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Resentir lo queer en América Latina:

diálogos desde/con el Sur


Resentir lo queer en América Latina:
diálogos desde/con el Sur

Diego Falconí Trávez


Santiago Castellanos
y María Amelia Viteri
(eds.)

BARCELONA - MADRID
ÍNDICE

Resentir lo queer en América Latina: diálogos desde/con el Sur, Diego Falconí


Trávez, Santiago Castellanos y María Amelia Viteri.......................................9

AbrebocAs
I. Asian Jelly, Yolanda Arroyo Pizarro ............................................................21
© Diego Falconí Trávez, Santiago Castellanos y María Amelia Viteri, (eds.), 2013 PArte uno
InvItAcIones revIsIonIstAs: rePensAr lA teoríA, rePensAr lAtInoAmérIcA,
© Editorial EGALES, S.L., 2013 rePensAr lo queer
Cervantes, 2. 08002 Barcelona. Tel.: 93 412 52 61
Hortaleza, 62. 28004 Madrid. Tel.: 91 522 55 99 II. Niña bonita, Papi chulo, Yolanda Arroyo Pizarro ....................................25
www.editorialegales.com III. Queer Latinoamérica: ¿cuenta regresiva?, Fernando A. Blanco .............27
IV. Políticas queer, ciudadanías sexuales y decolonización, Leticia Sabsay ......45
ISBN: 978-84-15574-XXXXX
Depósito legal: XXXXXXXXX PArte dos
contrAsentIdos AcAdémIcos: cIrcuItos, PráctIcAs y dIálogos desviados
desde el sur
Maquetación: Cristihan González
V. Ven y siéntate en mi lengua, Yolanda Arroyo Pizarro ..............................61
Diseño de cubierta: Nieves Guerra VI. Fagocitando lo queer en el Cono Sur, Carlos Figari ................................63
VII. La leyenda negra marica: una crítica comparatista desde el Sur
Imprime: a la teoría queer hispana, Diego Falconí Trávez ...........................................81
VIII. Lo queer en lo regional: Visiones globales desde la zona fronteriza,
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra O. Hugo Benavides...................................................................................... 117
sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase

algún fragmento de esta obra.


PArte tres
nutrIr cuerPos, PráctIcAs y deseos desde los ArchIvos culturAles
RESENTIR LO QUEER EN AMÉRICA LATINA:
IX. Pasión lactante, Yolanda Arroyo Pizarro ................................................. 131 DIÁLOGOS DESDE/CON EL SUR
X. Epistemología de la Loca: localizando a la transloca en la Diego Falconí Trávez1
transdiáspora, Lawrence La Fountain-Stokes ........................................... 133 Santiago Castellanos
XI. «Homo Œconomicus» o el efecto mariposa en la trayectoria de un María Amelia Viteri
trans afroecuatoriano entre París y Guayaquil en dos documentales
franceses de Sebastiano d’Ayala Valva, Les travestis pleurent aussi (2006)
y Ángel (2009), Sonia Kerfa ...................................................................... 147

PArte cuAtro
el estAdo en dIsPutA. queerizar/entundar los deseos nAcIonAles en el
sIglo xxI

XII. Eres un vicio incongruente, Yolanda Arroyo Pizarro ........................... 163


XIII. Humanismo, heteronormatividad y homofobia en el socialismo
del siglo xxI: el amor como consigna, María Teresa Vera Rojas ......... 165
XIV. Sexualidades no-normativas, diferencia racial y la erótica del poder: 1. De AméricA LAtinA y De Lo queer
escenarios de deseos queer en el Ecuador del siglo xxI, Santiago
Castellanos .................................................................................................. 195 Dos constructos identitarios confrontan el título y la pertinencia/pertenencia
de este volumen. Por un lado, el complejo territorio de América Latina y, por
PArte cInco otro, la subjetividad no menos problemática queer.
mIrAr hAcIA ArrIbA, hAcIA AbAjo, hAcIA todAs PArtes: Al pensar este volumen hemos debido necesariamente adentrarnos de
deslocAlIzAr lA dIásPorA queer lAtInA forma crítica en aquello que llamamos «América Latina» y en esta labor no
-
XV. Perseidas, Yolanda Arroyo Pizarro ........................................................... 215 ricas, conceptualizadas por diferentes autorxs en diversos momentos. Están
XVI. Sujetos tácitos, Carlos Ulises Decena ....................................................... 217 aún frescos en la memoria los primigenios intentos de homogeneización polí-
XVII. Pensando queer: intersecciones entre/desde el margen de Estados tica, lingüística y cultural en búsqueda de una agencia que retase paradigmas
Unidos y América Latina, Suyapa G. Portillo Vileda ............................ 241 coloniales de las potencias hegemónicas (Bolívar, 1948); las universalizaciones
XVIII. Negociando la vida: migración ecuatoriana y sexualidades en NyC, del mestizaje, en tanto que «raza cósmica», como parte de un programa revita-
María Amelia Viteri .................................................................................. 267 lizador del espacio y el cuerpo latinoamericano (Vasconcelos, 1948); las indis-
pensables reivindicaciones indigenistas, fraguadas por pensadores mestizos
.................................................................................................. 287 que intentaron reescribir la historia y las prácticas subjetivas con y por otros
(Mariátegui, 1962); las respuestas ideológicas a través de la construcción antico-
»
(Guevara, 1979); y la articulación política subalterna que desde el discurso
contra-ideológico fue en su momento la brújula crítica de la academia regional
(Fernández Retamar, 1978).

1. Agradecemos a la Editorial Egales por su apertura y generosidad a esta propuesta gestada


-
cas realizadas a este texto.

[9]
Los estudios latinoamericanos contemporáneos, deudores y revisionistas de Justamente, bajo el marco teórico de lo queer es posible entender que las
estas formulaciones, han sido más cautos al momento de construir la región, sexualidades son interseccionales, es decir, siempre construidas, producidas,
intentando cuidarse de esencializaciones que pudiesen terminar subalterni- reconocidas, normalizadas y sostenidas a través de otras formas de poder (Eng,
zando a los diversos cuerpos vinculados al inmenso espacio latinoamericano. Halberstam y Muñoz, 2005). En otras palabras, que aquello que se conceptua-
La propuesta de «hibridez» (tan productiva como cuestionada) de García liza como y desde lo queer no puede ni debe aislarse de las múltiples y persis-
Canclini (1990); aquella de la «heterogeneidad contradictoria», que acentúa tentes formas de diferenciación e injusticia social o de las complejidades de las
los diversos y complejos procesos regionales de clase, escritura y etnia en el dinámicas de poder. Lo queer tampoco es externo a los legados de procesos
espacio latinoamericano (Cornejo Polar, 2003);2 la mirada que propone que históricos coloniales, postcoloniales o neocoloniales, o a los modos persis-
tentes con los que se experimenta y se vive la violencia social. Al intersectar
colonial, interna y externamente (Mignolo, 2005); o aquellas que han replan- lo queer y lo latinoamericano, la diferencia y las inequidades (de cualquier tipo)
- deben ser conceptualizadas como una serie de procesos y no como caracterís-
tiva latinoamericana (Quiroga, 2010) son parte de esta actualización. Estas ticas inherentes a las personas (Anthias, 2013). Los lentes translocales (Anthias,
propuestas han intentado ampliar los límites regionales y los cuerpos que éstos -
contienen, proponiendo en distintos niveles la transculturación (Ortiz, 1978) y torias posicionalidades, las cuales pueden resultar productivas al momento de
la interculturalidad (Walsh, 2005) como herramientas que sirven para entender esbozar teorías.
la convivencia, la articulación política y la agenciabilidad subjetiva. En la elaboración de este libro, que yuxtapone en forma crítica y dinámica
Hemos debido también repensar lo queer en nuestra tarea, recordando la las productivas tensiones entre los constructos queer y Latinoamérica, se pone
promesa de que es un término propuesto para la desestabilización corporal en evidencia la imposibilidad de sustraer la sexualidad de discusiones tan tras-
(Halberstam, 2005) y que por su carácter resbaladizo, no puede ser del todo apro- cendentales y variadas como la producción de conocimiento y los circuitos
piado (Butler, 1993); evaluando históricamente su potencial (des)(anti)identitario, -
el cual permitió la agrupación de las identidades periféricas (Halperin, 2007) tencia. De igual forma, se hace explícito que en el debate académico actual,
convirtiéndolo tanto en una práctica como en un marco teórico para repensar al Latinoamérica (y el resto de regiones) no puede estar ausente de la teorización
sujeto; valorando sus diálogos y puentes de comunicación con los movimientos y de los diálogos globales. Lo queer latinoamericano (o lo «cuir», o lo «kuir», o
sociales (Gamson, 2003) para intentar construir una academia diferente. lo «meco») es un síntoma —que desde el género y los estudios latinoameri-
Sin embargo, como se ha señalado extensamente, lo queer ha sido también canos— urgen a la academia a mirar las identidades de modo más transversal,
un espacio de teorización compleja, por su carácter etnocéntrico y por su creativo y estratégico.
ubicación geo-histórica emplazada en el Norte. Desde la lengua (Epps, 2008), Uno de los puntos nodales que caracterizan a este volumen es que para
la apropiación subjetiva (Manalansan, 2002) o la localización (Ochoa, 2004), pensar lo queer en América Latina no se debe dar por sentado ni el concepto
ha habido una serie de cuestionamientos y alcances a esta teoría. En conse- queer ni el de América Latina. El espacio «desde México hasta la Patagonia»
cuencia, se han protagonizado traducciones (Llamas, 1998), rechazos (De cambia constantemente de límites por efecto de las migraciones, las diásporas
Lauretis, 1994) y actualizaciones (Quiroga, 2011) constantes y necesarias para
que lo queer tenga sentido en diferentes disciplinas y contextos. las identidades y prácticas sexuales de la región obligan a reformular categorías
Es adecuado resaltar que lo queer funciona como una forma de ubicarse en identitarias previamente esbozadas.3
los debates sobre sexualidades y género, para observar sus «márgenes», normas
y hegemonías en los diferentes espacios que habitamos real y simbólicamente.
En este sentido, el verbo «queering» y sus múltiples y posibles traducciones
(«entundar», «enrarecer», «amariconar») implica transgredir tanto la heteronor- 3. Este texto se suma a varios esfuerzos anteriores por vincular América Latina y lo queer.
matividad como la homonormatividad, expandiéndose más allá de compren- Por mencionar solamente algunos: el estudio de Flavio Rapisardi «Raras teorías al sur. Una
experiencia de diversidades y desigualdad político-sexual (Revista Orientaciones, 2005). Los dos
siones binarias de la sexualidad. valiosos volúmenes Cartografías Queer. Sexualidades y Activismo lgbt en América Latina (Balders-
ton / Matute, 2011) y The Politics of Sexuality in Latin America (Corrales / Pecheny, 2010).
Asimismo, el dossier «¿Cómo se piensa lo queer en América Latina?» (Revista Íconos, Viteri /
Serrano / Vidal-Ortiz, 2011) que hace una profundización radical en el tema. Desde los estu-
2. Las complejas y valiosas teorizaciones que se han realizado en latinoamérica, deben cifrarse dios literarios trabajos como: «El gay como modelo cultural: “Eminent Maricones” de Jaime
también en lo nacional, lo subregional y lo regional. Las construcciones de Mesoamérica, el Manrique (Foster, 2006), «¿Una teoría queer latinoamericana?: postestructuralismo y políticas
Caribe, la zona andina y el Mercosur desde la divergencia son fundamentales. de identidad en Pedro Lemebel, 2008) o «Queers llatinoamericans: contradiccions i pautes de

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En tal virtud, quizá haya que plantear los límites corporales y globales a enojo. Este resentimiento interpela a ambos circuitos académicos (el queer y el
través de ciertas preguntas: ¿Cuáles son las categorizaciones que permiten latinoamericanista), pues durante algún tiempo (quizá demasiado) han traba-
queer en América Latina? ¿Qué tan queer puede ser América jado paralelamente y no se han ocupado sistemáticamente de un diálogo que
Latina desde nuestra conceptualización? ¿Cómo tortilleamos los debates acadé- sintonice (y desordene) las históricas discriminaciones en razón de sexualidad,
micos, políticos, legales y culturales? ¿Es posible desviar los circuitos de diálogo etnia, clase social y situación poscolonial. En este sentido, no deja de ser perti-
académico para la articulación de las subjetividades-otras? -
timiento», título con el que bautizó desde su propuesta literaria a todas esas
nuevas interpretaciones —los estudios feministas, poscoloniales o afrodescen-
dientes— que cuestionaron el canon cultural que él defendía: eurocéntrico,
clasista, heterocentrado y blanco. Asumir el lugar del resentimiento con desen-
2. DeL potenciAL DeL verbo re-sentir/resentir fado es ironizar y posicionarse desde una revisión contra-ideológica.
Re-sentir/resentir lo queer —es decir, «experimentar» y «provocar» resenti-
Este volumen se nutre de colaboraciones de académicxs de distintas regiones miento, así como «volver a sentir» lo queer— conlleva el desafío de insertarnos
del mundo cuyos textos tensan los límites de lo queer y lo latinoamericano, en discusiones amplias y profundas sobre temas cruciales de la sociedad que
articulando una serie de preguntas que se responden, pero que a su vez abren no son exclusivos de los sujetos queer, sino que nos atañen a todxs. En otras
nuevos cuestionamientos.4 En este ejercicio de pensar críticamente estos dos palabras, al ser la sexualidad un «punto de transferencia muy denso de rela-
conceptos, de estirarlos cuanto sea posible, hemos encontrado un verbo (la ciones de poder» (Foucault, 1978), una práctica teórica y política que «resienta»
articulación gramatical de la acción) que creemos puede vincular las valiosas y «re-sienta» lo queer exige que ampliemos nuestro rango de análisis, crítica e
aportaciones que componen este volumen: el verbo resentir. intervención, que lo actualicemos a las demandas de las crisis globales del siglo
xxI y que situemos a la tríada sexo-género-deseo (Butler, 1990) en el centro de
al volver a sentir (o al sentir de otro modo), nos permite analizar desde los
cuerpos la compleja productividad queer en la híbrida, heterogénea y contradic- cultura contemporáneas. Estas cuestiones son problematizadas en los textos
toria América Latina. Re-sentir lo queer en América Latina vuelve factible que seleccionados, entrelazando trans-disciplinariamente áreas como la Literatura,
las diversidades sexo-genéricas, sus agentividades, narraciones y teorizaciones los Estudios Culturales, la Antropología o la Sociología (y a las geografías en
sean perceptibles desde el cuerpo y sus múltiples sentidos. Este «sentir dife- donde los distintos autorxs se encuentran), y trazando líneas amplias de trabajo,
rente» interpela formas de organización política alrededor de identidades cons- sin la rigidez de las categorizaciones disciplinarias tradicionales.
truidas como estáticas, herencias coloniales que organizan el género (y todas El texto de Fernando Blanco abre el libro que este prólogo intenta presentar.
las demás categorizaciones) en dicotomías antagónicas como hombre/mujer o En él hace una sucinta y pertinente revisión de los estudios queer en Estados
masculino/femenino, dejando poco espacio para los sujetos «intermedios», o Unidos y la respuesta queer desde América Latina. En tal virtud propone una
atribuyendo a éstos un carácter universal y unitario (Anthias, 2013). revisión de las agendas de trabajo norteamericanas y latinoamericanas en sus
coincidencias, intersecciones, contradicciones y distinciones. Para tal propósito
(Rich, 1980 / Wittig, 1992), del reclamo airado de la oscuridad del complejo queer en Chile tomando
armario queer (Sedgwick, 1990), de la insurrección del Calibán (Fernández como caso de estudio a la fundación IguAles, ligando así su profunda inves-
Retamar, 1978) y del sentimiento de inferioridad de la herida colonial latinoa- tigación teórica al potencial generado por el arte y los modos a través de los
mericana (Mignolo, 2005)— está ligado a la molestia, al dolor y hasta a cierto cuáles se interpelan los postulados queer desde el Sur.
El artículo de Leticia Sabsay cuestiona la relación entre ciudadanía sexual
y democracia liberal dentro de un marco de globalización de los derechos
lectura en dos casos de la narrativa del segle xx (Falconí, 2011), son tres ejemplos de esta labor. sexuales. La autora examina desde un elaborado discurso teórico cómo esta
De modo más cohesinado, el dossier «Los estudios lésbico-gays y queer latinoamericanos relación restringe y limita la ciudadanía, la democracia y la política, enmar-
(Revista Iberoamericana 225, Luciano Martínez [coord.] 2008) hace una profundización desde los cada en narrativas de progreso. Para ello, re-visita el problema de la traducción
estudios literarios y culturales. cultural, la relación entre lo queer y lo decolonial, y la epistemología sexual.
4. Aportaciones de otro lado aún limitadas por los discursos y nuestras propias (im)posibi- El texto de Carlos Figari hace un interesante ejercicio al releer en clave
lidades, que requieren en el futuro miradas e incorporaciones regionales, de diversos países cuir, por decir algo, algunas de las prácticas de disidencia sexual del Cono Sur,
(especialmente aquellos no visibilizados en la repartición americana) y de escrituras corporales
de sujetxs diversxs.
especialmente en Argentina. En su lectura (que transita entre la academia, el

[ 12 ] [ 13 ]
activismo y la teoría) se cuestiona productivamente lo queer (lo que el autor El texto de Santiago Castellanos se sitúa tanto en los debates que consi-
llama la crítica queer y la crítica a lo queer deran discursos raciales y sexuales en relación de constitución mutua como en
queer como el aquellos que cuestionan las limitaciones de la interseccionalidad para examinar
concepto de comunidad latinoamericana, buscando aterrizar la agenciabilidad textos culturales y activistas queer producidos en el Ecuador del siglo xxI. Esta
en el cuerpo. propuesta hace una lectura de las historias raciales del país en relación a las
Diego Falconí Trávez articula un concepto: el de la «leyenda negra marica» normatividades del deseo que producen, y persisten, en el Ecuador actual.
para revisar la producción teórica queer española y los diálogos que ésta Carlos Decena pone en entredicho la interpretación neoliberal de «salir del
mantiene con los circuitos académicos de Europa y Estados Unidos. A través clóset» que normaliza al sujeto «gay» desde un enclave mercantil y desde una
de su teorización —basada en la historiografía literaria, los estudios de género formación subjetiva de la identidad en los Estados Unidos: en suma, un tipo
y los estudios pos/decoloniales— busca probar cómo la estructura académica de liberación despolitizada. Para hacer este análisis crítico parte del contexto
poscolonial utiliza al cuerpo ausente/presente de la alteridad para mantener social de hombres gays dominicanos que viven en Nueva york utilizando la
un diálogo horizontal de nortes que, a través del concepto de hispanoameri- gramática castellana para hacer un paralelo del concepto de «sujeto tácito»
canismo, impide el «entendimiento» ético entre identidades queer en la región y que visibiliza las formas a partir de las cuales los entrevistados habitan espa-
obliga a un diálogo de revisiones y compromisos entre tradiciones culturales. cios tanto dentro como fuera del clóset, negociando los siempre contextuales
Hugo Benavides, en su ensayo «Lo Queer en lo Regional», explora las afectos y las relaciones sociales y familiares.
asociaciones y puntos de convergencia entre conceptualizaciones de lo queer En «Pensando Queer» Suyapa Portillo realiza en su artículo una crónica
y lo «fronterizo» como espacios de potencial desestabilización de las «nuevas activista que teoriza respecto a las luchas recientes de organizaciones políticas
que se agrupan bajo el nombre queer people of color en la ciudad de los Ángeles,
subyacen a las ideologías patriarcales, heterosexistas y blancas del pensamiento -
modernista colonial en un contexto globalizante. locales para examinar, y a la vez documentar ciertos procesos sociales. Este
Larry La Fountain-Stokes, en su ensayo «Epistemología de la Loca», apela a artículo pensado desde la diáspora latina en Estados Unidos, hace evidente la
la fascinación, desconcierto y hasta rechazo que suscita el apelativo «loca» para necesidad de actualizar las teorías e intervenciones queer en relación a proble-
argumentar en favor de su uso transgresor, tanto de lo heteronormado como de máticas globales que demandan atención y respuesta urgente, tales como la
lo queer. La Fountain, en un ensayo en el que el castellano, el inglés y el spanglish movilidad humana, el estatus migratorio, las condiciones laborales o la discri-
cohabitan, parte del análisis del performance drag de Nina Flowers y nos ofrece minación racial que contestan y actualizan la teoría queer.
una extensa literatura sobre la «loca», producida en las Américas en castellano, María Amelia Viteri en su artículo aborda, sin entrar directamente en el
cuestionamiento de lo queer pero usando metodologías queer, las migraciones
de hombres gays en el contexto de la ciudad de Nueva york. Su trabajo antro-
Sonia Kerfa, en su artículo «Homo Œconomicus», combina elementos de pológico intenta esbozar cómo la migración, el espacio y la localidad toman
análisis documental con teorías queer y teorías de migración para explorar tintes múltiples y deslocalizados en relación al lugar de origen como punto de
- partida y al lugar de migración como un punto de llegada. Es por tanto una
- propuesta de queerizar los estudios migratorios, añadir un campo de problema-
lidad y en las experiencias de vida de Ángel/Mía/Mujerón, una trabajadora tización adicional, como es la(s) sexualidad(es), y ubicarla(s) en el centro de la
sexual trans afroecuatoriana, documentada por el cineasta Sebastiano d’Ayala discusión de forma rizomática.
Valva, que migra a París y retorna a su lugar natal. En esta propuesta de re-sentimiento/resentimiento (de tender puentes a
la vez que los cuestionamos) hemos querido incorporar textos de la autora
puertorriqueña yolanda Arroyo. El cuento que abre este volumen «Asian
construcción política del amor. La autora propone que el amor, como prác- Jelly», es un texto relocalizado y desenfadado, en el que el cuerpo se huele, se
tica discursiva que en el proyecto del «Socialismo del Siglo xxI» aparece como saborea y se digiere a través de las palabras y de los silencios que plantea; en
una construcción aglutinadora del cuerpo social desde la heteronormatividad, el que las discontinuidades y contradicciones no se resuelven del todo aunque
-
titarias. Por el contrario, ese amor instaura una invisible homofobia que sepulta
a las diversidades sexuales y que se convierte en la herencia más inmediata en performativas. Este texto habla de autorías y reapropiaciones del lenguaje (de
el sistema democrático tras la muerte de Chávez. los lenguajes), experimenta la identidad cuir boricua de la autora y muestra

[ 14 ] [ 15 ]
esa contradictoria utilidad de los términos queer y latinoamericanx. Los deli- ePPs, brad (2008): «Retos, riegos, pautas y promesas de la teoría queer», Revista
ciosos poemas de Arroyo —parte de un corpus titulado Poemas para mi amada Iberoamericana n.º 225, octubre-diciembre, pp. 897-920.
Zulma—, además, acompañarán de cerca a los artículos académicos durante FAlconí, diego (2011): «Queers llatinoamericans: contradiccions i pautes de
todo este libro, como placenteras áreas de descanso y guías que desde la lite- lectura en dos casos de la narrativa del segle xx», en Noemí Acedo /
ratura servirán para que, quienes se decidan a leer este volumen, sientan los Aina Pérez (eds.), Ediuoc, Barcelona, pp. 191-205.
cuerpos allí representados y, acaso, re-sientan/resientan sus lecturas, pertinen- Fernández retAmAr, Roberto (1978): Nuestra América y el Occidente, unAm,
cias y pertenencias respecto a lo queer y a América Latina. México.
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cones de Jaime Manrique», en Dieter Ingenschay (ed.), Desde aceras opuestas.
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[ 16 ] [ 17 ]
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Boston.

[ 18 ]
I. ASIAN JELLY
Yolanda Arroyo Pizarro

Paola promete a Choi que seguirá sus instrucciones. Al pie de la letra. Salir de

pasillo de la sección asiática. La mermelada es una conserva de fruta cocida


en azúcar, hecha de pastosa textura y de consistencia espesa. Los griegos de la
antigüedad ya la usaban. Cocinaban membrillos en pasta y miel. Choi las pre-

Sus instrucciones, redactadas en el Blackberry que lee Paola de a ratos, son


claras.
Llegar a la casa es parte de las disposiciones. A esa casa que comparten
desde mediados de semana, y que se encuentra enclavada en un segundo piso.
Tiene un jardín de colgantes plantas de agua, verdes y amarillas. En la parte
de atrás hay una terraza íntima, que nadie ve, y a la que solamente ellas tienen
acceso. Hay un sofá de ratán pintado de blanco y azul. Es precisamente en ese
sofá que Paola recibió a Choi las primeras veces que compartieron atardeceres.
Se conocieron en la biblioteca municipal. Paola buscaba citas de Rilke para un
informe y Choi mataba el tiempo leyendo a Alex Kuo. Paola lo recuerda, se
quita la ropa y se mete a la ducha.
El siguiente precepto es que se afeite. Toda. Así que toma una navaja nueva
y se dispone a rasurar cualquier indicio de vello de su cuerpo. En especial,
aquellas partes favoritas de Choi. Levanta los muslos, encorva las rodillas, sube
los brazos. Se dobla y llega hasta los rincones más suculentos y mojados por el
agua de la ducha. Cierra el grifo y se seca. y nota que sus partes suculentas, a
pesar de haber sido secadas por la toalla, continúan mojadas.
Camina cubierta tan solo de una diminuta camisilla blanca que revela los
pezones. Tarrón en mano, sale hasta la terraza y constata, igual que siempre,
que está desierta. En la otra mano lleva un cinturón de cuero.
Se desnuda. Se acuesta en el sofá de ratán y coloca la correa en el suelo. El
tarro con mermelada lo sitúa entre sus piernas desnudas.
Recuerda que la mermelada fue creada por el médico de María, Reina de
Francia, en 1561. Se cree que el motivo era aliviar los mareos de la Reina en

[ 21 ]
sus viajes por barco. Hay quien asegura que la palabra mermelada proviene del
francés «Marie Est Malade» o sea, «María está enferma».
Cuando Choi llega, Paola siente el aroma de su perfume desde que ésta
sube las escaleras. Cierra los ojos, obediente, concediendo así la penúltima de
las instrucciones. Percibe que su amada mujer, recién mudada con ella, recién
estrenando promesas de vida, se está quitando la corbata, está desabotonando
camisa y pantalón, y se entera cómo baja con ansiedad la cremallera. Cuando
escuche la orden que Choi prometió decir, deberá realizar el último paso.
Acto seguido, Choi pronuncia: Ponte en cuatro, puta.
Paola se voltea, aún ojos cerrados. Se coloca en la pose predilecta, levanta las
pArte uno
mermelada y unta su mano. Embadurna los pliegues de sus lugares expuestos.
Todo el pubis y la mayor parte de los glúteos. Decora con jalea transparente
y aterciopelada su vagina; detecta otras gelatinas, otros jugos que chorrean. y INVITACIONES REVISIONISTAS:
tiembla cuando escucha ¿verdad que vas a dejar que te coma todita? REPENSAR LA TEORÍA, REPENSAR LATINOAMÉRICA,
Paola dice sí, suavecito. Permite que el pecho le explote en respiraciones REPENSAR LO QUEER
asincrónicas. y pide por favor, por favor, mi cielo.
Eso precisamente hace Choi. Coloca cada palma de la mano en las nalgas
sazonadas de olores y sabores de Paola. Las separa con dureza. Firme las
aprieta. y comienza a lamer. A chupar. Al principio mansamente. Posa su
lengua, presiona y la separa luego de una pausa. Degusta las aristas con mayor
velocidad. Paola se mueve consternada de placer. Se convierte en semilla,
en crema de cacao, en pulpa aceitosa. Siente como la extraen de la vaina en
donde descansan las legumbres. El círculo de su goloso ano se convierte en un
verso de Neruda donde la primavera madura los cerezos. La lengua de Choi la
penetra saboreando cada delicado margen. Aquella profundidad achocolatada,
y nueva es una promesa de futuro. Ambas lo saben.
Choi acerca su rostro, y comparte la savia recolectada. Besa de lengua, delei-
tosa. Muerde labios, nuca, mentón. Toma el cinturón y lo acomoda, exigente,
en el cuello de Paola. La besa mientras cierra el círculo del aire, mientras la piel
del cuello es una paleta de rojos matices. Sostiene con cuidado toda vez que la
mujer temblorosa frente a ella, busca el mullido entorno de su propia cavidad.
Uno, dos, tres dedos más tarde; luego Paola dirige la mano completa. Choi
inunda los pantanos blanquecinos.
Se abrazan, desesperadas y en pleno besuqueo. Se consuelan. Porque quizás,
el acto ha sido tan tierno, tan intenso, que ambas sospechan en la posibilidad
de haber llorado.

[ 22 ]
II. NIÑA BONITA, PAPI CHULO5
Yolanda Arroyo Pizarro

Ven
ven a esta orilla
tengo un altar para ti
aquí estoy
frente a él
arrodillada
ábrete bien
déjame lamerte
desde el borde de la cama
hasta que los mayas inventen otro códice
con una nueva profecía.

5. Este y todos los poemas incluidos en este volumen pertenecen a un grupo de escritos
denominados Poemas para mi amada Zulma.

[ 25 ]
III. QUEER LATINOAMÉRICA: ¿CUENTA REGRESIVA?
Fernando A. Blanco
Bucknell University

La petición de este artículo me llega junto con el cierre de la serie Q de la


Duke University Press en Estados Unidos.6
antes y un después en la producción teórico-cultural del campo de los estudios
queer7 en el Norte y una relocalización de sus réditos en el Sur. Veinte años que
cubrieron un movimiento intelectual y político cuyos nombres emblemáticos
—Foucault, Bersani, Rubin, De Lauretis, Butler, Edelman, Warner— hoy ya
no escriben sobre lo mismo o cuestionan radicalmente sus agendas de trabajo
en el propio campo. y es que el efecto histórico en las Américas no puede
dejar de sentir el peso que tuvo la construcción de las agendas teóricas nor-
teamericanas, en relación con las ganancias y pérdidas que la modernización
de legislaciones y reconocimiento de derechos en sintonía con lo que Tamara
Adrián llama el «sincronismo histórico-jurídico» de la moral y la ley, ha traído
como escenario de negociación al continente hoy (2011, p. 47). Cierto es que
las identidades sexuales y de género necesitan ser incorporadas en el modelo
de regulación de derechos de gestión política contingente —enfoque asimila-
cionista característico de las ciencias sociales— y lo han sido. Pero cierto es
también que las prácticas y subjetividades contra-normativas y las desigual-

6. La serie de estudios interdisciplianarios Q de la editorial universitaria de Duke fundó con


la publicación en 1993 del libro Tendencies de Eve Kososfky Sedgwick el campo académico de
discusión conocido hoy como los estudios queer. El ensayo inaugural de ese texto constituye la
simiente teórica y mapa de ruta de los siguientes 20 años en el área. El trabajo de la colección
fue publicar trabajos que combinaran nuevas aproximaciones a los estudios gay y lésbicos
desde la perspectiva queer. La mayoría de los trabajos se consignan bajo el modelo interdiscipli-
nario de los estudios de cultura, los estudios de sexualidad, de teoría social, estudios literarios
y estudios de género. Entre sus autores están Eve Kososfky Sedgwick, Lee Edelman, Sylvia
Molloy (argentina radicada en us), Didier Eribon, Andrew Parker y Guy Hocquenghem.
7. Se utiliza la palabra queer en minúscula y en cursiva. Solamente será en mayúscula cuando
se hable de la Teoría Queer.

[ 27 ]
dades estructurales constituían y constituyen todavía un foco de tensión al desigualdad estructural alcanza niveles vergonzosos.8 Sin embargo, la pobreza
interior de los propios movimientos lgbtQI. en Latinoamérica no tiene la misma orientación que aquella que habita en los
Este último núcleo de pensamiento es el que desde una política queer se imaginarios trans-locales de otras clases y segmentos sociales del euro-norte
interroga sobre/en nuestras sociedades contemporáneas de una manera más (tampoco en nuestras élites intelectuales). Mucho menos hoy resulta inocua
radical, atendiendo al impacto en el tejido social de una nueva ética sexual su manipulación discursiva en medio de la efervescencia de un nacionalismo
- conciliatorio llevado adelante por el revival de políticas lésbicas y gay en busca
cipador en la cultura y las humanidades. Con esto dicho, el dejo de pesimismo de aceptación republicana en las Américas neoliberales. Como advierten varios
autores, los valores nacionales son consustanciales a los valores militares, y por
Janet Halley & Andrew Parker en su título After Sex. On Writing since Queer ende, a los familiares.9
Theory (2007), en el que se analizan cuestiones que evitan los lugares teóricos El escenario actual entre impulsos evolutivos y fundamentalistas se inten-
comunes de preguntarse por la vigencia del pensamiento anti-identitario o de derechización de ciertos gobiernos en el área. Conservadurismo
si ha ocurrido o no un reemplazo de la teoría feminista por la teoría queer, abre férreamente articulado en el control emanado de la tríada iglesias-ejército-
medios, presión que ha terminado por crear un apartheid laico inmovilizado al
pero sobre todo en la vigencia y proyección social en tiempos globales de un interior de los propios estados. Solo hace falta recordar el imaginario dictato-
enfoque materialista histórico queer. El volumen plantea sugerentes debates del rial presente en la derecha extrema para observar cómo se persigue hoy una
lado de la intimidad contemporánea lgbtQI (preguntas sobre los afectos y la ciudadanía acomodada al servicio de la patria en estos tiempos neoliberales en
soltería de lesbianas, bisexuales, homosexuales; sobre la búsqueda amorosa por Chile.
medio de las tecnologías disponibles hoy; sobre cómo se vive y se construye en En este ensayo propongo una revisión de las agendas de trabajo norteameri-
el cuerpo y en el espacio la cotidianeidad de los sujetos minoritarios o el cruising canas y latinoamericanas en sus coincidencias, intersecciones, contradicciones
electrónico; sobre cuál es el estatuto de los contratos sexuales en la vida privada y distinciones a propósito de la aparición de la Fundación IguAles en Chile, en
como el que plantea un «amigo con derechos»); en lo público, discusiones el año 2011. En el escenario político de la lucha por los derechos de minorías
teóricas y de la ley (la reproducción de la hipótesis represiva foucaultiana en sexuales articulo una revisión somera del activismo de la igualdad versus el de
las agendas queer del lado del conservadurismo matrimonial y de adopción; la la diferencia en el contexto social ambiguo del neoliberalismo chileno.10
utopía lésbica y la distopía gay post derechos ciudadanos y «reproductivos»;
la justicia social y el placer sexual); o controversias sociológicas (la invisibili-
zación de los vectores racial, religioso y cultural en el análisis trasnacional y 8. Véase el informe Eslabones de la desigualdad: heterogeneidad estructural, empleo y protección social
(cePAl, 2012).
de comunidades, India = queer/Trans = queer), o el olvido del componente del 9. No hace falta agregar los fundamentalismos religiosos que de por sí han sido hegemonía
activismo y la solidaridad radicales heredadas de las décadas del sida. neutralizadora de la acción política de las minorías sexuales en el continente.
Este mapa, útil para el establecimiento de una comparación, abre paso 10. Reproduzco aquí la Declaración de Principios de la Fundación IguAles dirigida por el
- escritor Pablo Simonetti. «Desde su origen, en Fundación Iguales imaginamos un país donde
zación en el Sur de la academia de estudios latinoamericanos con publi- la diversidad sea entendida como un valor social, y en el cual todos y todas podamos vivir de
forma libre y segura. En el contexto de una sociedad marcada por su desigualdad, y una histo-
caciones como Cartografías Queer. Sexualidades y Activismo lgtb en América ria política que le ha cerrado sistemáticamente las puertas a las personas con una orientación
Latina (Balderston / Matute, 2011) y The Politics of Sexuality in Latin America sexual o una identidad de género distinta, el año 2011, la Marcha de la Igualdad produce un
(Corrales / Pecheny, 2010) en las que los autores debaten sobre el estado cambio en el modelo de trabajo a favor de los derechos civiles de la comunidad lgbt chilena,
legislativo del reconocimiento de derechos para las minorías sexuales en impulsando así la creación y desarrollo de nuestra Fundación. Desde ese momento, cientos de
el continente, las diferencias de representación discursiva de los distintos familias se hacen parte de un trabajo conjunto por el reconocimiento de la diversidad sexual,
grupos, las luchas internas debidas a desajustes estructurales en las comuni- pasando de ser una comunidad aminorada a un colectivo transversal de ciudadanos y ciudada-
nas que luchan activamente por la consecución de sus derechos. Fundación Iguales participa
dades lgbt/Q y el papel de los imaginarios en la visibilización de demandas en el debate público y legislativo, involucrándose especialmente en la discusión de proyectos
y subjetividades. de ley, desarrollando propuestas para la ejecución de políticas públicas y promoviendo pro-
Ciertamente la coincidencia entre la epistemología queer con el marxismo y yectos de investigación y difusión de las ciencias jurídicas y sociales respecto de la diversidad
el feminismo desde el análisis materialista radical de las relaciones materiales sexual. Los valores que hoy constituyen a la Fundación Iguales se basan en la profunda con-
y simbólicas de poder entre los individuos, sus sociedades, discursos y lenguajes vicción que la inclusión es desde donde se generan los cambios sociales. Por eso declaramos:
ha servido como fermento político en un continente (y una academia) donde la derechos.

[ 28 ] [ 29 ]
1. De herenciAs y DisputAs dores de su potencia disruptiva: traducibilidad y neocolonialismo cultural del
-
La advertencia sobre los límites materiales y políticos de la sexualidad y la nece- logías y discusiones foráneas; y, por último, la vigencia de políticas identita-
sidad de pensarla interrelacionada con otros campos de poder-saber ya estaba rias asimilacionistas (homonacionalismos) versus políticas «refractarias» (otros
presente en el primer trabajo de Michael Warner, Fear of a Queer Planet (1993). modelos de estado nación como el pan-indigenismo revolucionario o movi-
En él se leía claramente la prevención de que el sentido utópico del trabajo mientos como los trans y lésbicos). Estos nudos de problemas podrían, a su
político-teórico de los estudios queer estaba lejos de ser inmune a su cooptación vez y en relación con los movimientos post-identitarios de lucha por derechos
por vaciamiento de sentido por parte de los viejos poderes centro-coloniales. de ciudadanía cultural y sexual en las Américas transatlánticas, resumirse en
La negatividad del término acechaba así, desde sus comienzos, en la celebra- dos tipos enfrentados de políticas históricas: políticas regulatorias versus polí-
ción prejuiciada por el humanismo liberal blanco de su primer momento, sin ticas emancipatorias.
olvidar ni traicionar sus orígenes en movimientos de base social como Act Estos dos marcos de trabajo político y teórico resumen las posiciones
uP imperantes en la región latinoamericana, caracterizadas ambas por perseguir
tensión entre acción política de base y su compleja transferencia a la academia un cierto ideal transformativo del lado de la política y de las relaciones entre
dentro del modelo liberal de agencia cultural y social. los individuos. La legislación por parte del estado y la demarcación de las zonas
El crítico cultural norteamericano Brad Epps (2008) coincide con la preo- de dominio de éste en lo íntimo constituyen dos de los debates centrales en la
cupación de Warner, aunque lo hace resituándola en el contexto hispano-lati- región. Como plantea Kathya Araujo (2008, p. 31), hablamos aquí del «para-
noamericano en un gesto contrario ante lo que él considera simplemente ser digma libertario y el paradigma de derechos». La posición libertaria anhela el
una práctica colonizadora más, esta vez de imaginarios. Para Epps el peligro derecho a gozar del propio cuerpo en particular y en relación con los Otros,
estriba en la falta de sustancia histórico-simbólica del término en español y por por medio de la cancelación de los mecanismos represivos jurídicos heteronor-
ende, de sentido en su interacción político-cultural (Epps, 2008, pp. 897-920).11 mados; la posición de los derechos se ordena en torno a generar una legislación
La hermenéutica liberadora del uso del vocablo-discurso, sus variaciones como anti homo/lesbo/trans-fóbica que se traduzca en la reducción de la violencia
acción y práctica emancipadora, su posterior traspaso consagrado a la teoría contra estos grupos y en su reconocimiento de garantías civiles igualitarias
y de ahí a la sistematización metodológica de un campo, completa la zaga ante la ley heteronormativa. Entre ambos abordajes la crítica proveniente de
de la colonialidad del poder de las agendas norteamericanas, de acuerdo con los estudios queer sigue siendo pertinente pues el «absolutismo moral» (Weeks,
muchos críticos del ejercicio retórico del modelo. 1998, p. 11) las recorre, condiciona, modula y orienta.
De acuerdo con el activista y artista visual chileno Felipe Rivas (2001, p.
62) el gesto de importación en la crítica de Epps acusa un «mero snobismo de productividad teórica y social coincidiendo, a pesar de las diferencias, en
que la violencia está en el centro de las vidas de los individuos subalternos. ya
tres zonas problemáticas vinculadas al circuito epistémico de importación, sea en sus versiones anglosajonas, latinoamericanas, hispanas o trasatlánticas.
distribución, circulación y consumo académico masivo. De acuerdo con Rivas
- «convocar a una serie de márgenes que no tienen un núcleo identitario»;12 el
poeta y antropólogo argentino Néstor Perlongher, en su clásica relectura del
trabajo de Félix Guattari en la crónica Los Devenires Minoritarios (1991), abogaba
desde el Sur pensar el sujeto/individuo de goce —el cartógrafo deseante cuyo
-
dad LGBT.
sobre su estatus societal «[...] desde la mutación de la existencia colectiva. Ellos
un amplio espectro social. estarían indicando, lanzando, experimentando modos alternativos, disidentes,
“contraculturales” de subjetivación [...] para abrir puntos de fuga para la implo-
sión de cierto paradigma normativo de personalidad social» (Perlongher, 1999,
transversal.

que trabajen por objetivos comunes» (Iguales, 2013).


11. Por cierto, Epps no considera las lenguas amerindias ni la intersección de culturas y prác- 12. «To conjure a series of margins that have no identity core.» Esta y todas las traducciones
ticas Latinas en EE.UU. del inglés al español son del autor.

[ 30 ] [ 31 ]
p. 65), y coincidiendo plenamente con el propósito del campo marcado por electoral y la construcción de hegemonías no está ausente. Por otro lado, iden-
Warner, es decir, registrar los movimientos subterráneos y no meramente 13
en el que
la visibilización creciente de grupos lgbtQ en lo público no necesariamente se
en su libro Borderlands/La Frontera. The new Mestiza (1987) la chicana lesbiana
aquello sancionable en la esfera pública mientras en lo íntimo se la desautoriza
de la frontera como aquellos que existen en: en virtud de normativas valóricas, los sujetos glbtQ se ajustan a la doble moral
imperante en sus sociedades, tanto material como simbólicamente, permane-
Un lugar impreciso e indeterminado creado por el residuo emocional ciendo presos de los «múltiples closets»14 (Pecheny, 2010, p. 18) con los que los
de los límites desnaturalizados. Un constante estado de transición y modos de vinculación societal y familiar y las redes de clientelismo reducen su
cambio. Lo prohibido y lo no permitido son sus habitantes. Los atrave- capacidad emancipatoria (pp. 102-103).
sados viven aquí: el extrávico, el perverso, el queer, el problemático, los Otro conjunto de trabajos ordenados desde el activismo político y cultural
monstruos, el mulato, el mestizo, el muerto en vida: en suma, aquellos que por Daniel Balderston y Arturo Matute (2011) consigna tres áreas de discusión:
el aporte de los debates feministas en torno a la política pública y los debates
de lo «normal». lgbtQ15 en contextos post-revolucionarios; los debates teóricos en torno a la
(p. 62) genealogía del término queer, circunscritos igualmente a la decolonización de su

Todas las aseveraciones o hipótesis de trabajo de campo planteadas, aunque los movimientos diaspóricos y migratorios de sujetos subalternos. yo agre-
viniendo de epistemologías diversas, adquieren la misma resonancia para la garía un cuarto tema, el de la visibilización simbólica y material en su negocia-
región latinoamericana en un momento crucial de tensión entre emancipación ción con representaciones hegemónicas y contrahegemónicas de la sexualidad,
y regulación del paradigma de derechos por ciudadanía sexual. Ellas ponen tanto en el discurso público como privado.
de relieve la crítica de la plasticidad del deseo con sus correspondientes varia- Nos guste o no hemos heredado en el campo transnacional de estudios queer
ciones en la construcción de los lazos sociales al interior de modos de produc- un canon escolástico consolidado, sostenido en la problematización común del
ción alternos, modernidades segmentadas y modernizaciones incompletas aunque sistema regulatorio de la sexualidad, y también una suerte de trama de problemá-
compulsivas dentro de la matriz desarrollista que aún sirve de horizonte al ticas vinculadas con la intransitividad teleológica de lo queer (Edelman, 2012, p.
futuro de la región, tanto central como periféricamente. En particular, el trabajo 470) y los modos en los que se puede resistir la normalización. La tensión entre
de los estudios queer en el área —sobre todo el de ciertos activistas— comparte ambas herencias, la de una sexualidad cuya pulsión de goce es tan anti-norma-
un elemento en común no explícito, a saber: más allá de pensar en torno a la tiva como sus objetos y que se imbrica del mismo modo libidinal con una serie
sexualidad y su ejercicio como un campo posible de ser regulado equitativamente de otras energías conceptuales liberadas en lo social, se complementa e inter-
entre los individuos, éste presenta una dimensión que no se somete solamente al
«régimen de la justicia» (Araujo, 2012, p. 37), pues la sexualidad sobrepasa el de regulación. Convengamos entonces en que los modelos hermenéuticos de
marco distributivo de la ley en relación al goce, sus formas y agentes. interpretación cultural, de acción política y de análisis social sustentados por
De acuerdo con Mario Pecheny y Javier Corrales, politólogos especialistas la teoría queer, a pesar de la crítica que han recibido, han permitido radicalizar
en el campo, habría ciertas temáticas recurrentes en el actual debate político
sobre las comunidades y derechos lgbtQ en la región latinoamericana durante
el periodo que ellos denominan «la tercera ola de democratización» (2010, p.
13. «Coming out.»
1). Por una parte nos encontramos con las disputas de y entre los grupos
14. «Multiple closets.»
lgbtQ y sus sociedades en relación al paradigma que parece dividir esfuerzos,
prácticas y actitudes tanto de legisladores como de activistas. Enfatizan cómo 15. Los debates lgbtQ –lesbian, gay, bisexual, transgender and questioning– sostenidos al
interior de las comunidades de minorías sexuales en la región se ordenan alrededor de la lucha
las actuales democracias se debaten entre cómo aceptar e implementar una por derechos de ciudadanía sexual insertos en los modelos regulatorios colectivos en los que
política regulatoria de base radical traducida en la lucha por derechos humanos la noción del derecho a constituir familia articula su agenda, vía la legalización del acceso al
irrenunciables del lado de la emancipación, versus la negociación de la matrimonio y la adopción. Por otro lado, y en contra de este «republicanismo asimilacionista
propuesta de un modelo consensuado multicultural y liberal cuyos esfuerzos gay» están aquellos discursos más radicales que insisten en problemáticas más vinculadas con
se dirigen a la normalización de la diferencia sexual a través de contratos de la urgencia del reclamo político de constituir legislaciones protectoras en contra de la violencia,
homofobia y discriminación sobre todo en el contexto de las luchas de clase, raza y género que
corte segregacionista, esfuerzo del que el problema de la representatividad subyacen en la cultura nacional y al interior de los propios movimientos.

[ 32 ] [ 33 ]
la lucha por el derecho al goce de la intimidad extendiéndolo a la lucha por el 2. eL cAnon
derecho a una nueva sociabilidad. Dentro de estos últimos destaca el trabajo
de Rosemary Hennessy que postula una «ontología social Queer» (Hennessy, Las variaciones de la discusión sostenida en estos veinte años de producción
teórica van desde el modelo anti-normativista radical de Foucault-Bersani, inte-
trabajo, la fuerza laboral y su inscripción productiva en los mundos sociales. resado en la crítica de la razón sexual en tanto campo y pedagogía moderna,
En todos ellos la tensión entre la pulsión, la política-moral estatal y la ética hasta el del vitalismo integracionista crítico de la opresión homosocial mascu-
sexual global, comunitaria e individual recorre plataformas políticas, agendas lina sobre grupos subalternos (racial, sexual, religioso, colonial). En la lectura
de trabajo, relaciones comunitarias e intersubjetivas en el campo. -
Es aquí donde la discusión sobre construcción de lazo social e individuo ción del lado de los afectos y el placer. Un tercer eje es sugerido por el trabajo
espera para ser integrada en este horizonte y constituye a mi juicio la arena de de Judith Butler (1990). Este último destaca la discusión sobre la potencia
debate contemporánea en contextos sociales altamente racializados y estrati- performativa del género dentro de un modelo regulatorio de normas y reglas.
Es esta idea del cambio o reajuste permanente del sujeto frente a las narrativas
estado de la discusión. Hablamos ahora de tener un espacio en la sociedad que que se le ofertan desde la cultura que lo acoge la que me hace decir, junto con
no dependa exclusivamente de los componentes atributivos o del constructi- la psicoanalista peruana Kathya Araujo (2010) desde Latinoamérica, que son
vismo de la diferencia sexual para el ciudadano que se piensa global, sino de justamente las posibilidades no adscritas en la elección del objeto y el modo
una articulación discursiva que posibilite al sujeto excéntrico a posicionarse de goce para el sujeto donde debemos encontrar las respuestas para la varia-
de acuerdo con la variabilidad de su goce, la del cambio cultural intersectado bilidad social de las formas de construir el lazo y la posición que se ocupará
con su propio proceso de subjetivación y de las condicionantes estructurales dentro del tejido social. La categoría del género es la demanda prescriptiva del
—simbólicas y materiales— de su biografía en un momento histórico deter-
minado; en otras palabras, de un debate que vaya más allá de las retóricas y modo, para variar los puntos de subjetivación que construyen los sistemas
políticas integracionistas del multiculturalismo y la tolerancia conservadoras semióticos para la cultura. Como dice Araujo, al referirse a la construcción del
liberales, uno que implique la generación de instancias de participación en la
vida social con reconocimiento de derechos no sometidas a los mecanismos,
instituciones y narrativas de conversión tradicionales (familia, matrimonio, junto con el entrecruzamiento relacional entre el ideal del yo en contrapunto
patrimonio y nación). al ideal social del yo. Es en esta línea precisamente en la que podemos encon-
Ejemplos sistematizados de lo anterior lo constituyen en la academia del trar una continuidad de agenda entre el Euro-norte de los movimientos de
euro-norte los estudios queer y post-colonialidad, estudios queer y estudios base, el Norte-americano de la teoría y sus pares latinoamericanos. La inmensa
étnicos, interseccionalidad y estudios queer, estudios queer y africanía. Esto variabilidad del goce en relación al objeto es uno de los grandes problemas de
por nombrar solo algunas posibilidades de rearticulación del campo que han la contemporaneidad, y su traducción a la vida política es uno de sus desafíos
surgido como frutos de debates tenidos dentro de los Queer Studies.16 más urgentes.
El pensamiento de Gabriel Giorgi destaca dos líneas de trabajo en las
actuales discusiones glttb17 -
rior. Dice Giorgi: «por un lado, creo que en el encuentro se pudo advertir

16. La subalternista nicaragüense Ileana Rodríguez me regaló hace no mucho el libro Terrorist sexualidad; por otro —en este caso referido a cuestiones de creación y poli-
Assambleges Homonationalism in queer times (Puar, 2007) en el que el ejercicio intelectual de la teo- tización de lo cultural—, un nuevo lugar o posición de las culturas glttb en
ría queer su intersección con lo político» (2011, p. 149). De acuerdo con su argumenta-
globales de homofobia. En dicho texto, Jasbir Puar propone con sagacidad un análisis de los ción, referida a las antologías literarias y su poder como discurso simbólico, la
mecanismos implicados en confrontaciones internacionales en los que las máquinas de guerra
- distinción teórica que debe hacerse localmente frente a la homologación del
nes armadas. También incluye en su análisis variables tales como riqueza-pobreza, seguridad- par gay-queer es la de oponer el posicionamiento político-legislativo de retóricas
inseguridad, salud-enfermedad, fertilidad-mortalidad o alianzas estratégicas entre individuos de la identidad gay al gesto queer del campo estético-político fundado en y por
homo-nacionalistas y el absolutismo económico capitalista en la generación de alianzas estra-
tégicas con naciones-mercado internacionales para el turismo sexual-gay, la adopción trans-
global, la mediatización de los estilos de vida gay-lésbicos como estrategias de reproducción
de mercadotecnia. 17. Nótese el reordenamiento del acrónimo.

[ 34 ] [ 35 ]
los lenguajes de lo singular otro no había aún sido incorporado dentro del prestigioso archivo de nuestros
variabilidad del goce del sujeto en analogía con los lenguajes que produce para préstamos lingüísticos en el Sur Global. Muy por el contrario, levantaba encen-
nombrarlo.18 Otro núcleo de interés que coincide con los postulados de Araujo didos reclamos de quienes pensaban que los estudios literarios y de cultura nada
esbozados más arriba, es el de la «sexualización insistente y generalizada de tenían que ver con la sexualidad. A pesar de ello, las urgencias eran otras y los
las subjetividades» (2012, p. 152), lo que levanta la necesidad de replantear en propios involucrados en los debates en curso estaban del lado de los reclamos
Latinoamérica la perspectiva de análisis frente al nuevo individuo norma para el en búsqueda de justicia para las víctimas de la represión durante la dictadura,20
cual la sexualidad ya no es un elemento transgresor sino un campo político de de tratar de entender al gobierno en su afán consensual, levantando un piso
derechos a la espera de ser regulado. ético que sostuviera su continuidad política, ya que no ideológica, y de —desde
dentro de los currículos— adaptar con los subalternistas el postcolonialismo
indio a su versión latinoamericana mientras se rearticulaban los feminismos
históricos. Una discusión más oscura se abría en torno al asistencialismo de las
agendas de las ongs locales que se peleaban por los fondos internacionales en
3. chiLe queer medio de la indolencia estatal frente a la pandemia del sida.21
Sin embargo, la paradoja no se hizo esperar. Otra invitada, la crítica anglosa-
La primera vez que el concepto me interpeló directamente fue en un Coloquio jona Jean Franco, a propósito del trabajo performático del colectivo chileno de
en la Universidad de Chile en 1995. Digo esto porque una colega de Berkeley arte homosexual Las Yeguas del Apocalipsis, repitió en su conferencia la palabra
se me acercó en una de las sesiones lanzándome el epíteto como signo de marica para referirse a los artistas Pedro Lemebel y Fran-
mutuo reconocimiento. En señal decimonónica de «entendidos», su saludo «tú cisco Casas. El gesto anticolonial de la crítica era evidente, un gesto legitimador
eres el colega queer» me colocaba incómodamente dentro de un grupo de élite, del trabajo cultural del colectivo en el que las políticas de la memoria, vinculada
al mismo tiempo que me estigmatizaba en un país donde todavía por otros con los desaparecidos de la dictadura chilena con los primeros muertos por la
diez años la sodomía iba a ser ilegal y causa de prisión. Seguramente mi doble pandemia del sida, encontraba su salida en el lenguaje. La traducción le servía
vinculación quedaba en evidencia académica, pues ya me había devorado como a Franco para distanciarse apelando al lenguaje de la abyección homosexual
novel investigador dos de los textos fundadores de la teoría queer Epistemología como su locus retórico decolonizador. La instalación Las Dos Fridas, en la que
del Armario de Eve Kosofsky Sedgwick y El Género en Disputa de Judith Butler. Lemebel y Casas aparecen travestidos, se sumaba ese año al escándalo público
Una complicidad entonces auspiciosa que nos protegía y legitimaba, pero que que se había desatado unos meses antes por la asignación de fondos estatales
también demarcaba el espacio colonizado por las agendas norteamericanas en a dos proyectos artísticos. El libro de cuentos del activista y escritor homo-
sexual Juan Pablo Sutherland, Ángeles Negros, y la pintura Simón Bolívar del
los ochenta gracias a grupos como Act uP - artista visual Juan Domingo Dávila, generaron una ola de protestas nacional e
tal para con el sida o el encuentro que Teresa de Lauretis organizara en Santa
Cruz, California, poniendo en cuestión el paradigma normalizador de las polí- contra la «moral nacional» y «el patriotismo continental». Los dos ejemplos nos
ticas de la identidad. Pero esos debates como siempre nos quedaban ajenos; permiten leer la contingencia política en la precariedad de su montaje —los
estaban lejos de nuestro quehacer tercermundista a comienzos del segundo de gobiernos transicionales— al tiempo que muestran toda la potencia de los lenguajes
los gobiernos de la Concertación bajo una recién estrenada democracia apelli- del arte para horadar la falsedad de la homogeneidad valórica y epistemológica
dada Cristiana entre 1994 y 1998. hetero-nacionales.
Claro, era más fácil hablar entre respetables colegas de la academia de queers Menciono estos ejemplos paradigmáticos de la escena crítico-cultural homo-
que habernos saludado con un transnacional «hola marica». Aunque bien sabía
de la inscripción del término en los debates académicos en el mainstream nortea- de los lenguajes del arte y la literatura con los de la política ha sido y es consus-
mericano sobre sexualidad y cultura, a la vez prefería pensarlo como resistencia
a la regulación liberal propulsada por el establishment gay.19 Fuera de un modo u
20. La posibilidad de llevar a los responsables a juicio ocurriría en 1998 con la acusación
levantada por el juez español Baltasar Garzón contra Pinochet.
18. Esto en el contexto de la discusión sobre la crítica de la noción de «persona» en el artículo 21. Para entender la polémica local en perspectiva histórica ver los trabajos de Víctor Hugo
citado. Robles, Bandera Hueca: Historia del movimiento homosexual chileno (2008), y de Tim Frasca, aids in
19. En la discusión de hoy, homonacionalismo. Latin America (2005).

[ 36 ] [ 37 ]
tancial al reclamo emancipatorio ciudadano desde la circulación masiva en la coyuntura gobernante y sus ofertas de inclusión —un multiculturalismo
cultura popular y por las narrativas fundacionales decimonónicas. (liberalismo humanista) aggiornado22—.
c) Movimientos participativos de «jóvenes» y «minorías» entre la deter-
minación histórica y las culturas de participación-cooptación políticas.
Relevos generacionales, sustitución/tensión entre las luchas históricas
y sus actores y las luchas inmediatistas-funcionales y funcionalizadas
4. = iguALes: eL Amor hAce A LA fAmiLiA con nuevos actores a propósito de la coyuntura Piñera/promesas-de-
campaña.
Dos décadas después de su debut, el proyecto político emancipatorio ciuda- d) Homo-lesbo-trans-bi-fobia cultural y estatal: discursos en disputa por
dano pareciera adquirir mayor resonancia en otro espacio de demandas. Chile la regulación. Movimientos ciudadanos, nuevos contenidos educativos.
se ha convulsionado desde el 2007 con las marchas estudiantiles, cuyos recla- Educación para prevenir, educación para legitimar, educación para conti-
mos por equidad ciudadana —desde el derecho a la participación en la esfera nuar. ¿Las leyes educan, reprimen, ordenan?
pública como individuos con agencia y capital material y simbólico— recuerdan
queer. Paradojal resulta que los propios movimientos
históricos por la lucha de derechos —movIlh, mums, y su versión neoliberal, simbólico histórico del discurso de los derechos humanos post-demo-
IguAles— estén más centrados en regular su inscripción civil dentro de los cracia y post-Clinton.
marcos regulatorios reservados al matrimonio que en pensarse como resisten- -
cia a la cooptación cultural e institucional heteronormada. Pero el panorama tudes, diferencias y acomodos entre los puntos de enunciación y modos
es mucho más complejo aún, con un presidente de derecha —el multimillona- de subjetivación presentes en los discursos de los diferentes grupos y
rio empresario Sebastián Piñera— quien inteligentemente, como promesa de asociaciones civiles IguAles-movIhl-cuds.
campaña, ha tomado como suyos los lenguajes y los reclamos de la comunidad
gay comprometiéndose a legislar sobre el AvP (Acuerdo de Vida en Pareja)
para regular las uniones de hecho en el país. En campaña abierta de televisión «homosexualidad de Estado» (2011, p. 64), el reclamo de IguAles sistematiza
nacional, el entonces candidato de la coalición de derecha aparecía en un spot una serie de iniciativas de acomodamiento a las posibilidades de integración
propagandístico en el que dos hombres jóvenes —uno de ellos actual director social de las parejas. No se trata tanto de una lucha individual —muchas veces
de la Fundación IguAles, Luis Larraín— aparecían con las manos entrelazadas la homofobia responde a actitudes individuales y no estructurales— sino de la
haciendo entrar a Chile en el mundo global de la tolerancia y el consenso mora- aspiración a una serie de regulaciones y normativas que anulen la carga moral
les, en una clave de derechos humanos diferente a la que caracterizó a los cua-
tro gobiernos precedentes de la concertación de centro izquierda. Los dere- imaginaria pre-política de la institución del matrimonio. El contrato entre indi-
chos humanos aquí apelaban al universal humanitario vía el blanqueamiento viduos para regular su unión responde a una demanda doble: de resguardo
patrimonial (garantías civiles) y de blanqueamiento moral (supresión pública
al de la ley. El sucedáneo AvP por el contrato matrimonial sella de este modo el de la intimidad). La estructura de derechos y obligaciones que subyace al AvP es
gesto normalizador de este movimiento caracterizado en sus cúpulas por sus la de la familia y su fundamento es histórico; las cosas han cambiado y lo que
ayer era considerado excéntrico hoy es la norma. La liberación sexual de los
En menos de un año de funcionamiento, IguAles ha logrado un lobby polí- individuos minoritarios cede hoy a la necesidad de generar redes de protección
tico sin precedentes en la lucha por derechos de minorías en el país. Carente legal a modos normativos de organización de la intimidad. No se trata ya del
de una propuesta de contenidos, el éxito de la acción política asistencialista reclamo del individuo al ejercicio de su propia sexualidad, sino el del ciudadano
desarrollada por el colectivo se inserta sin problemas en las siguientes áreas de apartado de la comunidad de pertenencia exigiendo su derecho a ser regulado
discusión en Chile: dentro del estado. Es el triunfo parcial de un capital simbólico (clase) por sobre
a) Movimientos sociales de emancipación, versus movimientos sociales de el fracaso de gestión democrática de movimientos históricos en la lucha por
regulación. El caso del AvP y la moral sexual familiar-nacional.
b) Ciudadanías con agencia, versus ciudadanías condicionadas o aspiracio-
nales. La clase social como determinante de la agencia política y el esta-
22. La palabra aggiornado
tuto ciudadano. Los nuevos contextos políticos generados a partir de la Sur. (Nota de los editores.)

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emancipación y reconocimiento, cooptados desde su falta de reconocimiento con respecto a las prácticas y estrategias de los movimientos homosexuales más
ideológico e institucional por parte del estado. tradicionales, especialmente en cuanto al uso excesivo de la identidad sexual

segundo año de funcionamiento ha virado hacia abrazar una política de defensa la política homosexual, la inclusión de demandas normalizadoras y conserva-
y regulación dentro del paradigma de los derechos humanos haciéndose eco doras como el matrimonio gay, la falta de crítica a las formas de acoplamiento
del viraje de los estudios queer transnacionales. Este cambio desde una centra- gay al mercado, etcétera» (Rivas, 2012, p. 7).
lidad de las discusiones teóricas hacia problemáticas provenientes del mundo Rivas trabaja su pensamiento desde referentes teóricos locales del discurso
social obedece a la necesidad de plantear y resolver demandas actuales que del arte, lo que implica pensar en la producción de lógicas de construcción de
responden a los modos contemporáneos de reproducción del capital social sentido al interior de un determinado sistema de representación. Los lenguajes
vidas queer en una y los contenidos que portan serán interrogados interdisciplinariamente por un
- grupo de jóvenes universitarios provenientes de las ciencias duras, las ciencias
mica del mundo social. Con proyectos que destacan la trans-fobia como uno -
de sus núcleos principales de trabajo, la Fundación se mueve desde un primer truccionista francés y desde los feminismos de la diferencia, la cuds23 propone
momento de conservadurismo moral victimista hacia un segundo momento mantener una actitud vigilante frente a las operaciones normalizadoras, tanto
de interpelación y gestión político cultural más crítico. Aún y con este giro, de la teoría como del activismo, llevadas a cabo dentro de escenas comuni-
queer para cativas singulares. Dentro de estas escenas hegemónicas se incluyen tanto la
entrar de lleno en la regulación de vínculos patrimoniales; aunque quizá lo interpelación en el discurso público al estado dentro de los lenguajes de la polí-
más importante sea, a pesar de todo, su relocalización generacional, hecho que tica como otras prácticas resistentes en las que el afán teórico despotencia la
permite repensar la importancia de los logros conseguidos en momentos histó- capacidad desestabilizadora de la intervención. Este es el caso de «los talleres
ricos anteriores (dictadura, sida, transición) por los movimientos de minorías drag ofrecidos por Beatriz Preciado en Chile, donde se ponían requisitos a
las participantes (debían ser mujeres, preferentemente lesbianas), junto con
activismo lgbtQI va a desarrollarse hoy. la ritualización del taller como algo excesivamente esquemático: biomujeres
¿y entonces, hay un lugar para las políticas queer en un contexto en el que
el reconocimiento que hace el estado —vinculado endogámicamente con la Rivas, 2012, p. 7).
Fundación a través de una red de clientelismo familiar— pone a la emancipa-
ción del lado de la hegemonía? escena de la resistencia a la hegemonía que bajo otros condicionantes carac-
La respuesta para el caso chileno es también generacional. Generacional y de terizó las luchas sociales de los 80s en Chile. El discurso simbólico vuelve
clase pues en términos de pensar la política de la diferencia los actores sociales a reinstalarse en la escena pública y dentro del discurso público para hacer
patente la debilidad e inconsistencia sobre las cuales se construye y negocia
desde dentro de la propia universidad y con la clase media como horizonte de la continuidad de la hegemonía heterosexual. En contra de lo que podríamos
sentido y pertenencia nos proponen una crítica radical de la «demanda mino- queer —vía matrimonio-AvP, la posibilidad
ritaria» histórica. Estos nuevos grupos, a diferencia de espacios como IguAles,
una política de cuestionamiento de las bases mismas de la reproductibilidad
un estado paternalista, dispuesto a ceder frente a demandas humanitarias —en social. Armados de una valentía y beligerancia, a veces percibida como de arro-
las que la lucha por una moral sexual no estatizada cede frente a la asignación gante absolutismo, estos grupos insisten en la independencia de los sujetos
de cuotas de participación pública y civil— hechas por grupos como el movIhl minoritarios y su libertad para ejercer su propia posición en el mundo frente a
en la década anterior. Estos nuevos activistas «erigirán una serie de prácticas la homosexualidad de estado.
estéticas, políticas y críticas (la Disidencia Sexual) provocando una politización
de la sexualidad en formas no previstas por el modelo anterior, abriendo un liberador de las políticas queer, pensado desde el análisis materialista propuesto
al comienzo de este artículo. Las agendas de trabajo de la igualdad en la región
ritualización de ese fracaso en las prácticas de colectivos más jóvenes y radi- latinoamericana, aunque dentro de la perspectiva regulatoria pensada desde
cales» (Rivas, 2012, p. 7).
Rivas, en una crítica al esencialismo de las políticas gay de la identidad,
propone el término «disidencia Sexual» para «denotar una toma de distancia 23. Colectivo Universitario de Disidencia Sexual.

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el lado del individuo y la sociedad a la que pertenece, no dejan de reconocer butler, Judith (1990): Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity,
su diferencia. Los debates de la región insisten sin cesar en la necesidad de Routledge, Nueva york.
incorporar al debate la intersección de condicionantes estructurales: opresión cePAl (2012): Eslabones de la desigualdad: heterogeneidad estructural, empleo y protección
por raza, clase, religión, género, nivel educacional e ideología, sin los cuales los social, Naciones Unidas, Chile.
logros obtenidos no pasarían de ser retóricas normalizadoras de los estilos de corrAles, Xavier / Pecheny, Mario (2010): The Politics of Sexuality in Latin
vida mayoritarios adaptados a los nuevos tiempos. America. A Reader on Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Rights, Pitts-
Dicho esto, el poder disruptor de las políticas queer en Chile pareciera estar burgh University Press, Pittsburgh.
situado del lado de la politización de los discursos del arte. Los mundos sociales edelmAn, Lee (2007): «Ever after: History, Negativity and the Social», en: Janet
puestos bajo escrutinio estético siguen rindiendo posibilidades de emancipa- Halley / Andrew Parker, After Sex: On Writing since Queer Theory, Duke
ción inéditas para la política. La variabilidad de la construcción del lazo social y University Press, pp. 469-476.
sus posibilidades de goce siguen presentándose con fuerza en las literaturas y la ePPs, Brad (2008): «Retos, riesgos, pautas y promesas de la teoría queer», Revista
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y legisladores. gIorgI, Gabriel (2011): «Una Crítica teórica y crítica de la “Persona”», en:
Quizás en el Sur-Sur, en el patio trasero, en el backyard, de los Estados Daniel Balderston / Arturo Matute (eds.), Cartografías Queer: sexualidades
Unidos,24 y activismo lgbt en América Latina, University of Pittsburgh, Pittsburgh,
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- hennessy, Rosemary (2012): «The Value of a Second Skin», en: Diane
tura y el arte «habitados por elefantes regios» (Arenas, 1984, p. 9), lugares en Richardson / Janice McLaughin / Mark E. Casey (eds.), Intersections
los cuales la palabra nos permite aún ser aquello que deseamos. between Feminist and Queer Theory, Palgrave MacMillan, Londres-Nueva
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24. Referencia al epíteto dado por el Secretario de Estado de la administración Nixon, Henry
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