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Dwight L. Moody dijo una vez: "Es cierto que hemos oído hablar del Espíritu Santo, y que
hemos leído de él, pero tenemos poco conocimiento personal de sus atributos y su
relación con nosotros."
Martyn Lloyd-Jones: “Todos estaríamos de acuerdo en que desestimar o pasar por alto la
doctrina del Padre sería terrible. Todos estaríamos de acuerdo en que también es terrible
pasar por alto la doctrina y la verdad concerniente al Hijo eterno ¿Nos percatamos
siempre de que es igualmente pecaminoso desestimar o pasar por alto la doctrina del
Espíritu Santo?”
¿Por qué dedicar tiempo al estudio de la persona y obra del Espíritu Santo?
tienen grandes dudas acerca de lo que realmente es. Por todos lados hay mucha
confusión.
A. EL ESPÍRITU SANTO ES UNA PERSONA. Uno de los rasgos distintivos del cristiano
es creer en el Espíritu Santo como persona. A través de los siglos muchos han
negado la enseñanza bíblica de la personalidad del Espíritu. Arrio (256-336 d. C.)
llamaba al Espíritu “la energía desplegada de Dios”. Muchas sectas en nuestros
días se hacen eco de esta mentira, diciendo que el Espíritu Santo es una fuerza
impersonal, como por ejemplo la electricidad.
a. Intelecto. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los
hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios (1
Co. 2:10, 11). Pablo atribuye conocimiento al Espíritu Santo, y el
conocimiento lo tiene una persona, pero no una influencia o poder. Is.
11:2; Ef. 1:17; Ro. 8:27; 1 Co. 2:13 7
b. Emociones o sensibilidad. Efesios 4:30 da por sentado que el Espíritu
puede contristarse (entristecerse) porque nos manda: “Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención”. En Ro. 15:30 Pablo invoca “el amor del Espíritu” para hacer
una exhortación.
c. Voluntad. Leemos que cuando Pablo, Silas y Timoteo querían ir a Bitinia, el
Espíritu no se lo permitió.
“Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el
Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia,
intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió” (Hech. 16:6-7).
Pablo nos dice que el Espíritu dio muchos dones a los cristianos, repartiendo a cada
uno en particular, como él quiere. “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo
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¿Pueden ser estas acciones realizadas por un algo impersonal? ¡NO! Tienen que ser
realizadas justamente por un ser personal y ese ser es el ESPÍRITU SANTO.
Una iglesia viva es aquella que escucha la voz del Espíritu Santo. La iglesia muerta es
la que se desentiende de lo que el Espíritu comunica. “El que tiene oídos oiga la que
el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 2:7, 11, 17,29; 3:6, 13,22).
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La Palabra de Dios revela que el Espíritu Santo tiene personalidad no una cosa, una
fuerza impersonal. Lo llamamos “él” en lugar de “eso”. Al mismo tiempo, la Biblia
revela también que el Espíritu Santo es una persona divina.
Del mismo modo, en 2 Co. 3:17 se dice del Espíritu que es el Señor, nombre que
es claramente el título de Jehová: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el
Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
En Isaías 6:9 Dios habla y dice: “Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no
entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis”. El apóstol Pablo cita este texto
en Hechos 28:25 y lo presenta diciendo: “Bien habló el Espíritu Santo por medio
del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído
oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis”.
En 1 Co. 3:16 Pablo dice que somos templo de Dios: “¿No sabéis que sois templo
de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Y en 2 Co. 6:16 “Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo”.
B. LOS ATRIBUTOS DEL ESPÍRITU SANTO REVELAN SU NATURALEZA DIVINA. ¿Qué
es un atributo? Un atributo es una cualidad o característica inherente (que está
inseparablemente unido) al ser. Los atributos de Dios son aquellas cualidades o
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(Sal. 104:27-30) “Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su
tiempo. Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien. Escondes tu
rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.
Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra”.
Observamos como el Espíritu Santo es también la fuente de la vida de las
plantas y los animales.
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Job ve al Espíritu Santo como al Autor de su vida: “El Espíritu de Dios (que
participa en la creación del hombre) me hizo, Y el soplo del Omnipotente me
dio vida” (Job. 33:4).
D. ACCIONES DEL ESPÍRITU SANTO. Muchas de las obras del Espíritu Santo
son las que solamente Dios mismo puede realizar. En consecuencia, tales
actos constituyen demostraciones de la Deidad del Espíritu.
Son enemigos en [su] mente, [hacen] malas obras” (Col. 1:21); están
cegados por Satanás de modo que no pueden entender la verdad
espiritual (2 Co. 4:4; cp. Lc. 8:5, 12).
En Juan 6:44 Jesús declaró: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que
me envió no le trajere”.
CONCLUSIÓN: Hemos visto que la Biblia atribuye deidad al Espíritu Santo. El Espíritu
Santo es una persona. El Espíritu Santo es Dios. Es: Omnipresente, Omnisciente,
Omnipotente y Eterno. Vemos así que el Espíritu Santo posee atributos que
pertenecen a Dios, lo cual sólo es posible si él mismo forma parte de la deidad.
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La Iglesia que el Señor está edificando sobre La Roca de los siglos, que es Su Persona
(Deut. 32:3-5), nace en Pentecostés con el cumplimiento de la promesa del Padre dada
por el Señor mismo. Nadie puede ser hijo de Dios, si no es engendrado por Dios mismo
(Juan 1:12 y 13). Ni puede llamar a Dios, Padre, si no es por su Espíritu, del cual "bebió"
en el mismo instante en que fue incorporado a la Iglesia. (1* Cor. 12:12 y 13).
Dice John Piper: “El bautismo con el Espíritu Santo significa que Jesús
sumerge a las personas en el Espíritu. El Espíritu es derramado sobre
nosotros de tal manera que somos envueltos en él. La idea del
bautismo es que el Espíritu se vuelve profunda e intensamente
influyente en nuestras vidas. Cuando usted está sumergido en algo, es
tocado en todo su ser por aquello en que está sumergido. Así que
cuando Juan dice que Jesús va a bautizar con el Espíritu, quiere decir
que se acerca el día en que las vidas de los hijos de Dios estarán
hundidas en la vida del Espíritu con efectos profundos y penetrantes”.
El autor de la Epístola a los Hebreos describe todo lo que Dios ha hecho por nosotros en
Cristo Jesús como "una salvación tan grande" (2:3). Para salvamos, Dios tuvo que
atender a muchas necesidades nuestras.
Para salvamos, el Padre nos eligió antes de la fundación del mundo para ser hijos Suyos
(Ef 1:4). Cristo nos redimió, pagando con Su sangre el precio de nuestra libertad de la
esclavitud al pecado (Ef 1:7). Nos regeneró, dándonos vida eterna, ya que estábamos
muertos en nuestros delitos y pecados (Ef 2: 1; Tito 3: 5). Nos justificó, imputando a
nuestra cuenta la justicia de Cristo (Ro. 3: 19- 24; 4: 5). Nos bautizó con el Espíritu Santo,
colocándonos en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia (1 Co. 12: 13). Nos adoptó en Su familia
como hijos Suyos (Ef 1:5). Nos selló con la presencia permanente del Espíritu Santo como
garantía de que entraríamos en la plenitud de nuestra salvación en el día que le veamos
cara a cara (Ef 1: 13-14). Nos santificó, apartándonos para Su uso (1 Co. 6: 11). Ahora,
Cristo aboga delante del Padre a nuestro favor (1 Jn. 2: 1).
Luego, podríamos hablar del amplio ministerio del Espíritu en la vida de cada creyente,
guiando, santificando, llenando, y morando permanentemente en cada uno.
Hay tres capítulos claves que tratan el tema de los dones del Espíritu Santo Romanos 12,
1 Corintios 12, y Efesios 4. En cada uno de estos capítulos el Apóstol Pablo subraya el
tema de la unidad, usando como ejemplo la función y naturaleza del cuerpo humano. El
precio que una iglesia local paga cuando los miembros no entienden el tema de los dones
es la falta de unidad, fricción, contiendas, competición, y división.
La distinción entre el Don del Espíritu y los dones del Espíritu. El Don fue dado en
Pentecostés cuando el Espíritu fue enviado por el Padre como Cristo había
prometido (Hch. 1:4-8). Los dones son dados en la actualidad (cuando una persona
se convierte).
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La distinción entre don espiritual y talento humano. Los dones difieren de los
talentos, aunque ambos tienen su origen en Dios. Los talentos naturales provienen
del nacimiento natural. Tocar instrumentos, cantar, hacer trabajo artístico, son
talentos dados por Dios, pero no son mencionados como dones espirituales. El
inconverso puede tener estas cosas.
Los dones provienen del segundo nacimiento. Y son diferentes del fruto del Espíritu
(Gál. 5:22,23).
2. El origen. Toda buena dádiva y todo don perfecto es de Dios (Stg. 1:17). Así también
los son los dones espirituales.
PRINCIPIOS GENERALES
Ro 12:3 (en el contexto de dones), 1 Co 12: 7, 11,18; y Ef. 4:7 afirman que cada creyente
ha recibido por lo menos un don.
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no
tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Ro.12:3).
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”. “Pero todas
estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como
él quiere”. “Más ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo,
como él quiso” (1 Co. 12:7, 11,18).
“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”
(Ef. 4:7).
¿Cuándo recibe el creyente su don? Si cada creyente ha recibido por lo menos un don,
entonces no es posible ser creyente sin tener un don. Si cada creyente tiene un don,
entonces tiene que recibirlo al convertirse. Este concepto no se explica explícitamente en
el N.T., sino que representa una conclusión lógica.
Hay muchos creyentes que no saben cuál es su don, a pesar de haberse convertido hace
muchos años, y hay otros que saben cuál es su don, pero no lo usan. Pero, todos tienen
por lo menos un don. Si alguien no tiene un don, es que no tiene al Don, el Espíritu Santo.
(Ro. 8:9).
Los dones provienen de la gracia de Dios y no son un premio por nuestra santidad o
esfuerzo (Ef. 4:7).
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El hecho de que cada creyente ha recibido al menos un don significa que cada creyente
tiene algo que ofrecer, sirve para algo, vale para algo, no tiene que ser un mero
espectador.
Dios reparte los dones según el plan que tiene para "cada uno en particular" (1 Co. 12:
11). Aunque cada una de las tres Personas de la Trinidad tienen un papel en la cuestión
de los dones (I Co. 12:4-6), parece que el Espíritu Santo tiene la responsabilidad mayor
por ser la Persona que distribuye los dones.
Puesto que los dones son distribuidos según la voluntad divina, como Él quiere, el
creyente no debería...
Tener envidia o quejarse por carecer de un don que otro hermano tiene.
Sentirse orgulloso porque su don parece más importante (l Co. 4:6-7).
Recibir honor de los hombres como si fuese mejor que los demás (Ro. 12: 3).
Alabar a los hombres que poseen dones espectaculares como si fuesen personas
superiores o mejores (l Co. 3:3-6, 21).
Entrar en competencia con otros creyentes. La meta de cada creyente no es
demostrarse que es mejor que los demás, sino la de hacer lo mejor que pueda
en cumplir con el ministerio que Dios le ha encomendado.
¿Se puede escoger un don? Algunos creyentes apuntan a 1 Co. 12:31 “Procurad, pues,
los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aún más excelente.”, como indicadores
de que depende de nuestras aspiraciones y de pedírselo a Dios. Notad que está
dirigiéndose a los corintios como iglesia local, no como individuos. Sabemos esto porque
el verbo está en plural. Los dones provienen de la gracia de Dios y no son un premio a
nuestros méritos. Es la libre voluntad del Señor, y no la nuestra, lo que gobierna la
distribución de los dones. ¿A caso nos creemos lo suficientemente sabios para decirle a
Dios cuál es nuestro lugar en Su cuerpo? Desde luego, no se trata de "no me gusta el don
que tengo; a ver si Dios tiene otro".
Los dones siempre tienen que ver con las necesidades de los demás (1 Ped 4:10-11; 1 Co.
12:7). Ef 4:11-12 subraya la responsabilidad de los líderes de la iglesia local de edificar a
los creyentes y de entrenarles para el ministerio de la Obra: “Y él mismo constituyó a
unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a
fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo”, mientras que el v 16 hace énfasis en la necesidad de que todos participen:
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“de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se
ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor”.
Puesto que el don que se recibe es para el beneficio espiritual de los demás, cada
creyente es importante aunque su don pueda parecer insignificante (1 Co 12:15-17,21).
Es prácticamente imposible vestirse sin el uso de las dos manos, o atar los cordones de los
zapatos sin el uso de los dedos pulgares Así anda la iglesia local cuando el miembro más
insignificante no participa.
Cuando un creyente no usa su don, roba a los demás creyentes puesto que su don no le
fue dado para su propio provecho, sino para el beneficio de los demás Por tanto, cuando
un creyente se hace miembro de una iglesia, en vez de preguntarse, "¿qué me ofrece
esta iglesia?", debería reflexionar seriamente sobre la pregunta, "¿qué puedo ofrecer a
esta iglesia?"
D. Cada creyente tiene la responsabilidad de participar en todos los dones, sea el que
sea su don en particular
Algunos creyentes tienen el don de dar (repartir, 1960); pero todos tienen la
responsabilidad de ofrendar a la iglesia local y la Obra. Algunos tienen el don de servir;
pero todos deberían estar dispuestos a ensuciarse las manos cuando sea necesario.
Algunos tienen el don de enseñar; pero todos los padres tienen la responsabilidad de
enseñar a sus hijos.
Los 18 dones citados no se encuentran en todas las listas de los 18 dones mencionados.
Mientras que la definición del don de maestro /enseñanza es obvia, éste no es el caso del
don de profecía. Prueba de ello es la gran variedad de definiciones que se le da. Las más
comunes son: (1) predicar; (2) predecir eventos futuros. No hay muchos que reclaman el
don de profecía en este sentido. Si su profecía no se cumple, se ven "pillados"; (3)
comunicar un mensaje de condena, llamando al pecado por su nombre, exhortando al
pueblo de Dios a arrepentirse; (4) entender el significado de los eventos mundiales; (5)
recibir una comunicación especial de Dios en forma de ideas que vienen a la mente
espontáneamente y que representan una palabra de guía o exhortación para la iglesia u
otro creyente que atraviesa un momento importante o crítico en su vida. Esta definición
roza la idea de... (6) recibir una revelación directa de Dios cuyo contenido no se podría
saber de otro modo.
Tristemente vivimos en una época, que los dones del Espíritu Santo, que son dados a los
creyentes con el fin de promover el crecimiento espiritual y numérico de los miembros de
la Iglesia de Jesucristo, se han convertido en un motivo de debate rencoroso, de
confusión, de separación entre hermanos, y de la división de iglesias.
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Al indagar más en la historia de la Iglesia, notamos que "hay una falta de documentación
sólida para soportar la idea de que milagros como los que encontramos en la Biblia se
hayan producido a lo largo de los siglos". También, la historia parece confirmar la
desaparición paulatina de las lenguas. No se oyó nada en cuanto a las lenguas desde,
aproximadamente, el año 100 hasta cerca del año 1900. "La única referencia clara a algo
que se parece al fenómeno está asociado con el hereje Montana y aquéllos que estaban
influenciados por su interpretación errónea en cuanto al Espíritu Santo.”
Entonces, cuando a principios del siglo XX se empezaban a oír reportajes de personas que
afirmaban haber hablado en lenguas, y más tarde de otros que testificaban haber
presenciado un milagro, la Iglesia tenía que estudiar de nuevo las Escrituras para ver qué
decían al respecto.
Cuestionar si todos los dones son vigentes no es sinónimo de negar el poder de Dios, sino
de reconocer que la Palabra de Dios es la única plomada válida en cuanto a nuestra
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doctrina y práctica se refiere. Sería ingenuo creer que cualquier experiencia o fenómeno
es vigente meramente por encontrarse en las páginas bíblicas.
Dios no nos envía maná desde el cielo, como lo hizo para el pueblo de Israel en el
desierto, ni preserva nuestra ropa y zapatos del desgaste normal de la vida (Exo 16; Dt.
29:5) ¿Cuántos reportajes hemos oído de un ministerio de "sanidad en reverso", como el
caso de Elimas por oponerse a los esfuerzos evangelísticos del Apóstol Pablo (Hch. 13: 8-
11)? ¿Cuántos miembros de nuestras congregaciones han muerto por mentir como
Ananías y Safira (Hch. 5: 1-11) o han enfermado o muerto como algunos corintios por
abusar de la Cena del Señor (1 Co. 11: 27- 31)? Dios es soberano y puede actuar cómo
quiere y cuándo quiere Pero, no es Su forma habitual de actuar.
En cuanto a la vigencia de los dones, no existe ningún texto que pertenezca a la primera
categoría de declaraciones claras. Aún en el caso de 1 Co. 13: 1 0, el texto que más se
acerca a una declaración clara, los estudiosos de las Escrituras no están de acuerdo en
cuanto a su interpretación. Por tanto, hemos de basar nuestras conclusiones en una
manera menos clara de comunicación, a saber, cualquier sugerencia o insinuación que
pueda brotar de los textos bíblicos que tratan el tema de los dones.
Por ejemplo, Heb. 2:3-4 afirma que en los inicios de la Iglesia Dios confirmó el mensaje
del Evangelio y a los Apóstoles y primeros misioneros (apóstoles) "tanto por señales,
como por prodigios, y por diversos milagros, y por dones del Espíritu Santo según su
propia voluntad". Textos como Hch. 14:3; 2 Co 12:12; y Ro. 15:18-19 confirman esta
estrategia divina. Sería lógico suponer que los "dones" se refieren al don de milagros u
otro don sensacional como el de sanidad, ya que los dones como maestro y misericordia
no tendrían la tendencia de convencer al inconverso de la verdad del Evangelio.
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Pero, a la hora de aplicar estos textos a la cuestión de la vigencia de milagros, hay una
variedad de opiniones. Mientras que algunos creen que sigue vigente la necesidad de que
Dios confirme el mensaje del Evangelio y de sus siervos mediante milagros, otros insisten
en que una exégesis sana de estos textos nos obligan a aplicarlos sólo a los tiempos
apostólicos.
¿Es Dios capaz de hacer milagros hoy? Por supuesto. ¿Hace milagros en tiempos
modernos? Por el testimonio de personas de toda confianza, es evidente que Dios ha
hecho milagros en nuestro día, aunque parece que suelen producirse en países del Tercer
Mundo donde el enfrentamiento entre las fuerzas de Satanás y el Evangelio es
particularmente duro y los hijos de Dios son una mi noria bajo mucha persecución.
EXPERIENCIAS SOBRENATURALES
Conclusiones:
Tome la posición que tome el lector en cuanto a estas cuestiones, quisiera rogarle
encarecidamente que acepte los principios siguientes como un reflejo de la sabiduría
global de muchos líderes de la Iglesia:
3. La unidad de una iglesia local está por encima del ejercicio de un don personal.
El creyente que se encuentra en una iglesia que no comparte su posición en cuanto a los
8 dones que hemos citado, debería desistir de minar dicha posición o crear problemas
dentro de la iglesia. Si es incapaz de convivir gozosamente con esa diferencia opuesta a la
suya, debería unirse a otra congregación que reconozca la validez de su entendimiento
de los dones.
En vez de una congregación dividida y enfrentada, más vale que hayan dos iglesias en la
misma ciudad, separadas debido a posiciones distintas, pero unidas dentro de sí, y que
las dos busquen oportunidades para mostrar su unidad y amor ante el mundo que las
rodea. No hay ninguna justificación para dividir una iglesia.
INTRODUCCIÓN: Vamos a estudiar los dones en cuatro grupos. Los primeros estaban
activos durante el inicio de la Iglesia (Cuerpo de Cristo), y los dos últimos continúan
vigentes hasta el día cuando Cristo regrese a recoger a su esposa, la Iglesia, para llevarla a
su presencia.
(1) Echar los cimientos de la iglesia (Ef. 2:20) “edificados sobre el fundamento
de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo
mismo”.
(2) Recibir y declarar la revelación de la Palabra de Dios (Hch. 11:28; 21:10-11
[profecía de Agabo] y Ef. 3:5 “…misterio que en otras generaciones no se dio
a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos
apóstoles y profetas por el Espíritu.
(3) Confirmar la Palabra por medio de “señales, prodigios y milagros” (2 Co.
12:12) “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en
toda paciencia, por señales, prodigios y milagros”.
Los primeros hombres dotados en la iglesia del Nuevo Testamento fueron los
apóstoles, de los cuales Cristo Jesús mismo es el más importante: “Por tanto,
hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol
y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús” (He. 3:1).
Se cree firmemente que el don de apostolado era el rey de los dones por el hecho de
que se realizó una enorme contribución al crecimiento del Cuerpo de Cristo (1 Co.
12:28).
INTRODUCCIÓN: Probablemente nunca un tema como el que nos ocupa, ha sido motivo
de tanta controversia y división en la iglesia evangélica. El interés en el don de lenguas
ha tenido un crecimiento fenomenal en los últimos años. Multitudes afirman tener el don
de lenguas (En el año 2.013 habían en el mundo 900 millones de creyentes. El 70% son
Pentecostales-carismáticos 630 millones. Y para el año 2.025 se cree que serán más de
1.000 millones, lo que representará el 45% de todos los cristianos del mundo –incluidos
católicos, ortodoxos y protestantes en general-). Esto significa que el fenómeno de hablar
en lenguas cada vez será más difundido. ¿Estamos preparados para dar una respuesta
bíblica? ¡TENEMOS QUÉ ESTUDIAR!
Los carismáticos dicen que las lenguas de Corinto deben ser diferentes ya que
Pablo habló en lenguas angélicas:
(1 Co.13:1) “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor,
vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe”.
Lo que hace Pablo es reprenderlos por su jactancia. Los corintios eran orgullos,
tenían el ego inflado. Por eso hubo tantas divisiones y tantos problemas. Y Pablo
los tiene que exhortar a buscar la edificación de los demás a través del amor (13:1-4).
Así que, lo que dice el apóstol es “si no tengo amor y edifico a mis hermanos soy como
metal que resuena”. ¿No es jactancia, orgullo espiritual lo que vemos en algunos
carismáticos? ¿Dónde está el amor? “¡LOS CORINTIOS NO SE REUNIAN PARA LO
MEJOR, SINO PARA LO PEOR!” (2ª Co. 11:17)
La epístola a los Corintios fue escrita veinticinco años después del día de
Pentecostés. Darle una naturaleza (un significado) diferente a las lenguas
en Corinto, es poco práctico. No existe el más mínimo indicio de que la
naturaleza del don haya cambiado durante esos veinticinco años.
ÉXTASIS: “Estado de unión del alma con Dios, caracterizado por la suspensión
temporal de las funciones corporales”
“Cuando ores con el espíritu, no pienses en los sonidos del idioma. Solo confía
en Dios, pero haz sonidos cuando yo te diga. En un momento, cuando yo te
diga, empieza a amar y alabar a Dios hablando muchos sonidos silábicos
diferentes. Al principio haz los sonidos rápidamente para que no trates de
pensar como lo haces al hablar en tu idioma natural… Haz los sonidos en voz
alta al principio, de modo que puedas fácilmente escuchar lo que estás
diciendo”.
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Y esto:
“Cuando empecé a orar en lenguas me sentí veinte años más joven, y la gente
me decía que lo parecía…Estoy vigorizado, tengo gozo, valor, paz, el sentido de
la presencia de Dios, y yo suelo ser una personalidad débil que necesita esto”.
Si las lenguas pueden dar salud y felicidad y hacerlo a uno más joven, no debe
extrañarnos que tantos carismáticos se empeñen en hablar en “lenguas”.
“Lo envuelve a uno con alguien con el que está profundamente enamorado y al
que está consagrado… No entendemos la verbosidad, pero si sabemos que
estamos en comunicación. Esa conciencia está “más allá de la emoción, más
allá del intelecto. Trasciende el entendimiento humano. Es el corazón del
hombre hablando al corazón de Dios. Es un entendimiento profundo, interno
del corazón.” (Bill L. Villiams, de San José).
Pero… ¡CUIDADO! Recordemos una vez más lo que nos dice la Palabra con
respecto a Satanás (2 Co. 11:13-15). Pablo nos advierte en 1 Tim. 4:1 “Pero el
Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la
fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios”.
Ben Byrd, que hablaba en lenguas y lo dejó, cree que alguna de sus
capacidades extraordinarias eran “poderes síquicos y posiblemente satánicos”:
POSIBLE, pero RECUERDE POR FAVOR QUE NO TODOS LOS DONES SON DE
DIOS”.
¡LOS DONES SIEMPRE TIENEN QUE VER CON LAS NECESIDADES DE LOS
DEMÁS! (1 Ped 4:10-11; 1 Co. 12:7). Ef 4:11-12 “Y él mismo constituyó a
unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo”, mientras que el v 16 hace énfasis
en la necesidad de que todos participen: “de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor”. El don que se recibe es para el
beneficio espiritual de los demás,
2. Como máximo tres personas podían hablar en lenguas durante un culto (v.
27). No debían permitir que más de tres personas hablaran en lenguas. Si
hablaban en lenguas más de tres, el resto estaba pecando.
3. Debían hablar por turno (v. 27). Las dos o tres personas no podían hablar
en lenguas simultáneamente como estaban acostumbrados a hacer. El
mismo mandato que tenían los profetas (v.31). Durante el culto no podían
hablar simultáneamente (tertulias). ¿Qué sucede en los cultos
carismáticos?
4. En la iglesia las lenguas siempre debían ser traducidas (v.27). Todo lo que
se hablara en lenguas debía ser interpretado porque eran idiomas que los
oyentes en la iglesia no entendían. En Corinto hablaban griego y si no
entendían no podían ser edificados (hágase todo para edificación).
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Otro versículo favorito de los pentecostales es 1ª Corintios 14:2, “el que habla
en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios”.
Para entender el capítulo 14 tenemos que leer los trece anteriores, y ver que
Pablo los está reprendiendo, todo el libro es una reprensión (no se reunían
para lo mejor, sino para lo peor).
Así qué, todo esto lo que hace es reforzar lo que el apóstol Pablo está tratando
en el capítulo 14. No es una aprobación de lo que los corintios estaban
haciendo (los carismáticos se basan en este capítulo), sino una reprobación.
Ellos dicen que el hablar en lenguas es una prueba de haber recibido el Espíritu
Santo (falso). Gálatas 5:22-23 es la prueba de haber recibido el Espíritu Santo:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
III. EL PROPÓSITO DE LAS LENGUAS. ¿Cuál era el propósito del don de lenguas?
A. Señal para los judíos incrédulos (vs.14:22). “Así que, las lenguas son por señal,
no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino
a los creyentes”.
“Porque los judíos piden señales” (1 Co. 1:22). Esto es característico de los judíos.
1. Hasta aquel entonces Dios había estado tratando con una nación
determinada, y el Señor Jesús, mientras estaba en la tierra, dijo: «No soy
enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Mt 15:24). También
les dijo a Sus discípulos: «Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de
samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de
Israel» (Mt 10:5, 6).
Dice Spurgeon: Desde Abraham, Dios les había hablado en hebreo; pero
ahora, después de Cristo, Dios les estaba hablando en otras lenguas –
lenguas gentiles – para mostrar a los judíos que sus privilegios nacionales
estaban llegando a su fin; los gentiles iban también a participar del pacto de
la gracia. El fin de la nación judía se completó plenamente con la
destrucción de Jerusalén en el año 70 A. D. En ese momento la señal de
juicio nacional, es decir, las lenguas, dejó de ser relevante y necesaria.
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IV. LA DURACIÓN DEL DON DE LENGUAS. ¿Cuándo dejaron de existir las lenguas?
2. En segundo lugar, las lenguas tenían la intención de ser una señal para la Israel
incrédula (1 Co. 14:21-22; cf. Is. 28:11-12). Significaban que Dios había iniciado
una nueva obra que incluía a los gentiles. El Señor ahora hablaría a todas las
naciones en todo idioma.
Las lenguas eran por lo tanto una señal de transición entre el Antiguo y el
Nuevo Pacto. Con el establecimiento de la iglesia, un nuevo día había llegado
para el pueblo de Dios. Dios hablaría en todo idioma.
Pero una vez que el periodo de transición había quedado en el pasado, la señal
ya no era necesaria.
B. Evidencia de la historia
1. La evidencia de la historia también indica que las lenguas han cesado. Es
significativo que las lenguas sólo son mencionadas en los primeros libros
del Nuevo Testamento que fueron escritos. Pablo escribió por lo menos
doce epístolas después de 1 de Corintios y nunca volvió a mencionar las
lenguas. Pedro nunca mencionó las lenguas; Santiago nunca mencionó las
lenguas; Juan nunca mencionó las lenguas; ni Judas las mencionó. Las
lenguas aparecieron sólo brevemente en Hechos y 1 de Corintios conforme
el nuevo mensaje del evangelio estaba siendo esparcido. Pero una vez que
la iglesia fue establecida, las lenguas ya no existían. Dejaron de existir. Los
libros que se escribieron más tarde en el Nuevo Testamento no vuelven a
mencionar las lenguas, y tampoco nadie lo hizo en la época post-
apostólica.
Los historiadores nos dicen que todo lo que se oye hoy acerca de las
lenguas se inició el año 1.900. Entre los siglos I al XX no se hablaba en
lenguas. Y sobre todo con el surgir del Neopentecostalismo (1960).
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A. MILAGROS.
1. Señales en el A.T.
Moisés ocupa un lugar de preeminencia en el A.T., no solo como
profeta, sino también como hacedor de prodigios y milagros: “Y nunca
más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido
Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que
Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus
siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos
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Elías. Cuando Elías se enfrentó con los profetas de Baal y vio que el
pueblo estaba claudicando entre dos pensamientos (Baal o Jehová),
pidió en oración a Dios que validara su ministerio profético enviando
fuego desde el Cielo (1 R. 18:36-38) “Cuando llegó la hora de ofrecerse
el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de
Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en
Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas
estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este
pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón
de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la
leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la
zanja”.
Eliseo. Elías le dijo que pidiera lo que quisiera. Entonces Eliseo tuvo la
sabiduría de solicitar una doble porción de la sabiduría de Elías.
Vio cómo el carro de fuego arrebataba a su amo; tomó el
manto que Elías había dejado caer, y con él golpeó el Jordán,
el cual se abrió. Eliseo atravesó el río, y pasó a la ribera
occidental 2Reyes 2:1-18.
Multiplicó el aceite de una viuda 2 Reyes 4:1-7.
Durante una hambre, el profeta alimentó a 100 hombres con
20 panes de cebada y algunas espigas nuevas 2 Reyes 4:42-44
Eliseo hirió de ceguera a los hombres que el rey de Siria había
enviado para que lo detuvieran 2 Reyes 6:18-23.
De la misma manera que los milagros de Elías, los de Eliseo tenían el
propósito de manifestar la autoridad del profeta y de presentar al Dios
viviente.
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como
apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como
ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Co. 11:13-15).
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel
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B. SANIDADES
Quizá razonaron así: “Cualquiera que puede efectuar una obra tan
maravillosa como ésa, seguramente tiene que ser un portavoz de Dios, y su
mensaje a nosotros tiene que ser precisamente lo que Dios quiere que
escuchemos”.
Cualquier cosa que sea representada hoy como el don de sanidad, tiene varias
posibles explicaciones; curas psicosomáticas, fraude, engaños satánicos o
sanidades en respuesta a la oración. Ninguno de esos califica como el don de
sanidad, tal cual se ejerció durante los días del inicio de la Iglesia.