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Caso Gustavo Petro

Vs Colombia.

Edith Patricia Ortega Langurén


Profesor de derecho administrativo, derecho financiero,
fiscal y procesal administrativo en la Universidad Autónoma
del Estado de México.
Contenido

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 2
I. Colombia en el Sistema Interamericano............................................................................. 3
II. Síntesis del procedimiento contencioso ante la Corte Interamericana sobre el caso Gustavo
Petro Urrego Vs. Colombia .................................................................................................. 5
II.1 Hechos. ................................................................................................................... 5
II.2 Procedimiento Contencioso. ....................................................................................... 7
III. Argumentos de la Comisión Interamericana ................................................................... 8
IV. Defensa del Estado Colombiano: excepciones preliminares. .............................................. 9
V. Análisis de la Corte Interamericana: “Fondo” .................................................................... 9
VI. Medidas de reparación integral. .................................................................................... 11
VII. Reflexiones y consideraciones fáctico-jurídicas sobre el caso Petro Urrego. ..................... 11
VII.1. ¿Jueces penales deben sancionar faltas administrativas? ......................................... 11
VII.2. Violación al Principio de subsidiariedad en la sentencia Petro Urrego vs. Colombia. ... 13
VII.3 Implicaciones de la Interpretación literal o restrictiva del artículo 23 de la Convención
Americana de derechos humanos en la sentencia Petro Urrego VS. Colombia. .................... 16
a) Pérdida de investidura y juicio político. ..................................................................... 16
b) Colombia y sus compromisos derivados de la Convención de Naciones Unidas contra la
Corrupción y la Convención Interamericana contra la Corrupción. ...................................... 19
VIII. Principios de jurisdiccionalidad e imparcialidad. ........................................................... 22
IX. Propuesta para acatar la sentencia Petro Urrego vs Colombia.......................................... 24
X. Algunas consideraciones sobre el régimen disciplinario mexicano a la luz de la sentencia
Petro Urrego vs Colombia. ................................................................................................. 25
CONCLUSIONES ............................................................................................................... 29

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INTRODUCCIÓN

En el presente se comienza haciendo una semblanza sobre el estado colombiano en el sistema


interamericano, los instrumentos internacionales que integran el corpus iuris que sustenta la
competencia Contenciosa de la Corte Interamericana.
Se hace una síntesis de los aspectos más relevantes de la Sentencia Petro Urrego Vs.
Colombia.
Posteriormente se examinan el principio de subsidiariedad vs el principio de
complementariedad que invocó la Corte Interamericana en la Sentencia Petro Urrego vs.
Colombia, para desestimar la defensa del Estado Colombiano, cuestionando si la Corte se
apega al primer principio que es piedra angular del sistema.
Se examinan las Implicaciones de la Interpretación literal o restrictiva que hizo la Corte
Interamericana de derechos Humanos del artículo 23 del pacto de San José en la sentencia
Petro Urrego, enfatizando que ponen en duda algunas de las facultades otorgadas al Consejo
de Estado, al Senado, así como a la Procuraduría General de la Nación.
Se hace una revisión de los principios de jurisdiccionalidad e imparcialidad a la luz de los
compromisos internacionales en materia de Corrupción que asumió Colombia con naciones
Unidas y en la región interamericana.
Finalmente, se vierten consideraciones y propuestas para adecuar la estructura orgánica y las
competencias en los regímenes disciplinario colombiano y el mexicano a los principios de
imparcialidad, jurisdiccionalidad, y el debido proceso, a efecto de que las sanciones
administrativas de destitución e inhabitación se les otorgue el carácter de “penas” y sean los
jueces penales los que apliquen éstas, tratándose de servidores públicos electos
popularmente cuando incurran en la comisión de delitos por hechos de corrupción.

Getsemaní, Cartagena de Indias, Colombia. Street art. Arte. Murales. Murales del mundo.

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DESARROLLO

“El derecho perece menos veces por la violencia que por


la corrupción.” Henri Lacordaire.

I. Colombia en el Sistema Interamericano.

El Sistema Interamericano de Derechos Humanos o sistema regional de protección regional


de derechos humanos, surge como resultado del difícil escenario por el que estaba
transitando la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial, y se sentaron sus bases en
la reunión celebrada por los Estados Panamericanos durante la Conferencia Interamericana
sobre Problemas de la Paz y de la Guerra, celebrada entre febrero y marzo del año 1945 en la
Ciudad de México1 y se formalizo el 30 de abril de 1948 con la Carta de la OEA (Organización de
Estados Americanos) suscrita en Bogotá Colombia en la Novena Conferencia Internacional
Americana, la OEA es organismo que surge dentro del Sistema de Naciones Unidas (ONU):

Artículo 1 de la Carta de la OEA:

“Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos constituye un


organismo regional. La Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que
aquellas que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la
autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros.”2

De este modo, se tiene que el Sistema Interamericano se sustenta en 3 ejes:

a) Nace formalmente con el Tratado internacional conocido como Carta de la Organización


de los Estados Americanos (Carta de la OEA) del 30 de abril de 1948.

b) La Declaración Americana de deberes y Derechos del hombre del 30 de abril de 1948.

c) La Convención Americana de los Derechos Humanos o pacto de San José Costa Rica del 22
de noviembre de 1969, es a partir de ésta que inicia el reconocimiento de los derechos
humanos en la región.

1
Faúndez Ledesma, Héctor, El sistema interamericano de protección de los derechos humanos. Aspectos
institucionales y procesales; Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José Costa Rica, 2004.
pág. 31
2
Carta de la OEA 30 de abril 1948 suscrita en Colombia, Bogotá, Entrada en vigor el 13 de diciembre de
1951 conforme al Artículo 145, Serie sobre Tratados de Naciones Unidas, N.º 1609, Vol. 119,
http://www.oas.org/dil/esp/afrodescendientes_Manual_Formacion_Lideres_anexos.pdf

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Carta de la OEA

Declaración Convención
Americana de Americana de los
deberes y Derechos Humanos
Derechos del o pacto de San
hombre José Costa Rica

Estos 3 instrumentos internacionales son la base del Corpus iuris interamericano, y sirven para:

• Comprender la forma en que opera y se sustancian los procedimientos en el


Sistema Interamericano de Protección a los Derechos Humanos, y

• Analizar cualquier caso presentado ante la Corte Interamericana. (CIDH)

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con sede en Washington D.C. y la


Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José Costa Rica son los 2 órganos
encargados de vigilar la aplicación de los instrumentos para la protección de los derechos
humanos en el Sistema Interamericano integrado por los Estados miembros de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
Como se ha señalado, Colombia es miembro fundador y sede donde suscribió la Carta de la
OEA (Organización de los Estados Americanos) en 1948, y es uno de los Estados que ha
ratificado más instrumentos de protección a los derechos humanos.
La competencia de la Corte Interamericana existe respecto de los 35 miembros de la
Organización de Estados Americanos (OEA) entre los que figura Colombia, competencia
dirigida a conocer cualquier caso relativo a la interpretación y aplicación de las disposiciones
de la Convención Americana que le sea sometido, siempre que los Estados Partes en el caso
hayan reconocido o reconozcan dicha competencia, sea por declaración especial o por
convención especial según lo dispuesto en el artículo 62.1, 62..2 y 62.3 de la Convención
Americana o Pacto de San José Costa Rica.
El Estado colombiano ratificó la Convención Americana de los Derechos Humanos o Pacto de
San José Costa Rica el 31 de julio de 1973, y el 21 julio de 1985 Colombia presentó instrumento
donde aceptó la competencia Contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) por tiempo indefinido, bajo la condición de reciprocidad, y por hechos posteriores a la
aceptación de dicha competencia sobre casos relativos a la interpretación o aplicación de la
Convención Americana de Derechos Humanos, reservándose el derecho de hacer cesar la

3 Diagrama de elaboración propia EPOL.

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competencia contenciosa de la CIDH en el momento que el estado colombiano lo considere
oportuno y conveniente.4

En el Sistema Interamericano, los Estados miembros actualmente son:

II. Síntesis del procedimiento contencioso ante la Corte Interamericana sobre


el caso Gustavo Petro Urrego Vs. Colombia

II.1 Hechos.
• El 30 de octubre de 2011 el señor Gustavo Francisco Petro Urrego fue elegido como
Alcalde Mayor de Bogotá, D.C., cargo que ocupó entre el 1 de enero de 2012 y el 1 de
enero de 2016.

• Durante el primer año del mandato del señor Petro se estableció a través de diversos
contratos y decretos que la Empresa Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y

4
Reconocimiento de la competencia de la Comisión y la Corte interamericana de Derechos Humanos, en:
http://web.inmujeres.gob.mx/dgaf/normateca/Otros/dhinteramericano/hipertexto/4-2-3.htm
5
Recuperado de OEA. http://www.oas.org/es/estados_miembros/default.asp

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la empresa Aguas de Bogotá estuvieran encargada de la gestión y operación del
servicio público de aseo en la ciudad de Bogotá.

• El 14 de diciembre de 2012, días antes del vencimiento de los contratos entre la Unidad
Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) y las operadoras privadas que se
encontraban prestando el servicio público de aseo hasta ese momento, el señor Petro
expidió el

• Decreto 570, mediante el cual se decretó


un estado de prevención o alerta amarilla,
y se ordenaron medidas que incluyeron la
autorización del uso de vehículos
automotores tipo volquetas y la
implementación de un plan de
emergencia para el esquema transitorio
de prestación del servicio público de aseo.
A pesar de ello, los días 18, 19 y 20 de
diciembre de 2012, la ciudad de Bogotá 6

enfrentó una crisis de recolección de


basura, pues aproximadamente 5,841 toneladas de basura no fueron recogidas. Luego
de la crisis, los operadores privados continuaron prestando el servicio de aseo en
alrededor del 48% de la ciudad.

En virtud de estos hechos se inició una investigación disciplinaria por parte de la Procuraduría
y se levantaron cargos. El 9 de diciembre de 2013 se declaró responsable al señor Petro por las
siguientes faltas:

▪ la falta gravísima contenida en el numeral 31 del artículo 48 del Código Disciplinario


Único, consistente en “participar en la etapa precontractual o en la etapa contractual,
en detrimento del patrimonio público, o con desconocimiento de los principios que
regulan la contratación estatal y la función administrativa contemplados en la
Constitución y en la ley”;
▪ la falta gravísima contenida en el numeral 60 del artículo 48 del mismo código,
consistente en “ejercer las potestades que su empleo o función le concedan para una
finalidad distinta a la prevista en la norma otorgante”, y
▪ la falta gravísima contenida en el numeral 37 del artículo 48 del mismo código,
consistente en “proferir actos administrativos, por fuera del cumplimiento del deber,
con violación de las disposiciones constitucionales o legales referentes a la protección
(…) del medio ambiente”.
▪ El señor Petro fue sancionado con la pena de destitución de su cargo de alcalde de
Bogotá e inhabilidad general para ocupar cualquier cargo público por el término de 15
años.

El señor Petro presentó diversos recursos en contra de esta decisión. El 13 de enero de 2014 la
Sala Disciplinaria de la Procuraduría rechazó el recurso de recusación y confirmó la decisión

6
Imagen recuperada de: www.semana.com, Aseo en Bogotá: ¡Qué desastre! (semana.com), noticia del
20/12/2012.

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de 9 de diciembre de 2013. El 20 de marzo de 2014, el Presidente de la República dispuso la
destitución del señor Petro como Alcalde, la cual surtió efectos hasta el 23 de abril de 2014. El
señor Petro fue restituido en el cargo en virtud de una acción de tutela y del cumplimiento de
las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 18
de marzo de 2014. Paralelamente, la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de
Estado emitió el 13 de mayo de 2014 una resolución en la cual decretó la suspensión provisional
de los efectos de las decisiones sancionatorias de la Procuraduría.
El 15 de noviembre de 2017 el Consejo de Estado acogió la demanda y declaró la nulidad de las
sanciones disciplinarias de la Procuraduría, ordenando el pago de los salarios dejados de
percibir por el señor Petro mientras estuvo efectivamente separado de su cargo, ordenó la
desanotación de las sanciones impuestas, y exhortó al gobierno nacional, al Congreso de la
República, y a la Procuraduría a implementar reformas respecto a las facultades disciplinarias
de la Procuraduría.

El señor Petro fue objeto de tres sanciones adicionales:

• La primera sanción fue impuesta por la modificación del Plan de Ordenamiento


Territorial mediante Decreto 364, por lo cual fue sancionado disciplinariamente por
parte de la Procuraduría con doce meses de suspensión e inhabilidad por el mismo
término. Esta sanción fue impugnada y archivada por la propia Procuraduría en el año
2019.

• La segunda sanción fue impuesta por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC)


contra la UAESP, la EAAB y Aguas de Bogotá, por haber realizado acciones orientadas
a limitar la libre competencia en los términos del artículo 1 de la Ley 155 de 1959. En
virtud de esta decisión se le impuso una multa al señor Petro, la cual fue impugnada a
través de un medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho.

• La tercera sanción fue impuesta por la Contraloría de Bogotá, D.C. el 27 de junio de


2016 en contra del señor Petro y otras personas y compañías, por el detrimento
patrimonial causado por la rebaja generalizada de las tarifas del transporte urbano
masivo de pasajeros del Sistema Transmilenio.

II.2 Procedimiento Contencioso.

A. El 7 de agosto de 2018 la Comisión Interamericana turnó para su conocimiento a la


Corte interamericana de Derechos Humanos el caso “Gustavo Petro Urrego” contra la
República de Colombia, la litis versa sobre violaciones de derechos humanos
cometidas en el marco del proceso disciplinario que culminó con la destitución e
inhabilitación de Gustavo Francisco Petro como Alcalde Mayor de Bogotá., quien fue
electo para el cargo de alcalde para el periodo 2012-2016.
B. Sustanciado el procedimiento contencioso, el 8 de julio de 2020 la Corte
Interamericana de Derechos Humanos dictó sentencia mediante la cual declaró la
responsabilidad internacional del Estado de Colombia por las violaciones a diversos
derechos en perjuicio del señor Gustavo Francisco Petro Urrego; en particular:

• La Corte encontró que los derechos políticos del señor Gustavo Petro se vieron
vulnerados como consecuencia de la sanción disciplinaria de destitución como Alcalde

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Mayor de Bogotá D.C. y la inhabilitación por el término de 15 años para ocupar cargos
públicos, que le fue impuesta por la Procuraduría General de la Nación el 9 de diciembre
de 2013.

• Adicionalmente, el Tribunal concluyó que la vigencia de las normas que facultan a la


Procuraduría General de la Nación para imponer dichas sanciones a funcionarios
democráticamente electos –como fue el caso del señor Gustavo Petro- así como
aquellas que tienen el efecto práctico de producir una inhabilidad en el ejercicio de los
derechos políticos como resultado de una decisión de la Contraloría, “constituyen una
violación a la Convención Americana sobre Derechos Americana”

C. La Corte determinó que en el proceso disciplinario seguido contra del señor Gustavo
Petro por la sala disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación:

• Se violentó en perjuicio de Gustavo Petro el principio de jurisdiccionalidad,

• Se le violentó la garantía de imparcialidad,

• No se le respetó el principio de presunción de inocencia, y el derecho a la defensa.

D. La Corte concluyó que el Estado colombiano es responsable por la violación al artículo 23


de la Convención Americana en relación con los artículos 1.1 y 2 del mismo instrumento, y
por la violación a los artículos 8.1 y 8.2.d), en relación con el artículo 1.1 del mismo
instrumento.

III. Argumentos de la Comisión Interamericana7


El 25 de octubre de 2017 la Comisión emitió el Informe de Fondo No.130/17, en el que llegó a
conclusiones y formuló recomendaciones al Estado Colombiano con base en lo establecido en
el artículo 23 de la Convención Americana:

“…el artículo 23.2, de la Convención Americana estipula que el ejercicio de los derechos
políticos puede ser reglamentado “exclusivamente por razones de edad, nacionalidad,
residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o metal, o condena, por juez competente, en
proceso penal”.

Con base en el precepto citado, la Comisión interamericana consideró que el Estado


colombiano:

• Transgredió el artículo 23 de la Convención que reconoce y protege la participación


política a través del derecho al sufragio activo,
• Transgredió el artículo 23 de la Convención que reconoce el derecho al sufragio pasivo,
entendido este como el de postularse para un cargo de elección popular,
• Actuó en contra de una regulación electoral adecuada que garantice el ejercicio de
esos derechos sin exclusiones o limitaciones arbitrarias o discriminatorias.

7 Informe de Fondo, No.130/17, http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/corte/2018/13044FondoEs.pdf

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• No observó que el derecho a ser elegido a un cargo de elección popular, así como a
completar el respectivo mandato, son atributos esenciales que integran los derechos
políticos,
• Que las restricciones a dicho derecho deben estar encaminadas a proteger bienes
jurídicos fundamentales, por lo que deben ser analizadas cuidadosamente y bajo un
escrutinio riguroso,
• De esta manera, una restricción arbitraria de los derechos políticos que impacte en el
derecho de una persona a ser elegida popularmente y a completar su mandato, no
afecta solo los derechos políticos de la persona en cuestión, que existe una dimensión
colectiva de dichos derechos y, por tanto, incide en el derecho de los electores.

IV. Defensa del Estado Colombiano: excepciones preliminares.

• El Estado colombiano no presentó observaciones en la etapa de fondo8.

• El Estado presentó cuatro excepciones preliminares, las cuales fueron rechazadas por
el Tribunal. Respecto a la alegada falta de agotamiento de los recursos internos, la
Corte consideró que esta excepción no fue alegada en el momento procesal oportuno
y por lo tanto operó el principio de preclusión procesal.

• Respecto de los alegatos del Estado sobre la falta de competencia para realizar un
control de convencionalidad en abstracto sobre normas del ordenamiento jurídico
colombiano, la falta de fundamento de los alegatos respecto al artículo 5 de la
Convención Americana, y la exposición de hechos que no caracterizan una violación a
dicho instrumento, el Tribunal resolvió que dichos alegatos no se referían a cuestiones
de admisibilidad sino del fondo de la controversia.

V. Análisis de la Corte Interamericana: “Fondo”

El análisis del presente caso fue realizado en el siguiente orden: 1) la alegada violación a los
derechos políticos; 2) la alegada violación a las garantías judiciales y la protección judicial, y
3) la alegada violación al derecho a la integridad personal.

1)Derechos políticos La Corte concluyó que los derechos políticos del señor Petro se vieron
afectados por la sanción de destitución e inhabilitación impuesta por la Procuraduría el 9 de
diciembre de 2013 y que fue confirmada el 13 de enero de 2014. El Tribunal reiteró su
precedente en el caso López Mendoza Vs. Venezuela respecto que el artículo 23 de la
Convención no permite que un órgano administrativo pueda aplicar una sanción que implique
una restricción a los derechos políticos de un funcionario público democráticamente electo, y
encontró que si bien el Consejo de Estado declaró la nulidad de la sanción de la Procuraduría,
ordenó el pago de salarios dejados de percibir, y ordenó la desanotación de las sanciones

8 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, Informe N.º 130/17, Caso N.º 13.044 Fondo,
Gustavo Francisco Petro Urrego. Colombia. 25 de octubre de 2017, págs. 6 y 7, disponible en:
https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/corte/2018/13044FondoEs.pdf

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impuestas, mediante sentencia de 15 de noviembre de 2017, dicha decisión no reparó
integralmente el hecho ilícito que constituyó la violación del derecho al ejercicio de una
función de elección popular del señor Petro. Esto es así toda vez que a) el mandato del señor
Petro fue interrumpido mientras estuvo separado de su cargo en virtud de la decisión de la
Procuraduría, lo cual también afectó los derechos de aquellas personas que lo eligieron y el
principio democrático, y b) no se han modificado las normas que permitieron la imposición de
dichas sanciones. Adicionalmente, la Corte concluyó que la vigencia de los artículos 44 y 45
del Código Disciplinario Único, los cuales facultan a la Procuraduría a imponer sanciones de
inhabilitación o destitución de funcionarios democráticamente electos, así como los artículos
60 de la Ley 610 y 38 del Código Disciplinario Único, los cuales pueden tener el efecto práctico
de producir una inhabilidad en virtud de una sanción de la Contraloría, y el artículo 5 de la Ley
1864 de 2017, que establece el tipo penal de “elección ilícita de candidatos” constituyen un
incumplimiento del deber de adoptar disposiciones de derecho interno.

2) Derechos a las garantías judiciales. La Corte concluyó que el proceso disciplinario seguido
contra el señor Petro no respetó la garantía de la imparcialidad ni el principio de presunción
de inocencia, pues el diseño del proceso implicó que la Sala Disciplinaria fuera la encargada de
emitir el pliego de cargos y al mismo tiempo juzgar sobre la procedencia de los mismos,
concentrando así las facultades investigativas, acusatorias y sancionatorias. El Tribunal
advirtió que la concentración de las facultades investigativas y sancionadoras en una misma
entidad, característica común en los procesos administrativos disciplinarios, no es sí misma
incompatible con el artículo 8.1 de la Convención, siempre que dichas atribuciones recaigan
en distintas instancias o dependencias de la entidad de que se trate, cuya composición varíe
de manera que tal que los funcionarios que resuelvan sobre los méritos de los cargos
formulados sean diferentes a quienes hayan formulado la acusación disciplinaria y no estén
subordinados a estos últimos. Por otro lado, la Corte estimó que la falta de imparcialidad
afectó transversalmente el proceso, tornando en ilusorio el derecho de defensa del señor
Petro. Además, el Tribunal concluyó que en el caso existió una violación al principio de
jurisdiccionalidad, puesto que la sanción contra el señor Petro fue ordenada por una autoridad
de naturaleza administrativa y no por un juez competente. Por otro lado, el Tribunal no contó
con elementos probatorios suficientes que acreditaran que las acciones de la Procuraduría
respondieran a una motivación discriminatoria y constituyeran una desviación de poder.

3) Derecho a la integridad personal. La Corte recordó que la mera amenaza de que ocurra una
conducta prohibida por el artículo 5 de la Convención, cuando sea suficientemente real e
inminente, puede en sí misma estar en conflicto con el derecho a la integridad personal.
Asimismo, señaló que crear una situación amenazante o amenazar a un individuo con quitarle
la vida puede constituir, en algunas circunstancias, al menos, tratamiento inhumano. Sin
embargo, consideró que en el caso no había sido acreditada la participación estatal -ya sea de
manera directa o por aquiescencia- en las supuestas amenazas que el señor Petro recibió
después de que le fueran impuestas las sanciones disciplinarias de la Procuraduría. Concluyó
que tampoco es posible establecer un nexo causal entre la imposición de la sanción
disciplinaria de 9 de diciembre de 2013 y las reacciones presuntamente amenazantes que dicha
sanción pudo haber generado en redes sociales por parte de terceros. Adicionalmente,
advirtió que no existen elementos que demuestren que las sanciones impuestas por la
Contraloría o la SIC hayan generado una angustia tal que constituya una violación a su derecho
a la integridad personal.

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VI. Medidas de reparación integral.

La Corte determinó las siguientes medidas de reparación integral:

A. Satisfacción: 1) publicar el resumen oficial de la Sentencia una sola vez en el Diario Oficial y
en otro diario de circulación nacional, y 2) publicar la Sentencia en su integridad en el sitio web
oficial de la Procuraduría General de la Nación.
B. Garantías de no repetición: adecuar su ordenamiento interno de acuerdo a lo señalado en la
Sentencia, de forma tal que los funcionarios de elección popular no puedan ser destituidos ni
inhabilitados por decisiones de autoridades administrativas.
Indemnizaciones Compensatorias: 1) pagar las sumas monetarias fijadas en la Sentencia por los
conceptos relativos al daño inmaterial, y 2) el reintegro de gastos y costas.

VII. Reflexiones y consideraciones fáctico-jurídicas sobre el caso Petro


Urrego.9

Se puede afirmar que la Constitución Política colombiana de 1991 y la Constitución mexicana


de 1917 a la luz de la interpretación literal o estricta que hace la CIDH del artículo 23 de la
Convención Americana en la Sentencia Petro Urrego Vs Colombia, no se ajustan en sus textos a
la indicada Convención Americana sobre Derechos Humanos al otorgar facultades a órganos
administrativos para imponer sanciones a servidores públicos electos popularmente.

En un Estado democrático, participativo y pluralista promovido por la Carta de la OEA que


pertenece al sistema de Naciones Unidas ONU donde se suscribió la Convención de Viena de
196910 se permiten las diferentes interpretaciones además de la “literal o restrictiva“ del
artículo 23 de la Convención Americana que hizo la Corte Interamericana en el “Caso Petro”, en
esta tesitura considero que la interpretación sistemática y teleológica del articulo 23 resulta la
más conveniente junto con el principio de subsidiariedad que es la piedra angular del sistema
interamericano.

VII.1. ¿Jueces penales deben sancionar faltas administrativas?

El presente apartado tomo como base el voto disidente en cuanto al punto 5 del resolutorio
del juez Eugenio Raúl Zaffaroni11

9 Edith Patricia Ortega Languren.


10
Articulos 31 y 32 de la Convención de Viena para la celebración de Tratados, que disponen que un tratado
deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del
tratado en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin, en tanto que el numeral 32 permite
acudir a medios de interpretación complementarios cuando la interpretación dada de conformidad con el
artículo 31: a) deje ambiguo u oscuro el sentido; o b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o
irrazonable.
11
Véase anexo de la sentencia Petro Urrego vs Colombia, voto disidente en cuanto al punto 5 del
resolutorio del juez Eugenio Raúl Zaffaroni

Página | 11
La interpretación literal o restrictiva del artículo 23 de la Convención en la sentencia Petro
Urrego vs Colombia, implica dotar de competencia a los jueces penales para sancionar las faltas
administrativas graves y gravísimas que cometan los funcionarios electos popularmente,
competencia que resulta incongruente con la esencia, finalidad y objeto del derecho penal, el cual
si bien, comparte con el derecho administrativo sancionador que ambos se derivan del “ius
puniendi estatal”, poseen particularidades:

Diferencias entre derecho penal y derecho administrativo sancionador12


Derecho administrativo
Derecho penal
sancionador

Se dirige a proteger bienes juridicos


Se dirige a proteger el correcto ejercicio
elementales: preservar la vida, la libertad,
de la función pública y la debida
el patrimonio y seguridad de los
prestación de los servicios públicos.
ciudadanos

ius puniendi estatal ius puniendi estatal13


sanciona de los individuos que se
Es la última ratio de estado
encuentran en una relación de sujeción
Es decir, interviene cuando las demás
especial15 como agentes del Estado en el
ramas del orden jurídico han agotado su
cumplimiento de sus fines y cuyas
protección, quedando como única opción
acciones u omisiones puede poner en
para resolver un conflicto la aplicación de
riesgo o afectar el ejercicio de la función
sanciones privativas de libertas en atención
pública y la prestación de los servicios
al principio de legalidad y a la peligrosidad
públicos.
de la conducta que lesiona el bien jurídico
protegido.14
Se aplica por el organo al que está
Solo se aplica por un juez penal en un
adscrito el servidor público mediante
procedimiento judicial.
procedimiento administrativo
tratándose de faltas leves o no graves y
“castiga faltas administrativas”
“castiga delitos”
Impone sanciones pecuniarias y
impone pena privativa de libertad y
relacionadas con el ejercicio del cargo o
pecuniaria.
empleo público.

12Tabla de contenido de elaboración propia, EPOL.


13Véase, Crespo, Alfredo, “El dolo y sus implicaciones en el derecho disciplinario” en: Vis Iuris. Revista de
derecho y ciencias sociales, https://revistas.usergioarboleda.edu.co/index.php/visiuris/article/view/1156

14 https://www.revistajuridicaonline.com/2005/01/separacion-entre-derecho-penal-y-derecho-
administrativo-sancionador/
15 Véase Ruíz Esparza, Alberto Gándara, “Derecho Disciplinario Mexicano, Nuevo Sistema Nacional

Anticorrupción”, editorial Porrúa, Segunda edición, México, 2017, pág. 42

Página | 12
Acorde con lo expuesto, la interpretación restrictiva o literal del artículo 23 que hizo la Corte,
sin atender al artículo 29 inciso b) que permite a las leyes nacionales fijar límites a los derechos
consagrados en la Convención, siempre que lo hagan para atender fines previstos en otra
Convención en que sea parte el Estado, situación que acontece en el caso colombiano, en
virtud de los compromisos internacionales que asumió en la Convención de Naciones Unidas
contra la Corrupción y la Convención Interamericana contra la corrupción y que explican el
diseño y facultades de la Procuraduría General de la Nación (tema que se aborda en el apartado
VII.3 inciso B), permite señalar que en vista de las diferencias y finalidades del derecho penal y el
admnsitrativo sancionador expuestas:

“Para dar cumplimiento a la Sentencia Petro Urrego Vs Colombia se hace necesario una
reforma legislativa para que las sanciones de destitución e inhabilitación se establezcan como
“penas” en el Código Penal Colombiano, para aplicarse exclusivamente cuando la conducta del
funcionario consista en la comisión de un delito, a efecto de que se fije la competencia de los
jueces penales en acotamiento al fallo de la Corte Interamericana” (esta propuesta se desarrolla
de manera más precisa en el apartado VIII de este trabajo.)

VII.2. Violación al Principio de subsidiariedad en la sentencia Petro Urrego vs.


Colombia.

El desarrollo de los principios bajo la comprensión que se tiene de éstos en del Estado
constitucional contemporáneo donde el legislador y todas las autoridades nacionales e
internacionales están obligado a observarlos ha sido producto de una evolución histórica-
juridica del positivismo rígido que postulaba la plenitud y suficiencia de la ley vigente en un
estado hacia una visión normativa-axiológica. Expositores post-positivitas como Dworkin,
Ruiz Manero, Atienza entre otros, acuden a la categoría de principio jurídico concibiéndolo
como un puente o bisagra, que en palabras de Robert Alexy “articula la práctica justificativa
del derecho con la de la moral”16
Alexy refiere que los principios son mandatos de optimización que están caracterizados por
el hecho de que pueden ser cumplidos en diferente grado y que su cumplimiento no sólo
depende de las posibilidades reales, sino también de las jurídicas, éste cumplimiento, según
Alexy se logra a partir del principio de proporcionalidad que cumple con la función de optimizar
las posibilidades jurídicas de realización con apoyo en con sus tres subprincipios de idoneidad,
necesidad y proporcionalidad en sentido estricto.17
En el apartado B.1.2.1. de la Sentencia Petro Urrego Vs Colombia, la Corte interamericana se
refiere a la aplicación del “principio de complementariedad” desestimando la defensa del Estado

16
Lozada, Prado Ali, “Postpositivismo de la optimización: sobre el concepto de principio jurídico de Robert
Alexy”, Revistas-DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, Número 39, Universidad de Alicante,
España, 2016, p. 228, en https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/60163/6/Doxa_39_12.pdf.
17 Robert Alexy, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, en Chacón Lemus Mauro, “La Ponderación de

principios constitucionales”, Universidad Rafael Landívar y Universidad Unibertsitatea, Guatemala,


septiembre 2013, página.8, en https://www.ehu.eus/documents/3012743/4523265/Chacon-Lemus-Mauro-
Salvador.pdf

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Colombiano al referir que los efectos de la sanción de destitución e inhabilitación del Señor
Petro quedaron suspendidos mientras la demanda de nulidad fallada por el Consejo de Estado
suspendió los efectos de las cometidas contra el señor Petro permitiéndole concluir su
mandato como Alcalde de Bogotá, hasta que se dictó el fallo que 15 de noviembre de 2017 a
través del cual el Consejo de Estado reparó las violaciones “expulsó del mundo jurídico los
actos administrativos sancionarios expedidos por la Procuraduría, por lo que el señor Petro
pudo ejercer sus derechos políticos y gozó de todas las garantías para participar en elecciones
posteriores.”18
La Corte desestimó lo antes señalado por el Estado Colombiano, indicado que, si una cuestión
ha sido resuelta en el orden interno, según las cláusulas de la Convención, no es necesario traerla
ante el Tribunal Interamericano para su aprobación o confirmación. Lo anterior se asienta en el
principio de complementariedad, que informa transversalmente el sistema interamericano de
derechos humanos, el cual es, como lo expresa el Preámbulo de la Convención Americana,
“coadyuvante o complementario de la [protección] que ofrece el derecho interno de los
Estados americanos.” La Corte concluye señalando que el referido carácter
“complementario” de la jurisdicción internacional significa que “el sistema de protección
instaurado por la Convención Americana no sustituye a las jurisdicciones nacionales, sino que las
complementa”19
Se debe tener presente que el “principio de subsidiariedad” es la piedra angular del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, “este principio obliga a que las autoridades nacionales
conozcan los casos, antes de que sean conocidos por una instancia internacional”, no es una
posibilidad, sino una obligación atribuible a la soberanía de los Estados.
Según Martínez-Villalba el principio de subsidiariedad en su aspecto positivo, implica que “las
autoridades superiores tienen el deber de respeto, protección y promoción de la autonomía del
ente inferior” dándose la prioridad de iniciativa a las personas y entidades menores en la toma
de decisiones y ejecución de acciones del ente inferior.
Es preciso señalar que la subsidiariedad tiene cinco requisitos:
▪ Que existan dos sujetos realmente distintos, con autonomía propia.
▪ Que un sujeto sea superior a otro según algún tipo de potestad jurídica, pública, esto
resulta indispensable porque “el núcleo duro del principio de subsidiariedad implica una
incompetencia del poder superior para intervenir sobre el ente inferior.”
▪ Que el inferior sea anterior al superior: familia frente a las sociedades intermedias, las
sociedades intermedias frente al estado, el estado frente a la comunidad de naciones,
etc.
▪ Que el sujeto inferior tenga unas competencias y fines propios anteriores al ente superior,
y que éste debe respetar.
▪ Que el sujeto inferior pueda alcanzar sus fines con sus propios medios y esfuerzos, y en
caso de no tener los recursos para lograrlo procede la intervención del ente superior,

18Sentencia del 8 de julio de 2020, Petro Urrego vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, dictada por la Corte Interamericana de derechos humanos, páginas 37
19 Sentencia Petro Urrego vs. Colombia, óp. cit. página 38

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tal como los orfanatos solo son razonables cuando faltan los padres, o cuando ellos no
pueden cumplir de una manera mínima con su labor.20
En este sentido, considero que la defensa del
Estado Colombiano no se apoyó en el principio
de subsidiariedad, y la Corte Interamericana
violentó este principio en la sentencia del
caso Petro Urrego, pues como señala
Martínez Villalba el ente inferior tiene
autonomía, es anterior al superior, tiene que
alcanzar sus fines con sus propios medios, y
22
solo en el caso de no tener los recursos para
Magistrados del Consejo de Estado Colombiano
lograrlo y cumplir de mínimamente procede
la intervención del ente superior., la transgresión al principio de subsidiariedad es visible en
el apartado “B.1.2. Análisis del caso concreto”, numeral 108 de la Sentencia en el que la CIDH
reconoce:
108. ” …la Corte considera que la decisión del Consejo de Estado constituyó un adecuado y
oportuno control de convencionalidad de las sanciones de destitución e inhabilitación impuestas
en contra del señor Petro por parte de la Procuraduría, en tanto cesó y reparó las violaciones a
los derechos políticos que ocurrieron en perjuicio del señor Petro como resultado de dichas
sanciones, el Consejo de Estado tomó debida consideración de los estándares desarrollados por
este Tribunal en relación con los límites a las restricciones permitidas por el artículo 23.2 de la
Convención, para así garantizar adecuadamente los derechos políticos del señor Petro al: a)
declarar la nulidad de dicha sanción; b) ordenar el pago de los salarios dejados de percibir por el
tiempo separado de su cargo; c) ordenar la desanotación de las sanciones impuestas; y d)
exhortar al gobierno a realizar las reformas dirigidas a lograr la compatibilidad de las facultades
del Procurador con el artículo 23 de la Convención Americana.”21
Es decir, la Corte Interamericana reconoce que el estado colombiano alcanzó los fines relativos a
la protección de los derechos del señor Petro Urrego con sus propios medios a los que califica
como: “adecuado y oportuno control de convencionalidad que hizo el Consejo de Estado
colombiano, que sirvió para reparar y hacer cesar las violaciones a los derechos políticos del señor
Petro” es decir, el tema ya había sido resuelto internamente, y no había lugar para
pronunciarse sobre el asunto de nueva cuenta por parte de la Corte Interamericana.

20
Martínez-Villalba, Juan Carlos Riofrio, “Evolución, alcancé y límites del principio de subsidiariedad”,
Derecho, economía-estudios Institucionales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Centro de
Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, 2019. P.333 y ss.
21
Sentencia del 8 de julio de 2020, caso Petro Urrego vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, dictada por la Corte Interamericana de derechos humanos, pagina 42.
22 Foto de los magistrados del Consejo de Estado Colombiano tomada de: Consejo de Estado dejó en

firme fallo a favor de Gobernador de Caldas | RCN Radio

Página | 15
VII.3 Implicaciones de la Interpretación literal o restrictiva del artículo 23 de la
Convención Americana de derechos humanos en la sentencia Petro Urrego VS.
Colombia.

a) Pérdida de investidura y juicio político.


En la sentencia Petro Urrego vs Colombia la Corte Interamericana hace una interpretación
literal o restrictiva, en el “apartado B Consideraciones de la Corte” al señalar que solo la justicia
penal puede destituir e inhabilitar a funcionarios electos por voto popular:
“La Corte reitera que el artículo 23.2 de la Convención Americana es claro en el sentido de que
dicho instrumento no permite que órgano administrativo alguno pueda aplicar una sanción
que implique una restricción (por ejemplo, imponer una pena de inhabilitación o destitución)
a una persona por su inconducta social (en el ejercicio de la función pública o fuera de ella)
para el ejercicio de los derechos políticos a elegir y ser elegido: sólo puede serlo por acto
jurisdiccional (sentencia) del juez competente en el correspondiente proceso penal. El Tribunal
considera que la interpretación literal de este precepto permite arribar a esta conclusión, pues
tanto la destitución como la inhabilitación son restricciones a los derechos políticos, no sólo de
aquellos funcionarios públicos elegidos popularmente, sino también de sus electores.”23
Considero que esta interpretación literal o restrictiva del artículo 23 de la Convención realizada
por la Corte interamericana, pone en tela de duda una de las herramientas más efectivas que
tiene el Estado Colombiano para la lucha contra la corrupción, me refiero al procedimiento
instruido ante del Consejo de Estado para la pérdida de la investidura de los Congresistas que
también ejercen su cargo en virtud del sufragio popular.

El artículo 184 de la Constitución Política colombiana dispone:


“La pérdida de la investidura será decretada por el Consejo de Estado de
acuerdo con la ley y en un término no mayor de veinte días hábiles, contados
a partir de la fecha de la solicitud formulada por la mesa directiva de la
cámara correspondiente o por cualquier ciudadano.”

Así mismo, el artículo 237 de la citada Constitución en su numeral 5, señala


como atribuciones del Consejo de Estado:
5. Conocer de los casos sobre pérdida de la investidura de los congresistas, de
conformidad con esta Constitución y la ley.”

24

23 Sentencia del 8 de julio de 2020, caso Petro Urrego vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, dictada por la Corte Interamericana de derechos humanos, pagina 35.
24 Diagrama de elaboración propia EPOL.

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Como se observa, el Consejo de Estado, no es un tribunal de enjuiciamiento penal, es el
encargado de la Jurisdicción contencioso administrativa en términos de lo ordenado en los
artículos 236, 237 y 238 de la Constitución Política colombiana y está facultado por la
Constitución para decretar la pérdida de la investidura de los Congresistas colombianos que
ejercen su cargo en virtud del sufragio popular.
La misma situación acontece si examinamos el artículo 174 y 175 de la Constitución Política
colombiana a la luz de la interpretación literal o restrictiva del artículo 23 de la Convención
Americana realizada por la Corte en la sentencia Petro Urrego Vs Colombia.
Los mencionados artículos 174 y 175 de la Constitución colombiana al igual que la Constitución
Política mexicana en su artículo 76 fracción VII y 110 párrafo tercero25 otorgan facultades al
Congreso (integrado por Cámara de Representantes y Senado en el caso de Colombia, por
diputados y Senadores en el caso de México) para sancionar con destitución a los funcionarios
electos popularmente, en el caso mexicano pueden ser sujetos a juicio político y ser destituidos
e inhabilitados en términos del 110 párrafo tercero: los senadores y diputados al Congreso de
la Unión, los gobernadores de los estados y los Diputados locales por violaciones graves a la
Constitución, a las leyes federales que de ella emanen, así como por el manejo indebido de
fondos y recursos federales.26
En el caso de Colombia la Constitución Política faculta el Senado para sancionar con destitución
solamente al Presidente de la Republica que es electo por voto popular:

25 Estos establecen la facultad del Senado mexicano de erigirse en Jurado de sentencia para conocer en
juicio político de las faltas u omisiones que cometan los servidores públicos y que redunden en perjuicio
de los intereses públicos fundamentales y de su buen despacho, en el 110 se establece que las sanciones
consistirán en la destitución del servidor público y en su inhabilitación para desempeñar funciones,
empleos, cargos o comisiones de cualquier naturaleza en el servicio público.
26Véase Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_110321.pdf

Página | 17
Artículo 174.
Corresponde al Senado conocer de las acusaciones que formule la
Cámara de Representantes contra el Presidente de la República o quien
haga sus veces; contra los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia,
del Consejo de Estado y de la Corte Constitucional, los miembros del
Consejo Superior de la Judicatura y el Fiscal General de la Nación, aunque
hubieren cesado en el ejercicio de sus cargos. En este caso, conocerá por
hechos u omisiones ocurridos en el desempeño de los mismos.

. Artículo175 . En los juicios que se sigan ante el Senado, se observarán


estas reglas:
2. Si la acusación se refiere a delitos cometidos en ejercicio de funciones,
o a indignidad por mala conducta, el Senado no podrá imponer otra pena
que la de destitución del empleo, o la privación temporal o perdida
absoluta de los derechos políticos; pero al reo se le seguirá juicio criminal
ante la Corte Suprema de Justicia, si los hechos lo constituyen
responsable de infracción que merezca otra pena.

27

Como lo he indicado en el apartado anterior, una interpretación excluyente o univoca de los


preceptos de la Convención Americana es contraria al modelo de Estado democrático,
participativo y pluralista promovido por la Carta de la OEA adscrita a Naciones Unidas (ONU),
sistema en donde se suscribió la Convención de Viena de 1969 sobre el derecho de los Tratados
que, si bien en su artículo 26 prevé la “pacta sunt servanda”, lo cierto es que permite diferentes
interpretaciones además de la “literal o restrictiva“ como la que hizo la Corte Interamericana
en el “Caso Petro Urrego” sobre el artículo 23 de la Convención Americana.

En esta tesitura, los articulos 31 y 32 de la Convención de Viena28 disponen que:

Sección tercera. Interpretación de los tratados.


• Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya
de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos (artículo 31)
• Teniendo en cuenta su objeto y fin (artículo 31)
• El numeral 32 permite acudir a medios de interpretación complementarios cuando
la interpretación dada de conformidad con el artículo 31:
a) deje ambiguo u oscuro el sentido;
b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo
. o irrazonable.

27
Diagrama de elaboración propia EPOL.
28 Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, 23 mayo 1969 en: Convención de Viena sobre
Tratados.doc (oas.org)

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De lo expuesto, considero que la sentencia Petro Urrego vs Colombia contiene una
interpretación literal de artículo 23 de la Convención Americana que conlleva a descalificar y
considerar inconvencionales las sanciones de pérdida de la investidura y juicio político por ser
impuestas contra funcionarios electos popularmente por la jurisdicción contenciosa
administrativa y por el senado colombiano respectivamente, y no por un juez penal , lo que
resulta incongruente pues los jueces penales “solo son competentes para castigar delitos”,
implicaría como señalé en el apartado A dotar de competencia a los jueces penales para
sancionar las faltas administrativas graves y gravísimas que cometan los funcionarios electos
popularmente, competencia que resulta incongruente con la esencia, finalidad y objeto del
derecho penal.

b) Colombia y sus compromisos derivados de la Convención de Naciones Unidas


contra la Corrupción y la Convención Interamericana contra la Corrupción.

Considero que si en la Sentencia Petro Urrego vs Colombia la Corte optase por una
interpretación sistemática y teleológica del artículo 23 en relación con el 29 inciso b)29 y el 8.1 de
la Convención Americana, (interpretación que resulta la más apegada a la Convención de Viena
y a la Carta de la OEA30) no exigiría que los funcionarios políticos electos popularmente sean
sancionados exclusivamente por juez penal tratándose de faltas administrativas graves o
gravísimas como en el caso de Gustavo Petro, cuyas sanciones fueron impuestas por la sala
disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación por faltas gravísimas.

En una interpretación sistemática y teleológica del artículo 23 con el artículo 29 inciso b) de la


Convención Americana, “que permite (este último precepto) a las leyes nacionales fijar límites
a los derechos consagrados en la Convención, siempre que lo hagan para atender fines previstos
en otra Convención en que sea parte el Estado”31

En el caso de Colombia, acontece que su diseño constitucional otorga facultades a diversos


órganos del Estado para sancionar a funcionarios electos popularmente, con miras a combatir el
fenómeno de la corrupción, en virtud de los compromisos internacionales asumidos por el estado
colombiano en la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción32 y la Convención
Interamericana contra la Corrupción 33

29 Artículo 29 de la Convención Americana, ninguna disposición de la presente Convención puede ser


interpretada en el sentido de: inciso b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda
estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra
convención en que sea parte uno de dichos Estados.
30 Adscrita al sistema de Naciones Unidas ONU, articulo 1 de la Carta de la Organización de Estados

Americanos.
31 Véase: Villalba Cuéllar, Juan Carlos, González Serrano, Andrés, “Reflexiones sobre el Caso Petro”,

Prolegómenos: Derecho y Valores, 2014, XVII (34), paginas 9-12, ISSN: 0121-182X. Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87633272001
32
Conocida como convención de Mérida porque en esa entidad del estado mexicano se presentó dicha
Convención contra la Corrupción en 2004.
33 Firmada en marzo de 1996 por Colombia, OEASAJ Departamento de Derecho Internacional Tratados

Multilaterales Interamericanos (oas.org)

Página | 19
En el caso de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, Colombia se
comprometió en términos de lo ordenado en el artículo 6, Numeral 2 a crear un Órgano
u órganos de prevención de la corrupción:
(…)
2. Cada Estado Parte otorgará al órgano o a los órganos mencionados en el párrafo
1 del presente artículo la “independencia necesaria” de conformidad con los
principios fundamentales de su ordenamiento jurídico, para que puedan
desempeñar sus funciones de manera eficaz y sin ninguna influencia indebida.”

El Artículo 8, numeral 6 de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción,


dispone:
(…)
6. Cada Estado Parte considerará la posibilidad de adoptar, de conformidad con los
principios fundamentales de su derecho interno, medidas disciplinarias o de otra
índole contra todo funcionario público que transgreda los códigos o normas
establecidos de conformidad con el presente artículo.”

Así mismo el articulo 30 en su numeral 8, prevé que la penalización de los delitos por
corrupción señalada en numeral 1 de dicho artículo “no menoscabará el ejercicio de
facultades disciplinarias por los organismos competentes contra empleados públicos”

El texto de la Convención Interamericana contra la Corrupción establece:

Artículo II Los propósitos de la presente Convención son:

1. Promover y fortalecer el desarrollo, por cada uno de los Estados Partes, de los
mecanismos necesarios para prevenir, detectar, sancionar y erradicar la
corrupción;

Artículo III. Medidas preventivas.

Para los fines expuestos en el Artículo II de esta Convención los Estados Partes convienen en
considerar la aplicabilidad de medidas, dentro de sus propios sistemas institucionales,
destinadas a crear, mantener y fortalecer:

(…)
9. Órganos de control superior, con el fin de desarrollar mecanismos modernos para
prevenir, detectar, sancionar y erradicar las prácticas corruptas.

En atención a los preceptos de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción y la


Convención Interamericana contra la Corrupción, Colombia en su diseño constitucional otorga
facultades a diversos órganos del Estado para sancionar a funcionarios electos popularmente,
con miras a combatir el fenómeno de la corrupción, tales como el Consejo de Estado, el Senado
(que sancionan con pérdida de la investidura y juicio político, analizados en el apartado C.1), y
desde luego, la Procuraduría General de la Nación que sancionó a Gustavo Petro Urrego, y que
es un organo constitucional autónomo, según lo dispone el artículo 6, numeral 2 de la
Página | 20
Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, y el artículo III numeral 9 de la
Convención Interamericana contra la Corrupción, que establece la obligación para los estados
miembros de crear un organo con la independencia necesaria y sin influencia para el desempeño
de sus funciones relativas al combate de la corrupción.

34

En esta tesitura, la Procuraduría General de la Nación que sancionó a Gustavo Petro:

• Es un organo constitucional autónomo y en términos del artículo 242 de la


Constitución debe intervenir en todos los procesos sustanciados ante la Corte
Constitucional,

• Está facultada para vigilar el cumplimiento de la Constitución, las leyes, las decisiones
judiciales y los actos administrativos (artículo 277 numeral 1 de la Constitución
colombiana)

• Tiene el deber de Velar por el ejercicio diligente y eficiente de las funciones


administrativas. (artículo 277 numeral 5 de la Constitución colombiana)

• Está facultada para Ejercer vigilancia superior de la conducta oficial de quienes


desempeñen funciones públicas, inclusive las de elección popular; ejercer
preferentemente el poder disciplinario; adelantar las investigaciones correspondientes e
imponer las respectivas sanciones conforme a la ley. (artículo 277 numeral 6 de la
Constitución colombiana)

34Imagen recuperada de Convención Interamericana contra la Corrupción, Cuarta Ronda Países


Evaluadores, pagina 3 de 63, Publicada por Lucio Ramírez en: slideplayer.es

Página | 21
• Desvincular del cargo, previa audiencia y mediante decisión motivada, al funcionario
público que incurra en alguna de las siguientes faltas: infringir de manera manifiesta la
Constitución o la ley; derivar evidente e indebido provecho patrimonial en el ejercicio de
su cargo o de sus funciones; obstaculizar, en forma grave, las investigaciones que
realice la Procuraduría o una autoridad administrativa o jurisdiccional; obrar con
manifiesta negligencia en la investigación y sanción de las faltas disciplinarias de los
empleados de su dependencia, o en la denuncia de los hechos punibles de que tenga
conocimiento en razón del ejercicio de su cargo. (artículo 278 numeral 1 de la
Constitución colombiana)

Con base en lo expuesto, en atención a la interpretación restrictiva o literal del artículo 23 que
hizo la Corte sin atender al artículo 29 inciso b) que permite a las leyes nacionales fijar límites a
los derechos consagrados en la Convención, siempre que lo hagan para atender fines previstos
en otra Convención en que sea parte el Estado, situación que acontece en el caso colombiano,
a fin de dar cumplimiento a la Sentencia Petro Urrego Vs Colombia se hace necesario una
reforma legislativa para que las sanciones de destitución e inhabilitación se establezcan como
“penas” en el Código Penal Colombiano, para aplicarse exclusivamente cuando la conducta del
funcionario consista en la comisión de un delito a efecto de que se fije la competencia de los
jueces penales en acotamiento al fallo de la Corte Interamericana, ( esta propuesta se desarrolla
de manera más precisa en el siguiente apartado IX)

VIII. Principios de jurisdiccionalidad e imparcialidad.

Se ha señalado en el apartado “A” que los principios proveen a los operadores judiciales una
visión normativa-axiológica, que en palabras de Alexy proveen una articulación de la práctica
justificativa del derecho con la de la moral”35
Si bien, según Alexy los principios son mandatos de optimización que están caracterizados
por el hecho de que pueden ser cumplidos en diferente grado y que su cumplimiento no sólo
depende de las posibilidades reales, sino también de las jurídicas36 De esta manera los
principios de jurisdiccionalidad e imparcialidad son mandatos que optimizan la aplicación del
corpus iuris en el sistema interamericano.
Respecto de los indicados principios en la Sentencia Gustavo Petro vs. Colombia, la Corte señala:
“El Tribunal recuerda que el artículo 8.1 de la Convención garantiza el derecho a ser juzgado por
“un tribunal competente [...] establecido con anterioridad a la ley” En este caso, conforme a lo
previamente señalado, el señor Petro fue destituido como alcalde e inhabilitado para ocupar
35Lozada, Prado Ali, “Postpositivismo de la optimización: sobre el concepto de principio jurídico de Robert
Alexy”, Revistas-DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, Número 39, Universidad de Alicante,
España, 2016, p. 228, en https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/60163/6/Doxa_39_12.pdf.
36
Robert Alexy, Teoría de los derechos fundamentales, en Chacón Lemus Mauro, “La Ponderación de
principios constitucionales” Universidad Rafael Landívar y Universidad Unibertsitatea, Guatemala,
septiembre 2013, p.9 y 10. En: https://www.ehu.eus/documents/3012743/4523265/Chacon-Lemus-Mauro-
Salvador.pdf

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cargos públicos mediante un proceso administrativo disciplinario ante la Sala Disciplinaria de la
Procuraduría General. En tanto la destitución e inhabilitación solo puede ser impuesta por un juez
competente previa condena en proceso penal, la Corte advierte en este caso una violación al
principio de jurisdiccionalidad.”

Por consiguiente, la Corte considera que en el proceso disciplinario contra el señor Petro se
vulneró los principios de jurisdiccionalidad y la garantía de la imparcialidad, 37

Como lo he venido señalando, a la luz de la interpretación literal o restrictiva de la Corte


Interamericana en la sentencia Petro Urrego vs Colombia, con relación a que solo la justicia
penal puede destituir e inhabilitar a funcionarios electos por voto popular, pone en tela de juicio
las facultades que tiene la Constitución política de Colombia otorga a la jurisdicción
contenciosa administrativa y al Consejo de Estado contra la corrupción en virtud de las
sanciones de perdida de la investidura y juicio político que pueden imponer a los a los
funcionarios electos popularmente, pero sobre todo deja expuestas las facultades de la
Procuraduría General de la Nación (PGN) por ser contrarias a los principios de jurisdiccionalidad
e imparcialidad, pues a pesar de que la PGN es un organo constitucional autónomo facultado
para ejercer la vigilancia y el poder disciplinario respecto de las conducta de quienes
desempeñen funciones públicas, inclusive los funcionarios elección popular38 lo cierto es que,
acorde a la interpretación literal del artículo 23. 2 de la Convención realizado por la Corte, dicho
organo resulta contrario por no ser un juez penal, y por no garantizar la imparcialidad en sus
sanciones debido a que la Sala disciplinaria que sancionó a Petro Urrego carece de
independencia por encontrarse dentro de la estructura orgánica de la Procuraduría.

Luego entonces, (como se revisó en el apartado VII.3, inciso B de este trabajo) el diseño
constitucional de la Procuraduría General de la Nación concuerda con las Convenciones de
Naciones Unidas e Interamericana para prevenir la Corrupción, sin embargo, siguiendo Alexy39,
los principios de imparcialidad y jurisdiccionalidad son obligatorios, y deben ser cumplidos
por Colombia, y su cumplimiento no sólo depende de las posibilidades reales, sino también de
las jurídicas de realización con apoyo en con los subprincipios: de idoneidad, necesidad y
proporcionalidad en sentido estricto, de los que resulta que es Idóneo y necesario que las
sanciones de destitución e inhabilitación se establezcan en la legislación colombiana como
“penas” en el Código Penal, a efecto de que se apliquen por los jueces penales cuando la conducta
del funcionario de elección popular consista en la comisión de un delito en acatamiento a los
principios de imparcialidad y jurisdiccionalidad señalado en al fallo Gustavo Petro Vs. Colombia.

No obstante, lo que he señalado y que deriva de la aplicación restrictiva que hace la Corte en el
caso Gustavo Petro Vs. Colombia, con relación a que solo la justicia penal puede destituir e
inhabilitar a funcionarios electos por voto popular con la finalidad de que se respeten los
principios indicados y las garantías judiciales, se señala que la Corte en otros casos no ha realizado

37Sentencia del 8 de julio de 2020, caso Petro Urrego vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, dictada por la Corte Interamericana de derechos humanos, pagina 51.
38 Artículo 277 numerales 1 y 5 de la Constitución Política de Colombia.
39Véase: Alexy, Robert; “La fórmula del peso”, traducción, Carlos Bernal Pulido, en: “El principio de

proporcionalidad y la interpretación constitucional”, Miguel Carbonell (editor). Ministerio de Justicia y


Derechos Humanos. Quito, Ecuador, 2008. p. 15.

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la aplicación restrictiva del artículo 23 de la convención, por ejemplo, en el caso Castañeda
Gutman Vs México estimó que:

“…el artículo 23 de la CADH “debe ser interpretado en su conjunto y de manera armónica”


relativo a las causales de regulación tiene como fin evitar la discriminación, realizó el test de
ponderación sobre las condiciones y requisitos para regular y restringir los derechos en la CADH
según su propia jurisprudencia:

• Legalidad de la medida restrictiva;

• Finalidad de la medida restrictiva;

• Necesidad en una sociedad democrática y proporcionalidad de la medida


restrictiva.
A pesar de que la controversia se resolvió por vía de declarar la vulneración del artículo 25 de
la CADH, la Corte IDH no determinó una condena contra el Estado mexicano por violación al
artículo 23 de la Convención Americana.40

En el caso “López Mendoza vs. Venezuela” que fue en que apoyó el fallo de Petro Urrego, la Corte
IDH sostuvo una interpretación restrictiva, que considero, si eran procedente:

“…el artículo 23.2 de la Convención determina cuáles son las causales que permiten restringir los
derechos reconocidos en el artículo 23.1 (que consagra los derechos políticos)” y concluyó que
“una restricción impuesta por vía de sanción” debería tratarse de una “condena, por juez
competente, en proceso penal”. Sujetando, de esta manera, la posibilidad de limitar el
ejercicio de los derechos políticos pasivos a la determinación judicial de una sanción en un
proceso penal.

El punto más interesante, y sobre el cual cabe discutir la doctrina de la Corte, se centra en la
extensión restrictiva del derecho político pasivo, es decir, la capacidad de los Estados para
restringir, transitoria o definitivamente, las postulaciones a cargos electivos, y determinar el tipo
de poder u organismo interno del cual puede provenir la restricción, según la estructura
constitucional de los distintos países integrantes del Sistema Interamericano. Por tanto,
discutir si la cláusula del art. 23.2 de la CADH que merita la “condena por juez competente en
proceso penal” es una cláusula cerrada o si permite otras opciones de interpretación y aplicación.
41

IX. Propuesta para acatar la sentencia Petro Urrego vs Colombia.

Como se ha expuesto en los dos apartados anteriores, si bien, la Procuraduría General de la


Nación es autónoma y dotada de facultades en observancia a las Convenciones internacionales

40 Convención Americana sobre Derechos Humanos Comentada, Sistema Bibliotecario de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación Catalogación, Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2014, p 997 y ss.
41
Convención Americana sobre Derechos Humanos Comentada, óp. cit. p.218.

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para luchar contra la Corrupción, en atención a que Colombia en 1985 aceptó someterse la
jurisdicción de contenciosa de la Corte Interamericana42
A efecto de cumplir con lo dispuesto en el resolutivo de la sentencia relativo a las Garantías de
no repetición: adecuar su ordenamiento interno de acuerdo a lo señalado en la Sentencia, de
forma tal que los funcionarios de elección popular no puedan ser destituidos o inhabilitados por
decisiones de autoridades administrativas”43 y en observancia a los principios de imparcialidad
y jurisdiccionalidad44, señalados en la Sentencia Gustavo Petro Vs. Colombia, propongo:
1. Reformar el Código Único Disciplinario a efecto de que se deroguen las sanciones
destitución e inhabilitación, así como la facultad de la Procuraduría General de la Nación y
órganos homólogos a esta a nivel local (como las Personerías) para imponer dichas sanciones
a los funcionarios electos por popularmente.
2. Reformar el Código Penal45 en concordancia con la Sentencia Petro Urrego Vs Colombia y
las Convenciones de naciones Unidas e Interamericana contra la Corrupción, estableciendo
para tal efecto las penas de destitución e inhabilitación en los siguientes títulos del Código
Penal de Colombia:
▪ Título XIV: Delitos contra mecanismos de participación democrática
▪ Título XV: Delitos contra la Administración Pública
▪ Capítulo VIII: De los abusos de autoridad y otras infracciones (Artículo 419)
▪ Capítulo XI: De la utilización indebida de información y de influencias derivadas del
ejercicio de función pública (Artículo 434)

De esta manera, la destitución e inhabilitación dejaran de ser sanciones administrativas y se


establezcan como “penas” para aplicarse exclusivamente cuando la conducta del funcionario
consista en la comisión de un delito a efecto de que se fije la competencia de los jueces penales y
se respete por el estado colombiano el artículo 8.1 de la Convención que prevé que el juez
encargado del conocimiento de una causa debe ser competente, independiente e imparcial.

X. Algunas consideraciones sobre el régimen disciplinario mexicano a la luz de


la sentencia Petro Urrego vs Colombia.

Sobre la base de lo expuesto en los apartados VII.3 incisos A y B del presente, en lo que señala
la Constitución Política Mexicana, la Ley General de Responsabilidades Administrativas, se

42
Según lo dispuesto en el artículo 62.1, 62.2 y 62.3 del San José Costa Rica.
43Sentencia del 8 de julio de 2020, caso Petro Urrego vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, dictada por la Corte Interamericana de derechos humanos, pág. 56
44 Sentencia del 8 de julio de 2020, caso Petro Urrego vs. Colombia, Excepciones Preliminares, Fondo,

Reparaciones y Costas, dictada por la Corte Interamericana de derechos humanos, págs.47, 48, 49 ,50.
45 https://www.conceptosjuridicos.com/co/codigo-penal-articulo-434/

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hacen las siguientes consideraciones respecto del régimen disciplinario mexicano a la luz de la
Sentencia Petro Urrego Vs Colombia:

a) La interpretación restrictiva que hizo la Corte Interamericana del artículo 23 de la


Convención nos llevó a cuestionar las facultades otorgadas en los artículos 174 y 175 de la
Constitución colombiana al Senado colombiano para sancionar con destitución a
funcionarios electos por voto popular, la misma situación ocurre en el caso de la Constitución
mexicana en sus artículo 76 fracción VII y 110 párrafo tercero, que establece la facultad del
Senado mexicano para erigirse en Jurado de sentencia para conocer en juicio político de
las faltas u omisiones que cometan los servidores públicos electos popularmente tales como:
los senadores y diputados al Congreso de la Unión, los gobernadores de los estados y los
Diputados locales por violaciones graves a la Constitución, a las leyes federales que de ella
emanen, así como por el manejo indebido de fondos y recursos federales, previéndose en
el artículo 110 párrafo tercero que las sanciones consistirán en la destitución del servidor
público y en su inhabilitación para desempeñar funciones, empleos, cargos o comisiones de
cualquier naturaleza en el servicio público. 46

b) En cuanto al régimen disciplinario mexicano, ocurre que su diseño constitucional inscrito en


el Sistema nacional anticorrupción sigue al igual que Colombia los postulados trazados por
la Convención de Naciones Unidas y la Convención Interamericana contra la Corrupción
(comentados en el apartado VII.3 inciso B), esta adecuación del régimen disciplinario
mexicano a las Convenciones contra la Corrupción indicadas, se aprecian en las reformas a
los artículos 22, 28, 41, 73, 74, 76, 79, 104, 108, 109, 113, 114 116 y 122 de la Constitución
Política Mexicana en materia anticorrupción que se publicaron en el Diario Oficial de la
Federación el 27 de mayo de 2015 y entraron en vigor el 18 de julio de 201647

c) México en el contexto del Sistema nacional Anticorrupción para cumplir con los
compromisos internacionales en el que surgió el actual sistema de Responsabilidades de los
servidores públicos incluyó las faltas graves de particulares vinculados al servicio público,
particulares en situación especial) implementando procedimientos y mecanismos de
prevención, investigación sanción en la Ley General de Responsabilidades Administrativas
del 18 de julio de 2016 que vino a sustituir a la anterior Ley Federal de Responsabilidades
de los Servidores Públicos.

d) Con la reforma constitucional se creó el Comité Coordinador integrado por 7 órganos


encargados de la prevención, detección, investigación y sanción de las faltas
administrativas por hechos de corrupción.

46Véase artículos 76 fracción VII y 110 párrafo tercero Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_110321.pdf
47Ruíz Esparza, Alberto Gándara, “Derecho Disciplinario Mexicano, Nuevo Sistema Nacional

Anticorrupción”, editorial Porrúa, Segunda edición, México, 2017, p 2.

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Los 7 órganos encargas de detección, investigación y sanción de las
faltas administrativas.

48

e) Las reformas indicadas, son las que dan sustento al actual diseño del régimen disciplinario de
los servidores públicos, que a la luz de la sentencia Petro Urrego vs Colombia deben redefinirse
en observancia a los principios de jurisdiccionalidad e imparcialidad y en concordancia con la
Convención Americana de derechos Humanos para el caso de la imposición de sanciones
a los servidores públicos electos por voto popular.

f) A efecto de que los servidores electos popularmente sean sancionados con destitución o
inhabilitación solo por juez penal, implica al igual que en la propuesta realizada para
Colombia en el apartado IX:

• Derogar las “sanciones destitución e inhabilitación” por la comisión de faltas


administrativas cuando se apliquen a los funcionarios electos popularmente,

• Eliminar las facultades del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y los Tribunales de
Justicia administrativa Locales para sancionar con destitución e inhabilitación a los
funcionarios electos popularmente.

48 Diagrama tomado de https://www.gob.mx/sesna

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• Reformar el Titulo IV del Código Penal Federal en concordancia con la Sentencia Petro
Urrego Vs Colombia, regulando a la destitución e inhabilitación como “penas” aplicables
a los servidores públicos electos popularmente que incurran en la comisión de los delitos
por hechos de corrupción, a efecto de que estas sanciones sean impuestas por los
jueces penales mexicanos.
Las adaptaciones y rediseño son necesarios, a pesar de que México tenga un sistema de
responsabilidades de los Servidores públicos, que al igual que el de Colombia se explica a la luz de
las Convenciones de Naciones Unidas y la Interamericana para la Corrupción, pues como se ha
señalado en la sentencia Petro Urrego vs Colombia “…la Corte interamericana señaló que el
derecho a ser juzgado por una autoridad imparcial representa una garantía del debido proceso,
el cual no se actualiza en los casos en que existe una concentración de facultades investigativa y
sancionadoras o dichas atribuciones recaen en dependencias o áreas que -aunque sean distintas-
dependen unas de otras o se encuentran subordinadas.49
Para adecuar el régimen disciplinario a los principios de imparcialidad y jurisdiccional y el
debido proceso, se debe rediseñar la actual estructura orgánica y funcional en que se ejerce
la potestad disciplinaria por parte de la Secretaría de la Función Pública, sus órganos internos
de control a nivel federal, así como en las entidades federativas, en virtud de que para el caso
de las faltas no graves se concentran las facultades de investigación sustanciación del
procedimiento sancionador en las autoridades investigadoras y sustanciadoras que
pertenecen a la misma dependencia, tal como sucede con la Sala Disciplinaria que pertenece
a la Procuraduría General de la Nación ( que sancionó a Gustavo Petro) incluso en el caso de
faltas graves se debe rediseñar y quitarle la facultad para imponer sanciones administrativas
de destitución e inhabilitación a los funcionarios electos popularmente Tribunal Federal de
Justicia Administrativa y los Tribunales de Justicia administrativa Locales, derogando estas
sanciones de la legislación administrativa cuando los funcionarios sean de elección popular,
otorgándoles el carácter de “penas” a la destitución e inhabilitación, a efecto de que los jueces
penales sean los que apliquen éstas a los servidores públicos electos popularmente cuando
incurran en la comisión de delitos por hechos de corrupción; pues si bien, en el modelo actual,
existe una separación material entre las autoridades que investigan, substancian y resuelven
los procedimientos disciplinarios, lo cierto es que no son entes autónomos e imparciales.
De esta manera, la destitución e inhabilitación dejaran de ser sanciones administrativas y se
establezcan como “penas” para aplicarse exclusivamente cuando la conducta del funcionario
consista en la comisión de un delito a efecto de que se fije la competencia de los jueces penales
y de este modo se respete por el estado mexicano el artículo 8.1 de la Convención según el
cual:
“… el juez encargado del conocimiento de una causa debe ser competente, independiente e
imparcial, lo que nos remite a la impartición de justicia a través del juez natural, conforme lo
señaló el juez García Ramírez, en su voto razonado a la sentencia del Caso Usón Ramírez vs.

49Gutiérrez Salazar Miguel Ángel, https://rendiciondecuentas.org.mx/el-caso-petro-urrego-y-la-necesaria-


redefinicion-del-regimen-disciplinario-mexicano/

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Venezuela, la intervención de un juez competente, independiente e imparcial constituye “un
presupuesto del debido proceso” ya que, “en ausencia de aquél, no existe verdadero proceso,
sino apariencia de tal”.50
De esta manera, de acuerdo con el juez García Ramírez, si una persona es juzgada o su litigio
es resuelto por cualquier individuo u órgano que carezca de los citados atributos, el
procedimiento que se sigue no merece la calificación de proceso y la resolución en la que
culmina no constituye una auténtica sentencia.

CONCLUSIONES

En el presente se hizo una revisión del estado colombiano en el sistema interamericano a


través de su adhesión a la Carta de la OEA, la Convención Americana y la aceptación de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana que son los instrumentos
internacionales que integran el corpus iuris que sustenta la competencia de la Corte
Interamericana.
Se hizo una síntesis de los aspectos más relevantes de la Sentencia Petro Urrego Vs. Colombia.
Se examinó el principio de subsidiariedad vs el principio de complementariedad que invocó la
Corte Interamericana en la Sentencia Petro Urrego vs. Colombia, para desestimar la defensa
del Estado Colombiano, cuestionando si la Corte se apega al primer principio que es piedra
angular del sistema.
Se examinaron las Implicaciones de la Interpretación literal o restrictiva que hizo la Corte
Interamericana de derechos Humanos del artículo 23 del pacto de San José en la sentencia
Petro Urrego, enfatizando que ponen en duda algunas de las facultades otorgadas al Consejo
de Estado, al Senado, así como a la Procuraduría General de la Nación.
Se analizaron los principios de jurisdiccionalidad e imparcialidad a la luz de los compromisos
internacionales en materia de Corrupción que asumió Colombia y con naciones Unidas y en la
región interamericana.
Se vertieron consideraciones y propuestas para adecuar la estructura orgánica y las
competencias en los regímenes disciplinario colombiano y el mexicano a los principios de
imparcialidad, jurisdiccionalidad, y el debido proceso, a efecto de que las sanciones
administrativas de destitución e inhabitación se les otorgue el carácter de “penas” y sean los
jueces penales los que apliquen éstas, tratándose de servidores públicos electos
popularmente cuando incurran en la comisión de delitos por hechos de corrupción.

50
Convención Americana sobre Derechos Humanos Comentada, óp. cit. p.218.

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FUENTES CONSULTADAS
▪ Audiencia Pública ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos del Caso Petro
Urrego Vs. Colombia, transmitida en vivo el 6 de febrero de 2020, visible en:
https://youtu.be/JhwF-e1XtE4
▪ Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, Informe N.º 130/17, Caso N.º
13.044, Fondo, Gustavo Francisco Petro Urrego. Colombia. 25 de octubre de 2017,
https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/corte/2018/13044FondoEs.pdf
▪ Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, Examen a Colombia sobre la
aplicación de la “Convención de naciones Unidas contra la Corrupción” en: Cycle1-
Country-Report-Colombia.pdf (uncaccoalition.org)
▪ Faúndez Ledesma, Héctor El sistema interamericano de protección de los derechos
humanos. Aspectos institucionales y procesales. San José de Costa Rica: Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, San José Costa Rica, 2004.
▪ Gutiérrez Salazar Miguel Ángel, https://rendiciondecuentas.org.mx/el-caso-petro-
urrego-y-la-necesaria-redefinicion-del-regimen-disciplinario-mexicano/
▪ Informe de Fondo, No.130/17, disponible en:
http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/corte/2018/13044FondoEs.pdf
▪ Lozada, Prado Ali, “Postpositivismo de la optimización: sobre el concepto de principio
jurídico de Robert Alexy”, Revistas-DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho,
Número 39, Universidad de Alicante, España, 2016, en
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/60163/6/Doxa_39_12.pdf
▪ Martínez-Villalba, Juan Carlos Riofrio, “Evolución, alcancé y límites del principio de
subsidiariedad”, Derecho y economía: estudios Institucionales, Pontificia Universidad
Católica del Ecuador, Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador Quito, 2019.
▪ Página oficial de la OEA. http://www.oas.org/es/estados_miembros/default.asp
▪ Pertuz Crespo Alfredo, “El dolo y sus implicaciones”, Vis Iuris, Revista de Derecho y
Ciencias Sociales,
https://revistas.usergioarboleda.edu.co/index.php/visiuris/article/view/1156
▪ Reconocimiento de la competencia de la Comisión y la Corte interamericana de
derechos humanos, en:
http://web.inmujeres.gob.mx/dgaf/normateca/Otros/dhinteramericano/hipertexto/4-
2-3.htm
▪ Roa Salguero, David, “Los conceptos jurídicos indeterminados en el derecho
disciplinario Grupo editorial Ibáñez, Bogotá, 2018 p.20
▪ Robert Alexy, “Teoría de los Derechos Fundamentales”, en Chacón Lemus Mauro, “La
Ponderación de principios constitucionales”, Universidad Rafael Landívar y
Universidad Unibertsitatea, Guatemala, septiembre 2013, en:
https://www.ehu.eus/documents/3012743/4523265/Chacon-Lemus-Mauro-
Salvador.pdf
▪ Ruíz Esparza, Alberto Gándara, “Derecho Disciplinario Mexicano, Nuevo Sistema
Nacional Anticorrupción”, editorial Porrúa, Segunda edición, México, 2017.

Página | 30
▪ Sentencia del 8 de julio de 2020, dictada por la Corte Interamericana de derechos
humanos caso Petro Urrego vs. Colombia, consultada en;
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_406_esp.pdf
▪ Villalba Cuéllar, Juan Carlos, González Serrano, Andrés, “Reflexiones sobre el Caso
Petro”, Prolegómenos: Derecho y Valores, 2014, XVII (34), paginas 9-12, ISSN: 0121-182X.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87633272001

NORMATIVIDAD.

▪ Carta de la OEA 30 de abril 1948 suscrita en Colombia, Bogotá, Entrada en vigor el 13


de diciembre de 1951 conforme al Artículo 145, Serie sobre Tratados de Naciones
Unidas, Número 1609, Vol. 119.
▪ Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_110321.pdf
▪ Constitución Política del Estado de Colombia, consultada en:
https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2001/0219.pdf
▪ Convención Americana sobre Derechos Humanos Comentada, Sistema Bibliotecario
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Catalogación, Suprema Corte de Justicia
de la Nación, México, 2014.
▪ Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, 23 mayo 1969 en: Convención
de Viena sobre Tratados.doc (oas.org)

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