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Al Oído
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Al Oído
 SERIE

EL OÍDO
Una puerta de entrada para el lenguaje
en su travesía hacia el cerebro

PARTE II
Fausto Coello y Vanesa Pacheco
Imagen: cortesía de Phonak

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Al Oído
 SERIE
E n la primera parte de la revisión de este tema
vimos que el sistema auditivo humano está
formado por una porción periférica (oídos ex-
terno, medio e interno), responsable de la cap-
tación y el procesamiento inicial de las señales
acústicas que finalmente permitirán al sujeto
tener las sensaciones auditivas (oír); y un seg-
mento central (vía y centros auditivos de la cor-
teza cerebral), relacionado con la transforma-
ción final y la interpretación de los señalados
estímulos, proceso conocido como percepción
auditiva (entender o interpretar lo que se oye).
Las estructuras que constituyen estas dos sec-
ciones mantienen entre sí íntimas y constantes
relaciones, que permiten un perfeccionamiento
progresivo del procesamiento global de los es-
tímulos sonoros, y la provisión de patrones con
los que distintos elementos del sistema nervio-
so central finalmente establecen los complejos
cimientos del lenguaje oral.
“Pienso, luego existo” dijo René Descartes, con
la intención –según indican los entendidos– de
establecer que el humano es capaz de pensar
porque es, porque existe, lo que nos permite
concluir entonces que la traducción del plan-
teamiento de Descartes sería más precisa si
se expresara como: “Pienso porque existo”.
Tomando éste como un interesante elemento
de comparación, y parafraseando a Descartes,
podríamos plantear la sentencia “Oigo, luego
existo”, en el sentido de que una persona es
un humano completo, con un lenguaje que
le hace indiscutiblemente diferente de todos
los demás animales y le permite desarrollarse
CORTEZA
AUDITIVA
VÍA
AUDITIVA
OÍDO
OÍDO INTERNO
EXTERNO OÍDO
MEDIO
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Al Oído
como un ente fundamental o intrínsecamente
social, porque es capaz de oír e interpretar efi-
cientemente los sonidos del habla de sus se-
mejantes, y a partir de esos modelos organizar
y perfeccionar su propio sistema de comuni-
cación.
Cabe acotar que, en el caso de los niños que
nacen con pérdidas graves o totales de audi-
ción, y que por cualquier razón no han recibido
sistemas de amplificación o implantes coclea-
res que les permitan superar estas deficien-
cias, para lograr el desarrollo de otras mane-
ras de expresión y comunicación (por ejemplo,
el lenguaje de señas o la comunicación total),
se utilizan otros mecanismos sensoriales –pri-
mordialmente la visión– para lograr el ingreso
y el procesamiento de la información.
El oído humano está organizado de tal mane-
ra que permite la captación y el procesamiento
neuroacústico de una enorme gama de estímu-
los sonoros, que brindan información precisa
del entorno en un nivel biológico, básico o ele-
mental, a través del cual el sujeto puede cons-
tatar permanentemente que está vivo, interac-
tuar con otros seres y objetos que le rodean,
responder apropiadamente ante las señales de
peligro o alarma, interpretar señales que tienen
un contenido simbólico social o cultural, y dis-
frutar de la estimulación melódico-rítmica de la
música en un nivel estético; y, si bien todo esto
es importante y placentero, lo más trascenden-
te es la posibilidad de escuchar e interpretar los
sonidos del habla de sus semejantes.
 SERIE
El desarrollo del lenguaje que según Noam
Chomsky (uno de los más brillantes lingüistas,
filósofos y politólogos del presente siglo), ocu-
rre a partir de un mecanismo innato mediante
el cual el niño puede descifrar y luego producir
las expresiones de cualquier idioma, de acuer-
do con Jerome Brunner requiere, además, de la
exposición a los modelos provistos por las per-
sonas que rodean al niño.
En todo caso, investigaciones realizadas desde
hace varios decenios nos informan que el niño
empieza su aventura auditiva a partir de las
veinte semanas de vida intrauterina, cuando las
estructuras del oído empiezan a ser funciona-
les. De esta manera, desde tan temprana etapa,
empieza a escuchar tanto sonidos relacionados
con la actividad del organismo de su madre (la-
tidos cardiacos, movimientos pulmonares e in-
testinales, entre otros), como aquéllos que, por
tener determinadas características específicas,
logran ingresar desde el exterior y estimular el
activo aunque aún incipiente sistema auditivo
fetal. Así, varios meses antes de nacer, el niño
está en una interesante interacción con estímu-
los del medio y del habla de las personas más
íntimas, lo que explica su capacidad congénita
de reconocer los sonidos de cualquier lengua,
para luego aprender y dominar con facilidad
uno o varios idiomas, y la afinidad prioritaria
10
Al Oído
con aquéllos que produce su propia madre, al
haber tenido contacto con ellos desde tiempo
atrás. Se sabe por los estudios antes mencio-
nados que el recién nacido emite patrones de
llanto que guardan relación con la entonación
de su idioma, y que entiende con mayor facili-
dad las expresiones verbales de su madre en
comparación con las emitidas por cualquier
otra persona.
Durante entre los seis y los ocho primeros me-
ses de vida, el niño realiza dos tipos de activi-
dades muy importantes para el desarrollo de
sus habilidades comunicativas: escucha aten-
tamente los estímulos sonoros del ambiente
y particularmente los modelos lingüísticos de
las personas de su entorno, y entrena sus ór-
ganos articulatorios en actividades rutinarias
de la vida diaria, como la lactancia, en las que
utiliza y perfecciona las habilidades de succión
y deglución, así como la emisión, cada vez más
abundante, de sonidos vocálicos y guturales del
balbuceo. De esta manera la lengua, el paladar,
el bloque laríngeo y las cuerdas vocales adquie-
ren movimientos precisos y coordinados, que
se utilizarán posteriormente para la producción
de los sonidos del habla.
En el periodo comprendido entre los ocho y
los dieciocho meses, aparecen las primeras
Imagen: cortesía de Phonak
 SERIE
palabras, relacionadas fundamentalmente con
la expresión de necesidades y la identificación
de sujetos y objetos entrañables. Las pocas
palabras del inicio, denominadas holofrases o
palabras-frase, que se usan como generaliza-
ciones o expresiones complejas (“guau”, para
nombrar a un perro o a cualquier otro animal,
o “ate” para indicar: “Mamá, quiero chocolate”),
aumentan drásticamente en cantidad, se ar-
ticulan (pronuncian) en forma más precisa o
correcta, de acuerdo a los patrones culturales
de su medio, y se juntan siguiendo las reglas
establecidas para formar frases y oraciones, de
manera tal que alrededor de los cinco años el
habla del niño tiene características similares a
las del adulto.
Estos increíbles cambios, que muchas veces
son poco valorados por los adultos, por pensar
que se trata de procesos madurativos habitua-
les o normales, que ocurren de manera natural
en casi todos los niños, representan el eslabón
fundamental para lograr una auténtica inclu-
sión a la familia, la sociedad y la educación.
Publicaciones de los resultados de investigacio-
nes realizadas en este ámbito por Betty Hart y
Todd R. Risley, Stanislas Dehaene y Carol Flexer
informan, entre otras cosas, que para que un
niño tenga niveles de rendimiento competitivos
Imagen: cortesía de Phonak
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Al Oído
con sus pares del sistema educativo, al llegar
a los cuatro años debe haber escuchado alre-
dedor de 45 millones de palabras, para lo cual
debe tener aproximadamente 20 mil horas de
audición durante los primeros años de la niñez,
lo que implica escuchar poco más o menos en-
tre 20 y 30 mil palabras por día, 2 mil por hora
y 50 por minuto, así como las notables diferen-
cias que se detectan a largo plazo, como conse-
cuencia de la disparidad en la estimulación lin-
güística y la entrega de modelos del habla, por
parte de los padres y otros adultos que rodean
al niño. Al respecto, Hart y Risley reportan que
en hogares poco estimulantes el niño está ex-
puesto a 616 palabras por hora, mientras que
en un hogar promedio recibe 1,251; y en uno
altamente estimulante 2,153, lo que al cabo de
los cuatro primeros años de vida representa
entre los primeros y los últimos una diferencia
de 22,440,200 palabras.
FUENTES
Dehaene S. Reading in the Brain: The Science and Evolution of a
Human Invention. New York, Viking, 2009.
Flexer C. The Ears Are Doorways to the Brain. Phonak Insight, 2018.
Disponible en: www.phonakpro.com
Hart, B. y T. R. Risley. Meaningful Differences in the Everyday Expe-
rience of Young American Children. Baltimore, MD: Paul H. Brookes
Publishing Company, 1995.
Al Oído | 7
 Oído Oído Oído Nervio
externo medio interno auditivo

Centros
auditivos

Vía auditiva

CONDUCTIVA SENSORIAL NEURAL CENTRAL

8 | Al Oído
SONIDOS GRAVES MEDIOS AGUDOS
(gruesos) (delgados)

125Hz 250Hz 500Hz 1000Hz 2000Hz 3000Hz 4000Hz 6000Hz

-10dB
DÉBILES 0

10dB Audición
normal
20dB th
z fs
v Phg k t
30dB
ch sh Hipoacusia
j m d b ia mínima
40dB
n o r Hipoacusia
45dB e l leve
50dB
u 55dB
60dB 60dB Hipoacusia
moderada
70dB 70dB 45
Hipoacusia 55
80dB
severa 60
90dB 70
FUERTES 230/4
100dB
Hipoacusia
profunda 57,5
110dB
120dB

Umbrales de audición del oído derecho Promedio de pérdida auditiva bilateral

Umbrales de audición del oído izquierdo simétrica (igual en los dos oídos): 57,5 dB

Al Oído | 9
 COMPRENSIÓN EXPRESIÓN
HIPOACUSIA
DEL HABLA ORAL

Adecuada en interacciones
individuales y en ambientes
Leve silenciosos Ligeras fallas articulatorias
Se vuelve difícil en sitios
ruidosos

Múltiples fallas articulatorias

Muy difícil, sobre todo cuando
Moderada que hacen el habla poco inteli-
existe ruido ambiental
gible

Solamente se comprenden
mensajes contextualizados,
Habla ininteligible (muchas
Severa expresados con voz fuerte y
veces hay ausencia del habla)
con ayuda de lectura labiofa-
cial

Es imposible sin una

Profunda Ausencia del habla
adecuada ayuda auditiva

Al Oído | 11
 SERIE

EL OÍDO
Por Fausto Coello y Vanesa Pacheco

12
Al Oído
 SERIE

É -

les proporcionen a los padres y/o a los adultos

-

estructura y el funcionamiento del sistema audi- y conocimientos que les permitan tener una
tivo; el segundo planteó la importancia de la au-

- niño.

los grados o niveles de pérdida auditiva y sus im- -

plicaciones en el progreso lingüístico y académi- -

-
En este contexto y con la referencia de los

- -
-
u otros retrasos en el desarrollo neuropsico- pacitados y experimentados.

- En el siguiente esquema se señala cada una de

que con ella se evalúa.

AUDIOMETRÍA
TONAL LIMINAL

Potenciales evocados
auditivos

Otoscopía

Emisiones
otoacústicas

Impedanciometría

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Al Oído
 SERIE

en señales eléctricas con las que se estimula al

nervio auditivo para que éste las canalice hacia

presencia de una hipoacusia o disminución se utiliza en aquellas hipoacusias severas y pro-

de la audición de una determinada naturaleza
- -

sino un sistema construido para remplazar la

-

niño y a su familia en programas especializa-

-

seguir las recomendaciones como en el de no

hacerlo.

-
- los niños o adultos recuperen niveles auditivos lo
-
zan de forma apropiada. Ésta es la razón funda-
mental para que todos los niños a los que se les
-
-
-
trados por fonoaudiólogos o terapeutas del len-

14 Foto de medicalxpress.com

Al Oído
 -

Desde la primera vez que se atiende a un niño

-

todos los procedimientos para un diagnóstico

Guayaquil Cumbayá
Calle San Gabriel Oe Av. Siena 318 y Calle A.
-
-
- -
ra en la que se puede lograr el éxito deseado.

FUENTES
Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del

de Enfermedades. Tratamiento y servicios de intervención para la

pérdida auditiva en los niños.

-
nóstico e intervención temprana para el desarrollo de los niños

Intervención Psicosocial

Pérdida de audición en la niñez:

¡Qué hacer para actuar de inmediato!

-
International Journal of Developmental and Educational Psy-
chology.

Foto de cottonbro en Pexels