Conversión

Hermanos y hermanas en el señor, la palabra de Dios, el evangelio en san marcos 1, 15 nos dice “el
tiempo se ha cumplido y el reino de dios ha llegado, convertios y creed en la Buena Nueva., pues
habiendo hecho un recorrido cuaresmal desde el miércoles de ceniza hasta hoy, es necesario hacer una
pausa y examinar nuestro interior, es decir nuestra vida espiritual ante Dios ¿Cómo me estoy
encaminando en esta vida cristiana? En este sentidoes necesario y fundamental hacernos la pregunta
¿estoy necesitado de conversión? Para ello es necesario tener claro que es convertirse, prácticamente
significa “volver” “cambiar”, “corregir el camino” renovarse. ¿pero de que cambio estamos hablando?
De pasar del hombre viejo al hombre nuevo, hombre viejo es el que vive a espaldas de Cristo y del
evangelio. Hombre nuevo es el que sigue a jesus y vive según el evangelio.

Con la imposición de la ceniza un signo penitencial expresábamos nuestra disponibilidad de creyentes

para enderezar la vida según Dios, la decisión de emprender el camino de conversión que pasa por el
sacramento de la renciliacion y la participación activa y consciente de la eucaristía. Es decir que
convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Pero
¿Cómo puedo concretar mi deseo de conversión? Para ello es fundamental acudir al sacramento de la
reconcialiacion sacramento de la penitencia o confesión y hacer una buena confesions clara concisa y
completa, y además de ello superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno y
practicando las obras de Misericordia.

Pero la conversión es un proceso, no es un acto, que se realiza de una vez para siempre, sino un
verdadero proceso, que ha de durar la vida entera. El papa francisco lo afirmo en su momento que para
el cristiano la conversión “es una tarea, es un trabajo de todos los días” que lleva al encuentro con Jesus.
Cada dia un paso, cada dia un paso esos pasos poco a poco nos ayudan a no ceder, a no ir hacia atrás, a
no volver a repetir las cosas del pasado, sino a ir adelante, hacia este don, esta promesa de Jesucristo
que será propiamente el encuentro con El.

Por eso, no puede darse nunca por terminado o concluido, sino que debe ser una lucha constante sin
cansarnos. Y es que, en realidad, nunca se esta del todo convertido. Y seria grave llegar a creer que uno
y a esta convertido. Aunque seria mas grave todavía no necesitar conversión. La verdadera conversión
es un cambio total del cristiano desde su manera de pensar y de actuar.

Hay diversas formas de lograr la conversión de corazón, siempre y cuando estar dispuestos a colaborar
con la gracia del señor. Una conversión de la memoria. Nuestra memoria necesita de constante
purificacion. San pablo nos exhorta a pensar como jesus, para que asi tengamos la mente de Cristo.

Una conversión de la lengua. Nuestra manera de hablar tiene que ser controlada. El apostol Santiago
nos recuerda que cada palabra que emite nuestra boca estará sujeta a juicio. También el señor nos dice
que de la abundancia del corazón habla la boca.

Una conversión de las intenciones. Seamos honestos con nosotros mismos, debemos de aceptarlo que
nuestras intenciones son variadas no siempre son buenas. Podemos tener intenciones de egoismo,
vanidad. En el sermon de la montaña, jesus nos advierte no hacer nuestras acciones para ser vistos y
elogiados por lo hombres. Recuerda, has tus acciones de tal manera que tu mano derecha no sepa lo
que hace tu mano izquierda. Tu padre celestial que ve lo secreto, te recompensara.
Y por ultimo conversión del corazón. Todos debemos pasar por una conversión diaria del corazón, jeus
nos dice que de la abundancia del corarzon habla la boca. Lo que debe de estar presente en nuestro
corazón es la fe la esperanza, la caridad, la paciencia, la pureza, la obediencia, para que podamos decir
verdaderamente como el apostol Pablo. Ya no vivo yo, es cristo quien vive en mi”

Por lo tanto, lograr la verdadera conversión del corazón es nuestra meta, es una gracia que podemos
obtener en esta vida para que al final de nuestra existencia podamos tener un encuentro con El y
celebrar nuestra pascua definitiva que es la Resurrección.