernos
locales”. Esta conclusión significa que una estructura de la tenencia donde se agrupa un
sector mayoritario concentrado sobre el poder económico y social del territorio local da
apertura a que se consolide una estructura política controlada y financiada por una élite
local. Así lo expresa el Banco Mundial:

También los datos muestran que una mayor inequidad en la tenencia de la


tierra está asociada con una menor proporción de los recursos públicos
gastados en inversión, lo cual es consistente con la teoría que establece una
relación entre la inequidad y las dificultades que tienen las instituciones
locales para limitar el poder que ejerce ellas sobre la élite local (Banco
Mundial, 2004, p. 7).

En las condiciones actuales de la estructura de la propiedad han aparecido las leyes de


hierro de la oligarquía que propone Michels. Las élites locales concentrarán el poder local
de la administración y conducirán sus recursos a la materialización de mejoras viales y de
servicios públicos en las áreas donde encuentran sus inversiones. Ello amplia la
desigualdad en el acceso a las capacidades y presupuesto público de campesinos y
pequeños empresarios agrícolas.

El tercer elemento que encuentra el Banco Mundial (2004) para la superación de la pobreza
de la agricultura colombiana versa acerca de la estructura de la concentración de la tierra
y la violencia en el país. Así las cosas, una de las mayores dificultades y retos que expresa
la estructura de la propiedad inequitativa en Anserma es la de logar articular una política de
tierras efectiva donde la concentración de la tierra se redistribuya y donde la articulación de
los diferentes sectores que integren a la sociedad civil. La violencia es un reto mayor para
garantizar integración articulada de la ruralidad en el municipio.

Martinez, M (2003) propone que dentro de la ruralidad en Colombia la violencia en los


territorios rurales está asociada directamente con la concentración, el desplazamiento.
Demuestra que existe un incremento en la concentración de las tierras en los territorios y
descubre que los asentamientos asolados por la violencia dan vida al afloramiento de
nuevos grupos armados. Nos propone pensar que la violencia es causa del conflicto,
definiéndolo como: “una polémica que surge por el usufructo del poder con relación a
desacuerdos en la utilización del control político y de las ventajas económicas de un
territorio o un grupo social”. Según la posición del autor, y compartida en esta
investigación, el usufructo del poder que pueden hacer las élites locales que concentran
gran parte del área de la ruralidad garantiza y se consolida desde una estructura violenta.
Esta élite traslada al sector político y al sector económico sus necesidades y sus programas
haciendo que su composición deje al margen a unos diferentes grupos como los
campesinos, los indígenas y los pequeños productores. Martínez M (2003) nos dice que
construyó su concepción de conflicto de la teoría de Lewis Coser, quien en palabras de
Martínez define al conflicto: “un proceso social que se desarrolla cuando dos o más partes
tratan de imponer valores excluyentes dentro de una escasez de recursos, a fin de influir en
la conducta y el control de los grupos sociales”. Según la apreciación que Martínez nos
ofrecería de Coser el recurso tierra es un bien controlado por diferentes grupos sociales y
donde predomina y se vuelca por el poder e influencia del grupo social acaparador del
mayor número de tierras.

Al respecto de la inserción de la violencia en la concentración de las tierras el Banco


Mundial (2004) nos dice que:

Mayores niveles de violencia: Consistente con la literatura que argumenta que


debido a hogares que viven en áreas con alta desigualdad tienen poco acceso a
oportunidades económicas, es más fácil para la guerrilla, los paramilitares o el
crimen organizado encontrar reclutas, hallamos que en municipios con mucha
desigualdad el nivel de violencia, en varias dimensiones, es significativamente más
alto que en áreas con mayor igualdad (Banco Mundial, 2004, p. 09).

Así las cosas, es posible que la estructura de la concentración que referenciamos sea
conducente a la consolidación de una estructura marcada por la violencia. Ahora conviene
hacer unos datos levantados acerca de la estructura de la concentración.

Ilustración XII. División de grupos de acuerdo por tamaños de propiedad


Tamaño de propiedad Área (Has.) Proporción de área Número de UPA Proporción de UPA

Menor a5 has. (<UAF) 1.279 6,73 2.502 62,64


Entre 5 -10 has (= UAF) 2.583 13,59 880 22,02
Entre 10 - 20 has 2.041 10,74 272 6,82
Entre 20 - 50 has 9.324 49,06 321 8,03
Entre 50 - 200 has. 3.778 19,88 20 0,5
TOTAL 19.005 100 3.995 100
Elaboración propia tomada de: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2012). Atlas de la
distribución de la propiedad rural en Colombia.

La Unidad Agrícola Familiar (UAF) se precisa como la unidad de medida que define los
límites menores para que las unidades de producción agropecuaria estén por encima de la
frontera de la pobreza. La UAF agropecuaria del occidente de Caldas ha sido entendida
como una unidad de medida que oscila entre 5 a 10 hectáreas que en promedio puede
ofrecer dos salarios mínimos mensuales al productor y su familia. En Anserma seis de cada
diez fincas tiene una extensión menor a la UAF (microfundio), lo cual nos presenta una
diseminación de fincas en condiciones vulnerables y dentro de líneas de pobreza. La
extensión de las fincas menores a 5 hectáreas representa solo 6,73 del territorio total o
1.279 hectáreas.

Sobreviene un gran grupo de unidades de producción agropecuaria de minifundio que


representan cerca del 14 por ciento del territorio total del municipio. Este grupo de
población acoge a las fincas que tienen una extensión entre 5 y 10 hectáreas o de UAF. Este
grupo de fincas son cerca del 22 % del total de las fincas en el municipio. Junto con la
extensión de minifundio logran tener una vocación agraria, opera la intensificación del uso
de la tierra y concentra las mayores demandas de fuerza laboral de la región. La suma del
área del microfundio y el minifundio nos deja ver la profunda desigualdad existen en la
estructura de la propiedad, mientras ambos grupos representan al 84,62 de las fincas en el
municipio, estas solo logran ser el 20,32 por ciento del área total o 3862 hectáreas.

Con respecto a la estructura de las propiedades mayores a diez hectáreas conviene precisar
que su heterogeneidad y su complejidad, demandan una aproximación general. Recordemos
que la vocación productiva agrícola disminuye en relación al tamaño de la extensión como
lo demostró el Banco Mundial (2004). A la medida que avanza el tamaño de la propiedad
se evidencia de igual modo una reducción en el número de propietarios. Los propietarios de
pequeñas propiedades o aquellas iguales a entre diez y veinte hectáreas representan cerca
del 11 por ciento de la extensión total o alrededor de 2.041 hectáreas. Por su parte este
grupo lo componen alrededor del 6,82 de las fincas o cerca de 272. Este grupo concentra
productores agropecuarios mediados, pequeñas empresas agrícolas, servicios de ganadería,
piscicultura, servicios turísticos. De igual manera existe una concentración de fincas
cafeteras de alta provisión tecnológica con aprovechamiento de secado de café, despulpado,
y almacenamiento.

Por último, la mediana y gran propiedad preocupa significativamente por su extensión y su


desaprovechamiento. Dada la magnitud de la extensión que allí se enmarcan es necesario
priorizar una política de tierras para logar mayor equidad en la distribución y en el
aprovechamiento del suelo. Estas áreas concentran mayores vocaciones pecuarias,
principalmente de ganado bovino, así como espacios para el cultivo de frutales, y de
cultivos temporales que involucran menor inversión por hectárea y demandan menor fuerza
de trabajo. Sumando la pequeña y mediana propiedad encontramos que son cerca del 69 %
del territorio o cerca de 13.102 hectáreas, por su parte este grupo alcanza a solo el 9 % de
las fincas.

Ilustración XIII. Curva de Lorenz Tenencia de la propiedad en Anserma, Caldas

100
90
80
70
60 RECTA DE
50 EQUIDISTRIBUCIÓN
40 Curva de Lorentz
30
20
10
0
0 20 40 60 80 100

Tomado de: Atlas de la propiedad rural en Colombia, 2012, Uniandes

La gráfica de la Curva de Lorenz permite entrever la profunda inequidad en la estructura de


la tenencia de la tierra en Anserma. Así las cosas, con un índice Gini de tierras de 0,86
encontramos que las condiciones actuales imposibilitan un desarrollo distributivo en los
diferentes actores partícipes de la actividad agropecuaria. Es necesario fomentar una
política de tierras que transite de lo nacional a lo departamental y local para que
articuladamente se logren estrategias efectivas para integración de los diferentes agentes del
territorio en el municipio. La tendencia cóncava de la línea roja nos habla de una profunda
concentración, donde hasta el setenta y siete por ciento de las fincas solo se alcanza hasta
un veinte por ciento del total del área.

Ilustración XIV. Régimen de tenencia para el municipio de Anserma, Caldas


Número por Unidades de Producción Agropecuaria

4000 3591
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500 155 53 168
10 5 13
0
Propiedad Arriendo Aparcería Ocupación Propiedad Otra Mixta
privada colectiva forma de
tenencia

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

El anterior gráfico permite conocer el régimen de tenencia para el municipio. Se una gráfica
que tiene hacia la ocupación de áreas de propiedad privada. Este dato ayudaría a conocer el
nivel de titulación y demarcación. No aparecen reflejadas áreas de baldíos en disputa. De
igual manera una articulación mixta donde operan diferentes formas de transacción también
ocupa un lugar significativo. Las tierras en arredramiento vienen en crecimiento alentadas
por fuerzas inversoras del capital transnacional quienes buscan el cultivo y la producción en
áreas donde predomina el cultivo de la caña de azúcar.

3.2 Calidad de vida


La reestructuración del sistema agroindustrial ha condicionado una desarticulación
productiva con los sectores involucrados en el proceso industrial como se reseñó en el
capítulo anterior. En adelante conviene hacer una interpretación de las condiciones de
calidad de vida en la actualidad en el municipio de Anserma para entender qué relación
existe entre el sistema productivo y la generalización de la pobreza.

La calidad de vida aquí entendida involucra los diferentes aspectos trasversales para la

Según el Tercer Censo Nacional Agropecuario, la pobreza multidimensional en el


municipio de Anserma oscila alrededor del 39 por ciento de la población lugar, cobijando a
cerca de 10.565 habitantes. Según la Federación Nacional de Cafeteros en su informe de
Pobreza y vulnerabilidad de los hogares cafeteros en Colombia (2015), existe una
relación directa entre la condición actual de la caficultura y las condiciones de vida de los
productores rurales.

Así las cosas, la Federación Nacional de Cafeteros (2015) señala que aún el panorama de la
situación actual de pobreza en las familias cafeteras está por conocerse. Sin embargo, ellos
a través del Censo Nacional Agropecuario han podido identificar cuatro áreas
trascendentales por las que debe guiarse la política pública de atención a las familias de
producción cafetera en Colombia. Según reseña este informe, son cuatro grandes áreas por
donde deben transitar las actuales líneas de atención críticas. Ellas son: (I) Educación, (II)
Condiciones de niñez y juventud (III) Salud, (IV) Condiciones de vivienda y acceso a
servicios públicos. Tomando en cuenta los anteriores datos, la Federación Nacional de
Cafeteros propone un análisis ponderado para la estructura de la compresión de la pobreza
multidimensional. Viendo integralmente una solución desde diferentes estrategias y
complejidades.

Tomado de: Informe Federación de Cafeteros, enlace:


https://federaciondecafeteros.org/static/files/Pobreza_vulnerabilidad_hogares_cafeter
os.

Para la Federación Nacional de Cafeteros (2015) el primer factor de riesgo para las familias
cafeteras de Colombia viene dado por la fluctuación internacional del precio del café.
Estas variaciones constantes en la cotización internacional del grano hacen que existan
períodos donde la cotización nacional cae hasta cerca de los 400 mil pesos por carga de
café de 125 kilos o dos bultos, cifra por debajo de los precios de producción de cerca los
750 mil pesos por carga de café. Con respeto a esta misma fluctuación, la valoración del
peso colombiano también afectará los valores de la producción del café.

Valores internacionales de la cotización internacional del café en miles de pesos


colombianos.
Tomado de: Informe Federación de Cafeteros, enlace:
https://federaciondecafeteros.org/static/files/Pobreza_vulnerabilidad_hogares_cafeter
os.

El análisis que se propone busca identificar primeramente la estructura de la población y su


configuración, seguido del análisis de la educación y la situación de niños, niñas y
adolescentes pare finaliza con un análisis de la salud y las condiciones del hogar.

Población rural del municipio de Anserma, Caldas

La transición demográfica a la que se aboca el municipio de Anserma viene motivada por la


reconfiguración de la situación del municipio donde la concentración en la población mayor
a 60 años se reúne y donde existe una pérdida del número de habitantes menores a 20 años.
Este desplazamiento progresivo hacia el envejecimiento de la población incide
significativamente sobre su estructura rural y agropecuaria, ya que cada vez son menos las
familias con población menor y existe una pérdida de fuerza de trabajo que acompaña las
actividades agrícolas. Por la naturaleza de la caficultura, ella demanda una gran utilización
de fuerza de trabajo para las actividades de recolección, siembra y abonado y las
condiciones actuales de envejecimiento imprimen nuevos retos.
Según el informe de la Federación Nacional de Cafeteros de pobreza y vulnerabilidad en
los hogares cafeteros de Colombia (2015) que antes referenciamos, existe una edad
promedio de la población rural cafetera de 50 años, ello preocupa significativamente ya la
informalidad laboral de la caficultura sumada a la proliferación de la pobreza hacen que en
pocos años existen un gran número de pobladores de la ruralidad en menores condiciones
de trabajar y donde se agudizarán las situaciones de pobreza. Según el Informe de la
misión de estudios para la competitividad de la caficultura en Colombia (2015) a partir
del rompimiento del pacto cafetero, existe una disminución progresiva de la reproducción
de las familias en el espacio cafetero marcado por la incertidumbre y pobreza que marca la
nueva vinculación de la caficultura con el mercado internacional. Agrega el informe que:

Con ello no se quiere decir que el café no siga representando una alternativa de
subsistencia para muchos campesinos muy pobres en Colombia, porque ello sigue
siendo así. Lo que se pretende mostrar es que la población cafetera se ha vuelto más
vulnerable en el entorno volátil en el cual se tiene que desempeñar, porque es pobre,
se ha envejecido, tiene pocos años de educación y se mueve en un mercado laboral
predominantemente informal (Misión de estudios para la competitividad de la
caficultura en Colombia, 205)

Con relación a la anterior cita, uno de los mayores retos de la sociedad colombiana en la
actualidad es la de combatir el envejecimiento en el área rural, según cifras del DANE en
1980 uno de cada tres colombianos residía en el campo, en la actualidad reside uno de cada
cinco. Cifra que terminará por aumentar la proporcionalidad de población residente en cada
área sí no se llevan a cabo las políticas adecuadas.

Como referenciamos, la edad promedio nacional de la población cafetera oscila en los 50


años, para el municipio de Anserma esa cifra se reduciría mínimamente hasta los 49 años.
El grupo de edad de mayor predominio es el de edades entre 45 y 49 años, que en el caso de
los hombres representa a cerca del 15 por ciento de la población total y 14 por ciento en
mujeres de su población total.

Existe una notable concentración de la población desde los 30 años en adelante. A partir de
los 30 hasta los 64 años existe una gran agrupación de los habitantes de la población rural,
en los hombres esa concentración reúne a cerca 73,15 % de la población total y en las
mujeres en cerca del 73,1 % de la población total. Este dato nos habla de una distribución
desigual de los grupos poblaciones haciendo que grupos poblaciones mayores a 65 años
entren en menor proporción, así como grupos de niños y jóvenes frente al total.

Los niños y los jóvenes entendidos como la población menor a los 30 años agrupan una
población cercana al 9 % en los hombres y cercana al 11 % en las mujeres. Este dato
permite entrever un notable envejecimiento donde 1 de cada 10 habitantes de la población
rural en Anserma tiene entre 0 y 30 años; donde la población entre 30 años y 64 años
agrupa a 7 de cada 10 pobladores, y donde los mayores de 64 años representan cerca de 2
de cada 10 pobladores.

Ilustración XV. Pirámide poblacional para el municipio de Anserma, Caldas diferida


por sexos y grupos de edad

80 o más
De 75 a 79
De 70 a 74
De 65 a 69
De 60 a 64
De 55 a 59
De 50 a 54
De 45 a 49 Mujeres
De 40 a 44
De 35 a 39 Hombres
De 30 a 34
De 25 a 29
De 20 a 24
De 15 a 19
De 10 a 14
De 5 a 9
De 0 a 4
-20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Ilustración XVI. Poblaciones por grupos de edad y sexo para la población rural del
municipio de Anserma, Caldas

Grupo de edad Hombres Mujeres


De 0 a 4 0,28 0,8
De 5 a 9 0,61 0,95
De 10 a 14 0,94 1,01
De 15 a 19 1,27 1,55
De 20 a 24 2,11 2,48
De 25 a 29 4,04 4,44
De 30 a 34 5,05 5,48
De 35 a 39 9,52 8,65
De 40 a 44 9,43 10,35
De 45 a 49 14,47 14,14
De 50 a 54 12,04 12,78
De 55 a 59 10,51 9,46
De 60 a 64 12,13 12,24
De 65 a 69 7,28 6,76
De 70 a 74 4,04 2,7
De 75 a 79 3,05 3,24
80 o más 3,23 2,97

Educación

Ilustración XVII. Escolaridad de la población rural de Anserma, Caldas

100
90
80
70
60
50 No aplica
89,2
40
Aplica
30
20
10 15 19,7
0 7,3
Bajo logro Analfabetismo Inasistencia escolar Rezago escolar
educativo

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Uno de los factores de mayor propiciación para la generalización de la pobreza en una


sociedad es el analfabetismo y la extensión en los años de educación por habitante. Dada la
complejidad de la sociedad contemporánea y los ritmos de las necesidades actuales el
número de años promedio de educación en las ciudades viene en aumento. La extensión a la
educación tecnológica y técnica, y la educación profesional han ampliado las desigualdades
educativas en formación escolar en ciudades y en la ruralidad.

Analfabetismo

Así las cosas, según el informe de la Federación Nacional de Cafeteros (2015) el


analfabetismo en la población cafetera nacional oscila en 9,4 %. Cifra significativamente
ascendente dentro del avance de edad en los grupos etarios, concentrando el analfabetismo
en los grupos poblacionales de mayor edad. En el caso del municipio de Anserma, el
promedio de analfabetismo se eleva a cerca del 15 %, cifra superior a la media nacional de
familias caficultoras.

Logro educativo

Con respeto al logro educativo, el informe de la Federación Nacional de Cafeteros sostiene


que:

Logro educativo: Número de años alcanzados por cada miembro del hogar mayor a
15 años. Sí el promedio del hogar es menor a 9 años o no hay miembros mayores a
15 años en el hogar, el hogar se considera privado de este logro educativo
(Federación Nacional de Cafeteros, 2015).

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y la Federación Nacional


de Cafeteros han sostenido que es importante priorizar la edad promedio de años educativos
en las familias, siendo considerado con bajo logro educativo un hogar cuando no se
alcanzan nueve años de educación que permitirían una educación básica secundaria
promedio de los diferentes individuos que componen la familia. Según el informe de la
Federación Nacional de Cafeteros, la media de logro educativo de las familias caficultoras
colombianas está en 88,3 %, lo que nos diría que la media de educación de las familias
cafeteras de Colombia está por debajo de la educación secundaria completa, lo que
constituye una cifra preocupante por su amplio significado. En el municipio de Anserma se
ve una baja del logro educativo superior a la media nacional dando como resultado que
cerca del 89,2 % de las familias estén por debajo del logro educativo. Así las cosas, en
promedio cerca de 1 de cada 10 familias en Anserma logra tener una media de educación
secundaria completa y nueve de cada diez está fuera del promedio de educación secundaria
completa.

Asistencia escolar

En relación con el párrafo anterior encontramos la inasistencia escolar. Esta se entiende


como ausencia de alguno de los miembros de la familia entre 6 a 16 años a un centro
escolar o, según palabras de la Federación Nacional de Cafeteros (2015, p. 6): Si en el
hogar hay por lo menos un niño entre 6 y 16 años que no están estudiando se considera el
hogar está privado de esta condición. El informe detalla que la Inasistencia Escolar para la
media nacional de los productores cafeteros en Colombia se ubica en promedio en 11,6 %.
En Anserma la inasistencia escolar se aleja de la media nacional dando como resultado una
leve disminución al 7,3 %. Existen barraras de diferente índole que hacen que aún 7 de
cada 100 niños no asista al colegio, quizá los más mencionados son: 1) el trabajo infantil
que obliga a la imposibilidad de educarse, 2) barreras para el transporte y el acceso a los
centros educativos, sea por distancias, seguridad, o dificultades ambientales, 3) por
inoperancia de programas de alimentación escolar (PAE) que hacen que muchos de los
niños no estén en la capacidad nutricional para desarrollar las actividades educativas que
demandan la jornada escolar.

Frente a la división por grupos de edad en el municipio. El Censo Nacional Agropecuario


consultó por grupos de edad y la variación es importante y conviene referenciarla. La
educación entre los 05 y los 16 años de edad alcanza a cerca del 84 % de los habitantes de
estas edades, y solo cerca del 16 % de estos queda al margen a la asistencia escolar. Ahora
bien, la relación se invierte cuando se completan los 17 años y quizá se llega a la
finalización de la secundaria. En éste periodo de vinculación a la educación universitaria,
técnica o tecnológica. Estos datos reflejan que solo cerca del 23 % de la población entre los
17 y los 24 años está estudiando y que cerca del 77 % no lo está haciendo. Así las cosas, al
cumplir de los 17 años, cerca de 7 de cada 10 jóvenes de la población rural en Anserma
queda por fuera de la educación complementaria o profesional. Estimulando una mayor
desigualdad sobre la educación y su acceso.

Ilustración VIII. Asistencia educativa por grupos de edad en la ruralidad del


municipio de Anserma, Caldas

100
90 16
80
70
60 77
50 No
40 84 Si
30
20
10 23
0
Entre los 5 y los 16 años Entre los 17 y los 24 años

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Con la gráfica anterior encontramos que la población joven rural de Anserma sufre un
proceso de concentración en la educación secundaria. Este proceso, orientado por las
condiciones de vida, amplía la brecha educativa existente en los diferentes jóvenes que
configura el municipio y presiona a que el nivel educativo de la población rural aún
permanezca en condiciones de niveles educativos elementales. La situación hace que cada 8
de cada 10 habitantes del municipio estén con niveles de educación de básica primaria, 1 de
cada 10 con básica secundaria y que solo 1 de cada 10 estén con superior.

Ilustración XIX. Porcentaje del nivel educativo por sexos en el municipio de Anserma,
Caldas
1
Universitario 3
1
0
Tecnológico 3
4
1
Técnico 1
1 Mujeres

5 Hombres
Media 11
5 Total

11
Básica secundaria 9
10
81
Básica primaria 73
79

0 20 40 60 80 100

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Rezago escolar

Por último, con respecto al rezago escolar el Informe de la Federación Nacional de


Cafeteros (2015) entiende que existe una brecha entre el nivel educativo promedio de la
población urbana y la población rural, esta brecha viene dada por la situación de
favorabilidad del logro educativo en el área urbana, así como recursos e infraestructura
física que le permiten tener mayores oportunidades para la realización educativa. Al
respecto de la media educativa municipal el municipio de Anserma entraría con un rezago
escolar en área rural de cerca de 19,7 % cifra que se aleja del 23,7 %de la media nacional
según el informe. La articulación de programas de extensión universitaria como la
Universidad de Caldas han logrado impactar significativamente a la población rural, su
avances e integraciones han logrado tener una cifra fuera de la media nacional y que
permite reconocer la importancia de la articulación de los diferentes actores de la sociedad
en la educación universitaria.

Los resultados del Informe de la Federación Nacional de Cafeteros (2015) Pobreza y


vulnerabilidad de los hogares cafeteros en Colombia y el Tercer Censo Nacional
Agropecuario develan preocupaciones frente a las tareas educativas de las familias
cafeteras a nivel nacional y en el municipio de Anserma. Los datos dejan entrever una
notable concentración de las condiciones educativas en el área urbana dando como
resultado una amplitud de las desigualdades. Así, dentro del municipio aún se presentan
diferencias con la media de las familias cafeteras dando retos de trabajo en materia de
analfabetismo, logro educativo, asistencia escolar y rezago escolar. Esta resolución
involucra un ejercicio mancomunado de las instituciones del Estado, la Federación
Nacional de Cafeteros y los productores de café, las multinacionales y los jóvenes
pobladores del territorio.

Sanidad y salud

En Colombia, la salud ha sido un tema de interés público desde el nacimiento de la


república. El Estado se compromete a garantizar, promocionar, recuperar. de acuerdo con
el artículo 49 de la Constitución Política de la República. Corresponde al Estado el papel de
definir las instituciones promotoras de salud, así como de regular su actividad e incentivar
su cobertura y calidad. Por tal mandato constitucional, el país ha venido implementado
nuevas políticas públicas de salud a partir del fortalecimiento administrativo y con nuevas
herramientas para su sistematización y protección.

El Departamento de Caldas ha sido pionero en diferentes cifras en materia de Salud en país.


Sin embargo, muchas de estas condiciones no son accesibles al grupo de la población del
departamento. Múltiples elementos le permiten ser competitiva en el ámbito nacional. Su
posición geográfica le permite acceder a los diferentes centros poblacionales más
importantes como el Valle de Cauca, Antioquia y La Sabana De Bogotá. Así mismo, baja
densidad poblacional le permite tener sistemas más eficientes en materia de cobertura y
calidad, logrando mayor disponibilidad de camas en hospitales y capacidad administrativa
para la inversión en infraestructura. Otra de sus fortalezas ha sido su descentralización de
instituciones de control y de saneamiento que tienen incidencia sobre la población, como
Corpocaldas, La Territorial de Salud de Caldas, y la Empresa Metropolitana de Aseo
(EMAS) permiten mayor incidencia sobre las necesidades, fortalecimiento institucional y
capacidad de respuesta de los organismos.

Naciones Unidas inició en el 2016 su agenda programática de Objetivos de Desarrollo


Sostenible. Luego de finalizar los Objetivos del Milenio, se ha pretendido hacer una serie
de programas a nivel mundial que tienen como fin el desarrollo humano, la democracia, la
paz mundial y la consolidación de mejores condiciones de vida para los ciudadanos de las
diferentes latitudes. En su objetivo 3, las Naciones Unidas definió su concepto de salud y
bienestar, orientando estos al fortalecimiento del desarrollo humano, reducción de la
mortalidad infantil y mayor acceso en salud a diferentes poblaciones vulnerables en el
mundo

Amartya Sen ha sido uno del economista más influyente de los temas contemporáneos. Sus
aportes acerca del Desarrollo Humano han direccionado la política del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como también nuevas discusiones desde
las ciencias sociales y profundamente en la sociología. Su teoría acerca del desarrollo
involucra una serie de elementos trasversales del desarrollo humano encaminadas a
fortalecer el crecimiento económico desde el desarrollo y la libertad. Su obra recoge
diferentes elementos del bienestar material y subjetivo, como la salud, la educación, la
democracia, y la libertad.

Sobre esto nos comenta Sen:

El enfoque se basa en una visión de la vida en tanto combinación de varios


"quehaceres y seres", en los que la calidad de vida debe evaluarse en términos de la
capacidad para lograr funcionamientos valiosos. Algunos funcionamientos son muy
elementales como estar nutrido adecuadamente, tener buena salud, etc., y a todos
estos podemos darles evaluaciones altas, por razones obvias. Otros pueden ser más
complejos, pero seguir siendo ampliamente apreciados como para alcanzar la auto
dignidad o integrarse socialmente. Sin embargo, los individuos pueden diferir
mucho entre sí en la ponderación que le dan a estos funcionamientos – por muy
valiosos que puedan ser - y la valoración de las ventajas individuales y sociales debe
tener en cuenta estas variaciones. (Amartya, S, p. 55).

A lo que el autor alude en la cita anterior es a advertir las necesidades perennes del
desarrollo humano. Si no existen unas necesidades básicas cubiertas, no es posible
encontrar un bienestar integral dentro de los individuos. Esta integralidad del bienestar solo
se articula a partir de unas capacidades que van a permitir el grado de libertad que
adquieren los individuos. Ello discurría en su capacidad de agencia de la vida, las metas y
expectativas de su futuro, así como el grado de años de vida y la salud necesaria para
desarrollarlos.

La salud es un concepto que está permeado de múltiples matices, desde una perspectiva
clásica y etimológica, salus (salud) salutis (salvación), se nos refiere a la definición de estar
en capacidad de superar cualquier obstáculo, es decir, es el hábito que nos permite seguir
viviendo pese a las dificultades que puedan sufrirse a nivel físico y emocional. Desde la
definición que brinda el padre de la medicina en la antigüedad, Hipócrates, observamos que
la salud es el estado de armonía perfecto de fuerzas en su equilibrio y la enfermedad es el
medio por el cual se restablece la fuerza vital que se ve perturbada a lo largo del ciclo
humano, es decir que tanto salud como enfermedad son aquellos factores que se encargan
de conservar la vida. A partir de la transformación de las sociedades y sus formas de
nombrar la realidad que los rodea, la salud refiere a un estado óptimo de bienestar físico,
mental y social (OMS), es decir, de integridad física y bienestar; de allí se desprende que
una conceptualización holística del concepto no solo debe hacer alusión a la dicotomía
entre salud y enfermedad sino que también debe captar dimensiones de carácter fisiológico,
patológico, biológico y, a su vez, psicológico, social y económico, dado que esta condición
permea todas las esferas del individuo.

Se ha comprendido que la característica determinante e innegable de la salud alude a la


biología, sin embargo, es menester observarla como producto social, es decir, como el
resultado de la interacción entre individuo y sociedad y descubrir el diagnóstico que causa
la alteración o interrupción en el desenvolvimiento sano del individuo, para ello es
necesario analizar factores como el medio en el que se desenvuelve, el equilibrio entre las
relaciones sociales que el individuo desempeña, las actividades laborales y su intensidad
entre otros.

En el año 2008 la ECV del DANE preguntó a los colombianos en materia de salud
indicadores de medición definidos por los ejes de 1) afiliación a salud, 2) fuentes de para
cubrir la atención en salud, 3) personas enfermas por tratamiento aplicado, con esta
información se generó un reporte somero del estado de afiliación y atención en el país.

Sin embargo, dentro de la última encuesta de ECV del DANE años 2016-2017 existen unas
variaciones importantes en los indicadores de análisis del capítulo de salud, así como
algunas permanencias con respecto a la encuesta 2008. Resumidamente sus temas son: 1)
afiliación a salud, 2) calidad de servicios de salud, 3) Consumo de bebidas azucaradas y
consumo de cigarrillo o tabaco. De los datos anteriores en la actualidad existe una
preponderancia del sistema general de salud, sin embargo, no es posible desconocer la
participación de las familias en el cuidado de la salud, los programas locales de salud
pública u otras formas de acceso. Entre el año 2003 y el 2008, periodo del que se tiene
información, vemos un crecimiento exponencial del indicador de entidad de seguridad del
afiliado, con lo cual hablamos que existe una mayor confianza por la seguridad social, lo
cual también representa bienestar y tranquilidad para los ciudadanos. Como lo expone
Deaton 2018: “El cuidado y el tratamiento médico cuestan dinero, ya sea de los individuos,
las aseguradoras, o del estado” (p. 167), con lo cual nos habla de conocer la importancia de
cómo se cubre el gasto en salud. Sí un individuo adquiere una enfermedad de alto costo 4
como: el cáncer, la epilepsia, el VIH o SIDA, o una Enfermedad Renal Crónica, y carece
del afiliación al sistema de salud, su familia u amigos debieran de asumir tratamiento, sin
embargo, aquellos tratamientos son de por vida y por lo cual el dinero necesario para su
manutención en algún momento puede faltar. El sostenimiento de las enfermedades por
parte del sistema de salud, aumenta las capacidades de los individuos ya que le permitirá
tener certeza de que tendrá satisfecha su necesidad en salud.

Es importante proteger y estimular el financiamiento público en los sistemas de salud, parar


mejorar la atención a madres gestantes. Fortaleciendo infraestructura sanitaria, la atención
médica, y a la investigación tecnología médica, para que los costos de operación
disminuyan y el acceso a los servicios médicos sea mayormente ostensible para las madres.
Así como mayores jornadas de vacación e inspección de peso y talla para que los recién
nacidos tengan un crecimiento importante y apoyados por los médicos. Para el
fortalecimiento a la protección a las madres gestantes aplican las cuatro consideraciones de
la encuesta de calidad de vida: 1) afiliación a salud, 2) fuentes de para cubrir la atención en

4
Véase: https://cuentadealtocosto.org/site/index.php/patologias
salud 3) personas enfermas por tratamiento aplicado. De estos elementos podríamos tener
un panorama de cuál es el estado dentro de las madres del régimen contributivo y
subsidiado, de qué diferencias hay entre los dos regímenes. Además, es importante saber
cuál es la percepción a cerca de los servicios de salud porque si esta se califica como mala,
estos podrían quedar en manos de la medicina popular.

El país demanda el cumplimento efectivo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las


Naciones Unidas. El objetivo 3 tiene como finalidad "Garantizar una vida sana y
promover el bienestar para todos en todas las edades". En los siguientes análisis se
propone una compresión de la salud entendida como capacidad preventiva y de asistencia y
tenemos como interés especial la Encuesta Nacional de Calidad de Vida de 2018 para el
departamento de Caldas donde capturamos información de nuestro interés.

El análisis que proponemos a continuación para la salud en la ruralidad de Anserma, Caldas


toma como referentes el Tercer Censo Nacional Agropecuario (2014) en su capítulo Salud,
el informe de la Federación Nacional de Cafeteros, Pobreza y vulnerabilidad de los
hogares cafeteros en Colombia, (2015) y la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (2018),
del (DANE).

Cobertura en salud y régimen de afiliación

En la actualidad la cobertura en salud en el municipio de Anserma, Caldas es alta gracias a


la alta vinculación de la población al régimen de población subsidiada del Sistema de
Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (SISBEN) dirigido por el
Departamento de Planeación Nacional. En este grupo se agrupan principalmente dos
empresas prestadoras de salud, Medimás y Asmetsalud. Esta concentración de la población
rural en los regímenes de afiliación subsidiada se comprende por la predominante
informalidad laboral que agrupa el municipio. Los agregados, mayordomos y trabajadores
al contrario no reciben el pago de prestaciones sociales por su trabajo, las formas de pago
principales son el pago en negro y por ello la alta vinculación al régimen subsidiado.

Según el informe de la Federación Nacional de Cafeteros (2015), dentro de la población


cafetera nacional existe una cobertura en salud que ronda los 92,8% ubicados
principalmente dentro del régimen subsidiado. Así 1 de cada 10 cafeteros no tienen
servicios de salud con lo que están en una situación vulnerable. Para el municipio de
Anserma el régimen de afiliación en salud supera la media nacional, alcanzando una
cobertura en salud del 94,8 por ciento. Siendo una cobertura significativa aun cuando
comprendemos el tipo de afiliación.

En materia de consumo de agua potable, su obtención y la deposición de residuales es


importante señalar que para la disminución de las enfermedades diarreico agudas es
importante que exista un buen manejo de las aguas y un adecuado tratamiento de las aguas
residuales que producen los individuos en la actualidad. La información de la Federación
Nacional de Cafeteros indica que a nivel nacional existe una predominancia de la ausencia
de acueductos y alcantarillados, cerca de 6 % de los cafeteros a nivel nacional cuentan con
alcantarillado y cerca del 41 % de los cafeteros a nivel nacional cuentan con sistemas de
acueducto. Para el caso del municipio de Anserma los datos afirman que la ausencia de
acueducto en los hogares rurales es del 81,5 % y que cerca del 90,7 % de las fincas
censadas no disponen de servicios de alcantarillado. La ausencia de redes de acueducto y
redes alcantarillado presionan a que las condiciones para el consumo de agua potable estén
fuera del alcance de los agricultores y que exista una mayor concentración en la brecha de
condiciones entre el sector rural y el sector urbano.

La Encuesta Nacional de Calidad de Vida del año (2018) estimó que cerca del 58,8 % del
área del rural en Caldas tiene servicios de acueducto, y que solo el 28,7 % cuenta con
servicios de alcantarillado. Lo cual nos da cuenta de que menos de 1 de 3 caldenses en el
área rural tiene servicios de alcantarillado, lo que hace posible la proliferación de las
enfermedades diarreico agudas producto de la transmisión de virus y bacterias de las heces
fecales y material de desecho que se vierten a las aguas, así como de la notablemente
contaminación de las aguas por su mal deposición.

La encuesta de igual manera señala que en el área rural en Caldas predomina la práctica de
hervir el agua para su consumo en cerca del 80% de las viviendas lo cual preocupa ya que
esta práctica no resuelve de manera definitiva los virus y baterías que están en las aguas.
Así mismo señalan que el 16,4 % de las fincas en el departamento de Caldas consumen el
agua como la obtienen, y que en menores proporciones existen prácticas más efectivas para
la disminución de las bacterias como el consumo de cloro con un 0,3 %, utilización de
filtros con 2,6 %, y con uso de filtros naturales con 0,2 %.

Frente al consumo de gas y manipulación de los alimentos la Encuesta Nacional de Calidad


de Vida en Caldas en el año 2018 señala que en el área rural predomina el consumo por gas
propano de cilindro comprado a los distribuidores locales con cerca del 42 %,, pero que
también los altos costos y las dificultades de acceso para el consumo de gas hacen que
exista una proporción significativa consumidora de alimentos por calor el leña y madera
que participa en cerca del 35 % de las fincas en el departamento y un pequeño grupo que
cuenta con gas natural en cerca del 7 % y el carbón de leña con cerca del 1 %.5

Con respecto al material de pisos y paredes en los hogares cafeteros a nivel nacional, el
informe de la Federación Nacional de Cafeteros señala que cerca del 24 % de los hogares
cafeteros cuentan con material inadecuado en los pisos y, que cerca del 39 % de los hogares
cafeteros cuentan con material inadecuado de paredes. Dentro del municipio de Anserma la
proporción es menor frente a la media nacional, ya que cerca 2,4 % del territorio censado
presenta material inadecuado de pisos y cerca del 3,9 % presenta material inadecuado de
5
Véase: Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2018, Departamento Administrativo Nacional de Estadística
paredes. Es necesario avanzar en la política de mejoramiento de viviendas para desarrollar
una cobertura mayor de las unidades familiares con condiciones mínimas de calidad de vida
en el municipio.

Por último, con respecto a las condiciones de cuidado de la primera infancia existe una gran
brecha en la atención de menores de 5 años en el área rural del municipio frente al área
urbana. Lo cual condiciona que exista menor independencia de las mujeres para ejercer
actividades fuera de lo doméstico, y que, realizándolas, los niños y niñas queden en riesgo
en sus viviendas, por mala alimentación, incendios o accidentes eventuales que se puedan
presentar. Según el Censo Nacional Agropecuario (2014), cerca del 2,8 % de los menores
de 5 años presenta dificultades de acceso al cuidado, así mismo que el 75 % de los menores
de 5 años son cuidados por sus padres, y que solo del 10 % asiste a un hogar comunitario.
Lo cual cerca de 8 de 10 hogares deben de disponer de uno de los padres para el cuidado de
los niños, que 1 de cada 10 puedan asistir a hogar comunitarios y que 1 de cada 10 sean
cuidados por hermanos o agentes familiares o vecinos. Esto alimenta brechas en el ingreso
de hombres y mujeres dado que principalmente el cuidado de los niños menores de 5 años
en atención de sus padres se concentra en las mujeres, imposibilitándoles el acceso al
mercado laboral y en la participación en actividades deportivas y recreativas fuera del
hogar.

Ilustración XX: Sanidad en la población rural de Anserma, Caldas

120

100

80

60

40 81,5 90,7 No aplica


Aplica
20

0 5,2 2,4 3,9


Sin afiliación Sin Sin Material Material
a salud acueducto alcantarillado inadecuado inadecuado
en pisos en paredes
exteriores

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Ilustración XXI: Tipo de afiliación al sistema de salud en la población rural del


municipio de Anserma, Caldas
100,00
87,92
90,00
80,00
70,00
60,00
50,00
40,00
30,00
20,00 8,72
10,00 0,36 2,04
0,00
Régimen Régimen especial Régimen No está afiliado
contributivo subsidiado

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Vocaciones agropecuarias

Como hemos podido señalar a lo largo de este documento, a partir de la transición en los
años noventa, Colombia se vuelca por una nueva producción orientada por una
reestructuración productiva donde el predominio de los cultivos temporales sobre los
transitorios se hace evidente. De igual manera, existe una articulación del sector
productivo, legislativo, financiero y agropecuario por fortalecer un modelo de agricultura
de exportación a escala nacional orientada por los bienes de ventajas comparativas como lo
señalamos en el segundo capítulo.

En lo sucesivo intentaremos comprender los tipos de cultivo del municipio de Anserma


basándonos en el Censo Nacional Agropecuario de 2014, así como también a través del
documento de Transformaciones en la agricultura colombiana entre 1990 y 2002 de
Álvaro Balcázar, y la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019 del Departamento
Administrativo Nacional de Estadística.

3.3 Uso del suelo en Anserma, Caldas

Ilustración XXII: Usos del suelo en Anserma Caldas en (Has.)


38,2
297

1.048,8 EN BOSQUES
NATURALES

AGROPECUARIA

NO AGROPECUARIA

19.005,3 EN OTROS USOS Y


COBERTURA DE LA
TIERRA

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Según información del Censo Nacional Agropecuario, en el municipio de Anserma existe


una concentración del uso del suelo agropecuario sobre otros usos en el municipio. Así las
cosas, en el municipio existen 20.389 hectáreas de diferentes índoles y sobrevive una
concentración mayoritaria del uso del suelo agropecuaria con 19.005 hectáreas que
representan el 93 % del área total del municipio. Sobre este sector se vinculan las diferentes
actividades agropecuarias del orden agrícola, pecuario, y agroindustrial. El segundo sector
que se vincula pertenece al sector no agropecuario, allí están parte de las actividades y
asentamientos que hacen parte del casco urbano del municipio donde se concentran las
actividades administrativas, comerciales, de servicios e industriales. Este sector encuentra
una diferenciación importante ya que ejerce actividades fuera de la agricultura, ocupa 1.048
hectáreas y representa el 5,14 % de la proporción del área del municipio. Posterior al sector
no agropecuario encontramos el sector forestal y el área de protección ambiental. Este
sector vincula servicios ambientales y sistémicos dentro del municipio, es
significativamente inferior dado que agrupa a cerca de 297 hectáreas dentro del uso del
suelo del municipio o cerca del 1,4 del municipio en relación a su proporción. Por último,
el renglón de usos y cobertura de la tierra vincula demás actividades fuera de las
mencionadas, representa cerca las 38 hectáreas o cerca del 0,18 % del área total del
municipio.

El análisis llama la atención por la estrecha magnitud del área en bosques y áreas
protegidas y de la concentración significativa del área agropecuaria. Según información
reposada en el Censo Nacional Agropecuario de 1960, en el municipio de Anserma existía
un área de montes y bosques de 862 hectáreas de las 18702 hectáreas del momento lo cual
daría una proporción del 4,6 por ciento, cayendo a un 1,4 por ciento mencionado en la
actualidad. Esta disminución progresiva viene dada por la intensificación en el uso del
suelo agropecuario en el municipio alentado por priorización de la actividad agroindustrial
fortalecida por la Federación Nacional de Cafeteros y el gobierno local, así como una
ocupación privada del bosque público.

Ilustración XXIII. Número de Unidades de Producción Agropecuaria en Anserma


Caldas
222 13
196 56 2 CAFÉ
105 334
120 493 CAÑA DE AZUCAR

3.305 CACAO

TABACO
1.572

OTROS
AGROINDUSTRIALES
612 82 PLÁTANO
354

YUCA
120
1
1.600
OTROS TUBÉRCULOS
2.448

CÍTRICOS
157 89

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario.

Como señala Álvaro Balcázar en su texto de Transformación en la agricultura colombiana


entre 1990 a 2002, (2003) en Colombia existe una consolidación de un modelo en el cual se
propicia el cultivo de los bienes transables sobre los no transables. Esto, según comprende
el autor viene dado a partir de una política de restructuración del modelo de sustitución de
importaciones que surgió a partir de la posguerra. Este modelo se orientó por barreras
arancelarias propiciando un reverdecer de la industria y la agricultura nacional, sumado a
una serie de incentivos y subsidios dentro de la producción nacional. La caída de este
modelo orientó una desigualdad articulada de dos formas de desarrollo de la agricultura en
Colombia, por un lado, políticas sectoriales que estimularon un fortalecimiento de bienes de
ventaja comparativa y una desatención y falta de incentivos para los cultivos temporales y
semestrales que el país demanda. El nuevo modelo se orienta por una integración vertical
donde los actores y las cadenas que intervienen en la agricultura se transforman y aparece
una red de actores en las que operan las cadenas de valor y los consumidores.
En el municipio de Anserma sobreviene una concentración de la actividad agroindustrial
como reseña la literatura sobre el área, seguida por una actividad de plátano y tubérculos
que aún es fuerte, en relación con unos cultivos frutales que permanecen estables.

Balcazar (2003) señala que las políticas sectoriales han favorecido la vocación exportadora
en Colombia y Anserma es una gran evidencia de ello. En Anserma existe una
concentración de área y de las unidades de producción agropecuaria en medio de las
actividades agroindustriales, Así los agroindustriales son cultivos permanentes de gran
inversión de capital. Su articulación demanda un gran tiempo para su cosecha, así como una
necesidad constante de mano de obra y de capital para su sembradío, de este grupo
sobrevienen desde el mayor rango el café.

Ilustración XXIV: Área sembrada en cultivos en Anserma Caldas (en Has.)


186 191 183
269 16 CAFÉ
404
593
512 CAÑA DE AZUCAR
568
CACAO
773 7.077
TABACO
106 919

108 OTROS
AGROINDUSTRIALES
PLÁTANO

4.984
YUCA
126
66 230
25 OTROS TUBÉRCULOS

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario DANE 2014

Agroindustriales
Ilustración XXV: Número UPA con cultivos agroindustriales
120 1
CAFÉ
82 354
CAÑA DE AZUCAR

CACAO

TABACO
3.305
OTROS
AGROINDUSTRIALES

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Los cultivos agroindustriales tienen un predominio dentro de la estructura agropecuaria del


municipio debido a su fortalecimiento dado desde los noventa por las políticas sectoriales,
así como por su ventaja comparativa que proponen frente al mercado internacional. Este
sector agrupa el 43 % del área sembrada en el municipio con cerca de 7.033 hectáreas. Este
grupo reúne una concentración significativa en café que representa cerca del 94 por ciento
de los cultivos agroindustriales en el municipio, y cerca del 40 % del área sembrada en el
consolidado total. Sigue una reducción significativa a 3 % de los agroindustriales
representado en cacao, en cerca de 230 hectáreas, y con una proporción 1,3 % del
consolidado total. Posterior encontramos a la caña de azúcar con cerca del 1,6 % de la
proporción de los agroindustriales en el municipio en cerca de 126 hectáreas y con cerca
del 0,7 % en el consolidado total. El tabaco con cerca 66 hectáreas sembradas que son
reflejo cerca del 1 % de los cultivos agroindustriales en el municipio y con una
representación consolidada de 0,3 %. Finalmente; encontramos 25 hectáreas dedicadas a
otros cultivos agroindustriales en los que encontramos la caña pañalera principalmente.

Ilustración XXVI: Área sembrada en cultivos agroindustriales (en Has.)


230 66
25
126

CAFÉ
CAÑA DE AZUCAR
CACAO
TABACO
OTROS AGROINDUSTRIALES

7.077

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Plátano y tubérculos
Este sector agropecuario es importante dada la magnitud de la participación del plátano
dentro de la economía local. Seguido del café, es el plátano el segundo actor en proporción
por área sembrada y valor agregado dentro del municipio. El plátano representa el primer
renglón entre plátanos y tubérculos, con una proporción del 96 por ciento dentro del tipo de
cultivos de este grupo, así mismo alcanza una participación del 28 por ciento de los cultivos
totales del municipio lo cual de hace ser un sector influyente y en que se emplean cerca de
4.854 hectáreas del municipio.

Ilustración XXVII. Área sembrada de cultivos de plátano y tubérculos en (en Has.)

108106

PLÁTANO
YUCA
OTROS TUBÉRCULOS

4.984
Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

En relación al número de Unidades de Producción Agropecuaria la gráfica presenta una


respuesta similar a la participación en el número de hectáreas. Las Unidades de Producción
Agropecuaria del plátano superan ostensiblemente a los demás sectores dentro de su grupo,
haciendo de este un sector central del municipio. En los últimos años el plátano ha
consolidado una industria muy grande y ha permitido la vinculación laboral de gran número
de ciudadanos del área rural. “Los plataneros”, o los grandes compradores de plátano, han
podido ascender socialmente dentro del municipio y han creado una industria importante

Ilustración XVIII. Número de UPA con cultivos de plátano y tubérculos

157
89

PLÁTANO
YUCA
OTROS TUBÉRCULOS

2.448

Tomado de: Censo Nacional Agropecuario 2014 DANE

Cultivos frutales

Los cultivos frutales son un sector de la ruralidad que por su complejidad y heterogeneidad
convienen ser comprendidos como tema especial. Dentro de los cultivos frutales en el
municipio se destaca la proporción de los cítricos con un 5 por ciento dentro del área con
respecto a la proporción total de cultivos y con una participación dentro del sector de
frutales 27 por ciento.

Evaluaciones Agropecuarias Municipales EVA

Cultivos temporales Año Variación


Aum. o
Diferencia
Cultivo Grupo de cultivo 2014 2015 2016 2017 2018 dism.
en (has.)
(2014-2018)
Espárrago Hortalizas 23 23 35 35 30 Aumenta 7
Frijol Leguminosas 27 16 15 14 13 Disminuye -14
Maíz Cereales 27 18 15 15 14 Disminuye -13
Tomate Hortalizas 28 25 32 30 16 Disminuye -12
Yuca Tubérculo 52 45 40 35 18 Disminuye -34

Cultivos permanentes Año Variación


Aum. o
Diferencia
Cultivo Grupo de cultivo 2014 2015 2016 2017 2018 dism.
en (has.)
(2014-2018)
Aguacate Frutales 574 576 613 613 680 Aumenta 106
Café Agroindustriales 6617 6594 6510 6345 6249 Disminuye -368
Cacao Agroindustriales 367 429 509 509 509 Aumenta 142
Caña de
Agroindustriales 93 97 101 110 110 Aumenta 17
azúcar
Caña
Agroindustriales 354 341 346 306 306 Disminuye -48
panelera
Cítricos Frutales 2168 2168 2173 1923 1923 Disminuye -245
Tubérculos y
Plátano 3142 3232 4062 4069 4115 Aumenta 973
plátano
Tomado de: Ministerio de Agricultura Colombia, Evaluaciones Agropecuarias
Municipales, 2020.

Estimación de los cultivos en Caldas entre 2014 y 2019

La estimación dada por el Departamento Nacional de Estadística Nacional (DANE) ha dado


unas estimaciones del desarrollo de la transición en la agricultura del departamento de
Caldas para los períodos 2014-2019, esta información es plasmada en Encuesta Nacional
Agropecuaria. Según estimaciones del DANE, el café en el Departamento de Caldas pasaría
de 80.146 hectáreas en el año 2015 a cerca de 59.086 hectáreas en el año 2019, dando como
resultado una reducción de 21.060 hectáreas en este sector. De igual manera otros sectores
que disminuyen son el de hortalizas, verduras y legumbres que pasarían de 2515 hectáreas
en el año 2014 a cerca de 772 hectáreas para el año 2019, así como el de cereales que
perderían cerca de 2215 hectáreas en los cuatro años. Estos tres sectores que disminuyen
del grupo de agroindustriales, hortalizas y legumbres, y cereales, entran en contraposición
frente a los sectores de crecimiento de frutales principalmente en banano común en 1558
hectáreas, de críticos en 1238 hectáreas, aguacate con 666 hectáreas, así mismo como el
sector agroindustrial del cacao con cerca de 1301 hectáreas, y el plátano con 6752
hectáreas.
4. VOCES DE UNA REALIDAD QUE SE TRANSFORMA

4.1 Estructura Agropecuaria- Desarrollo rural- Población-Ecología

Unidad Municipal de Asistencia Técnica (UMATA)

Dentro de la selección de temas de interés para dar vida a unas voces que articulen los
procesos de cambio dentro de la estructura agropecuaria municipal se resalta de gran
importancia y utilidad la participación de la oficina UMATA. La Unidad Municipal de
Asistencia Técnica Agropecuaria es una figura jurídica amparada en la Ley 603 del año
2000 de la que cobra vida y por funcionalidad tiene por objetivo articular el orden nacional,
departamental y municipal a las relaciones del medio agropecuario de los territorios
colombianos.

Así, Lugo Perea (2009) resalta que la UMATA tiene como funciones la facilitación del
desarrollo rural, la extensión rural, la asistencia técnica, dentro de un paradigma de
desarrollo neoliberal. Su estudio de la Unidad de Municipal de Asistencia Técnica
Agropecuaria del municipio de Florencia, Caquetá, le permitió advertir que dentro de estas
unidades de asistencia se entreguen una serie de nuevas relaciones con el Estado, a su vez,
que nuevas definiciones del norte agropecuario de los municipios. La UMATA ha
permitido una nueva condición dentro de la municipalidad dado que ha generado una
condición de orden institucional, social y económico de que dependen los diferentes actores
que allí convergen. Por otro lado, la UMATA en su condición inicial, busca ampliar las
relaciones de desarrollo neoliberal en el cual la asistencia técnica se asume como una
articulación agroindustrial de los procesos de cultivo y de del manejo de las tierras. En
concordancia con Lugo Perea (2009) el investigador Acosta (1991) insistía en el nuevo
paradigma modernizador que había abrazado la situación de la UMATA. En su
investigación logró establecer que la extensión al medio rural pasaba por una apropiación
robustecida. El acompañamiento presupuestal y el personal humano era clave en una nueva
articulación en los procesos de producción de actividades agropecuarias en Colombia.

Dentro de nuestra investigación encontramos la utilidad de abordar primeramente la


cuestión acerca de cuáles son las funciones principales de la Unidad de la UMATA de
Anserma, así como de conocer del capital humano con que la dependencia se desarrollaba.

I
Investigador: ¿Cuál es la función de la Oficina de la Unidad Municipal de Asistencia
técnica Agropecuaria?

Entrevistado: La oficina de planeación agropecuaria está conformada por un grupo de


trabajo que tiene por funciones la parte ambiental, la parte pecuaria, la parte agrícola, la
parte turismo y sanidad animal. Nosotros nos encargamos de las 64 veredas qué conforman
el municipio. En los últimos años hemos crecido mucho en la parte de medio ambiente,
trabajamos por la deforestación, la recuperación de las micro cuencas de nuestro municipio,
los acueductos rurales que tenemos en el momento qué son cerca de 42 acueductos, 32 de
ellos legalizados en los cuales estamos observando los acueductos que están en vías de
desarrollo. En este momento la oficina se ocupa de las áreas del sector agropecuario qué
involucran críticos, pastos, caña, cafés especiales, y otros cultivos. Lo único en lo que no
tenemos una vinculación directa es al café tradicional ya que está en manos de la
Federación Nacional de Cafeteros con su comité y con la cooperativa Anserma, haciendo
esta oficina una actividad al margen del café a la que se vincula especialmente el comité y
la cooperativa, pero cuando hay proyectos qué nos pueden involucrar nosotros participamos
para buscar que los cafeteros los apoya la administración (J. Duque, comunicación
personal, 25 de mayo de 2020).

Dentro de la anterior explicación de la Oficina de UMATA se resaltan cuatro temas


esenciales que esta oficina tiene por objeto. El primer objetivo que se propone la UMATA
del municipio de Anserma es el desarrollo de la agroindustria y el manejo de cultivos,
brindado a campesinos y agricultores la información necesaria para el manejo de sus
plantaciones. Un segundo objetivo que se propone, es el de la maduración del desarrollo, no
solo agrícola, sino institucional, rural y sostenible. De igual manera, se percibe la gran
participación de la ecología y el manejo ambiental dentro de su agenda. La industria de la
carne y de la alimentación viene condicionada por el control municipal sobre la central de
sacrificio. Por último, la planificación y los programas de desarrollo como elementos clave
en la definición de nuevas capacidades en la población del municipio.

El municipio de Anserma no tiene una política de seguridad alimentaria clara. En la


conversación con el encargado, se pone de manifiesto que la planificación alimentaria no
aparece como objetivo a consolidar dentro de su unidad, de igual manera que el llamado a
la planificación rural y la planificación agrícola, no vive dada a través de una reflexión de
las condiciones y oportunidades que tiene viabilidad dentro del espacio agropecuario del
municipio. El llamado a la planificación del desarrollo aparece reducida a una intención
administrativa de exponer un discurso de gobierno de cada a los ciudadanos y la población
rural, aunque con ausencia de posibilidades de ejecución.

En funcionario insistía en una preocupación importante del orden municipal por consolidar
un desarrollo rural para el municipio. Ahora bien, este desarrollo viene acompañado de
procesos de inversión y financiación de los diferentes órdenes de administración (nacional,
departamental y municipal). Esta propuesta de desarrollo demanda, en primer lugar, un
desarrollo institucional donde la planificación agrícola encuentre el acceso a los recursos.
El rubro presupuestal dispuesto para esta dependencia está centralizado en el pago de la
nómina de la oficina. Así el espacio para el desarrollo agrícola y el desarrollo sostenible
queda en entredicho y en contravía de los programas ejecutados.

Un programa de éxito dentro de la UMATA ha sido la articulación con la ecología y el


equilibrio ecológico. La gestión del recurso hídrico y la gestión forestal con protección de
la deforestación, son dos programas exitosos y que han tenido el acompañamiento de las
comunidades. La Unidad tiene la misión de salvaguardar y proteger los más de 44
acueductos veredales que existen dentro del municipio. Sus programas han desarrollado una
articulación temprana para que la municipalidad inicie las apropiaciones de predios que se
presentan en las márgenes de las cuencas de las quebradas que surten los diferentes
acueductos. Este programa tiene especial interés dentro del municipio dado que ha
construido una articulación comunitaria y vecinal, llevando a que la comunidad desarrolle
redes de vigilancia y protección de sus cuencas, así como programas de reforestación de los
mismos espacios.

II

Investigador: ¿La sobrepoblación de estas veredas han generado afectaciones al recurso


hídrico?

Entrevistado: El problema que se viene identificando en la vereda Maraprá es qué hay una
lista de socios, con acueducto legalizado a Corpocaldas, pero cuando se fueron los técnicos
a hacer la revisión vieron qué mucha gente que no estaba dentro del libro del acueducto y
no habían solicitado permiso, lo que toca hacer es llamar a Corpocaldas y hacer una
solicitud de visita técnica y que ellos empiecen a verificar quienes son los socios y quienes
no pagan, así de los que no pagan se les tendría que retirar las mangueras (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020.)

En la actualidad, los conflictos por apropiación y los conflictos por distribución del recurso
hídrico, son dos de los elementos que predominan entre las relaciones de conflicto que se
desarrollan en el espacio rural. Los acueductos veredales surten de aguas no potables a los
pobladores de las diferentes veredas del municipio. El beneficio de café que demanda un
uso excesivo de agua, sumado a ocupaciones ilegales de predios y de acceso a los
acueductos, ha hecho que las comunidades vean mermado el suministro de agua que llega a
las viviendas. La protección de las aguas es de especial interés entre los pobladores del área
rural de Anserma ya que ha volcado a un desarrollo de la comunidad en pro de la
protección del agua.

Adaptabilidad a las relaciones con el cambio climático es una situación que no da espera
dentro de las poblaciones. Los procesos de beneficio industrial del café, por su naturaleza,
demandan un uso irracional del recurso hídrico, por ello los procesos de beneficiado deben
de transitar a un consumo de agua óptimo, así como a la introducción de nuevas prácticas
para el procesamiento de aguas mieles que expulsa el lavado del café. Las nuevas
relaciones del agua han demostrado lo lentos que han sido los programas de introducción de
las aguas potables a las veredas, ya que de 64 de las veredas del municipio, solo 2 de ellas
tienen plantas potabilizadoras de agua. Así, el uso y consumo de agua entre las poblaciones
rurales está centrado en una toma de aguas no potables que ofrecen grandes riesgos para la
salud humana.

El funcionario resalta que los procesos de la población rural del municipio vienen
acrecentado un mayor riesgo de vulnerabilidad debido al incremento del consumo del agua
potable en los diferentes hogares de la población rural. A raíz de las transformaciones del
cambio climático, el caudal de las fuentes de agua vendrá reduciéndose y por ello el
consumo de agua obliga a su optimización.

III

Investigador: Sobre el aguacate Hass que menciona, ¿ha visto crecimiento de este cultivo?

Entrevistado: Sí, a raíz de eso tuvimos que responder. Hubo una empresa que empezó
comprando unos predios pero esta empresa era un negocio privado el cual no avisó a la
oficina la actividad económica que se pensaba realizar. Ellos simplemente llegaron y
empezaron a comprar predios y a elevar los precios, la compra de terrenos fue muy alta y
eso disparó el precio de las tierras, cuando ellos empezaron a sembrar no se había
dimensionando tanto cómo se mostraría después el problema de tala de árboles ni nada.
Ellos compraron fincas que ya estaban adecuadas, comprando una finca muy grande qué
había sido usada para los espárragos y la convirtieron a aguacate. El problema empezó a
evidenciarse fue después cuando el precio subió y ya la gente empezó a tumbar los bosques
y otros cultivos para vincularse al cultivo de este producto, y se tomó la decisión de que no
se iba a apoyar (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

Según mencionó el funcionario de la UMATA, hace diez años el paisaje del aguacate Hass
en Anserma Caldas era inexistente. Su proliferación viene dada por nuevos acuerdos
comerciales entre Colombia y países desarrollados y por la consolidación de un nuevo
mercado agrícola que reiteradamente hemos venido referenciado a lo largo del ejercicio.
Como vimos dentro de la Encuesta Nacional Agropecuaria, y dentro de las Evaluaciones
Agrícolas Municipales, en Caldas y en el municipio de Anserma ha habido una transición
agropecuaria reciente. Las condiciones económicas del sistema agroindustrial, han hecho
que la transición cafetera quede en manos del nuevo bien transable del aguacate Hass. El
funcionario, señala su malestar con el uso irracional que ha tenido el aguacate, ya que las
nuevas condiciones han favorecido por un nuevo desarrollo agropecuario donde las
relaciones de producción vienen a desconocer el proceso de producción de la región
cafetera.

El arrendamiento de tierras se ha hecho clave dentro de un nuevo proceso contractual


donde la actividad económica viene relocaliza y despersonificada y donde las empresas
agrícolas no demandan posesión sobre las tierras para su uso. La planificación agrícola del
orden nacional ha generado una apuesta directa sobre bienes transables de exportación por
el aguacate Hass, sin embargo, los entes locales no han visto bajo los mismos ojos el
desarrollo de la política agrícola actual. En el terreno han podido identificar el impacto que
el aguacate ha tenido sobre el recurso hídrico ya que su producción en masa viene a alterar
el equilibrio ecológico del territorio. Así mismo, impulso al aguacate viene a desarrollar un
gran desempleo entre la región dado al ser un cultivo permanente, no permite una constante
demanda de laboral como desarrollaba la anterior naturaleza de la región. Estas condiciones
económicas han alterado de manera importante las relaciones de producción de gran
número de veredas del municipio y han llevado a un desarraigo de grandes contingentes de
población de brazeros o jornaleros disponibles entre mano de obra agrícola del territorio.

IV

Investigador: ¿Tiene la oficina de Desarrollo Agropecuario la capacidad de incidir en la


lógica agropecuaria de Anserma, Caldas?

Entrevistado: Sí claro, nosotros tenemos constituida una hoja de ruta en la qué vamos en
lineamiento con el Ministerio de Agricultura, la Secretaría Departamental de Agricultura y
la oficina municipal de Desarrollo Rural. Así nosotros logramos conseguir los recursos y
dinamizamos los proyectos. Sí en este momento llega un productor a la oficina diciendo:
“Vea, quiero recursos para sembrar plátano”, nosotros les conseguimos los recursos por la
gobernación y el ministerio ya qué está dentro de una ordenanza en la cual el municipio
aprobada por el concejo municipal donde se aprueban unas cadenas productivas locales en
las cuales nosotros hemos proyectado qué hay más potencialidad, que hay comercio, que
hay venta, que si tú vas a sembrar el proyecto qué lo puedes negociar, que lo puedas
transformar. La gobernación tiene ese mismo lineamiento con nosotros ya qué la ordenanza
se construyó en conjunto mirando potencialidades, y de los cuales la secretaría de
Agricultura departamental ha emergido los planes de desarrollo y en conjunto con el
ministerio de agricultura. Nosotros debemos de enfocarnos sobre lo que ellos tienen, así el
departamento y la alcaldía gestionan los recursos y dinamizar la producción del municipio.
En estos momentos están abiertas las alianzas para plátano, café, cacao, ganadería,
piscicultura. La Agencia Nacional de Tierras también se ha articulado con estos proyectos,
al igual que el SENA con el programa Emprender en el que se jalonan recursos para
pequeñas empresas que ya están constituidas o qué ya tienen un producto avanzado
referente al sector agropecuario (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

Existe una relación de dominio de parte de las directrices del Ministerio de Agricultura
sobre las regiones y sus potencialidades agrícolas. Este dominio ejerce un control irrestricto
sobre los recursos con vocación. Aun cuando existe una lectura departamental y municipal
sobre las cadenas productivas de mayor capacidad en la localidad, estas cadenas
productivas carecen de un plan de acción como proceso de cumplimiento de sus objetivos.
Ello deja a merced de la situación del mercado, el proceso de proceso de producción y
gestión de las actividades agropecuarias en el municipio. La realización del plan de cadenas
productivas del municipio obliga a que la articulación nacional se establezca como objetivo
realizable y claro, y no como discurso. La planificación esencial en este aspecto y edificar
sobre ellos planes de desarrollo sostenibles social y económicamente, dentro del panorama
de posibilidades de los productos agropecuarios, el mercado, el presupuesto.

Investigador: ¿A qué productos agrícolas le están apostando?

Entrevistado: Prácticamente, nosotros tenemos que trabajar con las asociaciones. El Estado
no entrega recursos sí no existen sociedades constituidas o sí no existe una Junta de Acción
Comunal, estos productos a los que estamos articulados se centran el café, plátano, aguacate
papelillo, pasto, piscicultura, cítricos, cacao, caña panelera, espárragos, lulo, piña, mora,
frijol y maíz. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

La heterogeneidad de vocaciones agropecuarias del municipio es alta principalmente entre


cultivos semestrales. Predomina una participación importante de los temporales del maíz y
el frijol, seguido de la caña panelera, el cacao y los frutales. En la actualidad, los cultivos
temporales vienen decayendo en su participación dado a que los propietarios de las fincas
cada vez sienten menos interés en dar vida a nuevos cultivos en medio del crecimiento del
café y del plátano. La pérdida de cultivos temporales ocasiona un impacto directo sobre el
empleo agrícola dado que demandan menos actividades en los diferentes meses del año. La
concentración del empleo en los meses de cosecha, de limpias, y de eliminación de árboles
permanentes, ha conducido a que la seguridad alimentaria del municipio venga
reduciéndose como ha demostrado el funcionario. El maíz y el frijol son esenciales para la
dieta de esta población, sin embargo, el consumo en la actualidad del municipio se a partir
de grano importado y no como grano local. Los precios del maíz y del frijol ha sido
desfavorable en muchos casos a los productores locales, una sobreoferta de estos productos
ha conducido a su desincentivo y ha construido una mayor dependencia de estos productos
del mercado internacional.

Por otra parte, los cítricos son un elemento de gran crecimiento en fincas de mayor
extensión en la periferia del municipio. Existe un notable crecimiento de cultivos de
naranja, mandarina y limón, en estas propiedades anteriormente existía una notable
circulación de cultivos temporales como la caña panelera y el lulo, sin embargo, en la
actualidad existe una renuncia importante a asumir cultivos de alto riesgo donde las plagas
y los precios se desarrollan en un contante dinamismo.

VI

Investigador: ¿Hacia dónde siente qué se está desplazando la agricultura en Anserma,


Caldas?

Entrevistado: En Anserma se viene consolidando el arrendamiento de tierras aunque es


algo reciente. Se da principalmente cuando un independiente quiere montar un proyecto
productivo y busca la localidad y la asesoría para montar su proyecto productivo. Lo que
también hemos visto es qué en las partes marginales bajas han dejado de sembrar café para
sembrar otros cultivos, eso sí lo hemos visto, se ha ampliado la ganadería un poco, pero se
ha dado más en los cultivos de plátanos, cacao y caña. Eso viene pasando en las veredas de
la Nubia Baja, Tumarapo, Montecristo, y Morroazul. En estos sitios ha crecido la dificultad
para acceder a la mano de obra qué requiere, fuera de eso sí está ubicado en una parte
marginal baja del municipio, en eso de (700 m. s. n. m.) y (1000 m.s. n. m.) eso hace que el
animal o el patógeno se reproduzca más rápido y la agricultura deba de utilizar más
químicos o más control Re Re, eso le aumenta los costos entonces no estaría dando la
ganancia. Además, pasa un conflicto que un agricultor puede ser juicioso pero su vecino no
y se estarían pasando toda la broca para los granos buenos. El Cacao ha tomado impuso, es
porque ellos han eliminado el café y vienen sembrado cacao, o siembran caña panelera o les
meten pasto. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

Este apartado es crucial en el entendimiento de nuevas lógicas que se edifican en la nueva


estructura agropecuaria. Como hemos insistido en las anteriores páginas, la transición de la
estructura conduce a una nueva estructura agraria polar donde existen condiciones
productivas con gran inversión de capital, a la vez que condiciones rezagadas en las que la
producción es inviable. La nueva condición viene alterando las condiciones de tenencia de
la tierra haciendo pactos entre particulares donde predomina el alquiler estacional de
grandes arrendamientos con grandes inversiones de capital y donde el valor de la tierra se
eleva significativamente, a la vez que una caída del valor de la tierra de los territorios más
apartados de la cabecera municipal y donde se concentra un cambio de la vocación agrícola
por una estructura de vocación pecuaria, especialmente de pastos para bovinos.

VII

Investigador: ¿Desde la oficina de Desarrollo rural qué puede hacerse?

Entrevistado: Le brindamos todo el acompañamiento y asistencia técnica que requiere el


agricultor para cuando está empezando con los cultivos. Les decimos qué pueden cultivar,
tiene asesoría, sí los cultivos tienen enfermedades nosotros directamente les hacemos el
diagnóstico y le decimos qué compra para responder a la enfermedad. Otra tarea que
hacemos es que empezamos a asegurar la compra y recomendándole espacios y personas a
las que se le puede vender, si hay una asociación que esté dando un buen producto le
recomendamos qué se asocie a esta y así beneficiar los productores. Nosotros
acompañamos los procesos sociales en asocio con las Juntas de Acción Comunal ya que
entienden las necesidades de las comunidades y son los mayores capaces de dar respuesta y
hacer las propuestas. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

Los programas de extensión al medio rural son una plataforma indispensable para el
desarrollo rural. Los servicios de extensión han permitido a los productores agropecuarios,
tener mejores prácticas en el manejo de sus cultivos, brindando asistencia técnica para el
manejo de enfermedades, para el tratamiento de abonos, así como en la incursión hacia
nuevos cultivos. Los servicios de la UMATA han sido indispensables para el desarrollo de
la actividad agrícola y pecuaria, pero demandan un fortalecimiento de la investigación
agrícola y del fomento hacia la asociatividad. Por un lado, la investigación agrícola va a
permitir la adaptación a nuevas condiciones del medio rural, teniendo presente las
variaciones del cambio climático. Por otra parte, la asociatividad permitirá una economía
solidaria entre productores agropecuarios, ofreciendo una red que permita una articulación
importante, con poder de negociación, y con capacidad de respuesta a los precios.
Asociación de campesinos, y asociación de agricultores, como dos respuestas a condiciones
de organización de los productores agropecuarios, en común acuerdo con el medio
institucional.

VIII

Investigador: ¿Cómo se distribuye espacialmente la actividad agrícola del municipio?

Entrevistado: En la parte baja se concentran las actividades del plátano, en la parte media
predomina el café y el plátano y en la parte alta encontramos las actividades del aguacate.
La ventaja del municipio es que se cuentan con diferentes pisos térmicos, acá lo que se
quiera cultivar se puede desarrollar. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de
2020).

La estructura agropecuaria de Anserma se distribuye de acuerdo con diferentes pisos


térmicos que se encuentran en el territorio contiguo al casco urbano. En los 17.000 km2 de
jurisdicción del municipio, predomina una concentración significativa del área y del paisaje
del café, especialmente dentro de un primer espacio de fincas más próximas al área urbana.
En el área próxima al casco urbano, predomina una vocación cafetera y platanera en fincas
de alta inversión de capital y de condiciones de acceso favorables. La estructura
agropecuaria municipal encuentra un segundo espacio en fincas de distancia media frente al
casco urbano. Allí los pisos términos se alejan, en la parte norte predomina un clima
templado, óptimo para el aguacate Hass, en la parte sur bajo clima cálido encontramos
cultivos de cítricos, caña panelera, y caña de azúcar.

La municipalidad de Anserma entra en una relación ecológica indivisible con el medio


geográfico al que pertenece, ya que la alta luminosidad presente en este territorio ha
permitido un incremento importante del cultivo del plátano en los últimos diez años. Al
calor de los cultivos del café, el plátano se ha convertido en un producto de alta
comercialización y que ha dejado satisfechos a sus productores. Este crecimiento
importante de la industria del plátano, ha llevado a que en Anserma, este logre emplear a
gran número de personas en el área urbana. La nueva economía agraria ha descentralizado
el papel del café¸ aún sin desconocer su rol y participación, pero ha logrado establecer otros
bienes transables al mercado internacional como el aguacate Hass y el plátano.

IX
Investigador: La dieta humana es muy variada, encontramos los cítricos, los frutales, los
agroindustriales, ¿qué relación de abastecimiento tiene la galería local con lo que se
consume?

Entrevistado: Lo qué más produce el municipio es plátano, banano y cítricos: lo que es


naranja y mandarina, también se consume guanábana local, se compra guayaba, limones,
papaya. Principalmente se trae de otras municipalidades la papa, la cebolla de rama y de
huevo, el pimentón, las manzanas, se trae repollo de Pereira, papayuela se trae de Pereira,
se trae ajo, lo demás sí lo producimos. El cultivo de tomate también es propio. El maíz, el
frijol, también son propios. Podemos decir que hay mucho abastecimiento local, a
diferencia de otros municipios. Nos ha dado duro el alza de los granos como la lenteja, y la
cebada, y el aumento de la caña panelera. (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de
2020).

Quizá esta pregunta sea la cereza de toda esta exposición, ya que es de gran utilidad la
respuesta ya que nos permite una gran ilustración acerca de la estructura agropecuaria
municipal. Es necesario considerar que los diferentes productos que funcionario señala que
son producidos en la municipalidad, se nacen y se producen al calor del cultivo del café.
Entre los productos que funcionario destaca que se producen dentro del propio municipio,
el plátano tiene una participación especial y es clave por su vinculación con la dieta de la
población del occidente de Caldas. El plátano que se consume en el municipio es producido
en su totalidad por las unidades de producción locales. A diferencia, otros productivos
como la papa, el arroz, o el trigo, son llegados del mercado nacional e internacional, aunque
por su naturaleza no viable en este ambiente.

La producción local de productos como el plátano, los cítricos, el maíz, el frijol, los
frutales, incide de manera importante en el costo de vida del área urbana y del área rural del
municipio. En contraste con una producción agrícola importante, aun la pobreza y el
hambre predomina en la población rural y en la población urbana del área periférica. El
costo social de los cultivos permanentes es evidente dentro de relaciones de consumo en el
municipio ya que el desabastecimiento que se ha presentado en parte de los productos ha
incidido en su precio y costo de vida de la población. La pobreza y el nivel de vida en la
población rural y del área periférica del casco urbano, aún está dentro de una gran línea de
pobreza y con condiciones de vida difíciles. Es por ello que la política alimentaria se
manifiesta como el derrotero de la seguridad alimentaria, dentro de esta política alimentaría
debe participar la sociedad civil, El Estado, los productores agropecuarios y el mercado, sin
embargo, a la fecha la política alimentaria no parece plasmada como objetivo municipal,
como plantearía Timmer (1985) en su famoso documento del análisis de las políticas
alimentarias.

En la investigación, la seguridad alimentaria es clave para conocer el fenómeno de


dinamismo con la estructuración del nuevo modelo productivo, por ello se abordó la
cuestión sobre proyectos de seguridad alimentaria:
X

Investigador: ¿Qué piensa de impulsar proyectos de seguridad alimentaria?

Entrevistado: “Serían muy buenos en este momento, el Ministerio de Agricultura en el


momento maneja dos estrategias: en este momento el precio del plátano está a muy buen
precio pero desafortunadamente cuando el plátano empieza a encarecerse el ministerio ha
dado autorizaciones de importaciones de plátano primeramente de Perú, entonces Perú nos
pasaba plátano e inmediatamente el precio nacional del plátano se caía. Es un regulador
para qué la tasa interna de Colombia no crezca mucho. En este momento a productores de
maíz, de frijol, de arroz, les ha ido bien porque el Ministerio no ha podido abrir las fronteras
e importar alimentos. Se puede apoyar un programa de gallinas criollas de corral para los
campesinos. El país ha demostrado la autosuficiencia de los alimentos, el mayor conflicto
son los especuladores qué acaparan el producto y presionan su precio al alza, formándose
en carteles. Nosotros como Desarrollo rural debemos de ir verificando qué no se alcen los
precios. Hace dos años el Ministerio de Agricultura propuso para Anserma un proyecto de
producción de plátano, y fue un éxito, se apoyó la cadena productiva del plátano
brindándole a los productores el abono, las semillas, se les dio capacitación, maquinaria:
entre esos, guadañas, bolsas, machetes, agroquímicos. Y en el paisaje se pudo ver un
crecimiento del plátano, y estos programas tienen mucha efectividad en evitar el
desabastecimiento. En las visitas qué hemos realizado hemos encontrado qué las personas
están sembrando frijol, maíz, comprando en Anserma y qué tiene surtida la plaza de
mercado. Tenemos la capacidad de abastecernos de lechería, de aves de corral, de ganado”
(J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

La exposición del entrevistado pone de manifiesto que existe una gran vulnerabilidad
estructural de los productores agropecuarios dada la fluctuación de los precios de los
productos agrícolas. Es dentro de una autosuficiencia donde las condiciones pueden ser más
favorables, allí la seguridad alimentaria converge en una situación de diversidad en la
producción agropecuaria, llevando a que los productores, sus familias, y la población,
encuentren mejores condiciones de nutrición. A este respecto Pedraza (2003) nos dice que
la seguridad alimentaria es un asunto familiar en donde existe un acceso a los alimentos en
los diferentes grupos de la población. El logro de la seguridad alimentaria, pasa por una
superación de condiciones de bajos ingresos en la población rural, así como en un cambio
social que sea conducente con un desarrollo económico y social de la población. La
investigación es esencial para la reducción del hambre entre la población rural, ya que
fenómenos como la desnutrición son ausencia de condiciones calóricas y protéicas que
pasan por la comprensión social y económica de la situación, así como de la investigación
agrícola que transforma las prácticas productivas.

En los anteriores planteamientos hemos podido establecer diferentes elementos que


permiten la construcción de la estructura agropecuaria que se ha consolidado dentro del
municipio, así como advertir diferentes elementos de cambio y de permanencia que vienen
construyéndose como vocaciones agrícolas y pecuarias. Conviene pues, en lo siguiente,
conversar con el funcionario sobre el banco de proyectos que la oficina ha empleado para
su apoyo, así como de las asociaciones y grupos de interés que se ha consolidado en su
experiencia dentro de su trabajo en el mundo rural.

XI

Investigador: ¿Cómo se planifican estas actividades a priorizar?

Entrevistado: En municipio en conjunto con el orden departamental y nacional definen una


ordenanza para situar las actividades qué buscan ser potenciadas. Sí se busca hacer una
actividad fuera de las actividades de la ordenanza se torna más difícil el acceso a los
recursos. La ordenanza qué tenemos tiene una vigencia actual de 6 años, se debe vincular
mi cadena productiva con la gobernación y el ministerio, así se proyecta y se define
objetivos, trazados para conducir más fácilmente los recursos del municipio, así podemos ir
diseñando unas vocaciones agropecuarias. La suerte es qué nuestra localización permite qué
la ordenanza gire en torno en diferentes productos agrícolas. Nosotros podemos colaborar
en la socialización de proyectos y en la materialización de las asociaciones, consolidadas
asociaciones pueden darse más fácilmente la adquisición de recursos (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

La municipalidad ha hecho un gran avance en diferentes sectores estratégicos que se han


trazado como ejes del desarrollo rural. Ahora bien, conviene preguntarse, ¿qué financiación
y viabilidad tienen estos proyectos? En la práctica, el funcionario manifestó que estos
proyectos planteados no logran finiquitarse en su financiación, y menos en su
materialización. De igual manera, existe una tensión entre lo político y lo económico para
dar viabilidad a los proyectos, externo a decisiones racionalidad a medir su viabilidad, en el
financiamiento de los proyectos. Institucionalmente, en palabras del funcionario, es posible
identificar que juicios políticos van a incidir significativamente sobre la consolidación y
materialización de los proyectos agropecuarios.

Una planificación exitosa del banco de proyectos podría seguir una integración entre la
planificación agrícola y la planificación alimentaria. Dar vida a proyectos con demandas
alimentarias podría incidir significativamente en su fomento y sostenibilidad, articulando
una planificación local que encuentre respuesta y demanda en un espacio regional, así como
dentro de un proceso de integración social de los diferentes agentes de la actividad
agropecuaria.

XII

Investigador: ¿Qué proyectos han fracaso?

Entrevistado: La morera por ejemplo, donde la embajada de Japón en asocio con el


Departamento de Caldas, vinculó a municipios donde se tenían los pisos térmicos para
desarrollarla. ¿Cuál fue el pecado de este proyecto? Este proyecto como otros tiene el
problema de construirse como muy visionarios pero poco productivos, a la hora de la
comercialización estos proyectos entrar en crisis porque no saben a quién venderle sus
cosechas. El proyecto de la morera, por ejemplo, empezó al revés: primero se debió de
capacitar a las tejedoras y los talleres, después implementando los cultivos y por último
procesar los gusanos, así se puede lograr construyendo la necesidad y la demanda. Este
proyecto empezó con un cultivo de gusanos, un rápido crecimiento qué desplomó el precio
nacional de la morera y no se tenía a quien venderle. Luego decidió capacitarse a las
tejedoras para con ella asociarse a procesar el hilo y cuando hicieron eso el cultivo se había
acabado porque no aguantaba el comercio. Este negocio pudo ser bueno sí se hubiera
podido aplicar al derecho. En la actualidad Anserma tiene 5 o 6 artesanas, pero ellas nunca
disponen del hilo necesario para su producción, esto les hace comprar hilo en el Cauca
donde hay artesanos qué más o menos desarrollaron el proceso del hilo. En el Cauca más o
menos el proyecto inició por los artesanos y pudo tener éxito ya que capacitaron a las
señoras, montaron a los cultivos, y ellos ya no tuvieron qué vender el gusano a Corea sino
qué el mismo productor se lo vende a las artesanas y las artesanas lo transforman y no da a
abasto (J. Duque, comunicación personal, 25 de mayo de 2020)

El funcionario responde de manera clara acerca de las debilidades de los proyectos de


industrias agropecuarias. En Anserma es conocido el caso de la morera y se recuerda como
un mal pasado. Diecisiete años atrás, la gobernación de Caldas en asocio con la embajada
de Japón, se contactaron con los productores agropecuarios para incentivarles a participar
de un nuevo proyecto con cultivos de morera en el municipio. Inicialmente, según se pactó
en el proyecto, los municipios del occidente de Caldas y del departamento de Risaralda,
pasarían a ser fuente principal de exportación de seda en Colombia. En asocio
internacional, se pensaba desarrollar una industria de la seda en la que los productores
agropecuarios participarían en el cultivo de la morera (hoja de la que se alimenta el gusano
de seda) y de su producción se recibiría un gran precio. El proyecto consideraba, además,
que dentro de las unidades de producción agropecuaria también podrían desarrollarse las
industrias del procesamiento textil, y se llevaría a una transformación de la materia prima,
así como un valor agregado a su producción. Como reza en un artículo del diario El Tiempo
del año 2003, cerca de 30 municipios de la región occidente de Caldas y del Departamento
de Risaralda se adaptaron al nuevo proyecto, su alcance al año 2003 estuvo en cerca de
400.000 hectáreas de sembradío, cifra no menos importante y de gran impacto agrícola para
la región. El artículo de prensa nos dice qué:

Actualmente, en Colombia están sembradas 400.000 hectáreas con morera en unos 30


municipios del Eje Cafetero, entre los que se destacan Guática, Belén de Umbría, Anserma
y Riosucio en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Norte del Valle del
Cauca. La morera debe sembrarse en suelos con buena estructura, aireación y material
orgánico para proporcionarle a la planta una buena penetración de la raíces y en un sitio que
garantice agua y elementos nutritivos para asegurar su buen crecimiento. Su mejor
desarrollo se obtiene en las zonas entre los 1.000 y 1.500 metros sobre el nivel del mar y
con temperaturas de entre 18 y 38 grados centígrados. (Redacción El Tiempo, 2003)
El anterior artículo deja en evidencia de archivo del proyecto de la mora que se desarrolló.
Como logró comentar el funcionario, el desarrollo rural pasa por articular proyectos con
una demanda previa, y no consolidar los cultivos para desarrollar la demanda. Al igual que
sucedió con los cultivos de la morera, en Anserma Caldas aun predominan proyectos
condenados a su fracaso, especialmente con cultivos del cacao. Las instituciones entregan a
los campesinos y agricultores las semillas y las bolsas para iniciar su producción de cacao,
sin embargo, dejan a merced del mercado las condiciones de comercialización y
distribución del cacao. En campo conocimos la experiencia de diferentes productores
agropecuarios que han participado de este proyecto, y es recurrente su crítica frente a que al
final no encuentran a quien vender el cacao cosechado. El llamado a las instituciones pasa
por articular un desarrollo económico y social que centre sus esfuerzos por planificar
proyectos de manera sostenible y armónica con las condiciones regionales. Proyectos que
identifiquen plenamente las potencialidades de la región, y que se proyecte a eliminar las
condiciones de pobreza entre la población rural. Ello pasa por una reflexión que requiere de
investigación social, económica y agrícola del territorio de manera articulada.

XIII

Investigador: ¿En Anserma se cuenta con algún programa de adjudicación de tierras?

Entrevistado: Sí, ese programa permanece, lo tiene la Agencia Nacional de Tierras, acá en
Anserma se han dado titulaciones. La última titulación qué se hizo fue en Monserrate qué se
ubicaron 7 familias aproximadamente. Ahora se cuenta con mucha facilidad para la
adjudicación ya que la Agencia Nacional de Tierras ya no usa la metodología qué usaba
anteriormente qué recogía unas familias: diez o quince familias compraban el predio y se lo
repartían. En la actualidad, sí por ejemplo dos personas consiguen un predio para 10
hectáreas y la UAF está para 5 hectáreas, dos familias se pueden postular y la Agencia
Nacional de Tierras compra el predio para darle el terreno a las dos familias (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

La literatura ha aceptado que la política de tierras es el proceso en el cual se entiende el


impacto social de la concentración de la tierra y donde se comprende que, al ser un asunto
social, pasa por su distribución. Históricamente en Colombia, han existido tres instituciones
cuyo objetivo es distribuir la propiedad y adjudicar tierras. Inicialmente las reformas de
López Pumarejo crearon al Instituto Colombiano de Reforma Agraria INCORA, luego en
los sesenta se desarrollaría el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural y del INCODER
nacerían la Agencia Nacional de Desarrollo y a Agencia Nacional de Desarrollo Rural. En
la actualidad la Agencia Nacional de Tierras tiene por función el priorizar programas de
adjudicación de tierras baldías, la titulación de bienes de extinción de dominio y la compra
y adjudicación de predios.

En los últimos cinco años, en Anserma han existido alrededor de nueve programas de
adjudicación de tierras a cerca de 20 familias con alrededor de 400 hectáreas adjudicadas.
Para ello la metodología de la Agencia Nacional de Tierras ha convenido que en la
municipalidad la Unidad Agrícola Familiar debe reconocerse entre 5 a 10 hectáreas. Las
adjudicaciones recientes dan luces de que los procesos de adjudicación de tierras funcionan
de manera muy desigual y que en cinco años el volumen de la tierra adjudicada es
significativamente inferior a la tierra disponible. El fortalecimiento de la política de tierras
pasa por un volcamiento de la sociedad civil, así como el compromiso político de los
diferentes sectores del país para integrar nuevos procesos de distribución de la tierra. La
adjudicación logra en Anserma perfilar un aire minifundista en algunas localidades a las
que este programa ha llegado, ha generado una nueva integración de campesinos y
agricultores, así como ha permitido procesos de cohesión social donde la propiedad ha sido
accesible a mayor número de hogares.

XIV

Investigador: ¿Cuantas asociaciones se han constituido?

Entrevistado: En estos momentos, asociaciones organizadas hay varias, pero hay una por
cada cadena productiva. Las más exitosas y qué son juiciosas son la de Cacao, aunque está
iniciando, Café orgánico, Asociación de Productores de Plátano del Carmelo, los de
cítricos, los de piscicultura, los de caña panelera. La asociación de los espárragos tiene la
suerte de contar con ingeniero agrónomo propio y esto les permite trabajar con más
independencia de la oficina, en el momento se tienen actividades de espárragos en Bogotá,
Cartagena, Barranquilla, Cali y Medellín, aunque el espárrago es un producto costoso y de
exclusividad que dependen mucho de los restaurantes. La suerte de los espárragos es que se
puede programar la recolección, sí no necesitan espárragos se puede dejar que la semilla
crezca. En este momento se viene creando la asociación de apicultores, viendo la cantidad
de abejas que han muerto, que han aparecido 7 productores que se han asociado con la
dependencia de Desarrollo rural, hemos propuesto que nosotros les asesoramos la
construcción de la asociación e íbamos a participar en una ruta ecológica para qué allí se
tengan a las abejas. La administración municipal prestará el espacio en alguno de nuestros
bosques para qué allí la asociación instale unas colmenas buscando así reproducir esas
colmenas y regalar a los apicultores nuevas abejas y se reproduzcan nuevos enjambres que
apoyen la polinización del municipio. Sin abejas no hay café, ni frutales, y son las
encargadas del fruto. Ya iremos esta semana al predio para adecuarlo (J. Duque,
comunicación personal, 25 de mayo de 2020).

La última pregunta para la oficina de la UMATA se hizo sobre el interés de conocer qué
asociaciones existen en la actualidad en el municipio de Anserma. A la fecha, las
asociaciones de mayor fuerza son las de plátano, las de café orgánico, y la agremiación de
la Cooperativa de Cafeteros de Anserma que más adelante tendrá un apartado especial.

La asociación de espárragos ha logrado construir una cadena productiva importante que


inicia con la vinculación de campesinos y agricultores en la siembra y cosecha del
espárrago, así como dos de las empresas comercializadoras del espárrago Sol Verde y
Turrión. De igual manera, los productores de caña panelera han podido asociarse en
trapiches y consolidar redes para la venta de panela de diferentes cultivadores. En la
actualidad, no existe un gran interés de parte de los campesinos y agricultores por
integrarse en nuevas asociaciones, aun reconociendo el valor de la asociatividad en la
economía solidaria y la economía social. Entre los productores agropecuarios sobrevive la
idea de considerar a la asociatividad como un instrumento burocrático que no beneficia a
sus asociados. Especialmente los productores de café han tomado distancia de la
Cooperativa de Caficultores de Anserma porque no lograr sentir identidad entre las
decisiones del consejo directivo y las demandas de los productores.

Por otro lado, por la naturaleza de los cultivos de aguacate en el municipio, no se prevé que
este producto agropecuario desarrolle formas de asociatividad ya que por su naturaleza las
más de 700 hectáreas sembradas son agrupadas en 4 empresas agropecuarias con presencia
en Medellín.

Vivero Municipal

Inicialmente, el vivero municipal no fue una opción entre los actores de interés de este
ejercicio. Por la naturaleza de su objetivo, el conocimiento de la consolidación de la nueva
estructura agraria no encontraba una pertinencia del vivero municipal para estos fines. En el
recorrido de campo conversando con campesinos, y agricultores, pude percibir que el
proceso de transformación agropecuaria del municipio ha pasado por un aumento en la
pérdida de bienes forestales dentro del área rural. Ello ha significado un aumento de la
deforestación en las diferentes fincas, haciendas y áreas protegidas. En la reflexión que me
ha permitió el campo pude aprender algunos elementos que explican este fenómeno: El
fortalecimiento del Sistema Agroindustrial ha traído consigo una modificación en las
prácticas tradicionales en la producción agropecuaria. La orientación de la extensión
agropecuaria de las nuevas prácticas ha construido un nuevo paradigma en el cual los
bienes forestales y los cultivos son dos elementos que se confrontan. La salida, al menos de
la extensión en el medio rural, ha sido la de desincentivar la protección sobre los bienes
forestales, y hacer para el café, el plátano y el aguacate, una necesidad las sombras en las
plantaciones.

Sobre lo anterior hace referencia Alberto Castaño, coordinador del vivero público y quien
ha tenido una tarea crucial en el municipio:

Investigador: ¿Cuál es la tarea del vivero municipal?

Entrevistado: El vivero municipal de Anserma tiene por función hacer una reproducción
de las plantas nativas del municipio. Hacemos especial interés en reproducir plantas que son
propias de la región y a que a los campesinos les gusta sembrar. Entre las plantas que más
reproducimos son los Guamos Machete, Guamos Santafereños, Yarumo blanco y negro,
Quiebrabarrigo o Nacedero, Platanillo o Heliconias, Guadua, Nogal cafetero, Cedro,
Guayacán y Cordoncillo. Después de nosotros tener un árbol de tallo de 30 centímetros en
la bolsa ya podemos ir a repartir gratis entre las personas que lo deseen (A. Castaño,
comunicación personal, 28 de mayo de 2020).

Dentro del vivero, árboles que se reproducen para el uso municipal sobre dos grandes
grupos: árboles de vocación como la maderera, el nogal cafetero, el cedro, la guadua;
árboles ornamentales como el guayacán y el platanillo o heliconias; árboles protectores de
las fuentes de agua y los acueductos como el Quiebrabarrigo o nacedero; y árboles frutales
como el guamo. Entre las propiedades de las diferentes clases de árboles existentes es que
todos ellos son de la región y se adaptan de manera rápida al trasplantado.

II

Investigador: ¿Entre quienes distribuye los árboles que siembra?

Entrevistado: Ay, básicamente estos árboles se los lleva la alcaldía municipal. Ellos tienen
un programa de siembra y van ubicando árboles en espacios que encuentran en el casco
urbano o cerca de las carreteras y caminos veredales. En una vía rural que comunica con el
municipio de Risaralda, Caldas se tiene proyectado plantar cerca de 10.000 guayacanes y
hacer un paseo de guayacanes a su paso. Tristemente los campesinos por acá no vienen aun
cuando los árboles son gratis. Se hacen campañas por la radio para que vengan por un árbol,
pero es difícil porque vienen muy poca gente. Los árboles que no se lleva la alcaldía se los
llevan a veces los grupos interesados en mejorar el acueducto de su vereda. También a
veces yo uso los domingos para irme a sembrar con mi familia y vamos por las veredas
buscando las canchas veredales para sembrar árboles alrededor de estos espacios (A.
Castaño, comunicación personal, 28 de mayo de 2020).

En la visita al vivero municipal se notó que dentro de las instalaciones existe gran número
de árboles en posibilidad de trasplantados. Los deseos de la alcaldía por hacer programas de
siembra no son suficientes para llevar los árboles reproducidos a su destino final. En el
casco urbano para los grupos de siembra de alcaldía cada vez son menos los espacios
disponibles y entre los caminos veredales igual. Muchos árboles por plantar y poco espacio
para hacerlo.

La supervivencia del vivero municipal no puede basarse en esfuerzos de siembra que se


hagan desde el gobierno local. Aun sin desconocer su responsabilidad en el ejercicio de
siembra, y de la protección del medio ambiente, su deseo se ve rebasado por el espacio y
capacidad humana disponible. Esta situación conlleva a que la utilidad del vivero municipal
sea subvalorada ya que el paradigma agropecuario contemporáneo no tiene como objetivo
la apuesta por la agroecología o la agricultura sostenible como propone Gliessman (2002).

III
Investigador: ¿Cómo ve las cosas para el vivero municipal en la actualidad?

Entrevistado: En la actualidad el mayor problema de la reforestación es que no tenemos


gente que pueda participar de proyectos de siembra en las veredas. Desde nuestro trabajo no
alcanzamos a hacer lo suficiente porque es difícil hacer tantas siembras y acompañar el
cuidado de los árboles. Las canchas de las veredas, por ejemplo, podrían ser espacios para
hacer unas siembras, alrededor de la cancha se puede tener árboles y sombra. Si por
ejemplo se está haciendo un campeonato de futbol se puede jugar partidos bajo sombra. La
comunidad tiene que ponerse mucho las pilas y si lo dejan a uno solo es imposible. El
trabajo solo es muy duro porque no rinde.

En el compromiso, la comunidad puede lograr grandes cosas. Por ejemplo, en La


Magdalena se hizo un proceso muy significativo de siembra de guayacanes, ahora están
pidiendo otros mil árboles. Con La Magdalena fue muy bueno porque la misma comunidad
los sembró, y así se ve el trabajo. Logrando la unión de las veredas podemos pasar a una
arborización importante del municipio. Otro grupo que nos tenemos que ganar es al de los
dueños de las fincas, convencerles de qué los árboles no son enemigos de los cultivos y que
se puede mejorar mucho el trabajo de las fincas teniendo árboles como apoyo. Un productor
de café y de plátano puede ver muy favorecido su cultivo sí tiene árboles porque no tiene
que hacer tantas limpias en el año, el árbol además será regular de nitrógeno dentro de la
plantación, dará sombra y aportará agua por su sistema radicular (A. Castaño,
comunicación personal, 28 de mayo de 2020).

“Ganarse a los dueños de las fincas” es la apuesta que propone el encargado del vivero
municipal. Este ganarse supone pedagogía con campesinos, agricultores, productores
agropecuarios, y jornaleros, para hacer una educación extensiva donde los pobladores
replanteen su idea de que cultivos y arborización son enemigos. Por el contrario, como
ejemplifica el funcionario, un árbol es regulador del nitrógeno de las plantaciones, porque
el árbol puede extraer el exceso de este que ingresa a los suelos.

El aporte al equilibrio de los ecosistemas de los árboles es fundamental. Sobre el copo de


un árbol pueden anidar las aves, las serpientes, las larvas. Las aves, por ejemplo, puedeb ser
reguladores biológicos de plagas como la broca que afecta el café, o la sigatoka que afecta
al plátano. Las aves pueden eliminar las plagas que se reproducen en el espacio.

La agroecología o los cultivos agroforestales para el café y el plátano, son la apuesta para la
adopción de los cultivos a los retos del cambio climático. En el ejercicio en campo existe la
percepción de que aún instituciones fundamentales para la agricultura en Anserma como el
Comité Municipal de Cafeteros aún no ha tomado al cambio climático como parte esencial
de la agenda. Es necesario trasladar la adopción agrícola al cambio climático de la manera
más pronta. Entre los pobladores se resalta la intensidad de las jornadas de calor de los
últimos años, un intenso verano, sumado a una ausencia de las lluvias, genera mayor
vulnerabilidad a los productores agropecuarios. La pérdida de las cosechas se ha hecho
inminente con los cambios en los climas y la disminución de las precipitaciones. Bajo este
panorama el hambre y la pobreza campea en un espacio donde aún nadie ha querido poner
en el centro de la agenda los riesgos frente al cambio climático.

IV

Investigador: Más allá de la siembra, ¿en qué otros elementos podrían vincularse la
población?

Entrevistado: Otro aporte qué puede hacerse es el de las semillas. Que las personas nos
donen semillas y nosotros las cuidamos acá, porque nosotros no podemos hacer grandes
embolsadas porque no tenemos la semilla suficiente para darle vida a los árboles. Con
semillas podemos embolsar lo más qué podamos, cuando se vaya a embolsar se necesita
mucha gente que se involucre. Estos programas dependen mucho de la voluntad del
gobernante de querer hacer las cosas. Nosotros por la radio lanzamos un mensaje para
recibir colaboración, pero todavía no nos han dado la mano. Este es el único vivero de
Anserma donde todo es gratis, el éxito está en que las personas se vinculen y participen de
las actividades qué tenemos en el proyecto (A. Castaño, comunicación personal, 28 de
mayo de 2020).

Un banco de semillas puede propiciar un gran movimiento social bajo el objetivo de la


protección del medio ambiente. Este movimiento sobre las semillas, tiene grandes
oportunidades para generar un archivo forestal para las preservaciones de especies que
vienen perdiendo espacio. El guamo machete, por ejemplo, es una planta endémica que
cada día tiene menor presencia, su cuidado y reproducción permitía desarrollar una especie
que se adapta de manera efectiva a las condiciones del medio de la región del occidente de
Caldas.

En la actualidad en Anserma el movimiento campesino por la tierra ha perdido


participación y sus luchas son aisladas. Esta debilidad del movimiento campesino debe
llevar a una reformulación de los objetivos y necesidades de la apuesta política actual. En
este proceso, el movimiento social con objetivos ambientales tiene toda la proyección y
necesidad. Como se señaló antes, la protección de los acueductos ha movilizado a
diferentes veredas y ha favorecido la consolidación de comités del agua para su protección.
De igual manera la reforestación ha convocado a diferentes sectores de la población rural
de diferentes orientaciones políticas. El éxito de los programas forestales depende de
manera directa de la integración que la sociedad civil pueda hacer sobre este proyecto

4.2 Pequeños y medianos productores agropecuarios – Agricultores –


Campesinos – Minifundistas
Este apartado tiene especial interés para la investigación porque de él se desprenden tres
voces. En este ejercicio se da participación a tres productores agropecuarios diferenciados
por tres tamaños de su propiedad. Incluimos la voz de un microfundio (menor a una UAF),
la voz de un minifundio o pequeña propiedad (entre una y dos UAF).
En lo siguiente se comparten diferentes elementos de nuestras dos voces participantes.

Microfundio (menor a una UAF)

En este ejercicio se dialogó con el señor Diego Arias de la Vereda San Pedro de Anserma
en su finca llamada El Rubí. Ello sucedió en el mes de marzo en su propiedad y en donde
compartió algunas ideas. Su aporte fue relevante ya que el señor Arias dedica su finca a la
producción del café y del plátano. Su finca es administrada en compañía de su familia, su
esposa y sus hijos tiene un lugar especial dentro de su producción. En los últimos años el
señor Arias ha decidido generar un valor agregado sobre su café, generando en su finca una
pequeña industria de molido y empaque de café.

Investigador: Quisiera conocer cómo ha cambiado la forma de producir en su finca desde


que la trabaja.

Entrevistado: Hace cuarenta años trabajo aquí. En ese entonces era muy fácil tener un palo
de café. Una persona podía tener palos de 60 años. En ese entonces el café se sembraba a
cuatro metros de distancia, podamos con escopeta como digo yo. Un palo que alcanzaba
dos metros cincuenta de alto. Uno cabía por debajo de café. Un palo de café en esa época
podía dar aproximadamente una arroba del café por año de pergamino seco. Yo me
pregunto: ¿Dónde está la productividad? En una hectárea se sembraban 2.500 palos de café,
con eso se podían obtener 2.500 arrobas. Que alguien me diga qué caficultor en la
actualidad saca más de 150 a 200 arrobas de café en una hectárea. ¿Dónde está la
productividad? No la encuentro. Lo único que elevaron fueron los costos de producción. Se
nos dijo que se cambiaran las variedades que solo servían para que el agricultor consumiera
mayores venenos y abonos químicos que enriquecieron unas burocracias que llaman
“Institucionalidad cafetera” ¿dónde están los ricos? La mayoría de caficultores están pobres
con el café (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de 2020).

Históricamente en Anserma la agricultura ha estado destinada a la producción de café.


Antes de cultivos recientes de plátano y aguacate Hass, predominaba entre los productores
agropecuarios una vocación cafetera como relata el señor Arias. Los primeros árboles de
café que se sembraron en la región alcanzaron una vida útil hasta el año de 1970, allí con la
pérdida de producción y la investigación agrícola, se lanzó una estrategia de renovación de
la población de árboles de café y con ella de sus prácticas de producción. Para el
entrevistado es característico que las primeras formas de producción de los cafetales
guardaban una densidad de espacio entre árbol y árbol de 4 metros cuadros. Ello traía
consigo una menor inversión de capital en su producción, así como menores usos de
insumos agrícolas para acompañar la producción.

Las primeras variedades de café en Colombia alcanzaban un tamaño de 2 metros cincuenta


sobre el mismo árbol y una edad en sus raíces hasta de sesenta años. A partir de procesos de
extensión al medio rural que propició el Fondo Nacional del Café, la Federación Nacional
de Cafeteros y el Comité Municipal de Cafeteros de Anserma, se iniciaron campañas de
renovación de la especies del café, adaptándolas a procesos de modernización en los que
hay una fase de intensificación de la explotación del suelo. Esta intensificación amplía la
densidad de los árboles y elimina a los bienes forestales que hacían sombra a las
plantaciones de café. Con añoranza se recuerda un momento importante de alteración de
diversidad biológica de las plantaciones dentro del municipio, así como el inicio de la
producción agrícola intensificada.

II

Investigador: Además, que la diferencia entre árbol y árbol del café permitía otras
siembras en el espacio de la tierra.

Entrevistado: Sí, se acabó con muchos cultivos. Se tenían naranjos, plátanos, bananos,
aguacates, usted podía sembrar maíz, frijol, se tenía la huerta. No se compraban huevos
porque las gallinas ibas por ahí, no se encorralaban las gallinas, pero se producía maíz para
alimentar las gallinas, no se compraba concentrado para las gallinas. Se manejaban muchas
cosas, se podían tener sus cerdos para comer en la casa, engordar conejos, mire que todo
eso dentro de la famosa tecnificación de la humanidad lo único que han hecho es
empobrecer al agricultor. Lo pusieron a producir el café para que se lo paguen bien barato y
vaya compre cosas bien caras en la galería (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de
2020).

En los años setenta y ochenta en Colombia se inicia un tránsito intensivo por la


modernización de los cafetales y de la producción del café. Este proceso de transformación
supuso una aculturación radical para los productores de café a nivel mundial. En el caso
colombiano la situación fue aún más directa ya que Colombia había perfeccionado la
técnica de lavado del café y lograba establecer pequeñas plantaciones que permitían
mayores transformaciones. La directriz de la Federación Nacional de Cafeteros y de los
Comités Municipales de Cafeteros fueron las de: 1) ampliar la densidad de siembra en las
plantaciones de café, 2) eliminar las sombras que producían los árboles producto de la
barrera natural que hacían sobre la plantación, 3) centrar el espacio de la finca en el cultivo
del café.

Estas tres políticas trajeron consigo una serie de consecuencias sociales que ha venido a
pasarnos factura en la actualidad. 1) La densidad de siembra ha quitado fertilidad a los
suelos producto de su uso intensivo. 2) Eliminar los árboles ha eliminado el equilibrio
ecológico del ambiente y ha impactado sobre nuevas plagas de la plantación 3) el
monocultivo del café ha llevado a los campesinos y agricultores a un grado mayor de
vulnerabilidad.

Esta dependencia por el cultivo del café que se propició desde los años setenta y ochenta ha
ampliado la pobreza entre campesinos y agricultores de la región. El costo social del cultivo
del café trae consigo un aumento directo sobre el costo de vida de la población rural del
municipio, una mayor vulnerabilidad al hambre y la desnutrición, y una estructuración del
desempleo en el área rural debido a la ausencia de cultivos temporales. La dependencia ha
condicionado al empleo agrícola, haciendo oleadas de gran demanda laboral así grandes
épocas de desempleo estacional. De igual manera los campesinos y agricultores han
perdido estrategias al desarrollo rural producto de la incapacidad de su autonomía.

III

Investigador: Vender barato para tener que los comercializadores tengan mayores
ganancias

Entrevistado: Claro, lo único que lograron en este país fue que lograron colocar un ser
humano que vendiera materia prima, en este caso café. Así ellos se lo llevan y se
enriquecen afuera. Aquí el productor no se enriquece. Se dice que se está pagando muy bien
el café, hace 22 años, demostrado con facturas, el café estaba a 90 mil pesos la arroba, hace
22 años. Y hasta ahorita, el café estaba a 85 mil pesos la arroba. El costo de vida había
subido, un 140% por ciento. Antes una libra de arroz valía 140 pesos y hoy día una libra de
arroz está valiendo 1800 pesos. El costo de vida aumenta a una dirección distinta de como
aumentan los precios del café. (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de 2020).

En las últimas décadas, el café ha sido testigo de unas fluctuaciones importantes en su


cotización en el mercado internacional. En años anteriores, el café ha tenido altas
variaciones en sus precios que lo han llevado incluso a un valor inferior a sus costos de
producción como se evidenció en el año 2013. Contrario al precio internacional del café,
los sistemas agroindustriales de tostado, importación y comercialización de café en el
mercado internacional han tenido grandes réditos de su explotación. Han sido los
productores de los países periféricos quienes han estado excluidos de la ganancia del
negocio del café. En los últimos años, las variaciones en el precio han llevado a los
productores cafeteros de la región a una introducción como clase baja. Entre los
productores ofrece menos garantías producir café y la renuncia a la explotación de las
fincas tiene un rápido crecimiento. Esta proletarización de los cafeteros de la región ha
lanzado a decenas de familias productoras al casco urbano y ha permitido una transición de
los ex productores agrícolas por nuevas funciones como la construcción, el transporte o la
vigilancia.

IV

Investigador: En los últimos meses el café ha tenido muy buen precio, ¿cómo le ha ido con
la venta de café?

Entrevistado: El café más o menos tuvo mucho auge en la bonanza cafetera, justo cuando
Alfonso López fue presidente, más o menos en 1974, yo ya tenía 17 años más o menos.
Recuerdo que una arroba de café valía 1800 pesos y en el 1975 que arrancó la bonanza
cafetera pasó la arroba de 1800 pesos a 7300 pesos Fue en mejor precio que tuvo el café en
la historia. ¿Por qué? Porque ese precio fue el más alto en la historia, pero resulta que el
campesino en ese entonces no utilizaba abonos químicos, producía mucho café y no tenía
que comprar insumos para plagas, ni roya, ni broca, la misma naturaleza tenía su ciclo de
protección. El campesino producía de todo en su finca. Desde la huerta, plátano, aguacate,
cítricos. En el 75 llegó la moda de que usted sembrara el café hasta la puerta porque con eso
iba a la galería a comprar la comida. Resulta que ese fue el mayor empobrecimiento del
campesino ya que lo pusieron a mercar en el pueblo. (D. Arias, comunicación personal, 20
de abril de 2020).

En los últimos años el precio del café no ha sido favorable. En los procesos de aculturación
a los que fueron expuestos los productores de café a nivel mundial, existe un resignado
sentimiento de precio en su cotización. A partir de la desintegración del Pacto Internacional
del Café de 1989, los cafeteros han tenido que ver como los precios disminuyen y son los
grandes abastecedores quienes regulan su participación. Este proceso nunca ha actuado por
concentración entre productores y consumidores del grano, la participación de los
productores ha estado ajena y en los últimos años parece que el problema tiende a
agudizarse.

Investigador: La Federación Nacional de Cafeteros ha dicho que las nuevas prácticas


agrícolas han mejorado la productividad del café, ¿Qué piensa usted?

Entrevistado: Nunca, no se logró mayor productividad. Hoy en día un café tiene una
durabilidad de 5 años, luego hay que volver a zoquearlos o sembrar nuevo. Lo que hicieron
fue invadir los suelos de café sembrados a 80 centímetros y lo que están generando es que
están agotando los suelos. Esa “productividad” es un engaño. Sí se maneja técnicamente se
produce para la compra de los insumos. Es un ciclo que se repite, y que se repite.
Actualmente al país le da espalda a los campesinos, se necesita sembrar comida de
pancoger, sembrar plátano, aguacate. El problema es grande porque el agricultor es bueno
para producir, pero no para vender. No les interesa que el agricultor sea un vendedor porque
se les daña el negocio a los especuladores y a los intermediarios. (D. Arias, comunicación
personal, 20 de abril de 2020).

En la entrevista el señor Arias establece una relación importante entre los procesos de
modernización y consolidación de la inseguridad alimentaria. La renovación de cafetales
conllevó la eliminación de los cultivos temporales o de pancoger como el frijol, el maíz, y
permanentes como el aguacate papelillo, e intensificó la explotación del café. Esta
modernización generadora de hambre ha puesto en mayor exposición a la desnutrición a la
población rural del municipio. El acceso a los alimentos se trasladó de la producción propia
al mercado, y la política alimentaria ha tornado a la agroindustria, las industrias
alimentarias y a la especialización.
En la región del occidente de Caldas es posible hacer una reforma social conducente a una
nueva política alimentaria. La región está en capacidad de sembrar maíz y frijol al calor del
café, apoyar la producción de diferentes frutales y vegetales y dar una seguridad alimentaria
a los productores agropecuarios desde huertas locales. Este proceso pasa por el estímulo y
fomento del Estado, así como de la integración de la sociedad en su comercialización y
compra.

VI

F: ¿Participa de alguna asociación?

D: Yo fui fundador de una asociación, pero me salí. Las asociaciones y las cooperativas
están montadas para qué trabajemos para ellos. Por ejemplo, las cooperativas es una
cantidad de socios, ejemplo la cooperativa de caficultores; son una cantidad de socios
dueños de la empresa pero los que se lucran los administradores y funcionarios de esa
cooperativa y no los dueños. A usted como dueño no le aprueban un crédito, no le hacen un
adelanto, no le colaboran, pero al empleado le prestan todo lo que necesite, para comprar
finca, carro. A los asociados no se les genera un solo interés sobre un capital que tiene
ahorrado, un solo interés, sí yo necesito abono, me lo prestan a un año, pero con interés. Al
año me duplican o me triplican el interés, siendo el asociado el dueño de la empresa. Lo
mismo ocurre con las asociaciones de productores donde dos o tres trabajan, se monta una
junta directiva y trabajan el presidente, el vicepresidente y el tesorero y los demás no
aportan y solo espera que se le consigan beneficios. Por eso yo me salí. Lo único que hacen
es quitarle tiempo y dinero. A la asociación no le llegan recursos y los demás creen que se
pierde. A nosotros nos pagan muy poco y ellos ganaban 2 dólares más por arroba. Me
pregunto: ¿Quién se quedaba con la plata? Luego se acabaron las certificaciones y ya nos
pagaban desde la venta de nosotros, llegó un momento en que el café de nosotros es que
genera pérdidas. No es posible que un café orgánico del tal calidad genere pérdidas. Todo
eso me llevó a decir qué no más (D. Arias, comunicación personal, 20 de abril de 2020)

Entre los campesinos y agricultores con los que se ha conversado existe una imagen
desfavorable de las asociaciones, especialmente sobre la Cooperativa de Caficultores de
Anserma. La razón principal que manifiestan los productores es que identifican que las
cooperativas han olvidado los principios del cooperativismo y se han centrado en la
participación del agronegocio. Este tránsito en los intereses de las cooperativas lleva a una
desfiguración de la economía solidaria que da vida a las cooperativas y excluye a los
campesinos y agricultores de diferentes beneficios. La sociedad civil debe priorizar el
desarrollo de las asociaciones de campesinos y productores para generar dentro de ellas una
serie de dinámicas que beneficien los diferentes partícipes de la actividad agrícola. Con una
asociación de productores es posible establecer una reserva alimentaria que aporte los
alimentos suficientes en épocas de carestía. Una asociación de productores puede impactar
de manera directa en las industrias de la alimentación que un productor de manera
independiente tiene más dificultades de alcanzar. También las asociaciones tienen una
participación directa en el desarrollo, así como en sus diferentes acepciones: desarrollo
social, desarrollo económico, rural, desarrollo agrario, desarrollo participativo, desarrollo
sostenible, desarrollo de la comunidad.

Minifundio (entre una y dos UAF)

En este apartado se participó con la colaboración del señor Marcos Ladino, propietario de
la finca El Pensil de la vereda El Horro. En esta conversación se intenta conocer acerca de
las vocaciones de su propiedad, los problemas que identifica y qué actividades realiza y
piensa realizar a futuro.

Investigador: Quisiera conocer cómo tiene dividida la finca

Entrevistado: Estamos en una finca de 5 hectáreas, acá la finca está sembrada propiamente
en café y plátano. En la actualidad tenemos cerca de 8.000 árboles de café y cerca de 800
matas de plátano. En los planes tenemos pasar a 10.000 árboles de café y 1.000 matas de
plátano. Cerca de la parte alta de la finca tengo unos árboles de aguacate papelillo, unos
árboles de mango, en la casa también tengo un espacio para beneficiar el café. El café está
divido por lotes, pero ningún lote pasa de 7 años. No me dejo coger ventaja y mantengo
limpiando y zoqueando cuando me toca (M. Ladino, comunicación personal, 10 de abril de
2020).

La finca el pensil de la vereda el horro presenta un uso centralmente agrícola con


mayoritaria participación del café y del plátano. En ella no existe una gran presencia de
árboles en la plantación. Los árboles de café de la finca evidencian un uso eficiente, con
una alta inversión de limpiezas, y con una alta renovación de los árboles de café. Este
manejo óptimo de los cafetales permite mayores rentabilidades para la producción, pero de
igual maneja también demanda una mayor inversión de capital. En la plantación no existe
gran presencia de arvenses o malezas, su manejo ha sido controlado con fumigación
química. Bajo estas condiciones la demanda de fuerza de trabajo es alta dado que la finca
está en una constante transformación de cara a las rentabilidades de la cosecha cafetera. Sin
embargo, existe un uso irracional de los herbicidas químicos trayendo consigo una
alteración importante del equilibrio ecológico del lugar.

II

Investigador: ¿Cuáles son los mayores retos que tiene en el manejo de su finca?

Entrevistado: Acá lo más difícil es encontrar personas para recoger la cosecha de café y
pagar los créditos con los bancos. Debo al Banco Agrario de Colombia cerca de 20 millones
de pesos y ahora como no hay café siempre se ve uno muy alcanzado. Lo otro es que a
veces me veo en dificultades para encontrar quienes cojan el café porque la producción se
viene de golpe y no me da con la gente con que cuento. Lo demás la finca me ayuda para
vivir aun cuando yo vivo en el pueblo. Puedo tener una vida tranquila, y gracias a ella como
y tengo buena vida, la verdad. Tengo un agregado al que hay que pagarle y a veces me veo
en dificultades para ponerlo a hacer algo porque no siempre hay trabajos pendientes, así que
me toca que llamar a mis amigos para ver si me lo reciben en otras fincas sí tienen algo que
hacer allá (M. Ladino, comunicación personal, 10 de abril de 2020).

En los productores agropecuarios con predios con una extensión de 5 a 10 hectáreas existe
una mayor rentabilidad en su actividad. Aun cuando aumentan significativamente los costos
de producción de la finca, existe una mayor ganancia de la cosecha cafetera y el corte de
plátano. El señor Ladino es un propietario ausente de su finca, reside en el casco urbano del
municipio, pero constantemente llega a la vereda para avisar al agregado de las tareas de la
semana. Obtiene créditos con el Banco Agrario de Colombia y el crédito agrícola es una de
sus mayores preocupaciones, aun cuando el banco agrario ofrece créditos con intereses
menores a la banca comercial, es consciente de que los intereses minan la ganancia de su
actividad, le preocupa significativamente al señor Ladino, que su café se madure en exceso
dada la incapacidad del personal con que cuenta para recoger la cosecha, así el señor
Ladino se ve en necesidad de convocar a los miembros de la familia del agregado aun
cuando utiliza menores de edad, trabajo infantil¸ para realizar tales fines.

III

Investigador: ¿Cómo ha sido el trabajo con su agregado?

Entrevistado: “Bien, yo le pago a él muy bien. Él se gana 35.000 pesos por jornal y casi
todos los días de la semana lo tengo ocupado en el trabajo. A veces me veo sin dinero y no
puedo darle trabajo así que me toca que liberarlo para que vaya a trabajar a otras fincas. Yo
no puedo darme el lujo de pagarle las prestaciones sociales porque no me alcanzaría, yo le
doy una liquidación a fin de año de 200.000 pesos por el tiempo que estuvo trabajando en el
año. Prácticamente aquí se le da trabajo todo el año y se está ocupado porque lleva una
finca demanda mucho trabajo” (M. Ladino, comunicación personal, 10 de abril de 2020.)

Entre los dueños de fincas del municipio existe una mayoritaria concentración del pago en
negro de sus agregados y trabajadores. Existen dos formas de salario: el primero, el pago al
jornal donde el dueño de la finca determina un salario de acuerdo a las condiciones
salariales de la región. El jornal es usado para realizar la zoca de café, que demanda una
serie de trabajadores adicionales, también para sembrar café y plátano, abonar y fumigar la
plantación, así como para el lavado y beneficio del café. Por otra parte, existe una forma de
pago al contrato donde el dueño de la finca pacta con un trabajador el pago al destajo para
desarrollar una actividades específicas como embolsar plátano, guadañar los lotes, o limpiar
los surcos. Dentro del pago al jornal y el pago al destajo la retribución del trabajo se hace
en efectivo y no contempla el pago de la seguridad social ni de las prestaciones sociales.

En los últimos años el empleo ha cedido el espacio entre la población rural. Realidad de la
que ni los agregados se escapan. Para los administradores de las fincas se torna complejo el
panorama laboral marcado por un desempleo estacional, debido a la usencia de cultivos
rotativos.
4.3 Trabajadores Agrícolas (jornaleros, agregados, caseros, aparceros)

En este apartado se intenta dar voz al trabajo agropecuario. Como hemos visto, existe una
desarticulación entre la propiedad de la tierra, y los trabajadores de la tierra. Ello ha
conducido a una profunda desigual en la cual, quienes están labran la tierra no son los
propietarios de la tierra que labran. La creciente proletarización del trabajo agrícola expresa
también parte de nueva estructura agropecuaria que hemos intentado representar. En
adelante, se ofrecen las opiniones de los trabajadores agrícolas.

Es necesario recordar que dentro de las relaciones sociales del espacio rural en el
departamento de Caldas existe una clasificación de tres grupos de trabajadores agrícolas.
Por un parte, están los agregados o administradores quienes por función tienen la
responsabilidad y seguridad de la tierra entregada. El agregado del occidente de Caldas
garantiza que los recolectores recojan la cosecha de café y se encarga de lavar y entregar el
café cosechado. Por otra parte, los jornaleros, o brazeros, han tenido por función el recibir
una serie de responsabilidades como el deshierbe o limpia de la finca, la poda y zoca de los
árboles de café, así como el embolsado en el cultivo del plátano. El jornalero o brazero
recibe un salario, como hemos explicado anteriormente, y no alcanza mayores
responsabilidades con el dueño de la tierra. Por último, el casero, quien se encuentra en la
posición inferior de las relaciones laborales en la agricultura quien ha sido designado para
vivir en una casa del dueño de la tierra sin vinculación laboral directa. El casero
ocasionalmente es convocado a las actividades laborales dentro de la finca y su subsistencia
se da por “el rebusque” dentro de diferentes fincas en el extrarradio de la finca que habita.

Investigador: ¿Qué otros cambios han sentido con las formas de trabajar antes?

Entrevistado: Anteriormente la gente cultivaba mucho, era muy fácil ver en las fincas que
la gente se animara a sembrar maíz, frijol, entonces por eso había también más trabajo para
el jornalero. Antes el maíz hacía dar muchos trabajos, había qué aporcarlo e ir por la
cosecha, y todo eso come jornales. Yo cultivé mucho maíz y mucho frijol. El frijol Diente
Caballo era una semilla muy buena, no se necesitaba abonar y se venían unas cosechas muy
buenas. Del mismo maíz nacía la semilla para sembrar, a mí me tocó ver cómo llegaban a
desgranar una mazorca y de allí salían muy buenas semillas. Con el frijol era igual, de los
propios cultivos se sacaba la semilla, se dejaba secar y ya se buscaban las mejores semillas
y se sembraba. Antes sin sembrar se daban cosechas muy buenas. (D. Gutiérrez,
comunicación personal, 14 de junio de 2020.)

Anteriormente la gente acostumbra a podar los palos de café, no se dejaba crecer mucho el
árbol y por lo general el café estaba bajito. Así no se necesitaba renovar porque los árboles
así duraban mucho y podían durar hasta 50 años sin eliminar. Lo único era limpiar los
cafetales haciendo el desyerbe necesario. Un contratista en una finca de 10 hectáreas o
menos podía tener hasta 15 trabajadores jornaliando diferentes épocas del año, unas veces
en la limpieza y otras cogiendo café

En la actualidad, cada vez son menos las fincas que deciden cultivar cereales en momentos
de crecimiento del café. Este desplazamiento de los granos como el frijol y el maíz de la
estructura agropecuaria municipal ha afectado significativamente al empleo agrícola y a los
jornaleros o brazeros. Hasta hace algunas décadas los cereales tenían una participación
significativa en la vocación agrícola municipal. Sin embargo, la introducción de prácticas
de cultivo intensivas ha desplazado a los granos de su estructura central para posición
cultivos de mayor interés como el café, el plátano y el aguacate como hemos podido
apreciar. Los jornaleros o brazeros encontraban en los granos una fuente de empleo
constante. Al ser un tipo de cultivo intersemestral las demandas de abonado y de cosechado
son permanentes. Estos cultivos, además, ampliaban el acceso a los alimentos para los
trabajadores agrícolas así como a los propietarios de las unidades de producción
agropecuaria. En la actualidad existe una estructuración donde el ingreso real del trabajador
agrícola viene en caída, y con mayor vulnerabilidad dada la pérdida.

La escasez de alimentos de la nueva estructura agraria ha venido a construir un paisaje rural


marcado por el hambre. Revertir la inseguridad alimentaria que propicia el paradigma de la
estructura agropecuaria actual pasa por una consolidación de la planificación alimentaria y
de la planificación agrícola, así como por el aumento del salario real agropecuario dentro de
un marco de acceso amplio de alimentos. La escasez de actual de alimentos y el
crecimiento del costo de vida son dos de las tareas a solucionar con la política alimentaria.

II

Investigador: Me gustaría conocer su experiencia jornaliando

Entrevistado: Jornaliar es ir a trabajar a una finca un día e irse para la casa, se contrata día
a día, y no se tiene responsabilidad de nada. Jornaliando uno puede hacer diferentes
actividades: pueden ponerlo a coger el machete y limpiar la finca, ir a coger café, fumigar,
abonar. Yo trabajé mucho tiempo jornaliando en fincas de ganado, después tuve un
accidente y me dediqué a jornaliar en el café. Después se me volvió muy difícil trabajar con
animales.

Yo empecé a trabajar en las fincas desde los 10 años, empecé con el ganado hasta hace 30
años qué tuve el accidente. Trabajé en fincas muy grandes, allá había espacio para 1.000
cabezas, había unas 1.000 hectáreas más o menos, en las fincas de ganado me tocaba
ordeñar, vacunar el ganado y pasar a revisar cómo se encontraba el ganado, todos los días
había que ir a revisar a los animales. (D. Gutiérrez, comunicación personal, 14 de junio de
2020.)
También me dediqué a la arriería, me dedicaba a alzar carga a las bestias y llevarlas.
Andaba con unas 15 a 20 mulas con las cosas qué debiese de cargar, a veces llevaba café, y
madera rastra. Solo qué la arriería está muy acabada, como ahora casi todas las veredas
tienen carretera y fue más fácil para la entrada de los carros.

El oficio de jornalero o brazero a diferencia del agregado o administrador no cuenta con


algún grado de responsabilidad en la finca que trabaja. Muchas veces un jornalero visita
una decena de fincas al mes ya que el jornalear se desarrolla en las fincas que demandan un
apoyo adicional y donde se tiene el dinero para el pago del salario. Comúnmente los
jornaleros residen en el área rural en su “ranchito” pero carecen de tierra para cultivos. La
necesidad de vivienda de los jornaleros les lleva a solicitar a los dueños de la tierra un
espacio para edificar su casa. Los mayores beneficios de la vivienda rural sin tierra los
obtiene el dueño de la tierra ya que el propietario puede disponer de la familia que allí
reside para las actividades laborales que su finca demanda.

El desempleo estructural de la nueva estructura agropecuaria ha venido a favorecer de


manera significativa a los dueños de la tierra. La mecanización de algunas actividades ha
permitido que exista una reserva constante de fuerza de trabajo que puede ser provista con
la población que habita sobre su propiedad. El dueño de la tierra cada vez tiene mayores
periodos en los que no tiene actividades para ocupar a los jornaleros, lo cual ha
condicionado un salario a la baja dadas las presiones del desempleo. Los jornaleros o
brazeros son trabajadores pobres, al margen de la propiedad y la tenencia de la tierra y los
alimentos, viven del trabajo clandestino o trabajo negro, al margen de un empleo decente, y
en un mar de actividades donde los salarios y los sistemas de remuneración cada día
tienden al salario mínimo vital.

III

Investigador: ¿Qué trabajos son los más difíciles de hacer entre las actividades de la finca?

Entrevistado: A los trabajadores no les gusta trabajar cuando no hay buen café. Cuando el
café se está acabando, la gente es aburrida porque les da lidia sacar un jornal. Cuando los
“graneos” están pequeños ellos prefieren irse a limpiar y trabajar al día, en cambio sí van a
coger esos “graneos” eso es “kiliado” y a veces no alcanza a valer el día. Un día o un jornal
completo vale 32.000 pesos para los trabajadores. “Kiliando” a veces puede ser difícil
porque a veces no llega a los 40 kilos, hay días de 20 kilos, en esos “graneos” es normal
que se pague a 600 pesos: entonces por un graneo de 20 kilos ganaría 12.000 pesos o por 40
kilos ganaría 24.000 pesos, menos de lo qué vale el día. Así la gente se aburre mucho. A
veces es difícil qué los trabajadores hagan esos “graneos” y toca qué subirlos. Hay patrones
qué no son conscientes y no lo hacen, hay otros que sí. Por aquí la mayoría es “kiliado” más
allá de qué haya buen café o mal café, donde yo trabaja antes esos “graneos” eran
“kiliados” buenos o malos, a 600 pesos el kilo, así cogiera 20 kilos. Ganándose 12.000 o
18.000, la gente casi no le pone cuidado a esos “graneos”.

Pero aquí el que más pierde es el dueño de la finca porque sí esos “graneos” no se cogen la
finca se llena de broca, sí “graniando” cada 20 días hay broca, donde usted deje esos granos
eso va llamando las plagas. El café se seca, se pone primero sobre maduro y así tiene fácil
la entrada del mosco al fruto. Al dueño de la finca le toca ir haciendo el “Rere” o un repaso
constante cogiendo los “graneos” de café. Pero para la gente es muy duro venir por 12.000
o 18.000 pesos, es qué no alcanza a pagar el día. A mi antes me tocaba, pero eso es muy
duro. Yo antes qué era jornalero prefería trabajar al día cuando eran esas cogidas. (D.
Gutiérrez, comunicación personal, 14 de junio de 2020.)

Los trabajadores agrícolas reconocen que la actividad es extenuante, son conscientes de


ellos y lo reconoce. Sin embargo, lo difícil para los trabajadores agrícolas (agregados,
jornaleros) es tener un salario que no suple las necesidades básicas de subsistencia.
Posterior a gran producción de café, los árboles continúan entregando fruto que se retrasó
en su floración con la cosecha. Esto conduce a que el café se da paulatinamente en
diferentes épocas del año más allá de las dos grandes cosechas. La cosecha abril-mayo se
ha solido a llamar “la traviesa” donde se dan buenos frutos del café, más adelante entre
agosto y noviembre encontramos la gran cosecha. En los meses siguientes las fincas
encuentran una caída importante en la producción de café, sin embargo, sí encuentran fruto
y deben de recogerlo. La ausencia de recolección del café ocasiona grandes plagas para el
árbol y afecta significativamente las posteriores cosechas. La salida de los dueños de fincas
es dar un salario variable por el rendimiento en la cogida de café en las diferentes épocas
del año. Para los trabajadores agrícolas es muy difícil subsistir con un pago de 20 kilos de
café por un día, en la actualidad aproximadamente un kilo de café cogido se paga a 700
pesos, y bajo estas productivas la situación para los recolectores es imposible.

Aun cuando las jornadas en las fincas inician con los primeros claros de luz, los
trabajadores manifiestan que “gracias a Dios hay trabajo”. Es una situación en la que no
sienten garantías de manifestar algún tipo de inconformidad con su patrón de corte. Están
atados a un salario variable que los deja al margen de cualquier garantía. Los pagos por
productividad liquidan su posibilidad de ingresos y les hacen dependientes del dueño de la
finca. La pobreza es el derrotero de los trabajadores agrícolas y se encuentra como una
situación permanente en el tiempo.

IV

Investigador: En el tiempo de pocos trabajos en las fincas, ¿cómo se pagan los jornales?

Entrevistado: En estas épocas tenemos pequeños pedazos de café por coger o graneitos, así
el trabajo se paga al contrato. Cuando el café está poco se paga al día o del jornal completo.
Las fumigadas se pagan al día o jornal completo, el trabajo de azadón se paga al contrato,
allí el qué hace el jornal dice al dueño de la finca en cuantos jornales puede hacer un
trabajo. Un lote se divide, y el dueño de la finca le pregunta al trabajador: ¿En cuántos
jornales me hace el trabajo de este lote? De trabajador a trabajador es distinto porque a unos
les rinde más. Hay unos de golpe muy seguido. En cosecha de café a los trabajadores les va
muy bien porque todo es al contrato. Cuando no hay café ya no les va tan bien porque a
veces en lo que cogen de café no alcanzan a sacar el jornal. El café son dos meses buenos,
lo que se haga en esos meses. Ahora de pronto la cosecha está larguita y puede ser hasta de
tres meses. Cuando nosotros tenemos dos florecidas buenas estamos hablando de qué el
café se va a venir de una, pero cuando son florecidas así larguitas como ahora sabemos qué
la cosecha va a ser más larguita. Las florecidas en los lotes nuevos son mejores. A la gente
le gusta trabajar en un lote bajito porque allí les va más bien. (D. Gutiérrez, comunicación
personal, 14 de junio de 2020.)

Como anteriormente se explicó, la vinculación laboral “por contrato” garantiza el valor del
salario en relación al rendimiento de la actividad laboral. Al contrato, a los “trabajadores les
va muy bien” porque un solo recolector puede alcanzar hasta 250 kilos de café en cereza
recogidos en los mejores lotes. La ganancia de las “buenas semanas de la cosecha” entran
en oposición por la paulatina bajada del salario en las demás épocas del año.

En la contratación de las actividades agropecuarias existen actividades que por su


naturaleza no pueden ser tenidas en cuenta desde el rendimiento. Actividades como el
abonado, el desyerbe, se pactan bajo un salario constante momentos previos a la actividad
misma. En ellos la explotación de los trabajadores permanece y la situación no es mejor. En
ella los trabajadores de igual modo se vincula a las órdenes del administrador de la finca,
quien supervisa su trabajo y fija nuevos destinos.

Investigador: Tanto que ha trabajado en fincas, ¿no piensa en qué no tiene la propia?

Entrevistado: No la verdad es que no, pero sería muy bueno. Conseguirla es muy difícil
porque para tener una finca se necesita tener mucha plata. Hay gente qué es de buenas y le
resultan negocios, pero pocas veces pasa. Una persona qué trabaje del jornal o sea agregado
jamás podrá llegar a ser luego dueño de finca. Ganándose la lotería tal vez. Además, uno si
mucho puede tener 0,5 hectáreas, o 1 cuadra, pero no puede llamarse una finca, sí cultiva y
luego va a renovar termina aguantando hambre. La mayoría de personas que tienen finca es
porque fueron herencias. Casi todas las personas que viven en el campo no son dueños de la
tierra donde viven, la mayoría son agregados, caseros o solo tienen una casa sin tierra. Los
caseros son los que viven en la casa y cuide, pero no tiene qué entenderse con nada. Los
dueños de las fincas no viven en el campo sino en el pueblo, solo las fincas más pequeñas
son las que viven en ellas. Los que están comprando finca son los jornaleros que se fueron a
trabajar de gota a gota al Ecuador y Chile. Mis amistades manejan fincas, agregados en
fincas grandes y pequeñas, pero ninguno es dueño de la tierra. Mi amigo de Rancho Grande
manejó 200 hectáreas, y como él muchos, no todas fincas grandes, pero sí de 20 hectáreas o
de 10 hectáreas. (D. Gutiérrez, comunicación personal, 14 de junio de 2020.)
Un pesimismo generalizado existe entre los campesinos sin tierra y los trabajadores
agrícolas. La política de tierras ofrece pesimismo entre nuestros trabajadores agropecuarios.
El movimiento campesino por la tierra quedó en el pasado, aun cuando ANUC y el
INCORA desarrollaron un gran esfuerzo por la titulación, ahora todo ello ha quedado en el
olvido y con justa razón. Campesinos sin tierra no avizoran un cambio social, el
movimiento social fue acallado. En la actualidad el cambio social es un compromiso por
cumplir. La formulación actual de la política de Desarrollo Rural ha aislado a los procesos
de la adjudicación de tierras, y sin titulaciones es imposible hablar de un proceso de
cambio. Las políticas actuales han venido a profundizar la condición de exclusión de
nuestros agricultores y campesinos, sus salidas son pocas y el tiempo no da más esperas.
5. CONCLUSIONES

Conclusiones

Estructura agraria bimodal

La estructura agraria bimodal es una explicación de las tendencias que se configuran dentro
de las relaciones de la propiedad rural en América Latina, y en el caso especial de
Colombia. En ella, como explica Machado, existe un predominio de una concentración de
la tierra, la gran propiedad acapara parte importante del total de la tierra disponible, sin
embargo existe a su vez una fuerte presencia de ínfimas propiedades rurales en el mismo
espacio rural disponible.

Esta dualidad es la primera conclusión que ofrece el análisis de la estructura agraria en


Anserma Caldas. Sobre ella opera una gran presencia de la gran propiedad: caracterizada
por la subutilización de la tierra dadas las dificultades para su operación que imprime su
tamaño. La gran propiedad no ha logrado articularse de manera eficiente dentro de las
relaciones de las actividad agropecuaria. Ella ha venido a renunciar a las posibilidades del
suelo. Ha concentrado gran parte de sus capacidades en hacer una producción pecuaria
ineficiente, donde la actividad pecuaria no ha logrado especializarse. El costo social de la
concentración de la tierra ha sido muy alto: el límite a los suelos ha limitado el acceso a los
alimentos, ha limitado la democratización de la propiedad, ha concentrado el poder de los
propietarios, ha revalorizado el valor de la tierra disponible. Estas relaciones han sido a la
vez la puerta de entrada para el arredramiento de tierras dentro del municipio, las grandes
empresas agrícolas han iniciado sus actividades en aguacate y caña de azúcar especialmente
en propiedades de gran tamaño, posterior a incursionar y desarrollar sus actividades han
logrado cooptar unidades de producción más pequeñas hasta concentrar subregiones
importantes de unidades agropecuarias.

De igual manera, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) ha dicho que la Unidad


Agrícola Familiar en Anserma Caldas tiene por definición cerca de 10 hectáreas para uso en
pastos o actividades pecuarias y cerca de 5 hectáreas para actividades de vocación agrícola.
Al calor de una gran propiedad que concentra cerca del 80% del total de la tierra
disponible, un 20% de la restante disponible es dividido entre minifundios o (UAF) y
microfundios. El minifundio ofrece garantías efectivas para las familias, dentro de la
metodología de análisis del ICA, en cerca de 5 hectáreas una familia podría vivir con
ingresos en cerca de 2 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Por otro lado, en el
microfundio se dispersa una “polvareda de unidades de producción agropecuaria” como
lo llamó García Nossa, donde el limitado acceso a la tierra no permite su explotación
efectiva.
La primera tarea se centra en incentivar una reestructuración de las condiciones de tenencia
y de propiedad de las relaciones agropecuarias. Una transformación centre una reforma
rural dentro del municipio orientada por la descentralización y multiforme como han
sugerido las investigaciones de Machado. La reforma rural debe hacerse bajo el liderato de
las organizaciones campesinas. La política de tierras tiene forma y éxito desde que surja
desde programas de desarrollo dentro de mesas municipales intersectoriales. Lo multiforme
es esencial porque las políticas de tierras deben darse en la multiplicidad de sujetos
históricos que propician la reforma rural. Dado el carácter histórico de la reforma rural, es
necesario que las transformaciones sean lideradas por los diferentes agentes que integran
las relaciones agropecuarias, así como con enfoque diferencial dentro de los matices que
ofrece la política sectorial.

El consenso y la integración de la sociedad se hacen importantes para las transformaciones


efectivas de la relaciones de la ruralidad. Como premisas rectoras de la redistribución de la
propiedad rural están las de la investigación (social, económica y agrícola), la integración
de los diferentes agentes de la sociedad, la participación del Estado, la asignación de
recursos y el apersonamiento ciudadano. La principal idea a desmarcar dentro de una nueva
integración del Estado, la sociedad civil y el sector rural, deben de conducir a reinterpretar
el modelo sobre el que se sustenta el crecimiento del sector rural colombiano. El actual
modelo neoliberal ha venido a concebir que el crecimiento económico propicia el desarrollo
social, los más de veinte años del consolidación del modelo neoliberal en la actividad
agropecuaria en Colombia, han venido a demostrar que por un lado transita el crecimiento,
y por otro, el desarrollo. Existe una modernización de las relaciones agropecuarias
capitalistas en la agricultura municipal bajo elevadas condiciones de capital e
intensificación de la producción. Estas empresas han logrado articular de manera eficiente
las condiciones de la tierra, el trabajo asalariado, y el aprovechamiento de los recursos, sin
embargo estas utilidades no han logrado establecer mejores condiciones de vida dentro de
los pobladores y trabajadores de las plantaciones, no ha logrado consolidar pequeñas y
medianas empresas de los productores y trabajadores, y por el contrario ha concentrado la
mano de obra disponible y ha elevado el valor de los salarios para los medianos y pequeños
productores.

Un logro del desarrollo rural involucra pues una integración efectiva de la población rural a
la estructura social de la que hacen parte. Partir de una democratización de la propiedad es
el primer paso, en él se construye el tejido social que da forma a un desarrollo de las
asociaciones y de la comunidad.

El caso omiso a la reforma de la estructura agraria agudiza las expulsiones de los


campesinos y pequeños y medianos agricultores. La falta de compromiso con la reforma
rural amplía las brechas entre las grandes empresas agroindustriales, y las pequeñas
unidades de producción agropecuaria. Por un lado el Estado y las agencias nacionales harán
un camino expedito para las agroindustrias y las industrias alimentarias, por un segundo
espacio se inunda el mercado interno de alimentos importados y por el otro, la pequeña
producción agropecuaria se reduce. En la situación actual la supervivencia de la pequeña
actividad agropecuaria se compensa con una reducción del salario y de la renuncia de la
calidad de vida. Bajo este panorama los bienes no transables de la actividad agrícola
municipal no tienen muchas garantías, su supervivencia está en duda y en su interior una
creciente inseguridad alimentaria aparece.

Sistema agroindustrial emergente

En el municipio de Anserma Caldas las relaciones de la actividad agropecuaria vienen


transformándose de manera significativa desde la apertura económica de los noventa. A
partir de 1990 el sector rural ha venido a configurar nuevas relaciones que han permeado su
estructura y su desarrollo. En la actualidad existe una configuración bajo tres direcciones
dentro de relaciones profundamente heterogéneas entre sí. Existe un crecimiento de la
polarización entre vocaciones agropecuarias de punta, frente a sectores vocaciones
agropecuarias en rezago, y vocaciones agropecuarias que no se han modificado
significativamente.

La actividad agropecuaria de menor dinamismo ha sido la actividad pecuaria municipal. En


la actualidad los ganaderos del municipio no han dado el salto a una transformación
importante de su actividad productiva. Por el contrario, día a día han logrado perder
competitividad frente a otras vocaciones pecuarias del Departamento de Caldas como el
municipio de La Dorada por ejemplo. La actividad pecuaria, especialmente la bovina, se ha
caracterizado por una ausencia como colectividad. No existe una asociatividad importante y
sus aspiraciones políticas se entienden de manera dispersa. La propiedad y la tenencia sobre
la propiedad es la fuerza de la actividad pecuaria en Anserma Caldas, dado que han
consolidado un grupo que han podido transmitir la propiedad de generación en generación
y han estado blindados del despojo. Los ganaderos como colectividad han tenido
condiciones de seguridad que han permitido la garantía jurídica sobre su propiedad,
entendido por su influencia, aunque aislada, dentro del mapa político regional.

Dentro de las actividades que mayor rezago han adquirido en los últimos años podemos
destacar especialmente actividades de tipo agrícola. Los cultivos temporales de la actividad
agrícola han sido los mayores excluidos dentro de la consolidación de la nueva estructura
agropecuaria. Como colectividad, los cultivos temporales han sido los mayores afectados
por las estructuras de la tenencia de la propiedad, el distanciamiento del Estado de la
actividad agrícola, y el mayor subordinado de la actividad del mercado y de la
desregulación.

Entre la segunda mitad del siglo XX y finales del siglo XX, la actividad de los cultivos
temporales tuvo gran vigencia dada la presencia del Estado en las relaciones productivas,
así como por las formas de concertación de la actividad agrícola. Pactos como la aparcería,
el comodato, la adjudicación, de manera indirecta trajeron consigo un desarrollo colateral
de la actividad de los cultivos temporales o estacionales. Lo anterior nos ofrece rutas de
aprendizaje para la comprensión del anterior éxito de cultivos como el maíz o el frijol. Sin
embargo, las transformaciones en la actividad productiva, las lógicas del mercado, la
desregulación del Estado y las nuevas formas de contratación de la fuerza de trabajo, han
podido dar explicaciones del gran retroceso que los últimos treinta años vienen a explicar
los cultivos temporales.

Antes hicimos exposición de actividad que permanecen y no se modifican


significativamente, luego referenciamos las actividades que retroceden y que se reducen
paulatinamente, es necesario ahora referenciar las actividades que cambian y crecen, así
planteamos la pregunta: ¿hacia dónde vamos? El profesor Antonio García y la escuela
CEPAL nos enseñaron que las lógicas de la estructura de la propiedad en América Latina se
definen por las relaciones de conflicto entre el latifundio y el municipio. La gran propiedad
y la ínfima propiedad han presenciado un conflicto histórico en América Latina pero la
actualidad parece emerger con dos nuevos actores.

En Anserma Caldas, como nos enseña el profesor Absalón Machado, han incursionado en
las lógicas de la estructura agropecuaria nuevas relaciones de conflicto. Sumado a las
históricas relaciones de conflicto de latifundio-minifundio, en la municipalidad han
emergido un sistema agroindustrial emergente donde las agroindustrias, el capital, y las
empresas agropecuarias, vienen dando sus pasos. No es posible aun decir que la actividad
agroindustrial subordina a la tenencia sobre la propiedad, no existen las condiciones del
socioeconómicas para su superación, sin embargo el crecimiento de la actividad
agroindustrial vienen capturando espacio de la clásica estructura agraria en las relaciones de
tipo local. Es necesario hacer claridad de que la presencia del sistema agroindustrial es
heterogénea. Su desarrollo no ha sido asimétrico y ha venido a orientarse por relaciones de
sistemas agroindustrias e industrias de la alimentación.

Dentro de las relaciones del sistema agroindustrial, sistemas agroindustriales del café, la
caña de azúcar, el aguacate, el plátano y los frutales, quienes han podido reconfigurar las
lógicas y las estructuras de la actividad municipal. Estos sectores agroindustriales han
venido a concentrar el flujo de capital, la renta absoluta y la renta diferencial, han cooptado
la fuerza de trabajo, y han sido las acaparadoras del capital fijo. Son un agente histórico de
cambio que ha logrado transformar las raíces de la clásica estructura agraria. Sus cambios
han generado una serie de expulsiones que han afectado los diferentes agentes de la
estructura social: no solo campesinos y pequeños productores, sino también grandes
latifundistas y herederos ausentistas. En el pasado comentábamos la presencia importante
de la aparcería y las relaciones de dominio de los propietarios sobre los campesinos sin
tierra, por ahora aparecen como parte de un pasado.
No queremos decir que en la actualidad los sistemas agroindustriales son los agentes
históricos hegemónicos de las relaciones productividad dentro del municipio, no existen las
condiciones para tales aspiraciones. Los sistemas agroindustriales encuentran freno en las
comunidades campesinas y en los pequeños productores que se resistir a dejar sus
actividades productivas. Aun a costa de la pobreza extrema, las comunidades campesinas
no han logrado configurar una plena proletarización. La proletarización, o el despojo
absoluto de las relaciones de propiedad, aun no es proceso distante. Las relaciones
culturales, y la ausencia de oportunidades efectivas de las comunidades campesinas, y
campesinas sin tierra, han sido las mayores explicaciones de comprender de que aún dentro
de una fuerte subordinación de los sistemas agroindustriales no han logrado expoliar
plenamente a la población rural. De igual modo la coexistencia de relaciones modernizantes
y relaciones tradicionales son parte de la explicación que permite entender que conviven
dos formas de producción, así heterogeneidad en la formas de tenencia de la propiedad.

Ecologismo popular

“Las fronteras de extracción de mercancías o materias primas están llegando a los últimos
confines. Por ejemplo, la frontera del petróleo ha llegado hasta Alaska y la Amazonía. Pero
en todos lugares del mundo hay resistencias. Podemos llamarlas ecologismo popular,
ecologismo de los pobres o movimiento de justicia ambiental. Las comunidades se
defienden. (…) Las comunidades se defienden apelando a derechos territoriales, o tal vez
organicen consultas populares exitosas contra la minería a cielo abierto.” (Alier, J. M.
(2008). Conflictos ecológicos y justicia ambiental. Papeles de relaciones ecosociales y
cambio global, 103, 11-28)

Por naturaleza, el sistema neoliberal busca desarrollar relaciones sociales y económicas


extractivas donde se extrae la mayor riqueza natural sobre el mejor costo posible. Esta
situación ha venido a romper la relación de equilibrio ecológico que por décadas se
desarrolló entre los pobladores del Occidente de Colombia y el medio natural, y vino a
establecer relaciones agropecuarias con un alto impacto ambiental.

A partir de los sesenta, la intensificación de las relaciones productivas en las fincas


cafeteras vino a degradar el medio natural que ha venido acompañando a los cafetales. Por
recomendaciones de la Federación Nacional de Cafeteros y del grupo de extensionistas, se
priorizó unas serie de prácticas agrícolas sin sombrío. Ello trajo consigo una eliminación de
los bosques y del medio natural sobre la plantación. Mientras los diferentes árboles eran
talados, el espacio entre árbol y árbol de café se vino disminuyendo. Bajo año de políticas
agrícolas intensivas el medio natural ha venido a hacerse vulnerable sobre las
transformaciones del clima, así como la disminución del volumen de lluvias. En la
actualidad, el café viene siendo víctima del insecto conocido como “broca” que ha podido
desarrollarse en condiciones adecuadas para su reproducción desde el aumento de las
temperatura del ambiente. Las aves han sido los agentes biológicos que por naturaleza han
podido frenar la reproducción de los insectos en las plantaciones, sin embargo, a raíz de la
caída de los bienes forestales, las poblaciones de aves han venido a disminuir. El uso de
insecticidas y pesticidas con alta composición química han contribuido para la disminución
en la diversidad biológica del ambiente, y han hecho vulnerable a las plantaciones de
enfermedades del medio natural. Este uso intensivo de las fumigaciones químicas han
tenido iguales efectos colaterales en las enfermedades de la población rural, el uso de
pesticidas es uno de los mayores responsables de las enfermedades laborales dada la alta
exposición de la fumigación.

Frente a una producción agropecuaria aumenta la contaminación, es necesario desarrollar


un ecologismo popular en palabras de Martínez Alier. Son las comunidades quienes
abanderar la defensa del medio natural. Este proceso viene de la mano de una
concientización de los efectos de las relaciones productivas, así como de la ausencia de la
conciencia ambiental. En este proceso la educación ambiental y la pedagogía comunitaria
cobra un papel relevante. Es necesario que se eduque acerca de las condiciones actuales y
fomentar nuevas prácticas en la agricultura y la población rural

Existen grandes actividades que están pendientes para el ecologismo popular, quizá dos de
los procesos de mayor impacto y relevancia pueden ser los programas de siembra y los
programas de protección del recurso hídrico. Los programas de siembra tienen toda la
validez dado que en la actualidad existen un déficit en los bienes forestales municipales.
Como se identificó en el trabajo de campo, aun cuando existes grandes áreas para el
desarrollo forestal, no existe voluntad entre las agencias y propietarios para desarrollar
programas de siembra. Entre los campesinos, y pequeños y medianos agricultores aún
permanece la idea de que el árbol quita productividad a las cosechas. De igual manera entre
los productores pecuarios aún no existe conciencia del efecto ambiental de la ganadería de
praderas.

La defensa de las aguas y la conservación de las fuentes hídricas es otra de las tareas de
mayor éxito que convoca al ecologismo popular. Sobre la protección de las aguas se ha
venido a consolidar un nuevo movimiento social, sobre nuevos actores que el agrarismo
clásico no lograba convocar. Las políticas de aguas deben desarrollar programas y planes
de distribución para ampliar el acceso a las aguas y las aguas potables de las comunidades
rurales, así como del uso racional y moderado de las aguas dentro de las actividades
agropecuarias. En la actualidad el recurso hídrico ha venido disminuyendo por la reducción
de los caudales en las quebradas y acueductos veredales. Corresponde al ecologismo
popular, comprometerse con la barrera natural que necesita las fuentes de agua.

Una tarea inaplazable en la protección de las aguas es el desarrollo de prácticas de lavado


del café menos contaminantes sobre las aguas, hace algunas décadas que el país adaptó el
lavado del café y ello ha traído un efecto importante en las aguas sobre todo en los meses
de cosecha. El café usa gran cantidad de agua para su lavado, y sumado a ello, luego de
beneficiar el café estas aguas mieles son vertidas sobre las fuentes de agua. El tránsito por
escorrentías de las aguas mieles viene a afectar las fuentes de agua, aguas abajo de las
fincas, afectado no solo al equilibrio ecológico del ambiente sino también a las poblaciones
humanas.

Dos son las tareas pendientes del ecologismo popular, 1) ampliar los programas de siembra
de árboles de la zona 2) desarrollar movimientos de protección de las aguas. El éxito del
ecologismo popular pende de las comunidades, son ellas como agentes del territorio
quienes validaran y podrán desarrollar autoridad entre los pobladores. Al Estado, las
Agencias Públicas y a la Sociedad Civil, corresponden un compromiso en su consolidación
y en un acompañamiento jurídico, político y financiero. En la actualidad se tiene registro
de diferentes asociaciones y grupos cívicos que han tenido como interés la defensa del
equilibrio ecológico, sin embargo, estos proyectos nunca han tenido el piso presupuestal
para materializar los objetivos que se proponen. El traslado de recursos involucra al sector
político y la sociedad civil, por ello las comunidades rurales deben aspirar al gobierno y a la
gobernabilidad para que la agenda ejecutiva vaya en dirección a los intereses y necesidades
de las poblaciones rurales.

La asociatividad es importante para el logro de los objetivos ambientales. Muchos han sido
los intentos de organización de las comunidades pero aún no existen organizaciones que
hayan podido surtir los embates del tiempo y la desfinanciación. En ello la planificación es
crucial para materializar un ecologismo popular, en la planificación las comunidades trazan
sus objetivos y los planes de acción para la materialización de sus objetivos. Es muy
importante que las comunidades y grupos de interés logren la lectura adecuada como
sujetos históricos, identificando con ello las necesidades, las formas de hacer, y las formas
de transformación. Un error en la lectura histórica puede llevar a un deterior más acentuado
de las condiciones de vida de las poblaciones, lanzándoles a una situación de pobreza más
acuciante o a una reducción directa de los ingresos. El tránsito en las prácticas agrícolas es
un proceso gradual, y planificado, donde el ecologismo popular se compromete con
objetivos de protección del medio natural y donde los productores agropecuarios y sus
familias, mejoran sus condiciones de vida.

Desempleo estructural

La disfuncionalidad de la estructura agraria municipal ha traído consigo grandes efectos en


el medio natural, en estructura de la tenencia de la propiedad rural, así como en la
estructura social y su integración. El desarrollo excluyente de las actuales condiciones de la
estructura agraria en Anserma Caldas.

En la actualidad el mercado laboral del sector agropecuario viene en una constante


reducción del empleo. Entre los principales condicionantes de la crisis del empleo podemos
encontrar como principales al desincentivo de los cultivos temporales, la modernización de
la actividad productiva y el crecimiento de la actividad pecaría.
Los cultivos temporales tienen una gran responsabilidad en la generación de nuevos
empleos ya que su actividad demanda gran fuerza de trabajo. Aproximadamente en18
meses se desarrollan los diferentes ciclos de la actividad temporal: germinación, levante y
cosecha. Con ella, gran parte del mercado laboral del sector agropecuario dispone de
mayores número de jornales por año. Sin embargo, como se ha demostrado a lo largo del
texto en la actualidad existe un desincentivo por los cultivos temporales. Este desincentivo
como señalamos, viene dado por el crecimiento de las importaciones de tales productos de
países con mayor productividad, así como por la reducción de la aparcería. Los cultivos
temporales históricamente han tenido un entrelazamiento con formas de concertación
productiva como la aparecería, y como señalamos, en la actualidad la aparecería y otras
formas de concertación productiva han sido sustituidas por una generalizada
proletarización.

La modernización de la actividad productiva ha traído consigo efectos en el empleo. Aun


cuando este documento deja de lado discusión bizantina de que la modernización y el
empleo entran en conflicto, el proceso de comprensión de este documento si pudo
establecer la relación estrecha de la modernización y los jornales de trabajo. Unas
generaciones atrás, parte de la actividad de eliminación, desyerbe, poda, y fertilización, se
hacía básicamente con el recurso humano y la tracción animal. Sin embargo, en la
actualidad las prácticas productivas y las herramientas de trabajo han podido hacer ágil la
actividad productiva. La guadaña y la motosierra han podido reemplazar el trabajo manual
de machete y recatón. La fumigadora ha podido reemplazar los jornales usados para las
limpias manuales, el manejo de las malas hierbas y el control sobre las plagas. Estos, entre
otras actividades, han podido ser testigos de que en la actualidad los sistemas
agroindustriales han priorizado hacer prácticas productivas eficientes. Aun cuando existe
un límite a la eficiencia productiva en la actividad local, las investigaciones en derribadoras
o prácticas como la fertilización por voleo, sin tienen un gran impacto en el mercado
laboral.

Por último, como señalamos anteriormente, encontramos una tendencia por señalar que la
actividad pecuaria adquiere mayor fuerza paulatinamente. La renuncia a la actividad
agrícola, dada los enésimos motivos de tal proceso, genera un crecimiento de las tierras
sembradas en pasto, así como en un incremento de la población pecuaria, especialmente de
bovinos. Ello conduce a ver reducidas las demandas de empleo. Dentro de la actividad
pecuaria existen menores actividades a desarrollar. Dentro de gran propiedad, un vaquero
puede administrar y gestionar la tierra, diferente a las actividades de vocación agrícola.

Estos procesos han venido a establecer nuevas condiciones estructurales del empleo dentro
del sector agropecuario municipal. Históricamente la estructura consolidada se
caracterizaba con condiciones de desempleo estacional donde con espacios entre cosecha y
cosecha donde existía una caída en la demanda de la fuerza de trabajo. Sin embargo, el
momento actual ha venido por profundizar una crisis en el empleo, dando consigo un
desempleo estructural de la actividad agropecuaria. Las empresas del aguacate, por
ejemplo, usan gran contingente humano para la siembra de los árboles de aguacate, a partir
de allí la demanda de fuerza de trabajo baja hasta los periodos de cosecha del ciclo de este
cultivo.

En la actualidad en el área rural existen grandes contingentes de población rural que


esperan a ser llamados a un trabajo. A pesar de la precariedad de las formas de contratación
laboral, no existen grandes de demandas de trabajo. La situación es crítica y advierte un
futuro difícil para el mercado laboral. Donde existen por un lado, manos faltantes para las
cosechas, pero por otro manos excedentes para las actividades productivas. Este desarrollo
dual del empleo no permite sostenibilidad y eficiencia en el recurso humano y en el trabajo.

Esta concentración en los periodos de demanda de fuerza laboral viene a ampliar la


exclusión de la población rural. Presionando por nuevas migraciones, así como forzando la
lumpenización de la población rural. Dando una estructura que eleva a nuevos empleos
actividades como el narcotráfico, la prostitución o la mendicidad. Las actuales condiciones
estructurales concentran el acceso a los ingresos en la sociedad, merma las oportunidades
de la población, restringe la movilidad social y amplía la vulnerabilidad de las poblaciones
y presiona al asistencialismo institucional de los sectores pobres de la población rural de los
municipios de vocación agropecuaria.

De lo rural a lo agrario y de lo agrario a lo rural

En los años noventa donde se daba inicio a nuevas relaciones productivas de economía
abierta, entre las ciencias sociales aparecería la discusión entre lo rural y lo agrario.
Diferentes antropólogos economistas, y sociólogos, entraron en la discusión de que lo rural
se encontraba desplazando lo agrario. A partir de la apertura económica, dentro del mundo
rural empezaron a entretejerse nuevas relaciones e interacciones, especialmente en países
desarrollados o en aquellos en los cuales se consideraba el problema agrario como un
asunto agotado.

En América Latina dadas las heterogeneidades mismas de los países, y dentro de las
regiones dentro de los países, las discusiones fueron más fuertes entre quienes aviva voz
celebran lo agrario como lo caduco, y la nueva ruralidad como el paradigma dominante.
Bien, quizá el neoinstitucionalismo se giró hacia la nueva ruralidad y el neoestructuralismo
tendió al nuevo problema agrario y al sistema agroindustrial ampliado. Estas discusiones
han logrado madurar sus interpretaciones y ambas son dos intentos en los que no se busca
la invalidación de otros planteamientos.

Nuestra investigación ha podido entender de que aún en Colombia es necesario tener el


problema agrario como rector para volcar planes de acción al desarrollo rural. Los planes
de acción y los planes de desarrollo deben de involucrar elementos que vuelquen sus interés
en entender el sector productivo y la economía real. Así un proceso de concertación social
puede establecer una red de integración social ampliada donde los campesinos, campesinos
sin tierra, trabajadores, la población étnica rural pueden ampliar la integración y el diálogo
social entre los ciudadanos.

Hacer una nueva integración social reestructura el tejido social y a sus agentes. En la
actualidad, la condición capitalismo neoliberal es el dominio excluyente, donde la
agricultura se subordina a la industria, el sector productivo se subordina al sector
especulativo. Como mencionamos, dentro del domino excluyente como lo llamó Blanca
Rubio, a los campesinos se les mina de la ganancia, no solo como productores de alimentos,
sino reproductores de sus condiciones de existencia.

Bajo el paradigma del neoestructuralismo agrario encontramos un gran instrumento de


análisis. Una interpretación dinámica, histórica, congruente, dentro de unq modelo de
interpretación nos que nos ofrece planes de acción y planes de desarrollo como propuestas
sólidas para la materialización del desarrollo rural. Hacer del neoestructuralismo agrario
el paradigma hegemónico de lo político y lo social es la tarea de la investigación.
Investigación social, investigación agrícola e investigación económica para entender la
configuración de la nueva estructura agropecuaria, así como de sus líneas de fuga y de sus
puntos en crisis.

Finalmente, las nuevas configuraciones de las estructuras agropecuarias del paisaje


colombiano, hablan de nuestra diversidad y riqueza. En el municipio de Anserma Caldas
cada vez existe mayor compromiso con el medio natural y con el medio rural. La
transformación del territorio pasa por nuevas interacciones sociales donde lo agrario y lo
rural cohabitan en equilibrio, en el cual el Estado y los ciudadanos tienen un papel activo y
decidido y donde la investigación se propone nuevos objetivos. La planificación es el
puente entre la investigación, el desarrollo rural y la transformación. Por ello las políticas
públicas, las políticas sectoriales, y las políticas de tierras, deben de situar a la calidad de
vida como primer objetivo, y hacer de lo agrario y lo rural espacios y territorios sostenibles.

(Alier, J. M. (2008). Conflictos ecológicos y justicia ambiental. Papeles de relaciones ecosociales y


cambio global, 103, 11-28)
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